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Banesco vuelve con el Concurso Nacional de Poesía Joven Rafael Cadenas
 Banesco, en alianza con Autores Venezolanos, Team Poetero y Fundación La Poeteca, convoca a los jóvenes entre 18 y 30 años de edad a enviar su poema hasta el 21 de mayo. Ya está abierta la octava edición del Concurso Nacional de Poesía Joven Rafael Cadenas

Banesco Banco Universal– cuya política de Responsabilidad Social Empresarial tiene como pilares el fomento a la educación, la salud y la inclusión financiera de los venezolanos- invita a los jóvenes poetas a postularse a la octava edición del Concurso Nacional de Poesía Joven Rafael Cadenas. Este certamen del instituto bancario en alianza con Autores Venezolanos, Team Portero y Fundación La Poeteca apoya al talento emergente, promueve la difusión de la poesía y su lectura.

Los venezolanos residenciados en el país o en el exterior, con edades comprendidas entre los 18 y 30 años, tienen hasta el próximo 21 de mayo a las 11:59 p.m. para participar. El poema, de tema y métrica libre, debe ser de su autoría, estar en lengua española, no haber sido publicado antes —entero o por fragmentos— y enviarse a la dirección de correo electrónico concurso@autoresvzlanos.com.ve con el asunto “8vo Concurso Rafael Cadenas”. Las bases completas del concurso están disponibles en el Blog Banesco.

Este concurso anual rinde homenaje al poeta venezolano Rafael Cadenas, quien ganó en 2022 el Premio Cervantes, máximo reconocimiento literario en castellano. También incentiva la creación poética como forma de expresión y como canal de comunicación de los jóvenes con su entorno y fomenta la lectura de poesía de autores venezolanos.

El jurado de esta edición está compuesto por los poetas venezolanos Luis Moreno Villamediana y Gina Saraceni, y la escritora española María Ángeles Pérez López. El veredicto será anunciado en la primera quincena de julio de 2023. Se premiarán tres poemas y se seleccionarán 27 finalistas. Los poemas se publicarán en una antología digital e impresa. Los tres poemas galardonados recibirán los siguientes premios: 250 dólares (primer lugar), 200 dólares (segundo lugar) y 150 dólares (tercer lugar).

En las siete ediciones que ha tenido el concurso han participado 2.578 jóvenes poetas, con 207 finalistas, 22 primeros lugares y 8 menciones honoríficas. En la edición anterior, por primera vez, hubo un empate en el tercer lugar.

 

Un jurado inmerso en la poesía

Gina Saraceni: poeta, investigadora, crítica literaria y traductora venezolana. Es doctora en Letras y magíster en Literatura Latinoamericana de la Universidad Simón Bolívar. Publicó Escribir hacia atrás. Herencia, lengua memoria (2008), En-obra. Antología de la poesía venezolana (1983-2008) (2012), La soberanía del defecto. Legado y pertenencia en la literatura latinoamericana (2012) y el poemario Casa de pisar duro (2013). También cuenta con artículos arbitrados y traducciones a su nombre.

Luis Moreno Villamediana: poeta, narrador, traductor, crítico literario y ensayista venezolano premiado. Es licenciado en Letras de la Universidad del Zulia , donde también fue profesor. Hizo un doctorado de literatura comparada en los Estados Unidos en la Universidad de Luisiana. Ha sido premiado en diversas ocasiones: Premio de Poesía de la Bienal José Rafael Pocaterra (1992), Premio Internacional de Poesía Juan Antonio Pérez Bonalde (1997), Premio Equinoccio de Poesía Eugenio Montejo (2011), Premio Nacional de Cuentos Guillermo Meneses (2011), Premio de Literatura Infantil del Certamen Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz (2014) y Premio Anual de Cuentos Salvador Garmendia (2016). Sus libros publicados son: Cantaresdigestos (1996), Manual para los días críticos (2001), En defensa del desgaste (2008), Eme sin tilde (2009), Laphrase (2012), El edificio Fantasma (2015) y Otono (sic) (2018).

