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Marino Alvarado

Provea: 21 trabajadores de Sidor han sido detenidos en seis meses de 2023
A través de su cuenta en Twitter, Provea también denunció que otros 3512 trabajadores han sido víctimas de amenazas y hostigamiento a menos de funcionarios del Estado

 

Este miércoles, 14 de junio, La ONG Provea denunció que 21 trabajadores de la estatal Siderúrgica del Orinoco (Sidor) han sido detenidos en seis meses de 2023. 

El coordinador de Exigibilidad Legal de Provea y activista por los derechos humanos, Marino Alvarado, precisó que en el mes de enero fueron detenidos 19 trabajadores de la empresa, quienes tienen régimen de presentación en tribunales, mientras que el pasado domingo fueron detenidos otros tres por exigir sus derechos.

«Esto es parte de una política de Estado contra el movimiento sindical. En década y media, aproximadamente 300 trabajadores han sido sometidos a procesos judiciales y régimen de presentación abusivos que sobrepasan los 8 años», aseveró Alvarado. 

A través de su cuenta en Twitter, Provea también denunció que otros 3512 trabajadores han sido víctimas de amenazas y hostigamiento a manos de funcionarios del Estado. 

El pasado martes, 13 de junio, después de que la Planta de Pellas de Sidor durara seis días paralizada por una huelga que mantenían sus trabajadores, empleados informaron que efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana los amedrentaron, intimidaron y bajo amenazas hicieron arrancar la planta. Además, se llevaron detenidos a 14 hombres.

Trabajadores, jubilados y dirigentes sindicales de las empresas básicas marcharon la mañana del miércoles 14 de junio hasta el Palacio de Justicia de Puerto Ordaz, para exigir la libertad plena de los sidoristas detenidos y el cese de medidas judiciales emprendidas por el tribunal laboral contra los obreros.

“No lo señalamos como responsable”: Provea y Centro Gumilla aclaran comentarios sobre Lacava
Los representantes de Provea y el Centro Gumilla señalaron que no fue su propósito señalar a Lacava de forma específica por ejecuciones extrajudiciales

La ONG Provea y el Centro Gumilla aclararon este jueves, 23 de junio, que no fue su «intención» señalar al gobernador de Carabobo, Rafael Lacava, como responsable de ejecuciones extrajudiciales en la entidad.

A través de un comunicado, la organizaciones señalaron que la solicitud que hicieron fue para investigar y establecer las responsabilidades.

«No pretendió, de nuestra parte, hacer un señalamiento acusatorio al gobernador, aunque así pueda haberse entendido», añadieron en el escrito.

Por el contrario, argumentaron, quisieron fue exigir que se investiguen las muertes violenta con rigor, para que familiares de las víctimas de funcionarios policiales «tengan acceso a la verdad, a la justicia y a la protección efectiva».

«Afirmamos que corresponde a las instituciones competentes investigar, dar a conocer la verdad de los hechos y establecer responsabilidades para que no haya impunidad».

 

En el caso de Lacava, señalaron que no poseen «indicios, elementos o fundamentos para vincular a su persona con presuntas ejecuciones extrajudiciales».

También, aclararon que si, con relación a presuntas ejecuciones extrajudiciales mencionaron a Lacava, no fue su propósito señalarlo de forma específica.

«Si por nuestros pronunciamientos pasados ha sido interpretado que pretendimos ponerle en tela de juicio, señalarle o sentenciarle, nos retractamos hoy de tales señalamientos», indicaron.

En el texto, saludaron que Lacava expresara, a través de sus representantes, la voluntad para hallar soluciones ante la controversia.

Por último, consideraron necesario que se adelanten en el país «procesos de revisión, fortalecimiento, investigación y reforma de los procedimientos, métodos y actuaciones de los cuerpos de seguridad del Estado».

Marino Alvarado, coordinador de Provea y Alfredo Infante, coordinador de DDHH del Centro Gumilla, recibieron una demanda interpuesta por Lacava al considerar que lo difamaron con su solicitud.

