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protestas 2014

Liberado Douglas Morillo, el muchacho que caminó sobre escudo humano policial el 12-F

douglas morillo

La noche de este martes se conoció que el dirigente estudiantil y cursante de Comunicación Social en la Universidad Bicentenaria de Aragua, Douglas Morillo, fue liberado tras un año y un mes en prisión. Junto a él quedó en libertad Gerardo Resplandor, estudiante de Anzoátegui.

Pero esta vez hagamos foco en Morillo. El 16 de febrero de 2014, la Unidad de Investigación de la entonces Cadena Capriles publicó un video con el cual se develó quiénes participaron en el asesinato del joven manifestante Bassil Da Costa, titulado «Uniformados y civiles dispararon en Candelaria el 12-F» (https://goo.gl/rHm0x0). Al final de esa historia se realizaron una serie de preguntas, entre ellas la interrogante acerca de quién fue el joven que caminó sobre e escudo humano policial, luego fue detenido y más tarde liberado.

Ese muchacho escribió en los comentarios de la información una larga respuesta para aclarar que no era un infiltrado y dio su cuenta Skype para poder ser contactado. Se trataba de Douglas Morillo.

Contó entonces Morillo al periodista César Batiz, hoy editor de @ElPitazotv, que ese día sintió el impulso de desafiar a la policía, por lo que caminó sobre los escudos. Luego lo detuvieron y lo golpearon. Agregó que por él intercedió una señora y por eso los policías lo dejaron en libertad. Un comisario de la Policía Nacional Bolivariana le preguntó frente a las cámaras si había sido maltratado y en ese momento lo negó (http://goo.gl/XV8a9m).

Pero Morillo continuó en la refriega pese al primer incidente y se dirigió a la esquina de Tracabordo. En ese momento llegó la comisión del Sebin comandada por el comisario Miguel Domínguez. Un funcionario dejó la moto en medio de la calle. Morillo y otro muchacho flaco y de camisa blanca intentaron tomar la moto supuestamente para quemarla. En ese momento comienzan los miembros del Sebin a disparar. En ese instante Bassil Da Costa corre, mientras una bala de una pistola 9 mm le alcanza en la cabeza.

Morillo sería visto más de un mes después en un video grabado en Altamira, cuando jóvenes se enfrentaban a funcionarios policiales y militares. Golpeado ingresó a un edificio donde se recuperó.

Finalmente, fue capturado por la PNB el 26 de abril en Chacao, cuando intentaba rescatar a otros compañeros. Desde entonces fue llevado a la sede del Sebin en el Helicoide.

Comenzó juicio por el asesinato de Bassil Dacosta

bassil asesinato

La fiscal de la República, Luisa Ortega Díaz informó que el  lunes 15 de junio comenzó el juicio contra 8 personas acusadas por el homicio del estudiante Bassil Dacosta, asesinado el pasado 12 febrero del 2014 en la esquina Tracabordo en la Candelaria.

Durante su programa Justicia y Valores transmitida por Unión Radio, la funcionaria recalcó que “son 8 acusados, por homicidio calificado con alevosía, quebrantamiento de pactos, uso indebido de armas y otros delitos”.

También la fiscal precisó que Ortega Díaz, también rechazó la situación de las 43 víctimas de los hechos de 2014, sea invisibilizada a escala internacional. “Es un irrespeto a los venezolanos, porque el tema de los Derechos Humanos sea visto desde la óptica de dos o tres personas y no de este grupo de 43 afectados”, agregó la fiscal.

Con información de Unión Radio

Gonzalo Himiob May 10, 2015 | Actualizado hace 9 años
Aniversarios por Gonzalo Himiob Santomé

Campamentos2015

 

Caminamos dando tumbos entre aniversarios dolorosos, y nos estamos acostumbrando a ellos. Las fechas se han convertido en hitos que no queremos ver, en rocas contra las cuales no quisiéramos tropezarnos pero que dan continuamente contra nuestros pasos llevándonos al suelo una y otra vez, un día a la vez.