María Ángeles Pérez López: es una poeta, editora, investigadora y profesora española. Es profesora titular de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Salamanca, institución en la que se licenció y doctoró. Es una de las poetas contemporáneas más reconocidas de la lengua española. Su obras han sido galardonadas con varios premios, como el III Premio Tardor por su libro La sola materia (1998), XVIII Premio Ciudad de Badajoz por el libro Carnalidad del frío (1999), Premio Sarmiento de Poesía de la ciudad de Valladolid en 2005 y 2017, Premio de la Asociación Cultural Tierno Galván en la mención de cultura en 2014, Premio de la Crítica de poesía castellana por su obra Incendio mineral (2022) y el Premio Internacional de Poesía Margarita Hierro/ Fundación Centro de Poesía José Hierro por el título Libro mediterráneo de los muertos.

Descarga en Banesco.com las siete ediciones de la Antología del Concurso Nacional de Poesía Joven Rafael Cadenas.

Sobre Banesco

Desde el año 1998 Banesco mantiene un Programa de Responsabilidad Social Empresarial y Sostenibilidad que promueve la educación y la salud de los venezolanos de la mano de sus socios y aliados sociales, así como el mayor bienestar de sus trabajadores. Sus Informes de Sostenibilidad son revisados desde 2008 por la Global Reporting Initiative (GRI) que recoge las mejores prácticas en la elaboración de estos reportes, de acuerdo a estándares internacionales. Banesco es firmante del Pacto Mundial de las Naciones Unidas desde 2009.

 

La magia de los 100 años de Mago
Llegar a los 100 años como Luis Beltrán Mago es una fortuna: mantiene intacta su curiosidad y su amor a la vida

 

@cjaimesb

El pasado sábado 22 de enero, el Círculo de Escritores de Venezuela honró con un hermoso homenaje a su fundador, expresidente y poeta Luis Beltrán Mago, quien una semana antes había cumplido 100 años. Edgar Vidaurre, el presidente del Círculo, hizo una entrañable presentación de Mago, quien, cuando le tocó el turno de hablar, se paseó por episodios de su vida, antes de deleitarnos con lecturas de sus poemas, unos conocidos y otros inéditos.

Nacido en Cumaná, el mar de su infancia es uno de los grandes protagonistas de sus poesías, como también lo fue para su paisano el poeta Cruz Salmerón Acosta.

A los 10 años quedó huérfano y fue criado por su madrina, quien sentenció, cuando le tocaba ir a la universidad “se va para Caracas porque si se queda aquí va a ser otro borrachín en una plaza”. Mago se doctoró en Ciencias Políticas y Sociales en la UCV y trabajó durante muchos años en la Fiscalía General de la nación. Su obra poética es densa, prolífica y muy hermosa. Escucharlo recitar sus versos es, sencillamente, un privilegio.

Llegar a los 100 años como Luis Beltrán es una fortuna: mantiene intacta su curiosidad y su amor a la vida. Confesó que el vino lo ha acompañado siempre, porque siempre ha tenido o encontrado algo que celebrar. Su voluntad de vivir es a la vez una necesidad básica, una meta y un impulso.

En sus conocidas memorias sobre el Holocausto, Víctor Frankl, autor del libro El hombre en busca de sentido, asoció la voluntad de vivir con un propósito; utilizando las palabras de Nietzsche, afirmó que quien tiene un “por qué” para vivir, puede soportar casi cualquier “cómo”.

Luis Beltrán Mago es positivo, tiene fe en la vida, en las personas y constantemente busca nuevas experiencias. Es optimista, alegre y con ganas de involucrarse en el mundo que lo rodea. Su envejecer no ha sido una juventud perdida, sino una nueva etapa de enriquecimiento espiritual, oportunidades y fortaleza. En otras palabras, ha sido joven durante mucho tiempo. «Cuanto más vivo, más hermosa se vuelve la vida» dijo Frank Lloyd Wright, palabras que definen a la perfección a Luis Beltrán Mago.

