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Luis Vicente León

Almagro abandona postura radical y apuesta al pacto con Maduro
Luis Vicente León considera que el cambio de postura del diplomático uruguayo ocurre al entender que “la posición de no reconocimiento del Gobierno simplemente ha sido inútil, porque el resultado, creo que fue, un fracaso rotundo”.

 

@reyestheis

 

Un artículo de opinión reciente se convirtió en movimiento telúrico en los sectores más radicales de la oposición venezolana. El uruguayo Luis Almagro, secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) aliado de la causa democrática venezolana, firme defensor del no reconocimiento de Nicolás Maduro como Presidente y uno de los ejes fundamentales de la estrategia de aislamiento internacional al régimen venezolano, propone ahora la cohabitación opositora con el madurismo.

En su análisis titulado: El infierno del sendero que jamás se bifurca, publicado en el portal uruguayo Crónicas.com, Almagro hace un análisis autocrítico. Cuestiona que los pasados procesos de negociación se hayan enfocado en la salida de Maduro “lo cual como objetivo estratégico probablemente no fuera el más viable, ni realizable, ni realista”. Añade que el jefe del régimen venezolano: “fue subestimado en muchos casos respecto a sus capacidades de supervivencia, de manejo político y de habilidades diplomáticas, y fue consolidando su fuerza”.

Entonces plantea su propuesta: “La cohabitación es un ejercicio para el cual no he visto prácticamente a nadie preparado en Venezuela. Pero eso lo hace aún más necesario, en el sentido de que implica un ejercicio de diálogo político real, de institucionalidad compartida, de poderes del Estado compartidos”.

Añade que “Compartir es contrapesar. La cohabitación sin contrapesos puede transformarse en complicidad. El esquema de cohabitación a discutir en un proceso de diálogo debe dar garantías de contrapesos para quienes cohabitan. En caso contrario será una frustración más”.

La cohabitación como problema

Para el presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, el uso del término ya luce inconveniente. “Cohabitación tiene una connotación negativa y cuando la usas, indirectamente estás criticando la posibilidad de un acuerdo de gobernabilidad, en un país en el que las partes tienen que entenderse. Si lo vendes como un proceso de cohabitación, parece que tienes que aliarte con el enemigo y casi que enredarte con él”.

Indica que Almagro ha tenido “una posición dura desde el principio, similar a la de los sectores más radicales de Venezuela, al señalar que no se podía reconocer al Gobierno, que había que luchar contra él. Entonces, cuando ahora lo oyes hablar sobre la necesidad de cohabitar, choca”.

León considera que el cambio de postura del diplomático uruguayo ocurre al entender que “la posición de no reconocimiento del Gobierno simplemente ha sido inútil, porque el resultado, creo que fue, un fracaso rotundo”.

Luis Daniel Álvarez es el director de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela y preside la Asociación Latinoamericana de Comunicación y Análisis Político (Alcap). Considera que Luis Almagro entiende que ese camino de soluciones mágicas que salen del sombrero, con unos escenarios que son grandes fantasías, que se convierten en grandes frustraciones, no tiene ningún sentido”.

Sostiene además, que el cambio en la composición del poder en la región es un elemento importante para el viraje del secretario general de la OEA. “Ha entendido que los actores han cambiado, y quienes ofrecían esa soluciones mágicas ya no están en los gobiernos. Y que con los actores que están, más bien se puede buscar que haya una presión importante para solventar la crisis”.

¿Compartir el poder?

El eje de la propuesta está en la posibilidad que a través de la negociación la oposición pueda conseguir espacios de poder que permita el contrapeso institucional y se avance en la recuperación de la democracia. Al respecto, Luis Daniel Álvarez señala: “Más allá de llamarlo cohabitación, Almagro parte de la necesidad de una negociación. Que haya un gran acuerdo nacional con una adecuación de los poderes, una salida electoral con supervisión que permita una elección presidencial y parlamentaria, donde se tenga un CNE producto de un acuerdo entre las partes y un Tribunal Supremo de Justicia bien constituido. Eso es lo que pareciera llevar la propuesta”.

Reconoce que unos poderes institucionalizados “no representan una salida mágica, como si todo se arreglara al día siguiente”, pero sí podría ser “ese elemento necesario que se requiere para una salida electoral”.  Acota que a esa reinstitucionalización se llega a través de una negociación.

Álvarez considera que el actual proceso de diálogo entre el Gobierno y la oposición tiene más fuerza, porque se está realizando afuera, con actores internacionales.  Considera que todos los actores en la región esperan que el problema venezolano pueda resolverse pronto.

Luis Vicente León es enfático en el tema. Asegura que: “No va haber cohabitación porque el Gobierno no está en riesgo que le obligue a cohabitar con la oposición”, no obstante cree que sí hay espacios para otros tipo de acuerdos: “Para soluciones humanitarias y sociales, habilitación de candidatos, participación de gobernadores opositores en comisiones de trabajo conjunto con el Gobierno”, entre otros aspectos.

Dice que es impensable que el Gobierno ofrezca ministerios a la oposición o que este sector acepte participar en la Administración de Maduro, pero sí deberían estar en los poderes públicos, porque allí está la posibilidad de defender sus derechos.

El presidente de Datanálisis plantea el dilema opositor: ·”Yo negocio para buscar mecanismos para rescatar derechos políticos, electorales, que me permitan avanzar o tengo que plantear una lucha, prácticamente armada, que por cierto, la oposición no está en capacidad de ejecutar”.

Agrega que “Lo que no pueden es plantear que no vas a negociar nada con un hampón, sino que solo estás aquí para esperar cuando él se vaya. Entonces tienes 4 años perdidos, sin ningún avance, sin ninguna posibilidad de rescatar la participación. Así pulverizas la esperanza de cambio y lo que has hecho es debilitarte”.

León concuerda con Almagro en que no hay forma de avanzar sin Maduro y debe hacerse con una negociación que no plantee los extremos.  “Si la única negociación es que Maduro se vaya, pues no tienes la fuerza para negociar su salida, por lo tanto cuando lo planteas como objetivo es una negociación que no puede ocurrir”.

Sostiene que Nicolás Maduro tampoco puede conseguir reconocimiento, legitimidad internacional y la eliminación de las sanciones, porque el mundo no lo va hacer. “Entonces los 2 extremos no van a ocurrir”. En ese sentido, apunta que los temas a negociar están en el medio, con asuntos que ambas partes puedan acordar. “Si en ese camino, la oposición gana espacios electorales y se logra concretar la participación de actores internacionales, se podría buscar mecanismos de participación conjunta, que yo rechazo llamar cohabitación, porque el hecho que tu trabajes en forma conjunta para resolver los problemas, no es una cohabitación con el enemigo”.

Pacto de repartición

Héctor Alejo Rodríguez es miembro del Buró Político del Partido Comunista de Venezuela (PCV) y a nombre del partido del gallo muestras sus diferencias con respecto al análisis y la propuesta de Luis Almagro.

Señala que el secretario general de la OEA hace una serie de señalamientos sobre las causas de la crisis con la cual no coinciden: “Es parte de esa visión de los grandes bloques enfrentados: por parte del gobierno responsabilizar de la crisis a lo que ellos llaman la guerra económica, y posteriormente a las sanciones. Aunque no negamos el impacto negativo de las sanciones contra el país. El otro extremo es ver la causa de la crisis en los excesivos controles, políticas de estatización o los que ellos llaman el fracaso del socialismo del siglo XXI, cuando aquí nunca hubo un proceso de construcción socialista y los que ellos llaman excesivos controles, en algún momento beneficiaron al gran sector privado que por esa vía tuvo acceso a divisas preferenciales, y fue uno de los mecanismos para que se fugaran más de 400.000 millones de dólares”

Critica que el uruguayo eluda sus responsabilidades, ya que “La OEA y Almagro como uno de los voceros del organismo, estuvo al frente de una política que le hizo mucho daño a la economía, que fue esto de justificar las acciones contra el país y la aplicación de una serie de medidas coercitivas unilaterales que terminaron agravando los problemas humanitarios y la inflación, que a la larga la pagaron los trabajadores”.

Rodríguez piensa que lo que se plantea con la cohabitación es que “unos dicen no pudimos lograr el cambio de Gobierno, los otros dicen no pudimos liquidar por completo a la oposición, entonces vamos a estrecharnos la mano, para salir de la crisis y beneficiar principalmente a los intereses de los capitales que representamos”.

“Son dos facciones que se enfrentaron brutalmente a nivel político y que generaron este daño sobre la economía y ahora dicen que hay que ponerse de acuerdo para enfrentar la crisis, pero la factura la van pagar los trabajadores, que van seguir sin salario, con unas zonas económicas especiales donde ambos sectores coinciden y tienen como finalidad la reprivatización de empresas públicas, formalizar la pérdida de derechos de los trabajadores y una serie de condiciones que son beneficiosas para el empresariado, pero para nada para la población”, asevera el vocero comunista.

