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México denuncia la «agudización» de la migración venezolana en su frontera sur
La frontera sur de México registra un incremento de 131,8 % de la migración irregular de ese país en 2023, más de la cuarta parte del total de migrantes detectados por el Gobierno mexicano son de nacionalidad venezolana

Texto y fotografía: Juan Manuel Blanco (EFE)

Venezuela fue el principal país de origen de los migrantes indocumentados que detectó en 2023 el Instituto Nacional de Migración de México (INM), que reportó una subida anual de más del 77 % en la migración irregular al superar más de 782.000 personas.

Además, los venezolanos fueron la sexta nacionalidad con más solicitudes ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), con cerca de 5.500 peticiones el año pasado.

La población migrante aumentó 131,8 % respecto al año anterior.

El arribo de venezolanos se ha sentido con particular fuerza en Tapachula, en la frontera de México con Guatemala, en Centroamérica, donde el Centro de Dignificación Humana (CDH) advierte que la cifra de migrantes de ese origen podría haber superado los 300.000, pues el Gobierno solo contabiliza los interceptados.

«En 2022, a pesar de una pequeña disminución (frente a 2021), aún así fue mucho mayor. Nosotros consideramos que un poco más de 260.000 migrantes de origen venezolano ingresaron (por la frontera sur) y ya en 2023 definitivamente el flujo aumentó», detalló Luis Rey García Villagrán, director del CDH, con base en estimaciones de la organización civil.

En la frontera sur, en Ciudad Hidalgo, se mantiene un campamento de entre 500 y 1.000 venezolanos con casas de campaña en espera de recibir atención de las autoridades mexicanas.

Una crisis que no termina

El activista indicó que los migrantes llegan a México por la crisis económica por problemas políticos, falta de alimentos y necesidad de empleo.

La situación se ha agudizado mientras Venezuela se prepara para tener elecciones en 2024, en las que el Gobierno de Nicolás Maduro ha inhabilitado a la principal opositora, María Corina Machado, pese a su promesa de diálogo con la oposición.

La venezolana Yenglendis, quien viaja con su esposo de origen colombiano, dijo a EFE que los sueldos que ganaban de 2 dólares al día no les alcanzan para nada y eso los obliga a salir de sus países en busca de mejores oportunidades.

«Estamos pasando muchas necesidades, uno lo que trabaja es para medio comer y no alcanza para comer, el tema es político, hay muchos venezolanos allá (en Suramérica) que están pasándose para acá», expresó.

Entre las amenazas del crimen y del Gobierno

Pese a que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha mostrado un discurso de acogida, los migrantes venezolanos denunciaron la violencia del crimen organizado y la discriminación del Gobierno.

Darri José Álvarez, otro migrante venezolano, destacó que miles de sus compatriotas afrontan estafas, extorsiones, abusos y malos tratos de la policía.

«Yo quisiera que al Gobierno de México le llegara este mensaje y que se pusiera la mano en el corazón y que los migrantes tuvieran un poco más de derecho, respeto y voz para defenderse», manifestó.

Incluso, aseveró que los criminales mexicanos lo trataron mejor que el mismo Gobierno, pues al llegar a Ciudad de México tomó un autobús a la norteña ciudad de Monterrey, donde los militares, los policías y agentes migratorios lo retornaron en avión hasta Tapachula.

«En lo que nosotros pasamos, lo que vivimos, somos abusados, maltratados por las autoridades», sostuvo.

Marlon González, otro venezolano en Tapachula, denunció en su travesía en México grupos criminales lo secuestraron junto a su familia, les robaron 1.500 pesos (unos 85 dólares) y los dejaron en un lugar alejado.

«Por la crisis económica que hay allá, no hay trabajo, el mismo Gobierno te quiere meter preso y sembrar droga por todo, (pero en México tampoco nos va) muy bien porque nosotros fuimos víctimas de secuestro por los mismos cárteles», lamentó.

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1.928 venezolanos fueron deportados o «reptatriados» en 2023, según gobierno madurista
La mayoría de los venezolanos «repatriados» provenían de Estados Unidos, donde el 73,33 % de los vuelos de deportación fueron provinieron de Norteamérica

Con información de EFE

Un total de 1.928 migrantes venezolanos fueron deportados en 15 vuelos durante el 2023, de los cuales 11 salieron desde Estados Unidos, con el que el país caribeño suscribió un acuerdo en esta materia, informó el 31 de diciembre el Ministerio de Interior, Justicia y Paz.

Según un video publicado en X (antes Twitter) de la institución, otros dos vuelos salieron desde México, uno desde Chile y otro desde Islandia.

Según el Ministerio, estas deportaciones o «rapatriaciones» se llevaron a cabo gracias al plan gubernamental «Vuelta a la Patria». Los venezolanos que regresaron a su país han denunciado en distintas ocaciones que los funcionarios del Estado les decomizan sus documentos de identidad y los resguarda sin servicios básicos durante más de una semana.

Anmistía Internacional denunció durante el 2023 que todas las acciones de los países para deportar a los migrantes venezolanos es una violación a los derechos humanos, sobre todo el derecho al no retorno.

«El riesgo que corren las vidas, seguridad y libertades de las y los venezolanos si son devueltos es muy alta», advirtió Ana Piquer, directora para las Américas de Amnistía Internacional. 

De Venezuela han salido en los últimos años unos 7,72 millones de personas, de acuerdo con la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V). El régimen de Nicolás Maduro niega esas cifras, calcula que la migración venezolana ronda por los «dos millones» de personas Desde el año 2011 el Estado no realiza un censo para medir las cifras demográficas en el país

El pasado 8 de diciembre, el Ejecutivo anunció una serie de vuelos de repatriación desde Chile, sin precisar la fecha exacta de estas operaciones aéreas acordadas entre ambos países. Mientras tanto, el 30 de diciembre un total de 329 personas llegaron a Venezuela en dos vuelos desde México —207 en el primero y 122 en el segundo—, como parte de un acuerdo de cooperación bilateral.