En todo el mundo, llegar a los 100 años se considera una gesta. Pero llegar a los 100 años como Luis Beltrán Mago, sano, brillante, divertido, con proyectos para el futuro, es una proeza.

En Okinawa, Japón, una región famosa por albergar las personas más longevas del mundo, los residentes son considerados niños hasta que cumplen 55 años. Tienen un ritual llamado “kajimaya” que no es otra cosa que anunciar el regreso a la juventud cuando las personas cumplen… 97 años.

En la India, hay una bendición especial para quienes tocan los pies de los ancianos: «Que vivas cien años». En la tradición judía, cuando alguien cumple años se le dice: “¡Hasta los 120!” porque la Torá indica que Moisés vivió 120 años. Algunos italianos, para felicitar a los amigos en sus cumpleaños− les auguran «Cent’anni!», que significa «cien años» de vida feliz. Lo mismo dice la canción con la que los suecos cantan cumpleaños. En Polonia, Sto lat, la canción más popular de todas, también expresa un deseo de vivir cien años. En Grecia, desear feliz cumpleaños a alguien siempre termina con “να τα εκατοστήσεις”: «que cumplas cien años».

Muchos escritores, filósofos y pensadores han escrito sobre la llegada a una edad avanzada. Henry Wadsworth Longfellow dijo: «La edad es una oportunidad no menos que la juventud misma, aunque con otro vestido: cuando el crepúsculo de la tarde se desvanece, el cielo se llena de estrellas, invisibles durante el día».

Luis Beltrán Mago ha triunfado sobre la vejez porque su mente y su corazón son jóvenes. Querido amigo, voy a felicitarte con una tradición de Sri Lanka: «puedes vivir 220 en lugar de 100».

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Fiesta iberoamericana por la poesía de Yolanda Pantin

@diegoarroyogil

 

Uno de los lectores más entusiastas de la poesía de Yolanda Pantin, el también poeta Samuel González-Seijas, ha dicho de su obra que “parece trasladarse de la historia personal y doméstica, a una zona más impersonal, donde se desdibujan los contornos de la crónica particular de una persona y sus límites comienzan a fusionarse con las imágenes más primordiales de la vida colectiva, con sus fuerzas y tonalidades, con sus ritmos”. Es, quizá, de los apuntes más hermosos que puedan hacerse sobre la obra de un escritor, de una escritora en este caso: que su trabajo ha logrado rozar el mito.

El comentario viene a cuento siempre, pero hoy en especial puesto que Yolanda Pantin, nacida en Caracas en 1954, acaba de obtener el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca, un galardón literario de mucho prestigio en la lengua española, instaurado en 2004 por el Ayuntamiento de Granada y el cual es otorgado por segunda ocasión a un poeta venezolano. El primero fue Rafael Cadenas, en 2015.

Es una fiesta para la cultura, la iberoamericana en todo su alcance, pero sobre todo para la de Venezuela, un país que, como no es un secreto para nadie, atraviesa una zona oscura desde hace demasiado tiempo, pero en el que la voz de los poetas, el hilo de la voz, no ha dejado un segundo de abrir claros para los hallazgos de la interioridad, del alma, vamos. Lo dijo Hölderlin hace siglos y se sabe: “Lo que permanece lo fundan los poetas”, y he aquí una poeta, Yolanda Pantin, que ha hecho y hace lo propio entre nosotros, por lo demás, con una discreción continua y entrañable. Mayor alegría ha sido ver en los periódicos de España, ilustrando la noticia del García Lorca, fotografías en las que Yolanda aparece sonriente como suele estarlo dondequiera que sea. Es la piedad, digamos así, que acompaña desde dentro la sobriedad y la seriedad de su obra. Una obra que, como indica González-Seijas, “señala dónde se abrió la herida”.