Amnistía Internacional advierte que defensores de DDHH en Venezuela enfrentan criminalización
Amnistía Internacional recordó que los defensores de DDHH deben ser protegidos, no agredidos

El gobernador del estado Carabobo, Rafael Lacava, interpuso una demanda contra los defensores de DDHH venezolanos Marino Alvarado y Alfredo Infante por difamación.

La demanda surge tras un  informe publicado en marzo por las ONG a las que pertenecen Alvarado e Infante, Provea y Centro Gumilla respectivamente, que denuncia posibles ejecuciones extrajudiciales en Carabobo y la falta de rendición de cuentas de Lacava.

 Amnistía Internacional rechazó esta acción y consideró que  Lacava «debe cesar de inmediato este ataque contra Marino Alvarado y Alfredo Infante, retirando la demanda y garantizando un ambiente de trabajo seguro para las personas defensoras de derechos humanos».

En un comunicado, la ONG expresó: «Le escribo para alzar mi voz en apoyo a Marino Alvarado y Alfredo Infante, dos reconocidos defensores de los derechos humanos contra quienes ha presentado una demanda por exponer y condenar posibles ejecuciones extrajudiciales por parte de miembros de la policía de su estado y exigir la rendición de cuentas de la cadena de mando».

Asimismo, advirtieron que atacar a defensores de DDHH con acciones penales por ejercer su derecho a defender los derechos humanos «es contrario al derecho internacional de los derechos humanos, así como a las reiteradas recomendaciones de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, los procedimientos especiales de las Naciones Unidas y otros órganos de derechos humanos».

 

También, recordaron que los defensores de DDHH deben ser protegidos, no agredidos, «especialmente cuando enfrentan valientemente amenazas a su integridad, trabajo y vida por exponer graves violaciones de derechos humanos y exigir los más altos estándares de justicia para las víctimas».

«Le exhortamos a retirar la demanda contra Marino Alvarado y Alfredo Infante, abstenerse de bloquear los esfuerzos para lograr la rendición de cuentas de la cadena de mando por las graves violaciones de derechos humanos cometidas en su estado y proteger a los defensores de los derechos humanos», añadió la ONG.

*También puede leer: Centro Gumilla y Provea: Pedir una investigación sobre ejecuciones extrajudiciales no es delito

Centro Gumilla y Provea: Pedir una investigación sobre ejecuciones extrajudiciales no es delito
Infante y Alvarado recibieron la notificación de la demanda el 16 de mayo, luego de que ambos solicitaran que se investigue la presunta responsabilidad de Lacava en las denuncias de ejecuciones extrajudiciales

 

Este jueves, 19 de mayo, el coordinador de la ONG Provea, Marino Alvarado, y el director de Derechos Humanos del Centro Gumilla, padre Alfredo Infante, se pronunciaron por la demanda de difamación que impuso en contra de ambos el gobernador del estado Carabobo, Rafael Lacava, tras la publicación de un informe en el que revelan ejecuciones extrajudiciales por parte del cuerpo policial de la entidad. 

En rueda de prensa, el director de Derechos Humanos del Centro Gumilla afirmó que no pretenden otra cosa que «defender el derecho a la vida y restablecer el Estado de Derecho en el país para que haya verdad, justicia y reparación”.

Infante y Alvarado recibieron la notificación de la demanda el 16 de mayo, luego de que ambos solicitaran que se investigue la presunta responsabilidad de Lacava en las denuncias de ejecuciones extrajudiciales.

Sobre las acusaciones del gobernador por difamación, los activistas hicieron algunas precisiones y aclararon que no es ninguna campaña en contra del burgomaestre. 

