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Orlando Viera-Blanco Nov 03, 2020 | Actualizado hace 4 semanas
El alma que ríe
Mientras más grande, misteriosa y desconocida es nuestra epopeya, más libre, desafiante e indómita es nuestra conciencia

 

@ovierablanco

Quería escribir unas notas alusivas a nuestra gestión a casi dos años de nuestra designación y uno de nuestra acreditación como embajador de Venezuela en Canadá. Pero al postear un video en nuestras RR. SS., me encontré esta nota de Marlene: “Estimado Orlando, solo el tiempo dirá si tu gestión fue efectiva y si en realidad se logró algo con tu participación y protagonismo. Lo que no me parece coherente es que lo único que he visto durante todo este tiempo que le he seguido ha sido la sonrisa de oreja a oreja […] A menos que detrás de la sonrisa haya algo más que no sabemos. ¿Será que tendremos respuesta?” Fin de la cita.

No pretendo asimilarme al ‘hombre que ríe”, de la monumental obra de Víctor Hugo. No somos Gwynplaine, nacido en el exilio, vendido por 10 libras al rey Jacobo II de Inglaterra, desfigurado por Hardquanonne, médico que le practicó la operación bucca fissa para que siempre aparentara reír. Lo que deseo representar [y replicar] es que, a pesar de la devastación de nuestro pueblo, ríe mi alma espejo de mis más íntimos anhelos, por la felicidad de ser parte de un país que amén de su quebranto, al mal tiempo pone buena cara.

Nuestra misión

En la madrugada gélida del 29/1/19 [cumpleaños de mi esposa] recibo una llamada: “Hola profesor, soy Juan”. ¿Cuál de los Juanes que conozco llama a Gabi para felicitarla a esta hora? De seguida, sentencia: “Le contacto para informarle nuestro deseo de designarle nuestro embajador en Canadá”. Una sonrisa nerviosa atrapó mi rostro…Entre el frío y la noche alcancé a decir: “Bueno, déjeme preguntar a mi esposa cuál es el plan. Pero si acepto, presidente, muchas gracias ¡Qué gran honor!”. Despertaba y comenzaba una de las experiencias más hermosas de nuestra vida, si acaso la más demandante y honrosa.

Días después viajamos a Ottawa. El 4F se reunía el G-Lima, donde el PM Justin Trudeau anunció su reconocimiento al presidente Juan Guaidó, y a un servidor como embajador. Un pronunciamiento que pronto produjo el acompañamiento de 60 países. Sin duda Canadá, EE. UU. y el G-Lima, fueron constructores de este largo peregrinar traducido en una gran ayuda humanitaria, diplomática y política.

Hemos ido por Canadá y el mundo valorando el talante libertario de nuestros compatriotas, su talento virtuoso y la hermandad sincera de otros pueblos. Cada embajador en Canadá -desde el UK a EE. UU. o de Canadá a la Patagonia, incluyendo pueblos africanos y asiáticos- nos han extendido su mano amiga. Cancillería y Protocolo Canadá no han escatimado en darnos soporte y aliento. Han adoptado importantes resoluciones como validar la extensión de pasaportes, prohibir la deportación de venezolanos, crear nuevas instancias de valoración de procesos de refugio, aportar más de 80 MM$ de ayuda humanitaria; ser la bisagra entre América y Europa en la búsqueda de salidas pacíficas a la grave crisis de nuestro país y abrir las puertas cada vez que la tocamos.

No hemos podido pagarles sino con una sonrisa amiga, porque no es mucho más lo que tenemos los embajadores del presidente Juan Guaidó… 

Río porque lucho por ser libre…

Río porque escribo la historia de un país que resiste. Río por estar libre para luchar por la libertad. Río porque me niego que nos despojen nuestra cotidianidad. Río por la alegría que llevo en la alforja de una infancia vivida en la Venezuela que reía de decencia, prosperidad y paz. Río porque no llevo un rostro desfigurado de odio ni resentimientos. Tampoco con sed de venganza. Río porque sé que se hará justicia y llegará el día del reencuentro, el perdón y la reconciliación.

Río para expresar la dignidad y confianza de un pueblo glorioso que no se rinde. Río porque caigo y me levanto, y porque la maldad no tiene rostro de victoria. Río cada vez que veo reír un paisano que, en medio de la nada, te regala su mejor sonrisa, y te dice y te motiva: vamos pa’ lante embajador. Río porque no reír es morir en el intento de dar vida, amor y esperanza, lo cual sería esclavizarse a la derrota. Río sin hipocresía porque nuestro compromiso es ver reír otra vez a Venezuela.

Río Marlene, porque nuestro desafío no tolera llanto ni doblez. Lloro mientras río o río mientras lloro, para que mis manos no vacíen mis lágrimas sino abracen -sonriendo- a quien lo solicita, y no hundirnos en la tragedia. ¡Río por seguir a flote!

Río porque, al final de estos caminos espinosos, lograremos respirar aires de libertad. No tengo nada que ocultar. Menos una sonrisa. No hay cuentas que sacar.

La respuesta está a la vista: es la lucha de todos; la tuya incluida Marlene, que es el derecho y el deber de ser felices. ¡Ríe y deja reír! Tu historia, nuestra historia, no es la de Gwynplaine, l’homme qui rit, de dolor, desarraigo y tristeza, entre el mar y la noche…

Los momentos más felices han sido vivir la felicidad en los labios de nuestra gente. Llevarles una gota de ilusión en medio de sangre, sudor y lágrimas. Siento y sufro a mi país, como lo sufrieron Churchill, De Gaulle o Mandela. Pero su sonrisa afloró y fue la luz en momentos que los apresaba el terror. No alardeaban de ello. Pero luchaban mientras su alma reía de honor, vida, fe y certeza. 

¿Por qué me siento el embajador que ríe? Porque ríe mi alma… Mientras más grande, misteriosa y desconocida es nuestra epopeya, más libre, desafiante e indómita es nuestra conciencia. Como quiero que ría la vuestra. Es el drama del alma que ríe de honor, vida, fe y certeza que seremos libres, entre el mar y la noche… sin miedos y sin tristezas. 

* Embajador de Venezuela en Canadá.

