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PIB venezolano

Luis Oliveros Ene 27, 2022 | Actualizado hace 1 mes
Venezuela se está arreglando
La frase “Venezuela se está arreglando” no solo es patética y mediocre, también engloba una gran mentira y ha generado una discusión sin sentido

 

@luisoliveros13

Todos tenemos (lamentablemente) familiares y amigos que se han ido del país. La mayoría de ese grupo sigue estando pendiente de lo que ocurre en Venezuela. Obvio, no solo dejaron seres queridos sino también el país en el cual nacieron y vivieron un buen tiempo.

No obstante, todos también tenemos a ese amigo o familiar que constantemente te llama/escribe desde el exterior para reafirmar que Venezuela sigue muy mal. Ese personaje pareciera que se nutre con las malas noticias que ocurren en el país y al mismo tiempo sufre (lo discute con argumentos un poco histéricos) por todo lo posiblemente bueno que ocurra.

Desde que ahora no hay escasez (porque TODO es importado, tú no tienes real para comprar nada, además allá nada se produce); la salida de la hiperinflación (eso es mentira); el crecimiento económico (tú eres un cohabitador y te lo crees); la aparición de emprendimientos (ahora resulta que eso es malo, porque entre otras cosas, TODOS esos son negocios para lavar dinero, incluyendo a la señora que montó una venta de empanadas en el garaje de su casa); de un bodegón (no compres allí, TODOS son de enchufados); de un casino (no vayas nunca, jugar es malo para ti); de la dolarización (estás en el Titanic y te falta poco para morir); los delivery (al comprar por allí estas cohabitando con el rrrégimen), hasta por una medalla en las Olimpiadas (ella/él son chavistas, hay que odiarlos).  

La frase “Venezuela se está arreglando” no solo es patética y mediocre, también engloba una gran mentira y ha generado una discusión sin sentido.

Los que vivimos en el país lo sabemos muy bien pero también lo saben quiénes la repiten. A Venezuela le falta mucho para recuperarse. Pongamos un ejemplo: si de verdad (según lo que dijo hace poco Maduro) esta economía creció un 4 % en 2021, entonces la caída acumulada entre 2013 a 2021 pasaría de 76 % (hasta 2021) a 75% (2022); sin duda, una “mejora” bastante pobre. Para que tengan una idea, a ese ritmo de expansión de la actividad económica nos faltarían 40 años (de crecimiento consecutivo) para volver al nivel del PIB que teníamos en 2013.

No solo es salir de la hiperinflación o tener un modesto crecimiento económico; es fundamental rescatar la institucionalidad, levantar la industria petrolera, volver a tener una inflación anual de un dígito, no ser víctimas de sanciones, recuperar la capacidad adquisitiva de la población para sacarla de la pobreza, mejorar la relación trabajo informal vs formal, que los servicios públicos funcionen, oferta estable de combustibles, etc.

Venezuela no se está arreglando, pero sin duda no es la Venezuela de hace unos años. Y sí hay mejoras (no simétricas) en los sectores económicos, algo positivo luego de 7 años seguidos de depresión económica. Existe una combinación entre dolarización, mejoras en la gestión fiscal, engavetar los controles, liberalización económica, una política de no aranceles a las importaciones (que favorece a los consumidores) y el convencimiento en buena parte de los agentes económicos en torno a que el cambio político no llegará por el camino en el que vamos, por lo que hay que “echarle pichón” sin pararle a lo que ocurra en lo político.

La burlita al mencionar la frase denota desconocimiento, pero también un sarcasmo tóxico. Ligar que las cosas sigan mal para una población que ha sufrido tanto, es una muestra de resentimiento.

En mi casa, hemos optado por decirle a esos “amigos” lo que quieren oír y “ayudarlos en su confirmación” que irse fue lo mejor que pudieron hacer, que no hay motivos para el regreso y que siempre ellos van a estar mejor que nosotros los que vivimos aquí (pelear con amigos que están en el exterior no es agradable, sobre todo porque algunos solo buscan una limitada y sesgada información sobre lo que ocurre en el país). Hasta les hemos comentado que nos comimos al gato de la casa en un acto desesperado de hambre y que la semana que viene vamos de cacería al monte cercano, a buscar más comida (perros y rabipelados).

No, Venezuela no se arregló. Pero están ocurriendo cosas que tendrán efectos positivos (pero desiguales) en la población y entre las distintas actividades económicas del país.  