Entre las frases más destacadas de la declaración de  Infante destacan las siguientes:

Es una campaña a favor de la vida, es nacional, no es regional. No está focalizado en el estado Carabobo. En la página de Lupa por la Vida hay una georeferenciación donde se evidencia que en el año 2021 hubo en el territorio nacional 1414 presuntas ejecuciones extrajudiciales. Insistimos en marzo, cuando presentamos el informe 2021, que había un descenso respecto a 2020”, dijeron.

“En este marco, se evidencia que entre las policías regionales, la de Carabobo fue la que ocupó el primer lugar con 221 presuntas ejecuciones extrajudiciales. Por primera vez, se superaban los indicadores de Zulia, que tradicionalmente ocupaban el primer lugar. Ante los hechos, nuestra insistencia no fue solo la denuncia, el señalamiento, sino la propuesta de que se abran investigaciones institucionales para que se conozca la verdad y los familiares de las víctimas tengan acceso a la justicia”.

“Es muy importante que se investiguen las cadenas de mando, eso es lo que hemos sugerido. Los familiares de las víctimas tienen derecho a justicia, reparación, y los venezolanos todos tenemos derecho a la vida. Estamos convencidos de que pedir una investigación ante posibles ejecuciones extrajudiciales es un derecho amparado en la Constitución, no es un delito, somos inocentes, pero estamos ejerciendo un derecho constitucional al acompañar a las víctimas para que en nuestro país haya acceso a la justicia. Es necesario identificar si hubo o no ejecución si tal ejecución es un hecho aislado o parte de una política de Estado. Hay que hacer una reforma policial integral, que tome en cuenta la formación del policía y su calidad de vida”.

“No tenemos nada contra el gobernador Lacava, del estado Carabobo. Lo único que hemos hecho es pedir investigar (…) Le preciso que nuestro informe no es contra una persona, es a favor de la vida. Recomendamos que presione a la Fiscalía y Defensoría del Pueblo para que se investiguen las posibles ejecuciones extrajudiciales”. 

Por su parte, el abogado de ProveaJoel García, indicó que están conscientes de que sus representados no han cometido delito, pero que de igual manera van a comparecer ante los órganos constitucionales para resolver esta situación.

“¿Por qué un tribunal de Carabobo va a iniciar una investigación y admitir una acusación cuando presuntamente el delito de difamación se cometió en Caracas, es un tribunal de Caracas que debería estar asumiendo esta acusación?”, cuestionó el abogado.

Acceso a la Justicia: El chavismo vuelve a recurrir a la justicia penal para perseguir y silenciar a las voces disidentes
El gobernador Rafael Lacava arremete contra activistas de derechos humanos

En Venezuela el Poder Judicial, en particular el área penal, continúa sirviendo como instrumento para perseguir y silenciar a las voces disidentes en el país, asegura la ONG. Acceso a la Justicia, recordando que la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos (MDH) sobre Venezuela dijo; «El sistema de justicia ha jugado un papel significativo en la represión estatal de opositores al Gobierno».

Prueba de lo anterior es la demanda por «difamación agravada continuada» que el gobernador de Carabobo, el chavista Rafael Lacava, interpuso contra los activistas de derechos humanos, Marino Alvarado y Alfredo Infante, luego de que estos solicitaran al Ministerio Público (MP) que investigara al funcionario por las ejecuciones extrajudiciales ocurridas en la entidad y que habrían sido cometidas por agentes de la policía estadal, la cual está bajo su mando.

«Lo que hemos hecho (…) es lo que nos corresponde: Hay unas graves violaciones a los derechos humanos y [hemos exigido] que se investigue a los autores materiales y a las cadenas de mando. Esta es la consecuencia [en alusión a la demanda] de ser exigentes en materia de Derechos Humanos, es el riego que corremos los defensores de derechos humanos por exigir que se investiguen las cadenas de mando».

Así se quejó Alvarado, quien es coordinador de Exigibilidad del Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea) en un mensaje publicado a través de la cuenta de Twitter de la organización.

