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Oposición

Bestiario Político Vol IV: La desesperación de los ciudadanos y la hora más oscura de la oposición venezolana

 

Un Bestiario crudo y ácido que no trae buenas noticias, pero … no se puede predecir el cisne negro en política venezolana, por lo tanto, si bien describimos una situación, la salida a la misma puede venir de dónde menos se espere.

La crisis estructural que atraviesa Venezuela también ha tocado al liderazgo opositor, que se encuentra en su hora más oscura, cuando además la ciudadanía espera una conducción más contundente. Conducción que se vio hace un año con las protestas y que hoy son un capítulo doloroso de la historia reciente.

¿Hay oposición? ¿Está Henri Falcón capitalizando algo en este proceso electoral fraudulento e ilegal? A esto se suma un mandato del TSJ en el exilio de juicio político a Nicolás Maduro. ¿Tiene la Asamblea Nacional la fuerza para realizarlo? Todo esto y más en este episodio del #BestiarioPolitico.

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Bestiario Político, el espacio que describe la política en América, mostrando un compendio de esas bestias que dirigen, controlan o buscan acceder al poder. Conversaciones profundas y a veces no tan serias entre: Nelson Eduardo Bocaranda, director de Runrun.es, Edgard Gutiérrez, Consultor Político y Director de Venebarometro y Oswaldo Ramírez, Director de ORC Consultores.

 

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Las recomendaciones de esta semana:

@Gedgard: “Las horas más oscuras”, una reflexión desde una película, aplicada a Venezuela. De Miguel Ángel Martínez Meucci.

Las horas más oscuras

@Randompiece: «Homo Deus: A Brief History of Tomorrow«, de Yuval Noah Harari. Un libro sobre el futuro de la humanidad.

 

 

@Oswram: «Twitter & Gas lacrimógeno. El poder y la fragilidad de la protesta interconectada»; de Zeynep Tufekci.

Web: https://www.twitterandteargas.org/

Descarga PDF: https://www.twitterandteargas.org/downloads/twitter-and-tear-gas-by-zeynep-tufekci.pdf

 

El jefe de la Cámara, Omar Barboza, echó mano de argumentos jurídicos para postergar la discusión sobre el enjuiciamiento del presidente Maduro. En los pasillos del Palacio Federal Legislativo, diputados criticaban la iniciativa del TSJ en el exilio

 

@pppenaloza

 

El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Menos los diputados de la Asamblea Nacional, que pueden golpearse hasta tres veces. En 2016, aprobaron la responsabilidad política del presidente Nicolás Maduro. En 2017, votaron el abandono del cargo. Y ahora, vía Tribunal Supremo de Justicia en el exilio, les cae otra pesada roca: el antejuicio de mérito.

Antes que representar una amenaza para la estabilidad del régimen chavista, el antejuicio de mérito ha servido para dejar en evidencia –una vez más- las divisiones en la oposición. Los magistrados “legítimos” no están en sintonía con la mayoría parlamentaria que los designó en julio de 2017. Por esa razón, ni la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ni la propia AN han mostrado entusiasmo hacia este proceso judicial que se desarrolla en Bogotá.

Apenas olieron la fractura, los miembros de la bancada 16 de Julio –leales a María Corina Machado y Antonio Ledezma- se lanzaron a solicitar un cambio en el orden del día de la sesión de este martes 10 de abril para incluir el respaldo al antejuicio de mérito. El diputado Juan Pablo García (Vente-Monagas) consignó el texto firmado por el TSJ en el exilio y planteó que se abriera un debate para avalar en enjuiciamiento de Maduro.

Haciendo gala de la cintura propia de un veterano en estas lides, el presidente del Poder Legislativo, Omar Barboza (UNT-Zulia), respondió en estos términos: “Esta Asamblea Nacional tiene toda la intención de tratar el tema, pero las estipulaciones constitucionales deben cumplirse a cabalidad. No se ha recibido la notificación formal que manda la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela para que se inicie de forma legal el proceso”.