Opina que lo que se plantea con la cohabitación es que el pacto económico, “que ya se ha construido”, tenga una expresión política.

¿Hacia dónde vamos? –Se pregunta Rodríguez- ¿Hacia nuevo bipartidismo? Esta es la cohabitación que está en desarrollo: Un nuevo bipartidismo con otras fuerzas excluidas. No compartimos estos planteamientos. El país debe enrumbarse hacia un proceso de redemocratización, restauración de libertades democráticas donde todos los actores, los que representan a las clases populares, tengan la posibilidad de presentar sus propuestas o candidaturas, elegir representación, no que las fuerzas mayoritarias secuestren esto”.

Entretanto, desde ya se anuncia una nueva ronda de negociaciones. El dirigente de Un Nuevo Tiempo, Stalin González, aseguró en una entrevista en Venevisión que pronto retomarán el proceso de diálogo con el régimen “para lograr acuerdos mínimos para la gente, acuerdos políticos de reinstitucionalización”.

Aseguró que “Estamos enfocados en buscar acuerdos que fortalezcan y que mejoren la calidad de vida de los venezolanos y que podamos resolver los problemas de fondo, logrando para ello que haya elecciones libres, justas y transparentes”.

Yeannaly Fermín Nov 27, 2021 | Actualizado hace 2 años
La gente dejó a la política en visto
Oswaldo Ramírez señala que el desinterés o la apatía para participar en las elecciones estuvo estrechamente relacionado con un proceso de despolitización del ciudadano
La desconexión con una oferta política no creíble y que ha fracasado rotundamente en el tiempo, ha hecho que los venezolanos se desliguen del tema político y se centren en resolver problemas de carácter económico 

 

@YeannalyFermin

 

“Yo no voté porque el resultado siempre es el mismo. El gobierno arrasa, y con cada elección pone el mapa rojo rojito, pero el día después de las votaciones, los problemas de todos los venezolanos siguen siendo los mismos. No hay agua, no hay luz, no hay transporte público, el sueldo no alcanza y ni hablar de la inseguridad”, argumenta Jordan Cáceres, un joven de 21 años que trabaja por su cuenta vendiendo artículos electrónicos a través de las redes sociales.

Sus prioridades no tienen nada que ver con lo que pueda pasar con las elecciones regionales ni con ningún otro evento que involucre la política.

Cáceres afirma que si no trabaja no come. Aunque reconoce que la situación económica del país es bastante grave para muchos, enfatiza que los políticos del chavismo ni los de oposición van a solventar los problemas económicos que vive Venezuela.

Son muchos los que piensan como Jordan. La apatía y el desgano político se vieron reflejados en la cifra de participación ciudadana (42.27%) que se registró en los comicios regionales de este 2021, siendo esta la más baja en unas elecciones a gobernaciones y alcaldías desde el año 2004. 

La Encuesta Nacional Sobre Juventud (Enjuve), presentada por la Universidad Católica Andrés Bello el pasado mes de octubre, señaló que los jóvenes han perdido el interés de involucrarse en grupos políticos. «Solo al 30,3% de los jóvenes le interesa participar en grupos políticos. Es el grupo en el que menos quieren participar», asegura el estudio. 

“La gente está cansada”

 A juicio del economista y presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, en Venezuela actualmente existe una apatía y un desgano con todo lo que tiene que ver con el tema político. 

León afirma que esta conducta se debe principalmente a que la gente está convencida que los conflictos del país no se van a resolver por la vía electoral. 

Ese desgano por la política es marcado no solamente en esta elección, esto es solo es un resultado adicional, el desgano lo vemos en el interés del ciudadano por el discurso de los líderes políticos, se ve cuando las encuestas reflejan que el principal problema de los venezolanos es económico. La gente abandonó la espera de hitos políticos y están tratando de sobrevivir, no están esperando cambios”, aseguró Luis Vicente León.  

El politólogo Pablo Andrés Quintero afirma que la cifra de abstención de las elecciones regionales del pasado domingo 21 de noviembre, dejaron un claro mensaje tanto al chavismo como a la oposición: “Hay un descontento, hay un cansancio emocional, físico y psicológico de la situación política que vive el país”.

El politólogo explica que esta desmotivación está precedida por el desastre de los servicios públicos, las promesas incumplidas, la guerra por el poder, la falta de instituciones, la desconfianza en los líderes de ambos bandos, y la atención a la gente más vulnerable por la crisis económica. 

Quintero aclara que este desinterés y apatía es un proceso psicológico y una condición temporal. “No es definitivo porque las emociones son cambiantes, pero el ciudadano siente esas sensaciones porque no puede escalar, le cuesta desarrollarse de forma individual y plena, el poco acceso a los recursos y a los bienes y servicios hacen sentir que su vida está estancada, y eso es lo que genera el desinterés en la política, que aunque los políticos prometen cambios la gente no los percibe”, dijo. 

Los jóvenes son los menos interesados

La Enjuve en su más reciente estudió reflejó que en 2013, 54% de los jóvenes entre 15 y 29 años consideraba importante votar en las elecciones municipales. Ocho años después, solo 26,4% de los jóvenes opositores indicó que participaría en las regionales, mientras que 48,9% indicó que no votaría. «Es claro que los políticos venezolanos no le están hablando a la generación joven», dice Quintero.

“Youtube y TikTok le están hablando más a los jóvenes que los mismos políticos y sobre esto hay mucho que reflexionar, no hay una comunicación cara a cara y cercana con  la juventud que  está dentro de ese sector que está cansada que quisiera participar más en política pero que no se atreven porque no se sienten identificado con las propuestas de los políticos”, explicó Quintero.

Por su parte, el politólogo Guillermo Tell Aveledo durante su presentación en el foro online “Entre el activismo y la cohabitación, el tablero político se está moviendo”, presentado por Runrun.es el pasado jueves, 25 de noviembre, explicó que esa resistencia de los jóvenes a los temas políticos es una tendencia preocupante y hay que trabajar casi que de manera evangélica predicar que la democracia es posible.

“Se percibe que hay una desconexión real en los jóvenes urbanos que no quieren votar, eso es alarmante para el ciclo que viene, porque si no se cuenta con los electores jóvenes no se puede hacer el trabajo y la democracia se ve en riesgo”, dijo Tell Aveledo.

Despolitización del ciudadano 

Para el director de ORC Consultores, Oswaldo Ramírez, ese desinterés o apatía de los jóvenes para participar en asuntos políticos y electorales están estrechamente relacionados con un proceso de despolitización del ciudadano.

“Hay una transformación importante en la cultura política del venezolano. A quien antes le encantaba un tema electoral, lentamente ha ido abandonando esa opción. Algunos porque pueden sentirse deprimidos y olvidados porque no hay oferta electoral firme para ellos, para otros porque votar no es una condición suficiente que les permita cambiar el poder, mientras que otro grupo un poco más pequeño ya no se siente complacido con los incentivos clientelares que ofrecía el gobierno”, explicó Ramírez.

Luis Vicente León y el director de ORC Consultores coinciden en que la desconexión con una oferta política no creíble y que ha fracasado rotundamente en el tiempo, ha hecho que los venezolanos se desliguen de la política y se centren en resolver problemas de carácter económico. 

Para Pablo Quintero, el tema económico es determinante porque golpea la percepción de la política y genera emociones negativas. “ El daño al aparato productivo económico hace que la gente se canse porque vive en una constante trabajo de supervivencia sobre todo en el interior del país porque Caracas y Miranda no son la realidad de todo el país”, dijo.

Fragmentación de la oposición

Los resultados electorales del 21 de noviembre demostraron que la división de los partidos de oposición y el no contar con una clara representación, fue uno de los principales motivos para que el chavismo lograra pintar nuevamente el mapa de color rojo. 

A juicio del politólogo Pablo Andrés Quintero, la fragmentación de la oposición fue una de las grandes causas de la abstención, además de la falta de coordinación. 

“La fragmentación y la falta de honestidad ante la gente, sobre todo cuando le dices que el voto no sirve y que no se puede votar en dictadura, y después esos mismos candidatos son los que salen a votar” cuestionó.

El presidente de Datanálisis indicó que la esperanza de cambio político en Venezuela cayó de 50% en 2019 a 25% en el 2021. “Tres cuartas partes de la población no tiene la esperanza de que la oposición pueda provocar un cambio político, y al no tener esa esperanza se desinteresa y se desmoviliza, lo que afecta considerablemente la disposición a votar y esto, incluso, se ve más marcado en los jóvenes”, afirmó.

Luis Vicente León explicó que la tendencia es a que la esperanza de cambio se incremente y no que se reduzca en el corto plazo. Para revertir esa situación, el también economista asegura que tiene que presentarse una renovación muy fuerte de la oposición y sobre esto coincide con Quintero, quien también afirma que en esa rehabilitación profunda que debe hacerse, es necesario que se hagan cambios puntuales en la dirección política.