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Víctor Álvarez R. Ene 27, 2022 | Actualizado hace 1 mes
Perspectivas económicas 2022
En 2022, y tras 2 reconversiones monetarias, Venezuela ya no estará en hiperinflación, pero la inflación seguirá siendo alta, con su inevitable impacto en el poder adquisitivo de los hogares

 

@victoralvarezr

Balance 2021: primer año sin contracción ni hiperinflación

Entre 2014-2021, el tamaño de la economía venezolana se redujo 80 %. Es como si una persona que pesaba 100 kilos la vemos 7 años después y apenas pesa 20 kilos. Eso fue lo que pasó con el PIB venezolano, quedó en el hueso al perder su masa muscular de inversionistas que se fueron, empresas que quebraron, obras interrumpidas, deterioro de la infraestructura y colapso de los servicios públicos.

Finalmente, en 2021 se detuvo esta prolongada contracción y también concluyó la espiral hiperinflacionaria que comenzó en noviembre de 2017. Por primera vez desde 2013, los indicadores económicos registran un resultado positivo. El PIB del sector privado −que representa el 60 % de la economía− creció 3 %, mientras que el sector público −el 40 % restante− se redujo 5 %. Datos del Observatorio Venezolano de Finanzas registran un avance de 9,2 % en el tercer trimestre de 2021.

Cambio de políticas

La apertura del mercado interno a toda clase de importaciones sin arancel, el levantamiento y abandono de los controles de cambio y de precios, la desregulación y liberalización de la economía, la dolarización transaccional, la privatización de la gestión de empresas públicas, la promoción de exportaciones, la apertura a la inversión extranjera, la recuperación de la extracción de petróleo y el repunte en los precios de los crudos, son los factores que explican la recuperación económica. Este abandono del modelo nacionalista, estatista y controlador ha sido forzado por el colapso de la renta petrolera, el endurecimiento de las sanciones y el impacto económico de la covid-19.

Política fiscal

Los factores que propagan la hiperinflación son siempre los mismos: una política fiscal fuera de control, con déficits persistentes que se financian con emisiones de dinero sin respaldo. Pero en 2021, la política fiscal se enfocó en reducir el déficit y disminuir el financiamiento monetario, con una reducción del tamaño del Estado y el monto de la nómina pública, pensionados y bonos del Sistema Patria.

Política monetaria

La gente no quiere mantener en sus manos bolívares cuyo poder de compra se derrite como cubitos de hielo. La política monetaria ha forzado una escasez de bolívares para contener el alza del dólar y desacelerar la inflación. El sistema bancario está sometido a un elevado encaje legal de 85 % de sus captaciones, después de haber llegado a 100 % en 2018 y 2019. La política monetaria restrictiva del BCV seca el crédito bancario e impide la creación de dinero secundario. La cartera de crédito cayó de 20 % del PIB en 2017 a 0,9% en 2021.

Al restringir el crédito se disminuye la demanda de dólares. Al mismo tiempo, induce la venta de divisas a cambio de bolívares. Esta desmonetización aumenta con la propia dolarización que sustituye al bolívar como medio de pago. Esta política redujo el dinero en circulación a un mínimo sin precedentes de 3 % del PIB (62 % en 2017 y 18 % en 2018), catalizando la dolarización transaccional.

Política cambiaria

El menor circulante en bolívares ha contribuido a frenar el tipo de cambio. Las intervenciones del BCV en el mercado cambiario oficial también esterilizan bolívares. En 2021 se cuentan 60 intervenciones por montos de $ 20-50 millones.

Gracias a la recuperación de los ingresos petroleros, el BCV interviene en el mercado cambiario. Vende divisas a la banca que esta debe vender al mismo precio, sin margen para cubrir los costos operativos. Luego debe revender el remanente al BCV. En 2021, $500 millones fueron revendidos al BCV con un descuento del 5,24 %, generando una pérdida de $26 millones a la banca.

Esta intervención del BCV frena el alza del dólar y genera una apreciación real del bolívar que en 2021 fue 20 %, para una apreciación acumulada de 48 % desde diciembre 2018. Esto abarata las importaciones sin arancel que compiten ventajosamente con la producción agrícola e industrial del país.

Estrategia antiinflacionaria

2020 y 2021 fueron años de elecciones parlamentarias y de gobernadores y alcaldes. Para evitar el costo político-electoral, el gobierno priorizó la disminución de la inflación a través de la siguiente estrategia:

  • Reducir el gasto público.
  • Moderar el financiamiento del déficit fiscal con emisiones de dinero sin respaldo.
  • Endurecer el control de la oferta monetaria a través de un elevado encaje legal que dejó sin fondos a la banca nacional para crear dinero bancario y otorgar préstamos a la producción y el consumo.
  • Intervenciones del BCV en la compra-venta de divisas para frenar el alza del dólar paralelo.

