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Oswaldo Álvarez Paz

Desde el puente | Recomendación para los aspirantes
Espero que todos los aspirantes a las primarias asuman la descentralización en términos prácticos. Uno de ellos puede ser la municipalización, fortaleciendo la autoridad de los alcaldes

 

@osalpaz

Hasta el día de hoy son muy pocas las propuestas programáticas de los precandidatos a la presidencia. Con pocas excepciones, los discursos se agotan en generalidades bastante compartidas por casi todos. Los equipos que los acompañan parecen más interesados en descalificar a los otros que en levantar banderas sobre temas concretos que pudieran ser útiles. No se trata de “ideologizar” la lucha, pero sí de establecer parámetros que puedan generar coincidencias concretas o establecer diferencias que ilustren al electorado sobre los propósitos de cada aspirante.

En esta oportunidad me referiré a la descentralización de la vida pública en general y del ejercicio del poder en cada instancia de la administración.

A pesar del empeño que algunos hemos sostenido para alcanzar metas concretas en este campo, podemos decir que actualmente tenemos una especie de “descentralización centralizada”. No basta con la elección directa y secreta de los gobernadores y alcaldes sin transferencia de competencias específicas permanentes, sin el riesgo de que por razones políticas o de cualquier orden puedan ser suspendidas las existentes. Hay muchos ejemplos que pueden ilustrar la materia.

Aspiro a que todos los aspirantes asuman la descentralización en términos prácticos. Uno de ellos puede ser la municipalización, fortaleciendo al máximo la autoridad y competencias de los alcaldes y de los concejos municipales. Tengo la seguridad de que el pueblo elector en general prestaría mucha atención a la elección del alcalde en cada circunscripción y de cada aspirante a concejal. Sería muy cuidadoso en una escogencia que, por esta vía, pudiera acercarnos más a la municipalización.

El mundo democrático está lleno de ejemplos que pueden ser de buena ayuda. Tanto en este continente como en la Europa occidental que cada día amplía más su influencia y poder. Lamentablemente en Venezuela caminamos en la actualidad en sentido y dirección contraria.

Se trata de algo mucho más trascendente que el simplismo de reducir todo a una lucha entre socialistas y capitalistas. Aunque exista, el tema de la municipalización puede servir para abrir un campo enorme de coincidencias para el bien de todos.

Para que el objetivo de la refundación de la República sea una realidad tenemos que trabajar en esa dirección. Lo ideal sería lograrlo mediante un proceso constituyente verdaderamente originario como ha sido propuesto. La discusión está centrada en las posibilidades de realizarlo mientras el régimen actual exista. De ser válida esta apreciación, entonces la obligación será la de trabajar sin descanso para ponerle punto final y empezar la reconstrucción anhelada.

Bajo la coordinación directa de los gobernadores en cada estado, los alcaldes y concejales serían los depositarios del poder real. Mañana es tarde. El tiempo pasa y no se devuelve. Es como el agua de los ríos. No regresa.

oalvarezpaz@gmail.com | 20 de marzo de 2023 | alvarezpaz.blogspot.com

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Falleció dirigente político Fernando Álvarez Paz
Era hermano de Oswaldo Alvarez Paz

A causa de un infarto falleció el secretario de la organización política Gente Emergente, Fernando Álvarez Paz.

El dirigente político fue profesor emérito de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad del Zulia y en 2013 tomó las riendas de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

Su hermano Oswaldo Alvarez Paz fue gobernador de Zulia entre los años 1989 y 1993 y ex candidato a la presidencia.

Andrés Caldera Pietri Ene 14, 2021 | Actualizado hace 4 semanas
Homenaje a Oswaldo Álvarez Paz

Oswaldo Álvarez Paz. Foto archivo de El Nacional

@AndresCalderaP

Para cuando COPEI se fundó, el 13 de enero de 1946, Oswaldo Álvarez Paz estaba a un mes de cumplir tres años de edad. Yo no había nacido. Pero estoy seguro de que él compartirá el hecho de que ambos crecimos en un ambiente de una gran familia extendida, la familia socialcristiana. Hombres y mujeres de mucho temple, profunda fe en Dios y gran capacidad de entrega y amor por Venezuela, trabajaban juntos por un ideal. Y la reciedumbre de la lucha los hizo cada vez más unidos.