El pasado 14 de marzo, ambos activistas presentaron un informe, en el cual denunciaban que en 2021 se registraron en el país 1.414 ajusticiamientos, de los cuales 347 (25,54%) presuntamente habrían sido cometidos por el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), mientras que 426 (30%) por policía estadales, siendo la de Carabobo la más señalada, con 132 casos. Ante estos datos los defensores instaron al MP y a la Defensoría del Pueblo a iniciar las respectivas averiguaciones y no limitarse solo a los autores materiales, sino investigar también incluir a sus superiores.

No es la primera vez

La acción de los defensores no quedó sin respuesta, sin embargo, no en la forma en la que seguramente estos esperaban: el gobernador Lacava, en lugar de iniciar una investigación administrativa motu proprio o incluso presentar elementos que prueben que no está relacionado con los abusos antes mencionados, acudió a los tribunales para presentar una querella contra los activistas por «exponerlo al desprecio o al odio público». El 16 de mayo los defensores recibieron una boleta del Tribunal Tercero de Primera Instancia de Juicio de Carabobo, fechada tres días antes, en la cual los insta a designar a sus abogados para enfrentar el respectivo proceso.

Esta no es la primera vez que Provea afronta un proceso judicial por ejercer su labor de defensa de las garantías fundamentales. En agosto de 2012 el MP denunció a esta organización y a la agrupación Sociedad Homo et Natura por apoyar y difundir información sobre una protesta que realizaron representantes de comunidades yukpa frente al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en julio de ese año. En este caso la Fiscalía acusó a las organizaciones de violar disposiciones de la Ley Orgánica de Niños y Adolescentes (Lopnna), pues en la manifestación participaron niños indígenas.

Así como en el caso anterior, en el presentado por el gobernador Lacava, no solo se vuelve a apuntar contra reconocidos miembros del movimiento de derechos humanos en Venezuela, sino que también se recurre a la justicia penal para criminalizarlos, esta vez mediante el empleo de la figura prevista en el artículo 442 del Código Penal, alegando que las denuncias formuladas contienen mensajes lesivos a su «honor o reputación».

Pero esto tampoco es nuevo. En las últimas dos décadas funcionarios de distinta jerarquía han iniciado decenas de juicios privados contra abogados, defensores, periodistas y políticos. Uno de los casos más antiguos, y posiblemente el que allanó el camino para esa estrategia, fue el que en 2003 inició el entonces presidente de la Asamblea Nacional (AN), el fallecido Willian Lara, contra el constitucionalista Tulio Álvarez.

El jurista, en un artículo publicado en el desaparecido diario Así es la Noticia, recordó un informe de la Superintendencia de Seguros que denunciaba irregularidades en la Caja de Ahorros del Parlamento, lo cual provocó la ira del legislador oficialista. En 2009 la justicia condenó a Álvarez, a quien, aunque no terminó tras las rejas, se le impuso prohibición de salida del país. En 2019 la Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró que esa decisión supuso una violación a la libertad de expresión del abogado.

Esto se lee al respecto en el fallo del tribunal continental:

«Si bien el señor Álvarez se manifestó de forma crítica, eso no implica que su discurso quede desprotegido bajo la óptica del derecho a la libertad de expresión. Esta clase de discurso también debe ser protegido pese a ser incómodo y emplear un lenguaje incisivo, máxime cuando en una sociedad democrática las críticas hacia los funcionarios públicos no son solamente válidas sino necesarias».

Además, la corte reiteró su criterio de que «sin una efectiva libertad de expresión, materializada en todos sus términos, la democracia se desvanece, el pluralismo y la tolerancia empiezan a quebrantarse, los mecanismos de control y denuncia ciudadana se empiezan a tornar inoperantes y, en definitiva, se empieza a crear el campo fértil para que sistemas autoritarios se arraiguen en la sociedad».

