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Familiares de presos políticos amotinados en el Sebin temen represalias

Familiares y defensores de los presos políticos dijeron hoy a Efe que temen represalias de las autoridades contra los reclusos que comenzaron un motín el lunes en los calabozos del Servicio de Inteligencia (Sebin) en Caracas, y sobre el cual el Gobierno guarda silencio.

«Los mantienen en total aislamiento sin visitas de ningún tipo, no permiten el ingreso de alimentos y medicamentos. Las familias temen que se agudice la represión y las malas condiciones adentro y se ensañen contra quienes protestaron», indicó a Efe la diputada opositora Adriana Pichardo.

La revuelta de los «presos políticos» estalló la tarde del lunes en las celdas de la sede del Sebin en Caracas, más conocida como El Helicoide, para denunciar presuntos malos tratos y demandar la mediación de la Fiscalía para que se cumpla con la liberación de los detenidos con boletas de excarcelación emitidas por tribunales.

Pero este jueves, los detenidos cumplieron más de 24 horas sin establecer contactos con el exterior, lo que hace pensar a familiares y defensores que la revuelta «se calmó», según dijo a Efe la abogada del preso Lorent Saleh, Theresly Malave.

En tanto que la madre de este, Yamilet Saleh, remarcó a Efe el hermetismo oficial que priva sobre la situación de los amotinados.

«Sigue igual que ayer (…), está todo muy hermético ahí, no sabemos nada, ni cuando abren las visitas ni nada», señaló.

De acuerdo con el abogado Gonzalo Himiob, director del Foro Penal, en El Helicoide habitan 11 «presos políticos» y más de 100 detenidos por diferentes delitos, la mayoría de ellos sin poder recibir visitas de familiares ni abogados desde hace casi dos meses.

Esta es la segunda revuelta por el mismo motivo que se produce en El Helicoide en lo que va de año, luego de la que se registró entre el 16 y el 18 de mayo pasado, y tras la cual varios detenidos fueron liberados.

Conferencia Episcopal Venezolana preocupada por situación de presos políticos en motín

La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) mostró hoy su preocupación por la situación de los «presos políticos» que iniciaron un motín este lunes en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) en Caracas, donde denuncian maltratos y piden revisión de sus casos.

«Muy preocupado por esta situación que no es solamente de ustedes sino de todo el país, ciertamente una de las cosas más graves que han pasado en este Gobierno es precisamente el caso de los presos políticos», dijo el arzobispo Roberto Luckert, representante de la CEV en declaraciones los periodistas en las cercanías del Sebin.

El religioso criticó además que no se respeten los documentos de excarcelación que, abogados aseguran, existen sobre algunos de los considerados «presos políticos».

Aseguró que el hecho de que no se respete esto significa que en Venezuela no hay democracia.

«En este momento en Venezuela se está atropellando esa esencia del ser humano que es la libertad, nosotros como Conferencia estamos preocupados por esta situación», insistió.

Asimismo, los familiares de los detenidos por motivos políticos, que aseguran, permanecen allí desde el lunes, también pidieron a la Comisión de la Verdad que revise los casos de sus parientes.

Desde allí, la opositora Lilian Tintori, que acompaña a los familiares de los detenidos, reiteró su petición de «libertad plena» para «todos los presos políticos».

«Nadie quiere confrontación, nadie quiere violencia, no creemos en eso, creemos en la libertad, creemos en que los presos políticos deben salir todos libres», dijo, al tiempo que también solicitó la presencia de especialistas la Cruz Roja para que examinen a los detenidos.

El diputado opositor Renzo Prieto, quien estuvo recluido en estos mismos calabozos y fue liberado recientemente luego de que se revisara su caso, indicó, desde la sede del Parlamento, que el grupo de presos mantiene «tomado» la mitad del penal.

El abogado Alfredo Romero, director de la organización que lidera la defensa de los «presos políticos», indicó a través de Twitter que dentro del Servicio de Inteligencia hay 10 personas recluidas por disentir con el Gobierno que llevan 55 días sin visitas de familiares ni abogados.

Sin embargo, diputados de la oposición venezolana aseguran que son 18 los «presos políticos» en la sede del Sebin.

Entre el 16 y el 18 de mayo se registró otro motín en estos calabozos y contó con la participación de otros «presos políticos», algunos de ellos liberados tras las revisión de sus casos por parte de la Comisión de la Verdad y en el marco de un plan de reconciliación que promueve el Ejecutivo de Nicolás Maduro.

“Sairam Rivas es un trofeo para el gobierno” (VIDEO)

Moreno, madre de la dirigente estudiantil detenida

 

@bonnbar

SANDIS MORENO DEBIÓ ESPERAR CUATRO DÍAS para volver a ver a su hija, Sairam Rivas, luego de que fuera detenida por la Guardia Nacional Bolivariana (GNB)  la madrugada del jueves 9 de mayo de 2014. Entre el momento en que se enteró del desmantelamiento del campamento de protesta en la plaza Alfredo Sadel de Las Mercedes, del cual formaba parte la dirigente estudiantil y cuando finalmente pudo abrazarla, transcurrieron unas 96 horas de angustia e incertidumbre.