Detenidos 34 migrantes venezolanos que intentaban ingresar a Curazao en lancha
Entre los venezolanos detenidos por las fuerzas neerlandezas por transitar el mar Caribe sin ninguna protección humanitaria y migratoria están un niño de dos años, nueve mujeres y 24 hombres. En este momento están bajo la custodia de la policía de Willemstad

Por Pedro Pablo Peñaloza (Crónicas del Caribe) y Lisbeth Barboza (La Mañana)

La Guardia Costera del Caribe Neerlandés reportó que interceptaron en aguas de Curazao una lancha con 34 migrantes venezolanos a bordo, incluido un niño de 2 años, en la tarde del martes 26 de diciembre .

De acuerdo con el balance del organismo de seguridad, en la embarcación se trasladaban 24 hombres, nueve mujeres y el infante de 2 años, «todos de nacionalidad venezolana». La Guardia Costera agregó que los entregaron al Cuerpo de Policía de Willemstad, capital de la isla.

Pese a que las autoridades de las islas han declarado que reforzaron los controles para frenar la llegada de migrantes indocumentados, las lanchas siguen zarpando desde Venezuela

Los días 9 y 10 de diciembre, dos embarcaciones partieron desde el estado Falcón rumbo a Aruba. Una se volcó al norte de la isla, dejando cuatro fallecidos. La otra desapareció con nueve hombres a bordo, según denunciaron sus familiares. Hasta la fecha, no hay más información oficial sobre estos casos.

A inicios de diciembre, la Oficina de Turismo de Curazao reportó un incremento de la llegada de venezolanos por mecanismos legales. Registraron entre enero y septiembre el ingreso de 3.358 viajeros provenientes de Venezuela, 362% en comparación con el mismo período en 2022.

Falcón refuerza patrullaje costero

Mientras tanto, el secretario de Seguridad Ciudadana del estado Falcón —entidad venezolana fronteriza con las islas neerlandesas—, Miguel Morales, anunció este 27 de diciembre que realizarán un plan de patrullaje en conjunto con las autoridades de las islas de Aruba y Curazao para mitigar las rutas migratorias irregulares en alta mar.

Aunque las autoridades de ambos países no han especificado a la prensa los detalles de los planes de seguridad costera, la Fiscalía de Curazao advirtió que desde el mes de septiembre el tráfico de personas ha aumentado en las rutas migratorias irregulares hacia las islas.

«Los niños traficados varían en edad entre los 4 y los 15 años, y a menudo son transportados en embarcaciones que también llevan drogas y armas de fuego a bordo», agregó el Ministerio Público curazoleño en un comunicado de prensa

Entre septiembre y diciembre del 2023, las autoridades de Curazao han podido identificar y detener a seis menores de edad junto a sus presuntos padres y representantes. Mientras los niños fueron liberalos por las autoridades al mes de ser detenidos, los padres siguen bajo custodia por los presuntos cargos de trata de personas. 

 

En 2023 la migración venezolana hacia Brasil superó el registro de 2022
De acuerdo con el Servicio Jesuita para Migrantes y Refugiados, la migración de venezolanos hacia Brasil proviene de las poblaciones indígenas

Con información de Jhoalys Siverio (El Ucabista) | Foto: MercoPress.com 

Térida Guanipa, especialista en derechos humanos y miembro del Servicio Jesuita para Migrantes y Refugiados de Brasil, informó este 24 de noviembre que solo en el primer semestre del 2023 se superó el registro histórico de migración de venezolanos que cruzaron la frontera a Brasil en el año pasado

Durante el conversatorio «Mitos y realidades de la migración venezolana: caso Brasil»,  en la Universidad Católica Andrés Bello en su sede de Puerto Ordaz, estado Bolívar (UCAB Guayana), Guanipa aseveró que más de 1.000 venezolanos del pueblo Warao, población indígena del estado Delta Amacuro, optan por quedar bajo el abrigo de la Operación Acogida —plan de atención humanitaria para migrantes activada por el gobierno brasileño en 2018— y hacer los trámites para optar a un estatus de refugiado u obtener la residencia.

«Brasil está respondiendo de una manera bastante humana» agregó. «Es importante que la migración sea informada. No podemos perder nuestra humanidad. Hay que tratar de hacerlo de la mejor manera y no someterse a la vulnerabilidad».

Riesgos en la migración interna y externa

Eumelis Moya, coordinadora de la oficina del Centro de Derechos Humanos de UCAB Guayana, aseveró en el evento que desde el 2018 también ha aumentado la vulnerabilidad y la violación a los derechos humanos de los venezolanos, especialmente de las mujeres y los menores de edad, durante su tránsito de desplazamiento humano. 

Reiteró que, desde la cuarentena por covid-19, alrededor de 700 personas cruzaban diariamente por caminos irregulares en la frontera y llegaban hasta Pacaraima, en Brasil. En el año 2022 el número aumentó. 

«En la Operación Acogida, de una capacidad instalada para atender a 1.500 personas, hubo momentos en que más de 3.000 venezolanos estaban a la espera por ser atendidos y otros 4 mil  por cumplir su proceso de estadía», dijo Moya.

Además, la abogada e investigadora comentó que las dinámicas de los grupos de poder estatales e ilegales en el sur del país, sobre todo en las trochas y las minas, aumentó los peligros que, de forma diferenciada,  enfrentan mujeres y menores de edad, entre ellos, trata de personas y abusos sexuales. Una situación de la que, dijo, son conscientes al momento en que deciden migrar y que sus victimarios aprovechan.

Dentro de las violaciones a los derechos humanos que registra el Centro de Derechos Humanos de la UCAB, se encuentra esclavitud moderna al sur del país, donde los migrantes y desplazados se enfrentan a redes de trata de personas con fines sexuales o a la exposición de la niñez al trabajo forzado. 

Migración también crece en alta mar

Mientras tanto, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), informó este 23 de noviembre que 187 migrantes venezolanos han muerto o están desaparecidos, según sus registros desde el 2014. 

Precisó que en total han muerto o desaparecido 8.543 migrantes en América Latina. De ese grupo, 4.852 en el cruce de la frontera mexicano-estadounidense, 503 en el Caribe viajando hacia EEUU, 342 en el Darién y 328 en el cruce marítimo de República Dominicana a Puerto Rico.

Por otra parte, la organización InSight Crime reafirmó que los grupos criminales sobre la trata de personas aprovechan la vulnerabilidad de los migrantes venezolanos para instaurar sus redes de trata de personas en alta mar, tal como sucede en las trochas de tierra firme. 

