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Brian Fincheltub Ene 29, 2021 | Actualizado hace 4 semanas
Vacúnate contra el madurismo

@BrianFincheltub

Mientras la pandemia avanza, son cada vez más los gobiernos en todo el planeta que buscan garantizar que sus poblaciones sean inmunizadas a través de las vacunas que han sido aprobadas por la comunidad científica mundial para combatir la covid-19. En la propia Latinoamérica ya son siete las naciones que han iniciado campañas de inmunización de sus poblaciones. Pero no en todas partes la prioridad pareciera ser salvar vidas. Hay países como Venezuela donde la élite en el poder nunca le ha interesado la integridad de sus ciudadanos y lejos de buscar soluciones para enfrentar una situación excepcional de la cual no escaparemos y que amenaza con agravarse, hace lo que siempre ha hecho: mentir y burlarse de los venezolanos.

La reciente presentación de las llamadas “gotitas milagrosas de José Gregorio Hernández”, anunciadas en cadena voluntaria de radio y televisión como la “cura definitiva” contra el virus chino, no es más que un nuevo episodio de esta tragicómica historia llamada madurismo.

Lamentablemente, lejos de dar risa, causa mucha preocupación que se trate de jugar con la fe y la desesperación de quienes tienen a alguien cercano padeciendo las consecuencias de este letal virus. La propia iglesia católica ha rechazado el uso del nombre José Gregorio Hernández para estos fines. Pienso que en su lugar hubiesen podido llamar sus “gotitas milagrosas” Hugo Chávez Frías, el nombre les hubiese quedado perfecto.

No es la primera vez que el usurpador de Miraflores dice un disparate en televisión a propósito de la pandemia. Hace apenas unos meses había presentado junto con el autoproclamado murciélago de Carabobo, Rafael Lacava, la llamada “molécula DR1”, que también se había anunciado como la “cura” contra el coronavirus. Esa misma noche dijo que comenzaría a producir y exportarla a todo el mundo. Hoy nada se sabe en qué quedó ese anuncio. Lo que sí sabe es que el número de contagios en Venezuela no ha parado de aumentar y que miles de venezolanos se ven obligados a adquirir tratamientos a precios exorbitantes en divisas extranjeras para salvar a los suyos.

Hasta ahora, el impacto de la covid-19 en un país como Venezuela, donde la infraestructura hospitalaria ha sido desmantelada, se ha visto mitigado por la desconexión aérea, la ínfima cantidad de venezolanos que puede costearse un viaje al exterior y la escasez de gasolina que impide los desplazamientos internos; pero eso no quiere decir que la transmisión comunitaria no amenace a gran parte de la población, que por cierto, no tiene acceso a test y que teme declarar síntomas por miedo a represalias. Urge entonces actuar, porque cada día que se pierde puede costar miles de vidas. Mientras llega una solución real, no queda más que vacunarse contra la mentira y la manipulación, vacunarse contra el madurismo. Eso también salva vidas.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Brian Fincheltub May 11, 2020 | Actualizado hace 2 semanas
Petare y el Estado que no existe

Panorámica de Petare, 10 de julio de 2016. Foto Andrés Gerlotti / Wikimedia Commons.

@BrianFincheltub 

A Petare no lo conozco porque me lo contaron o lo vi de la autopista a lo lejos. A Petare lo conozco porque allí comencé, crecí y me formé como profesional, servidor público y persona. Es la escuela que cualquier servidor público quisiera tener. Con desafíos enormes, pero de oportunidades inigualables para innovar y aprender.

Mi amor por Petare comenzó mucho antes de llegar a la alcaldía de Sucre, donde tuvimos la oportunidad de hacer gestión después de años de una desastrosa administración en la que el municipio y en particular Petare habían sido sumidos en el olvido y la desidia más absoluta.

