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Corte Suprema de Estados Unidos considera legal el veto migratorio a funcionarios venezolanos y otros seis países

 

El gobierno de Estados Unidos amplió su prohibición de entrada a personas provenientes de Venezuela y de otros seis países más, entre ellos: Irán, Libia, Siria, Yemen, Somalia y Corea del Norte.

La Casa Blanca dijo que las nuevas restricciones son consecuencia de una revisión del intercambio de información por parte de gobiernos extranjeros.

En el caso de Venezuela, sostiene que el gobierno de Nicolás Maduro no coopera «en la verificación de si sus ciudadanos plantean amenazas a la seguridad nacional o pública».

Aclaró que las restricciones se limitan a funcionarios venezolanos que trabajan para agencias gubernamentales y sus familias, se informó.

Donald Trump en una proclamación presidencial, destacó que dichas medidas se están «tomando para proteger la seguridad del pueblo estadounidense».

«La seguridad de Estados Unidos es la prioridad número uno. No vamos a admitir en nuestro país a personas que no podemos investigar de manera segura», dijo Trump en un tuit.

Las restricciones entrarán en vigor el 18 de octubre, pero no se aplicarán a los que ya poseen una visa válida, dijo la Casa Blanca.

 

*Con información de BBCMundo

Veto migratorio de Trump sufre una nueva derrota judicial

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Rechazando los argumentos del gobierno de que el modificado veto migratorio del presidente Donald Trump era distinto al primero, jueces de Hawai y Maryland impidieron la implementación de la medida, usando la retórica del propio Trump como prueba de que es un intento de discriminar contra musulmanes.

Un juez de Hawai el miércoles, y luego uno de Maryland el jueves de madrugada, bloquearon el decreto que afectaba a ciudadanos procedentes de seis países predominantemente musulmanes.

El juez Theodore Chuang se pronunció en una demanda entablada en Greenbelt, Maryland, cerca de la capital del país, por parte de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) y otras organizaciones que representan a inmigrantes, refugiados y sus familias.

Los grupos alegaron que el objetivo latente de las restricciones migratorias era discriminar a los musulmanes, lo que las haría anticonstitucionales. Chuang concedió una suspensión preliminar del decreto a nivel nacional.

Los abogados del Estado argumentaron que la medida se modificó de forma considerable en comparación con una versión anterior, firmada en enero y que después fue bloqueada por un juez federal en el estado de Washington. Los abogados informaron que el decreto se presentó en interés de la seguridad nacional para proteger a Estados Unidos del «terrorismo islámico radical».

Los demandantes en Maryland también alegaron que las restricciones reducían de forma ilegal el número de refugiados a los que se permite entrar en Estados Unidos este año.

Chuang concedió una suspensión preliminar en todo el país a la espera de nuevas órdenes del tribunal. El juez declinó dejar la decisión en suspenso en caso de que se presentara una apelación de urgencia.

Otro juez federal en Hawai había suspendido la entrada en vigor del decreto, poniendo en duda que el gobierno estuviera motivado por preocupaciones sobre la seguridad nacional.

El fallo del miércoles vino del juez federal de distrito Derrick Watson de Honolulu, quien rechazó los argumentos oficialistas de que las restricciones tienen que ver con la seguridad nacional y no con discriminación. Watson afirmó además que Hawai se vería perjudicado económicamente, ya que el decreto reduciría la entrada de estudiantes y turistas a ese estado y que el decreto viola la Primera Enmienda de la Constitución, que prohíbe la discriminación por razones religiosas.

Watson criticó los argumentos del gobierno, calificándolos de «ilógicos» y denunciando «evidencias significativas e inequívocas de un ánimo religioso» detrás de las restricciones. Destacó que si bien el sistema judicial no debería estar examinando «la psiquis subyacente» y «los motivos ocultos» de los responsables del gobierno, «los hechos sobresalientes en este asunto no requieren semejante indagación».

«Por ejemplo, no hay nada oculto en este comunicado de prensa: ‘Donald J. Trump pide una prohibición total y completa de la entrada de musulmanes a Estados Unidos»’, escribió Watson citando una declaración de Trump de cuando era candidato.

Trump calificó la determinación del juez de Hawai como un ejemplo de «exceso judicial sin precedente» y dijo que su gobierno apelaría ante la Corte Suprema de la nación.

También dijo que el nuevo decreto era una versión atenuada de su decreto original, que según dijo, todavía desea poder implementar.

«Vamos a ganar, vamos a mantener a salvo a nuestra ciudadanía», dijo el mandatario en un mitin en Nashville. «El peligro es obvio, la ley está clara, la necesidad de implementar mi orden ejecutiva es obvia».

Si el gobierno solicita un recurso de amparo contra la decisión de Watson en el Noveno Circuito, el asunto sería ponderado por jueces distintos a los que estudiaron el tema el mes pasado. Ello se debe a que los jueces asignados a estudiar cada tema van rotando por mes, dijo el portavoz del tribunal David Madden.

