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Prensa

Contra la censura –por el Día del Periodista– , por Marcelino Bisbal

Un elemento sustancial para el ejercicio de la democracia lo constituye la vertebración de la opinión pública. Los medios de comunicación, la prensa libre e independiente, forman parte de la institucionalidad de los regímenes representativos. Frente a la pretensión onírica de que los periodistas estamos fuera de palacio, la prensa moderna se incluye en el entramado y sostenimiento del sistema democrático, actuando como un contrapoder necesario y una tribuna de debate capaz de defendernos del griterío y la demagogia.

Juan Luis Cebrián

I – Lo subversivo y lo indeseable

El título de este breve ensayo-crónica lo hemos tomado de un magnífico libro del premio Nobel de Literatura (2003) el surafricano John Maxwell Coetzee (Esperando a los bárbarosDesgraciaElizabeth CostelloVerano entre otros): Contra la censura. Ensayos sobre la pasión de silenciar (Editorial Debate, España, 2007). No se trata de un libro unitario, o de un tratado teórico sobre la censura, sino más bien de una recopilación de trabajos que analizan el tema desde una perspectiva liberal como el propio autor se define. El libro nos ofrece un abanico de ejemplos que van desde los análisis de las distintas formas de la censura del apartheid surafricano, pasando por la imposición censora del gobierno estalinista, así como nos va presentando diversas prácticas del censor en temáticas tan disímiles como el feminismo y la pornografía, la literatura y la poesía particularmente… y como nos dice el propio Coetzee: “Los temas que se tratan en el libro son en su mayoría producciones de escritores que han respondido a la atención del censor, porque este consideró que esos trabajos intelectuales esbozaban ideas subversivas, o porque eran representaciones moralmente repugnantes o porque esas producciones eran indeseables políticamente”

El Nobel surafricano deja muy claro su concepto de censura expresado, a lo largo de todo el texto, en estas ideas que funcionan como “ideas fuerza”: –La censura es un fenómeno que pertenece a la vida pública; –El oficio del censor no es una ocupación que atraiga a mentes inteligentes y sutiles; –El gusto y el gesto punitivo de la censura tiene su origen en la reacción de ofenderse; –Las prohibiciones establecidas por monopolios o cuasimonopolios pueden ser en la práctica tan completas como las aplicadas por organismos de censores respaldados por la fuerza de la ley; –En teoría debería existir una gran diferencia entre las censuras ejercidas para supervisar los medios de comunicación y la censura que vigila las artes. En la práctica, sin embargo, los censores que controlan los límites de la política y de la estética son los mismos. Al no trazar ninguna línea definida por motivos políticos y la debida a razones morales, imita al censor cuando surge la pista de lo indeseable, la categoría bajo la cual equipara de manera forzada e incluso caprichosa lo subversivo (lo prácticamente indeseable) y lo repugnante (lo moralmente indeseable).

II – El acoso mediático como forma de censura

Partimos de ese libro, como preámbulo, para pensar el caso venezolano y las distintas prácticas censoras que ha establecido el poder instaurado desde hace ya casi veinte años. En nuestro contexto la censura por lo políticamente indeseable, desde la visión del régimen, ha tenido varios momentos. Hagamos, de manera rápida y sucinta, un perfil de esos momentos en donde la censura se ha hecho patente.

Primer momento: el lenguaje y el tono declarativo

Primeros años del proceso político chavista, hoy convertido en régimen autoritario-totalitario-militarista y dictatorial. Los medios y los periodistas vistos como enemigos de la revolución y como actores políticos a los que hay que combatir. Las declaraciones del difunto presidente Hugo Chávez son de lo más elocuentes de aquello que se expresara en ese entonces: “La batalla se libra en los medios”.

En esta primera oleada o momento habría que recordar lo que escribiera el escritor venezolano Juan Carlos Chirinos en el preámbulo de la última edición de la “novela policíaca” de Jorge Edwards Persona non grata: “Porque el tirano, que tanto habla, teme siempre la palabra que lo señala”.

Segundo momento: la alteración del régimen comunicativo

Otro régimen comunicativo se impone como resultado del golpe de Estado del 11 de abril de 2002 y el paro nacional de ese mismo año e inicios de 2003. Los medios y un grupo de periodistas se muestran como actores políticos privilegiados. Aparece el término de hegemonía comunicacional. El gobierno inicia el diseño y conformación de una estructura de medios sin precedentes en el país ni en América Latina, gubernamentalizada y puesta al servicio de la revolución bolivariana y del desarrollo e implantación del socialismo del siglo XXI. El escenario de los llamados medios comunitarios o alternativos irrumpe con fuerza, pero de inmediato ellos son colonizados y desnaturalizados en sus funciones desde el aparato gubernamental. Así, la investigadora Raisa Urribarrí, al ver la reconfiguración que estaba sufriendo este sector de medios, acuña el término de gob unitarios.

En aquel momento desde Miraflores se nos dice, intentando justificar esa alteración del régimen comunicativo, que “lo que es innegable es que está habiendo una revolución en los medios de este país. La democratización de la información es necesaria. Es una guerra”.

Tercer momento: nuevo marco legislativo y criminalización de la expresión

Se empieza a conformar un nuevo marco jurídico que impone significativas restricciones a la libertad de expresión y a la libertad de comunicar. En primer lugar, se aprueba la Ley de responsabilidad social en radio y televisión que luego será reformada en 2010 para contemplar a los llamados medios electrónicos, es decir Internet; vendrá luego la reforma del Código Orgánico Procesal Penal en donde aparecen las figuras de la difamación y la injuria, además en 2012 se vuelve a proponer una nueva reforma que elimina la inviolabilidad de las comunicaciones personales. En los últimos meses del año 2010 se aprueban y se reforman un conjunto de leyes que cambian el contexto político del país y que centralizan, todavía más, las decisiones públicas. En aquel entonces, y lo hemos vivido a lo largo de todos estos años, se dijo que era la ruptura definitiva del estado de derecho en Venezuela.