“Una de las banderas que enarbolamos es el respeto total a la Constitución y la ley, estos casos, deben adaptarse a los preceptos constitucionales. Cuando formalmente se cumplan los requerimientos, la Cámara emitirá su decisión”, agregó Barboza, toreando la embestida de sus propios aliados.

Sofocado el conato de incendio, la agenda continuó con los dos únicos puntos previstos: sendas discusiones sobre la crisis del servicio de agua y la “problemática del resurgimiento de enfermedades que ya estaban erradicadas en el país”.

Sin voluntad

Del llamado G4 de la MUD (Primero Justicia, Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular), solo VP expresó públicamente su apoyo a la decisión suscrita por el TSJ en el exilio, destacando a través de un comunicado que impulsarán “en el seno de la Asamblea Nacional, a través de nuestros diputados, que sea autorizada la continuación del enjuiciamiento a Nicolás Maduro Moros hasta alcanzar sentencia definitiva”.

Sin embargo, en los pasillos del Palacio Federal Legislativo, asambleístas de distintos partidos cuestionaban la viabilidad de la iniciativa promovida por los magistrados “legítimos”. Advertían que tenía serias fallas jurídicas y señalaban que el TSJ en el exilio estaba siendo controlado por los sectores más radicales de la oposición.

Para atajar a Pablo García de Vente, Barboza se refirió al artículo 110 de la Ley Orgánica del TSJ que reza: “Corresponde a la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia declarar si hay o no mérito para el enjuiciamiento del Presidente de la República y, en caso afirmativo, previa autorización de la Asamblea Nacional, aprobada por el voto favorable de las dos terceras (2/3) partes de sus miembros, conocer de la causa hasta sentencia definitiva (…)”.

La oposición tiene las 2/3 partes (112 diputados) de la Cámara, pero este martes 10 de abril no todos estaban en sus curules. Sin embargo, hay una traba adicional que observaban algunos legisladores: la AN nombró en julio de 2017 a 13 magistrados principales y 20 suplentes, y la Sala Plena está conformada por 32 magistrados principales. Igualmente, un parlamentario resaltaba que tarde descubrieron que el presidente del TSJ en el exilio, Miguel Ángel Martín Tortabu, tiene doble nacionalidad (española-venezolana), lo que le impediría ejercer como máximo juez de la República, según la Carta Magna.

Al margen de estas cabriolas legales, la principal crítica es política. Todos recordaban el famoso abandono del cargo que se aprobó durante la gestión de Julio Borges (PJ-Miranda). En enero de 2017, en contra de su voluntad, Borges tuvo que ceder ante esa propuesta de los sectores radicales que luego fue rápidamente engavetada por la mayoría de la Cámara.

Ahora los diputados no están pensando en qué hacer con Maduro, sino cómo evitar quemarse con la “papa caliente” del antejuicio de mérito. Restando dramatismo al asunto, un parlamentario indicaba que podían celebrar un debate en plenaria y remitir el texto a una comisión para su análisis.

 

A cuarenta y un día de la elección presidencial en Venezuela, sin lugar a duda no hay campaña en la calle, no se siente el sabor ni el sonar de los jingles, vallas, spots publicitarios, actos y propuestas de candidatos. Nada de esto han hecho Nicolás Maduro y Henri Falcón, principales candidatos de esta contienda.

Falcón arrancó con un tiro en el ala al no contar con el apoyo de la Unidad en pleno, sólo un tercio o menos de esa MUD lo respalda y lo acompaña en sus recorridos; hasta conseguir un jefe de campaña le fue difícil.

Henri sabe cómo hacer campañas, fue alcalde de Barquisimeto en dos oportunidades y gobernador del estado Lara, durante dos períodos, no es un novato en hacer campañas, ganarlas, llegar al poder y trabajar para mostrar resultados, eso se lo reconocen oficialistas y opositores en la entidad larense.