Estas medidas forman parte del nuevo catálogo de políticas del gobierno, las cuales han comenzado a rendir resultados contra la hiperinflación. Veamos:

Cambio de tendencias

Luego de 7 años de prolongada contracción y cuatro años de una voraz hiperinflación, los cambios en las políticas económicas muestran un impacto positivo que se expresa en un cambio de tendencia en los indicadores: la actividad económica da síntomas de recuperación y la inflación se desacelera.

Caída del PIB toca fondo

La apertura comercial a las importaciones y el ambiente de libre mercado estimulan el emprendimiento y han servido para revitalizar la actividad económica en los sectores del comercio y los servicios.

En Venezuela, la población económicamente activa produce poco, sus remuneraciones son bajas y su consumo es de subsistencia. Sin embargo, en 2021 se registró un aumento del consumo en aquellos estratos de la población que tienen acceso a divisas. A esta recuperación del consumo hay que complementarla con una reactivación de la producción.

Pero restringir la creación de dinero bancario a través del crédito a la producción entorpece este objetivo. Es necesario abandonar la política monetaria restrictiva que impone altas tasas de encaje legal y deja sin liquidez a la banca para poder financiar la producción y el consumo.

Reactivar la intermediación financiera es clave para reactivar la producción, recuperar el ingreso de los trabajadores y aumentar la demanda que estimule la producción.

Venezuela sale de la hiperinflación

Según la definición más aceptada de Philip Cagan, un episodio de hiperinflación comienza cuando el aumento de los precios supera el 50 % mensual y termina cuando cae por debajo de ese nivel, al menos durante un año.

Con una cifra de inflación en diciembre por debajo del 10 %, habrán transcurrido 12 meses por debajo de 50 %. La inflación del 2021 será de 520 %, mientras que la de 2020 fue de 2500 %, 10.000 % en 2019 y 200.000 % en 2018. 2021 será el año con la menor inflación desde 2016.

Perspectivas 2022: recuperación económica con altos precios

Hasta ahora, la reactivación y desaceleración inflacionaria son el resultado del abandono de los controles y la desmonetización, más que de un programa de estabilización económica bien pensado y ejecutado. Para profundizar estas tendencias positivas queda pendiente el diseño y ejecución de un programa de estabilización macroeconómica y recuperación de la producción y el consumo, con las medidas correctas, aplicadas en un orden lógico y a la velocidad adecuada.

La economía crecerá 5 %

Para 2022, la CEPAL proyecta para Venezuela un crecimiento económico entre 1-4 %, la primera estimación positiva desde 2013, cuando el PIB creció 1 %.

Ecoanalítica calcula un crecimiento económico en torno al 6,9 % y una inflación de tres cifras bajas (menor a 500 %).

En promedio, los pronósticos económicos de diferentes casas de inversión, firmas consultoras y analistas promedian un 5 % y una inflación que tiende a 100 % anual.

La recuperación económica tiene a favor el aumento de los precios del petróleo que permitirá al BCV mantener una activa intervención cambiaria.

La tasa de cambio seguirá frenada por las ventas controladas de divisas del BCV y una política monetaria restrictiva.

La inflación tenderá a 100 %

En 2022, y después de dos reconversiones monetarias, Venezuela ya no estará en hiperinflación. Pero la inflación seguirá siendo alta, con su inevitable impacto en el poder adquisitivo de los hogares.

Para sincronizar una recuperación más vigorosa con una mayor desaceleración de la inflación, es necesario restaurar los equilibrios macroeconómicos, lograr una eficaz coordinación entre las políticas fiscal, monetaria y cambiaria, y recuperar la confianza de los inversionistas.

Apertura a la inversión privada

La inversión productiva requiere un ambiente estable en el que se pueda planificar a mediano y largo plazo. Cinco claves para lograr un crecimiento económico sin inflación son las siguientes:

  • Restauración de los equilibrios macroeconómicos
  • Reformas institucionales, respeto a la propiedad y seguridad jurídica.
  • Apertura a la inversión privada nacional y extranjera en el sector petrolero.
  • Diálogo político entre gobierno y diferentes bloques de la oposición.
  • Levantamiento de las sanciones financieras y comerciales.