Todos somos embajadores

Todos somos embajadores

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Orlando Viera-Blanco Ago 25, 2020 | Actualizado hace 4 semanas
Confianza
La pérdida de admiración por el otro es perder valoración por nosotros mismos, por lo cual muere el sentido de ciudadanía y de pertenencia.

 

@ovierablanco

En sociología y psicología social la confianza es la creencia que una persona o grupo será capaz  de actuar de manera adecuada en una determinada situación y pensamientos. La confianza se verá más o menos reforzada en función de las acciones y de valores que deben traducirse en logros en sintonía con la prédica. Confianza es coherencia, es consistencia, es determinación. Un tema es la confianza en la psicología social. Otro en la política. Veamos.

En mi padre confío…

Para la psicología social la confianza es una hipótesis, una expectativa positiva. “Voy a contarle todo a mi padre, tengo confianza que me entenderá y me ayudará”. La confianza se refuerza o se debilita si percibo protección o abandono. Si el padre ayuda a su hijo, la confianza se fortalece. Pero si no lo hace o lo hace inadecuadamente lo más probable es que el hijo pierda confianza. Entonces la confianza supone suspensión de la incertidumbre respecto a las acciones de los demás. Cuando alguien confía en el otro puede predecir sus acciones y comportamientos, porque se reconoce a sí mismo (empatía). La confianza simplifica/facilita las relaciones sociales.

Cuando una relación es de confianza y respeto por sentirnos frente a un buen padre de familia, hablamos de reputación. En el último estudio del Instituto de la Reputación, el Dr. Charles Fombrun nos dice quienes figuraron de primeros en su encuesta: Mandela y Federer. Reputación ganada de la confianza que significa altruismo, desprendimiento, disciplina y discreción. La elocuencia no es curricular. Por el contrario, la efusividad puede destruir la confianza.  

Otras personalidades que se han ganado la confianza mundial son: Bill Gates, Warren Buffet, Richard Branson, Steve Jobs, Oprah Winfrey, Bono, Elizabeth II. Confianza que es admiración, que es demostrar buenas relaciones con lo material o con lo espiritual; con los amigos o la familia, y con uno mismo. Quien cuida sus pertenencias sin maltratarlas [conservador], demuestra pluralidad, libertad de credo, comparte en familia o exhibe honestidad, es confiable. 

Siguiendo la línea de Lechner (2002), el capital social sería “el nivel de confianza en las instituciones políticas”. Quienes poseen poco capital social manifiestan fuerte desafección política y no confían en las instituciones. El autor puntualiza que el capital social depende de los contextos culturales predominantes. “Cuando esos imaginarios sociales (tradición) se vuelven precarios, se debilitan las relaciones de confianza y cooperación”.

No es difícil concluir que en Venezuela perdimos nuestro capital social.

“No confiamos ni en el Padre nuestro”. La inmensa desconfianza grupal que registramos tiene su origen en la pérdida de valores culturales e identitarios. No nos sentimos capaces de resolver nuestros problemas y denigramos de aquellos a quienes “inmerecidamente» endosamos nuestra confianza. Y no funciona así. El problema sigue siendo nuestro. La pérdida de admiración por el otro es perder valoración por nosotros mismos, por lo cual muere el sentido de ciudadanía y de pertenencia… 

A partir de ahí nuestra relación con lo material es despreciativa, ruda; despojar, expropiar, expoliar es “normal”. Lo espiritual es sustituido por la violencia y la imposición ideológica, y la amistad pierde su sentido prístino y solidario. Así nuestra autoestima se pulveriza, siendo desplazada por el Estado opresor. Perdemos el sentido de padres e hijos de la patria…

Restaurando la confianza política

Recuperar la libertad y la democracia es participar en los procesos de reeducación social y de restauración de nuestros valores culturales. Es rescatar nuestra memoria histórica, nuestros protagonistas, próceres, talentos; nuestra Alma llanera, nuestro béisbol, la vino tinto o nuestro pabellón. Es reconocer lo que nos honra.

¿Cuáles son los factores de reconstrucción de lo social y de la política? Van der Meer (2017) identifica cinco principales elementos:

 Anticorrupción y justicia,

 desempeño macroeconómico,

 instituciones electorales limpias,

 socialización política y

 confianza generalizada.

El primero de los factores (corrupción) se ataca con justicia. Es sembrar sentido de intolerancia por la apropiación indiscriminada del Estado (Tanzi, 1995; citado en Begovic, 2005). La percepción de justicia es la actuación imparcial de la burocracia que evita privilegios y hace posible una vida libre y cooperativa (Rohtstein y Teorell, 2005). La prosperidad ciudadana (Knox Lovell y Turner, 1995) es fundamental. La calidad de los procesos electorales (Van der Meer, 2017) es transparencia y soberanía. La socialización política es formación de individuos capaces. Y la confianza generalizada es concretar ciudadanos educados.

Los pueblos derrotan la tiranía cuando derrotamos “al tirano” que llevamos por dentro. La educación es capacidad de discernimiento decíamos, que es cultura, que es procesar información calificada, que es acción confiable. Un ejercicio de humildad y elevación social que nos devuelve la confianza grupal y el sentido de nación. Así hacemos que las cosas pasen y funcionen. No que nos las hagan o nos las impongan.

Recuperar la confianza es vital. Y recuperarla en el prójimo o en el líder, es recuperarla primero en nosotros mismos. Ese día todo pasa y todo acaba, por tener de vuelta a los padres y los hijos de la patria.

* Embajador de Venezuela en Canadá

 

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

DDHH olvidados | Morir de hambre esperando la libertad

 

@ValeriaPedicini

 

A Carlos Jiménez le cuesta describir lo que sintió cuando reconoció a su hermano en la morgue del hospital. Se sorprendió, se indignó, se asustó. Tenía mucho tiempo sin verlo. No puede evitar estremecerse cuando le viene a la mente la imagen de un cuerpo con la piel pegada a los huesos, un cuerpo distinto al que tenía en su memoria. morir

“Estaba totalmente desnutrido y acabado, era prácticamente un esqueleto. Los pómulos estaban hundidos, no tenía estómago y se le marcaban los huesos de la cadera y las costillas. Realmente nos sorprendimos con eso”. 

