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«Plan Conejo»

Animales de zoológicos están dentro del menú del hambre de los venezolanos

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Nicolas Maduro sabe que los venezolanos están pasando hambre, pero no sabe que hacer al respecto. Continúa anunciando medidas de recursos provisionales, pero sus palabras no contienen mucho peso nutricional. Uno de los últimos planes anunciados, fue el llamado «plan conejo”. Un intento fallido de iniciar granjas de conejos en toda la capital con el fin de sustituir las proteínas que provienen de los pollos inaccesibles y carne de vaca aún más inasequible.

Queremos que la gente pare de verlos como mascotas y comiencen a verlos como lo que son realmente, dos kilogramos de carne llenos de proteína” declaró Freddy Bernal, ministro de Agricultura Urbana. 

Pero en efecto, los venezolanos tradicionalmente ven a los conejos como mascotas y no como alimento, por lo tanto en las áreas donde el gobierno llevó conejos para iniciar las granjas, las personas comenzaron a adoptarlos, colocándoles sobrenombres chistosos e incluso embelleciendo sus orejas con lazos. No hubo preguntas acerca de comer conejos después de eso.

El hambre  ha llegado a tal punto en la población venezolana que algunos ciudadanos se han visto en la necesidad de introducirse en zoológicos locales y asesinar a los animales por comida.

En un país que alguna vez fue rico, pero donde las personas están comenzado a morir de hambre, pocos animales están a salvo. Una mañana en agosto, en el zoológico metropolitano en la ciudad de Maracaibo, trabajadores estaban indignados de encontrar los huesos de un búfalo y algunos puercos salvajes dentro de sus jaulas, con una clara señal de mutilación. Los ladrones presuntamente robaron la carne para comer lo que pudieron y vender el resto en el mercado local.

En el zoológico de Caricuao, situado en el oeste de Caracas, ocurrió un suceso del mismo estilo. Vigilantes encontraron huesos y menudencias de un caballo negro dentro de su jaula. Aparentemente los perpetradores solo tomaron las partes comestibles del animal.

Ciertamente tiene sentido los animales que están seleccionando. El búfalo es lo suficientemente cercano a la carne de vaca (lo cual nadie a excepción de la élite del partido gobernante puede costear en Venezuela), y los puercos son simplemente cerdos. Los caballos pueden parecer un poco más extraño, pero han sido una fuente de alimento para los humanos a lo largo de la historia y, hasta hoy en día, algunos restaurantes americanos su carne es vendida. Cuando es por necesidad, prácticamente todos los animales son una fuente potencial de alimento si se está lo suficientemente hambriento. Lo que son malas noticias para los zoológicos.

Eso esta lejos de ser su única preocupación, sin embargo, algunos creen que asesinar a los animales por comida podría ser el destino más amable de lo que pudiesen llegar a enfrentar de otra manera. 

La secretaria del sindicato de trabajadores en zoológicos y parques nacionales, Marlene Sifontes, dice que la situación en los zoológicos es mucho peor de lo que sugieren los titulares. No se trata solo de comer animales, sino de si los mismos animales podrán comer. Algunos animales están muriendo de desnutrición y otros están muriendo debido a la falta de medicamentos para los tratamientos que requieren.

El caso más emblemático es el de Ruperta la elefanta, uno de los especímenes más antiguo en el zoológico de Caricuao. No hay suficiente comida para alimentar a la gente así que no hay dinero para alimentar a Ruperta. Actualmente la elefanta se ha visto obligada a pasar hambre y se especula que no vivirá mucho tiempo más.

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Estos son los salarios del socialismo. Nicolás Maduro ha finalizado de consolidar todo el poder en Venezuela y está reafirmando alianzas con otros regímenes autoritarios alrededor del mundo para ayudar a cubrir las deudas masivas del país e impedir cualquier intento de sanciones. 

Mientras tanto, quienes carecen de vínculos estrechos con el régimen gobernante pasan hambre, en lo que tradicionalmente ha sido una de las regiones productoras de alimentos más prolíficas de Sudamérica. 

Lo que realmente necesitamos es una solución, no las medidas absurdas que el Gobierno está inventando”, afirmó Natalí, cuya vida se convirtió en una rutina para encontrar la comida necesaria para alimentarse a ella misma y a sus hijos.