Se necesita coherencia, honestidad, empatía, humanidad, ciudadanía y civilidad para que la gente vuelva a tener una esperanza de cambio y que la oposición se convierta en una alternativa, pero no solo para la foto, con propuestas reales que le den esperanza a la gente. Que no se le engañe. Hay que reconectar con las emociones de la gente, con el discurso, rescatar el valor del lenguaje político, pero sobre todo hay que respetar y no subestimar a la ciudadanía”, agregó el politólogo Pablo Quintero. 

Esquema autoritario afecta la conducta política

La falta de escrúpulos por parte del gobierno de Nicolás Maduro es un hecho que no se puede dejar a un lado cuando se analiza la desmotivación y el desinterés político de los venezolanos. 

Sobre esto, Guillermo Aveledo Tell señaló que en Venezuela hay un esquema autoritario que afecta la conducta política y que no puede desvincularse ni mucho menos hacer cuentas sin ese hecho. 

Paola Bautista de Alemán, quien también participó en la tertulia, señaló que en Venezuela hay un asunto duro de reconocer y es que la autocracia que está consolidada ha afectado la cultura democrática del país. 

“Hay una juventud que nació en un proceso de profunda erosión democrática que se han hecho hombres y mujeres en la consolidación de ese sistema, por lo que la percepción y valoración que tienen de la democracia son las historias que escuchan de sus mayores”, afirmó. 

Bautista de Alemán aseguró que ya existe una generación de venezolanos para los cuales la democracia es un recuerdo y no una realidad.

“Esas pieles son pieles curtidas, es otra realidad, y por supuesto el miedo muchas veces anima a la introspección a la huida, no nos extraña que hayan personas jóvenes que le quieren huir a la política no solo porque no le ven resultado sino porque el costo de hacer política en este país personal y humanamente es muy grande y muy fuerte”, aseguró de Alemán. 

Maduro se aleja del socialismo: ¿quiénes ganan y quiénes siguen en el foso?
El gobierno afloja el control de la economía y genera una mejoría focalizada. Datanálisis indica que entre 35% y 40% de la población califica su situación en positivo. Fondos de inversión extranjeros evalúan opciones en el país. El petroestado agoniza y comienza un cambio estructural

 

@vsalmeron

 

Atrás quedan los tiempos en que un océano de petrodólares mantenía a flote a la economía controlada y subsidiada. Con las manos vacías, sin financiamiento y bajo el impacto de las sanciones de Estados Unidos, Nicolás Maduro recurre a la empresa privada para contener el deterioro y alienta una apertura que oxigena a sectores específicos, mientras otros permanecen en el foso de la crisis.

La mayoría de las leyes aprobadas para maniatar al mercado siguen vigentes, pero en la práctica, el mandatario venezolano está enterrando la ilusión en el socialismo del siglo XXI: no hay regulación de precios, el dólar circula libremente, hay incentivos para las exportaciones, diálogo con los empresarios y la agenda del gobierno contempla la privatización de empresas públicas.

Tras siete años consecutivos de recesión, la economía venezolana es un tercio de lo que era en 2013 y la mayoría de los analistas espera que en 2021 se estabilice en la miseria, con crecimiento o decrecimiento del PIB en torno a uno por ciento. Pero en determinadas áreas, la desregulación crea oportunidades de negocios e incremento del ingreso.

“Hay un cambio substancial, el gobierno ya no puede controlar la economía y permite una apertura de facto que genera ganadores y perdedores. Existen los que pueden desarrollar negocios y ganar dinero, los que siguen fuera del juego y los que están obligados a producir cambios fundamentales en sus empresas o de lo contrario saldrán del mercado”, explica Luis Vicente León, director de Datanálisis.

La bendición de exportar

En Portuguesa, la provincia con las tierras más fértiles de Venezuela, agricultores están exportando frijol chino a Vietnam, Turquía y China. “Las tierras nuestras son muy buenas para el frijol, el precio aumentó en el mercado internacional y los costos de producción son bajos”, dice Daniel Dorazio, quien administra una finca.

Como se trata de un negocio que genera ingresos en divisas y no necesita créditos en cantidades elevadas, el financiamiento bancario, bastante escaso para otras actividades, fluye adecuadamente. “Al principio había solo dos empresas, pero ahora hay alrededor de diez que compran el frijol chino, lo limpian y exportan”, dice Daniel Dorazio.

Aparte del frijol chino las exportaciones de otros productos como ron, cacao, camarones y colas de langosta están creciendo. Luis Vicente León explica que “quienes exportan productos con precios elevados respecto a sus costos de producción tienen una gran ventaja y están aumentando sus ventas, este año este tipo de exportaciones podría alcanzar los tres mil millones de dólares”.

 Los exportadores conservan 80% de los dólares que les ingresa y el resto las ofertan en el mercado de divisas que, a diferencia del pasado, tiene un tipo de cambio que no está controlado y fluctúa diariamente.

El contraste

Formalmente la moneda sigue siendo el bolívar, pero el gobierno permitió una dolarización de facto. El dólar se utiliza para calcular los precios y crecientemente como medio de pago. En el sistema financiero, los bancos reciben depósitos y otorgan créditos en dólares a través de sus agencias en el país o sucursales en el exterior.

Las empresas emplean sus dólares libremente para importar materia prima, pagar bonos a los trabajadores y cancelar a sus proveedores. Además, una capa de la población tiene ahorros en el exterior y otros reciben remesas.  El flujo de divisas también recibe aportes de la venta de oro, las menguadas exportaciones petroleras, las exportaciones de productos como el frijol chino y la economía negra: contrabando, narcotráfico y extorsión.

El resultado es un mercado dual, en dólares y en bolívares, donde quienes tienen ingresos en divisas consumen más que los que están fuera de este circuito y sobreviven con un ingreso precario. De acuerdo con un estudio de Datanálisis elaborado en noviembre de este año entre 35% y 40% de los venezolanos manifiesta que su situación personal es buena o muy buena. En febrero de 2019 solo 15% tenía una visión positiva.

“Estas personas sienten una mejora relativa en su situación personal por la apertura y dolarización de la economía. No se comparan con el pasado lejano, sino con el reciente; no consideran que la situación del país es buena. Mayoritariamente evalúan de manera negativa la gestión del gobierno”, explica Luis Vicente León.

Profesionales como médicos, odontólogos e ingenieros ahora calculan sus tarifas en dólares y compensan de mejor manera el impacto de la inflación, que continúa a un ritmo de dos dígitos al mes.

Alfredo Guzmán, gastroenterólogo, explica que “antes de la dolarización cobraba en bolívares y mi consulta equivalía a tan solo 20 dólares, hoy cobro 120 dólares por consulta. Atiendo a menos pacientes, pero mis ingresos han aumentado”.

El consumo

La dolarización, con su efecto en el consumo y la liberación de precios, que permite que las empresas ajusten sus costos, beneficia principalmente a los sectores de alimentos básicos, medicinas y artículos de cuidado personal.

Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, explica que “hay una base de consumo que principalmente se dirige hacia esas áreas. Son sectores que en esta coyuntura pueden tener signos positivos”.

El coronavirus, en el caso de las empresas de alimentos, ha traído algunos beneficios. Empresarios explican que la pandemia ha hecho que disminuyan las importaciones de productos básicos como arroz, leche y harina, ayudando a que aumenten las ventas.

Pequeñas compañías que prestan servicios en el área de las telecomunicaciones también comienzan a capitalizar el efecto de la dolarización. “Ha aparecido algo de oferta en el sector de tecnología y telecomunicaciones. Nichos como el internet móvil, internet por fibra e inalámbrico. Les ha favorecido el relajamiento en los controles hacia el sector”, dice Asdrúbal Oliveros.

En los centros comerciales emblemáticos de Caracas como Tolón y San Ignacio se evidencia un aumento en el alquiler de los locales. Fuentes del sector explican que este año la ocupación promedio, que cayó por el impacto de la pandemia y la recesión, podría superar 85%.

En el radar de los fondos

El 10 de noviembre de 2020 Cargill, la multinacional estadounidense productora de alimentos, vendió sus plantas en Venezuela de harina, aceites, grasas y pastas al fondo Phoenix Global Investment y al grupo local Puig. La transacción podría ser el inicio de un proceso donde fondos de capital de riesgo inviertan en compañías venezolanas que buscan compradores o socios para fortalecerse.

Oscar Doval, presidente de Moore GSF, una firma que gestiona mandatos de fondos de inversión explica que “Venezuela se ha vuelto un país apetecible para fondos que invierten en países riesgosos en búsqueda de altos rendimientos; hay interés de fondos latinoamericanos, norteamericanos, asiáticos y del Medio Oriente”.

“En Venezuela el precio de los activos en compañías que están en sectores como alimentos o productos de cuidado personal es atractivo. La inversión se puede recuperar en tres o cuatro años, es un país que está prácticamente dolarizado y hay poca vocación de controles estatales por el momento”, añade Oscar Doval.