Era una época tremenda, en la que quienes venían de la formación católica, entregados a la política como el mejor ejercicio de la caridad, encontraron un ambiente hostil, muchas veces violento; y no fue sino con su testimonio personal y con la coherencia entre la palabra y el proceder, como fueron ganando poco a poco la adhesión de la gente, para convertirse en la única fuerza política en Venezuela que llegó al poder por la vía pacífica y electoral en el cuarto intento por alcanzarlo.

En ese ambiente, de aquellos hombres y mujeres de una sola pieza, cuya larga lista no me atrevo a mencionar por el peligro de excluir a alguno y que sintetizo en la figura ampliamente reconocida de don Pedro Del Corral, crecimos con un profundo afecto entre todos, sincero, espontáneo, nacido de la conciencia de pertenecer a un grupo de ciudadanos decentes, inspirados por la Doctrina Social de la Iglesia, deseosos de llevar a la vida pública los valores de justicia social y solidaridad humana para construir una Venezuela mejor. “Yo soy nuestro”, es la expresión de un campesino que recogió Rafael Caldera en uno de sus tantos recorridos por el país, que sintetiza el sentimiento de los socialcristianos de entonces.

Así como a mí me tocó, desde que abrí los ojos, crecer en ese mundo de admiración y respeto, cálido y solidario, Oswaldo ha contado cómo desde las aulas del Colegio Gonzaga de Maracaibo, con apenas catorce años y rompiendo la tradición política familiar, comenzó a seguir el liderazgo de Rafael Caldera y de quien también, estoy seguro, le agradará escuchar mencionar, de Nectario Andrade La Barca, un zuliano insigne, honesto hasta los tuétanos. Nectario dictó cátedra en la universidad, en la política y en el gobierno, y hasta el fin de sus días fue ejemplo de humildad y rectitud. Claro que los jesuitas, como lo sabemos quienes hemos sido sus alumnos, deben haber sembrado temprano en él la semilla de su vocación política.

Oswaldo es de los más jóvenes de la generación del 58. Me parece una ironía que hace ya más de diez años tuve la ocasión de verlo en una entrevista en televisión en vivo, en la que uno de la audiencia le preguntó por qué se mantenía todavía activo en política, que si ya no era hora de retirarse; y pensar que hace apenas unas semanas dos contemporáneos suyos se disputaban la presidencia del país más poderoso del planeta. Lo que ocurre es que Oswaldo empezó muy temprano, y su participación en la política fue tan rápida y de tan buena estrella, que su frecuente aparición en los medios de comunicación hizo que algunos le dieran más años de los que tenía.

De líder estudiantil de la Universidad del Zulia, su alma mater, que recientemente decidió conferirle el doctorado honoris causa, vino a Caracas a dirigir la Juventud Revolucionaria Copeyana. Y desde entonces su proyección a todo el país lo convirtió en una de las figuras políticas con mayor carisma y aceptación en la política nacional. Diputado al Congreso, su rápido ascenso lo lleva a ser designado por Lorenzo Fernández como jefe de su campaña presidencial en 1972.

Presidente de la Cámara de Diputados en el período 1974-79, su estilo franco y directo lo fue convirtiendo en una de las referencias más importantes del espectro demócrata cristiano.

Fue significativa y recurrente su posición para que el partido no se cerrara a los juegos internos, para que se mantuviera abierto a la escucha del sentir de la población y lo interpretara, para que estuviera en sintonía con las aspiraciones y reclamos de la gente.