La poeta Jacqueline Goldberg se une a la celebración: “Con sus muchos premios e invitaciones a festivales alrededor del mundo, sus muchos libros, su peso en nosotros, Yolanda Pantin es una de las personas más sencillas, accesibles y cálidas que conozco. La suya ha sido una poesía de aliento sostenido, siempre inquieta, anhelante, curiosa, de gran plasticidad. Admiro su capacidad de gustar a todo público, incluso muy joven, y de convocar a la vez un lenguaje hermético, comedido, de sequedades. Pienso, de pronto, en qué poeta venezolano merecería el Premio Federico García Lorca y, que me perdonen amigos y buenos poetas, no se me ocurre nadie más que Yolanda”.

Autora, entre otros libros de poesía, de Casa o lobo, Correo del corazón, El cielo de París, Los bajos sentimientos, La quietud, El hueso pélvico, La épica del padre, País, 21 caballos, Bellas ficciones o Lo que hace el tiempo, a finales de los años setenta Yolanda Pantin asistió al taller Calicanto, de Antonia Palacios, y, a comienzos de los ochenta, fundó y formó parte del grupo Tráfico junto con Armando Rojas Guardia, Igor Barreto, Alberto y Miguel Márquez y Rafael Castillo Zapata. Dice este último: “Desde que conocí a Yolanda en las reuniones de Calicanto, donde surgió la semilla rebelde de Tráfico, sentí y presentí en ella a la poeta, más allá de sus poemas, en su mirada, en su sonrisa, en su perplejidad asombrada, en su manera de escuchar, en su parquedad. Esa actitud, esa presencia, esa manera de estar, se corresponden perfectamente con la naturaleza de su poesía, introspectiva, reflexiva, reticente, oscuramente luminosa, desde Casa o lobo hasta sus más recientes poemas”.

Son características que hacen de la obra de Yolanda Pantin un bien que transmite su vigor y su vigencia, como sugería Jacqueline Goldberg, a las nuevas generaciones. Alejandro Sebastiani Verlezza, un poeta venezolano nacido en 1982 cuyo libro Los hilos subterráneos ha sido recién publicado por Eclepsidra, una editorial a la cual también pertenece Pantin, expresa: “La poesía de Yolanda ha contribuido a darle una dimensión más profunda a la palabra país. Esta palabra, en ella, más allá de unas coordenadas geográficas y políticas, me remite al lugar de las fidelidades, los afectos y las imágenes más entrañables. Lejos de todo sentimentalismo, Yolanda sabe volver a los mundos más personales: la casa, los álbumes familiares, los viajes, los amigos, las lecciones amargas, los poetas leídos. Todo, todo habla para ella y resuena en su voz, presto a pasar al otro lado, allí donde ‘lo que hace el tiempo’ bien sabe obrar”.

Ricardo Ramírez Requena, director de La Poeteca –un espacio dedicado, desde su sede en Caracas, a la promoción de la poesía– suma esta frase: “Yolanda Pantin es una de las voces de la conciencia venezolana”, y asimismo recuerda que su obra ocupa un lugar en el ámbito literario español sobre todo gracias al sello Pre-Textos, de Manuel Borrás, uno de los editores más finos y acertados de Iberoamérica, no en vano gracias a quien, en buena medida, Louise Glück, la Premio Nobel 2020, está publicada en castellano. Borrás, quien en 2011 lanzó una antología de Yolanda Pantin en España –País se titula–, es uno de los mejores amigos de nuestra literatura en Europa. Hoy estará feliz, de eso no hay duda. El Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca ha reconocido una obra que pertenece, no solo a nosotros, sino a toda la lengua española.

Laureano Márquez P. Jul 01, 2019 | Actualizado hace 1 mes
En defensa de Aníbal

@laureanomar

Conocí a Aníbal Nazoa gracias a mi amistad con Claudio, su sobrino. Las cenas con María Lucía -su esposa- y él, en su casa, eran, además de divertidas, terreno fértil para discusiones de alto vuelo con la concurrencia de gente interesante. Se conversaba de literatura, de poesía, de ciencia (yo hablaba poco y escuchaba mucho; además, como no existía el celular, era posible concentrarse).