Además, a inicios de septiembre, la Fiscalía de Curazao advirtió sobre un aumento de casos de tráfico de menores entre Venezuela y la isla caribeña.

«Los niños traficados varían en edad entre los cuatro y los 15 años, y a menudo son transportados en embarcaciones que también llevan drogas y armas de fuego a bordo», destacó la Fiscalía.

Para Insight Crime, aunque la atención del éxodo migratorio se centra en los horrores que se viven las personas en la migración a Brasil y a el Darién, el Caribe se mantiene como una ruta de tráfico de personas donde los grupos criminales explotan a los migrantes.

Postales de migrantes y viajes sin retorno

Fotografía: Elizabeth Ramos, Paloma Reyes, Ismael Quintana

 

Postales de migrantes y viajes sin retorno se publicó originalmente en el portal La Verdad de Juárez. Fue elaborado por las periodistas Paloma Reyes y Elizabeth Ramos como parte del proyecto “Defensa y acompañamiento de periodistas y familiares víctimas de graves violaciones a sus ddhh en México”, realizado por la organización Propuesta Cívica A.C. Runrunes lo reproduce íntegramente con su autorización. 

#1: Desaparecidos: ¿Dónde está José? 

Ciudad Juárez, Chihuahua. Roraisa perdió contacto con su hermano José Gregorio en las primeras horas de la madrugada del 25 de junio del 2022. Lo último que supo es que estaba a punto de cruzar hacia Estados Unidos, junto con otras dos mujeres, a través de las aguas del Río Bravo. 

Luego de eso, Roraisa no supo nada de “Cheo”, como le decía de cariño. Ella asumió que él había cruzado la frontera y estaba en detención en Estados Unidos: “como les quitan todo, yo me quedé tranquila, pero jamás imaginé todo lo que pasaría.” 

Cada vez que lo recuerda, la noche del 26 de junio vuelve a su mente con todos los detalles. Entró una llamada y con ella la noticia. Aparentemente, durante la noche anterior, José se había ahogado en el Río Bravo en su intento por cruzar la frontera norte de México. 

Ha pasado casi un año y Roraisa se niega a aceptar que José haya muerto: “no hay cuerpo que lo confirme…además, era de noche, estaba oscuro, ¿cómo iban a saber que era él?”. 

Luego de la llamada, comenzó a pensar en la pequeña posibilidad de que alguien hubiera rescatado a su hermano: “mientras yo no vea un cuerpo, no voy a creer que a él le sucedió eso”. 

Desaparición en cifras 

De acuerdo con el informe anual de la Fiscalía Especializada en Materia de Derechos Humanos, (2019-2020) la Unidad de Investigación de Delitos para Personas Migrantes (UIDPM) brindó información a familiares de 117 personas desaparecidas registradas en el Mecanismo de Apoyo Exterior Mexicano de Búsqueda (MAE), en particular de Honduras (43), El Salvador (41) y Guatemala (33); aunque cabe destacar que la cifra de personas registradas en el sistema incluye migrantes de más de 3 nacionalidades y es tan larga como el viaje que emprenden las personas en movilidad. 

Tan solo entre 2020 y 2021, al menos 672 personas en movilidad fueron reportadas como desaparecidas o ausentes en la República Mexicana, siendo Chihuahua el estado con mayor número de reportes, según cifras proporcionadas durante el Foro Regional sobre la Desaparición de Personas en

Contextos de Migración de la Organización Internacional para las Migraciones en México (OIM) . 

Sin embargo, organizaciones de la sociedad civil estiman que el número de migrantes desaparecidos podría no ser exacto debido a distintos factores como la desconfianza de quienes interponen la denuncia, el desconocimiento de los procesos, la falta de recursos, el miedo o la barrera del idioma; sumando a esto la dificultad para comunicarse al exterior debido a la política de cada país. 

 

 

 

Las desapariciones en México 

En el caso de México, el Protocolo Homologado para la Búsqueda de Personas Desaparecidas y No Localizadas es una herramienta que designa acciones a cada autoridad para llevar a cabo la búsqueda, así como la coordinación entre dependencias y los procesos correspondientes a cada caso. 

La búsqueda individualizada de personas en movilidad se hace a través de una solicitud de información a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) y al Instituto Nacional de Migración (INM) para confirmar la llegada de la persona en movilidad al país o las atenciones que recibió por parte de las autoridades. 

Para poner un reporte por desaparición de personas ante la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) en México, se puede hacer el registro a través del portal de internet, donde se anexa una fotografía de la persona desaparecida y se ingresan los datos que ayuden a su identificación. 

Como parte del protocolo se hace una búsqueda en albergues, casas de migrantes y otras organizaciones no gubernamentales de apoyo a personas en movilidad para tratar de dar con su paradero o tener algún indicio de este. 

Tan sólo en Juárez existen más de 30 albergues y casas de migrantes en las que se podría hacer la indagación. No obstante, Ivonne López de Lara, coordinadora del Departamento de Derechos Humanos de la Casa del Migrante A. C. en Ciudad Juárez, considera que existen algunos vacíos que dificultan la búsqueda de personas en movilidad que se encuentran en calidad de desaparecidas, ya que las bases de datos que manejan las fiscalías no están socializadas con los albergues, quienes además cuentan con sus propios datos y, en la mayoría de las veces, no coinciden con otras instancias.

En Casa del Migrante de Ciudad Juárez, el área de Trabajo Social se encarga de hacer la entrevista a quienes ingresan al albergue y, posteriormente, registra sus datos personales. Sin embargo, López de Lara reconoce que estos no siempre son reales o verificables, ya que la persona que ingresa a veces no cuenta con documentos de identificación y, en ocasiones, proporcionan otros datos como medidas de protección. 

“La gente no siempre dice la verdad; a veces se cambian el nombre por seguridad, por miedo o desconfianza. Entonces, cuando viene la Fiscalía a preguntar por alguien, nosotros revisamos nuestro registro con los datos que nos están dando y aquí puede ser que la persona esté en nuestra base o no, pero también puede ser que tengamos a la persona con datos distintos y nos damos cuenta con la fotografía que suele traer la Fiscalía u otra institución”. 