¿Qué le pasó ahora? Pues no lo sabemos, lo cierto es que no tiene sabor, no le pone sazón al paladar, le falta el ponch y eso se llama emoción. La emoción es despertar las cosquillas de la gente por ir a votar, la sed cambiar.

Si analizamos los dos últimos candidatos presidenciales, Manuel Rosales y Henrique Capriles, vemos que cuando Rosales y con dos meses de campaña  usó como slogan “Atrévete”, el momento era de atreverse a votar después que la oposición abandonó en el 2005 el espacio de la Asamblea Nacional, pensando que con la abstención se deslegitimaría el Gobierno y no fue así.

El mensaje de campaña fue la tarjeta “Mi Negra”, ¿cómo competir con el mejor momento de Chávez y con las misiones en su pleno esplendor?, una campaña dura y una derrota fulminante para Manuel Rosales, pero se hizo campaña. Resultados, Hugo Chávez obtuvo el 62.8% de los votos, y Manuel Rosales el 36.9%.

En el 2012 luego de las Primarias presidenciales de la oposición para escoger al candidato que se enfrentaría a Hugo Chávez en su tercera elección, salió a la contienda Henrique Capriles Radonski, con el slogan “Hay un camino”, el autobús del progreso y la gorra tricolor como símbolo inequívoco de su campaña y propuesta de cambio. Despertó emoción, sólo que Chávez lo venció, pero se hizo y se sintió la campaña. Resultados, Hugo Chávez 55.7% y Henrique Capriles 44.31%

Ahora bien, Falcón además de la emoción debe resolver el conflicto de la Unidad, sumar a más factores y personalidades, buscar por todas las vías el apoyo del Frente Amplio y el de los asistentes a República Dominicana,  consolidar un sólo discurso, por ejemplo, la propuesta del sueldo en dólares no está mal pero hay que digerirla y reforzar la denuncia contra este Gobierno que nos llevó al desastre social para apagar el rumor de su alianza con el Gobierno.  Sin Unidad no hay triunfo.

El otro punto importante es la organización; sin testigos, ni miembros de mesas ¿quiénes le defienden la elección en caso de ganarla?, sin estos guerreros, que estén atentos y prevenidos para cobrar un eventual triunfo, es imposible que Henri pueda lograr el fin de cualquier competidor: vencer.

Esta estructura electoral sólo puede lograrla teniendo el apoyo de los partidos,  por lo que al candidato le corresponde resolver estos planteamientos antes de entrar al mes de mayo, de lo contrario vivirá un desenlace sin precedentes: perder sin reconocimiento de la mayoría y sin la remota excusa de culpar a los abstencionistas.

“Por ahora”, Falcón está raspa’o en emoción.

@edwardr74

Abr 10, 2018 | Actualizado hace 6 años
¿Se acerca el final?, por Armando Durán

 

Basta mirar en torno nuestro para tener la certeza de que pronto la pesadilla llegará a su final. Y que al despertar, ¡aleluya!, el dinosaurio no seguirá allí donde ha estado desde hace años. ¿O no?

En este punto crucial de nuestra historia, la convicción que se impone dentro y fuera del país es que vivir en Venezuela bajo las condiciones actuales pasa necesariamente por aceptar que, a pesar de todo lo que hacemos para eludirla, la muerte, individual y colectiva de los venezolanos, nos aguarda a la vuelta de la esquina. Y aunque bien sabemos que nadie se muere la víspera, también sabemos que haga el régimen lo que haga para impedirlo, la presidencia de Nicolás Maduro tiene los días contados.