Aníbal sabía de todo con detalle y profundidad, era eso que antes se denominaba un autodidacta. Con justicia su hermano, Aquiles, lo llamaba “el pequeño Larousse ilustrado”. Las tertulias en su casa dominaban la cena y la trascendían, llegaban hasta el carro estacionado en la calle en interminable despedida y se prolongaban aún con el vehículo encendido largo rato (en aquellos tiempos la inseguridad no era tan extrema); y uno salía de aquella casa con la sensación de que había aprendido un montón de cosas y que tenía otras tantas por investigar y muchos libros por leer.

Era un verdadero gusto escucharle. Tan sabrosa era su conversa, que contaba que en los tiempos de su temprana juventud en El Guarataro, estando su grupo de amigos en precaria situación para pagar una entrada al cine, hacían una “vaca” y le compraban la entrada a Aníbal para que luego les contara la película; cosa que él hacía con tal regodeo en los detalles y tanta habilidad narrativa que, muchas veces, cuando alguno de ellos podía luego ver la película en cuestión, se sentía decepcionado. Con razón dijo alguna vez: “Mi infancia fue pobre, pero nunca fue triste”.

Aníbal Nazoa militó siempre en el pensamiento de izquierda. Miembro del partido comunista, nunca ocultó sus ideales y luchó fervientemente por ellos usando el arma poderosísima de su ingenio humorístico y su vasta cultura. Siendo hermano de otro grande del humor venezolano, brilló con luz propia dejando una obra importante. Sus escritos muestran agudeza, profundidad y un sentido del humor tan refinado como sutil.

Participó en diversas publicaciones de humor, desde los legendarios tiempos de El morrocoy Azul del que fue cofundador, pasando por la larga lista de semanarios con los que los humoristas del momento intentaron encontrar un espacio para expresarse. Con el seudónimo de Matías Carrasco mantuvo por muchos años una columna en el diario El Nacional: “Aquí hace calor”. Siempre estuvo su arte y su oficio en las antípodas de la descalificación, el insulto, las mezquindades y el envilecimiento.

La estatura intelectual de este menudo hombre de mirada siempre por encima de sus lentes inquietos, estaba por muy distante de la reyerta baja y agresiva que se daba en la arena de la lucha política de momento, como diría el Dr. Caldera, cuya candidatura, por cierto, para el segundo mandato apoyó desde el partido comunista. Eran tiempos en los que las discrepancias políticas no nos llevaban a odiarnos y éramos capaces de admirar a la gente más allá de los desacuerdos ideológicos, pues había personalidades inteligentes en todos los sectores.

A comienzos de los noventa, se intentó revivir la Cátedra del Humor que tanto éxito había tenido en la Universidad Central y que comandaba -con la habitual genialidad puesta en todo lo que hacía- Pedro León Zapata. Hicimos el intento de retomarla bajo la dirección de Aníbal. Se presentó en el aula magna en cuatro o cinco oportunidades, sin el éxito y el apoyo (la verdad sea dicha) de la original. Hicimos un homenaje al humorista gráfico Claudio Cedeño y dos o tres cosas más entre las que se cuenta una parodia del Don Juan Tenorio de Zorrilla para representarla el Día de los Difuntos, como manda la tradición española. En esa oportunidad trabajamos juntos en la redacción del guion en verso, del que solo viene a mi memoria uno, cuya actualidad cobra fuerza en las actuales circunstancias:

“La cosa está tan peluda
que Scannone, el gran gourmet,
come hasta batata cruda”