De Venezuela al Río Bravo 

La duradera crisis económica había empujado a José Gregorio a abandonar Venezuela en el 2017. Hizo una primera parada en Colombia, donde por un tiempo vivió con un grupo de amigos hasta el 2022, cuando decidió dar el siguiente paso y comenzar el largo camino hacia Estados Unidos. 

Roraisa D., hermana de José Gregorio D. (41 años), cuenta que ella y José eran inseparables y fieles compañeros de viajes, paseos y rumba, hasta que en 2017 la crisis del país y la necesidad de tener las mínimas condiciones económicas para solventar la vida, empujaron a su hermano a migrar a Colombia en busca de trabajo, algo que ya no se podía conseguir en Venezuela. 

Pero en marzo de 2022, cinco años después de su llegada a Colombia, motivado por sus amigos para buscar algo mejor para él y poder seguir mandando dinero a su familia e hija, que se habían quedado en Venezuela, emprendió lo que se convertiría, hasta el momento, en un viaje sin regreso. 

“Mi hermano Cheo, como le decimos en casa, era un bonachón, si tú le decías ‘aquí es bonito’, él iba para allá poniendo toda la confianza a lo que le decía la gente y esa era una de mis grandes peleas con él”, recuerda Roraisa. 

Así fue como sin previo aviso a su familia en Venezuela, sin una llamada telefónica, sin un mensaje y menos un beso o un abrazo de despedida, José

salió en silencio de Colombia con la esperanza de darle a su pequeña hija mejores condiciones de vida. 

Roraisa, quien se había quedado en Venezuela, recuerda que los primeros días de junio del 2022, a unos dos meses de que “Cheo” salió de Colombia, su hermano la contactó para avisarle que ya estaba en México: “Mi reacción fue de sentimientos encontrados; me puse feliz de saber de él, pero también me entraron unas ganas de llorar durísimo de imaginarme por todo lo que había pasado y eso que él no me dio mayor detalle de todo el viaje”, cuenta. 

 

 

Ambos mantuvieron contacto hasta el 24 de junio, cuando el último mensaje que recibió decía “ya estamos cerquita, vamos a pasar el Río”. Ese mismo día, a las 7:30 p.m., hora de Venezuela, llegó otro mensaje: “ya dentro de poco vamos a pasar”; adjunto venía una foto de él donde al fondo se observaba el Río Bravo. 

Roraisa le advirtió a “Cheo” que no cruzara el Río de noche. Hacia las 2:30 a.m. fue la última conexión de José. Se anunciaba la incertidumbre. 

Cuando las cifras sobrepasan los recursos 

El proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha documentado casos de personas en movilidad que han fallecido o desaparecido durante el proceso migratorio en su intento por salir de su país de origen. 

Según los registros de la OIM, del primero de enero al 25 de junio de este año, en las Américas han desaparecido 473 personas migrantes; de las cuáles 211 fueron registradas en la frontera entre México y Estados Unidos, siendo el mes de marzo el más alto con 82. 

De acuerdo con Luz Torres, abogada especializada en migración, debido al número de desapariciones a lo largo del territorio mexicano, el trabajo que hacen las autoridades y las organizaciones civiles ayuda y contribuye, pero muchas veces se ve rebasado. 

Además, los grupos de búsqueda no hacen un seguimiento para saber a dónde fue enviado el cuerpo o la persona una vez que ha sido localizada, sino que se turna a las autoridades correspondientes. Por ello, considera Luz Torres, es necesario la creación de prácticas que ayuden a fortalecer la búsqueda de

personas migrantes desaparecidas que realizan diversos actores y grupos sociales. 

En este sentido, uno de los canales de búsqueda deberían de ser las embajadas de México y Estados Unidos en los países de origen o las plataformas digitales; sin embargo, estas últimas pueden tardar mucho tiempo en contestar una solicitud. Tan solo en el caso de Venezuela, las relaciones diplomáticas con Estados Unidos son escabrosas, lo que dificulta aún más poder iniciar una búsqueda paralela y eficaz para casos como el de José Gregorio. 

Postal de un viaje sin retorno 

Las noticias anunciaban muertes de migrantes, pero ninguno coincidía con la descripción de José: “Vamos a relajarnos porque lo más seguro es que esté detenido. Vamos a esperar a que él llame”, dijo Roraisa a su prima, quién se encontraba de visita en su casa. 

La llamada de “Cheo” nunca llegó. En su lugar, la noche del 26 de junio, transcurridas las 24 horas sin saber de su hermano, desde un número desconocido le llegó una llamada a Roraisa; tenían noticias para ella: aparentemente, José se había ahogado en el Río Bravo. 

La persona que comentó a Roraisa sobre la muerte de “Cheo” era una de las dos mujeres que iban con él la noche que juntos intentaron cruzar el Río. Al llegar al otro lado, según lo narrado por la misma mujer, esta se percató de que José estaba siendo arrastrado por el agua, sin que nada pudieran hacer por él, ya que estaba oscuro y la corriente era muy fuerte. 

“Mientras yo no vea un cuerpo, no voy a creer que a él le sucedió eso”, fue la respuesta de Roraisa ante la noticia. Y al día siguiente comenzó la búsqueda de su hermano, sin saber a dónde ir ni cómo empezar. 

Aproximadamente una semana después, Roraisa no tiene clara la fecha, recibió una fotografía del cuerpo de su hermano que, según le dijeron, había tomado un fotoperiodista, mismo que fue contactado a través de una amiga en común de la abogada Luz Torres. Cabe agregar que dicha conexión fue posible porque la abogada Torres es de nacionalidad colombiana; sin embargo, actualmente vive en Ciudad Juárez.

No se obtuvo mayor información del periodista ya que para su localización intervinieron otras voces. 

“Lo que siguió fue la urgencia de querer saber dónde estaba el cuerpo, porque el periodista que pasó esa foto no quería hablar más, -de acuerdo con la información que recibió Roraisa de parte de la mujer que cruzó el Río con José-. Dijo que se iba a meter en problemas y solo nos comentó que el cuerpo estaba del lado de Laredo, Texas”. 