Los custodios del Centro Penitenciario 26 de Julio de San Juan de los Morros hacían el conteo diario de los presos cuando se dieron cuenta que faltaba uno de ellos. Inspeccionaron las celdas y hallaron sin vida a Carlos Eduardo Jiménez. Eran las 5:00 am del martes 9 de junio. 

Su hermano se enteró horas después, alrededor de las 4 de la tarde, por una llamada que hizo su sobrina para avisarle la mala noticia a la familia: “Mi papá Carlos se murió”. Trató de confirmar la información con otros allegados antes de salir de San Fernando de Apure al estado Guárico con su hermana. 

Tuvieron que pedir cola a las personas que se iban encontrando en el camino y pasar las alcabalas que los paraban preguntándoles la razón de su viaje en plena cuarentena por coronavirus. Un trayecto que normalmente podían recorrer en cinco horas, les llevó casi dos días. 

En Guárico debieron ir de un sitio a otro. El primer paso fue buscar la boleta de excarcelación en el centro penitenciario. Al llegar, los recibieron de la peor manera en la entrada. “¿Qué me trajiste?”, les preguntó una custodia que esperaba un “pago” si querían ser atendidos. “Espere afuera, al frente”, le contestó ante la negativa de retribución alguna. 

Ambos esperaron más de cuatro horas por el documento de excarcelación de Carlos Eduardo. En ese tiempo, hablaron con familiares de algunos presos que esperaban su excarcelación por parte de la ministra Iris Varela, basándose en el Régimen de Confianza Tutelado para disminuir el riesgo de contagio de coronavirus en las cárceles. “Una señora nos contó que a mi hermano lo tenían castigado. Gritaba que lo estaban dejando morir de hambre y la noche antes de morir un custodio le llevó comida. Se la comió y empezó a preguntar qué le habían dado, que lo estaba quemando por dentro. En la mañana lo sacaron muerto”. 

En la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) y en las oficinas para obtener la autorización de traslado del cuerpo de su hermano también los extorsionaron. “La señora que nos atendió nos dijo que había chance hasta la 1:00 pm y eran las 12:30. Que si queríamos el permiso teníamos que brindarle el almuerzo. Si no, nos tocaba esperar hasta el día siguiente”. No tuvieron otra opción. 

Ver el cuerpo de su hermano en la morgue los dejó paralizados, sorprendidos del estado de desnutrición que presentaba el cadáver de Carlos Eduardo. No pesaba más de 30 kilos. “Ya tenía dos días ahí en la cava, fue feo. Cuando lo prepararon en la funeraria, tuvieron que rellenarlo con sábanas de lo flaco que estaba”, cuenta Jiménez. 

En el acta de defunción que les entregaron dice que la causa de muerte fue por tuberculosis y desnutrición, luego de haberle practicado una autopsia. “Murió fue de hambre”, expresa una de sus primas. No sería el primero: según informes del Observatorio Venezolano de Prisiones, de los 104 presos que murieron en el año 2019, 66 fueron por razones de salud. El hacinamiento en las cárceles venezolanas ha sido el caldo de cultivo para el incremento de enfermedades graves. 

Pero Carlos es incrédulo a esa versión. “Unos trabajadores de la funeraria nos dijeron que no le hicieron autopsia a mi hermano. Siempre que uno lo visitaba o hablaba con él, estaba bien. Lo único que decía es que estaba flaco”. Sobre todo después de haber escuchado lo que una familiar de un preso le dijo sobre las condiciones en las que estaba su hermano tras las rejas.

Sin vehículo personal y por las restricciones de movilidad por la pandemia, para el traslado del cuerpo de Guárico a Apure tuvieron que pagar 400 dólares. “Reunimos el dinero entre varios familiares, recogiendo plata entre todos”. 

“Lo estábamos esperando”

Carlos no hablaba con su hermano desde febrero de 2019. Antes de la pandemia ya eran pocas las oportunidades que tenía de verlo: el Ministerio de Asuntos Penitenciarios había prohibido la visita de hombres a las cárceles de régimen cerrado y, como la mayoría de los miembros de su familia también lo son, no había muchas opciones. 

Su madre intentaba visitarlo cuando podía. Moverse de un estado a otro, en un país con problemas de transporte, no es tarea sencilla. Cuando lo lograba, le llevaba comida, se aseguraba que estuviera bien. Aguantaba el proceso de revisión en la entrada, que escarbaran la comida en busca de algún objeto sospechoso y que pasaran todo por un escáner. A veces, si se podía, recibían llamadas de él. “Alquilaba teléfonos y nos llamaba”.  

Todo empeoró con la llegada del coronavirus. Las visitas se restringieron y así también la posibilidad de llevarle alimentos, que el Estado venezolano no le garantiza a los presos. Ella fue la última persona en la familia en verlo. Tenían meses sin saber de él. “Después de la cuarentena, más nunca nos llamó. No nos pudimos comunicar con él. No sabemos qué pasó”. 

Carlos Eduardo Jiménez murió esperando su libertad. Faltaban cinco días para llegar a los 40 años cuando lo encontraron sin signos vitales. Fue condenado por robo de vehículo y posesión ilegal de armas a casi 10 años de cárcel. Cumplió su sentencia, pero la excarcelación nunca llegó. 

Desde el año 2019 debían otorgarle una medida de confinamiento y en enero de 2020 la libertad plena por cumplir con todos los años de su pena. Esto no ocurrió. Sus familiares fueron múltiples veces a tribunales para presionar que se llevara a cabo la audiencia para su libertad, pero siempre encontraban una razón distinta para no tomarlos en cuenta: que había que esperar, que no había vehículos disponibles para el traslado al Tribunal de Ejecución de San Fernando de Apure. La última vez le dijeron que “dejáramos eso así porque Carlos no iba a salir por ahorita”. 

Carlos Eduardo Jiménez recorrió siete recintos penitenciarios: el primero fue el Internado Judicial de Apure y le siguieron el del estado Barinas (Injuba), Tocorón en Aragua, el Cepella en Portuguesa, el Centro Penitenciario David Viloria en Lara. De ahí fue trasladado hasta la Comunidad Penitenciaria de Fénix y finalmente a la cárcel 26 de julio, donde estuvo tres años tras las rejas. Ahí lo encontraron sin vida. 

