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Este viernes se produjo la trágica muerte del periodista Alejandro Cañizales, reconocido comunicador social egresado de la Universidad Central de Venezuela, quien durante más de 16 años fue la voz de la emisora Traffic Center.

Cañizales fue la voz del programa “La Máquina del Aire”. En el año 2007 ganó el Premio Nacional de Periodismo Informativo mención Radio “por su trabajo periodístico a diario a bordo de un helicóptero en el que orienta a los caraqueños sobre el estado del tráfico”.

Además fue embajador de Unicef.

En los últimos años había iniciado emprendimientos comerciales exitosos.

Su muerte llena de luto al gremio periodistico venezolano.

Compañeros de labores expresaron su pesar por la sensible pérdida.

Fiscalía emite órdenes de aprehensión por tragedia de Policarabobo

El Ministerio Público emitió cinco órdenes de aprehensión en contra igual número de funcionarios de la Policía del Estado Carabobo por la tragedia ocurrida el pasado miércoles en la que fallecieron 68 personas que se encontraban privadas de la libertad en los calabozos de la sede de la policía regional.

El anuncio lo hizo Tarek William Saab, el fiscal designado por la Asamblea Nacional Constituyente, a través de dos tweets publicados en su cuenta de la red social Twitter.

Saab anunció la detención del sub director del organismo policial, José Luis Rodríguez, quien había sido detenido la víspera y prometió que se esclarecerán los trágicos hechos, sancionando a los responsables.

 

El silencio del gobierno se mantiene tras la muerte de 68 personas en Carabobo

El silencio oficialista se ha mantenido casi inpertubable tras los acontecimientos originados por un presunto motín en la Comandancia Policial de Carabobo, donde fallecieron 68 personas.

La ministra del servicio penitenciario, Iris Varela, no se ha pronunciado sobre los hechos acontecidos hasta la mañana del jueves 29.  Néstor Reverol, ministro de Interior, Justicia y Paz, solo ha publicado informaciones con respecto a Semana Santa y las playas aptas para turistas. El presidente Nicolás Maduro tampoco ha hecho mención de los sucesos de Carabobo.

El fiscal general designado por la Asamblea Constituyente, Tarek William Saab, fue el primero en dar información oficial más de 12 horas después de lo sucedido. En tres tuits dio cuenta de lo sucedido, tras los cuales continuó retuiteando citas sobre budismo.

Por su parte, el gobernador de la entidad, Rafael Lacava, admitió sentir «gran consternación» por los hechos ocurridos, y confirmó el inicio de una investigación «seria y profunda para dar con las causas y los responsables».

Mientras tanto, políticos opositores e instancias internacionales lamentan los hechos y exigen se lleve a cabo investigaciones para conocer las causas de muerte de estas personas.

 

 

 

 

Cerca de 80 presos mueren en incendio en calabozos de Policarabobo

Familiares lloraron al no saber qué pasó con sus parientes detenidos   Foto Miguel Gutiérrez EFE

Carlos D´Hoy

@carlos_dhoy

Cerca de 80 reclusos perdieron la vida y más de 30 resultaron heridos, entre ellos dos funcionarios policiales, durante un motín y un incendio que se desató en horas de la madrugada del  miércoles 28 de marzo en los calabozos de la sede de la comandancia de Policía del estado Carabobo, ubicada en la avenida Navas Spinola de la ciudad de Valencia.

Extraoficialmente se pudo conocer que entre los fallecidos se encontrarían 66 hombres y 2 mujeres, cuyas identidades no fueron suministradas por las autoridades. Otras fuentes indican que serían 78 los fallecidos, entre ellos diez mujeres.

Según cálculos de fuentes policiales, el centro de detención preventiva tendría una población de 255 reclusos.

Informaciones extraoficiales señalan que todo comenzó por un motín generado por  un “cambio de gobierno”, o pelea entre grupos rivales por el control de los calabozos. Durante el enfrentamiento se habría provocado un  incendio del cual se perdió el control con las consecuencias conocidas.

El incendio se desató a primeras horas de del miércoles 28 de marzo                                       Cortesía

Otra versión apunta a un intento de fuga. Al parecer los internos habrían provocado el incendio para escaparse, pero no se les permitió salir mientras el fuego se extendía y el humo ahogaba a los detenidos, lo que terminó causando la muerte por asfixia y por quemaduras de quienes se encontraban en los calabozos.