No solamente la reforma que se le hizo a la Ley de responsabilidad social en radio y televisión, tampoco la reforma a la Ley orgánica de telecomunicaciones dieron como resultado un nuevo panorama comunicativo en el país, sino que en ese mismo 2010 se aprobaron también cinco leyes que dan sustento al denominado Estado comunal y que tienen un efecto grave sobre las comunicaciones libres, abiertas y plurales. También en ese año 2010 Conatel (Comisión Nacional de Telecomunicaciones) pierde su carácter técnico, pues pasa a ser dirigido por la Vicepresidencia de la República y asume funciones políticas y censoras.

Se inician procesos judiciales-administrativos a medios y periodistas. Cierre de Radio Caracas Televisión y de otros medios de radio y televisión. Se hacen cada vez más frecuentes las cadenas nacionales de radio y televisión. Se va imponiendo poco a poco la censura y comienza a aparecer la autocensura por intimidación, miedo a la seguridad personal y por amenazas de cierre y expropiación a instalaciones mediáticas.

Así, comienza a hacerse patente aquello que expresara un grupo de intelectuales brasileños, en 1934, en apoyo al gobierno dictatorial de Getulio Vargas: “Los medios de comunicación no deben pensarse como simples medios de diversión sino como armas políticas sometidas al control de la razón del Estado”.

Cuarto momento: la comunicación y el periodismo en tiempos difíciles

Con el marco jurídico que va apareciendo, con las reformas que se le hacen a algunas leyes del sector de las comunicaciones y de la información se va limitando cada vez más la libertad de comunicar y la libertad de pensamiento y de expresión. Si la libertad de expresión y de prensa es consustancial a la democracia, como sistema político, esta va en franco deterioro para convertirse en un designio meramente formal y dar paso así a la creación de un Estado socialista que han bautizado con el remoquete de socialismo del siglo XXI y que como nos apunta Pedro Nikken: “Es la verdadera cara del estalinismo del siglo XX”.

El cerco que ya se había impuesto a los medios de comunicación, a sus profesionales, a los anunciantes con la Ley de responsabilidad social en radio y televisión (conocida como Ley Resorte), con la reforma que se hizo y que abarca el ámbito de los medios electrónicos (léase Internet) y la reforma a la Ley orgánica de telecomunicaciones… se cierra aún más el círculo a una verdadera libertad de comunicar y se cercena dramáticamente la disidencia y la crítica.

Empezamos a ver cómo algunos medios cambian de propiedad y así van desapareciendo voces críticas. Se retiran de la parrilla de programación televisiva medios internacionales. Sigue creciendo la censura política, la autocensura y el gobierno traspasa la frontera de la democracia hacia una clara dictadura militar. Surgen algunos organismos que tienen que ver con la llamada “seguridad del Estado”: primero fue el Centro de Estudio Situacional de la nación (Cespa), el cual tenía que ver con ámbitos de la información y las comunicaciones en el país; en 2013 se deroga este organismo y da paso al Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria (Cesppa) y que tiene la función de solicitar, organizar, integrar y evaluar «las informaciones de interés para el nivel estratégico de la nación”.

Vemos cómo las comunicaciones se han vuelto centrales en la vida del proceso político instaurado desde 1999. De esta manera se constata, en la acción gubernamental hacia los medios y sus periodistas, aquello que escribiera el investigador Antonio Pasquali cuando afirmó: “El chavista es el primer gobierno del país que comprende la importancia capital de las comunicaciones para modelar sociedades, y es una lástima que haya aplicado esa comprensión a la causa equivocada”.

Quinto momento: otros lugares para el periodismo o el control mediático por las divisas

Sigue creciendo el número de medios gubernamentales, mas no de servicio público. Comienza la operación de ahogar a los principales diarios del país a través del control de las divisas requeridas para la obtención del papel y de otros insumos para la impresión. El objetivo es silenciar las voces críticas al gobierno. Muchos diarios salen de circulación y otros suprimen su edición impresa para buscar refugio en el espacio digital. Desde ese momento profesionales destacados del periodismo venezolano descubren la web y empiezan a surgir experiencias interesantes de información, análisis e investigación periodística en el espacio digital. Pero esta migración forzada no se dio de manera natural, sino que fue un paso obligado por la emergencia que impuso el contexto y el acoso gubernamental. De la misma forma, muchos de los grandes diarios con tradición periodística pasaron del formato impreso y se transformaron en diarios o semanarios digitales. Otros circulan con un número reducido de páginas y con escasa publicidad debido a presiones gubernamentales, pero también se ajustan al soporte de la web para hacerse presentes.

Continúa el cierre de medios sin garantías legales, así como la criminalización a periodistas y dueños de importantes medios de comunicación. Desde el poder se hace caso omiso a los comunicados y llamados urgentes de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), al igual que de los comunicados e informes de organizaciones nacionales defensoras de la libertad de expresión y del derecho a la información.

Releyendo un texto producido por el investigador Jesús María Aguirre y quien esto escribe, en el año 2015, intentábamos explicar cómo habíamos llegado a estos otros lugares en el periodismo de estos tiempos y expresábamos que “probablemente nunca haya habido en la historia republicana de Venezuela una variabilidad tan grande en el campo de las comunicaciones, sea por las transformaciones tecnológicas de la era de la información, que nos somete a un reciclamiento permanente, sea por las acometidas de una revolución proteica, con una deriva y rumbos cada vez más inciertos”.