Epitafio: desaparecido 

En el periodo de enero de 2019 a julio de 2022, la Fiscalía de Distrito zona Norte localizó 7 cuerpos de personas en movilidad originarias de Sudamérica y el Caribe fallecidas en Ciudad Juárez. 

Pese a que ninguna contaba con reporte de desaparición, pero sí con documentos oficiales que ayudaron para su identificación, según información proporcionada a través de solicitudes en la Plataforma Nacional de Transparencia. A ellos, se suman 5 cuerpos de personas localizadas por Grupo Beta de Protección al Migrante en el mismo periodo de tiempo. 

Por otro lado, hay personas en movilidad que no cuentan con sus documentos oficiales que permitan hacer la identificación en caso de fallecimiento o algún accidente; personas que viajaban solas y nadie sabe lo que pasó con ellas, y personas con las que, sin previo aviso, se pierde comunicación. 

Lo que casi todas tienen en común es la dificultad para saber quiénes eran en vida y de dónde son originarias, sin un documento o un reporte de desaparición que aporte información para darle identidad al rostro localizado y poder abrir comunicación con sus familiares. 

En este sentido, de enero a marzo de 2023, la Dirección de Servicios Periciales y Ciencias Forenses informó que en el Estado de Chihuahua el Servicio Médico Forense (SEMEFO) ha tenido un total de 157 cuerpos, según el registro de todas las zonas. De los anteriores, 97 corresponden a la Fiscalía Zona Norte en Ciudad Juárez, donde solo 7 cuerpos han sido identificados hasta el momento. En total son 14 los identificados en todo Chihuahua. 

De 2019 a marzo de 2023, en el SEMEFO de Ciudad Juárez ingresó un total de mil 167 cuerpos. Sin embargo, estos están en el Servicio por un tiempo limitado mientras se recolectan los datos necesarios que permiten establecer su identidad en caso de una posible identificación o reclamación de parte de algún familiar. 

 

 

Aquellos que no son identificados o reclamados, son inhumados en la fosa común del panteón San Rafael, ubicado al surponiente de Ciudad Juárez, y donde a manera de epitafio solamente se lee el número de registro correspondiente a cada caso. 

Son los “desaparecidos de los que nunca se sabe qué pasó con ellos, esas cifras negras que nadie conoce”, lamenta la abogada Luz Torres. 

En diciembre de 2022, la Casa del Migrante A. C. llevó el caso de una persona en movilidad originaria de Veracruz que falleció en Ciudad Juárez. Ivonne López de Lara califica de dolorosa y desgastante la recuperación e identificación de un cuerpo que no tenía documentos de identidad ni familia cercana. 

Narra cómo la recuperación de un cuerpo de la SEMEFO es complicada debido a los procedimientos y el desgaste emocional de “ver los cuerpos amontonados y en diferentes niveles de descomposición.” 

“Tú traes tu dolor, tu pérdida, y luego todavía están todos los protocolos que te ponen para poder sacar a un cuerpo de ahí (…) ¿Por qué después de una muerte, una persona tiene que batallar tanto para que pueda darle cristiana sepultura (a su familiar)?”, se cuestiona Ivonne en entrevista. 

El fin de un sueño 

Después de recibir la foto de José, Roraisa comenzó la búsqueda de su hermano por su cuenta. Primer obstáculo: en Venezuela no hay embajada de Estados Unidos, lo que dificulta pedir ayuda por esa vía. Intentó por otras alternativas: “hago contacto con las embajadas paralelas (políticos opositores al gobierno de Venezuela), pero ni así conseguía saber de mi hermano por ningún lado, ni detenido, ni como fallecido.” 

“Al principio nos decían que no hay un certificado formal de defunción de mi hermano porque oficialmente no está fallecido, ya que no hay un cuerpo que lo confirme. Yo me imagino que porque el cuerpo es localizado sin ningún tipo de identificación y que, como él, habrá muchos casos”, comenta Roraisa. 

La búsqueda de José inició en la frontera norte de México. Sin éxito, se indagó después en la morgue de Laredo, Texas, con ayuda de las embajadas paralelas.

No pierde la esperanza, pero hay momentos en que Roraisa cree que todo va a quedar así: “no creo que esta gente de la morgue en algún momento diga que sí lograron identificarlo.” 

Ella trata de no hablar mucho de su hermano, le duele el tema; sin embargo, intenta amortiguar el dolor en la construcción de una ilusión: “con los amigos de repente nos hacemos a la idea de que él sigue en Colombia… pero caemos en cuenta de que (tal vez) ya no vamos a ver más el cuerpo”. 

Aun así, los recuerdos que quedan son buenos, como los de José divertido y trabajador; el que bailaba de forma cómica. Roraisa prefiere recordarlo con sus sonrisas y como al que le gustaba usar palabras de las que desconocía el significado “a veces metía palabras en donde no iban, lo que lo hacía más divertido”. 

Roraisa recuerda con alegría la vez que platicaba con José y su prima sobre anécdotas divertidas que habían pasado juntos: “Cheo dijo ‘adelante, esas son incógnitas que le quedan a nuestros hijos’, él quiso decir anécdotas”, relata con una sonrisa en su rostro. 

Pronto los ánimos cambian. Como si hablara consigo misma, se pregunta despacio y casi en silencio: “¿Quién garantiza la vida?, los fallecidos son tantos que ya no los ven como una noticia: ‘mira, un fallecido’. Es que son muchos y nadie se está ocupando de eso, nadie está asumiendo esa responsabilidad de cómo la gente se está jugando de esa forma su vida.” 

Enlace a la versión original del artículo

El otro camino de regreso a casa 

#2: Ronald y Karen, Morir en el intento 

A finales de octubre de 2018 las caravanas de migrantes comenzaron a llegar y cruzar por México, puente de acogida y tránsito de cientos de personas en movilidad que, día a día, buscan llegar a los Estados Unidos. 

Las personas en movilidad padecen a lo largo de su camino todo tipo de riesgos y violaciones a sus derechos humanos y en muchos de los casos, ni siquiera logran pisar un milímetro de los Estados Unidos. 

Su camino se trunca en las áridas tierras de la frontera norte de México, ahí donde termina un viaje, comienza otro. El camino de regreso ya no lo alcanzan a contar y solamente, a través de la voz de sus familias, es que se pueden ir reconstruyendo las historias, vivencias y aspiraciones de aquellas personas en movilidad que murieron en su intento por llegar a suelo estadounidense. 