Represión contra familiares y periodistas

Parientes de los reclusos acudieron desde tempranas horas al centro policial con el objetivo de solicitar información sobre la salud de sus familiares, pero ante la falta de respuestas protestaron exigiendo datos  sobre el número de víctimas y su identidad.

La protesta fue disuelta por funcionarios de la brigada de orden público de Policarabobo cuando un grupo de los manifestantes intentó ingresar a la comandancia policial.

Los uniformados además agredieron a los periodistas que cubrían los hechos, e intentaron hacerles borrar el material que había sido grabado durante la jornada.

Familiares de los presos protestaron ante la falta de respuestas             Foto Miguel Gutiérrez EFE

Solicitarán medidas cautelares ante la CIDH

Humberto Prado, coordinador del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) señaló que solicitará medidas cautelares ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a favor de los presos que se mantienen en la comandancia de la Policía del Estado Carabobo.

“Informaremos sobre la situación por la que atraviesan los detenidos en ese centro, particularmente sobre los hechos ocurridos la mañana  del miércoles 28 de marzo. Además continuaremos denunciando sobre el hacinamiento que afecta a la población detenida en los centros policiales del país, la falta de atención por parte del gobierno a la situación penitenciaria y sobre el grave retardo procesal que se acerca a 450%”, indicó Prado.

Responsabilizan a ministra Iris Varela

Carlos Nieto Palma, coordinador de la ONG Una Ventana a la Libertad, organización dedicada a velar por los derechos de los privados de libertad, responsabilizó a la ministra Iris Varela por  la situación ocurrida en el centro policial de Carabobo.

“Responsabilizamos de manera directa a al Ministerio de Servicio Penitenciario y a su titular por este hecho. Esto lo hemos venido denunciando desde hace varios años”, destacó el activista de DDHH.

Agregó que el caso será denunciado ante el Ministerio Público la próxima semana, debido al feriado decretado por el Ejecutivo nacional, “además notificaremos a los organismos internacionales sobre esta nueva masacre ocurrida en las cárceles venezolanas”.

Nieto Palma señaló que los informes de la ONG sostienen con cifras, la dramática situación que se vive en los calabozos policiales del país. “Lo que ocurrió en Carabobo es una muestra de lo que se padece en toda Venezuela”, dijo.

Aseguró que todas las policías del país se encuentran en caos por la negligencia del ministerio debido a que desde hace varios años prohibió  el ingreso de nuevos reclusos a los centros penitenciarios si no son autorizados por ellos”.

“Hace 11 años prometieron construir nuevas cárceles y no lo hicieron, ahora tenemos esta tragedia en las manos”, sentenció.

Apoyo a patólogos desde Caracas

Comisiones del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses de Caracas (Senamecf) y del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc), integradas por un médico patólogo, un odontólogo forense, un antropólogo y un tanatólogo, se trasladaron hasta Valencia con el objetivo de prestar apoyo al equipo de patólogos en las autopsias correspondientes .

Murió el comisario Elisio Guzmán, ex director de Polimiranda

Elisio Guzmán fue un policía ejemplar                                                                                               Cortesía

Elisio Guzmán, ex Comisionado de Seguridad Ciudadana del estado Miranda, ex director de Polimiranda y ex director del Cuerpo Técnico de Policía Judicial (CTPJ), falleció cristianamente en horas de la tarde de este martes producto de una larga enfermedad.

Guzmán se formó policialmente como experto en el área antiexplosivos y de inteligencia.

Guzmán estuvo al frente del Instituto Autónomo de Policia del estado Miranda durante la gestión de Enrique Capriles Radonski.

Guzmán a finales de junio del año pasado fue nombrado Comisionado de Seguridad Ciudadana del estado Miranda, luego de que la policía regional fuese intervenida por el Ministerio de Interior, Justicia y Paz.

El pasado mes de diciembre fue operado de una enfermedad de larga data que lo aquejaba y se encontraba en recuperación.

El comisario será velado este miércoles a partir de la 1:00 pm en la funeraria Vallés.