El interés por vender o asociarse no es solo de las empresas privadas. Desde el pasado 12 de octubre el gobierno cuenta con la Ley Antibloqueo que le otorga amplios poderes para privatizar o transferir la gestión de empresas públicas.

La agonía del petroestado

Durante los últimos cien años la economía venezolana giró en torno a la distribución que hacía el Estado de la riqueza petrolera empleando una cantidad excesiva de trabajadores, vendiendo dólares artificialmente baratos que impulsaban el consumo, subsidiando elementos clave como el costo de la energía y contratando a empresas privadas.

Este esquema es cosa del pasado y su fin es la causa principal de que la economía, más allá de áreas específicas, continué sumergida en sectores fundamentales como petróleo, industria y construcción que tienen un peso determinante en el PIB.

Tras años de mínima inversión, fallas de gerencia y corrupción rampante, la producción de petróleo comenzó a caer velozmente en 2017 y en 2019 las sanciones de Estados Unidos aceleraron la debacle. La consecuencia es que el país produce, de acuerdo con las cifras entregadas por el gobierno a la OPEP, 430 mil barriles diarios, el nivel más bajo desde 1935 y 87% menos desde que en 1999 Hugo Chávez inició la era de la Revolución Bolivariana.

El ingreso proveniente del petróleo se esfumó y las perspectivas de recuperarlo en términos relevantes lucen mínimas con Pdvsa, la empresa petrolera del Estado, en situación deplorable y una transición energética a escala global que implica un declive gradual en el consumo de combustibles fósiles.

Las empresas del plástico reflejan la nueva normalidad. La industria del plástico transforma insumos provenientes de la petroquímica y en 2006 el expresidente Hugo Chávez anunció faraónicas inversiones para ampliar la capacidad de la petroquímica en el país. Además, los empresarios del plástico recibieron créditos y divisas baratas con las que importaron máquinas para competir con Brasil, Alemania y Japón en el mercado global.

Pero el gobierno no concretó la ampliación de la petroquímica; Pequiven, la planta existente, opera precariamente y la demanda en el país de los productos elaborados con plástico se desplomó. Actualmente, las máquinas de la industria del plástico trabajan al 15% de su capacidad.

Sin las compras del Estado y sin el impacto en el consumo que tenía el ingreso petrolero el mercado se redujo a su cuarta parte y las plantas de la industria en sectores como metalmecánica, plástico, automotriz y pinturas tienen un tamaño desmesurado.

Luis Vicente León resume que “las empresas dirigidas al consumo de la Venezuela en esplendor del gasto petrolero tienen escalas de plantas que no van a poder utilizar de nuevo. Están en peligro, algunas podrán superar el reto cerrando plantas, produciendo cosas nuevas o exportando. Pero convertirse en exportador no es simple”.

“El sector de la construcción está muy afectado porque no está en el juego, el gobierno está más preocupado por comida y medicinas que de construir una carretera o arreglar un puente. En el futuro puede ser que por la apertura se privaticen todos los sectores de construcción pública”, agrega Luis Vicente León.

Asdrúbal Oliveros considera que “el colapso de servicios esenciales para la producción como el de la energía eléctrica, el déficit de combustible y un sistema financiero enano colocan un techo muy bajo al crecimiento de la economía”.

El dos de febrero Nicolás Maduro afirmó que “2021 debe ser el año del nuevo crecimiento económico, debe ser la consolidación del proyecto Bolivariano”. Por ahora, todo apunta a un sistema donde algunos respiran y la mayoría continúa hundida en la crisis. Mientras tanto, discretamente, el plan socialista se desvanece.

Fijación de precios generará escasez y afectará al sector privado
Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, explicó que la fijación de precios en base al tipo de cambio oficial no beneficiará la producción ni la importación, debido a que el mismo se fija de manera discrecional
Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, advirtió que con la fijación de precios las empresas no tendrán incentivos para producir e importar, una vez que se vacíen los inventarios y los anaqueles

 

@Andrea_GP21 / Foto: Transparencia Venezuela

 

“El efecto de esa medida es muy limitado porque el gobierno no tiene cómo hacer frente desde herramientas económicas para evitar que los precios suban”, consideró Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, sobre la fijación de precios anunciada por la administración de Nicolás Maduro.

Los rubros incluyen la harina precocida de maíz, azúcar, arroz, café molido, atún enlatado, carne de res, leche en polvo, queso duro, pollo, sal de mesa, aceite comestible, entre otros.

Según los anuncios hechos por la administración madurista, los precios fueron anclados al tipo de cambio oficial, que publica el Banco Central de Venezuela (BCV).

Por otra parte, de acuerdo con el listado publicado por el Ministerio del Comercio en días pasados, se toma como moneda para fijar los precios el petro y no el dólar.

Ganar tiempo

Asdrúbal Oliveros explicó que actualmente el gobierno tiene un problema de flujo de caja, lo que afecta su posibilidad de seguir importando alimento. “El no tener divisas y el seguir emitiendo bolívares hace que se presione la tasa de cambio”, dijo

“En un mecanismo para hacer ver que está controlando la situación apela nuevamente a los controles de precios para intentar ganar tiempo e intentar contener el alza. El efecto de esa medida es muy limitado porque el gobierno no tiene cómo hacer frente desde herramientas económicas a evitar que los precios suban”, añadió.

Además, considera esta medida como una “respuesta política” con la que la administración de Maduro busca “dar la sensación de que controlan la situación, de que pueden o aspiran a someter al sector privado y además poner en el sector privado las culpas del problema del alza de precios, que de buscar una solución real”.

 

Por su parte, Luis Vicente León consideró que problemas que se han prolongado en la economía, como la “pulverización de los ingresos” y la desmejora de acciones que mermaron un poco la crisis en el 2019, han generado una “distorsión de la economía”, tomando en cuenta cada gasto que debe tener. Ante esto, se genera una presión al sector privado.

“En su mente controladora (de Nicolás Maduro) todavía cree que lo puede conseguir, básicamente presionando al sector privado. Él siente que es políticamente necesario para evadir su responsabilidad”, señaló León.

A juicio del presidente de Datanálisis, los problemas de la economía son los elementos que lo llevan a buscar unas rutas de control, “deshacerse de culpas y ciertos niveles de estabilidad”.

Golpe a la producción nacional e importación

Oliveros consideró que, a medida que el gobierno imponga precios sin respetar elementos como la naturaleza de los sectores y cómo evolucionan los costos, “va a terminar provocando es que estos productos desaparezcan”, dijo.

“Las empresas no van a tener ningún tipo de incentivo para seguir produciendo e importando y una vez que se agoten los inventarios, los productos no van a volver a los anaqueles”, advirtió.

Para Oliveros, el volver a estas prácticas llevará a situaciones que los venezolanos experimentaron en el pasado: “desabastecimiento, escasez, mercados negros y colas, una situación donde muy pocos van a poder adquirir los productos”.

Entretanto, León recordó que no es primera vez que se aplica un control de precios, que de hecho se ha probado muchas vez en los últimos 15 años, por lo que consideró difícil que los venezolanos crean en esta medida como algo positivo.

“Es difícil para explicarle a la población que tú le estás ofreciendo un control de precios para resolver un problema, cuando en los últimos 15 años le tuviste control de precios que solo tuvieron mayor inflación, pulverización, pérdida de confianza y un problema crítico de desequilibrio económico”, dijo.

 

Asimismo, señaló que aunque para este año se esperaba salir de los niveles de hiperinflación, esto se rompió a causa de la pandemia de COVID-19 y las distorsiones que causa la misma sobre la economía nacional y mundial.

Además, León explicó que este mecanismo de control es distinto a los anteriores, señalando dos puntos fundamentales: “Ha buscado entender cuáles son los precios de la mercancía para que no estén tan debajo del costo de la producción. Logró reconocer algunos precios que no son absurdos como lo fueron en el pasado y los fija en dólares, lo cual por cierto es un reconocimiento evidente de que el bolívar y el petro perdieron todas sus funciones como moneda”.

Sin embargo, tomando en cuenta que los precios son fijados con respecto al dólar oficial explica que este se fija “de manera discrecional”, es decir, un funcionario fija el precio del mismo.

“Si el gobierno deja anclado el precio en dólares al tipo de cambio oficial ¿qué importa que sea fijado en dólares? Ese anclaje divorcia los costos de producción del precio y vuelve a generar problemas de cobertura que impediría que el sector privado cubra sus costos y podría salir del mercado, dejar de importar o no pueda producir y vender y vuelve a generar mercados negros, protecciones paralelas o desabastecimiento”, alertó León.

Y agregó: “No se dan cuenta que los costos en dólares también crecen porque hay una tendencia a la sobrevaluación cambiaria porque los precios internos crecen más rápido que la devaluación del dólar. Al hacer eso podría ocurrir que la compañía se encuentre la oportunidad de incrementar en dólares sus precios”.