Cada sábado, Natalí se despierta más temprano que el promedio de los venezolanos. Se viste en apuro y cuando puede, alimenta a sus hijos y les indica que esperen pacientemente su regreso. Los niños, ya acostumbrados a esta rutina, saludan con la mano desde la improvisada puerta de entrada de su casa, luego miran ansiosamente a lo que ella podría traer de vuelta.

Natalí toma un auto, luego un autobús y luego el metro desde Antímano hasta el mercado municipal de Coche en el sur de Caracas, donde, durante los últimos tres meses y medio, ha hecho su peregrinación para excavar en la basura de  los vendedores, tratando de encontrar un vegetal medio podrido, una fruta o, si la suerte está de su lado, piel de pollo para llevar a casa y alimentar a sus hijos. Las cosas no siempre fueron así de difíciles para Natalí y su familia.

Hace cinco años, en Venezuela, el carismático Hugo Chávez, expresidente de la llamada «revolución socialista del siglo XXI», distribuyó ampliamente los abundantes ingresos producidos por la producción petrolera de Venezuela. Con los precios del barril de petróleo rondando los 100 dólares en ese entonces, ningún venezolano podría haber predicho los tiempos difíciles que estaban por llegar.

Fue entonces cuando, junto con su esposo y sus cinco hijos, Natalí decidió mudarse a la capital en busca de algunas de esas riquezas que el expresidente difundió entre los más pobres. Pero cuando falleció en 2013 las cosas tomaron un giro inesperado y para ella uno muy desafortunado.

Con la llegada al poder de Nicolás Maduro, sucesor de Chávez, la situación de Venezuela se deterioró rápidamente. Fuera de control, la inflación y la grave escasez de alimentos llevaron a 120 días de protestas y disturbios en el país.

En esta atmósfera de caos e incertidumbre, precisamente, la familia de Natalí estaba a punto de recibir un nuevo miembro y perder uno viejo. Ella estaba embarazada de nuevo. Su esposo, un constructor desempleado, no podía soportar la presión de alimentar a seis niños, por lo que decidió abandonarlos.

Ahora, con seis hijos y sin poder trabajar, Natalí tuvo que hacer lo que ella recuerda que fue la opción más difícil: enviar a su hijo mayor a trabajar al vertedero al oeste de Caracas.

«Esto es algo que rompe mi alma», dice entre lágrimas. «Quiero que mi hijo vaya a la escuela, que tenga un futuro diferente, pero no puedo pagarlo. ¿Cómo puedo comprar un cuaderno? El mayor, es un buen chico, me ayuda mucho. Es muy doloroso enviarlo a cavar en la basura solo para poder comer» aseguró Natalí.

Lamentablemente, esta historia no es inusual en la Venezuela actual. Las altas tasas de inflación y la escasez de alimentos que siguió a la muerte de Chávez han hecho que muchos productos básicos sean inaccesibles para 80% de la población que se ha sumido en la pobreza.

En la capital, es bastante común encontrarse con individuos o incluso familias que, como Natalí, viven de la basura. Alrededor del boulevard de Sabana Grande, muchas familias con niños miran con avidez las pilas de basura afuera de los restaurantes, esperando las sobras. Algunas de estas familias no tienen hogar, algunas incluso tienen trabajo, pero sus ingresos no son suficientes para comer.

Justo al lado de un contenedor de basura afuera de un centro comercial, cuatro familias esperan por la tarde el momento en que los dueños del restaurante saquen las sobras. Tres madres, siete niños y Luis Miguel, de 28 años, el único hombre, buscan ansiosamente el contenedor todos los días con la esperanza de encontrar algo bueno para comer o vender.

Cuando Luis Miguel habla, se puede ver la vergüenza que le causa su condición, pero al mismo tiempo se observa el estoicismo que ha asumido en su determinación de alimentar a sus hijos.

«Solía ​​trabajar en el metrocable de San Agustín (servicio de teleférico). Con mi salario, pude comprar suficiente comida para mi familia e incluso soñé con construir una casa adecuada para nosotros. Pero luego parece que las cosas se volvieron locas. Me despidieron y el poco dinero que ganaba haciendo pequeños trabajos no era suficiente para alimentar a mi familia, así que comencé a hacer esto».

