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Antonio José Monagas Dic 18, 2021 | Actualizado hace 1 mes
¿Navidad ultrajada…?
Se asume la Navidad no solo como razón de celebración cristiana, sino también como ritual para festejar la esperanza de un nuevo tiempo

 

@ajmonagas

Desde que Roma instituyó la Navidad, hace más de dos siglos, su celebración ha sido parte de la vida social del hombre. Aun cuando la Navidad no concuerda con la Biblia. Su origen reside en costumbres y ritos paganos. De hecho, en Corintios 6:17 puede leerse algo que asienta la susodicha consideración: “Salgan de en medio de ellos y apártense, dice el Señor. No toquen nada impuro y yo los veré con agrado”.

Ni los apósteles de Jesús, ni los primeros cristianos, celebraban la Navidad. Jesús solo mandó que se recordara su muerte. No su nacimiento. (Léase Lucas 22: 19-20). Es por tanto que la Biblia no refiere la Navidad como razón a ser celebrada. Además, no hay prueba de que Jesús hubiese nacido un 25 de diciembre. Sin embargo, el mundo cristiano celebra la Natividad como expresión de renovación de la esperanza. Valor que sirve el hombre como fundamental puntal de vida.

Sumado a esto, la Epístola a los gálatas 4: 4-5 pone de relieve una motivación que exalta la cristiandad en su mejor significado. Escribe Pablo de Tarso que al llegar la plenitud de los tiempos, “(…) Dios envió a su hijo quien nació de mujer y para ser quien libertaría de la Ley a todos los que estaban sometidos. Así llegamos a ser hijos de Dios”.

De ahí pues que la Biblia invite a emplear la razón como soporte de vida. Lo hace para que sean tomadas aquellas decisiones que mejor proyectan las capacidades de cada ser humano. De esa manera, esta acción busca que cada individuo pueda brindar lo mejor de sí mismo (léase Romanos 12: 3-8)

No obstante, por lo arriba expuesto no debe desdeñarse la crudeza propia de los tiempos presentes. Realidades estas forjadas por la violencia, el resentimiento, la codicia, la envidia, el odio y el egoísmo que consumen la espiritualidad del ser humano.

Así que se asume la Navidad no solo como razón de celebración cristiana, sino también como ritual para festejar el recibimiento de un nuevo tiempo. Todo, por supuesto, desde la perspectiva de la dinámica social, política y económica que se vive. Lo cual no invalida la necesidad del hombre por reflexionar de cara a la esperanza que la vida es capaz de ofrecer.

Y hacerlo ante los problemas que contrastan las realidades de países oprimidos y reprimidos (como Venezuela), lleva a inferir que el tiempo que suscribe la Navidad es exacto para encarar lo que las petulancias, presuntuosidades, fastuosidades y apariencias intentan ostentar.

La Navidad entre dos acepciones

Reconocer la Navidad compromete dos acepciones. Primeramente, su esencia y sus vivencias en lo que desde la esperanza puede lograrse. Y es lo que esta disertación plantea para sembrar la reflexión necesaria que termine haciendo ver la siguiente consideración. Y es que entrar en tiempo de Navidad no implica separar la esperanza de las duras realidades por las que los actuales tiempos atraviesan.

Cabe entonces la segunda acepción, que tiene que ver con las vivencias que el individuo se permite en tiempos navideños. Pero, sobre todo, en medio de tiempos tan complicados y desconcertantes como los actuales. Particularmente, en el contexto de un país que (como Venezuela), se encuentra asediado por los más atroces episodios que pueden caber en la narrativa histórica contemporánea. Episodios que dan cuenta de estar viviendo en un precario remedo de república.

Se vive bajo un régimen que no ha sabido asumir responsabilidad alguna, pues la desvergüenza y la deshonestidad son sus más resueltos criterios de gobierno.

Todo esto coadyuvó a que el régimen hiciera de Venezuela un país reducido por la corrupción e inmoralidad. Situación presidida por un militarismo codicioso, un funcionariado adulón y por acólitos altaneros y mal portados. Un país donde hasta las ilusiones son difíciles de creer.