Les cuento más sobre mi experiencia: es cierto que muchas de las cosas que pudimos lograr en Petare fueron gracias a la conducción de un equipo encabezado por el alcalde Carlos Ocariz, pero la mayoría de los proyectos allí concretados no hubiesen sido posibles, y estoy seguro de que Carlos me dará la razón, sin la voluntad, el trabajo y la determinación de los petareños.

No he visto un nivel de organización semejante. Una organización que no partía de la alcaldía, sino de las comunidades. Eso permitió que en cada rincón de ese mosaico lleno de laberintos que es Petare, nuestra acción llegara y lo hiciera muchas veces para cambiar vidas.

Debo reconocerlo, hubo enormes dificultades el camino, pero siempre había un líder en cada sector, calle o escalera dispuesto a advertirnos y ayudarnos a buscar soluciones. Esos líderes no desaparecieron con el fin de nuestra gestión, quedaron allí en sus comunidades, haciendo lo que siempre han hecho: servir, denunciar y combatir.

El Petare que siempre buscamos impulsar fue el que saliera en las noticias por las canchas inauguradas, por los espacios recreativos recuperados, por el número de jóvenes becados en las mejores universidades del país. No el Petare que hoy vemos en las redes sociales, ese donde el Estado entrega voluntariamente el monopolio de la violencia legítima a manos de grupos al margen de la ley, y cuando esos grupos se les vuelven incómodos deciden imponerse llevándose todo a su paso. Y, vaya casualidad, a los primeros que intentan llevarse por el medio son a esos líderes de los cuales les hablábamos, quienes han hecho posible que las comunidades no mueran en silencio, siendo los únicos que se atreven a levantar su voz en medio del control social impuesto por la dictadura.

En su razia, el régimen madurista también se lleva por delante la vida de inocentes, jóvenes que son sacados de sus casas y asesinados por los órganos de exterminio de la dictadura solo porque “parecían malandros”.

Quizás mi opinión sea impopular, pero en Venezuela no hay pena de muerte aunque no es lo que la mayoría desee; el peor de los delincuentes debe ser sometido a la ley y creo que está suficientemente claro que el FAES están muy lejos de encarnar la ley. No lo digo yo, lo ha dicho el Consejo de DD. HH. de la ONU.

También entiendo lo que sucede en la Venezuela madurista, donde más valor tiene el bolívar que el respeto de la ley, y la gente harta de la impunidad apoya cualquier tipo de medida que se parezca a “mano dura”, sin darse cuenta de que al legitimar hoy el asesinato extrajudicial del malandro, justificamos mañana indirectamente el asesinato del estudiante, del que protesta, del periodista, del sindicalista.

Los hechos de Petare tienen como únicas víctimas a la inmensa mayoría de quienes allí habitan, quienes, me consta, son en su gran su mayoría gente trabajadora, servicial y con enormes ganas de progresar. No es nuestro deber ni ser jueces, ni condenar a las personas por el lugar en el que nacen, eso es otro de los males que nos ha dejado el chavismo.

Vendrán mejores tiempos para Petare y para Venezuela, de eso no tengo dudas. Mejores tiempos en paz. A mi gente de Petare les doy mi palabra de que pronto estaremos junto con ustedes reconstruyendo todo lo que el madurismo y la oscuridad han destruido. ¡Fuerza mi Petare!

 

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Cecodap: un millón de niños abandonados por padres migrantes
La llegada del coronavirus a Venezuela provocó que los niños abandonados quedaran aislados de sus profesores y vecinos, quienes a veces son sus únicos medios de subsistencia mientras que sus padres se encuentran fuera del país en busca de un mejor sustento económico

 

Madres y padres venezolanos decididos a encontrar trabajo en otras tierras, así como también alimentos y medicinas que escasean por la crisis en el país, están abandonando a cientos de miles de niños al cuidado de sus abuelos, tías, tíos e incluso hermanos que apenas han pasado la pubertad, según reseña el diario estadounidense The New York Time.

Según un diagnóstico realizado por Cecodap, una organización que desde 1984 trabaja en la promoción y defensa de los derechos humanos de la niñez y adolescencia, los padres migrantes han dejado atrás a casi un millón de niños.