«Al principio, solo eran dos días a la semana, pero últimamente las cosas se pusieron tan difíciles que decidí quedarme aquí todo el tiempo. Si me muevo, alguien más se hará cargo de mi lugar. Incluso he visto gente peleando con cuchillos por un contenedor de basura como el mío. Al menos aquí puedo encontrar algo para alimentar a mis hijos» afirmó Luis Miguel.

Según un estudio reciente de Cáritas, una ONG que ayuda a los sectores más pobres de la sociedad, de cinco a seis niños mueren en Venezuela por desnutrición cada día, y el costo puede llegar a 280,000 en los próximos años si estas tendencias continúan.

*Con información de Daily Beast y Hot Air.

Quinchoncho y Conejo: los planes de Bernal para levantar la producción de alimentos

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Con los planes «Quinchoncho» y «Conejo», el ministro de Agricultura Urbana, Freddy Bernal, planea resolver la crisis alimentaria que vive Venezuela. Así lo hizo saber este 1 de octubre durante la transmisión del programa «Los Domingos con Maduro».

Según el titular de la cartera, el quinchoncho es «una leguminosa de alto rendimiento, pero igualmente de alta proteína vegetal», cuya cosecha puede recogerse cada 6 meses.

Bernal destacó que este grano tiene doble uso, pues es apto para el consumo humano y para la cría de animales. La rentabilidad del quinchoncho podría sustituir a mediano plazo –comentó–a la lenteja importada que viene en la bolsa que distribuyen los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap).

El ministro volvió a mencionar el controversial «Plan Conejo» e indicó que este comenzará con la cría de 800 de estos animales, de razas como chinchilla o california que pueden pesar entre 6 y 8 kilos. «En seis meses tenemos aproximadamente 30 mil conejos para comenzarlos a llevar a los CLAP y a los consejos comunales», apuntó.

Bernal también comentó que la cría de cerdos, gallinas picatierra y ovejas están entre los planes de productividad animal urbana del Estado, a la que también se sumarán chivos, chigüire y codornices. Para estos planes se sumarán 20 mil jóvenes que ya están capacitados en estas áreas.

Título de caja
¿Qué hay de nuevo, viejo? el plan del gobierno para saltar el hambre

@franzambranor

QUE SI LOS GALLINEROS VERTICALES, que si sembrar ñame en el balcón del apartamento, que si hacer arepas de yuca o auyama, el gobierno ya no haya qué decir (más no hacer) para buscarle la vuelta a su incapacidad de solventar la crisis alimentaria en el país. La más reciente perla la lanzó el Ministro del Poder Popular para la Agricultura Urbana, Freddy Bernal, en una reunión de representantes de distintas carteras en Miraflores con Nicolás Maduro, al sugerir que el venezolano debía decantarse por aumentar el consumo de conejo.

El ex alcalde de Caracas propuso el “Plan Conejo” como una manera de surfear la escasez e incremento de proteínas, a su juicio producto de un orquestado sabotaje económico imperial apuntalado por las sanciones del presidente estadounidense, Donald Trump.

“Hay que hacer una campaña por radio, prensa, televisión, caricaturas (sic) por todas partes para que el pueblo entienda que no es una mascota, sino que son dos kilos y medio de carne con alta proteína y sin colesterol. Una coneja pare aproximadamente diez o doce conejitos, al año puede tener hasta 90”, dijo el ex funcionario policial. “Hay que cambiar los patrones culturales de consumo, nos han inducido a comer lo que al imperio le interesa”.

Nadie le preguntó a Bernal si las caricaturas a las que se refería eran de Bugs Bunny o Roger Rabbit, lo cierto es que la propuesta generó risas incluso entre sus colegas. Y es que la alternativa es casi una invitación a matar y degustar la mascota que se tiene en el hogar, es como el naufrago que comienza a ver con cara de bistec a su compañero de zozobra.

“Hoy dicen conejos, mañana serán perros y así”, indicó el doctor José Martins de la Clínica de Adelgazamiento en Caracas.

A juicio del especialista en estética y nutrición no hay nada de malo en comer conejo, el problema es cuando presentan la idea como una panacea frente al hambre en Venezuela.

“Cualquier proteína animal es buena, el conejo es una buena fuente de proteína, de hecho libera poco acido úrico”, aseveró el galeno.