Un país donde quienes ejercen el poder actúan cual desaforados vividores del pueblo. Que se ha situado al borde de la memoria. Un país que ha comenzado a vivir de no hacer nada.

Aun así, no por ello debe abolirse la esencia de la Navidad. Aunque las vivencias sean tan duras como el golpe que el asesino procura dar cuando busca exterminar a su víctima de manera fulminante. Sin embargo, sigue habiendo y sobrando razones para preguntarse si acaso estos tiempos de regocijo cristiano son tiempos para renovar esperanzas. O acaso ¿serán nuevamente otras navidades ultrajadas…?

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

En el episodio 144 de este podcast informativo, tres grandes reportajes destacaron esta semana por la alianza entre los portales RunRun.es, TalCual y El Pitazo.

Por Runrun.es resaltó el reportaje Migrar y morir: 70 femicidios contra venezolanas en el exterior durante 2021. De acuerdo a la ONG Centro de Justicia y Paz, abril fue el mes con más asesinatos de mujeres venezolanas en el exterior con 12, un promedio de un femicidio cada 60 horas.

Vender el cabello en la frontera, la alternativa de las mujeres venezolanas para comer, es el reportaje de El Pitazo  que cuenta la historia de Sonia. Una mujer que a la que le dieron 38 dólares por su cabello en el lado neogranadino de la frontera colombo-venezolana.

Por TalCual destacó el reportaje Tiendas se preparan para celebrar unas navidades llenas de contrastes y desigualdades. La caída de las importaciones ha provocado un desequilibrio entre las grandes cadenas comerciales y empresas pequeñas e informales.

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Kristhyan Benitez invita a reencontrarse con las tradiciones
El pianista venezolano presentará el próximo domingo 20 de diciembre un concierto, vía streaming, con el que promete un nostálgico recorrido musical no solo por los sonidos de la navidad, sino también por un icónico repertorio que se paseará por obras clásicas hasta boleros

Fotografia: Anabella Padula

Luego de su muy exitosa presentación en la Concha Acústica de Bello Monte, Caracas, el pasado 8 de marzo junto a la Orquesta Gran Mariscal de Ayacucho, Kristhyan Benítez se reencontrará de nuevo con el público, esta vez, vía streaming, sorteando las limitaciones que la pandemia ha impuesto.

Benítez, considerado el mejor pianista venezolano de su generación, preparó un emocionante repertorio musical compuesto por aguinaldos, obras clásicas, boleros, tangos, folklore, jazz y algunas versiones pop, todo con la intención de que los espectadores reconecten con las tradiciones que se han ido perdiendo en los últimos años.

“La navidad es una época de unión, de reencuentro, de familia… El 2020 ha sido un año particularmente difícil, y en estas navidades muchas familias no podrán reunirse físicamente, pero sí en sentimiento, y es aquí donde la música juega un importante papel, un rol sanador que llena y transforma el alma”, aseguró Benítez.

“Además, creo que es una perfecta oportunidad para regalar una experiencia. Estamos acostumbrados a darnos cosas materiales, pero si algo hemos aprendido durante estos últimos meses es el valor de las vivencias”, agregó el pianista venezolano.

La última vez que Benítez se presentó en vivo fue el pasado 8 de marzo junto a la Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho en un concierto por el Día Internacional de la Mujer en la Concha Acústica de Bello Monte, ocasión en la que se rompieron todos los récords de asistencia con más ocho mil espectadores presenciales.

Aunque espinoso, por la pandemia que paralizó al mundo, el 2020 ha sido prolífico para Kristhyan, quien publicó dos álbumes: «Nosotros», una recopilación de éxitos venezolanos de distintos géneros y épocas ganador en los Global Music Awards como mejor álbum. Y «Latin American Classics», un amplio repertorio de clásicos latinoamericanos, editado por la prestigiosa marca de pianos Steinway & Sons, del que es artista exclusivo.