En el plano doméstico, las miserias que devastan Venezuela, hasta el día de ayer espejo político y económico en el que los latinoamericanos se miraban con justificada envidia, nos han convertido en una nación que parece estar a punto de desaparecer. La escasez de todo lo esencial para la vida humana, desde alimentos y medicamentos hasta billetes de banco, desde el colapso de todos los servicios públicos hasta el hecho inaudito de que Venezuela sea una nación secuestrada por el hampa, sin suministro normal de electricidad y agua, sin libertad de prensa ni contrapesos institucionales que garanticen los más elementales derechos del ciudadano, nos obligan a pensar que lo que tenemos entre manos no es siquiera una dictadura de ideología implacable, la del comunismo estalinista en su versión cubana, sino un cataclismo político sin precedentes. Una realidad que es el sórdido producto de la suma de un gobierno que, a pesar de operar según el más riguroso modelo del ordeno y mando cuartelario, no gobierna, y de una oposición que siempre ha preferido mirar hacia otra parte para no correr el riesgo de ser expulsada de un juego en el que, en definitiva, jamás ha logrado participar.

Dígase lo que se quiera, sobre todo si lo dice esa oposición claudicante, la crisis venezolana es la consecuencia más cabal de esa alianza de cúpulas políticas incapaces y corruptas que con absoluta impunidad hace, deshace y legitima los antojos más viles del régimen, como acaba de suceder en el hospital infantil J. M. de los Ríos. El efecto más visible de esta gran tragedia nacional es que buena parte de la población escape o trate de escapar de Venezuela, o se desespere aún más porque no puede hacerlo. Incluidos en ese lote de ciudadanos descorazonados numerosos miembros de esa supuesta dirigencia política de oposición, que en las últimas semanas, con la falsa excusa de explicarle al mundo las coordenadas de una catástrofe que ningún gobierno necesita que le expliquen porque la conocen hasta en sus más mínimos detalles, se han incorporado a la desbandada de un pueblo que ya no resiste los efectos generados por el desmoronamiento sistemático de Venezuela como nación democrática y relativamente feliz.

En el plano internacional, las recientes decisiones tomadas por un país siempre tan neutral en todo como Suiza, por Panamá y por las naciones del continente agrupadas en el llamado Grupo de Lima para cerrarle a Nicolás Maduro las puertas de la VIII Cumbre de las Américas por impresentable, son pruebas indiscutibles de que el mundo observa con creciente malestar la tragedia venezolana y enjuicia severamente al régimen chavista por las consecuencias demoledores de su gestión sin atenuante alguna.

En el contexto de esta penosa encrucijada, Jorge Rodríguez hace pocos días nos sorprendió al declarar que él se niega “a aceptar que la situación de Venezuela sea catastrófica”. Y uno no puede sino preguntarse: ¿simple expresión retórica de un psiquiatra arrogante y nada más? ¿O insinuación, como la que hizo Luiz Inácio Lula da Silva instantes antes de ingresar a prisión, cuando sostuvo que “la muerte de un combatiente no para la revolución”, de que la única manera de salvar a un régimen que agoniza inexorablemente es que él sustituya a Maduro, como tercer presidente del régimen chavista, antes de que sea demasiado tarde? ¿Será este final negociado lo que en verdad discuten los representantes del régimen y de la alianza MUD-Frente Amplio, teledirigidos por Washington y La Habana con la mediación de José Luis Rodríguez Zapatero?

 

A un paso de la transición … por Orlando Viera-Blanco

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«Estamos a minutos de una transición posible. El tema no es votar, ni es Falcón. No es jurídico ni personal. Es organización partisana y ciudadana. Es movilización. Es colarse por las rendijas de «los desagues» del régimen y propiciar el cambio de poder.»

 

Muchos piensan que en Venezuela naufragó una transición en ciernes a partir de las protestas 2017. La duda se potencia cuando en 2014 también divisamos un salida que no llegó. Ante esta decepción es recurrente acuñar la frase “Venezuela no tiene remedio”. Pero de un simple análisis histórico, fáctico y epistemológico, podemos afirmar-seriamente-estamos a las puertas de una transición de poder … sustentable.