Se verá afectado el sector privado que comenzaba a surgir

Para Oliveros, ir contra el sector privado en las condiciones actuales de la economía nacional es “contraproducente” y afecta la poca producción que está en pie.

“En la medida que no se pueda garantizar esto y que lo obliguen a asumir pérdidas o a no poder tener maneras de controlar la reposición de los productos, va a dejar de producir y de importar. Eso va a causar en una menor oferta de productos que termina perjudicando a los consumidores”, señaló Oliveros.

 

A su vez, León consideró que aquella economía que comenzaba a surgir sin regulación está en graves problemas. “Si cae toda la fuente de ingresos que había revivido esos sectores, eso también cae y no solo por la regulación, sino por la realidad de la crisis”, explicó.

“No creo que el problema básico sea el control, pero complica o limita aún más la capacidad del sector privado, que es el único que puede garantizar abastecimiento y reactivación en la economía venezolana”, puntualizó León.

Lecciones de ajedrez para una partida impredecible

@franzambranor / Ilustración Mayerlin Perdomo 

 

“En el ajedrez como en la realidad, es necesario analizar, descartar, organizar el pensamiento, comprender las acciones que pueden ocurrir, tener soluciones preparadas, saber concluir y estudiar todas las variantes posibles, ser capaz de hacer de la necesidad una virtud y entender las facultades del adversario para darles la vuelta en beneficio propio”.

Así reza un extracto del libro del ex campeón mundial de ajedrez, el ruso Garri Kásparov, quien luego de retirarse de la competición deportiva se dedicó a la política y actualmente es un férreo opositor al gobierno del presidente, Vladimir Putin.

Con la situación política actual venezolana se puede hacer una analogía con una partida de ajedrez, especialmente después del 23 de enero, fecha en la que Juan Guaidó se proclamó presidente interino de la República.

El juego va por la mitad

Para Fidel González, presidente de la Federación Venezolana de Ajedrez, el juego está en la mitad. “El 23 de enero, la oposición o Guaidó dio un golpe táctico fuerte”, dijo.

Con golpe táctico, González se refiere a un movimiento especial cuyo objetivo es quitar piezas al adversario, mejorar la posición o facilitar el jaque mate.

A juicio de González, el pasado 23 de enero la oposición inició una combinación de movimientos con la intención de neutralizar a su rival y obtener una victoria. Regularmente las combinaciones constan de 12 o 13 movimientos.

“Tanto en el ajedrez como en la política hay un objetivo que es ganar y para ello se deben hacer varios movimientos, algunos se piensan con antelación. También hay que estudiar los movimientos del rival”¨, argumentó González.

Gobierno jugó duro las piezas el 23F

“Por supuesto que la política siempre se podrá comparar con una partida de ajedrez porque es un conflicto de poderes”, señaló Luis Vicente León, director de la empresa Datanálisis. “El objetivo definitivo es ver cómo terminas de sacar del tablero al rey que en este caso es Nicolás Maduro”, agregó.

Para Félix Seijas, director de la empresa encuestadora Delphos, el gobierno optó por jugar duro el pasado sábado cuando impidió el ingreso de la ayuda humanitaria. “Lo que hizo fue retar a la comunidad internacional diciéndole que estaba dispuesto a enfrentar sus amenazas o que simplemente no las creía. El objetivo mayor de la oposición el 23 de enero no se alcanzó, que era producir la fractura definitiva en el estamento militar”, dijo.

El que se demora, pierde

Según el presidente de la Federación Venezolana de Ajedrez, Fidel González, el comienzo de la partida entre gobierno y oposición ha sido vertiginoso, pero podría caer en una ralentización, dependiendo de la estrategia de los jugadores.

“En el ajedrez el tiempo también es importante, no te puedes tardar una eternidad haciendo una jugada, hay un tiempo estipulado y si te demoras en reaccionar…pierdes”, dijo González.  

Quien juega primero tiene ventaja

Para González, la oposición tiene la iniciativa en el juego de ajedrez por el poder. Es el oponente que plantea una estrategia más definida. El gobierno de Nicolás Maduro solo se dedica a responder las jugadas.

“En el ajedrez también hay uno que juega primero y plantea una estrategia y otro que copia. Regularmente ese que juega de último pierde, porque el que juega primero tiene un movimiento de ventaja siempre”, dijo González.

Peones versus torres y alfiles

“Las piezas que tiene Maduro son perfectamente identificables y allí destacan los militares que podrían ser los caballos, los alfiles e incluso las torres. El objetivo fundamental del adversario es quebrar esa fuerza de contención que protege al rey para poder hacer jaque mate”, dijo Luis Vicente León. “Maduro tiene esas fichas de su lado y las está moviendo. Tiene muy pocos peones que en esta caso representan al pueblo. Los peones por definición son más, pero su capacidad de movimiento y acción son menores. Guaidó tiene más peones, pero no tiene las fichas del juego militar”, agregó León.

Para González la oposición está en desequilibrio material porque tiene menos piezas fuertes como consecuencia de inhabilitaciones y gente en el exilio, pero posee a un jugador con una estrategia.

“Guaidó podría usar caballos, alfiles y torres de otro tablero, de un tablero internacional. Son piezas obviamente más fuertes que pueden aniquilar con rapidez al adversario”, sentenció León.

No necesariamente se gana con jaque mate

Advierte Luis Vicente León que en el caso venezolano, el juego no necesariamente podría terminar con un jaque mate. “Puedes sacar al rey por la fuerza con los caballos y alfiles y dejar un conflicto interno donde reine la anarquía. La partida puede seguir sobre un tablero distinto, el de la guerra asimétrica. Se puede plantear un conflicto incluso más largo”.

Para Fidel González la comunidad internacional igualmente juega en la contienda. “Las sanciones a funcionarios del gobierno Maduro son claro ejemplo”, manifestó.

Las piezas internacionales pesan

“El peso de las acciones se traslada casi en su totalidad al ámbito internacional, con lo que los aliados estén dispuestos a hacer. Estos deben comenzar a concretar las amenazas que venían poniendo sobre la mesa. Si la comunidad internacional no responde, el juego se vuelve cuesta arriba para la oposición. También Guaidó deberá extender puentes más atractivos de salida al sector militar”, dijo Félix Seijas.

Aunque en el ajedrez moderno las reglas indican que cada jugador tiene 90 minutos para toda la partida, más 30 segundos por cada jugada, una contienda sin normas podría decantar en una similar a la de Kasparov contra un grupo de aficionados, en 1990: cuatro meses y concluyó con la victoria agónica del ruso tras 62 movimientos.

Deseos no preñan, el refrán que se apega a las encuestas en Venezuela
La elevada abstención en la pasada elección presidencial echó por tierra los pronósticos de empresas de sondeo
Datanálisis reconoce que erró en el margen entre Henri Falcón y el ganador Nicolás Maduro
Directivos de encuestadoras alegan que era cuesta arriba predecir un resultado debido a que la elección no fue competitiva

 

@franzambranor

SI BIEN LA ABSTENCIÓN era un fenómeno esperado por las empresas encuestadoras, la desolación que se vio en la mayoría de los centros de votación durante la jornada electoral del pasado 20 de mayo hizo que los pronósticos se estrellaran contra la cruda realidad.

Félix Seijas, director de la encuestadora Delphos dijo el pasado 12 de abril, en un foro organizado por Ecoanalítica que si los venezolanos votaban ese día en unas elecciones presidenciales, 25% lo haría por Henri Falcón, 22% por Nicolás Maduro, 8% por Javier Bertucci, 22% se abstendría y 23% no sabía.

Para el 26 de marzo, la empresa Consultores 21 reveló un sondeo en el que Falcón (28%) superaba por más de ocho puntos a Maduro (19,6%) en la intención de voto, los indecisos se ubicaban en 22,9% y los abstencionistas en 14,1%.

Otras firmas como Consulting Services (ICS) daban a Maduro como rotundo ganador con 55,9%, seguido por Falcón con 24,4% y Bertucci con 16,2%. Mientras Consultores 30.11 colocaba a Maduro arriba en las preferencias con 48,4%, a Falcón le concedía 36,3%  y a Bertucci 11,7% en un estudio llevado a cabo llevado a cabo entre el 26 de abril y 6 de mayo.

Dos semanas después y según cifras emitidas por el Consejo Nacional Electoral, Maduro fue reelecto presidente de la República con 6.190.612 votos, es decir con 67% de la participación de 9.132.655. Falcón obtuvo 1.917.036 votos (20.93%) y Bertucci 988.761 (10,82%).

Algunas empresas como Datanálisis, que anunció una concurrencia cercana a 40%, estuvo cerca a los niveles de participación emitidos por el CNE de 46,02%. Sin embargo el ausentismo en los centros de votación superó cualquier pronóstico, pese a que se esperaba una abstención por buena parte de la población.