Aníbal Nazoa fue, en definitiva, una figura extraordinaria de nuestra cultura; de nuestro mejor humorismo. Era de esa gente sabia de antes, tan sabrosa de tratar y conocer. Sin duda -por su destacada actividad periodística e intelectual- merece que un reconocimiento al periodismo lleve su nombre. Pero sobre todo merece, como mínimo, que los galardonados con él sean poseedores de los mismos valores de talento, integridad, cultura y honestidad que él representó.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Laureano Márquez P. Oct 23, 2018 | Actualizado hace 1 mes
El fracaso de Rafael Cadenas

 

 

 

QUE BUENO, POETA CADENAS, ESTE FRACASO SUYO QUE LE LLEVA HOY A RECIBIR EL PRESTIGIOSO Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. Que hermoso que este país nuestro, que se siente fracasado también y viviendo oscuros tiempos, reciba, por cuenta suya, un magnífico reconocimiento, justo en el arte que remite a la mayor luminosidad y elevación cultural de un pueblo: la belleza del sentimiento que expresa la ancestral humanidad de la palabra.

Hoy siente uno un relámpago de esperanza que nos anuncia que no hemos sido vencidos, que la nuestra sigue siendo una tierra de mentes lucidas, sensibles, virtuosas, que la inteligencia prevalecerá. Este acontecimiento, que desde la madre patria llena de alegría e ilusión a las almas sensibles de Venezuela y de Iberoamérica, tiene honda significación en nuestro destino. No será reseñado en nuestra prensa a cuatro columnas, porque ya no hay columnas en nuestros diarios, no recibirá usted ningún reconocimiento oficial ni condecoraciones (¡a Dios gracias!) y sin embargo, este galardón nos redime, nos hace grandes en lo que verdaderamente vale la pena, en el terreno de eso que llamaba Hegel el espíritu infinito. Su obra es esencia, frente a los accidentes de este duro y fugaz momento.  La poderosa obra continúa y usted ya ha aportado su verso.

Este galardón, se lee en sus estatutos: “tiene como objeto premiar el conjunto de la obra poética de un autor vivo que, por su valor literario, constituya una aportación relevante al patrimonio cultural común a Iberoamérica y España”. ¡Naguará!, dirán sus paisanos, pero usted, Cadenas, no es un autor “vivo”, en el sentido tradicional que en Venezuela se le da a esa palabra, a usted el fracaso le salvó de la “viveza”, tan criolla y que a tantos ha confundido persiguiendo engañosos triunfos, tan  deslumbrantes como inmundos y vacíos. Su palabra, vivirá más allá de usted y será parte de la hermosa visión de nosotros mismos que heredarán aquellos llamados a conocer un país mejor, distinto al que padecemos hoy, donde la inteligencia arrincone a la barbarie. Su palabra estará allí y algo de nuestros sueños en ella.

Que el premio que hoy recibimos -nos incluyo- no cause en su sosegada alma perturbación alguna. Usted es y seguirá siendo un fracasado en los cánones habituales de éxito de nuestra tierra. No se sienta agobiado por el protocolo de la Casa Real que chocará con la humilde “morada de barro” en que habitan sus metáforas. Será un rato, nada más, en la universidad más antigua de España, en su paraninfo, el mismo en el que el anciano rector, Unamuno, enfrentado a los fascistas (¡qué cosas no!), definió como “templo de la inteligencia”. En este templo de la inteligencia se consagra hoy la sencilla santidad de su poesía. Enhorabuena, me alegro mucho por usted, pero especialmente por nosotros que nos hinchamos de legítimo orgullo por alguien a quien el fracaso “privó de hinchazones”.

@laureanomar

Reuben Morales Ene 18, 2017 | Actualizado hace 7 años
Versos maduros, por Reuben Morales

Poemasmaduros

 

 

Chofer, sindicalista, diputado, canciller, vice, presi y ahora… poeta.

Yo pensé no era poeta

hasta hace un ratito,

pues los versos que les traigo

me los sopla un pajarito.

Ojalá los entiendas.

Es mi profunda voz.

Debes ser inteligente.

¿Vos sos o no sos?