En 2004, el entonces ministro de Comunicación, Jesse Chacón, se querelló contra la periodista Alicia La Rota pues esta publicó una información en la que aseguraba que el funcionario compró un cuadro de Armando Reverón por más de 100.000 dólares. Pese a que la comunicadora rectificó, el funcionario no se dio por satisfecho y siguió con el juicio.
En 2016, el exministro de Agricultura, Carlos Osorio, presentó una demanda contra los entonces diputados Carlos Berrizbeitia e Ismael García, al señalarlo de estar incurso en hechos de corrupción. La jueza Tercera de Primera Instancia en lo Civil de Carabobo, Omaira Escalona, falló a favor del exfuncionario al prohibir a los diputados declarar, publicar y difundir información en los medios y redes sociales que «atenten contra el honor y reputación» de Osorio. Además, les ordenó indemnizarlo con 900 millones de bolívares.

Cabello, el gran demandante

Sin embargo, quien ha hecho de los juicios por difamación su arma predilecta para lidiar con sus oponentes ha sido el diputado Diosdado Cabello. En 2013, el vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) demandó al editor del diario Tal Cual, el fallecido Teodoro Petkoff, y a los demás miembros de la directiva del matutino, por un artículo de opinión escrito por el exministro de Ciencia, Carlos Genatios, en el que aseguraba –incorrectamente– que el oficialista había declarado que «si no les gusta la inseguridad, váyanse». Tras tres años de proceso, durante el cual se le obligó a Petkoff a presentarse periódicamente a los tribunales y se le impidió salir del país, la jueza declaró el sobreseimiento del mismo.

Dos años después, Cabello inició una batalla legal contra El Nacional. También lo hizo contra otros medios, lo que generó que sus directores huyeran del país para poder salvarse de la cárcel. ¿El delito? Replicar unas publicaciones de los diarios Miami Herald y ABC en las cuales se hacían señalamientos contra el legislador. En 2018 el Tribunal Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de Caracas declaró con lugar la demanda y le ordenó al diario pagarle a Cabello mil millones de bolívares (para ese entonces cerca de 12.700 dólares) como indemnización.

No obstante, en 2021 la Sala de Casación Civil del TSJ, atendiendo una petición de los abogados del diputado, revisó el monto de la sanción y la fijó en 237.000 petros (equivalentes a poco más de 13,25 millones de dólares), debido al «gravísimo» daño que sufrió el parlamentario en su honor. Ante el impago de la multa, la justicia le arrebató al matutino su sede y se la entregó al parlamentario demandante.

Lacava demanda a activistas Alfredo Infante y Marino Alvarado por acusación de violación de DDHH
El abogado Joel García, especialista en derecho penal, explicó a Runrunes que no se comete el delito de difamación por pedir que se investigue a alguien

 

Los activistas Alfredo Infante y Marino Alvarado recibieron este 16 de mayo la notificación de una demanda por difamación del gobernador de Carabobo, Rafael Lacava, tras la solicitud de ambos de que se investigue su presunta responsabilidad en denuncias de ejecuciones extrajudiciales.

«Rafael Lacava, gobernador de Carabobo, demanda por ‘difamación’ al coordinador legal de Provea (Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos), Marino Alvarado, y al padre Alfredo Infante (coordinador de DD.HH. de Centro Gumilla), tras exigir investigación hacia Lacava por presunta responsabilidad en denuncias de ejecuciones extrajudiciales», informó la ONG Provea en su cuenta en Twitter.

La organización aseguró que la demanda tiene lugar luego de que el pasado 14 de marzo ambos activistas participaran en la presentación del informe Lupa por la Vida, durante la cual se aseveró que «la Policía del estado Carabobo es de las más letales en Venezuela, con 221 víctimas de ejecuciones extrajudiciales. Se debe investigar al gobernador Rafael Lacava».

El mensaje fue acompañado de un video en el que Alvarado indicó que la notificación fue recibida el día de hoy por parte de un tribunal penal de Carabobo.

«Supuestamente, lo hemos difamado porque hemos exigido que se investigue la presunta responsabilidad que pueda tener el gobernador con las ejecuciones extrajudiciales que han ocurrido en el estado Carabobo», señaló Alvarado.

