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Paramilitar

Apología del terrorismo, por Marianella Salazar

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Esos encapuchados fuertemente armados con ametralladoras que aparecieron el sábado pasado, al lado del líder del colectivo La Piedrita, Valentín Santana –prófugo de la justicia con tres órdenes de captura–, que circulan ampliamente por las redes mientras saludan efusivamente a la alcaldesa de Caracas, Erika Farías, al ministro Ernesto Villegas y, lo que es peor, al comandante de la ZODI Distrito Capital, general Fabio Zavarse Pabón, que en vez de decomisar el armamento de uso exclusivo de la FANB fue a rendirles pleitesía durante unos penosos ejercicios militares de defensa denominados “Ejercicio Multidimensional Independencia 2018”, ofrecieron la imagen de un país donde reina la anarquía y la barbarie, cuyos componentes militares mostraron un bajo apresto operacional mientras cuentan con una estructura paramilitar que tomó por las armas a toda la sociedad.

La Fuerza Armada Nacional se encuentra degradada, dejó de ser una institución democrática y está subordinada a las bandas armadas conocidas como colectivos. Santana, rodeado por sicarios que asomaban la mirada por los ojales de sus máscaras, anuncio que estaba activando unos supuestos anillos de seguridad para defender el gobierno de Nicolás Maduro.

Ante esa aparición tan siniestra, lo primero que a uno se le ocurre es que el régimen ha montado una lúgubre mascarada y ha cometido el delito de apología del terrorismo. No hay ningún interés en hacer el más mínimo disimulo, al menos frente a la comunidad internacional que sigue los pasos de un régimen reconocido como forajido.

Al menos Hugo Chávez, cuando los colectivos se pasaban de la raya, vociferaba un par de amenazas y luego los dejaba tranquilos. Así hizo una vez con la difunta Lina Ron, que puso tras las rejas para evitar que lo responsabilizaran en el embarazoso tema de ser permisivo con los actos delincuenciales de su más entusiasta colaboradora, quien había liderado un ataque violento contra la sede de Globovisión. Estuvo dos meses presa y después volvió a sus andanzas como si nada.

En 2009, “el galáctico” tildó de criminal a Valentín Santana, después de explicar que no era posible que un grupo armado amenazara de muerte a un ciudadano –al presidente de Radio Caracas Televisión, Marcel Granier– y hasta pidió que lo apresaran. Como era de esperarse, eso nunca sucedió, porque los escuadrones paramilitares son necesarios para dar apoyo a la GNB y la PNB cada vez que surjan protestas como las escenificadas en 2017, que dejaron un saldo de al menos 130 muertos, y se encargan de hacer el trabajo sucio y cometer con extrema crueldad las peores vilezas bajo el amparo de efectivos militares.

Esa es la verdadera unión cívico-militar que ha logrado convertir al gobierno de Nicolás Maduro en un régimen totalitario, absolutamente impresentable.

Un gobierno apoyado por una plataforma subversiva y por delincuentes de alta peligrosidad no saldrá jamás mediante elecciones transparentes. Solo una Fuerza Armada que cumpla sus deberes constitucionales y propicie una transición democrática puede lograr el cambio que anhelamos los ciudadanos.

La salida militar está en el debate público, el ex ministro de la Defensa general Fernando Ochoa Antich lo planteó el domingo en un extenso artículo en este diario: “Las insurrecciones militares contra Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez fueron actos heroicos de militares que tomaron las armas en cumplimiento de sus obligaciones constitucionales, para derrocar gobiernos que no tenían legitimidad alguna. Actualmente, una decisión tan compleja, como es tomar las armas de la República para insurreccionarse, se transforma en una obligación para el militar profesional”. ¡Así, o más claro!

 

@AliasMalula

El Nacional

Abatido en Venezuela alias Cara e Vieja, jefe de banda paramilitar Los Rastrojos

Paramilitar Cara e' vieja .

@Telesurtv

El líder de la organización narcoparamilitar, Los Rastrojos, Walter Raúl Silva, alias “Cara e vieja” fue abatido en horas de la madrugada del sábado 16 de enero de 2016 en el estado Táchira, en la frontera con Colombia

La información fue ofrecida por la corresponsal de teleSUR en Venezuela, Madeleín García a través de su cuenta en Twitter.

 

 

La operación fue comandada por comisiones mixtas del Cicpc y de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM).