Sexto y último momento: la pasión y la necesidad de silenciar

El poder se ha percatado de que hay un flujo informativo crítico que escapa de su control, de sus políticas censoras. Ese flujo responde a lo que circula por el escenario de lo digital y muy particularmente por las redes sociales. Es lo que alguien denominó el tsunami digital que ha logrado preocupar al gobierno. Este espacio ha abierto nuevas maneras de informarnos, de escenarios de libertad y de pluralidad en las opiniones…

Se empieza a hablar, de manera cada vez más frecuente y explícita, de la necesidad de regular las redes sociales y de poner filtros de navegación para controlar esa información que circula por la red. En tal sentido, se creó el Viceministerio de Redes Sociales cuya función es “supervisar las tendencias en las redes”. Desde el gobierno se empieza a hablar de una “guerra electrónica” y así, en la medida que Internet se va expandiendo y crecen los llamados medios digitales, la censura digital va en ascenso con maneras y técnicas cada vez más sofisticadas.

Sobre este tema de la libertad de expresión e información en la red, el último informe sobre Libertad en la red (2017) de FreedomHouse, organización que se orienta a la defensa de los derechos humanos, la libertad y la democracia a escala global, señala que el país se convirtió en “No libre” y los elementos que según ella influyeron en esa calificación son: el deterioro del acceso y la calidad de los servicios de telecomunicaciones; los bloqueos selectivos de sitios web; las detenciones arbitrarias de reporteros y activistas; así como los mayores niveles de violencia física y técnica registrada contra periodistas, medios digitales y sitios web de organizaciones ciudadanas.

Se nos viene a la memoria la imagen y el nombre de G. Orwell y su Big Brother, que tiene que ver con la vigilancia y el espionaje –cibervigilancia– que empieza a darse hacia los internautas y su ciberactividad. Fernando Savater señaló, en uno de sus textos periodísticos, que “siempre que se discute sobre los excesos de vigilancia del gobierno sobre los ciudadanos sale a relucir el Gran Hermano descrito por George Orwell en su famosa distopía 1984. Pero suele pasarse por alto que el control agobiante y obsesivo del Gran Hermano de Orwell se ejercía para impedir libertades democráticas de asociación, expresión y creencias, es decir, no para la seguridad de los ciudadanos sino para garantizar la del poder establecido sin oposición a su dictadura”.

III – ¿Cómo leemos esta realidad?

El asedio del poder gubernamental hacia los medios y sus periodistas va a continuar en la medida que la realidad del país se deteriore más y más, tal como está ocurriendo. La censura, el cierre de medios, la aparición de medidas administrativas y judiciales contra los medios irá en ascenso…

La presencia de una política comunicacional de control va a ser un denominador común, tal como nos lo han venido señalando, a lo largo de todos estos años, los informes casi diarios, semanales, mensuales y anuales que nos ofrecen organizaciones nacionales no gubernamentales como Espacio Público, el Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS), Expresión Libre, Provea, Medianálisis… o los resúmenes que cada cierto tiempo publica la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, o los que presentan otras ONG internacionales.

Todos esos diagnósticos nos refieren como las comunicaciones –en su sentido más general– y la política han cambiado en la Venezuela de estos últimos veinte años. Ha habido desde el poder toda una política de reingeniería de la democracia como sistema político y de la acción de los medios en la construcción de la agenda pública.

Si la realidad del presente en el campo de las comunicaciones es como la hemos descrito ya nos podemos imaginar cómo es hoy el ejercicio del periodismo en el aquí y ahora. Si el deber ser del periodismo es que este contribuya a la elaboración de marcos y pautas de referencia y hacer que la ciudadanía adquiera las representaciones necesarias para reconocerse como integrante de un país y, en definitiva, de un conglomerado social y que reconozca que el poder político o cualquiera otra forma de poder tiene que estar subordinado a los intereses de vida del ciudadano y no el ciudadano y su vida a los intereses del poder… Difícil tarea esta que se le otorga al campo periodístico y mucho más difícil cuando estamos en presencia de un poder político que intenta, por diferentes vías y mecanismos nada juiciosas y mucho menos éticas y morales, conculcar nuestras expresiones y opiniones, y hasta nuestro propio ejercicio de ciudadanía, e incluso de ciudadanía mediática.

Bajo esa perspectiva es que afirmamos que los periodistas tienen una tarea bien importante, pero difícil y compleja a la vez. Cuando este gobierno dictatorial se ha venido convirtiendo poco a poco en una maquinaria coactiva; muy poco preocupado por el desarrollo de las mayorías más allá de que ellas le otorguen la “buena pro” para perpetuarse en el poder; interesado en la formulación de planes que lo legitimen en cuanto poder político por encima del resto de la sociedad; cuando no reconoce a las fuerzas políticas de la oposición como legítimas y presentes; cuando ve a los comunicadores-periodistas y los pocos medios que todavía no están bajo su control como un opositor peligroso… es cuando sigue teniendo validez aquello que el español Ortega y Gasset afirmara en relación con los periodistas y la prensa en la España de 1930:

“No existe en la vida pública más poder espiritual que la prensa. La vida pública, que es verdaderamente histórica, necesita siempre ser regida, quiérase o no. Ella, por sí misma es anónima y ciega, sin dirección autónoma. Ahora bien, a estas fechas han desaparecido los antiguos poderes espirituales (…) En tal situación, la vida pública se ha entregado a la única fuerza espiritual que por oficio se ocupa de la actualidad: la prensa”

 

El Nacional

El Periodismo es anti poder, por Edward Rodríguez

 

Les confieso que me debatía entre escribir sobre las nuevas sanciones de la Unión Europea a funcionarios del Gobierno de Nicolás que hoy viven más presos que libres y aunque tengan guardaespaldas y poder no pueden salir del territorio nacional, eso por lo menos a unos, por no decir que a la mayoría, les entra un fresquito, y a ellos, o sea, a los sancionados, una preocupación; el poder no es para siempre, se acaba en un abrir y cerrar de ojos; o escribir sobre el periodista, por celebrarse su día en Venezuela este 27 de junio.