 

MADURO VS. LA HISTORIA.

 

Partimos de dos ideas fundamentales: i.-Identificación de los elementos de transición viable; y ii.-Reconocimiento de factores de ineficacia política por el cambio de poder. Con relación a lo primero, toda transición de poder (dictadura a democracia), pasa por una fase de liberación autocrática que permite conducir la restitución institucional como antesala de la definitiva rehabilitación democrática. Ello supone tres secuencias fundamentales: I.-Movilización ciudadana y popular; II.-Quiebre de base del régimen autoritario (colapso); y III.-Consenso alternativo pre-transicional.

La historia valida la hipótesis transicional. Veamos el ejemplo de Brasil. Una transición-transaccional gradual, que comenzó con el colapso económico vivido a principios del 1974 durante la gestión del Gral. Ernesto Geisel. La inestabilidad política y social propiciada por una economía inflacionaria, forzó la re-movilización cívica y partisana que obligó a la oposición enfrentar y resolver el dilema sobre boicotear unas elecciones o emplear el espacio (rendija) de que les brindaba el régimen para organizarse y movilizar apoyos para una apertura democrática. Como lo señala Francés Hagopian, “frente a las acusaciones de que [votando] estaban legitimando la candidatura de Geisel, Cardoso y otros miembros de la oposición argumentaron hábilmente que la participación dentro del sistema y el uso del mismo a su favor, era el camino más seguro [y menos costoso] para lograr un cambio democrático”. Y demostraron tener la razón …La oposición logró movilizar tanto el voto como su defensa, unificar frentes laborales, partidistas, gremiales y vecinales a nivel capital y provincial, alcanzando mayoría de votos en los escaños del senado y cámara baja, fundando dominio de los cinco gobiernos estatales más representativos. Este acierto táctico vino acompañado de una excelente campaña de protesta sobre las cuestiones económicas cotidianas, de la erosión del poder adquisitivo del salario y del elevado costo de la vida. Un boquete que dio leverage (contrapeso) a la oposición para ganar elecciones consecutivas (1976-1978) y generales (1982), prólogo de un firme proceso de liberación autocrática en Brasil. En 1985 a pesar de reveses electorales, el pueblo de Brasil depositó su voto y colocó el poder en manos de un presidente civil, Tancredo Neves … Mutatis mutandi, es lo que viene sucediendo en Venezuela desde 2015. Ese capital político sigue ahí.

 

EL PACTO DEL CULB NAVAL DE URUGUAY.

 

La transición Uruguaya arranca con el Pacto del Club Naval, que dejó de lado posturas principistas como las del líder de derecha (Por la Patria/Partido Nacional) Wilson Ferreira, quien negaba todo diálogo que colocara sobre la mesa la “Ley de Caducidad de los Delitos Militares”. Julio María Sanguinetti a la cabeza del Partido Colorado y del Frente Unido, supo imponer la tesis que la paz y la democracia sólo llegarían al Uruguay desistiendo posturas normativas-aun siendo justas-y asumiendo sacrificios grupales (consensos), aun siendo duros, de cara al costo/beneficio que podían lograr: La libertad y la democracia. El tiempo demostró darles la razón…Después del plebiscito que forzaron las negociaciones de 1981, Juan María Bordaberry abandona el poder, quedando el camino abierto para las elecciones que ganaría el Frente Democrático Unido en 1984 con Julio María Sanguinetti a la cabeza. Wilson Ferreira nunca fue Presidente de Uruguay. Sanguinetti lo fue dos veces (1985-90/ 1990-95).