Yo lo veía siempre con admiración y respeto, con ese afecto sincero que nos identificaba con una causa, aumentado con la certeza de conocerlo depositario de la mayor confianza e intimidad de Rafael Caldera. Su cercanía familiar fue muy grande. Para mis hermanos Alicia Helena y Fernando, Cuchi y Oswaldo fueron de su máximo afecto y los acompañaron física y espiritualmente hasta su partida a la eternidad.

Durante el gobierno del presidente Luis Herrera Campíns, Oswaldo fue director de la fracción parlamentaria. En la campaña electoral de 1983, en la que tuve una de las experiencias de mayor aprendizaje y el honor de estar bajo sus órdenes en la Unidad de Medios -junto con Oscar Yanes, Luis Mariano Fernández, Guillermo Betancourt, Nelson Oxford y Félix Ramón Fernández- Rafael Caldera lo anunció como su futuro Ministro del Interior.

Años después, en 1987, ya él de nuevo en la oposición y yo estudiando en Francia, compartimos una inolvidable experiencia en Roma: la conmemoración en el Vaticano del veinteavo aniversario de la Encíclica Populorum Progressio presidida por su Santidad Juan Pablo II.

Como diputado fue un investigador y conocedor del tema del narcotráfico, una lucha que nunca abandonó. Fue un promotor de la descentralización, mucho antes de que apareciera el tema en la campaña de 1988 y de que el presidente Pérez la firmara en 1989.

Su decisión de presentarse en las primeras elecciones regionales generó gran felicidad a todos al verlo triunfar y convertirse en el primer gobernador electo del estado Zulia; y luego de una extraordinaria gestión de tres años, verlo reelecto en 1992 con un porcentaje verdaderamente abrumador.

Si hubo después diferencias, en cuanto al análisis de la situación del país y sus perspectivas, que nos llevaron a tomar caminos distintos, el afecto profundo que durante tanto tiempo vivió entre nosotros se mantuvo como esos hilos invisibles que nada los destruye. Él mismo, con su nobleza de siempre, se ocupó de pasar la página el 24 de enero de 2006. Ese día, en que Rafael Caldera cumplía noventa años, fue a visitarlo a Tinajero, y en la soledad de su cuarto los dos se abrazaron en medio de una gran emotividad. Caldera le dijo que era el mejor regalo que había podido recibir.

En estos duros años que hemos vivido en el país, Oswaldo ha seguido siendo el luchador brillante, valiente y sincero de siempre. Han intentado callarlo con atropellos físicos y morales. Lo han puesto en prisión y todavía hoy le siguen conculcados sus derechos más elementales. Lo mantienen sin documentación, impedido de salir del país sin orden judicial, y privado de su derecho ciudadano en el registro nacional electoral.

Pero él sigue firme en su posición, sin dejarse amilanar, haciendo conocer sus orientaciones hacia el país en la columna que religiosamente escribe desde hace muchísimos años y expresando sus posiciones con toda claridad cada vez que puede hacerlo.

Aquí está Oswaldo, con nosotros, como nunca ha dejado de estarlo. Ahora desde el Consejo Superior de la Democracia Cristiana ganamos con su experiencia y su prestigio. La labor que ha venido desarrollando este Consejo en su primer año de vida ha sido orientadora en la postura de los demócrata-cristianos acerca de los temas de la actualidad nacional.

Son muchos los venezolanos que no solamente reconocen el aporte histórico de la Democracia Cristiana en la construcción y desarrollo de nuestra experiencia democrática, sino que creen en ella como la opción política más completa para la realización de la persona humana en la vida social.

En el Consejo, hemos dejado a un lado las diferencias del pasado y hemos dado ejemplo de unidad. Si hemos proclamado la unidad como el camino indispensable para que la oposición encuentre la ruta para el restablecimiento de nuestra democracia, hemos sido los primeros en dar el ejemplo, más cuando entendemos que la política no puede estar divorciada de la ética y que la sinceridad en el discurso y la credibilidad en la dirigencia es la única vía para la ganar la confianza de los venezolanos.