La cita será el próximo domingo 20 de diciembre a las 8:00 pm hora Venezuela (7:00 pm Miami), cuando Benítez, residenciado en Nueva York, ofrezca un recital de más de 60 minutos completamente en vivo, pero que quedará disponible on demand hasta el viernes 25 de diciembre. Los tickets están a la venta en la plataforma ticketplate.com

Reencuentro con las tradiciones
Reencuentro con las tradiciones

Acerca de Kristhyan Benitez

“Es uno de los más brillantes lideres del proceso musical venezolano y del continente”, así lo calificó el maestro José Antonio Abreu, Fundador del Sistema de Orquestas y Coros de Venezuela. Y es que a sus 37 años de edad, este pianista caraqueño acumula una magnífica experiencia artística. Se ha presentado con la Sinfónica de Berlín, con San Francisco Symphony Orchestra, Sinfónica Nacional de la Habana, Miami Symphony Orchestra, Orquesta de Cámara de Bellas Artes, Orquesta de la Universidad Autónoma de Nueva León, Palm Beach Symphony, Orquesta Sinfónica Teresa Carreño, Orquesta Sinfónica Simón Bolívar y con casi todas las orquestas venezolanas, bajo las batutas de los Maestros Claudio Abbado, Gustavo Dudamel, Piero Gamba, James Orent, Ramón Tébar, Giancarlo Guerrero, Eduardo Marturet, Carlos Riazuelo, Felipe Izcaray, Jose Luis Castillo, Alfredo Rugeles, Benjamin Zander, Patrick Lange, y Maestros de su misma generación como la mexicana Alondra de la Parra, y los venezolanos Christian Vásquez y Diego Matheuz.

Benítez inicio sus estudios de piano a los cuatro años de edad con la pianista venezolana Olga López. Ha recibido clases con Susan Starr, Judit Jaimes, Frank Fernández, Abraham Abreu, Marco Antonio D’Almeida, Walter Blankenheim, Elgin Roth, Lylia Zilberstein, Tamas Ungar, Solomon Mikowsky, Nelson delle Vigne, Cyprien Katsaris, Jerome Lowenthal, Jaques Rouvier, Jean-Phillipe Collard, Michael Lewin, entre otros.

Ha cursado estudios en Oberlin Conservatory of Music, Ohio; en Manhattan School of Music, Nueva York; L’Ecole Normale de Musique, Paris, y en Boston Conservatory at Berklee, donde recibió el Doctorado en Artes Musicales y el Artist Diploma con el que representó a dicha institución como Embajador Musical a nivel mundial.

En los tres últimos años, Benítez protagonizó una gira como solista por 11 ciudades de China, presentándose en importantes teatros como el National Center for the Performing Arts en Beijing, el Fuzhou Fujian Grand Theater, y el LIuzhou Art Center. Además de debutar en el Palacio de Bellas Artes en Ciudad de México, y contar con presentaciones periódicas en España, Miami, Newport, Nueva York y Boston.

El 2 de febrero de 2020 publicó “Nosotros”, su tercer álbum de estudio. Una recopilación de temas venezolanos de distintas épocas y géneros versionadas en piano clásico. El 7 de agosto de 2020 lanzó, de la mano de la disquera de Steinway & Sons, “Latin American Classics” un álbum con diferentes clásicos de la música latinoamericana para piano.

Página Web: http://www.kbenitez.com

E-mail: info@kbenitez.com

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Brian Fincheltub Nov 02, 2020 | Actualizado hace 4 semanas
¿Cuáles navidades?

@BrianFincheltub

El venezolano siempre fue un pueblo alegre. Un pueblo al que le encantaban las festividades y que las vivía como ningún otro. Carnaval, fiestas patronales, puentes y ni hablar cuando llegaba diciembre. Sin duda la Navidad era una de las épocas preferidas por todos. No importaba a qué religión pertenecieras, todos esperamos diciembre con ansias, al punto de que desde que entraba septiembre ya nos sentíamos en Navidad. Comenzaban a sonar las gaitas, tanto los empleadores públicos como privados empezaban a pagar los llamados aguinaldos y la gente podía decidir qué hacer con sus reales. Algunos los utilizaban para renovaciones en la casa, otros para la inicial de un carro, otros para viajar; lo cierto es que nadie se quedaba sin comprar los llamados “estrenos” para el 24 y 31 de diciembre.