Cara e’ Vieja , líder de la banda paramilitar Los Rastrojos  estaba solicitado por los delitos de homicidio, secuestro, extorsión y desapariciones forzosas. Familiares de por los menos 60 jóvenes desaparecidos en Ureña señalan a Walter Raúl Silva como uno de los responsables de la desaparición de sus hijos.

Lea más detalles en TelesurTv.net


Habla madre de joven capturado en la frontera acusado de paramilitar

 

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La imagen de su hijo capturado por las autoridades de Venezuela, con las manos amarradas a la espalda y una capucha negra puesta sobre su cabeza no ha dejado dormir a Myriam Mejía desde hace una semana. La primera vez que la vio fue el domingo 23 de agosto en las noticias del mediodía.

Ese día Villa del Rosario, el municipio fronterizo de Norte de Santander donde vive, era sacudido desde temprano por la llegada de cientos de colombianos deportados desde el país vecino, tras la declaratoria del ‘estado de excepción’ hecha por el presidente Nicolás Maduro para buena parte del estado Táchira, dos días antes.

Miryam sabía que su hijo mayor, Jhonatan Alexis Correa Mejía, estaba del otro lado de visita. Ya había recibido llamadas de unos parientes que le contaban que la Guardia Nacional los había sacado de sus casas y los enviarían a Colombia, pero no estaban junto a él.

En Villa del Rosario la madre permanecía nerviosa, pero también creía que en cualquier momento el joven, de 20 años, terminaría cruzando el Puente Internacional Simón Bolívar, con el resto de deportados y hasta ahí le llegaría su mal día.

Sus esperanzas, sin embargo, acabaron cuando escuchó que varios nacionales fueron señalados de ‘paramilitares’ y en un noticiero que mostraba a la fila de capturados lo vio a él. “Yo lo conocí porque esa era la ropita que mi hijo tenía, esa era la pantaloneta y la camiseta blanca que él tenía puesta”, dice Mejía.

Desde entonces la mujer va todos los días al Puente Internacional Simón Bolívar con la imagen impresa en papel donde se ve al joven, con la cabeza agachada y cubierta, de primero en una fila como si fuera a recibir una orden de un oficial venezolano. También lleva retratos y pancartas y toda su familia y sus vecinos la acompañan. «Libérenlo, es inocente», dice en las pancartas.

Ahí, en el puente, la madre se le acerca las autoridades y a los reporteros que encuentre para contarles que su hijo no ha hecho nada. Que necesita ayuda. Que a Jhonatan lo señalan de ‘paramilitar’ pero en realidad trabaja en Cúcuta junto a su padrastro, Ricardo García, en labores de construcción.

También dice que él no vivía en Venezuela. Que la casa de su familia está en Villa del Rosario, pero desde hace unos tres meses tenía una novia, Camila, al otro lado del río Táchira, en un asentamiento de colombianos al que llamaban ‘la invasión’.

Cuando el presidente Maduro ordenó cerrar la frontera el miércoles 19 de agosto por un atentado que sufrieron tres miembros de la Guardia Nacional en la ciudad de San Antonio, el joven no renunció a una cita que tenía pendiente con Camila y cruzó en su moto hacia el país vecino por una trocha.

En ninguno de estos ocho días la mujer ha logrado conciliar una noche de sueño completo. Otro de sus hijos, Jawar Ricardo, le insiste todos los días en que coma, porque apenas la ha visto tomar café.

En el cuarto que comparte con Jhonatan el joven colgó un letrero grande sobre su cama que dice: “Hermanito, tu familia te espera con ansias”, y todos los días, sin falta, va al puente con su mamá a cargar las pancartas para pedir ayuda por su hermano. Luego, por la noche, se reúnen en la casa de una tía para orar por el retorno de Jhonatan.

El sábado, en una visita del presidente Juan Manuel Santos a Villa del Rosario, Mejía y su familia estuvieron el día entero esperándolo en el puente, cerca a las oficinas migratorias del gobierno en la frontera, a donde sabían que llegaría el mandatario al final de su visita.

El alcalde de Cúcuta Donamaris García, tras conocer su historia, sirvió de mediador para que fuese escuchada por el Jefe de Estado, al que le contó de nuevo la historia que lleva contando desde hace ocho días.
“Ojalá él pueda ayudarme a traerlo de regreso”, comentó Mejía, llorando, en el puente donde sigue esperando a su hijo de vuelta.

Cancillería gestiona atención a detenidos

Sobre los detenidos en Venezuela, la canciller María Ángela Holguín dijo en rueda de prensa en la noche de este domingo, que el Gobierno ha enviado la instrucción a los consulados de Colombia en el país vecino, para que inicien los trámites ante las autoridades locales y les permitan conocer el estado de los colombianos que fueron capturados.