Apuntó que esta demanda es «la consecuencia» de ser exigentes en materia de derechos humanos y de alzar la voz por las víctimas de estos hechos.

Al respecto, insistió en que «pareciera que hay una política de Estado de no investigar a quienes pudieran tener la mayor responsabilidad» en hechos de violación a garantías fundamentales y rechazó que estén acusando a Lacava de algún hecho.

«No estamos diciendo que el gobernador es responsable, estamos diciendo que debe investigarse su presunta responsabilidad y esa es la labor del Ministerio Público», añadió.

Finalmente, Alvarado hizo un llamado a que sean investigadas no solo las presuntas ejecuciones extrajudiciales en Carabobo sino los 1.414 hechos de este tipo que tuvieron lugar en 2021 en todo el país y los 3.034 contabilizados en 2020, según afirmó.

No hay tal difamación

En Runrunes consultamos al abogado Joel García, especialista en derecho penal, profesor universitario y defensor de derechos humanos, sobre la demanda a Infante y Alvarado.

El jurista indicó que no se comete el delito de difamación por pedir que se investigue a un funcionario público:

«Una cosa es hacer una imputación pública (decir que se investigue a alguien, como lo que están haciendo Alvarado e Infante) y otra cosa es hacer una denuncia. La denuncia la puede realizar cualquier persona cuando está en conocimiento de un hecho punible; si esa denuncia es maliciosa, es mentira, ahí sí es responsable [quien denuncia]. Pero en el caso de Alvarado él lo que está pidiendo es que se investiguen las ejecuciones extrajudiciales y se investigue al gobernador Lacava por la responsabilidad de los mandos que tiene. Pero en sí no hay difamación alguna».

Añade García que cuando Infante y Alvarado se refieren a Lacava dicen ‘exhortamos al Ministerio Público y al defensor del pueblo a que contribuyan con estas investigaciones’. No están difamando, están pidiendo que se investiguen«.

Con información de EFE

“Venezuela, la promesa rota”: un documental que describe el naufragio de los DDHH en el país
El naufragio de los Derechos Humanos, El naufragio de la Democracia, El naufragio de la Economía y El naufragio de los trabajadores, cuentan en primera persona sobre sueños, desencantos y realidades, después de más de 20 años de “Revolución”

 

Este 5 de octubre, se estrenó la segunda parte del documental: Venezuela, la promesa rota, el naufragio de los derechos humanos, un audiovisual que expone, a través de sus víctimas, la letal actuación de los cuerpos de seguridad del Estado con las ejecuciones extrajudiciales que vienen ocurriendo desde el año 2015. 

De la mano de el coordinador de del Programa de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea), Marino Alvarado, el documental demuestra el drama humano de varias madres que exigen justicia ante las autoridades por el cruel asesinato de sus hijos. 

Según Marino Alvarado, Venezuela tiene el «récord lamentable» de haber inaugurado en América Latina las desapariciones forzadas de manera masiva. Asegura que el paso de la dictadura a la democracia en el país no ha significado un cambio mayor en materia de derechos humanos.  

Euclides Farías, padre de una de las víctimas, afirma que «los policías se convierten en fiscal, juez y verdugos» al mismo tiempo, cuando van a los barrios a matar a los jóvenes. 

Jennifer Rotundo, madre de un joven asesinado por las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) hace un llamado a romper el silencio y a denunciar. «La gente tiene que saber que están matando a nuestros jóvenes»

«Matan a puros muchachos de piel morena, todos en zonas populares, porque para los funcionarios del estado, todos los muchachos de los barrios son delincuentes, están matando a los más humildes», denunció Aracelis Sánchez, fundadora de la Organización de Familiares de Víctimas de violación de Derechos Humanos (Orfavideh).

Marino Alvarado afirmó que la Policía Nacional Bolivariana es el cuerpo más letal que existe en Venezuela. «Los Operativos de Liberación del Pueblo son los operativos más crueles en la historia de Venezuela en materia de violación de derechos humanos», dijo. 