Apertura del sector financiero

Las inversiones productivas requieren financiamiento nacional e internacional, bien sea a través de la repatriación de capitales o inversión extranjera. Esto va a requerir la apertura y desregulación del sector bancario y financiero para facilitar la intermediación bancaria, aumentar la oferta privada de divisas y aumentar su velocidad de circulación entre inversionistas, productores y consumidores.

Apertura del sector petrolero

El precio de la mezcla Merey, la referencia venezolana en la cesta OPEP, se ubicó en 62,72 $/barril, su mejor precio desde noviembre de 2018. El precio promedio de 2021 llegó a 50,08 $/b, superior al 27,76 $/b de 2020. Para el año 2022, se prevé un mínimo de 52,00 $/b.

En la publicación de Pdvsa (febrero de 2021), Oportunidades de inversión, se anuncia la modalidad de Acuerdos de Servicios de Producción (ASP) por $77.600 millones a fin de repotenciar la infraestructura de la industria petrolera. Pero ninguna transnacional petrolera invertirá esa cantidad en Venezuela si corre el riesgo de ser sancionada por EE. UU.

Para aumentar la extracción de crudos, la apertura a la inversión privada es necesaria más no suficiente. Pdvsa también necesita recuperar su acceso al financiamiento internacional y recuperar los mercados estadounidenses y europeos para sus exportaciones. Por lo tanto, la recuperación de la extracción de petróleo dependerá más del levantamiento de las sanciones financieras y comerciales.

Dolarización de los salarios

En Venezuela, la población económicamente activa produce poco, sus remuneraciones son bajas y su consumo es de subsistencia. Sin embargo, en 2021 se registró un aumento del consumo en aquellos estratos de la población que tienen acceso a divisas. Los excluidos son los hogares que viven de un ingreso fijo en bolívares y que no reciben remesas.

En Venezuela, el ingreso mínimo legal (salario mínimo + bono de alimentación) equivale a $2,2. La pensión mensual es $1,5 por mes. Si todos los empleados públicos recibieran puntualmente los bonos del Sistema Patria ($2 c/u), tendrían un ingreso de $35 al mes, 40 % del salario mínimo de Cuba ($88).

La dolarización transaccional se extiende a la mayoría de los sectores económicos pero la dolarización de los salarios ha sido un proceso desordenado y desigual que −si bien ha compensado parcialmente a los trabajadores del sector privado−, ha excluido totalmente a la nómina pública. La dolarización de los salarios es una condición necesaria para que la recuperación económica corrija la enorme desigualdad entre quienes reciben ingresos en dólares y quienes solo reciben bolívares.

Negociación política y levantamiento de sanciones

Las sanciones financieras comenzaron en 2017. Su endurecimiento cerró los mercados financieros y truncó inversiones públicas y privadas. Las sanciones comerciales cortaron cadenas de suministro y han llevado a reconfigurar la inserción de Venezuela en las cadenas de valor internacional.

Un ambiente de diálogo, negociación y acuerdos políticos coadyuvará a levantar las sanciones económicas para que puedan fluir sin restricciones las inversiones productivas que el país necesita y así consolidar las nuevas tendencias de recuperación económica y superación de la inflación.

Para avanzar hacia un crecimiento económico sostenido, gobierno y oposición están llamados a construir acuerdos de entendimiento político para generar un clima de seguridad jurídica que estimule la inversión y contribuya a crear la viabilidad económica de la transición política. De lo contrario, un nuevo gobierno recibirá una economía en ruinas y un país difícil de gobernar.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Una hipótesis sobre el 2022
Sin bozal de arepas, los trabajadores pierden el miedo y luchan por sus derechos. Pero claro, alguien tiene que proponerse organizar a la gente

 

@juliocasagar

La adivinación es un pasatiempo nacional. Ahora las redes sociales nos han hecho descubrir toda clase de profetas, arúspices y especialistas en generalidades que no solo saben lo que ha ocurrido y por qué ha ocurrido, sino también lo que va a ocurrir.

Para contribuir a este pasatiempo, nos lanzamos esta nota con una hipótesis sobre lo que nos puede deparar este año. Veamos:

Venezuela va a crecer este año

Lo dicen todos los economistas. Dicen igualmente que la hiperinflación será abatida y está a la vista que el desabastecimiento (fuera de las colas de gasolina) también es cosa del pasado. No cabe duda de que la burbuja de los enchufados ha percolado en el tejido social. Y algo de este festín de Baltazar ha caído en los bolsillos de los venezolanos. El ingreso per cápita seguramente aumentará, aunque las capitas afortunadas sean bien poquitas.