Eran otros tiempos, tiempos para el reencuentro en familia, para comer nuestros tradicionales platos y sobre todo para armar la rumba. Quienes estamos fuera de Venezuela extrañamos esas navidades de nuestra infancia, pero también quienes están dentro del país añoran lo que una vez vivimos y fuimos como nación.

Si algo hizo bien el chavismo en veinte años fue saber entender la naturaleza e idiosincrasia del venezolano. Sabían que nos encantaba la fiesta como a ningún otro pueblo y que no importaba lo que pasaba alrededor, la fiesta seguía. De allí que las decisiones más polémicas del chavismo siempre eran lanzadas un viernes en la noche, en carnaval o en diciembre.

Solo recuerden en qué fecha anunció el fallecido presidente, Hugo Chávez Frías, el cierre de RCTV: un 28 de diciembre de 2006. Como era de esperarse, nadie le paró a dicho anuncio y algunos hasta lo tomaron como una broma del Día de los Inocentes. Si no había fiesta, la creaban, si faltaban algunos meses para su inicio, la adelantaban. La estrategia no era nada novedosa: “pan y circo”, al mejor estilo de la Roma antigua.

Nicolás Maduro ha pretendido hacer lo mismo y, en medio del estupor de propios y extraños, anunció el adelanto de las “navidades felices” en Venezuela.

Es la misma estrategia, la única diferencia con su predecesor es que hoy solo hay circo, porque el pan, la gasolina, el gas, el agua, la luz y hasta las ganas de celebrar faltan desde hace mucho tiempo. Sin duda que lo únicos que quieren seguir la fiesta son ellos, la élite corrupta y narcocriminal. Pues han construido una burbuja de privilegios que les permite darse los gustos y lujos que antes se daban en los EE. UU. o en Europa, solo que sin poder pisar territorio americano o europeo.

Estas son las navidades que nos adelanta la dictadura y así serán mientras cada uno de los miembros de mafia roja siga en el poder. No habrá de nuevo motivos para celebrar si no nos libramos de la puesta chavista. Solo ese día podremos decir que tendremos navidades felices.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Monseñor Diego Padrón: Estas navidades han sido unas de las más tristes de la historia de Venezuela

CEV

 

Durante la CIX asamblea de la Conferencia Episcopal Venezolana, el presidente de la CEV, monseñor Diego Padrón, Arzobispo de Cumaná, fijó posición sobre la crítica situación del país azotado por la hiperinflación y la escasez.

 

“Son unas de las navidades más tristes de la reciente historia de Venezuela, es verdad que no traemos tristeza porque cada uno de nosotros la dejó en su mesa de noche, pero en las visitas en las comunidades vemos la angustia y el clamor de la gente por pan y remedios, traemos fe y esperanza en el poder salvador de Dios, palabra de consuelo y proyecto de solidaridad para nuestro pueblo”, enfatizó en la capilla “Trono de la Sabiduría” de la Universidad Andrés Bello –UCAB-.

«El Papa Francisco sigue con preocupación los acontecimientos de Venezuela y nos pide que mantengamos nuestro compromiso con el pueblo y seguir acompañando y defendiendo sus derechos», aseguró Monseñor.

 

Sobre el 2017, recordó que «los venezolanos no lo hemos vivido, ante todo, lo hemos sufrido. Entre abril y julio más de 130 muertos, 1500 heridos y miles de detenidos, llevados a la cárcel ilegalmente».

En su opinión, «no hay que resignarse o acostumbrarse al mal que viene de las decisiones erradas, de la violencia, la injusticia o la mentira (…) No hay, por tanto, que someterse, ni resignarse, ni renunciar a la calidad de vida a la que todos tenemos derecho.»

Con respecto al diálogo entre el oficialismo y la oposición en República Dominicana, indicó que «una negociación sin resultados favorables para el pueblo sería un fracaso (…) el pueblo no tiene confianza ni en los actores ni en la claridad de los objetivos ni en las consistencia sobre todo el proceso»

«El hambre de un pueblo, en particular, no se logra resolver estructuralmente ni con bolsas de comida, ni con bonos mensuales», sentenció.