“La carne es buena, bastante magra, pero alrededor del 40% son huesos. Cuando mucho puede aportar 120 gramos de proteína a cada persona”, completó Maritza Landaeta de Jiménez, coordinadora de investigación y docencia de la Fundación Bengoa.

“Como nutricionista tendría que decir cosas a favor de la carne de conejo, pero también ciertas debilidades, su valor nutritivo es innegable, tiene un aporte proteico importante, son alrededor de 20 gramos de proteína por cada 100 de carne”, especificó Yuly Velazco, jefe del departamento de Salud Publica de la Escuela de Nutrición de la UCV.

“Un conejo puede llegar a pesar entre 2 y 5 kilogramos dependiendo de su raza”, sentenció el veterinario Gerardo González.

Parece inverosímil que una familia de cuatro o cinco personas se alimente a punta de conejos y que reemplace el consumo proteico diario o semanal con un animal que no pasa de los tres kilogramos.

“No estoy segura si esto va a tener aceptación, ¿La población ya esta documentada sobre formas de preparación?, la carne de conejo no rinde igual que un kilo de carne de res o pollo”, informó Velazco.

“El problema con el conejo es que tiene muy poca carne, es una comida más para el paladar que otra cosa”, salió al paso Martins.

“Es un tipo de carne bajo en grasas, se aconseja en algunos regímenes de adelgazamiento, comparado con el pollo y la carne molida, el conejo es bajo en calorías”, consideró Velazco.

“La debilidad de la propuesta no es la parte nutricional, ¿Cómo propones un alimento bajo en calorías en un país donde la gente está perdiendo peso?, mejor buscar una iniciativa con mayor densidad calórica”, agregó la nutricionista y profesora de la UCV.

“La calidad de la dieta debe aportar los nutrientes que el organismo necesita, la ingesta tiene que poseer dos elementos, una dimensión cultural (compuesta por alimentos aceptados socialmente) y otra organoléptica (sabor, olor, consistencia), y en esta caso no se está pensando en ninguna de ellas”.

El occidente del país es harto conocido por la ingesta de este animal. “Se da principalmente en Lara, Falcón y Zulia, pero de ninguna manera pueden reemplazar a la carne, el pollo, pescado o huevo”, asomó Landaeta de Jiménez. “Hay gente que come chivo, iguana, eso depende de cada quien”, esbozó Martins.

“El gobierno no está descubriendo el agua tibia, en el occidente hay una cultura de comer conejo”, completó Velazco.

Pese a que Bernal lo pinta como un proceso sencillo y casi doméstico, la cría y manutención de estos animales tiene su técnica.

“Criar conejos sale costoso y es inviable, parecen propuestas que si no estuviésemos atravesando por esta triste situación económica, corresponderían a humoristas”, dijo Landaeta de Jiménez.

“Hay lugares donde se crían conejos para consumo, entiendo que en Magdaleno, estado Aragua, tienen una tradición con respecto a eso”, informó González.

“Para mi es otra propuesta sin mucho criterio zootécnico, es otra idea al azar, una producción de conejos a una escala que pueda tener un impacto alimenticio importante en la población requeriría una gran inversión, instalaciones apropiadas, alimento para el animal y supervisión de personal calificado, porque la producción a traspatios como la proponen funcionarios del gobierno no la veo viable”, indicó el veterinario.

“La manutención de este tipo de animales representa un gasto, hay que alimentarlo, vacunarlo y engordarlo ¿Cómo vas a darle los vegetales que tanto te cuestan a un conejo? Es otra idea al aire para tratar de ocultar el fracaso en materia alimentaria del gobierno”, confesó Martins.

“Los conejos son animales netamente vegetarianos, se alimentan de vegetales frescos, hortalizas, heno y un concentrado que popularmente se conoce como ‘Conejaharina’, la cual es costosa y difícil de conseguir”, reveló González.

“Nadie ha pensado en los costos de producción. Lo están haciendo de manera improvisada, no puede ser que para problemas tan serios tengas estrategias tan flojas”, añadió Velazco. “Se habla de entregarle a cada familia al menos un conejo, ellos mismos tendrían que aprender a matarlos y separar la carne de la piel, eso puede ser complicado”.