Este panorama quizás sea una mala noticia para quienes piensan que las mejoras que puedan ocurrir en el país alejan las posibilidades de un cambio de la situación política. La divisa de estas personas es “mientras peor, mejor” o “lo bueno que tiene la cosa, es lo mala que se está poniendo”. Quienes así discurren cometen un error. Precisamente, lo queremos poner de relieve en esta nota, es todo lo contrario: esta “mejora” relativa en las condiciones de vida de un sector de los venezolanos puede ser más bien una oportunidad para que los cambios puedan acercarse.

Nos explicamos: la precariedad, la pobreza extrema, suele envilecer el alma y hace menos libres a los ciudadanos; sobre todo si están pendientes de que alguna migaja caiga de la mesa de los opulentos y los poderosos.

Un frappuccino en Caracas

Un frappuccino en Caracas

Los mecanismos de control social, usados por Chávez y Maduro (las bolsas CLAP, los bonos de la patria y el trabajito en la administración pública), ya no tienen prácticamente ningún efecto. Su clientelismo se ha reducido. En las elecciones de Barinas hemos visto las largas colas de camiones cargados de electrodomésticos, porque una bolsa de arroz picado y lentejas con gorgojos ya no compra ninguna conciencia.

Lo que pretendemos afirmar es que mientras se tiene mejor calidad de vida, se tiene más libertad para decidir.

Es cierto que, en nuestra mente, ayudada por la prédica cristina de la redención de los pobres y los oprimidos y exponenciada por la del marxismo decimonónico que afirmaba que los proletarios “lo único que tienen que perder son sus cadenas”, se ha instalado la idea de que se necesita que las “masas” depauperadas estén en las calles para que se produzca un cambio social.

En realidad, en la historia tal cosa suele ocurrir de otra manera. La Revolución francesa, por ejemplo, no fue lograda por los “sans culottes” que tomaron La Bastilla y liberaron unos pocos presos. El verdadero poder había sido tomado, desde hacía tiempo, por los burgueses que no eran más que los antiguos siervos de la gleba que se hicieron artesanos, carpinteros, talabarteros y comenzaron a acumular tanta riqueza que terminaron prestando a los nobles haraganes y a los reyes que habían expoliado las arcas y las haciendas de sus reinos. Sin este periodo de acumulación nunca hubieran podido hacer masa crítica para la deposición de la monarquía. El proceso de urbanismo y la concentración de la intelectualidad propiciaron las ideas de la Ilustración, que fueron las que inspiraron el cambio social y político.

Ahora, nos permitiremos una temeraria referencia. Es más autóctona. Ocurrió durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez. Era la época del pleno empleo. A quien esto escribe, junto con un puñado de dirigentes estudiantiles, se nos metió en la cabeza construir una organización de trabajadores en la Zona Industrial (era parte de la épica del momento igualmente). Creíamos, como lo creyó estúpidamente Marx cuando vio la Comuna de París, que allí los obreros estaban “tomando el cielo por asalto”.

¿Qué paso en esos años? ¿Por qué a un grupo de chamos de la universidad se nos hizo tan fácil construir un movimiento sindical y obrero tan importante, con un periodiquito que llamamos LA CHISPA? La respuesta es menos compleja de lo que pensamos: el pleno empleo, las prestaciones sociales y la facilidad de montar un negocito con ellas y volver a conseguir trabajo, les quitó el miedo a los trabajadores de organizarse en sindicatos verdaderos. Y dieron la espalda a la burocracia sindical que ya no les representaba. En una palabra, se hicieron más libres.

Nuestra fuerza llegó a ser tan grande que teníamos ganadas las elecciones de Fetracarabobo. Nuestro candidato a presidirla era Aníbal Dose. Cuando la dirigencia sindical hizo el conteo de los sindicatos de los que disponíamos, inmediatamente suspendió la Convención y no la volvió a convocar por años. Sin bozal de arepas, los trabajadores –lo repetimos– perdieron el miedo y lucharon por sus derechos sin cortapisas.

Pero claro, la organización espontánea no existe en la política. Alguien tiene que proponerse la tarea de organizar a la gente. Por más libres que la gente se sienta, si no aparece alguien que le motive a luchar, pues no luchará.

Los bolsillos de los carpinteros, de los mecánicos, de los jardineros, de las domesticas, de los médicos y otros profesionales están mejor que antes. Eso no los ha hecho chavistas o partidarios de Maduro. Pero, lo decimos de nuevo, si el liderazgo político no sale en su búsqueda y les organiza, todo se volverá sal en el agua.