Es a través de otras voces, que se logra conocer los costos económicos y emocionales de lo que implica regresar el cuerpo del familiar que murió en el intento. 

Como lanzar una moneda al aire 

Luego de un primer intento fallido de emigrar en familia a Estados Unidos, Vanessa Silva, originaria de Honduras, relata que tiempo después y tras una difícil toma de decisiones, su esposo Ronald Edgardo E. (30 años) se preparaba para salir nuevamente de Tegucigalpa, Honduras, el 17 de mayo de 2019. 

La primera vez Vanessa, Ronald y sus hijas habían llegado hasta Villa Hermosa, Tabasco, donde estuvieron detenidos en Migración por 8 días, antes de ser devueltos a su país. En esa ocasión, Ronald dejó caer una frase como ancla: “Lo quiero volver a intentar”. 

Esta vez en el viaje no iría toda la familia. Él y su hija Karen (9 años) fueron quienes subieron al autobús nuevamente camino a Estados Unidos. Pronto, Vanessa interpreta y narra una señal como si fuera una advertencia: “la maleta se quedó botada abajo del autobús; ya era de Dios, ¿verdad?, pero uno que es necio”, dice resignada.

El trayecto iba bien, según le informaba cada día su esposo; sin embargo, hacia finales de mayo, unos 10 días después de haber salido de Tegucigalpa, lo último que supo Vanessa es que su esposo e hija habían llegado a Migración: “Ya no puedo hablar, voy a apagar el celular y cuando ya esté allá, yo te voy a avisar”, dijo Ronald durante la última llamada. 

“Cuida mucho a la negrita y no la sueltes, está siempre pendiente de ella (…) Los amo mucho, con todo mi corazón”, le respondió Vanessa sin saber que esa sería la última vez que sabría de su familia. Así es como comienza la agonía, el misterio y las constantes incógnitas de saber dónde están y qué ocurrió con ellos. 

Una foto de malas noticias 

Pasaban las horas y los días y Vanessa seguía sin recibir alguna noticia sobre su esposo e hija, solamente esa “conexión” que ocurre entre miembros de la familia fue la principal mensajera… “minuto a minuto iban en aumento los presentimientos de que algo estaba mal”. 

A las 9 de la mañana del primero de junio de ese 2019, una llamada desde un número desconocido interrumpió sus pensamientos. La voz de una mujer al otro lado de la línea le narró un accidente. 

La camioneta en la que viajaban Karen y Ronald junto a otras personas en movilidad, entre ellas la mujer portadora de la triste noticia, perdió el control volcando en la carretera de Villa Ahumada, Chihuahua… La última escena que describió la mujer al otro lado del teléfono y que Vanessa ya escuchaba como una voz que se iba perdiendo, era haber visto a Ronald gritar; después de eso, no supo más. 

Vanessa estaba impactada por la noticia. De momento, la voz de la mujer al teléfono parecía distorsionarse, como si estuviera sumergida en agua, como un eco que poco a poco iba desapareciendo a lo lejos. De golpe volvió a la mente de Vanessa una escena de la noche anterior. 

El 31 de mayo, como a las 10:30 de la noche estaba sentada en la grada de una pila de agua afuera de su casa: “Mi hija llegó preguntando ‘mami, ¿qué le pasó?’, le dije: ‘hija mía, perdóname por haber dejado ir a tu papi’. La abracé fuerte y me fui para el cuarto. A las 11 de la noche me puse a orar y a las 3 de la mañana sentí un escalofrío por todo mi cuerpo.”

El primero de junio, tras la noticia del accidente, Vanessa inició la búsqueda de Ronald y su hija; primero en internet, luego de voz en voz con los grupos que migraron y finalmente tuvo contacto con una periodista juarense, quien la ayudó a comunicarse con un Ministerio Público (MP) de Ciudad Juárez. 

Ambos mantuvieron contacto hasta el 4 de julio. Nuevamente, como en el caso de “Cheo” (historia adjunta), una fotografía fue la portadora de malas noticias: “Ellos son de piel trigueña”, decía el pie de foto que acompañaba el mensaje enviado por el ministerio público. 

“Cuando miré la foto de mi esposo, me quedé en shock y no pude ni llorar. No podía creerlo, para mí no era él. (Pero) yo ya sabía, en mi corazón, que la niña también había muerto, porque si él lo estaba, lógicamente la niña también (…) De un momento a otro yo sentí un ahogo en mi pecho que no me dejaba respirar”. 

Una vez que identificó a su esposo entre los rostros fotografiados, fue el turno de hacer lo mismo con Karen. 

Vanessa relata con la voz fragmentada lo desgarrador que fue para ella tener que ver la foto de Karen: “Cuando yo miré a mi hija con el golpe en su cabecita, yo le dije a mi cuñada ‘es mi hija’, y solo sentí que el cuerpo se me puso helado. Yo no lo podía creer.” 

Llegó el dictamen de necropsia: Karen falleció de un traumatismo craneoencefálico y Ronald en el transcurso al hospital. 

 

Como pan y mantequilla 

Ronald era albañil. Vanessa lo describe como el mejor papá del mundo y la mejor persona que ha conocido en su vida; el mejor ser humano. Su matrimonio duró 13 años; para ella fueron los mejores años de su vida y piensa que jamás volverá a conocer a alguien así. 

Vanessa era una esposa cariñosa con él, con amor le llamaba “Pusungui”, nombre que escucharon mientras veían juntos un video en el celular. Por el contrario, “Ronald, aunque era divertido, no era ni un poquito cariñoso, era más como un pan sin sal, un pan sin mantequilla”. 

Karen tenía el cabello negro, era pequeña y de piel trigueña, tenía pecas y una boca chiquita. Vanessa la recuerda como una niña risueña, coqueta, juguetona y de mucha chispa: “Ella era un amor, Dios mío. Ese pan sí tenía mucha mantequilla”, dice con una sonrisa. 

La niña era cercana a su hermana mayor y hacían todo juntas; además, siempre cuidaba de su hermano, que estaba recién nacido. 