El naufragio de los derechos humanos cuenta en primera persona todo el daño que ha dejado el sistema de justicia que ha puesto en marcha el gobierno oficialista después de más de 20 años de “Revolución”.

Las víctimas de violaciones extrajudiciales saben que las violaciones de los derechos humanos no prescriben, por eso, aseguran que seguirán buscando justicia y la reparación de los daños a través de la denuncia ante los organismos competentes. 

 

Provea: Ejecuciones extrajudiciales bajaron de enero a marzo, aunque la cifra sigue siendo alta
El coordinador de investigación de la ONG, Marino Alvarado, detalló que, aunque la cifra de ejecuciones extrajudiciales «sigue siendo alta», ha habido una reducción en los primeros tres meses de 2021, cuando registraron 472 casos 

 

La ONG Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea) registró una disminución del 50 % en las ejecuciones extrajudiciales en el primer trimestre de 2021 con respecto al mismo periodo del año pasado, recoge un informe publicado este 7 de julio.

El coordinador de investigación de Provea, Marino Alvarado, detalló que, aunque la cifra de ejecuciones extrajudiciales «sigue siendo alta», ha habido una reducción en los primeros tres meses de 2021, cuando registraron 472 casos, detalla un comunicado de la organización.

«El que hayan bajado no quiere decir que no siga siendo alto su número y por supuesto condenable, y debemos exigir que se avance más en esta tarea», dijo.

También explicó que en el último trimestre del año pasado, luego de la presentación del informe de la Misión de Determinación de Hechos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), se redujeron las ejecuciones hechas por las Fuerzas de Acciones Especiales de la Policía (FAES) en aproximadamente 80 %.

«Esto, sencillamente, nos indica que si hubiese voluntad política a fondo, de evitar que en Venezuela se produzcan esos altos niveles de violaciones al derecho a la vida, es posible», apuntó.

La ONU ha pedido al Gobierno de Nicolás Maduro que disuelva las FAES, un cuerpo sobre el que pesan numerosas acusaciones de ejecuciones extrajudiciales.

El activista también informó que hay un proceso de disolución de las FAES, aunque el Gobierno no lo ha anunciado públicamente.

Pero dijo que los funcionarios de ese cuerpo policial están pasando a la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), «donde sencillamente hay un cambio de uniforme y de personas, pero sin el espíritu fundamental que debe prevalecer que es el respeto a los derechos humanos».

Provea, que realizó este monitoreo con el Centro Gumilla de la Compañía de Jesús, señala también en el informe que, durante 2020, registraron 2.853 ejecuciones extrajudiciales por diferentes organismos policiales como la Policía Nacional Bolivariana (PNB), el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) y la FAES.

El director del Centro Gumilla, Alfredo Infante, indicó que la mayoría de las víctimas fueron hombres jóvenes, entre 18 y 30 años de edad, de sectores populares del país, «entonces pareciera que ser pobre, habitante de un barrio, es ser criminal».

Infante añadió que hay una política de discriminación por parte del Estado y que la mayoría de las versiones oficiales sobre estos hechos es la de un «enfrentamiento» entre bandas armadas.

Desplazamiento por violencia

Alvarado también informó que Provea ha registrado casos de desplazamiento en distintas zonas del país por los altos índices de violencia.

Recordó que en el estado Apure, tras un conflicto entre las Fuerzas Armadas y las disidencias de las FARC, cerca de 6.000 personas se vieron obligadas a dejar sus hogares y huir a Colombia.

Situaciones similares, dijo, se están dando en los estados Zulia y Miranda, así como en sectores populares de Caracas como las barriadas de La Vega y Petare.

«La Vega, que llegó a ser receptora de familias que venían de la zona de Barlovento y otros sectores del país, hoy está expulsando a buena parte de su población que está huyendo de los altos índices de violencia», sostuvo.