Ya pasó más de un año desde las muertes de Ángelo Vargas, Geraldine Moreno, Génesis Carmona, Mariana Ceballos, Argenis Hernández, Jesús Acosta, Guillermo Sánchez, Eduardo Anzola, Bassil Da Costa, Juancho Montoya, Roberto Redman, José Alejandro Márquez, José Gregorio Amarís, Wilmer Carballo, Jesús Orlando Labrador, Giselle Rubilar, José Ernesto Méndez, Jimmy Vargas, Danny Melgarejo, Luis Gutiérrez, Wilfredo Rey, Franklin Romero, Jhon Castillo, Daniel Tinoco, Adriana Urquiola, Josué Farías, Antonio Valbuena y de Roberto Annese. También ya ha pasado más de un año desde las muertes de Ramzor Bracho, Giovanni Pantoja, José Darma García, José Guillén Araque, Antonio Parra, Eduardo Anzola, Julio González, Doris Lobo, Glidis Chacón, Johan Quintero, Deivis Morán, Elvis De la Rosa y de Acner López.

No hago distinciones. Todos fueron por igual padres, madres, esposas, esposos, hermanos, hijos. A todos se les llora de esa manera cruel en la que todos, sin diferencias, lloramos la ausencia definitiva y absoluta que deja la muerte. Fueran pocos o muchos sus defectos o sus virtudes, aunque pensaran de una manera o de otra, ya no están, eso es lo que importa. Todas estas muertes comparten la trágica nota de haber tenido lugar en el contexto de las protestas que el año pasado mantuvieron al país en vilo. Y en todas sigue callada la verdad, y la justicia, la verdadera justicia, sigue ausente. A todas se las ha recordado, a algunas con más énfasis que otras, pero ninguna ha sido olvidada. En todas, los de acá y los de allá, han conmemorado su aniversario. A algunos se les han hecho homenajes, a otros solo se les ha abierto el alma desde la tristeza de los que, habiéndolos amado, se quedaron para recordarlos. Desde la distancia que impone el tiempo, poco importa si estaban de un lado o del otro o si vestían capucha o uniforme, la afilada guadaña de la parca no discrimina, y en todos los que sobrevivimos, especialmente en quienes fueron sus seres queridos, el hoyo que nos dejó en el pecho es el mismo. La herida en la patria tampoco ha cerrado, es una sola y allí está, abierta en todos nosotros, aunque nos neguemos a aceptarlo.

Hace menos de un mes recordábamos también otro aniversario muy doloroso, el de la muerte de los 19 que perdieron la vida durante los sucesos de abril de 2002. Pocos quisieron alborotar esa tristeza, negarse a ella es una forma de combatirla, pero al final también se impuso. Y no son los únicos, son dieciséis años de luto, de tragos amargos que no terminan de pasar. La injusticia y la impunidad son las responsables. Mala manía, la de negar la realidad y la verdad para evitar que los responsables de quienes han hecho de la violencia su credo y su forma, muchas veces al amparo del poder, respondan por sus actos. Ciegos los que no ven que en esa jugada perdemos todos.

Otros, demasiados, miles y miles, nos han sido arrebatados por el hampa, porque se resistieron a entregar lo que habían logrado con su esfuerzo, por no tener suficiente en sus bolsillos o sencillamente por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado. A ellos también se les llora en la soledad de sus hogares, ahora y para siempre desmembrados, quebrados, vacíos. Tampoco hay justicia para ellos.

Si la muerte es la nada, cada día que nos toca recordar a los que nos fueron arrebatados, cada aniversario luctuoso es una flecha directa al pecho de quienes no los olvidamos y de la nación entera. Que la lucha por la diaria supervivencia nos aturda como lo hace no impide que la muerte, la impunidad y la ausencia nos restrieguen su certeza en la cara. Si por el contrario, la muerte es solo un paso a la trascendencia, es lo mismo. Si es así, desde donde estén, todos los que nos han dejado, del bando que sea, nos miran, nos juzgan, nos reprochan silencios y apatías.