Las encuestadoras justifican que los resultados del 20M discrepen de los números previos porque no había forma de vaticinar la cifra de participación que podía producirse. Ademas había que tomar en cuenta la escasa credibilidad en el CNE y las múltiples irregularidades que se denunciaron el día de la elección.

A juicio de Félix Seijas, el resultado del evento llevado a cabo el pasado 20 de mayo no significa que las encuestas hayan fracasado, por el contrario es la prueba de que Maduro posee un techo inferior a 30% y que quienes se abstuvieron de acudir a las urnas incidieron en el destino del candidato opositor Falcón.

Para el director de Delphos, la volatilidad es un elemento que incidió directamente en el más reciente episodio electoral en Venezuela. “La encuesta es un mecanismo de investigación muy sensible. En los sondeos hay un aspecto cuantitativo y otro cualitativo, uno no va sin el otro, sin la emotividad se está viendo la película a medias. Una persona pudo decir que tenía intenciones de votar, pero el día de la elección se levantó de la cama, no vio a nadie en los centros y eso le desestimuló”.

Seijas sostuvo que el voto en Venezuela es como una especie de virus que se propaga y en esta ocasión esa epidemia fue detenida por la convocatoria a no votar emitida por la Mesa de la Unidad Democrática y el Frente Amplio Venezuela Libre.

El presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, manifestó que hubo una mala interpretación de las encuestas porque la gente optó por la alternativa simple de hacer una sumatoria entre quienes estaban seguros de ir a votar, estimados en 31%, con el 30% de los que manifestaron la intención de concurrir a sufragar.

“Nunca dijimos que para estimar participación se sumaban los muy dispuestos con los dispuestos a votar, eso es como mezclar peras con manzanas”, enfatizó León.

El responsable de Datanálisis aseguró que no había forma de predecir con seguridad la participación en las pasadas elecciones y de eso iba a depender el resultado.

“Una encuesta arroja resultados muy distintos si consideramos la población general, sólo potenciales votantes o seguros a votar. En el pasado la correlación de resultados era con los muy dispuestos, pero esta elección fue atípica”, agregó.

Seijas indicó que en las tres últimas elecciones presidenciales (2006, 2012 y 2013) había votado 79% de los ciudadanos, un descenso drástico en comparación con las  de 2018.

“Mi impresión es que fue menos gente a votar de lo que incluso se dijo. Mientras menos fuera la participación más fácil era que Maduro ganara”, indicó Saúl Cabrera, directivo de Consultores 21, quien sentenció que basados en una encuesta hecha en marzo estimaban una participación cercana a 30% del registro electoral, pero luego de que se anunciase  una candidatura opositora esa cifra subiría dependiendo de la empatía del elector con esa figura y de la confianza en el proceso.

“La gente espera que haya al menos condiciones normales para votar, pero el gobierno irrespetó incluso todos los acuerdos que suscribió con los candidatos opositores y sus aliados internacionales. Hubo puntos rojos, publicidad excesiva, cadenas presidenciales, presión a empleados públicos, promesas de pago con el escaneo del carnet de la patria y pare usted de contar”.

Para Seijas, el fenómeno de la abstención es diverso y en el hemisferio se da en algunas ocasiones porque los ciudadanos consideran que la institucionalidad es elevada en sus países y se sienten confiados. “En Venezuela es totalmente contrario, el árbitro no transmite imparcialidad”.

Seijas también recalcó que la desconexión con la oposición pasó factura en estos comicios. Según Delphos, de 35% de apoyo duro que poseía el bando opositor en el primer semestre de 2017, hoy en día se ubica en 10%.

“La desconfianza en el liderazgo opositor, especialmente después de la elección de la asamblea nacional constituyente hizo que la disposición a votar se hiciera aún más volátil. El 20 de mayo pudo haberse presentado cualquier escenario, incluso un ambiente pro voto de última hora, pero sucedió el más previsible y perjudicial para la oposición”, confesó.

“Con una abstención elevada el mayor perjudicado iba a ser la oposición porque la misma MUD estaba llamando a no votar. La probabilidad de triunfo opositor, al menos en número de votos ejercidos, es directamente proporcional a la participación”, completó Luis Vicente León.

Cómo predecir lo impredecible

Luis Vicente León de Datanálisis alertó que una encuesta puede evaluar la intención de voto de un elector, pero no  medir las denuncias de fraude y ventajismo.

“Si la misma gente dice  que la del 20M no fue una elección competitiva ni democrática, entonces cómo una encuesta puede dar un resultado aproximado a la realidad. Entre las encuestas y el hecho de votar ese día habían tres elementos distorsionadores: la presión oficial, la dependencia económica y el miedo por saber por quién votó la gente”.

“Una cosa es lo que dicen los sondeos de opinión y otra es lo que arroja el CNE, lo cual es una dificultad muy grande para los encuestadores”, añadió Cabrera.

El director de Consultores 21 asegura que en condiciones normales, una encuesta debería ser capaz de arrojar un resultado cercano a la realidad. “Pero aquí tenemos que enfrentarnos a que el día de las elecciones hay denuncias de voto asistido o  que existe una maquinaria buscando gente para votar a última hora, nada de esas cosas se pueden tomar en cuenta con antelación”.

A juicio de Seijas, una estadística si quedó clara en la pasada elección presidencial y es que Maduro tiene un techo difícil de rebasar.

“Posee un tope de 27% y de ahí no va a subir y eso resulta de  75% que lo detesta y que jamás votaría por él. Por eso se empeña en no perder ese porcentaje y de ahí viene la iniciativa de ‘dando y dando’, cuyo mensaje es que si no votas por mi vas a sufrir más de lo que ya estás sufriendo para poder alimentarte”.

Por otro lado, León dijo que el apoyo a Falcón estuvo por debajo de lo que estimaba Datanálisis.

“La votación estimada de Falcón era mayor. Obviamente no se esperaba de ninguna manera su triunfo con alta abstención, eso es un absurdo. Pero la diferencia era mucho menor, lo que puede deberse al desgano por parte de sus seguidores o al manejo de mesas sin testigos el día de la elección”.

Le falta aceite a esa maquinaria

Cabrera de Consultores 21 expone que si bien Maduro se frotó las manos la noche del 20 de mayo celebrando «su victoria», al motor electoral de los partidos Somos Venezuela, Psuv y demás aliados le faltó potencia para remolcar a sus simpatizantes.

“Los dispositivos para amarrar el voto fallaron. , Hablamos del  propio gobierno que dice que entre 14 y 15 millones de personas poseen carnet de la patria y 7 millones tienen el del Psuv. ?Dónde está ese apoyo?”, se pregunta el encuestador.

Seijas sostiene que si bien cada vez más personas dependen de las dádivas del gobierno como las cajas y bolsas de los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), esos mecanismos han perdido fuerza a la hora de movilizar en función de favorecer una tendencia electoral.

“La gente siente que cada vez son menos atractivos y esto tiene que ver con la frecuencia, la calidad y con que utilizan todos esos beneficios como un chantaje electoral”.

Para Seijas la expectativa es determinante en campañas electorales. “Nadie vota por lo que le diste, sino por lo que le vas a dar. Hay gente que piensa que mientras Maduro se mantenga en el poder hay una esperanza de cristalizar el sueño de Hugo Chávez. Si Chávez compitiera hoy en una elección, volvería a ganar”.

La oposición y la ruta que no consiguen

Según León, no hay que ser un erudito para saber que la mayoría desea que haya un golpe de timón y el país se enrumbe hacia una eventual prosperidad.

“75% de la población quiere cambio, el problema es que no estaba convencida de votar el pasado 20 de mayo”, alertó.

“Cuatro de cada 10 personas piensa que las elecciones regionales se perdieron por la parcialidad del CNE”, expresó Cabrera de Consultores 21.

Paradójicamente, Cabrera indicó que el voto sigue siendo considerado como la principal arma de cambio para el venezolano.

“La gente quiere alterar la realidad que está viviendo actualmente de la manera más fácil, lo más incruento posible, algo que genere el mínino de angustia y eso solo se puede a través de una elección”.

Para Seijas, el clima de volatilidad empezó a incidir en la participación desde los comicios regionales de octubre de 2017.

“En el caso del estado Miranda, Carlos Ocaríz bajó una ventaja de 20% sobre Héctor Rodríguez a 11% en las últimas dos semanas y allí imperaron tres cosas: el oficialismo hizo una buena campaña -eso no hay que negarlo-, la expectativa positiva de que a Rodríguez si le iban a dar los recursos y por supuesto los mecanismos de presión, chantaje y ventajismo”.

Cabrera indicó que los candidatos de oposición que obtuvieron la victoria en las pasadas elecciones regionales, era porque estaban ganando las encuestas con una ventaja de al menos 20 puntos. “Ya está claro que en Venezuela para que la oposición pueda ganar una elección, la diferencia tiene que ser al menos de 10 puntos caso de Andrés Velásquez es la muestra de que ni teniendo actas en la mano, no hay garantías de que  el CNE vaya a adjudicar el triunfo”.