 

La Conferencia Episcopal Venezolana inició este domingo su centésima Asamblea Ordinaria con la eucaristía de la Solemnidad del bautismo del Señor, presidida por el cardenal Jorge Urosa. Tras culminada la misa se instaló la Asamblea Ordinaria, donde se espera que sea nombrada una nueva Junta Directiva.

*Con información de Unión Radio

 

Podríamos extrañar estas navidades, por Brian Fincheltub

Navidad

 

Ustedes dirán que me volví loco diciendo que en los próximos años pudiéramos extrañar estas navidades, sobre todo si consideramos que este es el peor diciembre que hemos tenido en las ultimas décadas, pero lo mismo pudiéramos decir del diciembre pasado y del antepasado también. Si algo tiene el chavismo es que siempre se supera y la destrucción lejos de detenerse se profundiza, ya no con el pasar de los meses, sino en un lapso de semanas lo que fue malo pasa a ser peor.

Lo que cuesta hoy irse a casa en camionetica era el sueldo promedio de un venezolano en 2013, año en el que recibimos la herencia chavista “clara como la luna llena” y comenzamos a padecer lo que significa el socialismo sin plata: miseria y hambre. Mientras hubo dólares no solo fue posible el nacimiento de una nueva élite económica  gracias a la corrupción, sino que fue posible para población vivir en una burbuja auspiciada por controles que nos alejaron cada vez más del punto de equilibrio entre una economía real y una ficticia financiada no solo con los astronómicos ingresos petroleros sino también por el aumento de la deuda.

Pasamos del abrazo en familia al feliz año por Skype. Pasamos de la tradición de pintar y adornar nuestras casas a una navidad oscura con fachadas que muestras bien la cara de un país que se cae a pedazos como sus edificios. Pasamos de las navidades donde los estrenos no faltaban a unas navidades donde comer es un lujo. 

Solo los venezolanos seremos capaces de salir de esto, entendiendo que no nos podemos ir todos y que se trata de nuestra supervivencia, pero vivir para ser libres, porque quien vive humillado no tiene  vida ni mucho menos libertad.

 

@Brianfincheltub

Fincheltubbrian@gmail.com

Theresly Malavé: De no ser liberados policías metropolitanos pasarán 15 navidades presos y sin sus familiares
Ramo-Verde
Los funcionarios de la Policía Metropolitana, presos desde el año 2003, cumplirán este diciembre 15 navidades en la cárcel militar Ramo Verde.
“Los funcionarios de la Policía Metropolitana Marcos Hurtado, Héctor Robain, Arube Pérez Salazar, Luis Enrique Molina y Erasmo Bolívar llevan 14 años detenidos en la cárcel militar Ramo Verde. Tener todo este tiempo preso pagando una condena, algunos de 30 años y otros de 16 y 17 años, implica 14 navidades sin estar con sus familias”, denunció la abogada Theresly Malavé.
En el caso de Marcos Hurtados y Arube Pérez Salazar, ya tienen la pena prácticamente cumplida porque ellos durante todo este tiempo han trabajado y estudiado. “Lo que genera según nuestras propias leyes la redención de la pena. Ellos ya deberían estar en libertad, pero pareciera que será otra Navidad que estarán presos con condiciones de salud mermada”, denunció la abogada.
Malavé destacó que Venezuela espera para los funcionarios de la Policía Metropolitana no un regalo ni la piedad del gobierno sino el cumplimiento de la ley. “Si el gobierno cumple la ley todos los PM saldrían en libertad por las fórmulas alternativas del cumplimiento de las penas. Eso lo debe ejecutar el juez que lleva la causa que es el 1ero de ejecución del estado Aragua que hasta el momento no se ha pronunciado sobre todas las solicitudes que le hemos hecho por las libertades que les corresponden a los funcionarios de la policía metropolitana”, concluyó.