¿Un nuevo ciclo?

¿Un nuevo ciclo?

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Luis Oliveros Dic 20, 2021 | Actualizado hace 1 mes
Las empresas y el 2022
Luego de tantos problemas, aprovechar alguna expansión no solo es sensato, también es necesario de cara al 2022

 

@luisoliveros13

El empresariado venezolano ha pasado por mucho en estos últimos años. Desde organismos fiscalizadores que parecían buitres, un entorno macroeconómico muy desfavorable (imaginen cuatro años seguidos en hiperinflación y 7 años de caída en la actividad económica), períodos complicados de escasez de bienes, dificultad para encontrar y retener personal, agresivo cobro de impuestos, ser víctimas de “overcompliance” por parte de bancos, proveedores y clientes extranjeros por las sanciones de Estados Unidos a Venezuela, etc. y como guinda a este pastel, una sociedad permanentemente mostrándole señales de desconfianza a la actividad privada.

Para este año 2022 pareciera que la situación pinta un poco diferente. Será el primer año desde 2013 en donde el consenso entre los economistas apuntaría a un incremento del PIB, y aunque esto no implique para nada una recuperación vigorosa de todo lo que la economía ha caído (no, el país no se ha recuperado), sin duda es una buena noticia.

Las empresas en Venezuela enfrentan varios desafíos, pero pudiéramos enumerar 3 claros escenarios de acción para este año 2022:

Esperar por el cambio político

El primero es esperar a que ocurra el cambio político para decidir crecer, contratar personal, invertir, para ser agresivos en su mercado. “Solo cuando el tema político cambie, mi empresa reaccionará, del resto, seguiremos esperando”. Esta opción es recomendada por algunos políticos y analistas, que en su mayoría no viven en el país y también por varios influencers en el país. Es el no hacer nada y seguir esperando.

Insistir en el pesimismo

El segundo es el insistir en el pesimismo. Se basa en la idea que el aumento en la actividad económica que se observó en Venezuela en el segundo semestre del 2021, no es sostenible. La situación de la oferta de combustible, el deterioro de los servicios públicos, el bajo ingreso de la población, entre otras muchas cosas, no harán posible una mejora en 2022. “Venezuela siempre puede estar peor”. Además, la tesis contempla que el gobierno de Maduro buscará la forma de empeorar la situación. Esta idea, es defendida por algunos colegas.

Aprovechar la situación

La tercera es el de aprovechar la situación. En esta opción, el empresario entiende que hay un cambio en la economía, un reacomodo, que ciertamente la expansión será pequeña en comparación con la caída, que la economía tiene enormes problemas y que estos seguirán existiendo, pero está identificando que hay oportunidades que puede y debe aprovechar, porque si no lo hace, otro en su mercado lo hará.

Una cosa es luchar por market share en recesión, otra cuando hay algún crecimiento. Son los empresarios y emprendedores que trabajan analizando qué quiere el mercado, que están buscando sus clientes y tratar de atacar esas necesidades. Los defensores de la primera opción les dirán “colaboracionistas” y los de la segunda opción tal vez los llamarán “optimistas exagerados”, pero estos empresarios son los que tendrán la posibilidad de generar una interesante rentabilidad, de mantenerse en el mercado y preparados ante cualquier cambio político o económico que ocurra.

Cada empresa tomará su decisión de cómo encarar el año entrante. Creo que luego de tantos problemas, aprovechar alguna expansión no solo es sensato, también es necesario.

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No es malo tener crecimiento económico
¿Por qué catalogar de ‘colaboracionistas’, ‘enchufados’ o de ‘agentes del régimen’ a quienes piensen que estamos en crecimiento económico?

 

@luisoliveros13

Venezuela es un sitio muy extraño para hablar de economía. Obviamente, cuando tienes 7 años seguidos con una contracción económica (que ha costado cerca del 75 % de tu PIB) y 49 meses en hiperinflación, hablar o imaginarse una mejora en la economía es complicado. Pero eso podría estar pasando en Venezuela en este cierre del 2021 y también muy posiblemente en el año 2022.