Hay niños que han pasado por el cuidado de abuelos, primos y vecinos, hasta que finalmente terminan solos, ya que quienes los cuidaban migran o desaparecen, indica el portal informativo estadounidense.

«Es un fenómeno que va a cambiar el rostro de nuestra sociedad”, afirmó Abel Saraiba, psicólogo de Cecodap que brinda orientación a los niños venezolanos. »Estas separaciones», añadió Saraiba, pueden debilitar potencialmente a la misma generación que se supone que algún día deberá reconstruir a esta Venezuela en crisis.

“Uno crece rápido”

Esto lo dijo una niña de 9 años llamada Silvany, la sobrina de Aura Fernández, de 38 años, madre soltera que dejó atrás en el estado Zulia a 10 niños, para buscar empleo en la nación vecina. La pariente de Silvany también se fue a trabajar a Colombia en octubre de 2019.

Desde entonces, Silvany y sus primos se han quedado al cuidado de sus abuelos, que están delicados de salud. La alumna de cuarto grado ha asumido muchas de las responsabilidades relacionadas con su hermanito, Samuel, de un año. Lo alimenta y lo arrulla por las noches. “Soy su hermana, pero realmente soy la niñera”, contó.

Las fronteras de países latinoamericanos han sido cerradas por la propagación del coronavirus, lo que aísla a estos niños del resto del mundo y hace que sea imposible que sus padres retornen a Venezuela.

Gobierno usa el Sistema Patria para arreciar control social
El Gobierno anunció el censo y despistaje del covid-19 a través del Sistema Patria. El politólogo Luis Salamanca califica la medida como discriminatoria, pero coincide con el sociólogo Trino Márquez, y la directora de Acceso a la Justicia, Laura Louza, en que la pandemia llegó al país en el mayor estado de indefensión

Dentro de la emergencia generada por los contagios del covid-19 en Venezuela, el gobierno de Nicolás Maduro recurre a los mecanismos de gestión que le son habituales como el Sistema Patria.

“Estaremos utilizando la plataforma patria para control, seguimiento y prevención de la pandemia de coronavirus. Por favor, actualicemos todos los datos de contactos y laborales. Allí tendrán también información de gran importancia para prevenir la infección”, dijo el ministro Jorge Rodríguez, en su cuenta de Twitter.

 El politólogo Luis Salamanca enfatizó que “el gobierno sigue practicando una política segregacionista, discriminatoria, que no pareciera aconsejable en las circunstancias en que llegó el covid-19 al país. El mensaje que envía el ministro Rodríguez es medio tramposo, se hablar de atacar el virus, pero quizás se aproveche el momento para incrementar los mecanismos de control”.

Asimismo, el analista dijo que el gobierno de Maduro sigue arrinconando a la población. Añadió que muestra de ello es que el bono por el covid-19 solo a quienes estén inscritos en el Sistema Patria, y las bolsas de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) que se distribuyen en medio de la cuarentena social: «Más allá de las líneas partidistas, cualquier ciudadano puede ser afectado por la pandemia”.

«Es claro que el gobierno no tiene mucha capacidad de acción para hacer algo distinto a lo que está haciendo. El coronavirus llegó a Venezuela en medio de las deficiencias del sistema de salud, fallas en los servicios públicos y el empleo informal; la gente no tiene ni para mascarillas y eso profundiza el control, o la apariencia de control político”, aseveró Luis Salamanca.

Carnet en tiempos del covid-19

La directora de Acceso a la Justicia, Laura Louza, coincidió con Salamanca en que el régimen de Maduro tiene una forma particular de gobierno, la cual no dará un giro durante el covid-19, a menos que haga un mea culpa y asuma sus errores. La abogada sostuvo que el uso del Sistema Patria debe contextualizarse en un hecho evidente: El Estado no cubre las necesidades básicas de los venezolanos pese a la nacionalización de los servicios públicos y un control significativo en materia alimentaria.