Le inyectamos al pueblo

cultura hasta las fibras,

buscando enamorarlos

de los libros y las libras.

Ya los niños leen

y analizan periodismo.

Somos patria culta,

libre de alfabetismo.

Y eso que no menciono

instituciones robustas

que le dan a nuestra tierra

una justicia justa.

Un sistema judicial

que recibe a un malandro

para luego regresalo

convertido en bienlandro.

Y que investiga de Bolívar

cosas muy sospechosas:

que fue muerto en Santa Marta

y hasta huérfano de esposa.

Los socialistas somos así.

Nunca como los otros,

que acaparan, especulan

y roban como nosotros.

Apátridas pelucones,

que nos tuvieron de rehenes,

la patria ha despertado

multiplicándoles penes.

Son todos igualitos,

pero siempre transmútalos.

Unos me gritan “bruto”.

Otros twitean “Chúpalo”.

Por ejemplo si me insultan

-que me ofusca y me da calor-

yo respiro, me calmo

y les devuelvo es amor.

No olviden, soy presidente.

Se lo repito a todo el mundo.

No lleguen a dudarlo

ni un milímetro de segundo.

¡Nosotros somos libres!

¡Nadie nos da subsidio!

¡Preferimos la independencia!

¡Que un vil autosuicidio!

Prefiero la catalina,

nunca la yanqui dona,

así me paguen en especies

o en millones y millonas.

Aquí tenemos bellezas,

como las cuevas de Kavak.

Un sitio de Canaima

que es muy lindo, ¿verdac?

Tenemos al Niño Jesús.

Lo saben hasta en el Kremlin.

No atacamos la navidad,

cual monstrico Gremlin.

Aquí sembramos la paz,

no la guerra de otros puertos

donde puede que te maten

y luego amanezcas muerto.

Ya el mundo lo sabe.

La revolución tiene sello.

La gente me ve y me dice:

“¡Qué lindo!… ¡Qué bello!”.

Todo gracias al Supremo

y a su sagrado ferétro

que si no está en el Cuartel,

se aparece en el metro.

Debo despedirme.

No lo tenía en mente,

pero me llama a cenar

la Primera Combatiente.

Espero de poesía

haberlos dejado full.

Me despido en mi idioma

¡Capuskicapubul!

@reubenmorales

Rafael Cadenas: Este premio va dedicado a Venezuela, que está sufriendo con el actual régimen

Rafael Cadenas

Un premio a la innovación, a la creatividad y a una vida dedicada a la poesía. Rafael Cadenas ha recogido este jueves el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada Federico García Lorca, que celebra su décimo segunda edición, organizado por el Ayuntamiento de la ciudad andaluza. El galardón reconoce la labor de un artista con sangre revolucionaria que se vio obligado a exiliarse de Venezuela durante el primer régimen dictatorial del país. Compaginó la militancia política con el arte de la prosa. Evolucionó su poesía conforme lo hacían las nuevas eras de su país y de Latinoamérica. Creció siendo artista e intelectual. «El premio significa mucho para mí, para los poetas venezolanos y para mi país que está sufriendo más de lo soportable a causa de una crisis total de la que es responsable el actual régimen», ha explicado Cadenas.

Sobre este premio, el poeta ha asegurado que hoy es la poesía la que les reúne “con toda la gravitación, la sencillez y la generosidad de Granada». «Debo decirles algo sobre quien les habla. Mis primeras lecturas, a la edad de 14 o 15 años, fueron El Quijote, Rubén Darío, Walt Whitman en traducción de León Felipe, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca y sus compañeros de generación, sobre todo, Rafael Alberti y Pedro Salinas, y un poco después, Jorge Guillen y Luis Cernuda», ha señalado el premiado.

Sigue leyendo esta nota de Jesús Albarracín en El País.