Opté por escribir sobre nuestra profesión, esa profesión que se lleva en las venas, el  corazón y el cerebro. Tres elementos que no pueden faltar para ser un buen periodista.

Ya con 20 años de ejercicio en el periodismo, pero hoy dedicado a la consultoría política, al marketing político, puedo decir que el periodismo siempre está sembrado en uno y sólo se es periodista desde el momento que comienzas a vivirlo, a soñarlo, a trabajarlo intensamente desde una sala de redacción, desde la calle, desde investigación y la denuncia. Cada quien en su fuente desarrolla esta labor de vida, en el deporte, en la farándula, en la publicidad,  en las redes o en cualquier otra área que tenga implícita la palabra comunicación.

“Vivimos para contar”, decía mi padre, un periodista empírico; de allí surgió subjetivamente en mí esa esencia que hoy desarrollo.  Hoy podemos decir que en Venezuela nuestra profesión ha estado a prueba de todo, lo primero es que nunca se abrazó a este gobierno, siempre ha permanecido del lado de los hechos y de los principios democráticos, el periodismo ha superado la barrera de los cierres de medios,  la persecución, el destierro y ha tenido que reinventarse todo el tiempo para seguir sobreviviendo.

La lucha es contra el poder, es la filosofía natural, la esencia; sin embargo, hay que   adaptarse a los nuevos tiempos, adaptarse a nuevos relatos, a una nueva forma de contar las cosas para continuar denunciando ante la opinión pública lo que está mal hecho, la corrupción, la violación de los derechos humanos, entre otros temas. Pero también está en nosotros mostrar la cara del emprendimiento, de la resistencia y lo novedoso.

Hoy gracias a este Gobierno sin escrúpulos y enemigo público de los medios de comunicación que en su haber tiene el cierre de RCTV, de más de 200 emisoras de radio, y de una veintena de periódicos; muchos colegas de primera línea están fuera de nuestras fronteras quizás no haciendo lo que quisieran hacer, pero seguramente pronto lo harán, vaya mis palabras de aliento, para los que siguen en Venezuela el doble de reconocimiento.

Jorge  Ramos, afamado periodista mexicano y presentador de la cadena Univisón, decía que nuestra responsabilidad social como periodista es retar aquellos que están en el poder y prevenir el abuso del poder, eso lo seguimos haciendo cada quien desde su trinchera. Mario Vargas Llosa lo define como arena movediza, lo odias pero estás dispuesto a lo que sea por conseguir una noticia, es prácticamente un vicio.

El periodismo responsable siempre tiene consecuencias y el poder nunca sonríe a esto pues sabe que ante una prensa libre deben dormir como los presos: con un ojo abierto y el otro cerrado; así duermen en Miraflores.

Sin duda, el periodismo es el “mejor oficio del mundo” como decía Gabriel García Márquez. El periodismo es anti poder por naturaleza.

 

@edwardr74

Conatel inicia procedimiento sancionatorio contra La Mega 107.3 FM y Líder 94.9 FM

 

La Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), inició este jueves 21 de junio un “proceso administrativo sancionatorio” a las estaciones radiales La Mega 107.3 FM y Líder 94.9 FM por el presunto incumplimiento de los artículos de la Ley de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos (Lrsrtme).

“El procedimiento iniciado a La Mega 107.3 FM, se deriva de la difusión de mensajes a través del programa —Galanes de Radio— cuyo contenido podría resultar inapropiado para el horario destinado especialmente para las niñas, niños y adolescentes, y podrían atentar contra su formación integral, circunstancias que de comprobarse, podrían resultar sancionados de conformidad con los artículos 27 y 29 de la Lrsrtme “, manifestó el organismo en una nota de prensa.

El procedimiento iniciado a Líder 94.9 FM por el supuesto incumplimiento de la difusión de  “los mensajes y alocuciones oficiales del Estado, establecido en el artículo 10 de la mencionada ley de responsabilidad social”.

Conatel señaló que ambas estaciones de radio “fueron instados a cumplir con las previsiones de la LRSRTME en reiteradas oportunidades e hicieron caso omiso de ello”, por lo que ahora tendrán 10 días hábiles para presentar sus alegatos ante la Comisión.

 

El 31 de mayo, tras casi 40 años en circulación sin interrupción el diario Los Andes de Trujillo, pasará a tener una publicación semanal.

El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) explicó que dicha acción se tomó con la finalidad de ahorrar papel y evitar el cierre del medio. “Ahora será un semanario para ahorrar los recursos que le quedan y evitar el cierre definitivo”

Según la directora del Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela (IPYS), Marinela Balbi, entre agosto de 2013 y febrero de 2018 han dejado de circular 35 diarios en todo el país. 18 medios de manera definitiva, mientras que 17 han suspendido sus operaciones por lapsos.

En el presente año siete medios impresos han dejado de circular o se han convertido en semanarios. El Oriental, La Verdad de Monagas, El Tiempo, en su edición para la zona centro , El Impulso , La Región de Oriente, La Prensa de Barinas, y Versión final.