La población carcelaria en Venezuela es de 43.992 presos encerrados en lugares con capacidad para albergar poco más de 26.000, según el más reciente informe del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP). 

Aunque el número disminuyó en comparación con otros años, el hacinamiento continúa: las condiciones en las cárceles son precarias, indignas e insalubres. El retardo procesal es otro de los fenómenos que ponen en evidencia las fallas en el sistema de justicia venezolano: 61 % de los privados de libertad todavía están bajo un proceso penal no concluido. 

Ese número llegó a 100 desde que en los tribunales penales venezolanos no se están realizando audiencias por los decretos de estados de alarma, en el marco de la cuarentena obligatoria por el coronavirus. Aunque según la ley la administración de justicia es de carácter permanente y los Estados de Excepción no interrumpen el funcionamiento de los Poderes Públicos, en la práctica no ocurre de la misma manera. 

En un comunicado de Acceso a la justicia y el OVP, las organizaciones ven con preocupación los decretos de estado de alarma porque pueden ser una excusa para que el Estado no garantice el acceso a los órganos de justicia, debido proceso y la libertad personal. «Las autoridades nacionales han fallado a la hora de tomar dichas medidas sin afectar a otros derechos fundamentales». 

Los privados de libertad son reconocidos como “sujeto de derecho” en la Constitución. A Carlos Eduardo Jiménez le fueron violados varios de sus derechos, entre esos su derecho a la vida, a la salud y al haber sido aplazada su excarcelación, ya que “ninguna persona continuará en detención (…) una vez cumplida la pena impuesta”, según el artículo 44 de la Carta Magna. 

Sus familiares contaban los días para que Carlos Eduardo fuera puesto en libertad y volviera a casa. “Nosotros lo estábamos esperando”. Carlos piensa en la muerte de su hermano y se indigna. “A pesar de los delitos que cometa el familiar de uno o cualquier persona, para eso está siendo juzgado. No es para que el gobierno los deje morir de hambre. Si están pagando condena, deberían garantizarle la vida. Ellos no están condenados a muerte”. 

Antonio José Monagas Ago 01, 2020 | Actualizado hace 4 semanas
Discusión por la libertad

@ajmonagas 

La libertad no es solo un estado de bienestar humano. También es un proceso que toca intereses y necesidades. Y desde el cual se movilizan organizaciones e instituciones que le imprimen forma, sentido y esencia al país que circunscribe al hombre político. Pero también al hombre económico y al hombre social como ser racional. Como ser inteligente y objeto de respeto en ámbitos donde imperen la tolerancia, la solidaridad, la dignidad y la verdad.

La libertad debe considerarse como la conjugación de actitudes frente al abanico de posibilidades que tiene todo individuo en procura de su proyecto de vida.

Es decir, del proyecto de vida conveniente a su pensamiento y desempeño en el fragor de la sociedad. Razón le sobró al poeta español Ramón de Campoamor cuando expresó que “la libertad no consiste en hacer lo que se quiere, sino en hacer lo que se debe”. La libertad debe enfocarse partiendo de esta perspectiva; lo contrario sería caer en un saco de vacuas explicaciones que no llevan a destino alguno.

Se ha escrito y dicho con abundancia sobre tan trascendente concepto, solo que no muchos lo comprenden. Y menos lo asumen como criterio de ejercicio político-gubernamental.

Interpretando a Otto Von Bismark, político alemán del siglo XIX, hay quienes como él aseguran que la libertad es un lujo que no todos pueden darse. Sin embargo, de cara a esta disertación, conviene considerar que, como valor, la libertad encierra solo lo que su praxis es capaz de dispensar. Afirmar que el hombre ha nacido libre no necesariamente deja ver que la libertad habrá de ampararlo en el curso de su vida.  

Es ahí cuando la libertad debe entenderse desde otros enfoques. Aquellos que sitúen su importancia más allá de las contingencias de la política, de la economía y de la sociología. No obstante, su importancia se halla cuando las realidades se prestan a dotar al hombre de las condiciones que han de permitirle una vida exenta de cadenas. Justo, es la razón que le endosa la justicia a la cual se supedita como ejercicio de vida.

Por eso, a decir del escritor y periodista mexicano Carlos Fuentes, “la libertad no existe, sino es su búsqueda. Y esa búsqueda, es la que hace libre al hombre”. Precisamente, en virtud de lo que esa búsqueda compromete, es por lo que el mundo se convirtió, literalmente, en un campo de batalla. Batalla esta que no solo ha requerido de recursos bélicos. También, se ha visto apuntalada en la palabra dirigida a excluir y, al mismo tiempo, a exaltar realidades primadas por valores de igualdad, tolerancia, solidaridad y responsabilidad.

Es entonces que luego de ver tanta agua correr hacia el mar, resulta perturbador dar cuenta de situaciones contradictorias precedidas y presididas por causas tendentes a frenar y trastornar la libertad como el derecho humano que en esencia es. Las mismas, particularmente apremiadas por la mezquindad de sistemas de gobiernos obtusos. En manos de resentidos, egoístas e individuos de pensamiento retrógrado.

Ha sido una cruda pelea entre la luz y la oscuridad bajo la cual muchos gobernantes han pretendido encerrar las libertades. El mismo Simón Bolívar manifestó en sus históricas correspondencias, su apego a las libertades. Su discusión por la libertad le distinguió como hombre ganado a la institucionalidad establecida por las libertades. A pesar de las dificultades que engendra mantenerlas por encima de las tiranías. Lo contrario, implicaba cultivar un país de esclavos. O sea, una sociedad que podía prestarse a fungir de cómplice de toda usurpación, para vivir hundida en la miseria.

La libertad, aunque sumergida en las más urdidas condiciones de penuria política, económica o social, siempre se caracterizará por su vehemencia. Una razón que solo puede brindarle su interpretación ante los hechos que la acosan y buscan someterla.

La alegría y la política

La alegría y la política

Por eso, las realidades apuestan a que su valor siga concibiéndose en terrenos en los que adquiere sentido su naturaleza epistemológica y fáctica. De ahí que debe haber siempre lugar para reivindicarla en todas sus dimensiones. Por eso bien vale una discusión por la libertad.