Vida y muerte de Sofía Ímber: Un testimonio personal

@diegoarroyogil

Ha transcurrido un año desde la muerte de Sofía Ímber y tengo la doble sensación de que fue hace más de un año y de que fue hace menos de un año que murió. La muerte de personas a las que uno quiere o admira mucho –al principio, yo admiraba a Sofía más de lo que la quería, y terminé queriéndola tanto o más de lo que al principio la admiraba– nos altera considerablemente la percepción del tiempo humano. En el orden del tiempo humano, la gente nace, vive y se muere. El afecto, cuando es herido por la pérdida, lo cambia todo. Una de las grandes preocupaciones de Sofía era precisamente esa extraña relación que se establece, para los que quedan vivos, entre el tiempo y la muerte después de la muerte. Ella mencionaba, por ejemplo, a Carlos Rangel, su segundo esposo, o a su hijo Pedro –ambos fallecidos antes que ella–, y hablaba de ellos en presente, como si estuvieran en la sala o en la cocina, pero, al cabo de un rato, se ponía a decir lo mala que es la muerte, “porque cuando alguien se muere, desaparece para siempre, deja de existir, y mí eso me choca mucho”.

Era un ser fascinante Sofía. Tenía un mundo interior complejísimo que, aunque a veces te podía desconcertar e incluso desesperarte, te hacía conocer giros de la inteligencia que tú no te imaginabas que pudieran mostrarse con tanta naturalidad mientras te tomabas un trago con una amiga, que era ella, una noche cualquiera. Cuando yo comencé a frecuentarla, Sofía acababa de cumplir 89 años. Lo recuerdo muy bien porque ordenó que me sirvieran un pedazo de una torta de chocolate que, según ella, era la mejor del mundo, “pues no tiene harina”. Educadamente, aparté el postre y le dije que no, que muchas gracias. Me miró con sus ojos de tigre, como brasas.

–Esa torta me la manda Patty Phelps todos los 8 de mayo. Yo la estoy compartiendo contigo y tú la vas a rechazar.

El 8 de mayo era el día de su aniversario y acababa de pasar: la torta de la señora Phelps aún estaba fresca. Yo sonreí y cogí el plato. “Con que esta es Sofía –pensé–. La fama no es de gratis”. Era la primera vez que ella y yo nos sentábamos a conversar y ya me llevaba a su terreno: allí donde quien entraba estaba obligado a librar con ella el buen combate. Nunca, en adelante, a lo largo de los miles de encuentros que tuvimos, dejé de sentir el reto que era estar con ella. Nunca me aburrí. Jamás. Nunca dejé de aprender algo. Nunca, tampoco, me dejó ir sin confiarme que yo también le había enseñado algo, o que, por el contrario, ese día no le había enseñado nada en absoluto.

–Hoy estuvimos mal, Dieguito. Yo estoy estúpida, y tú, callado –y canturreaba–: “Te vas, sin dejar una huella en el camino” –como dice la copla del Amor Viajero.

Mis amigos no entendían. ¿Tres horas, dos días a la semana… con Sofía Ímber? Y es que a veces eran más de tres horas y más de dos días a la semana. A veces yo iba de lunes a viernes, y también el sábado y el domingo, desde el mediodía hasta las siete de la noche, o desde las cinco hasta las diez… No, mis amigos no entendían. Hasta que comencé a invitarlos a ir conmigo a visitarla. Y ella, que ya confiaba en mí, me sometía sin embargo a un exhaustivo interrogatorio… ¿Quién es? ¿Cómo se llama? ¿Qué hace? ¿Qué edad tiene? ¿De dónde se conocen? ¿Bebe? ¿Le gusta el maní?, porque lo único que tengo para ofrecer es maní, aunque puedo mandar a hacer unos tequeños… Mentira. Los días de doble o triple visita Sofía era tan espléndida como siempre: ponía whisky, cervezas, café, maní, merey, tequeños y, si daba la hora de comer, que era lo usual, pedía sándwiches de muerte lenta, además de pasta seca y dulcitos. Y mis amigos, abrumados, preguntaban: “Me vas a volver a traer, ¿verdad?”. Y Sofía, que no perdía ocasión de ejercer su influencia avasallante, salía de inmediato al quite:

–¡Claro! No hace falta que él te invite. Tú ya sabes dónde vivo.