“El covid-19 llega a Venezuela en medio de la escasez, el endeudamiento, la poca productividad, el desempleo masivo y la pobreza, como lo reflejan las cifras de los organismos internacionales y las Organizaciones No Gubernamentales que el gobierno no ha querido enfrentar. Esto ha hecho que el Estado cree mecanismos para mantenerse en el poder como el Carnet de la Patria”, dijo la abogada Louza.

Añadió que la entrega de bonos y ayudas en medio de la pandemia ha sido empleada como política en otros países ante el covid-19, pero se trata de naciones donde hay Estado de derecho y reglas institucionales.

“El Carnet de la Patria podría representar un control social en medio de la emergencia, pero también llegar a los sectores más vulnerables del país. Es necesario que haya la ayuda con el bono porque la gente literalmente se va a morir de hambre. Dentro de todos los males, es un remedio. Pero además persisten las prácticas de un gobierno opaco que no informa cómo y de qué forma se va a entregar esta ayuda, sí es en petros, y que el sector salud, en una emergencia como la que se vive es prioritario y se ha puestos a los militares al control de todo”, indicó la directora de Acceso a la Justicia.

La abogada puntualizó que el Sistema Patria no es el medio para procesar o descartar los casos sospechosos de covid-19, como indicó el gobierno. Cuestionó que al sector salud se le mantenga limitado dentro de la emergencia anunciada por el gobierno el 13 de marzo.

Maduro anunció que el Sistema Patria será una de las estrategias clave para enfrentar la situación de alarma. El gobernante refirió que por recomendación del director general la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom, el sábado 21 de marzo y el domingo 22 de marzo, “iniciaremos una jornada masiva de despistaje para ir sobre los casos sospechosos que hemos detectados a través de los censos del Ministerio del Poder Popular de la Salud y el Sistema Patria”.

De acuerdo con el gobierno de Maduro, la plataforma patria forma parte del Sistema de Protección del Carnet de la Patria, en el que se encuentran inscritas más de 18 millones de personas.

Gobierno acorralado

El gobierno enfrenta el covid-19 en medio de un acorralamiento y cuando se le negó el financiamiento del Fondo Monetario Internacional (FMI), advierte el sociólogo Trino Márquez. El investigador cree que Maduro “debe abrirse al país y procurar concertación con la Asamblea Nacional, los alcaldes y gobernadores. Es el momento de reactivar la descentralización”.

Para Márquez, el uso del Sistema de la Patria ante la alarma emula las prácticas cubanas tan cercanas a la revolución. Subrayó que el uso del Carnet representa “una visión reducida y sectaria de cómo enfrentar una crisis nacional”, sobre todo en un país devastado. El sociólogo expresó que los primeros beneficiarios de los bonos y de la repartición de la bolsa de alimentos son los militantes y activistas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y sus periferias, así como otros sectores no oficialistas que se han inscrito el sistema pero que, según estudios de opinión lo considera vejatorio.

“De acuerdo con encuestas de Consultores 21, entre 72 y 74% de la población venezolana tiene el Carnet de la Patria. Sin embargo, muchos han manifestado que se han visto obligados a carnetizarse porque los excluyen de los beneficios del gobierno. De manera que la gente recurre a este mecanismo no por convicción sino por necesidad”, dijo Trino Márquez.

Brian Fincheltub Mar 15, 2020 | Actualizado hace 2 semanas
El madurismo siempre miente

@BrianFincheltub

Algunos pudieran sorprenderse de que, tras veinte años de oscurantismo y negación de la realidad, la dictadura chavista haya “informado” sobre la llegada al país del coronavirus y que además haya anunciado sin dilación medidas que, en general, no distan de las recomendaciones internacionales emanadas de la Organización Mundial de la Salud. Me refiero a la cuarentena obligatoria para los viajeros provenientes de países de riesgo y la suspensión de clases y actividades masivas.