En nombre de todos los integrantes del Consejo Superior de la Democracia Cristiana manifestamos nuestro sentir jubiloso y nos unimos al partido COPEI que en su 75 aniversario le tributa este merecido homenaje a nuestro compañero y amigo Oswaldo Álvarez Paz.

Oswaldo, el zuliano emotivo, el excelente padre y abuelo, el mejor amigo, el político sincero y valiente, el hombre de fe y de coraje, se ha dado por entero a servir a Venezuela y sigue estando entero para hacerlo.

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Desde el puente | El tiempo pasa y el país empeora

@osalpaz

Buena parte del liderazgo político y social del país no ha asumido la responsabilidad que le corresponde frente a la dramática situación del país. El cabeceo entre algunos se intensifica, pero el primer objetivo compartido por todos se diluye. Despierta recelos quizás injustificados, pero que no escapan a la atención del ciudadano común.

Me refiero al cese de la usurpación que significa la salida de Maduro y el fin definitivo de este régimen. Todo esto en un momento crucial cuando, además, el régimen está entrampado en múltiples confrontaciones internas, deserciones y maniobras de unos cuantos importantizados para ponerse a buen resguardo cuando esto se desplome.

El Consejo Superior de la Democracia Cristiana ha recogido un planteamiento hecho desde diversas trincheras que poco a poco ha tomado cuerpo. Se parte del indiscutible principio según el cual la soberanía reside en el pueblo, único soberano, quien debería ser el dueño y señor de su propio destino.

La Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO, bajo la conducción de Enrique Colmenares Finol y otros apreciados compatriotas, han sugerido la convocatoria a una gran consulta nacional para que el pueblo se pronuncie directamente sobre el presente y su destino inmediato. Algo parecido se hizo en aquella jornada del 16 de julio con resultados extraordinarios, pero sin haber concretado la mejor forma de ejecutar los resultados de esa consulta.

En esta oportunidad está despejado el camino para que el propio presidente encargado, Guaidó, y la Asamblea Nacional legítima que también preside, asuman la responsabilidad de la convocatoria.

Así como el compromiso de lograr el apoyo de toda la comunidad internacional para respetar y hacer cumplir lo que el pueblo directamente exprese en la consulta. Por supuesto, también se impone trabajar para que los sectores democráticos de las fuerzas armadas, todavía existen, asuman la responsabilidad con la ayuda y cooperación directa e indirecta del exterior.

El proceso debe iniciarse de inmediato con la designación de las autoridades electorales que deberán dirigir el proceso. Invito a la lectura del documento del Consejo Superior DC, las declaraciones formales de los voceros de ANCO, y de variados planteamientos en la misma dirección formulados por calificados voceros de algunas regiones como Táchira y Zulia, entre otras.

El tiempo pasa. Debemos tomar la iniciativa e impulsar el camino señalado, garantizando la ejecución de los resultados. Es la hora. Esta es una ruta posible si la asumimos con la convicción y el coraje necesarios. Por supuesto que hay riesgos y peligros. Pero no podemos exigirle al pueblo que continúe con sus sacrificios personales y familiares día a día; que libra batallas concretas en su lucha por la subsistencia en medio de la inseguridad general y la carencia de las cosas básicas para vivir. Es la hora del liderazgo, de pasar de la retórica a la acción.

Lunes, 24 de agosto de 2020

 

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Desde el puente, por Oswaldo Álvarez Paz

POR LAS GENERACIONES EN DESARROLLO

Varias veces he repetido que la generación en la cual me ubico, la de 1958, es la gran deudora de la historia. Entramos a la vida pública a la caída de Pérez Jiménez, entre otras cosas, por haber contribuido en la etapa final de la lucha contra la dictadura. Nuestros mayores con mucha comprensión nos abrieron el camino. También nuestros padres se privaron de casi todo para abrirnos un mundo de posibilidades infinitas. Nos señalaron el camino del estudio, la vocación por el trabajo productivo, el valor de la familia sin desviarse del magisterio que se auto impusieron en bien de nosotros. Por supuesto que no ha sido fácil. Nada ha sido gratuito. Hemos tenido que luchar muy duro para alcanzar metas estables, pero con una formación básica adecuada y el ejemplo permanente de nuestros mayores.