Según Focus Economics en su informe de noviembre de este año, el consenso del mercado apunta a que en 2022 la economía venezolana crecería un 3,8 % y en 2023 un 4,8 %, con una inflación de 591 % y 161 %, respectivamente. En cuanto a 2021, llama la atención cómo, en los últimos cuatro meses, las empresas que encuestan han ido mejorando sus proyecciones sobre Venezuela. De un -4 % de resultado en el PIB hace cuatro meses a -0,3 % en el de noviembre (con varias empresas esperando que el PIB tenga un resultado positivo en este mismo 2021).

¿Por qué hay un sector que se molesta si hay crecimiento económico? ¿por qué catalogar de “colaboracionistas”, “enchufados” o simplemente “de agentes del régimen” a quienes piensen que estamos en crecimiento económico?

Por cierto, tengamos en cuenta que una cosa es crecer y otra cosa muy distinta es afirmar “que ya Venezuela se arregló”. Nadie afirma lo segundo, al menos nadie serio. Igualmente, un crecimiento de 3 %, 4 % o 5 % si bien es una buena noticia, cuando lo comparas con un desplome del 75 %, prácticamente no es nada. Pero mejor es crecer a seguir teniendo disminuciones en la actividad económica.

Para tener idea del desastre, si Venezuela inicia una senda de crecimiento de 6,5 % este año, alcanzaría el nivel (de PIB) del año 2013 (último año de crecimiento económico) en el año 2044 (dentro de 23 años). Eso pasa cuando se evaporan ¾ de tu economía.

Ese crecimiento económico tiene varios problemas, no es simétrico (hay sectores que tendrán un mejor resultado que otros, al igual que regiones en el país); se enfrenta a una infraestructura colapsada (solo recordemos la frágil situación de nuestros servicios públicos). También a problemas en el suministro de combustible, sanciones económicas, problemas en la intermediación financiera, niveles de ingreso muy bajo (recordemos que estamos peleando con Haití y Nicaragua el último lugar en cuanto al PIB per cápita más bajo de la región) y un largo etcétera. La crisis económica y social del país sigue, nadie dice que ha finalizado.

Ojalá, Venezuela pueda crecer y lo haga a tasas elevadas y sostenibles. Sabemos que el actual crecimiento puede tener los pies de barro, pero no podemos molestarnos porque ocurra. Es extraño querer lo mejor para el país, para su gente, y estar ligando a que los problemas continúen y se agraven. No es de personas que realmente les preocupe Venezuela.

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Torino Economics: Apagones de marzo en Venezuela generaron pérdidas equivalentes a 3,3% del PIB

“Los apagones que ha sufrido Venezuela desde principios de marzo incidieron de forma importante en la contracción económica, estimada para el país a fines de 2019 en 37,4 %. Esta será profundizada por la menor producción petrolera y una mayor caída de las importaciones”. Así lo estimó el economista jefe de la firma con sede en Nueva York Torino Economics, Francisco Rodríguez, en su más reciente informe, obtenido por El Pitazo.

Advierte el analista que “debido a la ausencia de información exacta sobre la magnitud de las interrupciones, los resultados del análisis deben ser interpretados con precaución y sus cálculos considerados como un límite inferior de los efectos reales”.

“La firma estima, basándose en fuentes secundarias —principalmente datos de acceso a Internet—, que el segundo gran apagón, que se inició el 25 de marzo, duró en promedio en todo el país unas 76 horas. Esta interrupción fue seguida de tres suspensiones más cortas, que duraron hasta 6,3 horas en promedio. Esto suma 200 horas promedio sin servicio eléctrico o el equivalente a 8 días. Las estimaciones de Torino Economics, además, toman en cuenta la estacionalidad, es decir, si los apagones se produjeron en días laborales y dentro de horarios productivos”, señala el documento.

Los cálculos también estiman severos daños al sistema de ductos que transporta crudo de la Faja del Orinoco. Francisco Rodríguez consideró que “este problema (el bloqueo de los ductos) tomará 90 días en resolverse, aun cuando otros especialistas consideran que el lapso podría ser aún mayor. La segunda gran pérdida se produjo en la producción de aluminio de las empresas del Estado Alcasa y Venalum. Con estos factores incluidos, las pérdidas durante el mes de marzo totalizan una cifra por el orden de USD 2,9 millardos, lo que equivale a 3,3 % del PIB”.

Más información en El Pitazo.

Economía cayó 12 % entre enero y septiembre, según informe de la AN

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El Producto Interior Bruto (PIB) de Venezuela se contrajo un 12 % en los nueve primeros meses de 2017, según un informe presentado por la Asamblea Nacional, la única fuente de indicadores oficiales en el país al no publicar el Gobierno y el Banco Central cifras desde 2015.