 

Runrunes se alza con el premio La Buena Prensa por cobertura de hecho imprevisto

RUNRUN.ES GANÓ EN LA CATEGORÍA «Mejor cobertura hecho imprevisto” de los premios españoles de alcance global “La Buena Prensa” por el trabajo realizado sobre las protestas de 2017.

La noticia la dio a conocer Miguel Ángel Jimeno, profesor en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra y organizador de los premios. Este galardón con el propósito de reconocer los mejores trabajos periodísticos en español del año en medios impresos y digitales.

Esta séptima edición resalta el seguimiento que le hizo el equipo de periodistas y reporteros de runrun.es durante los cuatro meses de protestas que vivió el país el año pasado. Toda la base de datos recolectada, multimedia y reportajes realizados están en el especial “Protestas 2017”

runrun.es es el único medio latinoamericano galardonado dentro las siete categorías regulares y dos menciones especiales que conforman los premios.

 

Este martes 15 de mayo, periodistas y diputados a la Asamblea Nacional (AN) fueron agredidos por funcionarios de la Guardia Nacional (GN), quienes acordonaron la entrada del Palacio Federal Legislativo para impedir que los medios de comunicación pudiesen ingresar al recinto.

Varios periodistas denunciaron que el coronel de la GN Bladimir Lugo, junto a otros funcionarios, agredieron al camarógrafo José Rivas, de Venevisión, golpeándolo en la cara y propinándole patadas en el tórax; además de romper el equipo de este medio de televisión.

 

 

 

Los parlamentarios abandonaron el hemiciclo para auxiliar a los comunicadores, a quienes por quinta oportunidad se les impidió el acceso al Palacio Federal.

El diputado Luis Florido denunció que el secretario de la impuesta Asamblea Constituyente, Fidel Vásquez, fue quien dio la orden de no permitir que los periodistas ingresaran al lugar.

“No vamos a permitir que se cercene el derecho que tienen los periodistas a llevar la información y a participar en la AN junto a los parlamentarios” resaltó Florido.

Le habrían roto la boca a los diputados Winston Flores y Juan Requesens,

Aseguró que ni los “constituyentistas” ni los funcionarios de la GN van a decirl a los diputados “qué debemos y qué no debemos hacer”.

 

 

Nuevos informes sobre violación a la libertad de expresión en Venezuela reposan en la ONU

 

Nuevos informes sobre violación a la libertad de expresión en Venezuela reposan, desde el pasado 26 de abril, en la Relatoría Especial sobre la promoción y protección al derecho a la libertad de expresión de las Naciones Unidas. Los mismos, elaborados por el Instituto Prensa y Sociedad (YPIS) y Expresión Libre, fueron llevados hasta el Palais Wilson, sede de la institución en Ginebra, de manos de la presidenta de la Asociación de periodistas venezolanos en España Venezuelan Press, donde fueron recibidos por Marina Narváez, representante del Despacho de David Kaye.

Se trata de informes sobre la precaria situación de Internet en Venezuela, el índice de libertades periodísticas 2017, la corrupción como enemiga de la libertad de expresión y el contexto comunicacional en Venezuela durante el año 2017. Asimismo, fue consignado el trabajo sobre “Venezuela, un encuentro por la paz y la convivencia a través de los medios” elaborado por la consultora Independiente Nubia Rojas, actualizado a septiembre de 2017.

“Estamos muy atentos a la situación de Venezuela, pero necesitamos más denuncias, que los principales agredidos también consignen sus casos en esta oficina. Todos somos parte de un rompecabeza que necesita de cada una de las piezas para alcanzar el objetivo. Los periodistas venezolanos tienen que tomar conciencia de la necesidad de denunciar y de aprovechar todos los mecanismos internacionales” dijo Narváez, quien celebró el esfuerzo realizado por Venezuelan Press de entregar estos documentos de manera presencial.

El Estado venezolano no ha respondido a requerimientos para que el Relator Especial, David Kaye, visite el país a fin de constatar directamente las denuncias, pero desde esta Oficina insistiremos hasta lograr que el gobierno permita su entrada y la de su equipo, una situación normal en cualquier país democrático donde se respete el Estado de derecho, explicó la representante de la Relatoría Especial.

Prometieron entrar en el siglo XXI pero mandaron a Venezuela al siglo XIX
En apariencia, suponen avances. Pero la promoción de la moneda virtual, el auge de los medios digitales, la comida orgánica, el parto humanizado, racionamiento ecológico, fabricación local de aparatos electrónicos y medicina naturalista son más bien cambios que implican retrocesos. Los venezolanos han sido obligados a sumarse a las tendencias globales para en realidad quedar al margen de la historia, cada vez más lejos del futuro

La prensa no cuenta el futuro

Una veintena de medios digitales se ha ido consolidando en Venezuela en los últimos 4 años, insertándose en la tendencia mundial mucho antes que varios países de la región. Periódicos tradicionales  y canales de televisión han reforzado sus versiones digitales hasta el punto de reducir a su mínima expresión sus soportes impresos, cuando no desplazarlos por completo por las plataformas en la red.

A primera vista, podría considerarse que si, que Venezuela está a la vanguardia del sector de medios de comunicación. Que lleva ya un trecho recorrido en las nuevas maneras de informar sobre la autopista de la información y que nos adelantamos a la preconizada desaparición de diarios impresos como uno de los cambios que signarán los tiempos modernos. Pero no.

Aunque el auge de los medios digitales en Venezuela se inserta dentro de la adaptación a las nuevas tecnologías, en realidad responde al avance de la censura y hegemonía comunicacional como política del gobierno. 35 medios impresos han cerrado en Venezuela entre 2013 y 2018,  según Ipys. Y han dejado de circular no porque decidieron adelantar el futuro sino por la crisis del papel periódico generada por el monopolio del Estado en la distribución de esta materia prima importada.