 

COLARSE POR LAS RENDIJAS DE LA COALISION DOMINANTE

 

Dando mérito a la historia reciente venezolana, la disidencia ha proporcionado dos puntos de sensible quiebre al gobierno de Maduro: a.-Deserción y división del Poder Constituido (Civil y militar); y b.-Caracterización dictatorial frente al mundo. Las protestas 2014/2017 reposicionaron a la AN (2015) y pulsaron deserciones de la coalición dominante cómo la de Ortega Díaz y Miguel Rodríguez Torres. Sin duda, errores tácticos y de comunicación política de la oposición relajaron avances. Pero también es de rigor denunciar como azuzadores y tartufos (que se dicen opositores), se dedicaron a destruir y ridiculizar la unidad, auspiciando un abstencionismo suicida y vicario. Aun así es imperativo e impostergable comprender que quien sufre de una franca fragilidad es el gobierno, quedando sobre la mesa avanzar sobre los factores de quiebre, salida y restauración democrática ¿Los queremos ver?.

Estamos a minutos de una transición posible. El tema no es votar, ni es Falcón. No es jurídico ni personal. Es organización partisana y ciudadana. Es movilización. Es colarse por las rendijas de “los desagües” del régimen y propiciar el cambio de poder. Abstenerse es un absorto de estupidez. No lo digo yo. Lo dice la historia. Revisémosla.

 

@ovierablanco

No es elección: es fraude, por Roberto Patiño

 

Hace un año, estuvimos en las calles defendiendo la democracia y la constitución, ejerciendo nuestro derecho a protestar y a manifestar nuestro repudio al régimen y su modelo destructivo. En las calles, fuimos víctimas de una represión brutal, que violó nuestros derechos humanos. Estuvimos en la primera línea, junto a miles de personas que manifestaban su descontento, luchando contra la dictadura de Nicolás Maduro.

Ahora el escenario es otro, pero los líderes políticos y sociales que resistimos los embates en las calles continuamos firmes en nuestra determinación de lograr un cambio de gobierno y recuperar la democracia. En días recientes, a través de los voceros Juan Andrés Mejía, Stalin González y Juan Requesens, le explicamos al país nuestra posición respecto a los fraudulentos comicios que el régimen planea realizar el próximo 20 de mayo.

Lo que ocurrirá en esa fecha no será una elección, sino un proceso absolutamente pervertido, en el que no existen las condiciones mínimas que garanticen la transparencia y credibilidad, y con instituciones como el Consejo Nacional Electoral secuestradas por el régimen y dispuestas a fomentar las irregularidades que sean necesarias para asegurar la continuidad en el poder de Nicolás Maduro.

Al día de hoy no existe transparencia en el sorteo de los miembros de mesa y en los organismos subalternos, mientras que Smartmatic ya no prestará el servicio de la plataforma tecnológica para votar, después de que denunciara la manipulación de los resultados por parte del CNE en la elección anticonstitucional de la Asamblea Nacional Constituyente. En ese sentido, hay un desconocimiento respecto a qué empresa se prestará para realizar los fraudulentos comicios, en los que tampoco habrá una observación internacional calificada e independiente. A esto se suma el hecho de que en el exterior del país se encuentran más de dos millones de venezolanos sin garantía alguna de que podrán votar.

No se puede llamar elección a un proceso hecho bajo estas condiciones. Así lo entiende gran parte de la comunidad internacional. Argentina, Perú, Brasil, México, Colombia, Chile, Canadá, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Panamá, Paraguay, Honduras, Santa Lucía, Estados Unidos, así como la comunidad europea, no reconocerán a quien sea electo: unos comicios ilegítimos solo producirán a un presidente ilegitimo. Es por eso que un importante sector de la oposición democrática no postula un candidato, porque hacerlo significaría validar este fraude.  En este sentido, exhortamos a todo el que esté participando o quiera participar en la falsa contienda contra Nicolás Maduro a que entienda que hacerlo es ayudar a la dictadura en sus intenciones de perpetuarse en el poder.