Vanessa recuerda con cariño todo lo que pasaron juntas. En una ocasión, para el día de las madres, Karen le regaló un vaso de dulces que decoraron ella y su tía; incluso, una noche antes de que salieran de Tegucigalpa, jugaron al salón de belleza. 

“Le doy gracias a Dios por los 9 años que me prestó a mi hija, por haberla conocido y tenido conmigo”, dice Vanessa mientras las palabras se diluyen en una larga pausa. 

El sinuoso camino de regreso a casa 

La pareja presentía que este largo viaje sin fecha de regreso tendría grandes implicaciones emocionales para la familia, pero nunca imaginaron que lamentablemente su destino sería como el de muchas otras personas en movilidad. 

Con el duelo tras recibir la información, Vanessa y su cuñada se trasladaron a la Cancillería de Tegucigalpa para llevar a cabo los trámites para repatriar los cuerpos de su esposo e hija, proceso que duró alrededor de un mes y medio. 

No hubo necesidad de hacer algún pago para la repatriación y mucho menos de viajar a identificar los cuerpos. Para ello, bastaron las fotografías y las embajadas de México y Honduras asesoraron y costearon el proceso de repatriación, pero el costo emocional solo lo conocen Vanessa y su familia. 

Luego de un largo camino de regreso, los cuerpos de Karen y Ronald Edgardo llegaron a Honduras el 19 de julio de 2019, donde su familia pudo llevar a cabo la ceremonia religiosa y darles sepultura. 

A pesar de que el viaje no resultó como esperaban, Vanessa mantiene firme la esperanza de algún día poder llegar a Estados Unidos y cumplir un sueño anhelado en familia: una mejor calidad de vida, tener una casa propia y mejores oportunidades de futuro para sus hijos. 

El 21 de febrero de 2022 intentó migrar nuevamente a lado de su hija de 14 años y su bebé de apenas 3 años. No tuvo éxito y una vez más fue devuelta a su país de origen, sin embargo, concluye Vanessa: “Si me preguntan si lo volvería a hacer, la respuesta es sí”. 

Enlace a la versión original del artículo

Esta investigación forma parte del proyecto “Defensa y acompañamiento de periodistas y familiares víctimas de graves violaciones a sus ddhh en México”, realizado por la organización Propuesta Cívica A.C. Durante el desarrollo de la investigación se contó con la asesoría y supervisión de Jacinto Rodríguez Munguía, también con la capacitación de María Teresa Ronderos e Ignacio Rodríguez Reyna http://eticalab.propuestacivica.org.mx

Colombia pide corresponsabilidad regional para financiar éxodo de los migrantes venezolanos
El Observatorio Migratorio de Venezuela de la Universidad del Rosario de Bogotá, 39,54 % de la diáspora venezolana a nivel mundial vive en Colombia

Según un estudio del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario de Bogotá, en el mundo hay 7.320.225 venezolanos migrantes, de los cuales, el 39,54% están en Colombia. Hasta octubre de 2022 se contabilizaron un total de 2.894.593. Sus datos fueron publicados en su informe más reciente en el 4 de septiembre del 2023.

Pese a que 59,85 % de esa población (1.786.394 personas) tiene un Permiso por Protección Temporal (PPT), la nación neogranadina denuncia que la región americana no ha tomado suficientes medidas humanitarias para los migrantes en el continente.

 «¿Qué sucede si la región latinoamericana no acoge a los cerca de seis millones de venezolanos que hoy habitan nuestros territorios?”, se pregunta en una entrevista a la agencia de noticias EFE Carlos García Manosalva, director de Migración Colombia.  «Los compromisos con esta población migrante van más allá de los Gobiernos de turno; debemos cumplir con una obligación adquirida por el Estado». 

De acuerdo con el Observatorio, la cifra de desplazados ha aumentado en los últimos ocho años, pese que se registró la menor entrada de migrantes a Colombia en el año 2020 por la pandemia del covid-19.

Colombia: primer punto de acogida del éxodo venezolano

«Recibimos del Gobierno anterior (de Iván Duque) cerca de 600.000 procesos de solicitantes no resueltos y obstáculos y tropiezos de orden tecnológico que han significado un enorme desafío a resolver», cuenta el director de Migración Colombia.

Manosalva destaca el principio de reciprocidad: «Venezuela acogió a millones de colombianos en su territorio cuando lo necesitaban y nosotros seguiremos promoviendo, no solo una migración regular y segura, sino iniciativas que garanticen la inclusión social de todos los venezolanos regularizados. El objetivo es garantizar la integración plena de estos nuevos colombianos».

Según la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V), hay 7.320.225 venezolanos refugiados y migrantes en el mundo y 6.136.402 venezolanos refugiados y migrantes en América Latina y el Caribe.

«Ningún país de la región estaba preparado para una migración como la venezolana», reflexiona Manosalva.

Desde 2010, América Latina y el Caribe han experimentado un incremento notable en la migración internacional, hasta convertirse en la región con mayor aumento relativo del mundo. El número de personas migrantes casi se ha duplicado, pasando de 8,3 millones en 2010 a 16,3 millones en 2022.

«Este cambio drástico ha sido impulsado por diversas crisis de desplazamiento, acuerdos de libre circulación y el retorno de migrantes junto con sus hijos y cónyuges nacidos en el extranjero, entre otras tendencias», explicó el director de Migración Colombia.

Panamá negocia para cortar tránsito

Recientemente, Panamá acusó a Colombia de no colaborar en el manejo de la crisis migrante en la selva del Darién. frontera natural entre ambos países.

Las autoridades panameñas consideran que el gobierno colombiano de Gustavo Petro no impide el tránsito de 2.800 personas que pasan diariamente por la frontera hacia Centroamérica.

«Frente a las coyunturas regionales de orden migratorio, mejor funcionamos juntos aportando soluciones regionales», recalca García Manosalva, quien llama la atención sobre el hecho de que gran parte de la migración ha ocurrido entre países dentro de la región. «América Latina y el Caribe se ha convertido en una zona de migración intrarregional vibrante».

En los últimos años, se han establecido cinco acuerdos de movilidad en diferentes subregiones de las Américas. También han surgido varios foros para gestionar la migración, y 21 países del hemisferio han suscrito la Declaración de Los Ángeles de 2022 sobre Migración y Protección, un pacto histórico que establece acciones de alto nivel en todo el hemisferio.