También existen más webs informativas porque simplemente hay menos medios tradicionales haciendo periodismo: el cierre de radios y televisoras, compra de diarios y canales por grupos afines al gobierno y autocensura por presiones y amenazas oficiales han producido cambios de líneas editoriales con la consecuente pérdida de pluralidad y deterioro de las libertades democráticas.

Billetes versus moneda virtual

A principios de 2018, el primer minimercado del futuro, sin cajeros y sin efectivo, abrió sus puertas en Seattle, Estados Unidos.

Se llama Amazon Go y cuenta con un refinado sistema de videocámaras, sensores e inteligencia artificial que «ve» lo que ponen los clientes en el carrito y también lo que sacan. Para entrar, el cliente acerca un código QR desde su celular al lector inteligente de unos torniquetes colocados a la entrada del minimercado. El requisito previo es tener una cuenta en Amazon. La compañía debita la compra como si se hubiera realizado compras en línea.

Mientras tanto en Venezuela, la tecnología del código QR se utiliza para entregar al pueblo una caja de comida con bajos índices de calidad y que se ha convertido en uno de los tantos negocios nada transparentes de la era chavista. A través del código en el Carnet de la Patria, un nuevo documento de identificación nacional ideado por el Gobierno Bolivariano, se regula el acceso a productos de primera necesidad y es un instrumento para llevar un control detallado sobre las misiones entregadas por el presidente Nicolás Maduro.

“El carnet será una billetera móvil, ya tenemos el sistema aprobado por los técnicos y nos vamos por todo el país para hacer las evoluciones para que no se pague más con dinero en efectivo”  decía el coordinador nacional de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), Freddy Bernal, el 26 de enero de 2018.

Sin embargo, es poco lo que se utiliza la billetera móvil como método alternativo de pago. En Venezuela la escasez de efectivo ha llevado a la población a utilizar transferencias, pago móvil y hasta trueque para obtener sus productos. No hizo falta la llegada de Amazon Go al país.

Parto humanizado

Cuando en países como Australia, España, Francia, Holanda y Reino Unido se habla de tener un parto en casa, se refiere a la preferencia que tienen los padres de que el proceso del nacimiento sea lo más natural, seguro, cómodo y armonioso posible. Para eso, se cuenta con un equipo de profesionales altamente capacitados para resolver cualquier emergencia que ocurra con la madre o el bebé.

En el año 2017, Nicolás Maduro anunció la creación de un plan para atender a mujeres embarazadas de bajos recursos: “Voy a lanzar el plan nacional del parto humanizado, parto sin dolor, para todas las barrigonas, para apoyarlas y ayudarlas. Que tengan un parto feliz, una gestación sana, feliz y humana”.

Volver al uso de matronas -mujeres que asistían los partos hace siglos- no supone ningún riesgo en países donde no existe el ruleteo de parturientas por distintos hospitales, donde no hay escasez de medicinas, de fórmulas lácteas y pañales. En Venezuela, solo en el año 2016, murieron un total de 11.466 neonatos por causas como sepsis neonatal (infección), neumonía, dificultad respiratoria y prematuridad. La cifra confirmada por el Ministerio del Poder Popular para la Salud. Para el primer trimestre de 2018, se conoció que en el Hospital Luis Razetti de Barcelona la tasa de recién nacidos muertos aumentó en 211% en comparación con el mismo periodo en – 2015, las causas son una constante: bajo peso (malnutrición), falta de insumos y prematuridad.

Parir en la casa tampoco genera problemas en países donde hay conciencia de una planificación familiar. En Venezuela -segunda nación con la tasa de embarazos más alta de Latinoamérica- no existen planes gubernamentales que ayuden a atacar el problema. Por el contrario, el gobierno entrega bonos según la cantidad de hijos que tenga una mujer a través del Carnet de la Patria.

La decisión de cómo y dónde dar a luz, es libre en cada mujer, pero en Venezuela no hay muchas opciones. La hiperinflación y el constante aumento de los presupuestos en clínicas privadas obligan a que más mujeres emigren hasta Colombia o Ecuador para tener un parto en mejores condiciones. Así lo confirman las cifras del Hospital Universitario Erasmo Meoz (Huem) de Cúcuta, en donde solo entre enero y febrero de 2018, se atendieron 258 partos de mujeres provenientes de Venezuela que además llegaron con desnutrición y sin ningún control prenatal.

Los “ecochef “de la “gastroescasez”

Torticas de quinchoncho, empanadas de plátano, arepas de batata, ceviche de sardinas, croquetas de cachama, sopa de frijol bayo, pasticho de berenjena, jugo de calabacín y parchita. El menú que el Instituto Nacional de Nutrición (INN) propuso a los venezolanos en septiembre de 2016, a través de la campaña “Agarra dato, come sano”, rebosaba en novedades. Incluía alimentos que ya estaban en la clásica dieta venezolana –que, según el investigador gastronómico José Rafael Lovera, siempre fue tan rica en frituras y panes como la arepa de maíz– pero presentados de una manera distinta: las verduras pasaban a convertirse en sustitutos de la harina, los pescados más económicos se hacían parte de las recetas y los granos –que todavía eran accesibles– eran relleno y masa a la vez.

¿De qué se trataba esta iniciativa? ¿Era Venezuela acercándose a un consumo nutritivo promovido por el Estado? ¿Era el arribo de la gastronomìa ecológica? ¿Estaba Venezuela enfilándose en la tendencia del rescate de los alimentos autóctonos? La respuesta se encontró en uno de los párrafos de la nota de prensa que promovía la idea.