La falta de medicinas en suelo venezolano tampoco es ajena a estos seres de orejas largas. “Actualmente no hay vacunas para conejos en el país, por eso al menos a las mascotas recomendamos desparasitarlas dos o tres veces al año”, sentenció González.

“Un conejo puede provocar toxoplasmosis, parásitos y hasta rabia, no es un animal para tenerlo en un apartamento, regularmente expide pelos que pueden causar cierta alergia en algunas personas”, esbozó Landaeta de Jiménez.

“Los conejos son en líneas generales bastante limpios, pero como todos los animales y especialmente mamíferos pueden ser transmisores de enfermedades”, admitió González.

Venezuela pasó de ser una nación productora y consumidora de carne, pollo y pescado a una nación donde hay leyendas urbanas de gente cazando perros, palomas y hasta animales en zoológicos para alimentarse.

“En este país no hay cultura de consumir conejo y eso puede representar un choque para la población”, dijo González.

“Es absurdo querer acabar con la deficiencia alimentaria con propuestas como esa”, asomó la doctora Landaeta de Jiménez. “Esa medida lo que puede causar es que aumente la carne de conejo en los mercados”.

“Me preocupa el patrón alimentario, los modelo de alimentación pasan de generación en generación, no puedes imponerle un cambio a la sociedad de esa manera, la carne de conejo tiene un sabor particular ¿Se ha medido la aceptación?, ¿La tolerancia?, aquí falta un eslabón, cuando se lanza un nuevo producto alimenticio al mercado las empresas hacen un estudio previo, hacen hasta pruebas sensoriales”, sentenció Velazco.

González, quien labora en la tienda “Mascota Amigo” en Valencia, confiesa que los niños son quienes más adoptan conejos como mascotas. “Pero también hay adultos que se aparecen en consulta con sus conejos que pueden llegar a vivir hasta diez años”.

Martins advierte sobre otro inconveniente. “Se escapan y si están en el campo arrasan con toda la siembra agrícola, en Australia por ejemplo es un problema y es casi obligatorio cazarlos”.

“Desde mi punto de vista no defiendo ni me opongo al consumo de conejo, pero me parece que no puede ser una salida a la crisis alimentaria, tal vez es una alternativa”, puntualizó González.

Landaeta de Jiménez considera que es otra flecha al aire del gobierno. “Igual pasó con los gallineros verticales y los sembradíos en los balcones de las casas, es algo a lo que nos tienen acostumbrados, son medidas que duran 15 días porque carecen de asidero”.

“La seguridad alimentaria está terriblemente amenazada, no considero esto una estrategia y me parece que no tendrá éxito. No he visto al primero de un ministerio (aparte de Bernal) hablando sobre las bondades del consumo de conejo, vendiéndonos la idea. Dudo también que alguien de la comunidad científica apruebe eso. No estamos para alternativas, es imperativo que haya soluciones inmediatas al problema de la alimentación en Venezuela”, puntualizo Velazco.

 

 