El día anterior a la detención de Sairam y otros cientos de jóvenes, Moreno, quien vive y trabaja en Guatire, había estado en Caracas para ser entrevistada junto a otras mamás de estudiantes para un reportaje que saldría publicado en un diario nacional el siguiente domingo, Día de las madres. Aprovechó el viaje a la capital para visitar a su hija, presidenta del centro de estudiantes de la escuela de Trabajo social de la UCV,  en el llamado “campamento de la libertad”, instalado desde febrero como parte de las protestas. Esa noche, que llovió a cántaros e inundó las carpas, fue la última vez que vio a su hija antes de ser  detenida.

“Como a las 6 de la mañana del jueves 9 de mayo, me llamó mi hermana para avisarme que habían allanado los campamentos de Altamira y Chacao. Hasta ese momento me quedé tranquila. Pero cuando prendí el televisor, vi en el noticiero que también la GNB había desmantelado el campamento de la Plaza Sadel y se había llevado a los estudiantes al Fuerte Tiuna. Me entró una angustia enorme”, rememora.

Se fue de inmediato con su esposo al Fuerte Tiuna en busca de su hija. En el Core 5, se encuentran con un numeroso grupo de representantes preocupados por sus hijos detenidos, sin saber lo que iba a ocurrir. Allí esperaron hasta las 5:30 de la tarde, cuando comenzaron a leer una lista de nombres. “Un guardia dijo entonces que si no eran mencionados, teníamos que buscarlos en otro sitio. La espera por escuchar el nombre de Sairam fue terrible. Cuando tuvimos la certeza de que estaba allá, nos pidieron retirarnos y esperar hasta el día siguiente cuando fueran presentados a los tribunales”, recuerda.

Vuelven a Caracas al día siguiente. A las 9 de la mañana del viernes 10 serían trasladados al Palacio de Justicia en autobuses. “Nos dimos cuenta de que llevaban a los muchachos esposados. Sairam me confirmó luego que siempre los mantuvieron con esposas”, cuenta Moreno. En tribunales, los familiares esperaron por alguna respuesta todo el día. A la 1:30 de la madrugada, el abogado del Foro Penal que lleva su caso,  Alonso Medina Roa, les dijo que a esa hora ya nada se podía hacer. Que primero enjuiciarían a los jóvenes de los campamentos de Chacao y Altamira y que volvieran a casa por esa  noche.

El sábado 11 transcurre la segunda jornada de incertidumbre en el Palacio de  Justicia. Moreno llega temprano de Guatire con su esposo, hermanas y sobrinas. Allí aguardaron hasta las 8:30 de la noche, cuando comienzan a salir jóvenes con sentencia. “Aquello fue una escena horrible: muchachos y familiares que lloraban, gritaban. Cuando nos dijeron que Sairam no saldría, no lo podíamos creer: ¿cómo mi hija no va a salir? ¿cómo habíamos llegado a esta situación? ¿Cómo es posible que una muchachita buena, sana, de familia se quedaría tras las rejas? Todos nos volvimos locos. El abogado nos lo dijo claramente: ‘No hay manera de sacar a Sairam. Es un trofeo para el gobierno”. Alegó que la buscaban desde hace tiempo, nunca le perdonaron que ganara el centro de estudiantes de Trabajo social de la UCV en 2012.

Esa noche se presentó un momento de confusión. “En medio de esa situación tan terrible, comenzaron a gritar que venían los colectivos a atacarnos, que teníamos que irnos. Comenzaron a llegar en motos. Quizás fue una decisión del gobierno para que los familiares no pudiésemos reclamar nada. No nos quedó otra que meternos en nuestros carros e salir corriendo de allí. Llegamos a Guatire desesperanzados”.

El domingo 12, día de las madres, Moreno recibe una llamada a las 3 de la tarde del abogado, avisándole que su hija y otros diez estudiantes serían traslados al Sebin, en el Helicoide y que ya podían llevarle ropa y comida. Desde el jueves anterior hasta ese día, no le habían permitido bañarse ni cambiarse.

“La vida de todos se ha trastornado. Ha sido una experiencia muy difícil para la familia. He tenido que abandonar mi trabajo para trasladarme a Caracas a visitar a Sairam los miércoles y sábados, atender entrevistas, asistir a reuniones y ruedas de prensa para denunciar la injusticia contra de mi hija y los estudiantes.  Por fortuna, cuento con el apoyo de mis jefes y  compañeros”, describe Moreno

“Sairam tiene una fortaleza increíble, la que no tengo yo”, admite su madre. “Se mantiene serena, tranquila y con actitud luchadora. Siempre le pregunto cómo puede una muchacha tan inquieta estar encerrada en un espacio tan pequeño. Mientras, pide muchos libros, sigue leyendo sin parar, formándose, escribiendo cartas a todo el mundo, hasta al Papa”.

Moreno cuenta que a Sairam no le permiten tomar sol. “Un día de visita le comenté a un guardia porque tanto encierro y me contestó: no te empieces a poner exquisita como la gente de Simonovis. No tenemos personal femenino para movilizar a las muchachas, así que mejor se quedan allí tranquilas”.

Aún no hay sentencia sobre el caso de Sairam. Se encuentra dentro del plazo de 45 días de averiguaciones. Su madre quiere que su hija retome su vida, pero está consciente de su lucha. “Hay que seguir adelante en esta protesta, que es de todos. Debemos apoyar a los estudiantes. Le pido al gobierno que acabe la represión, que deje a los jóvenes tranquilos y persiga más bien a los delincuentes”.