Es importante que entendamos esto en todos los sectores del país, especialmente en las zonas populares, en las que el gobierno  afinca su estrategia de control social a través del CLAP y del carnet de la patria. Con este mínimo beneficio social chantajea a personas que apenas pueden hacer una comida y media al día, amenazándolas con que si no votan y no muestran el carnet de la patria al hacerlo, perderán el CLAP que reciben y los pocos, escuetos y limitados bonos que el gobierno sortea.

El bloqueo de vías electorales por parte del gobierno ha trastocado formas tradicionales de expresión popular. Durante años, la inconformidad de los venezolanos se manifestaba a través de las urnas y era ahí donde las personas sentían que podían marcar la diferencia y expresar su voluntad. Aún hoy, a pesar de las muestras evidentes del actual sistema electoral, muchas personas en las comunidades populares del área metropolitana me expresan que quieren votar para manifestar su descontento. Votarían por cualquier candidato que no sea Nicolás Maduro, pero parecen decididos a votar.

Esta tendencia constituye un reto, especialmente para el Frente Amplio, cuya misión es denunciar la maniobra del 20 de mayo que se está fraguando desde el poder. Deben producirse puntos de encuentro entre las diferentes partes de la Venezuela que busca la superación del régimen y su modelo de colapso y caos.  Articular a ese 80% de venezolanos que repudian al gobierno, y en el que se entrecruzan diversas ideas, posturas y puntos de vista.

Desde el movimiento Mi Convive venimos trabajando en este sentido. En días pasados realizamos una asamblea entre líderes de las comunidades del sector de La Vega y dirigentes jóvenes de partidos como Primero Justicia, Voluntad Popular y un Nuevo Tiempo en la que se produjo un intercambio de visiones en torno a la situación de crisis y deriva dictatorial del país. Con la intervención de los diputados Miguel Pizarro, José Manuel Olivares, Juan Andrés Mejía, Marialbert Barrios, Stalin González, más la asistencia  aproximada de 280 personas, a lo largo del encuentro empezaron a tejerse lazos entre las comunidades, los líderes comunitarios y los líderes políticos. Lazos que deberán estrecharse y profundizarse de cara a afrontar la crisis y a recuperar condiciones democráticas.

En esta asamblea, Elba Ramos, una de las madres de la comunidad, hizo la siguiente intervención: “El cambio tiene que partir de uno mismo, de nuestro pensamiento y de la forma de actuar de cada uno de nosotros. Si seguimos pensando y actuando de la misma forma, nada puede cambiar.Tenemos que transformar nuestro pensamiento. No debemos esperar que los políticos nos solucionen todos los problemas, debemos nosotros ser parte de las soluciones y del cambio”.

Cada uno de nosotros tiene una pieza del rompecabezas que nos ayudará a superar la crisis. Y solo con la participación de todos será posible completarlo.

 

@RobertoPatino

Coordinador de Movimiento Mi convive

Miembro de Primero Justicia

www.robertopatino.com

Los Runrunes de Bocaranda de hoy 10.04.2018: ALTO: No tan desapercibido
ALTO
¿ANGUSTIAS?: 
El juicio que contra el presidente Maduro por corrupción realizó la exiliada Fiscal Ortega Díaz frente al Tribunal Supremo de Justicia -nombrado por la legal Asamblea Nacional el 21 de julio pasado- en la ciudad de Bogotá no ha pasado desapercibido en el alto gobierno. Temores de que algunos países reconozcan esa sentencia condenatoria del TSJ en el exilio hicieron que de inmediato desistieran del viaje presidencial a la Cumbre de Lima, varias veces anunciado por el propio Maduro, a pesar de Perú haberle retirado la invitación. No buscar mas confrontaciones delicadas e inoportunas fue el consejo discutido en Miraflores. Quizás las conversas con dos representantes del Norte en las últimas semanas surtieron efecto. Las peticiones a Interpol y los cancilleres además de las FANB y el CICPC para detener al mandatario han parecido “una locura” para el gobierno. Respecto a la Cumbre todo apunta que la petición del presidente Trump podría ser que todos los países asistentes asuman para si todas las sanciones a funcionarios y empresas que otros gobiernos y comunidades han decretado en contra del grupo de afectos al régimen. Es decir, unificar la acción global. Por lo pronto México pareciera ya tener lista su “lista”. Hay angustia tras Washington haber sancionado el fin de semana a los oligarcas rusos. Es la versión rusa de los enchufados del sector privado venezolano. Veremos …