El problema está en lo que le estamos dejando como herencia a nuestros hijos y nietos. Hablo en términos generales. Nada específico con relación a la vida y familia de cada uno considerada individualmente. Pero es un hecho que no tienen, ni tendrán a corto plazo, las mismas oportunidades que tuvimos nosotros para crecer y desarrollarnos. Ellos son los grandes acreedores de la historia contemporánea. Nosotros, repito, los deudores.

Estamos en un momento estelar para saldar esas obligaciones. Para dejar limpio el futuro mediato e inmediato y darle a estas generaciones deudoras cuanto sea necesario para estar a la altura de sus necesidades y de lo que el país espera de ellos. Tiene que ser nuestra labor fundamental. Vale la pena arriesgarlo todo para alcanzar una Venezuela de la que podamos sentirnos orgullos gracias a todos. Viejos y jóvenes, ricos y pobres, hombres y mujeres convencidos de que nadie hará por nosotros lo que debemos hacer por nosotros mismos.

No hay gobierno. El régimen se tambalea y el miedo se apodera de los cuadros dirigentes de unas estructuras resquebrajadas a todos los niveles. Llegó la hora del cambio necesario. No puede esperar. La llamada “ayuda humanitaria” es importante más no definitiva. Luchamos por la libertad, por la dignidad de la persona humana, por la justicia social como instrumento para alcanzar el bien común y por la perfectibilidad de la sociedad civil. Por la familia como centro generador de todo lo necesario, pero hay que echar el resto por estos días.

Aparecen muchos prudentes que esconden una enorme cobardía. También los candidatomanìacos de siempre que con la obsesión electoralista dificultan el proceso que ha declarado lo electoral como el último paso a seguir. Primero, el cese de la usurpación, es decir, la salida de Maduro y del régimen, Lo segundo, la transición con todo lo que ya está preparado para levantar al país de las cenizas. Y, tercero, la convocatoria a elecciones en un marco verdaderamente democrático. Adelantar el debate sobre lo tercero es peligrosamente divisionista y dañino.

Lunes, 18 de febrero de 2019

oalvarezpaz@gmil.com

@osalpaz

¿Quiénes son los golpistas?, por Oswaldo Álvarez Paz

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Declaración de Oswaldo Álvarez Paz con motivo de afirmaciones hechas por Diosdado Cabello el día 6 de abril de 2017

1° Expreso mi absoluta solidaridad con los presos políticos existentes en Venezuela. Secuestrados, detenidos, condenados, acosados y exilados a lo largo de estas casi dos décadas de dictadura progresiva.

En este momento y sin olvidar a ninguno de los presos, recuerdo a Leopoldo López y Antonio Ledezma, entre otros ejemplos de dignidad y consecuencia con la causa de la Libertad. También a los compañeros del Partido Socialcristiano Copei como Roberto Enríquez y Eduardo Vethencourt. Acosado el primero, hoy hospedado en la Embajada de Chile. Preso el segundo en Ramo Verde

2° Ratifico mi convicción de que el régimen impuesto en Venezuela es el sitio del planeta tierra con más golpistas por metro cuadrado. La historia reciente lo confirma.

3° Las constantes acusaciones de las cabezas del régimen señalando como “golpistas” a todo aquel se oponga legítimamente a sus pretensiones, son proyecciones de sí mismos, como diría cualquier psicólogo. Eso significa que trasladan sus ejecutorias y propósitos hacia otros. Ya están sin caretas.