Los Runrunes de Bocaranda de hoy 19.09.2017: ALTO: Improvisaciones
ALTO
¡HUYE BUGS BUNNY…!: 
Luego del impacto de escuchar a Nicolás y al experto policía Freddy Bernal argumentar sobre los alcances de la nueva política agroalimentaria llamada “Plan Conejo”, busqué la transcripción exacta de lo que ambos dijeron. No me cupo duda alguna: ni ven, ni escuchan ni saben lo que dicen. La mayor de las improvisaciones, obviamente apoyados en el dinero y el padecimiento de los venezolanos, no en el de ellos. Para llegar al “Plan Conejo” este incompetente equipo de gobierno debería recordar el fracaso de los 400 puestos de la Ruta de la Empanada que en 2003 tanto promovió Hugo Chávez. Igualmente, la mil millonaria propuesta de poner en el 2012 más de 250 “Areperas Venezuela” en todo el país, las cuales a los pocos meses la gran mayoría estaban sucias, desabastecidas, abandonadas y, obviamente, robadas. La cadena de “Panaderías Socialistas” como consecuencia de perseguir injustamente a portugueses, españoles e italianos que con dilatada tradición regentan nuestros tradicionales puntos de compra. Así mismo, los “cultivos organopónicos” en calles y avenidas de Caracas, a los que puso Chávez al frente a un militar de alta graduación que aceptó sin saber del tema. Imposible olvidar aquella transmisión en cadena en febrero del 2002 en la que Chávez anunciaba ver “Gallineros Verticales” por todas partes. Nada apareció, ni el gallinero, ni la gallina ni las ñemas. También recuerdo el “Plan Siembra Urbana”, mediante el cual una vez Nicolás Maduro anunció que en los desarrollos urbanísticos de la Gran Misión Vivienda Venezuela se sembrarían más de 1.200 hectáreas con 13 rubros tales como zanahoria, pepino, remolacha, lechuga, acelga, cilantro, cebollín, berenjena, calabacín, tomate, cebolla, ají dulce y pimentón. ¿Dónde están éstas miles de hectáreas sembradas y produciendo? ¡Nadie sabe! Imposible olvidar la corrupta y estrafalaria propuesta en la cual los iraníes construirían 12 plantas de harina pre-cocida para acabar con el supuesto imperialismo y el monopolio de la arepa. Se robaron esos reales y de la capacidad productiva de estas instalaciones nadie sabe y nadie come. Para este proyecto, recuerdo, Rafael Ramírez con su manejo gris de los recursos de PDVSA era la estrella del momento. Y sin que se nos agote el tema, en la cúspide los famosos “Fondos Zamoranos” producto de la política de tierra arrasada que desató el gobierno de Hugo Chávez teniendo como ejecutores a figuras como Elías Jaua y Juan Carlos Loyo (con revólver al cinto) expropiando, invadiendo, violentando la legitima propiedad y productividad de tierras que otrora generaban alimentos para centros de acopio y distribución. Hoy, basta recorrer algunas de las deterioradas autopistas para ver el destino de estos fundos: abandono, monte, solo vallas descoloridas, banderas rojas deshilachadas e invasiones sin concierto alguno. No se nos olvide Emma Ortega, aquella ministra de Agricultura Urbana que solo duró 15 días en el cargo (enero 2016). Aún me retumban sus palabras: “Necesitamos lograr el máximo de producción de alimentos, en el menor tiempo posible y con el menor impacto ambiental, ese es el objetivo desde este ministerio…A buscar cualquier espacio, un balconcito, solo es necesario un porrón, sino se tiene uno hay bastantes botellas vacías, sino se puede utilizar un tobo, una latica vieja”, indicó alabando “la estructura organizativa que ya existe a través de las UBCH, consejos comunales y comunas”. Mientras la inflación, el desabastecimiento y la improductividad hacen cada día más ancha la vía del hambre entre todos los venezolanos, cierro este punto preguntándome: ¿dónde están, qué se hicieron, a qué se dedicaron los 18 generales de la gloriosa Fuerza Armada que Maduro puso al frente de igual número de rubros alimentarios, en el marco de ese gran fracaso hoy llamado “Misión Abastecimiento Soberano”? ¿Qué nos dice el General Padrino? ¿O es que solo faltan más copias de la espada del Libertador Simón Bolívar para distinguirlos por sus logros y aciertos? Si es así, por favor, no olviden una para Freddy, no por los animalitos de orejas grandes sino por las bolsas CLAP de alimentos producidos en otros países donde importantes figuras del régimen aparecen involucradas en sus negociados. Donde quiera que se encuentre el responsable de todo este anti-histórico momento, Hugo Chávez Frías, quien acostumbraba empaquetar todas sus estrambóticas propuestas señalando que el socialismo que él lideraba iba a «desencadenar nuestro potencial agro productivo a fin de alcanzar nuestra soberanía alimentaria». Otro anuncio que recuerdo fue el de Nicolás Maduro ante el Emir de Qatar (12 de enero 2015) cuyo texto oficial enviado por el Minci fue éste: “Todas estas regiones son desérticas e importan muchos alimentos. Vamos a producir los alimentos que necesita Qatar, que necesita el mundo árabe, donde hay desierto, vamos a producirlo en Venezuela y desarrollamos las fuerzas productivas. Llevamos tecnología y capital” … “Producimos alimentos para el mercado venezolano y además vamos construyendo la ruta de exportación con alimentos de calidad hacia esta región”. ¿De Ripley, Perogrullo, Petete o Mandrake?.
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El Plan Conejo de Bernal, por José Guerra