Sin embargo, no deberíamos ser tan ingenuos, las motivaciones detrás de este viraje en la manera de proceder del régimen chavista están lejos de ser la protección y seguridad de la población venezolana. Lo que hay detrás es un macabro cálculo político del cual pretenden salir fortalecidos.

Todos estamos al tanto del aislamiento que la violación sistemática de los derechos humanos ha producido en las estructuras de poder nacional. La dictadura perdió todo tipo de credibilidad internacional frente a una mayoría de naciones que han condenado el accionar autoritario del chavismo. Al punto de que hoy, lejos de contar con aliados, tienen simplemente dos acreedores principales: China y Rusia.

Frente a este panorama sombrío, el régimen ve en la crisis del coronavirus una oportunidad para recuperar la confianza del mundo, de allí que quieran hacer prueba de una transparencia que no es tal cosa. Actúan como si les importara la gente, pero en realidad solo les importa el poder y, para mantenerlo, necesitan romper con el cerco diplomático que les ha sido impuesto.

Han mentido durante veinte años y esta vez no será la excepción.

Por ejemplo, estos días no han parado de repetir que las sanciones les han impedido comprar medicinas, cuando saben que eso es totalmente falso, pues estas medidas no incluyen los insumos médicos, las piezas de repuesto y los componentes para productos sanitarios.

Es solo un discurso que forma parte del plan para presionar al mundo sobre la necesidad de flexibilizar las restricciones económicas impuestas a funcionarios corruptos y que hoy pretenden ser presentadas como sanciones a todos los venezolanos. Que nadie se deje engañar, la situación actual de Venezuela no es nueva, los venezolanos tenemos dos décadas viviéndola  como resultado de un modelo de destrucción que se apoderó de Venezuela arrasando todo a su paso.

La naturaleza del régimen no ha cambiado, todos aspiramos a que esta pandemia no se expanda en el país porque las consecuencias serían desastrosas. Pero no es difícil imaginar cuál sería el accionar del régimen frente a tal escenario. Por ahora toca protegernos nosotros y proteger a los nuestros, no podemos dejar nuestra vida en las manos de quienes jamás les ha importado.

En Venezuela no hay dolarización creerlo es una tontería, lo que hay es un caos monetario, aunque por breve momento genere ilusión de normalización, que más temprano que tarde se disipará. ¡No hay petro que valga cuando el desastre es una realidad castro-madurista! Un desbarajuste cruel que poco a poco se desarrolla y hace recordar la experiencia cubana del periodo especial, cuando en los años 90 se derrumbó la Unión Soviética y Cuba perdió sustento económico, la isla sufrió una crisis económica, y se planeó un sistema dual que devino en la circulación del peso cubano no convertible -controlado por el socialismo, para uso del Estado- y el peso cubano convertible equivalente a más o menos un dólar destinado a las empresas extranjeras o mixtas, turistas y privilegiados, es decir, ladrones bolichicos, sinvergüenzas enchufados, bandidos boliburgueses, miserables redomados y cohabitantes en la sociedad cubana de entonces.

La mezcla monetaria desplegada por el régimen usurpador, en la que conviven bolívares, dólares, euros y petros empeorará la situación de los empleados públicos y quienes dependan del Estado, al obligarlos recibir ingresos en criptopatraña, aislándolos a cambio de control político y social. A los demás ese nivel de peor hace tiempo llegó.

 

La circulación de disímiles monedas es locura desatada. Un país serio tiene un signo monetario respetable, que se base en la confianza y cuando se dilapida pierde seguridad. Como ha pasado con los bolívares venezolanos entrampados en el desorden e incompetencia castrista, y empieza a pasar incluso con los dólares. Y pasa con el petroestafa, esa ficción sin base confiable con la cual el castro-madurismo pretende evadir los hachazos de las sanciones y, sobre todo, su propia incapacidad para producir nada. Como el castrismo cubano, parásito vividor perseverante de las riquezas ajenas.