4° Soy un demócrata integral con 59 años de lucha activa en la política zuliana y nacional, tanto en la Universidad como en el Congreso de la República y en la calle. Nadie me ha conocido como golpista sino, al contrario, como un constante defensor de la constitucionalidad y de la vida en Libertad y Democracia. Así ha sido y seguirá siendo hasta el final de mis días.

He tenido importantes triunfos en ese señalado tiempo. También sonoras y dolorosas derrotas. Pero unos y otras nunca lograron desviarme de los principios fundamentales que me animan para continuar hacia adelante sin amiguismos innecesarios y sin rencores amargantes. Sin pretensiones confieso que he vivido con dignidad. Al hacer el balance me considero feliz y afortunado. Además del compromiso con el país, tengo una familia ejemplar cuyo centro son mi esposa, mis seis hijos y, hasta ahora, trece nietos a quienes he tratado de levantar con el ejemplo de dignidad que recibí desde niño en un hogar ejemplar y plural políticamente.

5° Rechazo en términos radicales y absolutos los señalamientos hechos recientemente por Diosdado Cabello. Afirmaciones irresponsables, pero cobardes tanto en lo personal como en lo político.

Respeto profundamente a nuestras fuerzas armadas. He tenido bastante relación con muchos de sus miembros debido a mis funciones como parlamentario y como gobernador del Zulia. La mayoría están retirados, otros con funciones de la línea media hacia abajo. Buena y sana amistad nos une. Creo conocer muchas de las circunstancias que afectan a la Institución y rechazo la generalización que algunos hacen con relación a la integridad de la mayoría de sus miembros. No son marcianos ni viven en júpiter, tampoco en Saturno.

Me parecen repugnantes las manipulaciones de los cabezas del régimen en escenarios militares sembrando el odio, la segregación y la violencia para justificar la violación existente del Estado de Derecho, de la Constitución y de las normas fundamentales de la Democracia. Soy solidario de la Asamblea Nacional actual, de sus líderes, del pueblo que la eligió y condeno las descabelladas actuaciones de un ilegítimo Tribunal Supremo de Justicia. Me atengo a las declaraciones de la Fiscal General de la República en ese sentido y agradezco las actuaciones de Luis Almagro, secretario general de la OEA y respaldo las resoluciones adoptadas hasta ahora por ese Cuerpo.

6° Afirmo que Diosdado Cabello es un cobarde mentiroso. Me acusa sin pruebas de ninguna naturaleza de “conspirador” usando y abusando de Venezolana de Televisión y la irregular existencia de los medios de comunicación oficialistas. Allá él con sus complejos. Importa destacar que nadie, nunca jamás, me ha acusado de narcotraficantes, de peculador, de traficante de influencias ni de tener testaferros para ocultar bienes indebidamente adquiridos. ¿Puede él decir lo mismo? Ojalá lo clarifique algún día.

No olvidar a Oswaldo Álvarez Paz cuyo juicio no termina y le siguen violando todos sus derechos constitucionales

YA ES HORA DE QUE LA FISCALÍA, la Asamblea Nacional, las instituciones y partidos políticos se pronuncien sobre este caso. Un capricho de Chávez, continuado por Nicolás pero dejado en el olvido. Un demócrata a carta cabal, un político honesto como pocos, un padre de familia ejemplar sigue sin que su juicio llegue a feliz término cuando todas las acusaciones en su contra se cayeron. Todas menos una: lo siguen señalando de difundir información falsa cuando comentó sobre el voluminoso expediente levantado por el juez 4° de la Audiencia Nacional de España, hecho público a principios de ese año, y comentado ampliamente en el mundo entero. En Venezuela se conoció parcialmente por la solicitud de colaboración hecha por el citado juez al presidente Chávez para investigar presuntas actuaciones de efectivos de ETA y de las FARC, vinculadas al terrorismo y al tráfico de armas y drogas, en territorio venezolano con citas concretas de sitios, temas y personajes presentes de varios países. Cito a OAP: “En el programa Aló Ciudadano, Leopoldo Castillo me pidió opinión. Manifesté con claridad que el gobierno estaba obligado a prestarla para despejar las dudas existentes en el mundo y que yo mismo tenía y tengo, sobre la veracidad de las presunciones españolas”.