 

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Los que no se rinden | Cedice: No hay prosperidad sin libertad
El mercado laboral y el crecimiento global se reactivarán a mediados de 2021, pero el impacto económico de la pandemia Covid-19 será severo: volver a los niveles de ingreso o actividad previos a la crisis puede tomar hasta una década
“El liderazgo político no parece haber comprendido que se necesita más economía de mercado en Venezuela, como sí ha comprobado mucha gente desde el dolor del despojo”, destaca Rocío Guijarro, gerente general del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico


@nelapalaciosr

El mercado laboral y el crecimiento económico global se reactivarán a mediados de 2021, según las más recientes y optimistas proyecciones publicadas. Pero volver a los niveles de ingreso o actividad previos a la crisis puede tomar hasta una década.
En Venezuela el escenario es aún peor, porque no solo e la pandemia sino porque sin libertad es imposible alcanzar la prosperidad y garantizar la justicia y los derechos humanos (DDHH).
De eso está convencida Rocío Guijarro, gerente general del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice Libertad ) y presidenta de la Red Liberal de América Latina (Relial).
Desde su perspectiva, no es a través de la intervención del Estado y del rentismo como se prospera sino a través de un sistema que permita la libertad, que respete la iniciativa privada, la pluralidad y la diversidad y que promueva la innovación y el emprendimiento de los ciudadanos.

“El liderazgo político no parece haber comprendido que se necesita más economía de mercado en Venezuela, como sí ha comprobado mucha gente desde el dolor del despojo”, destaca Guijarro, una emprendedora intelectual  que ha sido galardonada con el Premio Templeton a la Libertad por su programa de formación económica para periodistas y coautora del libro Ideas en Libertad.


En el libro ¿Por qué fracasan los países?, los autores plantean que la libertad es la piedra angular para la creación de riqueza y prosperidad en cualquier sociedad moderna. ¿Usted es de las que cree que la economía de Venezuela se ha contraído 70% en los últimos siete años por falta de libertad y como resultado de las políticas públicas aplicadas por la élite gobernante?

Ya que menciona este libro de Acemoglu y Robinson, es oportuno mencionar su obra más reciente, El Pasillo Estrecho, la cual se ocupa precisamente del problema de la Libertad y el porqué es tan difícil lograrla.

La contracción de la economía venezolana se ha acelerado desde mediados de 2014, teniendo como detonante la caída en el precio de las exportaciones petroleras y el declive en producción de hidrocarburos. La falta de inversión en la industria petrolera, como resultado tanto del desfalco estatal como de la exclusión del sector privado en su gestión, ha dado como resultado que hoy día Venezuela no sea capaz siquiera de producir gasolina.

La mala gestión monetaria y fiscal ha conducido a una hiperinflación que resta valor al futuro, desalentando los planes de largo plazo para los emprendedores y los ciudadanos, dañando el poder adquisitivo de los más vulnerables. Más del 92% de la población vive en condiciones de pobreza y 90% carece de acceso continuo al agua corriente. Tampoco hay derechos de propiedad que protejan los activos de la clase media.

Desde Cedice tenemos dos iniciativas que han documentado todo este despojo de productividad, eficiencia y equidad. Se trata de nuestros Observatorio de Gasto Público  y Observatorio de Derechos de Propiedad.  Desde allí se han compilado estadísticas y narrativas que dimensionan el daño causado por el Estatismo y la captura de renta en Venezuela.
Con todo esto, le coloco en contexto para afirmar que, efectivamente, hemos tenido empeoramiento social por la falta de Libertad Económica y Civil. Siguiendo a Acemoglu y Robinson, sólo una sociedad cohesionada, fuerte, tiene viable hacer contrapeso al Estado.

La Libertad florece cuando hay ese equilibrio, ya que el Estado podría convertirse en otro tirano, oprimiendo al ciudadano. La sociedad civil venezolana ha quedado resentida como consecuencia de la emigración masiva, que se estima entre 4 y 5 millones de compatriotas en los últimos 10 años (de los cuales, 1,7 millones están establecidos en Colombia y 80 mil están intentando regresar tras la pandemia de coronavirus). Sumamos otras heridas sobre la sociedad civil: el debilitamiento de su poder adquisitivo, la zozobra individual permanente por acceder a servicios públicos, la ausencia de representación por los partidos políticos, la persecución política a los disidentes y el distanciamiento social promovido por la crisis de la COVID-19.

¿Por qué los venezolanos no hemos conquistado aún la libertad? ¿En qué hemos fallado? ¿Qué debemos corregir para lograrlo?

Tuvimos un desequilibrio entre el poder económico del Estado y el de la sociedad civil. Si hemos de buscar un hito, una referencia histórica, apuntaríamos al año 1976, cuando se hicieron efectivas la nacionalización tanto de la industria petrolera como del Banco Central de Venezuela, que hasta dos años antes tenía la mitad de su accionariado en manos privadas.

No había capacidad económica en el sector privado para contrapesar a un Estado que se adueñó del mayor volumen de exportaciones y de dólares producidos en el país. Como mecanismo de legitimación, además de las elecciones democráticas, el Gobierno organizó una red de transferencias, con subsidios o ayudas directas a la población, incluyendo, desde luego, empresarios y funcionarios amigos, que conformaron una red clientelar.
Venezuela no ha tenido, en sintonía con su pregunta previa, una élite propiamente dicha. No hay familias o grupos tradicionales tan fuertes como en otras sociedades -menciono apenas Colombia y Chile como ejemplos. El poder acá está concentrado en el Estado y los políticos que logran acceder a su gestión. El equilibrio bipartidista entre Acción Democrática y Copei fue destruido por uno de sus fundadores, Rafael Caldera.

El deterioro en precios petroleros durante 1998 y el cansancio con la corrupción administrativa, la inflación o la quiebra bancaria de 1994-1995, trajo al poder a Hugo Chávez mediante elecciones.

La falta de articulación entre sus opositores, la injerencia del Gobierno Cubano en nuestra soberanía, con su tecnología social opresiva, además de un nuevo boom petrolero entre 2005 y 2014, fortalecieron nuevamente al Estado y debilitaron otra vez a la Sociedad. Con todo esto, se han desbalanceado aún más los controles que puede colocar la ciudadanía sobre el Gobierno.