Armando Armas Abr 08, 2018 | Actualizado hace 6 años
A la ofensiva, por Armando Armas

 

Para qué ocultarlo. Si, una nube de desesperanza se cierne sobre los venezolanos. Ha sido mucho el sufrimiento, las frustraciones y las esperanzas rotas puestas en la idea de “calle y voto” a lo largo de estos años. Esa desesperanza es la principal arma que tiene la tiranía para hacer que los que luchamos contra ella perdamos el norte y nos mantengamos permanentemente a la defensiva.

Pero esa autoflagelación -aunada al desespero, angustia y hambre- no nos permite ver claramente la dimensión y potencialidad de la ofensiva democrática que está actualmente en curso.

¡Y es que se están dando actualmente varias ofensivas dirigidas desde los vectores de cambio en Venezuela!

En el campo internacional las diferentes sanciones que se han ido popularizando entre los diferentes países y ampliando cada vez más a diferentes secuaces de Nicolás Maduro hace que el mundo se les haga cada vez más pequeño e incómodo. En el campo social y especialmente el de las manifestaciones de calle, en lo que va de año se han contabilizado aproximadamente 1.352 protestas, la mayoría por hambre, falta de medicamentos, problemas de servicios y otros motivos.

Pero quizás es desde el punto de vista institucional que al régimen le va a costar cada vez más soportar las ansias de cambio de todo un país. Institucionalmente hay tres vectores que presionan con fuerza el tan añorado cambio: El antejuicio de mérito a Nicolás Maduro por corrupción, la resistencia e investigaciones de la Asamblea Nacional  -que pudieran arrojar pruebas para juicios futuros nacionales e/o internacionales-  y el descontento militar manifiesto que ya no se puede ocultar y que tiene a más de una centena de militares tras las rejas por “conspiración”.

 

Antejuicio de Mérito. 

 

El pasado 4 de abril, la Fiscal General legítima ejerció una acción ante el Tribunal Supremo Legítimo para  solicitar emitir orden de captura internacional contra Nicolás Maduro por corrupción y legitimación de capitales. Es el caso de Odebrech, que encontró en el régimen de Venezuela el más grande cómplice para sus fechorías. Al rededor de 35 millones de dólares en sobornos además de tráfico de influencias, es lo que se está imputando.

Hay quienes dirán que la fiscal Ortega Díaz está destituida y el TSJ legítimo no tiene ninguna relevancia por estar operando desde el exilio. Quienes dicen eso y se consideran de “oposición”, déjeme decirles que perdieron la batalla narrativa y le hacen el juego al régimen. Si hubiese democracia y Estado de Derecho en Venezuela, ese juicio se estaría llevando a cabo dentro de nuestras fronteras como bien lo declaró el diputado Juan Guaidó en días recientes.

Desde la Asamblea Nacional debemos apoyar esta iniciativa, ya que es nuestro deber y mandato recuperar la libertad y la democracia a través de mecanismos constitucionales y democráticos y sin duda el antejuicio de mérito es uno de esos mecanismos que brindan la plataforma jurídica y política para la consecución de nuestro principal objetivo.

Si, faltan cosas por hacer. Sobretodo en materia de articulación para la movilización masiva y para eso se necesita resolver el tema del liderazgo y de “agencia” en la oposición.

Lo que no podemos tener dudas es que estamos en ofensiva. La mejor defensa es el ataque.

@ArmandoArmas