Otra cita de su artículo: “Fui detenido y enjuiciado. Condenado a dos años de prisión, con pena sustitutiva de prohibición de salida del país sin autorización del tribunal 12 de ejecución. Pues bien, llevo SEIS años y medio con esta sanción y CUATRO desde que se produjo la sentencia definitiva. He cumplido con todas las sugerencias hechas por el juez, pero la situación se agrava. Ahora  tengo suspendidos mis derechos políticos. No he podido votar ni aparezco en el Registro del CNE. No he podido renovar el pasaporte. En fin, daños colaterales que afectan mi vida personal, familiar, política y laboral dentro y fuera del país”.

Ayer él, hoy otros y mañana ¿nosotros?

(El artículo a continuación fue publicado en La Patilla el 16-5-2016.Por su actualidad lo colocamos hoy)

OSWALDO ALVAREZ PAZ:
EXPLICACIÓN NECESARIA

No me gusta especular innecesariamente con la realidad judicial de mi caso. No tengo vocación de víctima. Hay muchos otros en situación peor que la mía. Están presos, acosados, exilados forzosos y, en fin, alejados de sus más elementales derechos constitucionales y legales. Pero me siento obligado a explicarle a la nación la situación que estoy atravesando.

Estuve cerca de dos meses detenido en el Helicoide, sede del SEBIN, entre marzo y mayo de 2010. Fui acusado por conspiración, asociación para delinquir, instigación al odio y, entre otros cargos, difusión de información falsa. Fui puesto en libertad condicional con sometimiento a juicio y prohibición para salir del país sin autorización del tribunal. En el juicio se cayeron todos los cargos en mi contra, menos uno, el de difusión de información falsa. Es decir, yo debo haber inventado el voluminoso expediente levantado por el juez 4° de la Audiencia Nacional de España hecho público a principios de ese año y comentado ampliamente en el mundo entero. En Venezuela se conoció parcialmente por la solicitud de colaboración hecha por el citado juez al presidente Chávez para investigar presuntas actuaciones de efectivos de ETA y de las FARC, vinculadas al terrorismo y al tráfico de armas y drogas, en territorio venezolano con citas concretas de sitios, temas y personajes presentes de varios países.

En el programa Aló Ciudadano, Leopoldo Castillo me pidió opinión. Manifesté con claridad que el gobierno estaba obligado a prestarla para despejar las dudas existentes en el mundo y que yo mismo tenía y tengo, sobre la veracidad de las presunciones españolas. Fui detenido y enjuiciado. Condenado a dos años de prisión, con pena sustitutiva de prohibición de salida del país sin autorización del tribunal 12 de ejecución. Pues bien, llevo SEIS años con esta sanción y cuatro desde que se produjo la sentencia definitiva. He cumplido con todas las sugerencias hechas por el juez, pero la situación se agrava. Ahora  tengo suspendidos mis derechos políticos. No he podido votar ni aparezco en el Registro del CNE. No he podido renovar el pasaporte. En fin, daños colaterales que afectan mi vida personal, familiar, política y laboral dentro y fuera del país.

En consecuencia de todo esto y más, los abogados defensores, a quienes no tengo como agradecerles su lealtad y dedicación, los doctores Omar Estacio y Antonio Sierraalta, han solicitado la destitución del juez Régulo Aponte Madrid ante la Inspectoría General de Tribunales y el Tribunal Disciplinario Judicial. Los mantendré informados.