La corrección de este desajuste provendrá de un fortalecimiento de la ciudadanía. Como hecho fortuito, el Estado se ha debilitado económicamente precisamente por su predatoria apropiación de los activos nacionales y la anulación que hizo de cualquier control ciudadano.

Sólo lo sostiene la fuerza y carece de ideas o valores compartidos con la población. Apunto con ello a otra solución a nuestra crisis, que es seguir produciendo ideas y propuestas, con fundamento en nuestra realidad y las tendencias mundiales.

Cedice Libertad ha avanzado mucho en esta materia. En nuestro portal web, por ejemplo, pueden acceder a un Plan de Acción para rescatar a Venezuela, que contempla 5 asuntos clave  y una propuesta que constituye un nuevo pacto de gobernabilidad.  La libertad es el resultado de trabajo y acción del pensamiento, con resonancia en la sociedad civil.

¿Cree usted que la sociedad venezolana está actualmente preparada y suficientemente madura para el nacimiento de una democracia liberal?

Hay una dolorosa maduración o aprendizaje, tanto individual como social, resultante de todo este proceso de destrucción de vidas, valor y cohesión social. Nos dimos cuenta de que no están garantizadas toda una serie de cosas que asumíamos como dadas: seguridad, servicios públicos, confianza, predictibilidad de nuestro futuro o respeto a los derechos humanos.

Este sufrimiento tendrá una salida constructiva si la sociedad civil comprende que es inviable sostener la democracia liberal cuando el Estado puede ser secuestrado y se carecen de instituciones que detengan su hipertrofia.
Mi inquietud es que el liderazgo político no parece haber comprendido que se necesita más economía de mercado en Venezuela, como sí ha comprobado mucha gente desde el dolor del despojo.
La estabilidad económica es también un bien público y sólo es viable alcanzarla si hay un Gobierno o un Banco Central interactuando con la ciudadanía productiva. Sin generación de ingresos y preservación de riqueza por el sector privado, toda gestión fiscal o monetaria está trabajando sin fundamentos.

La falta de compromiso con la producción sigue contaminando el discurso político. Sigue el acento en la distribución, que hoy en día sólo consigue repartir pobreza, porque se ha vulnerado la mayor parte de nuestro capital productivo. De modo admirable, aún hay iniciativa privada y es hacia ella que debe solidarizarse quien desee hacer una reforma que devuelva la prosperidad a Venezuela. 

Otro tema preocupante es que se carece de poderes institucionales legítimos que garanticen la paz. De algún modo, estamos volviendo al Siglo XIX, donde se agredía al comerciante, al agricultor y al hombre de trabajo.
No tenemos hoy día ni un liderazgo político ni un equipo técnico que se proponga devolver a Venezuela sus equilibrios fundamentales.
Otro problema es que como sociedad sabemos lo que nos desagrada, pero no tenemos una visión compartida de lo que queremos. Sabemos que es inviable sostener esta vida social empobrecida, sometida a la violencia y que no tiene lo esencial para sobrevivir. El problema es que no oímos mensajes que nos animen a ir hacia una realidad nueva.

Piden libertad en Venezuela los que entienden el proceso a profundidad. Pero la mayoría de los venezolanos están en modo supervivencia hoy y no andan persiguiendo libertades ni articulando intereses políticamente para salir de este desastre. ¿Tiene sentido mantener este enfoque en una coyuntura como la actual?

La libertad se hace valiosa precisamente porque es la única solución viable para dejar atrás la pobreza. Si los ciudadanos están impedidos de trabajar, realizar intercambios voluntarios, opinar, expresarse, ahorrar, invertir o cooperar, seguirán siendo menesterosos. 

Todos los países tienen ahora crisis internas muy fuertes y la preocupación vendrá del creciente número de pobres venezolanos que residen como inmigrantes en otros países.

Y la solución podría ser repatriarlos o restringirlos, en lugar de intervenir en Venezuela. Sí, lo afirmo: más que siempre, Venezuela depende de la Libertad para ser viable. El Estado venezolano está arruinado y no hay capacidad de asistencia humanitaria foránea en un mundo donde la pobreza se ha disparado.


Le agradecería un mensaje de Cedice para el sector privado. Recordando ahora el libro La Rebelión de Atlas, de Ayn Rand, le pregunto: ¿No ha llegado la hora de rebelarse ya? 

Venezuela debe deslastrarse del rentismo, ponerle fin, ya que esa cultura se ha enraizado en el venezolano. Ojalá y esta situación sea propicia para ese cambio.
Una forma de resistencia es crear, generar ideas, desarrollar productos o servicios, promover la generación de empleos, buscar integración con proveedores o clientes. La crisis del coronavirus ha demostrado el poder que tiene la tecnología y quien la adopta con velocidad.

En Venezuela hay aún empresas y trabajadores que han conseguido confrontar la destrucción de valor desarrollando técnicas gerenciales, resiliencia o gestión del riesgo que son productos de exportación para esta «nueva realidad» posterior al coronavirus. En otros países están confrontando, como novedad, el tipo de crisis que ya vienen gestionando los empresarios o trabajadores venezolanos desde hace varios años.


¿Qué recomendaría usted a los líderes para recuperar al país en materia de derechos humanos?

El acceso a una economía de mercado. Ello incluye un compromiso auténtico con los derechos de propiedad, la provisión de bienes públicos como orden legal, seguridad, estabilidad monetaria o infraestructura.
Adicionalmente, promover las alianzas público-privadas y asociarse con el sector privado, nacional e internacional, para lograr que se hagan las inversiones y trabajo requeridos para ocupar a una sociedad que lleva años postrada y con niveles altos de pobreza, como lo demuestra la ENCOVI

¿Cuál es la situación actual en materia de derechos humanos en Venezuela, respecto a la que teníamos en 1998?

Está documentado que se está peor en este tema y además ratificado en los informes de las organizaciones de DDHH en Venezuela y las internacionales como HRW o los informes de la Comisionada de DDHH de la ONU.

En Cedice Libertad con el Observatorio de Derechos de Propiedad, llevamos el seguimiento de la violación y ataques a este derecho humano fundamental y por supuesto que el mismo ha sufrido un gran deterioro. Ocupamos el penúltimo lugar en el Índice Internacional de Derechos de Propiedad.