–Antes fue sábado que domingo –soltaba yo, para provocarla.

–¿Te das cuenta? –se dirigía ella a la visita–. Diego me quiere tanto que no soporta competencia.

Sofía amaba muchas cosas, pero por sobre todas amaba la juventud. No me refiero solo a la juventud del cuerpo, cuya belleza sin duda la entusiasmaba, como supongo que a todos. (Al que no, ese sí está muerto). Hablo de la juventud de la propia vida, de ese no enmohecerse a pesar de lo difícil que es vivir, a pesar del sufrimiento, a pesar de los malos entendidos, a pesar de los errores, a pesar del odio y del amor. A pesar de uno mismo y de todo lo que existir implica.

No creo cometer una infidencia al contar que Sofía adolecía de una condición bastante inusual. Una condición anímica que ella descubrió cuando tenía, apenas, 21 años, en 1945. En ese momento ella no supo decir ni decirse bien de qué se trataba, pero con el tiempo, gracias a la ayuda de especialistas, lo puso en claro. Gracias al doctor Daniel Lagache, una eminencia del psicoanálisis en el siglo XX, Sofía supo que su interioridad era un caballo desbocado, un caballo que le exigía que tomara conciencia de su propia energía y que la condujera para que no destruyera su vida. Lo explicaré como ella y yo nos lo explicábamos a nosotros mismos cuando hablábamos del asunto: a Sofía el solo hecho de existir le causaba angustia. Así mismo, léase bien: a Sofía el solo hecho de existir, el solo hecho de estar viva, le causaba angustia.

–Pero, ¿angustia de qué? –le preguntaba yo.

–De nada –decía–. Eso es lo peor, que no es angustia de nada. Angst, le llaman los alemanes, una cosa que parece que te ahoga por dentro.

Me costó un buen tiempo captar la singularidad del fenómeno, hasta que un día todo se hizo evidente, y Sofía, que ya era un ser especial para mí, se convirtió en algo más que eso. Se convirtió en una criatura excepcional, de esas que sabes que vas a conocer solo una, dos, máximo tres veces en la vida. Como decir que conociste a Jeanne Moreau, o a Saint Laurent, o a Chanel, o a Diaghilev. Todo se hizo evidente, no porque Sofía hiciera algo en particular, sino porque el misterio se dio la vuelta para revelarse solo. Se hizo evidente que ese caballo que era su interioridad, y que le provocaba una angustia que ella odiaba, era su don. Esa angustia era su mayor virtud y su mayor defecto. Su ángel y su demonio. Su duende tutelar. Su inmensa fuerza. Su magnetismo animal. Esa angustia era el combustible que la había llevado a hacerse a sí misma, que la había llevado a ser Sofía, un ser humano con quien el mundo no había perdido su tiempo.

Por esto y más, cuando, la madrugada del 20 de febrero de 2017, me llamaron para avisarme que había muerto, dije que no podía ser. La muerte de personas a las que uno quiere o admira mucho –al principio, yo admiraba a Sofía más de lo que la quería, y terminé queriéndola tanto o más de lo que al principio la admiraba– nos altera considerablemente la percepción del tiempo humano. Era como si me dijeran que se había muerto la naturaleza. Ha transcurrido un año y tengo la doble sensación de que fue hace más de un año y de que fue hace menos de un año que murió.

–Yo no soy mujer de estar dos días en ninguna parte –me dijo una noche. Y yo entendí: cuando Sofía llegaba a tu vida, se instalaba para siempre.

A mí me parece ver en la distancia dos ojos de tigre, como brasas, que siguen amando la vida y odiando la muerte.

¡Éramos felices y no lo sabíamos! por Carlos Dorado

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En el mundo moderno, la felicidad está rodeada de mitos, y la compresión de la misma, así como también el dónde encontrarla están distorsionadas. Generalmente es el pensamiento y no el acontecimiento real, lo que hace o crea la infelicidad, haciendo que  los sufrimientos se perpetúen como una forma de dolor autogenerado. Sin embargo, la felicidad siempre se encuentra en el aspecto positivo de cada evento y concepto, por muy pequeño porcentaje que ésta tenga en ese evento.