@osalpaz

Recuerdo de un juicio escandaloso por Elías Pino Iturrieta

ÁlverezPaz

 

Debido a sus semejanzas, el acoso judicial del ciudadano Diosdado Cabello a tres medios de comunicación me ha llevado a recordar el proceso ordenado por Chávez contra Oswaldo Álvarez Paz por unas declaraciones que ofreció en el programa de televisión Aló, Ciudadano, una voluntad de opinar con responsabilidad, por la que todavía paga insólitas consecuencias. Tal vez la memoria de una operación tan aberrante nos conduzca a reflexionar con la debida seriedad sobre la amenaza que hoy se cierne contra los editores de El Nacional, Tal Cual y La Patilla.

Oswaldo Álvarez Paz no pudo votar en las elecciones parlamentarias porque su cédula de identidad tenía “observaciones”, pero también por otro detalle que la computadora suministraba sin apelación: “Derechos políticos suspendidos”. Tampoco pudo renovar su pasaporte porque, también de acuerdo con el fatídico ordenador del régimen, tenía “graves problemas migratorios”. Así como se quedó sin participar como elector en diciembre, hoy le está vedada la posibilidad de ver a siete nietos que viven en el exterior. Encerrado en el mapa del contorno sin razón evidente y, a la vez, expulsado del ejercicio de sus derechos ciudadanos, lo único que puede hacer sin licencia de los verdugos, según confiesa mientras se aferra al consuelo de su buen humor, es visitar a su amada “república” del Zulia. ¿Cuáles son los motivos de esta persecución? ¿Por qué esta sevicia inaudita?

En el referido programa de televisión (marzo de 2010), se refirió a un documento que reclamaba la atención de la opinión pública. El juez cuarto de la Audiencia Nacional de España había suscrito un expediente basado en evidencias de peso sobre casos de narcotráfico llevados a cabo por elementos de ETA y las FARC, con la complicidad del gobierno venezolano. Como conocía los detalles del documento, pero también por su experiencia en la legislación relacionada con la persecución del narcotráfico (había presidido, en el extinto Congreso Nacional, la comisión que redactó la Ley sobre Uso Ilegal de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas, pionera en la materia; y formó parte de la Comisión Andina Antidrogas, en cuyos trabajos acompañó al heroico ministro de Colombia Rodrigo Lara Bonilla, víctima del Cartel de Medellín) exigió una inmediata averiguación para la cual pedía el compromiso del presidente de la República. Se tiene que averiguar este asunto “caiga quien caiga”, aun la cabeza más alta, sentenció el entrevistado. La respuesta del jefe del Estado no se hizo esperar, a través de Aló, Presidente: “Me llamó narcotraficante. Ese señor no puede seguir en libertad”.

Oswaldo Álvarez Paz fue acusado de conspiración, de instigación a delinquir, de instigación al odio y de difusión de información falsa. Pese a lo peregrino de los cargos, pasó dos meses de reclusión en el Helicoide y después afrontó en libertad su proceso, no en balde los colegios de abogados y numerosas instituciones y personalidades del país y del exterior protestaron ante la enormidad del proceso. La Fiscalía prefirió desistir de acusarlo por conspirador, debido a la imposibilidad de probar semejante invención que lo pudo conducir a una pena de dieciséis años de presidio, y finalmente el tribunal resolvió, seguramente por órdenes superiores, pero también por el empeño ejemplar de sus abogados, condenarlo solo a dos años de prisión en libertad y a prohibir su salida del país sin autorización judicial. Ya cumplió la condena pero, de aló en aló, continúan mutiladas sus prerrogativas políticas mientras permanece su encierro en el territorio nacional. Falta la “orden superior” que le permita ciudadanía cabal.

La memoria de este escandaloso proceso se busca para llamar la atención sobre los casos pendientes contra tres medios de comunicación en los cuales también se pueden atravesar las “órdenes superiores”, según se dijo al principio. Pero también, no faltaba más, como reconocimiento a la probidad de un hombre público sin tacha, de un político de especial relevancia, de un hombre útil y decente que acompaña las luchas de la sociedad por el retorno de la democracia.

 

@eliaspino

El Nacional