En la constitución venezolana aparece la garantía y el respeto a este derecho, pero esto no ha sido así. El Observatorio ha documentado que debido a las expropiaciones, expoliaciones, estatizaciones de fincas productivas, es que surge esta crisis humanitaria compleja que vive Venezuela.

Vida, Libertad y Propiedad son los derechos humanos fundamentales que deben estar protegidos y garantizados en un Estado de derecho. Y en Venezuela no lo están.

¿Cuál ha sido entonces el legado de la revolución socialista del siglo 21 en materia de derechos humanos?

Nos ha permitido convencernos de que sólo se alcanza la democracia y la protección a las minorías cuando hay economía de mercado.

El socialismo es excluyente, porque solo da carta de ciudadanía a quienes lo apoyan. Es, por naturaleza, un credo de odio y violencia, que considera legítimo pisotear los derechos de quien se le oponga.

¿Qué mensaje daría usted hoy a los líderes de la oposición?


Los líderes de la oposición deben reinventarse. Sorprende que ninguno haya logrado articular una visión compartida para la sociedad venezolana, en casi dos décadas de socialismo.

 

Les recomiendo leer Camino a la Servidumbre y el Uso del Conocimiento en la Sociedad de Friedich Hayek y Un Sueño para Venezuela de Gerver Torres y Roberto Casanova

¿Qué mensaje daría usted hoy a la élite gobernante?

No veo una élite, si entendemos por élite un grupo que comparte unos valores o visión de país. Las élites tienen por interés preservarse y acá no tenemos tal visión de largo plazo.
Sus integrantes pueden estar equivocados y por definición son excluyentes, pero precisan construirse alguna justificación y legitimidad para perdurar, con alguna apertura hacia el cambio, así sea al estilo del Gatopardo: cambiar todo para que todo siga igual.
En Venezuela no tenemos las fuentes de estabilidad ni los asideros institucionales propios de una élite.



Hablando de libertad

¿Cómo y cuándo nace la organización Cedice Libertad?

El 24 de noviembre de 1984 se reunieron empresarios e intelectuales que consideraban que  hacía falta un centro de pensamiento, estudio y formación. Así nace el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico, A.C. Cedice Libertad.

Nuestra misión es promover las ideas y principios que se fundamentan en la libertad individual, la libre empresa, el respeto a los derechos de propiedad, la libertad económica, gobierno limitado como única forma de generar prosperidad a la sociedad.

Con base en estos principios la institución viene desarrollando su trabajo desde hace 35 años en divulgación, formación, investigación, generación de conocimiento, propuestas de políticas públicas y promoción de las ideas de la libertad.

¿En qué áreas se desempeña la organización?

Formación, divulgación, promoción, políticas públicas y generación de conocimiento de las ideas que promueven una sociedad libre. Ofrecemos programas de formación para jóvenes, líderes y comunicadores sociales; diplomados, observatorios de seguimiento y análisis de los Derechos de Propiedad, de Gasto Público, seguimiento legislativo.

En Cedice también ofrecemos cursos, talleres, publicaciones, librería, biblioteca y eventos con expertos nacionales e internacionales, entre otros.

¿Cuántas personas trabajan en la organización?
10 personas

¿Con quién tienen alianzas estratégicas?

Con instituciones nacionales e internacionales como Atlas Network, Relial, Fundación Internacional para la Libertad, Red Latinoamericana para la Democracia. Fundación Friedrich Neumann, entre otras. Cedice Libertad es miembro de la Red Sinergia, Liderazgo y Visión, Transparencia Venezuela, Civitas-Venezuela, Queremos Elegir y RedUni-Venezuela, entre otras.

¿En qué zonas operan?

Cedice está en todo el país con las diferentes actividades.

¿Cuentan con voluntariado?

Sí, tenemos un voluntariado de 30 personas que apoyan la labor de la institución

¿Cómo pueden ayudar a su organización las personas que estén interesadas en hacerlo?

Que se comuniquen con nosotros y atenderemos su solicitud. Por ejemplo, con nuestro programa Observatorio de Derechos de Propiedad atendemos denuncias de víctimas que han sido expropiadas en todos los sectores.

¿Cuáles son los mayores retos de la organización? ¿Las mayores amenazas?

Queremos que un mayor número de personas comprenda que no es a través de la intervención del Estado ni del rentismo como se prospera.
La prosperidad se logra con un marco jurídico que permita a los individuos poner sus fuerzas creadoras para solucionar los problemas de la sociedad. Uno de los retos es que esto sea comprendido también por aquellos a los que les tocara dirigir al país y tomar las decisiones.

Compártanos un caso emblemático del trabajo que han realizado en esta organización


La formación en economía para jóvenes y niños en escuelas públicas y privadas. Un programa basado en la enseñanza de la economía con base en cuentos infantiles y obras literarias. Este programa ya tiene 15 años y varios reconocimientos internacionales por lo innovador de la pedagogía social.
El programa de formación en economía para comunicadores sociales, transmite conceptos de economía, perspectivas y análisis de la realidad nacional e internacional . 
También nos sentimos orgullosos de los premiso internacionales y de ser catalogados como el segundo Think tank más influyente de la región y uno de los 100 del mundo en el Ranking que hace la Universidad de Pensilvania (EEUU).

Saab fue capturado por las autoridades de Cabo Verde el pasado 12 de junio en Isla de Sal, después de que Argelia le impidiera llegar a su aeropuerto para tomar un avión hacia Irán, donde gestionaría la entrega de un tanquero cargado con gasolina destinado a Venezuela

 

El Tribunal Supremo de Cabo Verde negó un amparo de habeas corpus presentado por la defensa del empresario colombiano Alex Saab, principal asociado del gobierno chavista en el programa de los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).

La defensa de Saab intentó recurrir al habeas corpus para impedir una posible extradición a Estados Unidos. Sin embargo, con la negativa del tribunal, el gobierno de Cabo Verde podría dar su visto bueno a la solicitud de extradición hecha por las autoridades estadounidenses.

El gobierno de Estados Unidos acusa a Saab con cargos de corrupción y lavado de dinero, producto de sus negocios con Nicolás Maduro, ya que lo ayudaría a movilizar las fortunas del régimen y alcanzar acuerdos comerciales en representación del chavismo con países como Irán, Turquía y Rusia.