María Elena Álvarez exhibe sus Soliloquios en la Galería Espacio 5 de Valencia

soliloquios

 

Con una propuesta en la que se unifican el concepto, la abstracción y la poesía, será inaugurada en Valencia la exposición individual Soliloquios, de la artista caraqueña María Elena Álvarez, la cual tomará los espacios de la Galería Espacio 5 a partir del sábado 12 de marzo a las 11:00 am, con una selección de pinturas de reciente creación que reflejan un tono autobiográfico y emocional.

Licenciada en Artes Visuales de la Universidad de Hartford, Connecticut, con una Maestría en Artes Visuales de la Universidad de Nueva York, María Elena Álvarez ha desarrollado una importante trayectoria artística a lo largo de dos décadas, durante las cuales ha creado su discurso plástico a partir de la fotografía, el collage y la pintura.

En esta exposición –que permanecerá en exhibición hasta el   – la artista “se convierte en el cuadro mismo con un discurso introspectivo de prolongaciones sin límites, de segmentos que se proyectan más allá del formato”, según afirma la curadora e investigadora de artes visuales, Bélgica Rodríguez, en el texto que acompaña la muestra.

Además de los habituales azul cobalto, blanco, gris y negro característicos en su obra desarrollada hasta finales de 2015, María Elena Álvarez introduce nuevos colores en composiciones donde la perspectiva se transforma en planos verticales y horizontales, y donde el espacio colma la materia formando parte de ella, tal y como explica la curadora. “Aquí, y profundamente ligado al juego de líneas, trazos y planos así como con el espacio lleno y el espacio vacío, su planteamiento cromático por primera vez se inspira y coadyuva en una necesidad interior…”

A juicio de Bélgica Rodríguez, en esta exposición la artista “complejiza más la estructura compositiva al presentar reiterativos ‘cuadros dentro de cuadros’ que gracias a la simultaneidad y multiplicidad de planos y trazos generan un movimiento óptico en dos direcciones, de dentro hacia fuera y viceversa. Le interesa la creación de nuevas ‘palabras’, o sea nuevas formas abstractas, para cada planteamiento visual”.

De igual forma, la especialista considera que si bien la artista introduce esta vez el color, no se apoya definitivamente en él, sino que lo mezcla sin fórmula previa. “Le importa su comportamiento de acuerdo a formulaciones geométricas sucesivas que utiliza para construir un espacio pictórico cuya lectura visual podría considerarse igual a obras anteriores, pero que esta vez representa con intensa cualidad dramática interactiva y liberadora de forma y color”.

Definida por la misma artista como “conceptualismo abstracto  poético”, la obra de María Elena Álvarez –en opinión de la curadora– es trabajada desde dentro (la creadora está allí, adentro) “hay una fachada o un primer plano que se abre en ventanas, en pequeños orificios, en rendijas, sugerentes de un universo interior (…) La abstracción como geometría sensible se sustenta en trazos fluidos casi gestuales, en algunos casos combinados con barras de bordes duros, en otros más definidos, pero sobre todo en los planos de color sólido que se imponen como ya dijimos al igual que protagonistas capaces de hacer más misterioso el espíritu interno de la obra”.

La obra de María Elena Álvarez ha sido exhibida en diversas galerías y museos de Venezuela, así como también de otros países como Guatemala, Colombia, y Estados Unidos, entre otros. Asimismo está representada en colecciones  públicas y privadas de Venezuela, Costa Rica, Cuba, Honduras, Estados Unidos, España y Portugal.

El público tendrá la oportunidad de apreciar la obra de esta destacada artista venezolana a través de la muestra Soliloquios, que se estará exhibiendo del   hasta el 30 de abril, en la Galería Espacio Cinco, ubicada en la avenida Carabobo, cruce con calle La Ceiba, Casa 141-10, urbanización La Viña, Valencia, Estado Carabobo. El horario de exhibición es de martes a viernes de 10:00 a.m. a 1:00 p.m. y de 3:00 a 6:00 p.m., sábados de 11:00 a.m. a 4:00 p.m. La entrada es libre.