¿Cuánto compra un petro? En realidad, la respuesta es imposible porque es una aparatosa falsa realidad, “fake new” con logotipo, alarde inútil; las economías maltrechas no se arreglan con habladeras de pendejadas sino con hechos, y las aventuras venezolanas socialistamente impuestas nada cambian. Lo que hoy cueste un décimo de petromiseria, mañana costará más. Pasado mucho más. Así hasta el infinito.

La tragedia es que los salarios mínimos, crecientes, altos, cualquiera, no crecen en la misma proporción que se desmoronan los servicios públicos, actividades de salud, infraestructura pública y privada, en fin, la vida general del país, y mucho menos en relación al aumento indetenible de los precios. Anarquía total. El petro entelequia cubana.

Algunos castro-maduristas alardean con millones de mujeres, hombres, jóvenes, ancianos, honrados confundidos, malvivientes, mescolanza de todo bicho de uña dispuestos a morir por ellos -que se autodenominan patria pero no puede ser patria esta ruina que enferma y mata. La verdadera patria es una emoción que se lleva en el alma y tradición, convicción de orgullo y compromiso, no la obediencia a una potencia extranjera que no sólo es más pequeña que nuestra nación colonizada a la fuerza, seducidos por leyendas que caducaron al menos hace medio siglo, sino que es la muestra permanente de un fracaso, un fiasco socioeconómico con sesenta años de crueldad, injusticia y desgonzamiento de un pueblo que, de ser a comienzos de la segunda mitad del siglo XX uno de los primeros cinco de América, hoy es un oscuro mercado de esclavos y abusos a los Derechos Humanos.

Es lo que esconden o, aún peor, no ven, cabecillas castristas venezolanos que nos llevan a la humillación, miseria e ignominia, amenazados con milicianos y colectivos, algunos fanáticos por ignorancia y estupidez, otros por conveniencia de cobradores.

 

Los que no entienden demasiadas cosas, pero menos de economía, inventan una criptomoneda, comienzan a comercializarlas, vender y cobrar en monedas exóticas; los dólares que pretenden o han escondido, están congelados. Disimilan o tratan de disimular su fracaso con una cosa que pocos conocen y en la cual nadie tiene confianza porque está “respaldada” por una economía en caída libre diseñada y ejecutada por ignorantes.

Los rudimentarios cuentistas inventores de la criptofalacia están buscando la manera de vender al mejor postor instalaciones petroleras arruinadas por ellos mismos, actividades de extracción y comercialización, no para generar nueva riqueza, sino para poder cancelar la miseria, desdicha e infortunio que su incompetencia, errores mentales, complejos e insolvencias produjeron. Pero el sistema tiene efectos negativos en la distribución del ingreso. Quienes no tienen acceso a dólares y trabajan en la economía castrista socialista se perjudican y reciben ingresos mínimos. En cambio, quienes ganan o reciben dólares, están en mejores condiciones. Pero son, infortunadamente, una minoría vergonzante.

Por eso un petro no compra nada excepto, quizás, fantasía frustrada, capítulo final de una tiranía avergonzada porque nada deja excepto hambre, enfermedades, carencias, destrucción, mendicidad, vendedores ambulantes, prostitución o semi-prostitución, delincuencia en gran escala, y miles de uniformados desalentados.

Una tragedia real que no puede arreglarse con criptofantasías.

@ArmandoMartini

El desastre es mucho más que saqueo, por Armando Martini Pietri

LOS REGÍMENES DICTATORIALES, socialistas, comunistas como el cubano de los Castro, el venezolano de Chávez-Maduro, orientados por rusos y chinos, saquean a Venezuela convirtiéndola en remesa de exportación castrista a Latinoamérica, con la evidente complicidad del acomodaticio silencio y colaboración societaria de contrincantes, que reciben parte del latrocinio. ¡Hay que evitar continúe el atraco despiadado!