Hay otras muertes. Muchos han cumplido ya también un año desde que fueron encarcelados y fueron sometidos a esa otra forma de morir que es la del encierro injusto. Pienso en los detenidos en los campamentos estudiantiles violentamente desmantelados el año pasado, justo hace un año, pero también en los líderes opositores “neutralizados” y en otros que llevan muchos más años, más aniversarios de ignominia disfrazada de “justicia”, acumulados. Todos son importantes. Entre los de antes y los de ahora, por motivos políticos siguen en la cárcel, según nuestras cuentas, 77 en total. Hoy reciben el día de las madres tras las rejas. Negado como les ha sido el abrazo de la libertad, poco es el consuelo que una breve visita pueda brindarles. Hoy mis oraciones están con ellos también.

Son oscuras estas líneas, lo sé. Quizás no sean propias para un domingo como el de hoy. Quizás recuerde a mi madre, que partió también hace mucho, y eso vista hoy mis palabras de melancolía. Es un año más sin ella, otro aniversario difícil, pero ella me enseñó que, como lo dijo alguna vez García Márquez, la verdadera muerte no llega con la vejez, sino con el olvido. Solo cuando el recuerdo de los que nos han dejo nos abandona, sin importar cuántos aniversarios se cumplan, es que verdaderamente se van los ausentes. Cuando los olvidamos los perdemos para siempre, y de sus muertes no queda legado, aprendizaje ni fuerza, solo vacío.

 

Por eso me afano en los nombres de los que se han ido, en los de los que nos mataron, en los de los asesinados. Lo he hecho antes y lo hago hoy también. Por eso llamo tu atención en esta entrega incómoda, quizás inoportuna, para que no los olvides, para que de la impotencia, de la negación y de la tristeza pasemos a la acción, a buscar para ellos la justicia, la de verdad, sin sesgos ni trampas. No hay mejor legado para nuestros hijos, para las futuras generaciones, que el de nuestra lucha para que la muerte, la persecución injusta y la violencia dejen de ser consigna y método. Esa lucha es impostergable, es hoy, es todos los días.

@HimiobSantome

Denuncian que el Estado ocultó huellas de tratos crueles o tortura

Protestas20142

 

Los órganos del poder público habrían ocultado evidencias de los casos de tratos crueles o torturas durante las detenciones en las protestas de 2014, cuando hubo 854 heridos y lesionados, advierte el informe “Que no quede rastro” emitido por el Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello. En el documento se reportan violaciones del derecho a la integridad física.

CIDH-UCAB identificó 10 estrategias para ocultar las huellas de las agresiones. Cita la incomunicación de detenidos, el traslado de lesionados a órganos y hospitales militares, las presiones a las víctimas, el uso de la defensa pública para evitar denuncias, las omisiones de jueces durante las audiencias de presentación, la transformación de víctimas en victimarios, la confusión entre examen médico forense y el reconocimiento médico en el lugar de detención, la sustracción y desaparición de evidencias de malos tratos y tortura, así como las presiones a médicos.

Se recabaron los testimonios según los cuales funcionarios amenazaron a las víctimas con no prestarles la ayuda médica o hacerles más daño “si no se abstenían de declarar la verdad sobre lo acontecido”. “En varias oportunidades, al momento de atender casos de personas heridas en manifestaciones, funcionarios de los cuerpos policiales y militares solicitaban a los médicos la entrega de los objetos que constituían evidencia de las lesiones sufridas por las víctimas”, señala el informe.

El CDH-UCAB informó que, durante las detenciones, se violaron las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos de Naciones Unidas. Consideran que esto se evidenció en los casos en los que las víctimas presentaban heridas de gravedad y fueron trasladadas por las autoridades a establecimientos médicos de carácter militar.
Agresiones las colas.

La ONG Espacio Público reportó 17 agresiones a periodistas o infociudadanos durante las colas derivadas de la escasez. En un informe difundido ayer indican que las víctimas, que recibieron ataques e insultos, representan 29,31% de un total de 58 casos de violación de la libertad de expresión durante el primer trimestre del año. Indican que la cobertura de las colas fue obstaculizada por cuerpos policiales o militares y trabajadores de los establecimientos.