Trump vuelve a la carga con un veto migratorio contra seis países musulmanes

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado el nuevo decreto migratorio, en un segundo intento por vetar la entrada en el país de los inmigrantes procedentes de Yemen, Sudán, Libia, Siria, Somalia e Irán, países de mayoría musulmana.

En este segundo decreto, el mandatario excluye a Irak del veto. Su entrada en vigor se producirá a las 00.01 hora local (06.01 hora peninsular española) del 16 de marzo y sustituirá al polémico veto emitido el pasado 27 de enero y bloqueado por una decisión judicial.

Unas horas antes de la firma del documento por parte de Trump, el Ministerio de Exteriores iraquí ya confirmó que Irak no estaría en la lista de los países vetados. El portavoz de Exteriores, Ahmed Yamal, expresó en un comunicado que su departamento«da la bienvenida a la decisión».

Después de que la Justicia estadounidense frenara el controvertido intento de la Administración Trump de prohibir la llegada de inmigrantes al país, la nueva orden tiene como objetivo vetar durante 90 días el viaje a Estados Unidos de los inmigrantes procedentes de estos seis países.

Irak ha sido retirado de la lista debido al papel ejercido por el Ejército iraquí en la lucha contra los milicianos del grupo terrorista Estado Islámico y a la decisión de las autoridades del país de poner en marcha una serie de medidas para frenar el flujo de emigrantes.

Miles de iraquíes que lucharon junto a las tropas estadounidenses tras la invasión de 2003 se han trasladado a Estados Unidos tras recibir amenazas por haber trabajado con las tropas extranjeras desplegadas en el país.

Los residentes permanentes no se verán afectados

La Casa Blanca ha informado de que el nuevo decreto también asegura que miles de residentes permanentes en Estados Unidos no se vean afectados por las restricciones de viaje. Los juzgados del país han registrado más de una veintena de demandas contra el veto, que fue bloqueado por violar la enmienda constitucional sobre la protección de la libertad religiosa.

Trump criticó públicamente a los jueces que emitieron el veredicto y aseguró que presentaría un recurso ante el Tribunal Supremo. Sin embargo, el presidente ha decidido realizar una serie de cambios para facilitar la defensa de la orden en los juzgados.

Las autoridades han señalado que los refugiados que se encuentren «en tránsito» no se verán afectados por la medida y podrán viajar a Estados Unidos. Según fuentes de la Casa Blanca, el nuevo decreto no impone restricciones inmediatas.

La primera orden de Trump prohibía la entrada de personas provenientes de los siete países durante 90 días y vetaba el acceso al país durante 120 días a todos los refugiados, a excepción de los sirios, cuya entrada estaba prohibida de forma indefinida.

La nueva orden retira esta medida y no hace distinción entre países. «Este nuevo decreto suprime la diferencia entre países, así como la restricción indefinida. Los une a todos bajo una misma categoría de 120 días de suspensión», ha informado la Casa Blanca.

Durante la campaña electoral, Trump destacó la importancia de impedir que la población musulmana tuviera acceso a Estados Unidos. Según el presidente, la orden tenía como finalidad impedir que se produjeran ataques por parte de milicianos islamistas.

La Casa Blanca, por su parte, ha señalado que la nueva orden se basa en asuntos de seguridad nacional y no tiene nada que ver con la religión. «Se diferencia sustancialmente del primer decreto y, aún así, tiene la misma finalidad, protegerá el país y nos mantendrá a salvo», ha afirmado un alto cargo del Gobierno.

Las autoridades iraquíes han manifestado sentir un «gran alivio» tras conocer la decisión de Trump. «Se trata de un paso muy importante hacia la buena dirección que consolida la estrategia de alianza entre Bagdad y Washington en numerosos escenarios y especialmente en el frente contra el terrorismo», ha indicado el Ministerio en un comunicado.

Donald Trump prepara nuevo plan para la expulsión masiva de inmigrantes

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Donald Trump prepara su nuevo asalto contra la inmigración. Tras su batacazo judicial con el veto a siete países musulmanes, el presidente de Estados Unidos ha ordenado elaborar un vasto plan de acción contra los sin papeles. Acelerar y ampliar las expulsiones inmediatas, devolver automáticamente a los mexicanos sorprendidos en la frontera, reclutar miles de nuevos agentes y hasta perseguir penalmente a los padres que traigan a sus hijos forman parte, según los borradores conocidos, de este agresivo proyecto. Un paso con el que Trump echa otra palada al legado de Obama y con el que podrá cumplir una de sus más deseadas y oscuras promesas: la expulsión masiva de inmigrantes.

La magnitud del golpe se conocerá en pocos días. El presidente ha anunciado que esta semana hará publica su nueva orden. Entretanto, Washington es un hervidero. Los borradores circulan por doquier. Algunos han sido desmentidos con rotundidad, pero otros, como los publicados por McClatchy y The Washington Post, han sido reconocidos como documentos de trabajo. En estos últimos, aunque susceptibles de cambios, asoma el verdadero rostro de la Administración Trump.