“La íltima encuesta sobre  Falcón en Lara lo daba ganador por 6 puntos, pero allí no pudieron recoger todas las actas, hubo amedrentamiento de miembros de mesa y entonces salió airosa Carmén Meléndez”

Afuera también se equivocan

No solo en Venezuela el resultado de las encuestas no coincide con la realidad posterior a una elección. También existen casos como el de Violeta Chamorro, quien sorpresivamente ganó la presidencia de Nicaragua en 1990 con 54,7% de los votos; la salida del Reino Unido de la Unión Europa a través del Brexit en 2016; el plebiscito sobre los acuerdos de paz en Colombia y la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, ambas también en 2016.

“Las encuestas son muy sensibles a los hechos de opinión y lo vimos recientemente en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Colombia. Uno veía al candidato de la Coalición Colombia, Sergio Fajardo acercándose a Gustavo Petro (Colombia Humana) poco a poco, tal vez si la campaña hubiese durado una semana más Fajardo hubiese llegado en segundo lugar en las votaciones y concurrido a segunda vuelta con Iván Duque (Centro Democrático) en vez de Petro”, dijo Cabrera de Consultores 21.

“Esto no es un fenómeno nuevo, las encuestas son una fotografía de un momento y a veces no coinciden con el momento de las elecciones. Han ocurrido triunfos inesperados como el de José Luis Rodríguez Zapatero en España en 2004, a quien nadie lo daba ganador. Incluso acá en Venezuela cuando Luis Herrera Campins se impuso a Luis Piñerua Ordaz en los comicios presidenciales de 1978”, sentenció León.

“En Estados Unidos es incluso más complejo porque hay colegios electorales, los estudios estuvieron bastante bien hechos, pero nadie se encargó de hacer esa medición cualitativa a la que me refiero”, indicó Seijas.

“Efectivamente Hillary Clinton sacó más votos totales que Trump, pero Trump ganó en más colegios electorales y en tres estados donde había empate técnico. No es que las encuestas se equivoquen, es que todos estos eventos han pasado uno detrás de otro”.

Encuestas de maletín

Félix Seijas, director de Delphos, no se atreve a decir si en Venezuela existen encuestadoras que tienden a favorecer una opción por conveniencia económica o incluso ideológica, lo que si aseguró es que hay empresas que aparecen solo en periodos electorales y posteriormente se esfuman.

El principal capital de este tipo de negocios es la confianza y eso se gana con el tiempo, un cliente que se percate que hay inconsistencias o que existe una tendencia que favorece cierto tipo de parcialidad, no te va a contratar más”, expuso.

“Un excelente indicador para saber si una encuestadora es fiable es el tiempo que tenga en el mercado y la cantidad de clientes”.

Encuestadores y economistas coinciden: sin cambio no hay salida del foso
Según Delphos, si las elecciones presidenciales se hicieran hoy, Henri Falcón obtendría 25% y Nicolas Maduro 22% de los votos
Datanalisis maneja popularidad de entre 15% y 20% para el presidente en marzo de este año. La Iglesia es la institución que aglutina mayor aprobación en la sociedad con 62%, seguida de la empresa privada con 55%
Consultores 21 considera que 7 de cada 10 venezolanos evalúa negativamente al gobierno y a la par tiene Carnet de la Patria
Ecoanalítica teme la posibilidad de un embargo petrolero, cree que portales de referencia sobre precio del paralelo seguirán proliferando y estima que un millón de venezolanos están enviando remesas al país desde el extranjero

 

@franzambranor

CADA UNA DE LAS PALABRAS QUE SALÍAN de la boca de los ponentes hacía que los asistentes arrugaran la cara. Cifras, estadísticas y proyecciones negativas iban y venían. No había manera de percibir con optimismo las conclusiones de encuestas y análisis en el foro “El embargo viene ¿Cómo sobrevivir?”, organizado por Ecoanalítica y realizado este jueves en Caracas.

Durante casi 5 horas y en un salón repleto, una audiencia ávida de descifrar la manera de salir ilesa de la crisis económica, política y social de Venezuela escuchó con atención a encuestadores y a expertos financieros. Los ponentes no descubrieron el “agua tibia”, pero desempañaron un poco el vidrio de la realidad y ofrecieron tips para levantar el espíritu y tolerar los embates de una galopante e inclemente inflación.

Para abrir el evento, Saúl Cabrera de Consultores 21, estuvo a cargo de la ponencia “El valor del voto en una democracia”, una exposición que perfectamente pudo llamarse “7 de cada 10”.

Según las encuestas de Cabrera, esta es la proporción de los que evalúan negativamente al gobierno, los mismos que tienen Carnet de la Patria, los que piensan que es mejor votar que abstenerse y los que consideran que la situación económica no va a mejorar.

“80% considera que el principal problema es económico, mientras que 83% piensa que el país no está progresando”, dijo para romper el “7 de cada 10”.

A juicio de Cabrera,  4 de cada 10 venezolanos afirma que no come tres veces al día, misma proporción que recibe algún tipo de ayuda económica del gobierno y está seguro que las pasadas elecciones regionales se perdieron por la parcialidad del Consejo Nacional Electoral. “Es importante también decir que 8 de cada 10 encuestados cree que se debe pedir ayuda humanitaria”.

Pasando a materia electoral, Cabrera alertó que 82% votaría si hay condiciones confiables, de ese universo, 55% lo haría por el candidato de la oposición.

Pero los dígitos varían entre los que están seguros de ir a votar el 20 de mayo: 36% afirmaron que irán a sufragar; de ellos, 56% lo haría por Maduro y 40% por Henri Falcón.

Tanto Maduro como el CNE continúan teniendo un rechazo notable. “64% cree que el presidente debería irse, 66% expresa desconfianza en su gestión y 60% no se fía del órgano electoral”, indicó Cabrera.

¿Chávez vive?

Buena parte del auditorio suspiró, exhaló, silbó, abucheó o hizo cualquier tipo de sonido cuando Félix Seijas de la encuestadora Delphos dijo que más de la mitad del país quisiera que el presidente Hugo Chávez estuviese vivo.

“Y aquí obviamente hay una buena cantidad de opositores que creen que el fallecido presidente no hubiese dejado que sucediera esta calamidad por la que estamos atravesando”,   afirmó.

El estadístico mostró un cuadro donde se apreciaba que 43% creía que la situación del país estaba mejor antes que Chávez, 42% durante el mandato del llamado “padre de la revolución” y apenas 5% en el gobierno de Maduro.

Con respecto a los comicios presidenciales dijo que si las elecciones se hicieran hoy Henri Falcón obtendría un 25% de respaldo, Maduro un 22%, Javier Bertucci un 8%, 22% no votaría y 23% no sabe.

Ante la pregunta de si vale la pena votar, 45% dijo que sí, 38% que no y 17% no tiene idea. “Ahora, ¿qué sucede si votamos sin barreras, con condiciones en teoría favorables para todos? 53% lo haría por la oposición, 27% por el Psuv, 11% no sabe y 9% no votaría”, expuso Seijas.

Sentenció que la desactivación del voto contra Maduro radica en la desconfianza en el árbitro electoral y en el liderazgo político opositor. “La verdadera batalla no será tanto en los comicios, a mi juicio está en torno a la legitimación o deslegitimación del bloque de poder”.

Advirtió que el chavismo pasó de ser un régimen autoritario competitivo a un totalitarismo explícito.

También señaló que las consultas revelan un deseo predominante en la gente de recuperar la normalidad.

Estallido social puertas adentro

Cerró el foro de encuestadores Luis Vicente León. Con su frontal y entusiasta manera de dirigirse al público, el presidente de Datanalisis dijo que las sanciones a Maduro y sus funcionarios podrían causar una implosión dentro del chavismo.

“Las sanciones son la única amenaza creíble que tiene hoy en día la oposición contra Maduro”, dijo.

Consideró que independientemente del resultado de la votación del venidero 20 de mayo, es poco probable que Maduro se relegitime en el poder.

“Maduro se dio cuenta de que Chávez ya no es un portaaviones y por ello el intentó ‘madurizar’ a la revolución. Aquí el dilema no es votar o dejar de hacerlo, el dilema es si acudir unido con una estrategia”. León informó que 75% del país quiere cambio, pero no está convencido de votar.

Enfatizó que para marzo de este año, fecha del más reciente estudio de Datanalisis, Maduro tenía una popularidad entre el 15% y el 20%.

“Maduro sigue teniendo algo de popularidad en la región, por debajo en aceptación están los gobiernos de Michel Temer (Brasil), Juan Manuel Santos (Colombia) y Enrique Peña Nieto (México)”, indicó Leon.

“Tenemos un 98,1% de la población que siente que el país está mal o muy mal, eso por supuesto afecta las inversiones y el consumo”.

Para el analista, la primera ola de emigración que se produjo en Venezuela fue de empresarios, luego vinieron los profesionales y ahora la base de la pirámide social.