Pero el programa de empuje territorial se les va de las manos como el venezolano, que ya forma parte del conflictivo tablero geopolítico internacional. Los intereses de Rusia y China son de provecho comercial, encontraron la oportunidad para hacer negocios, además de proyectar dominio, que ahora le sirve al castrismo venezolano como dispositivo de protección; y Estados Unidos protege la zona de políticas que consideran peligrosa para la estabilidad, seguridad propia y del continente. Sin dejar de lado, la influencia del régimen castrista, que algo dirá, sobre el destino final; mucho dependerá del soporte cubano, cuyos convenios de cooperación, implican una dimisión de la soberanía en el control del sistema de registro civil e identidad ciudadana; reforzando la vigilancia de instituciones básicas. Hoy no se puede entender el funcionamiento de Venezuela sin la autoridad cubana.

La militancia partidista y la ciudadanía en general, quedan eximidas de culpa, las nauseabundas componendas cupulares son responsabilidad de los dirigentes comprometidos con la mugre de la corrupción. Las instituciones han sido salpicadas y corrompidas por el castrismo, que diseña estrategias desde Cuba que mutan y cambian de nombre, para enfrentar cualquier opción que ponga en peligro sus privilegios e intereses. Se transforman en herramientas efectivas de la tiranía para sostenerse en el poder. Una muestra, la perturbadora insistencia en diálogos inútiles, complacientes, de impunidad y participación burocrática, validando elecciones fraudulentas y cuanta falsedad enmascarada de verdad se ha observado en estos años. ¡Un pacto entre partidos políticos no puede sustituir la voluntad ciudadana ni la Constitución!

La situación compleja de adversidad política, social, económica, ética, de principios y valores, continúa deteriorándose a pasos agigantados. El colapso luce inminente y por eso, son cada vez más los que huyen horrorizados. Arriban a otras latitudes con la esperanza de encontrar mejores condiciones de vida y oportunidades. Sin embargo, el incremento desproporcionado e inmensa marea migratoria, alarma a los países receptores, que se ven forzados a exigir nuevos requisitos para restringir y ordenar el incontrolable ingreso.

No son sólo escándalos de corrupción familiar, es todo un mecanismo de podredumbre. Se comenta, sobre parlamentarios, como uno cuyo hermano, con la quiebra/atraco del Banco Industrial de Venezuela. El escándalo de Cúcuta y los camiones de la ayuda humanitaria, documentado e investigado por la fiscalía colombiana. La gravísima presunción sobre la sociedad en una cadena de farmacias en Centroamérica, la fábrica de aceite en Panamá; la inmensa tracalería de los Clap, la sinvergüencería de las compras de medicinas, la adquisición de medios de comunicación con dinero mal habido, el cuatrerismo del oro, los cobros millonarios en comisiones por la colocación de bonos, cobranza de intereses y deuda reestructurada, indagados por agencias federales en USA. La opulencia atrevida, riqueza y abundancia descarada de exiliados chavistas, maduristas y contrarios. La estafa rastrera y usurera de Cadivi, la algarabía Odebrecht que involucra al régimen, pero también a opositores. El blanqueo de capitales de parte y parte. El tráfico ilegal de estupefacientes. Los señalados en la lista OFAC y la extensa, variada cantidad de trajines, casos turbios donde los implicados son tanto de la cúpula oficialista como ciertos desvergonzados de la metamorfosis MUD/FA. La cooperación societaria es un macabro entretenimiento, una diversión de los que no tienen paz con la miseria, que cohabitan con impunidad entre quienes se entienden y alimentan mutuamente. 

Son pecados y razones que obligan a cortar por lo sano, desmontar, eliminar de cuajo la putrefacción del esquema actual, encaminar a Venezuela por la vía del pleno desarrollo honesto, esforzado, de estudio y preparación intelectual, profesional, repleta de posibilidades hacia el bienestar con libertad legítima y plena democracia. Para ello hay que empezar por adecentar la política, reinstitucionalizar la nación.