También señaló que han venido llamando a las personas en los albergues, que tengan conocimiento sobre personas detenidas, a que lo informen al Gobierno.

Esto, dijo, «para que a través de nuestros cónsules le exijamos al gobierno de Venezuela que permita hacer la atención consular, que está como uno de los rectores de las relaciones internacionales en la Convención de Viena y que tiene que ser una atención inmediata».

Hasta anoche, según cifras de Migración Colombia, la cifra de colombianos que las autoridades venezolanas enviaron al país por Norte de Santander se mantenía en 1.097 personas: 877 adultos deportados y 220 niños repatriados.
Las autoridades migratorias también estiman que hay otros 7.162 colombianos que regresaron al país por su cuenta en los últimos días por esta frontera.

Periodistas estuvieron bajo la lupa paramilitar durante 2014

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Las protestas de calle se convirtieron en caldo de cultivo para ataques  y agresiones de grupos paramilitares contra periodistas y medios de comunicación durante 2014. El saldo fue de 44 periodistas agredidos y 7 sedes de medios afectadas en 11 estados del país. Esta es una de las conclusiones que presentan  el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) y el Instituto Prensa y Sociedad–Venezuela (Ipys-Venezuela)  en su más reciente informe: Periodistas bajo la lupa paramilitar en Venezuela

La investigación  revela que la mayoría de los ataques se dirigieron hacia equipos reporteriles de televisión y medios impresos. Las plataformas tradicionales por las que  se informan los ciudadanos, de mayor alcance y penetración a nivel noticioso.

Reporteros, fotógrafos, camarógrafos y corresponsales extranjeros fueron las principales víctimas.

En el informe se analiza el patrón desarrollado por estos grupos de civiles armados en contra de profesionales de la comunicación. Se identificaron 5 rasgos principales del objetivo paramilitar.

Marco Antonio Ponce, coordinador general del OVCS afirma que “estos colectivos  paramilitares son agrupaciones delictivas, una muestra incuestionable de la impunidad que reina en Venezuela. Al ver estas cifras creemos que  cada día aumenta el riesgo para los profesionales de la comunicación al cubrir las protestas de calle”.

El OVCS e Ipys-Venezuela  exigen a las autoridades venezolanas promover la lucha contra la impunidad, investigando y sancionando a las personas o funcionarios incursos en los casos documentados en este informe. También exige se garantice el trabajo de los profesionales de la comunicación.

 

Conozca quién es Codazzi el paramilitar extraditado de Venezuela

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Vía Semana

Las autoridades colombianas recibieron hoy de sus pares venezolanas al supuesto jefe paramilitar Omar Montero Martínez, alias ‘Codazzi’, considerado el mayor usurpador de tierras a campesinos colombianos y buscado por la Interpol por los delitos de homicidio y desplazamiento forzado, informaron fuentes oficiales.

La Policía de Colombia señaló en un comunicado que contra ‘Codazzi’, capturado hace algunos días en Trujillo (Venezuela), «gracias a la cooperación entre los dos países», existen en el país 18 órdenes de captura por los delitos de desaparición forzada, homicidio, reclutamiento ilícito, extorsión, concierto para delinquir y desplazamiento forzado.

En su contra hay también una condena de 39 años de cárcel por el homicidio del abogado Antonio María Rivera Movilla, ocurrido en febrero del 2003.

El delincuente es considerado por las autoridades colombianas uno de los mayores expropiadores de tierras a campesinos de varios departamentos del norte del país, para lo cual «tenía una estructura de notarios, registradores y abogados que agilizaban los trámites de traspaso de propiedades».

El Ministerio de Relaciones Interiores de Venezuela recordó en una nota de prensa que, además de los diversos delitos perpetrados en Colombia, Montero participó en la «Operación Daktari», que en 2004 intentó el derrocamiento y el asesinato del entonces presidente venezolano, Hugo Chávez.

Daktari es el nombre de una finca de la familia de la cantante María Conchita Alonso, próxima a Caracas, donde hace diez años se descubrió a un centenar de paramilitares que, según Chávez, fueron contratados por militares que en el 2002 lograron derrocarlo durante dos días y huyeron tras fracasar la intentona.

Montero estaba solicitado con circular roja por parte de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) por la comisión de los delitos de homicidio agravado y desplazamiento forzado.