Los borradores apuntan a que la ofensiva será masiva. Para reforzar las agencias dedicadas al control de la inmigración, se establece la contratación de 15.000 nuevos agentes, se aumentan las competencias policiales y se preconiza una mayor colaboración con las fuerzas locales.

Para la operatividad de este ejército, el departamento de Seguridad Interior, en manos del antiguo general de marines, John F. Kelly, pretende aligerar las barreras legales, en especial en el capítulo más ejecutivo: las deportaciones inmediatas. Hasta ahora esta modalidad de expulsión se aplicaba a aquellos inmigrantes que hubiesen pasado menos de dos semanas en el país y estuviesen a no más de 160 kilómetros de la divisoria. Pero los borradores indican que se pretende anular los límites geográficos y extender su aplicación a todos aquellos que lleven hasta dos años en territorio estadounidense. A este enorme salto se añade la devolución automática de los inmigrantes mexicanos sorprendidos en la frontera y la persecución penal de aquellos padres que hayan pagado a redes de traficantes para traer a sus hijos.

Fuera de estos planes queda, según los borradores, el programa de Obama destinado a proteger a los dreamers, los menores escolarizados que llegaron sin papeles a Estados Unidos. Un sistema que ha permitido otorgar permiso de trabajo a 750.000 inmigrantes y que el propio Trump ha reconocido, en tono de culebrón, que le será complicado liquidar. “La situación de estos menores es muy difícil para mí, mucho… porque yo amo a esos niños; yo mismo tengo niños y nietos, y encuentro muy, muy difícil hacer lo que las leyes ordenan. Y todos saben que la ley es dura”, dijo el sábado en su mitin de Florida.

Pero más allá de los dreamers, el horizonte se oscurece para el resto de los inmigrantes. Trump sabe que su base electoral, de mayoría blanca y obrera, los contempla como un competidor. En las antaño poderosas zonas industriales, ahora azotadas por el desempleo y los salarios bajos, el discurso del enemigo mexicano ha calado hondo. Y el presidente, consciente de su mal momento en las encuestas, busca un golpe de efecto contra los migrantes para mantener su activo entre sus fieles.

“Tendremos fronteras fuertes otra vez. Los criminales, la gente mala-mala, entrará en prisión. Pero en su mayoría, se irán fuera de aquí. ¡Los llevaremos al lugar de donde vinieron!”, prometió Trump a sus bases. La norma para llevar adelante este plan está muy cerca de ver la luz. Esta semana se conocerá. De momento, ya se escuchan las campanas del odio.

Demócratas presentarán un proyecto para anular decreto migratorio de Trump

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El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, dijo este domingo que su partido presentará una legislación para anular la orden ejecutiva de Donald Trump que impide el ingreso de los ciudadanos de siete países de mayoría musulmana a Estados Unidos.

Schumer dijo que el decreto de Trump es «mezquino y anti-estadounidense» y que «debe ser revocado inmediatamente», indicó DPA.

El líder demócrata anunció sus planes en una conferencia de prensa, en la que dijo que luchará con todo «hasta que estas órdenes sean anuladas».

En tanto, los fiscales generales de 15 estados norteamericanos y de Washington DC emitieron un comunicado en el que condenan la orden ejecutiva del presidente y la consideran «anti-estadounidense» e «ilegítima».

Además, se manifiestan confiados en que el decreto será revocado por la Justicia.

El decreto firmado el viernes por Trump frena el ingreso de los ciudadanos de países musulmanes y suspende temporalmente el programa de refugiados.

Un tribunal de Nueva York anuló parcialmente el sábado la orden ejecutiva al dictaminar que todas las personas afectadas por la prohibición de ingreso que llegaron desde el viernes a Estados Unidos se pueden quedar en el país si cuentan con una visa válida.

Los fiscales que firmaron la declaración indicaron que trabajarán junto al Gobierno federal para garantizar que se respete la historia de Estados Unidos como una nación de inmigrantes y que no ataca a nadie por su origen o su fe.

«La libertad religiosa siempre ha sido y será un principio fundamental de nuestro país y ningún presidente cambiará esa verdad», añadieron.

Decreto de Trump podría perjudicar lucha contra el terrorismo

El senador republicano John McCain, ex candidato presidencial en 2008, y su colega Lindsey Graham consideraron que el decreto de Donald Trump que impide el ingreso de ciudadanos de países musulmanes a Estados Unidos podría perjudicar la lucha contra el terrorismo.

Ambos senadores dijeron que los aliados más importantes en la lucha contra el autodenominado Estado Islámico (EIIL, ISIS o Daesh) son los musulmanes que rechazan la ideología de odio de esta milicia terrorista.

«Esta orden ejecutiva envía una señal, buscada o no, de que Estados Unidos no quiere que lleguen musulmanes al país», indicaron los políticos republicanos.

Además criticaron la forma en que fue implementada la orden y dijeron que a partir del caos generado en los aeropuertos quedó en claro que no «fue analizada de manera apropiada» y que no se consultó lo suficiente a otras agencias gubernamentales estadounidenses.