Reportan que el Estado, con 60%, encabeza las violaciones de la libertad de expresión a través de los cuerpos de seguridad, funcionarios, el presidente Nicolás Maduro y varios organismos. “En algunos casos son funcionarios quienes -en desmérito de su condición de servidores públicos– descalifican, insultan y acusan de forma arbitraria a medios y periodistas con líneas editoriales independientes”.

Puede leer el informe completo aquí:

Amnistía Internacional denuncia impunidad en Venezuela tras las protestas del 2014

Protestas2014Reuters

 

Venezuela no ha investigado de forma eficaz ni llevado ante la justicia a los responsables de 43 muertes durante las protestas contra del Gobierno de Nicolás Maduro que sacudieron el país el año pasado, dijo el martes Amnistía Internacional.

En un informe presentado en Madrid a un año de las protestas, Amnistía aseguró que la falta de respuesta de las autoridades ante los abusos y torturas perpetrados contra cientos de personas dejó la puerta abierta a más episodios de violencia en el país.

«Las autoridades venezolanas no han investigado la mayoría de las violaciones de derechos humanos que tuvieron lugar, ni las víctimas han tenido acceso a la justicia, ni a reparación ninguna», dijo Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España, en una rueda de prensa.

A principios de febrero de 2014, decenas de miles de venezolanos salieron a las calles en varias ciudades del país para protestar contra la alta inflación, la escasez de productos básicos y la inseguridad de la que culpaban al presidente Maduro, heredero político del fallecido Hugo Chávez.

Las protestas, muchas de ellas lideradas por estudiantes, derivaron en muchos casos en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y partidarios del Gobierno del país de 29 millones de habitantes. Los disturbios también causaron casi 900 heridos.

Según Amnistía, un total de 3.351 personas fueron detenidas durante las protestas, muchas de ellas de forma arbitraria. Aunque la mayor parte quedó en libertad, se presentaron cargos contra 1.404 y 25 todavía están detenidas a la espera de juicio.

El organismo dijo haber documentado decenas de casos de detenidos que fueron sometidos a torturas o malos tratos como golpes, agresiones sexuales o descargas eléctricas durante el tiempo que permanecieron bajo custodia.

«En la mayoría de los casos, los perpetradores están en libertad», declaró Nuria García, investigadora de la organización para Venezuela, durante una rueda de prensa.

Uno de los líderes de la oposición venezolana, Leopoldo López, se entregó a las autoridades y permanece encarcelado desde hace más de un año bajo acusaciones de instigar a la violencia. También siguen en prisión el alcalde de la ciudad occidental de San Cristóbal, Daniel Ceballos, y la activista Rosmit Mantilla.

 

 

CONTINÚAN LOS ABUSOS

La detención el mes pasado del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, y la muerte de un joven de 14 años durante una protesta antigubernamental en la ciudad de San Cristóbal, son, según Amnistía, una muestra de que el uso excesivo de la fuerza contra manifestantes y de las detenciones arbitrarias continúan.

Según la organización de derechos humanos, familiares y abogados de algunas de las víctimas que han exigido justicia han denunciado haber sido hostigados e intimidados.

Amnistía dijo que el Ministerio Público venezolano no ha iniciado de oficio prácticamente ninguna investigación sobre tortura y malos tratos.

«Fueron denuncias que tuvieron que poner los ciudadanos en un contexto de creciente descreimiento hacia la posibilidad de investigación de las autoridades del Estado», dijo Beltrán.

Maduro, un ex conductor de autobús que llegó al poder tras la muerte de su mentor político hace dos años, aseguró que las protestas eran parte de una conspiración de adversarios «fascistas» que trataban de derrocarlo.

«Si no se refuerzan instituciones con una clara orientación hacia la independencia e imparcialidad, nadie creerá que el sistema de justicia permitirá investigar imparcialmente», concluyó Beltrán.