La cifra fue ofrecida por el diputado y economista José Guerra, que preside la Comisión de Finanzas de la Cámara, y proviene del estudio de la actividad de varias industrias cruciales para la economía del país.

Según expuso Guerra, que predijo un futuro aún más negativo para la economía del país caribeño por la falta de cambios en las políticas de planificación central del Gobierno, Venezuela «lleva 15 trimestres seguidos (desde 2014) de caída».

El diputado recordó que el país ha entrado también en la hiperinflación. «El gobierno no ha dicho nada acerca de este tema de tanta importancia para el país porque lo está ocultando y no quiere que los venezolanos estén enterados de la realidad».

La economía venezolana está en recesión desde el año 2014, una situación que los economistas liberales, la oposición y los demás críticos del Gobierno achacan a las políticas de planificación central implantadas desde 1999 en el país por el llamado «socialismo del siglo XXI» del presidente Hugo Chávez y de su sucesor Nicolás Maduro.

El chavismo, mientras tanto, insiste en la existencia de una «guerra económica» dirigida contra la Revolución Bolivariana desde Estados Unidos, que tendría su quinta columna en el país caribeño en la oposición y los comerciantes y empresarios a quienes acusa de disparar los precios para lucrarse a costa del pueblo.

Especialistas advierten que indicadores económicos empeoraron y no prevén mejoría

escasez caida economia venezolana

En diciembre del año pasado el Banco Central de Venezuela confirmó lo que especialistas y empresarios tenían tiempo advirtiendo: la economía venezolana entró en recesión al cumplir tres trimestres seguidos en contracción y la inflación se aceleró hasta situarse en 68,5%. Aunque el instituto emisor no ha publicado más cifras desde entonces, expertos sostienen que el desempeño económico continúa en retroceso.

“En el último año los indicadores económicos empeoraron y pese a que no hay estadísticas oficiales, lo que han denunciado representantes del sector privado es que el acceso a las divisas es aun menor y la producción está cada vez más comprometida, por lo que las previsiones son negativas”, afirmó la economista Anabella Abadi, de ODH Grupo Consultor.

En el único documento donde se prevé que la economía venezolana crecerá este año es en la Ley de Presupuesto de 2015 que presentó el Ejecutivo, el cual indica que el producto interno bruto aumentará 3%. Por el contrario, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe calcula que Venezuela decrecerá este año 3,5%, mientras que para el Fondo Monetario Internacional y la firma Ecoanalítica la contracción será de 7%.

Además del PIB, la inflación también ha empeorado y las proyecciones de las firmas especializadas es que este año el indicador rebasará los tres dígitos, lo que  afectará aun más el poder adquisitivo de los venezolanos.

En 2012 el índice nacional de precios al consumidor presentó un ligero descenso, la inflación cerró el año en 20,1%, desde entonces solo ha repuntado y los cálculos de Ecoanalítica es que este año la inflación será de 130,1% (con una subyacente por el orden de 150,0%, según el modelo de la firma).

“La producción nacional ha decaído y el BCV sigue imprimiendo dinero inorgánico que acelera la variación del precio de los bienes y servicios, pero el gobierno en lugar de atacar la inflación lo que hace es perseguirla. La inflación sube y ellos lo que hacen es subir el salario mínimo”, dijo Abadi.

Efraín Velásquez, economista y presidente del Consejo Nacional de Economía, señaló que la caída del PIB y la aceleración de la inflación obedecen al mal manejo de las autoridades económicas de las reservas internacionales, que actualmente están en 17 millardos de dólares, un nivel al que no descendían desde 1997:   “No se han administrado las reservas de manera que sean consistentes con el financiamiento de las importaciones. Si no se importa el aparato productivo no puede operar, entonces no se genera oferta de bienes y servicios”.

El desabastecimiento y la escasez de bienes básicos a propósito de la caída en la producción es uno de los indicadores más palpables para los ciudadanos, a quienes les toca hacer colas en supermercados y farmacias para comprar los productos.

El BCV dejó de publicar las cifras en marzo del año pasado, entonces estaba en 29,4%. En la medición que realiza el Centro de Documentación y Análisis de la Federación Venezolana de Maestros la escasez de los artículos de la canasta alimentaria se situó en abril pasado en 31,03%.

Para que aumenten los bienes en los anaqueles el gobierno debe hacer ajustes inmediatos en la economía: debe frenar el gasto público y evitar que el BCV continúe imprimiendo billetes sin respaldo, coincidieron Abadi y Velásquez.