Mientras tanto, Manosalva destaca que la región debe: «Abordar las causas reales de los fenómenos migratorios que hemos experimentado», como «la corresponsabilidad de la financiación de la integración de la población venezolana en los países».

Estado colombiano asume la custodia de más de mil niños venezolanos abandonados en rutas migratorias
Instituto Colombiano Bienestar Familiar establece que la mayoría de los niños, niñas y adolescentes bajo la custodia estatal no tienen información del paradero de sus familias ni en Colombia ni en Venezuela

Foto referencial: EFE

Paula Andrea Jiménez, periodista e investigadora, aseguró en una entrevista al medio Radio Fe y Alegría Noticias que el Estado colombiano, a través del Instituto Colombiano Bienestar Familiar (ICBF), asumió la custodia de 1.082 niños, niñas y adolescentes venezolanos apátridas que se encuentran en hogares sustitutos, casas hogar, centros de emergencia o internados de la institución.

El rango de los menores de edad bajo custodia colombiana van desde el primer año hasta los 18

Detalló que los niños, niñas y adolescentes bajo la custodia estatal son encontrados en la calle porque fueron abandonados por sus padres, o éstos incurrieron en algún delito y están en centros de reclusión, o bien porque han muerto. 

Jiménez agregó que, de los 188 menores de edad que están registrados en la página del ICBF, algunos están buscando a su familia, otros han logrado contactar con sus familiares y otros siguen en procesos administrativos de restitución de derechos y sus madres hacen visitas permanentes.

Asimismo, no se ha logrado saber nada ni en Colombia ni en Venezuela sobre los familiares de cierto grupo de infantes. 

Necesidad de ampliar la red

«Hay que tomar en cuenta los terceros países, porque Colombia es un país de tránsito o gente que estaba aquí y no logró integrarse, siguió moviéndose (…) Entonces su familia puede estar en Panamá, Chile o cualquier otro lugar de Latinoamérica y el mundo», puntualizó la periodista. 

En cuanto al tiempo que permanecen estos niños bajo la custodia del Estado colombiano, las instituciones colombianas no exceden su apoyo por más de 18 meses. Pero si la búsqueda no avanza están destinados a permanecer en los hogares sustitutos hasta que cumplan los 18 años. 

Jiménez instó a visitar la página web «Me conoces niños venezolanos» y ver las fotografías de cada uno para que aumenten sus posibilidades de ser identificados. Al hacer clic en la imagen, el pariente puede encontrar el número o correo de la autoridad responsable. Para acceder a la web desde Venezuela es necesario conectarse a una VPN. 

Contactos al Instituto Colombiano Bienestar Familiar

El Estado colombiano mantiene distintas líneas de contacto tanto para los menores de edad que necesitan asistencia humanitaria como a los adultos que requieran asesoría legal en asuntos infantiles y migratorios.

  •  Teléfono Conmutador: +57 601 437 76 30, Disponible lunes a viernes de 8:00 a.m. a 5:00 p.m.
  •  Línea gratuita nacional ICBF: 01 8000 91 80 80, Disponible lunes a viernes 8:00 am a 5:00 pm..
  • (Si estás en Colombia) Línea 141: Línea gratuita nacional para protección, emergencia y orientación. Disponible las 24 horas.
  • (Si estás en Colombia) Linea Anticorrupción : 01 8000 91 80 80, opción 4.
  •  Correo Atención al Ciudadano: atencionalciudadano@icbf.gov.co

Venezolanos piden asilo

La agencia de refugiados de las Naciones Unidas (Acnur) informó el 14 de junio que la cifra de venezolanos solicitantes de asilo en el extranjero se triplicó en 2022. 

Cifras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados reflejaron que 5,45 millones de venezolanos se contabilizaron como refugiados o con necesidad de protección internacional a finales de 2022, lo que representa 16 de cada 100 a nivel mundial.

La Acnur encontró que los solicitantes de asilo se quedaron principalmente dentro de la región, particularmente en los países vecinos, pero Estados Unidos, Costa Rica y México recibieron la mayoría de las solicitudes.

A nivel mundial, la agencia multilateral registró un aumento anual récord del 21% en personas desplazadas el año pasado con respecto al año 2021.

Con información de Radio Fe y Alegría Noticias

En el episodio 215  de este condensado de información semanal, tres grandes reportajes destacaron esta semana por Tal Cual, El Pitazo y Runrun.es, los tres medios digitales venezolanos que conforman la Alianza Rebelde Investiga (ARI)

En El Pitazo destacan el trabajo “Del Título 42 al Título 8 en EE. UU.: así funcionan la zanahoria y el garrote para los venezolanos”. Para el programa Raíces Venezolanas Miami, que provee ayuda a migrantes en condición de vulnerabilidad que arriban a Florida, las medidas anunciadas no ofrecen una solución factible a la creciente migración. “Son demasiados los que quieren emigrar y, por ejemplo, la aplicación CBP One está colapsada”, dijo su directora, Patricia Andrade. 

Desde Tal Cual esta semana nos comparten el trabajo: «Tener un parto humanizado es «cuestión de suerte» en maternidades de Caracas”.Pese a ser creado para que las mujeres embarazadas pudieran tener el control de su proceso de gestación y hacer de los centros de salud lugares libres de violencia obstétrica, el Plan parto humanizado es desconocido o inexistente en muchas maternidades de la capital. TalCual conversó con mujeres que habían dado a luz recientemente para conocer cómo fueron sus experiencias y saber qué tanto se cumple este programa del gobierno nacional

“Ley de Extinción de Dominio venezolana invierte el derecho a la presunción de inocencia.», es el reportaje que presenta Runrun.es en este episodio. La ONG Acceso a la Justicia reiteró que la nueva legislación venezolana puede «aumentar el riesgo de crear bienes abandonados y aumentar los daños que sufre el Estado». Para el abogado Nelson Chitty La Roche, la reciente legislación salta los estatutos constitucionales del debido proceso, donde se puede interpretar que en cualquier momento de un juicio se puede confiscar los bienes de un imputado. 

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Narración y producción ejecutiva: Luis D. Miquilena

Guión: Francisco Zambrano

Edición y montaje: Abrahan Moncada