“La joven y dinámica campaña va orientada a mostrar a la población la importancia de mantener el hábito de incorporar los alimentos en la dieta diaria, tanto por razones nutricionales como económicas. Y es que se pretende disminuir, entre otras cosas, la ansiedad de comprar rubros críticos o regulados, fijando la atención en rubros alternativos soberanos, no escasos, no tan costosos y que brinden beneficios nutricionales”, decía la nota que informaba lo que venía.

Debajo de ese discurso estaban las cifras del desabastecimiento que se quería mantener oculto, ese que desde finales de 2013 había comenzado a dejar anaqueles vacíos, pasillos enteros sin víveres, neveras y congeladores sin carnes ni pollos, ausencia total de productos clave para la comida criolla como harina de maíz y de trigo, pasta, arroz, azúcar, leche y margarina y, por tanto, reventa de comida a precios imposibles de cubrir por el salario mínimo. Para el momento de aquella campaña, de acuerdo con Econométrica, había 94,5% de escasez en el rubro de aceites y grasas, 92% en azúcar, chocolates y derivados; 81% en leche, queso y huevos; y 80% en carnes rojas.

Hoy, los porcentajes de desabastecimiento son similares. No han valido ni la siembra casera promovida por el Ministerio de Agricultura urbana, ni la cría de conejos ni los gallineros verticales que alguna vez aupó Hugo Chávez.

El resultado de esa carestía se ve hoy en una población que, solo en el último año, ha perdido 11 kilogramos de peso. Ese número pertenece a la Encuesta Condiciones de Vida, Encovi (estudio elaborado por UCAB, UCV y USM), que también determinó que, durante 2017, nueve de cada diez venezolanos (90%) no tenía ingresos suficientes para comer y que 61% se fue a la cama sin probar bocado, ni siquiera una arepita de batata.

 

Medicina Ancestral o la ciencia de las abuelas para enfrentar la carestía

En países del primer mundo se multiplican las opciones para la atención médica, con importantes avances tecnológicos para el tratamiento de diversas enfermedades y el desarrollo de medicamentos de última generación, que conviven con terapias alternativas para mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Mientras que enVenezuela , la carestía de medicinas, falta de personal en hospitales y clínicas, el robo y deterioro de equipos especializados marcan un destino gris para quienes se enferman.

Para enfrentar esta situación, Nicolás Maduro anunció el pasado 19 de enero el lanzamiento del plan “Salud Ancestral” con el objetivo de “convertir a Venezuela en una potencia mundial en salud usando el conocimiento de las abuelas”. En el fondo se trata de  un intento de enfrentar la crisis médica a través del uso de hierbas y raíces.

Venezuela es un país con una arraigada tradición en el tratamiento de enfermedades y males “por la fé”, cultura que se evidencia en una de sus manifestaciones religiosas más importantes, El Nazareno de San Pablo. Según la leyenda, la población de Caracas fue salvada de una epidemia de peste negra cuando al enredarse la imagen del cristo martirizado en un limonero durante una procesión, los fieles tomaron los limones que cayeron y se los dieron a los enfermos, quienes se recuperaron prontamente. Esta creencia  se evidencia además en la cura del herpes Zoster, o culebrilla, con rezos y ramazos y llega al extremo de que un hilo mojado en la frente sirve para sanar el hipo en niños.

Pero si de plantas se trata, están las  infusiones de lechuga y cayena para quitar el insomnio, masticar una cucharilla de granos crudos de arroz para combatir la acidez estomacal, curar el orzuelo con una lenteja colocada en la zona inflamada, hasta llegar a la iniciativa lanzada por la candidata Rona del Valle Gómez, quien en 2015 propuso la siembra de acetaminofen para hacerle frente a la llamada guerra económica que “afecta la salud del pueblo”. El recetario mágico religioso es amplio para curar una crisis muy real.

Una Canaima perdida en el espacio

El cosmonauta soviético Sergei Krikalev despegó a una misión espacial desde la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y, al regresar después de 313 varado en el cielo, aterrizó en Rusia. Era el año 1991 y la URSS se desmoronaba junto con sus íconos hechos en comunismo.

Una nota publicada por El Confidencial de España narra la debacle que mantuvo a Krikalev en un purgatorio sin gravedad, igual de incierto que lo ocurría en el país gobernado por Mijaíl Gorbachov: “Cuando finalmente cayó la URSS —recordemos, el 25 de diciembre de 1991— nadie tenía muy claro quién dirigía el antiguo programa espacial soviético y a quién había que exigirle responsabilidades. La nave estaba en condiciones penosas, sin apenas mantenimiento ni suministros, con filtraciones, apagones y abolladuras. Krikalev había pasado más de doscientos días viendo cómo la noche y el día se sucedían cada 45 minutos, aproximadamente, teniendo en cuenta que la estación espacial daba 17 vueltas diarias al planeta”.

Cuando finalmente lograron acopiar fondos para traer a Krikalev de vuelta, todo había cambiado como si el comunismo hubiera terminado siendo una escenografía teatral: su ciudad natal ya no se llamaba Leningrado sino San Petersburgo y el Partido Comunista al que pertenecía estaba proscrito. Además, su sueldo de cosmonauta ya no alcanzaba ni para comprar un kilo de carne.

En su libro Koba el temible, La risa y los veinte millones, el escritor inglés Martin Amis recuerda los cementerios de inventos soviéticos dejó el desmembramiento de la URSS. En su aspiración de elaborar un catálogo de productos “antiimperialistas” y de factura propia, la maquinaria comunista en el poder se encargó de hacer versiones de carros, lavadoras, equipos de sonido, teléfonos y demás artículos que terminaron convertidos en chatarra.