 

Ángel Oropeza Dic 13, 2016 | Actualizado hace 7 años
Alegrarse a juro, por Ángel Oropeza

navidad

 

La alegría es una de las seis emociones básicas que ha identificado la investigación psicológica. Desde el punto de vista físico, su aparición se relaciona con la liberación de endorfinas, que ayudan a aliviar el dolor, aumentan la resistencia de mente y cuerpo, hacen que funcionen mejor los órganos del cuerpo y que nuestro cerebro trabaje con mayor claridad y eficiencia. Psicológicamente, se asocia con satisfacción afectiva, sentimiento de bienestar general, altos niveles de energía y propensión a conductas de apertura.

Dado lo anterior, es fácil entender por qué la alegría es incompatible con la imposición. Es un contrasentido neuropsicológico alegrarse por la fuerza o solo porque alguien lo ordene. Se podrán disimular falsas sonrisas y hasta forzar expresiones de agrado, pero acatar la orden de alegrarse a juro es simplemente un dislate.

Desesperados por intentar que la gente olvide su muy oficialista tragedia cotidiana, Maduro y la triste cofradía del decadente establishment ha inventado su más reciente y delirante ridiculez. Y en una mezcla de cursilería con cinismo como solo el oficialismo puede hacerlo, han ordenado la alegría de la Navidad por decreto.

Desde noviembre, todos los burócratas del gobierno, empezando por Maduro, han asumido la bufa conducta de animadores de feria barata y no hacen otra cosa que “ordenar” que la gente baile, se ría y sea feliz. Desde el encendido de la Cruz del Ávila un mes antes, pasando por unas extrañas cuñas invitando a “prender la luz que es diciembre” (¿sabrá Corpoelec de este autosaboteo a su plan de racionamiento?), hasta llegar a los pasitos de salsa presidenciales y a los griticos histéricos de funcionarios mediocres, lo cierto es que Venezuela debe ser el único país del planeta donde los que gobiernan creen que se puede imponer a juro la alegría.

Frente a esto, ¿cuál ha sido la respuesta de la gente? El más reciente estudio de la Universidad Católica Andrés Bello sobre actitudes de los venezolanos hacia su país y su realidad política (Ratio-UCAB, noviembre 2016) arroja algunas respuestas.

Preguntados sobre qué tiene pensado hacer en diciembre –un mes en el que históricamente la gente viaja o se traslada al interior del país a reencontrarse con familiares y amigos–, 86,8% de los encuestados respondió que no podía hacer otra cosa este año que simplemente quedarse en su casa. Solo 3,5% piensa viajar a alguna ciudad de Venezuela a encontrarse con algún familiar, 1,4% viajará al exterior, y otro escuálido 1,4% irá a pasar las navidades en algún lugar vacacional. No es fácil conseguir mejor expresión de la crisis que datos como estos.

Pero mucho más elocuente del fracaso del régimen en que la gente se alegre a juro son las respuestas a la pregunta: “¿Cómo cree que serán para usted y su familia estas navidades?”. Pues bien, 13,8% considera que iguales y 9,9% cree que mejores que en 2015. Pero 38,5% dice que son peores que las del año pasado, y 34,7% afirma “que serán las peores navidades de nuestras vidas”. En otras palabras, tres de cada cuatro venezolanos siente que las “felices navidades de Maduro” son peores o las peores de su vida. El signo de estos tiempos en Venezuela no es la alegría, sino la confusión, la tristeza y la rabia contenida.

Hace poco más de 2.000 años, un pueblo explotado y sin rumbo recibió la buena noticia de que su liberación se había iniciado. Esa fue la primera Navidad. Desde entonces, su celebración es una invitación a la reflexión y al compromiso sobre la permanente y continua redención. Redención de toda violencia, egoísmo, orden injusto, opresión y exclusión que impide que las personas sean felices, que es lo que Dios quiere para todos sus hijos.

Para los venezolanos de estos tiempos de odio, cinismo y tristeza, la Navidad no es una fiesta oficial obligada, sino una oportunidad para rescatar su esencia como símbolo y advenimiento de liberación –en la persona y mensaje del niño de Belén– de todo aquello que no nos permite crecer como personas, como sociedad y como país.

 

@AngelOropeza182

El Nacional