Cruda realidad que exige, hace urgente la necesidad de coraje, mayor participación, coherencia, concurrencia y coordinación. El panorama es desafiante ante el hecho de que el desenlace político, si bien incierto, previsible. Hay que revisar y revertir el diagnóstico equivocado, rectificando la carencia de resultados en iniciativas poco elaboradas, estrategias mal planteadas y a contravía de la exigencia ciudadana, tales como el estorbo inútil y tramposo del diálogo entre el régimen deslegitimado y dialogantes poco confiables, sin autoridad ni beneplácito ciudadano. De no hacerlo, Venezuela enfrentará conflictos internos inadvertidos e irreflexivos, y muy probablemente irreparables.

La extenuación internacional se siente. Sobre todo, por eventos que generaron expectativas y no se cumplieron, embustes que la comunidad mundial creyó y detectó, por eso hoy desconfía. El gobierno de Donald Trump, hace esfuerzos por mantener el foco en Venezuela, pero, ¿tendrá tiempo? ¿será exitoso? Nadie lo sabe, solo el tiempo lo dirá.

 

@ArmandoMartini

 

Violar compromisos se paga… Por Carlos Blanco
  1. EL COMPROMISO DERIVADO del artículo 233 de la Constitución es: el presidente de la Asamblea Nacional se encargó de la Presidencia de la República para encabezar un gobierno de transición, al cabo del cual habría elecciones presidenciales. La Constitución ordena la convocatoria en 30 días, pero, dadas las circunstancias, esa convocatoria solo puede tener lugar en forma efectiva una vez que sea desplazado el régimen; es decir, cuando “cese la usurpación”.
  2. El mandato para Guaidó es el de encabezar la salida del régimen y presidir el Ejecutivo hasta las elecciones presidenciales. Es obvio que quien presida la transición no puede ser candidato presidencial. Esta idea, según la cual el presidente de la transición no podría ser candidato presidencial en las elecciones siguientes inmediatas, fue discutida por dirigentes de Voluntad Popular, Primero Justicia y la representación de Soy Venezuela, lo que me consta personalmente.
  3. No dudo que pueda resultar tentador para Guaidó ser candidato presidencial; pero, si es en la primera elección libre después de la transición no puede ser presidente encargado y candidato al mismo tiempo; sería una burla.
  4. Pero están atravesadas las conversaciones Oslo-Barbados. Según lo que allí se ha manoseado Maduro dejaría “la usurpación”, se nombraría un gobierno de transición entre la gente Guaidó y el G4 de un lado, y el madurismo, cívico militar, del otro. Así se forzaría a una candidatura unitaria opositora –la de Guaidó– para contender con el candidato rojo. Obviamente, esto sería la continuidad del régimen; pero, supongamos que es un paso en la dirección de realizar elecciones presidenciales. ¿Es factible esta maniobra?
  5. Sería inconcebible hacer un cogobierno sin Maduro pero con los de la lista de la OFAC, los indiciados por narcotráfico, violaciones de los derechos humanos y el desfalco masivo a la nación. Pero supongamos que Guaidó, sus aliados y asesores consideren que es un pedregullal por el que hay que caminar descalzos. Sin embargo, este atajo es imposible aun si los dirigentes lo quisieran.
  6. El gobierno de transición por definición no podría ser un gobierno represivo. No podría sacar las tropas, policías y colectivos a reprimir; ni encarcelar a los protestantes; menos seguir en la política de la tortura y el asesinato. La ciudadanía se volcaría a las calles y haría saltar de sus eventuales posiciones a los jerarcas cohabitantes del madurismo; agravado el asunto por la carencia de partidos, sindicatos y gremios, capaces de organizar, controlar, morigerar, protestas y rebeliones.
  7. La instauración de un gobierno de transición solo podrá hacerse con legitimidad si se responde a lo ofrecido, sin ambigüedades y medias palabras. Guaidó como presidente encargado, para presidir unas elecciones libres y plurales en las que no sería candidato. Ya él tendrá tiempo más adelante.

 

@carlosblancog