Saab fue capturado por las autoridades de Cabo Verde el pasado 12 de junio en Isla de Sal, después de que Argelia le impidiera llegar a su aeropuerto para tomar un avión hacia Irán, donde gestionaría la entrega de un tanquero cargado con gasolina destinado a Venezuela.

El recurso interpuesto por la defensa del empresario pone en duda la legalidad de su detención, al considerar que se trata de un arresto político originado por las sanciones de Estados Unidos contra el gobierno chavista. De igual forma, habrían sustentado su argumento en que la circular roja emitida por la Interpol contra Saab tiene una fecha posterior a su captura, según reportó el periódico colombiano El Tiempo.

Senador español dice haber sido testigo de un ataque a libertad en la AN de Venezuela
El diputado destacó los «insultos personales» y las «descalificaciones» que tuvieron que aguantar por parte de los parlamentarios chavistas

El portavoz del Partido Popular (PP) en el Senado español, Javier Maroto, afirmó este martes que fue testigo de un ataque a la libertad en Venezuela, luego de que su intervención y la de otros compañeros en el Parlamento venezolano desatara una trifulca entre diputados opositores y chavistas.

«Hemos sido testigos de un hecho que va contra la libertad y la expresión y la normalidad democrática en este Parlamento, y esos testigos vamos a ser voces de la dignidad fuera de este país, en representación de todos los venezolanos», dijo Maroto en declaraciones a la prensa.

Acompañado del diputado José Ignacio Echániz, la secretaria de Relaciones Internacionales del PP, Valentina Martínez Ferro y la presidenta del Comité Electoral Nacional del partido, Belén Hoyo, Maroto destacó los «insultos personales» y las «descalificaciones» que tuvieron que aguantar por parte de los parlamentarios chavistas.

«Cuando en un Parlamento como este existe tal falta de libertad, cómo no lo estará pasando el pueblo venezolano cuando no hay testigos delante, esa es la conclusión que nos llevamos», dijo.

«Ha habido aspectos tan esperpénticos como tener que escuchar a diputados chavistas en un intento fallido de insultarnos al grito de: ‘¡Viva Cataluña libre!’. Quien defiende algo así y cree que con eso se está defendiendo la democracia no tiene ni la más remota idea de lo que significa esa palabra», agregó.

El Parlamento venezolano, de contundente mayoría opositora, fue escenario hoy de una reunión denominada «Encuentro parlamentario mundial por la democracia en Venezuela» en el que participaron también diputados de Costa Rica, Argentina, Italia, Nicaragua y Suiza.

La intervención por sorpresa de los senadores españoles Maroto y Echániz acabó en una trifulca con insultos entre los congresistas opositores y oficialistas.

Maroto tomó la palabra por invitación de la diputada opositora Delsa Solórzano del partido Encuentro Ciudadano, cuando comenzó a recibir insultos y gritos desde la bancada chavista del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Los insultos fueron respondidos por los opositores con salvas de aplausos y vivas a la «libertad».

Brian Fincheltub Nov 24, 2019 | Actualizado hace 3 semanas
Ser venezolano hoy

Esta semana viendo lo que pasa en la región confirmaba lo difícil que es ser venezolano. Difícil para quienes están dentro, pero también para quienes sufren nuestro gentilicio afuera. Aclaro que no es un tema de sentirse menos o más orgullosos de donde venimos, se trata de la pesada carga que significa haber nacido o crecido Venezuela en plena era socialista. Si, la carga económica es pesada, pero me atrevería a decir que la emocional lo es en mayor medida. Si algo nos ha robado el socialismo es la tranquilidad y es que estés donde estés nunca escapas a la situación país. Si lograste escapar del drama nacional buscando nuevos horizontes fuera, tu cabeza sigue junto a tu familia y si has tenido la suerte de lograr salir con tu familia, tus recuerdos siguen donde naciste.

Es cierto que en épocas de inestabilidad interna el estado de ansiedad aumenta, sobre todo para quienes estamos lejos. Nos preocupamos por los nuestros, por su integridad. Pero en el fondo de todo el caos, nos da esperanza ver a la gente luchando, nos da seguridad ver a la gente de pie porque sabemos en la medida que siga siendo así no lograrán imponerse. Otro sentimiento es el que al menos a mi me producen situaciones como la actual. No hay estado que me desespere más que ese donde una una calma se apodera del país. Digo que no es calma porque tal cosa no existe en Venezuela. Lo que se ha impuesto es la paz de fusiles, la gente no ha normalizado necesariamente la tragedia que vive pero frente al alto costo de protestar y la ausencia de resultados inmediatos, quienes están dentro se refugian en su vida privada, una estrategia de supervivencia frente a un entorno donde ciertamente sobrevivir es la prioridad.

En el exterior vemos la situación con pesar, sobre todo porque muchos aspiramos a volver a Venezuela una vez la libertad y la democracia sean reconquistadas. No se trata de una posición cómoda, muchos no hemos tenido otra opción. Nuestra promesa es ayudar a reconstruir el país y así pagar nuestra deuda con quienes adentro no dejaron de luchar. Desde afuera muchos no hemos dejado de luchar, de trabajar y prepararnos  pensando en el momento en el que nos toque regresar. Siempre teniendo en mente que todo lo aprendido y vivido fuera de nuestras fronteras nos va a ayudar a poder servirle más y mejor a Venezuela. Para lograr que se acabe esta pesadilla y todos pronto podamos volver es clave la presión nacional e internacional.

Mientras esta espera se hace interminable, en muchos países de la región nuestros connacionales sufren las consecuencias de las migraciones masivas. Nunca antes fue tan difícil ser venezolano dentro y fuera del país, esto lo han comprobado sobre todo quienes han sido  víctimas de discriminación y xenofobia, en países donde se ha instalado un discurso que culpa a nuestro gentilicio de todos los males habidos y por haber.

Como millones más que esperan volver, solo espero que esto termine pronto. Que no haya inocentes que teman decir de dónde vienen y que nacer en un determinado lugar no te condene para siempre a la miseria. Para que esto se acabe, todos tenemos que trabajar, sin descanso, por más agotador que parezca y aunque los resultados no sean evidentes. Es la sola opción que tenemos, la otra es rendirnos.

@BrianFincheltub