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Aunque parezca increíble, el gobierno ha lanzado un nuevo plan alimenticio para tratar de calmar el hambre de un pueblo carente de comida. Es un intento más de esta caricatura de ensayo y error que unos amateurs de las políticas públicas han venido poniendo en práctica en Venezuela. Esta vez le correspondió el turno a Fredy Bernal, devenido en flamante ministro de Agricultura Urbana.   Ya antes habíamos pasado por otros experimentos exóticos como los  gallineros verticales en casas y apartamentos, los cultivos organopónicos y las rutas de la empanada y el plátano. Uno a veces se pregunta hasta dónde puede llegar el delirio y la verdad es que en el campo de la razón, no hay respuesta. Tal vez la hallemos en el área de la metafísica.

Para facilitar la compresión del lector es mejor citar textualmente a Fredy Bernal  con el objeto que sean sus palabras las que develen su plan. Dice Bernal: “Una coneja pare aproximadamente diez o doce conejitos, al final se crían ocho. En dos meses y medio tenemos un conejo de dos kilos y medio”. Según la contabilidad de Bernal, cada coneja podría estar produciendo alrededor de ochenta conejitos al año. Como el conejo es un animalito que despierta cariño, especialmente en los niños, Bernal recomienda lo siguiente: Hay un problema cultural, que nos han enseñado que el conejo es una mascota bien bonita. Y sin duda alguna que el conejo es un animal bonito, es verdad, pero el conejo podría ser una solución”. “Tenemos que tener una campaña de radio, prensa, televisión, caricaturas, por todas partes para que el pueblo entienda que el conejo no es una mascota, sino que son dos kilos y medio de carne, con alta proteína y sin colesterol, puesta en la mesa del venezolano”.

Los grandes teóricos del socialismo se caracterizaron por ser gente cultivada en las letras, eran hombre de luces. Venezuela ha caída en manos de una especie de aprendices que parecieran no tener noción de las responsabilidades que tienen y del daño que pueden causarle a un pueblo, intentando con ideas absolutamente descabelladas. La política agro alimentaria del gobierno ha sido un total y absoluto fracaso. La producción de rubros fundamentales tales como la carne vacuna, el pollo, el cerdo entre otros, ha registrado caídas significativas, debido en parte por aquellas acciones nefastas de expropiar fincas, hatos y haciendas que procurando emular una revolución agraria, liquidaron la producción nacional. Lo mismo puede decirse de la producción de leche, maíz, caña de azúcar y arroz, donde las fallas son más que visibles. Esa política de acabar con la producción nacional no se notaba porque con dólares en la mano se compraba en el exterior lo que no se producía en el país. Ahora sin dólares, no hay cómo financiar las importaciones y la mejor idea que se le ocurrió a quienes dirigen al gobierno, fue lanzar el Plan Conejo. Toda una innovación en la disciplina de la ciencia de la alimentación. Una pregunta Bernal: y con qué se va alimentar los conejos?  Que yo sepa, esos roedores no crecen por generación espontánea.

Maduro presentó el “plan conejo” para combatir el hambre

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El presidente Nicolás Maduro presentó este martes una medida denominada “plan conejo” que, a su juicio, ayudará a combatir el hambre y la falta de proteínas en la dieta del venezolano.

Durante el consejo de ministros de este martes, el mandatario nacional explicó que se trata de entregarle un conejo a cada comunidad y esperar a que “se reproduzcan como conejos” con la intención de utilizar su carne como sustituto de la carne de res y de pollo.

Maduro le dio la palabra a Freddy Bernal, ministro de Agricultura Urbana, para explicar a fondo la propuesta, debido a que él fue el creador de la misma.

«Nos han enseñado que el conejo es una mascota, bien, pero el conejo visto desde el punto de vista de la guerra económica. Una coneja pare aproximadamente diez o doce conejitos, al final se crían ocho. En dos meses y medio tenemos un conejo de dos kilos y medio», argumentó Bernal.

El mandatario  relató que Bernal le había entregado el primer lote de conejos a 15 comunidades, pero los ciudadanos no siguieron el plan al pie de la letra. “Cuando volvió, sorpresa, la gente tenía a los conejitos con un lacito y los habían agarrado como mascotas. Fue un primer revés del plan conejo”.