“Un 34,7% de la gente expresa deseo de emigrar, 42,8% posee sentimientos de tristeza y más de 30% de frustración”.

A León le pareció curioso que en una nación donde el Estado promueve el socialismo y las doctrinas de izquierda, los sectores con más aprobación sean la iglesia con 62% y el empresarial privado con 55%.

Luego de los lapidarios escenarios que plasmó el analista, los asistentes fueron por cafe. En la cola por el guayoyo, marrón o con leche se escuchaban comentarios de resignación de cara a la venidera jornada electoral. “Eso está cantado, el asunto es que vamos a hacer, no podemos quedarnos paralizados”, reflexiono un estudiante de economía mientras engullía una de las empanaditas que se esfumaron de las bandejas en cuestión de minutos. “Solo nos queda lo que se pueda hacer desde afuera como dijo Luis Vicente, porque de acá ya lo hemos intentado todo”, salió al paso otro.

Solidaridad para mitigar crisis

Entre encuestadores y los economistas, Roberto Patiño de Alimenta la Solidaridad y Caracas Mi Convive fue un oasis, un descanso ante la retahíla de cifras y análisis negativos de un país con una economía de guerra.

Patiño señaló que Alimenta la Solidaridad surgió de una iniciativa para dar de comer a niños en la zona alta de La Vega, al Oeste de Caracas, durante el periodo de vacaciones escolares de 2016. “Y afortunadamente continúa. Un niño que no come es alguien que no va a poder ser una persona de provecho en el futuro. Tenemos que actuar. Ser indiferente ante la crisis solo la agudiza”, dijo.

El promotor social indicó que desde el inicio del programa se han repartido alrededor de 250 mil platos de comida. “Hemos tenido la colaboración de las embajadas de Alemania y Francia, hay mucha sensibilidad en el mundo con el hambre que se está pasando en Venezuela”.

Peligro de embargo

A Alejandro Grisanti, director de Ecoanalítica y principal anfitrión del evento le tocó hablar de uno de los escenarios más espeluznantes. En su alocución asomó la posibilidad de que Venezuela sea blanco de un embargo petrolero.

“El problema con el gobierno es que no paga sus deudas desde noviembre del año pasado”, alertó.

Según Ecoanalítica la deuda externa se ubica en 160 mil millones de dólares, cantidad que será difícil de pagar especialmente con una caída en la producción de crudo y sin la posibilidad de poder reestructurarla. “Es imposible modificarla en medio de un escenario de sanciones”.

“De 2014 a 2018 hemos perdido 600 mil barriles de petróleo en capacidad productiva. Hoy estamos produciendo lo mismo que en 1950, cuando había 7 millones de personas en el país. Esa producción que perdimos nos va a llevar cinco años recuperarla”.

Grisanti señaló que en 1998 Pdvsa producía cerca de 3 millones de barriles de crudo diarios, hoy en día esa cantidad bajó a un millón, lo que coloca a Venezuela a la par de países sin tradición petrolera como Colombia.

Lejos del discurso antiimperialista de Maduro y el desmarcaje con la administración de Donald Trump, Grisanti afirmó que Venezuela hoy más que nunca depende del gobierno estadounidense en materia petrolera.

A la hiperinflación no la combate nadie

El socio de Grisanti en la firma Ecoanalítica, el veterano economista Pedro Palma, dijo que nadie entiende por qué el gobierno no adopta política alguna para combatir la hiperinflación.

“Una de las peores consecuencias de la hiperinflación es la caída de los salarios reales y el incremento de la pobreza. Este fenómeno es una reacción a varios aspectos, entre ellos el financiamiento del Banco Central de Venezuela a Pdvsa, la creación masiva de dinero inorgánico y la escasa oferta de bienes y servicios”.

Palma enfatizó que ningún país ha tenido una hiperinflación permanente. “Han cambiado los gobiernos o estos modificado su política económica porque es insostenible”.

Agregó que para combatir el proceso hiperinflacionario hace falta sincerar el precio de los servicios públicos, privatizar empresas a nombre del Estado, eliminar el sistema cambiario y devolver la autonomía al BCV.

Para Palma, de no tomarse alguno de estos correctivos la nueva reconversión monetaria será un mero efecto cosmético.

Tasa paralela en distintas presentaciones

Al más joven de los ponentes, el economista Asdrúbal Oliveros, le correspondió analizar el tema más atractivo de la jornada y el que mueve la fibra del ciudadano común: el mercado cambiario y sus repercusiones en las finanzas.

Oliveros comenzó diciendo que la proliferación de páginas web que ofrecen un precio del dólar paralelo va a continuar. “Eso no es algo nuevo, antes tambien existian esos portales, el asunto es que ya uno dejó de ser la referencia exclusiva. No hay manera que la moneda estadounidense baje su cotización en esta coyuntura”.

Sentenció que las personas con acceso a divisas extranjeras serán la únicas con resistencia en esta crisis de largo aliento. “En Venezuela, un dólar rinde casi tres veces más que en el exterior”.

Olivares sentenció que hay una especie de dolarización informal porque se perdió la referencia en bolívares. “La escasa importación del sector privado se hace a tasa paralela. De hecho, 97% de los productos traídos del extranjero este año se regirán por el precio de esa divisa fluctuante”.

El economista manifestó que el menudeo ha venido escalando. “83% de las adquisiciones de dólares en 2010 provenían de empresas privadas, hoy en día la compra de divisas por parte de individuales ascendió a 50%”.

“1.138 millones de dólares que se movieron en el mercado cambiario en 2017 (42,9% de las transacciones) fueron por concepto de envío de remesas y menudeo. Puede que un millón de venezolanos que viven en el exterior estén mandando divisas al país”.

Alertó que en este 2018, el sector privado está operando por debajo de 30%. “Me impresiona el hecho de que los privados se encuentren rezagados en materia cambiaria y de inflación, parece que no han entendido la dimensión de lo que está sucediendo”.

Cree que después de mayo pueda agudizarse una seguidilla de malas noticias: importaciones privadas ligadas al paralelo, crisis en los servicios públicos y de combustible, aunado al incremento de la escasez de bienes.

Oliveros cerró la maratonica sesion respondiendo a la pregunta de un asistente (por supuesto anónimo) que quería saber si debía invertir 100 mil dólares que posee en Venezuela.

“Si es el único dinero que tienes disponible, no lo creo conveniente. De lo contrario, es buen momento de comprar inmuebles por ejemplo o trazarse una estrategia a largo plazo en función de una posible recuperación económica en Venezuela”.

Posterior a responder preguntas del público presente, algunas persiguiendo una especie de esperanza, los economistas estrecharon manos, dieron palmadas en el hombro a espontáneos y sonrieron, como aquel que se aferra al refrán de “al mal tiempo, buena cara”. El salón se vació y las luces se apagaron, pero el espíritu combativo de los venezolanos se encendió pese a unas estadísticas que con un mínimo de voluntad pueden revertirse.

Este #1Mar se realizará el seminario Perspectivas VenAmCham 2018: Expectativas ante la Realidad Venezolana

VEnamCham

 

 

La Cámara Venezolano-Americana de Comercio e Industria realizará Seminario de Perspectivas VenAmCham 2018, Expectativas ante la Realidad Venezolana, con la participación de significativas personalidades que tratarán temas de interés económico y político. La actividad busca ofrecerle a los presentes herramientas que puedan fomentar nuevas estrategias, ayudando a sobrellevar la fluctuante situación del país.

El evento tendrá en su programa las presentaciones individuales de Luis Maturen, CEO Datos Group, la destacada Economista Tamara Herrera, el Consultor en Planificación Estratégica Leonardo Buniak y el economista Luis Vicente León, Presidente de Datanálisis. La Moderación del evento estará a cargo del Presidente de VenAmCham, German Toro. Por su parte, Luis Vicente García, Gerente General de la Cámara, ofrecerá los resultados de la encuesta “Perspectivas Económicas”.

Con un nutrido contenido para enfrentar los posibles escenarios económicos de este año, el Seminario Perspectivas VenAmCham 2018 está dirigido a orientar a las organizaciones, empresarios, gerentes y público en general a desarrollar e implementar conocimientos y herramientas luego de las ponencias “Mercado y el consumidor”, “Escenarios Hiperinflacionarios”, “El venezolano en la incertidumbre” y “Análisis Estratégico 2018”. El seminario busca, además, impulsar las relaciones y el Networking entre los asistentes.

Por último, la actividad contará, por primera vez, con un destacado grupo de panelistas quienes hablarán sobre Las Realidades del Talento Humano en Venezuela. El panel estará conformado por: Iván Acosta, Director General de PGA Group, Juan Carlos Pró Rísquez, Socio de Norton Rose  Fulbright y Maribel Meneses, Vicepresidente de Recursos Humanos de Telefónica.

El seminario se llevará a cabo el día jueves 01 de marzo, a partir de las 8:00 am, en la Quinta la Esmeralda, Caracas.