Todo esto viene a colación a raíz de una persona que perdió a su hijo, cuando en una intervención quirúrgica le insertaron una jeringa para introducirle dióxido de carbono. Lamentablemente, la aguja entró unos milímetros demasiado lejos y perforó la arteria femoral, uno de los mayores vasos sanguíneos que trasporta sangre desde el corazón. En unas pocas horas el muchacho estaba muerto.

Sin lugar a dudas, que perder un hijo de dieciocho años debe ser una de las experiencias más duras que una persona pueda padecer, sobre todo cuando estaba en la plenitud de su vida, y todo surgió en forma tan inesperada, y debido a un error humano involuntario.

Lo primero que una persona se cuestiona es: ¿Por qué a mi hijo? ¿Por qué a mí? ¿Cómo se puede justificar sin perder la fe? ¿Qué sentido tiene la vida de ahora en adelante? ¿La vida es injusta? Olvidándose incluso de los otros hijos que tiene y para los cuales la vida continúa, y seguramente van a requerir más que nunca del apoyo y la guía de unos padres, ante la ausencia de su hermano.

Éramos felices y no lo sabíamos”, comentó. Mientras transitaba por las etapas lógicas de este tipo de tragedias. No paraba de llorar, el dolor de perder a su hijo era como un cuchillo permanentemente clavado en el corazón. Por momentos creía enloquecer. No tenía sentido seguir viviendo otro día más. Terminando por destruirle su fe en la vida.  

Hasta que un buen día comenzó a desplazar la atención de lo que su hijo había dejado de ser, por lo que fue. De lo que hubieran vivido, por lo que han vivido. De la tristeza de haberlo perdido, por la felicidad de haberlo tenido. Apeló a los buenos recuerdos con su hijo, y al convencimiento de que ya no había nada que hacer para volver a estar con él, y debía buscar su felicidad y la de su familia sin el hijo. Desesperadamente buscó cosas a qué aferrarse para mantener una actitud positiva, y encontrar el equilibrio contrarrestando todo lo negativo.

Es precisamente “ese equilibrio”; el deseable punto intermedio entre el extremo del exceso y el de la carencia, donde las fuerzas opuestas terminan siendo complementarias. Lo que en las antiguas enseñanzas chinas recibían el nombre de “la vía del tao” y el dúo “Yin y Yang”, que esencialmente es lo mismo que los budistas llaman “sendero”, y los griegos llamaban “el medio dorado”, e inclusive en el Islam recibe el nombre de “camino recto”.

Estas enseñanzas recomiendan que cada quien debe dejar que la mayoría de los acontecimientos de nuestras vidas encuentren su propio equilibrio, ya que la sombra no pudiese existir sin la luz o viceversa; y donde inclusive los rasgos más deseados tendrán que encontrar su equilibrio, como por ejemplo: el valor, que aunque sea una virtud, llevada al exceso podría ser una gran temeridad, o en su ausencia una gran cobardía.

El sufrimiento era una opción; pero no la única y decidió volver a vivir, no quizás con la alegría de antaño, pero tampoco con la tristeza del pasado reciente.

cdoradof@hotmail.com

Falleció cineasta venezolano Diego Rísquez

 

DiegoRísquez

 

El cineasta Diego Rísquez falleció este sábado en Caracas a los 68 años de edad. El realizador venezolano luchaba contra un tumor cerebral.

Diego Rísquez Cupello nació en Juan Griego el 15 de diciembre de 1949 y fue, entre los años setenta y ochenta, el realizador de mayor trascendencia del cine experimental en Super 8 venezolano.

Bolívar, sinfonía tropikal (1979) fue la primera película filmada en Súper 8 en ser seleccionada a la Quincena del Realizador del Festival de Cannes (1980).

En 1984 Rísquez volvió a la misma sección de Cannes con su segundo largometraje en Super 8: Orinoko, nuevo mundo. En 1988 acudió al festival con Amérika, terra incógnita.

“Los dos largometrajes en Super 8 de Rísquez parecen expresar un deseo de reinventar el cine desde los orígenes con ese formato, lo que incluye prescindir de la palabra hablada”, expresó el periodista Pablo Gamba en 2014.

Manuela Sáenz (2000), Francisco de Miranda (2006), Reverón (2011) y El Malquerido (2015) fueron los últimos cuatro largometrajes del cineasta.

Sus restos serán cremados en el Cementerio del Este.