El socialismo bolivariano del expresidente Hugo Chávez Frías también propició una especie de delirio de innovación tecnológica que, con el creciente deterioro de la cotidianidad venezolana, fueron quedando como piezas de museo de un proyecto que nunca se consolidó.

Bicicletas iraníes fabricadas con una máquina holandesa usada, que ya no se fabrican; satélites cuyo uso exacto se desconoce y teléfonos inteligentes hechos en Falcón mientras la mitad de la población no tiene acceso a Internet; carros iraníes varados bajo el sol de la planta en la Autopista Regional del Centro; computadoras Canaima para la educación de los niños que terminaron siendo usadas en ventas de loterías y casinos clandestinos. Son innovaciones olvidadas en el espacio, como Krikalev.

Criptomonedas que no lo son

¿Quién podría haber imaginado que Venezuela, un país señalado por vivir uno de los mayores atrasos económicos de la última mitad de siglo, sería el primer país en adoptar una criptomoneda, las moneda virtuales que han revolucionado el mundo financiero?

Pero, como en la mayoría de los casos, la idea no se originó en el cerebro del presidente Maduro. Ya otros países (China, Estonia, Suecia y Canadá) habían barajado las posibilidades que ofrece el blockchain. La propuesta terminó descartada por todos al ver el alto riesgo de las cripto frente a delitos cibernéticos. Pero esto no pareció ser ningún problema para el gobierno venezolano.

El “petro” no se puede considerar como una criptomoneda per se, sino que es un “criptoactivo” más similar a una emisión de deuda, tan similar que el Departamento de Tesoro de Estados Unidos lo incluyó en su paquete de sanciones a Venezuela. Pero el hecho de que nadie en “El Imperio” pueda comprarlo no lo ha afectado, y según Maduro, la venta del petro le ha conseguido ya más de mil millones de dólares, que es más de lo que la decaída producción de petróleo está dejando.

Era cuestión de tiempo para que la «innovadora Revolución del Siglo XXI» se fijara en las criptomonedas, esas que han hecho a miles de personas alrededor del mundo ricos de la noche a la mañana sin mucho esfuerzo. Y Venezuela, con sus bajos costos de electricidad, es el paraíso para minarlas, sin importar que se viole la banda verde de consumo porque igual no hay luz en medio país, o que bajo la excusa del petro (que no es minable) se estén minando otras criptomonedas que dejan ganancias en dólares.

Que como ciudadano tengas que tener mil euros para invertir en el petro, que no puedas comprarlos con bolivares, o que ni siquiera se sepa aún cómo realmente comprar y vender uno, son cosas insignificantes para el gobierno. El petro, como todos los inventos de la Revolución, para ellos es un éxito.

Michael Phelps y el racionamiento de agua

Los responsables de las diferentes empresas hídricas en Venezuela pareciera que están a tono con la campaña emprendida por el nadador norteamericano Michael Phelps de la mano de Colgate y el instituto The Nature Conservancy. El deportista olímpico más condecorado de todos los tiempos con 28 medallas, es la imagen de la iniciativa #CadaGotaCuenta con la que buscan acabar con el desperdicio de agua potable en el globo terráqueo.

“Sabían que gastamos hasta 15 litros de agua cada vez que nos cepillamos, si dejamos el grifo abierto…15 litros”, enfatiza el “Tiburón de Baltimore” minutos después de enjuagarse la boca en una cuña del dentífrico.

Mientras el tritón persigue que sus coterráneos en Estados Unidos tomen conciencia de la importancia de preservar el vital líquido, en Venezuela el gobierno hace lo propio en barriadas y urbanizaciones, pero a patadas, y no precisamente las patadas que se dan en una pileta de natación.

Phelps en Venezuela tendría que pararse temprano para recoger agua y dosificar adecuadamente la medida en procura de no quedarse con la boca llena de espuma. Bañarse con totuma y echarle tobos a las pocetas para bajarlas. Además correría el riesgo de cambiar de disciplina por aquello de toparse con una piscina vacía -como la que mostró al país el gobernador de Carabobo, Rafael Lacava, para reclamar por las fallas del servicio en Valencia.

En Venezuela ya el racionamiento del vital líquido es costumbre. Cada comunidad es castigada con horas, días y hasta semanas sin agua. Quienes tienen tanques en sus residencias aguardan que arribe el servicio para dotarse y aquellos que carecen andan deambulando con tobos y botellas a la caza de pozos, manantiales o la hospitalidad de un noble samaritano que les de prestado el baño para acicalarse. Hasta esta cuarta semana de abril una cisterna en Caracas podía llegar a costar hasta 20 millones de bolívares.

Tan incongruente es el servicio que ciudades como Maracaibo y Valencia al lado de lagos o Puerto Ordaz rodeada de ríos, no cuentan con la regularidad del líquido.

“El problema en Venezuela no es de escasez de agua, sino de severas fallas de gestión, es la poca inversión y mantenimiento de las plantas hidroeléctricas y acueductos y su consiguiente efecto negativo en los servicios básicos”, dijo el vicepresidente de la Asociación Internacional de Investigación Hidroambiental, Arturo Marcano, en un foro de la Universidad Católica Andrés Bello. “Si no hay inversión de los sistemas, podríamos llegar a la escasez total”, agregó.

Aunque ya está retirado, si a Phelps le provocase entrenar en Venezuela tendría que lanzarse al Guaire y por qué no, tal vez la suerte le acompañe y salga con una pieza de oro.

 

Textos:

Francisco Zambrano

Paola Martínez

Yeannaly Fermín

Katherine Penacchio

Carlos D’Hoy

Lorena Melendez

Laura Helena Castillo

Lisseth Boon