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Con nombramiento de James Martin, Vaticano busca conciliarse con movimiento LGBT

EL PAPA FRANCISCO NOMBRÓ al sacerdote James Martin para integrar el equipo de consultores de la Secretaría de Comunicación vaticana. El mismo está conformado por 13 personalidades ligadas en su mayoría al mundo de la comunicación social.

La elección del padre Martin ha sido vista por observadores como un indicio de la voluntad de acercamiento del Vaticano hacia la comunidad LGBT. El sacerdote, de la Iglesia católica estadounidense, es conocido por una postura más conciliadora hacia homosexuales, lesbianas, bisexuales y trans.

El padre James Martin es un sacerdote jesuita inteligente y liberal. Es graduado en Administración y Negocios por la Wharton School of Business de la Universidad de Pensilvania. Editor de la revista jesuita America, Martin es autor prolífico de libros sobre la religión inserta en la sociedad moderna. Además, es usuario de la red Twitter con  más de 100 mil seguidores.

Martin es un comentarista frecuente, consultado en medios como CNN, NPR, Fox News, la revista Time, Huffington Post y otros. Además es miembro de una compañía de teatro off-Broadway en Nueva York.

En concreto, Martin escribió un polémico libro que saldrá a la venta en junio próximo, Building a Bridge (“Construyendo puentes”). Ha sido descrito por la crítica como un “apasionado alegato” en pro del entendimiento entre la Iglesia y la población LGBT católica. Quienes lo han leído señalan que propone un nuevo y compasivo enfoque en la manera divisiva en que la curia católica se ha relacionado con gays,  lesbianas y trans.

El libro ha levantado roncha entre sectores conservadores de la Iglesia, quienes han visto con recelo el ascenso de Martin.

Sin embargo, como para matizar la escogencia, otro de los asesores nombrados fue Michael Warsaw. Warsaw es un ex CEO de la Eternal Word Television Network (EWTN), conocido por sus posturas mucho más conservadoras.

Martin y Warsaw, ambos norteamericanos, comparten sin embargo una vocación hacia los medios de comunicación y las nuevas tecnologías informativas.

El “refrescamiento” del equipo integrante de la Secretaría de Comunicación del Vaticano con el reciente nombramiento de Martin y Warsaw ha llamado la atención de los comentaristas. Es considerado un esfuerzo por darle un tono más adaptado a las necesidades de comunicación del papa Francisco con la feligresía en todo el mundo.

Con todo, la decisión del Santo Padre no ha estado exenta de duda y controversia. Las relaciones de la Iglesia católica con la población LGBT aún constituyen para muchos un campo minado. Y para la comunidad LGBT, el nombramiento de Warsaw contradice toda política de acercamiento a gays y lesbianas.

Con información de Fundación Reflejos 

ONU combate discriminación LGBTQ con campaña audiovisual

LA OFICINA DE DERECHOS HUMANOS de las Naciones Unidas lanzó una nueva campaña en la que hace un llamado a los padres, maestros, directores de escuelas y gobiernos de todo el mundo para que colaboren en la lucha contra “un flagelo global del acoso” que afecta a millones de lesbianas, gays, bi, trans, intersexuales y queer en el mundo entero.

Un informe reciente de la UNESCO encontró que los niños y los jóvenes en todas las partes del mundo corren un mayor riesgo de sufrir abusos verbales y físicos frecuentes si no se consideran adecuados a estereotipos rígidos de género.

Los jóvenes lesbianas, gays, bi, trans e intersexuales (LGBTI) figuran entre los que más probabilidades tienen de ser burlados y agredidos en la escuela, en casa y en las redes sociales.

En los Estados Unidos, un cuarto de los niños  se ven afectados por el acoso, y ese porcentaje se triplica para los jóvenes LGBT. Los datos de otros países cuentan una historia similar: en Tailandia, más de la mitad de los estudiantes identificados como LGBT fueron intimidados durante el último mes.

En Serbia, el 60% de los estudiantes de secundaria encuestados pensaron que la violencia contra los estudiantes gay estaba “justificada” y el 13% admitió haber golpeado a alguien que ellos consideraban gay.

La UNESCO cita estudios realizados en Bélgica, Holanda, Polonia, Estados Unidos, Tailandia y México que sugieren que los estudiantes LGBT y otros estudiantes no conformes con el género son dos o cinco veces más propensos a contemplar o intentar suicidarse en comparación con sus compañeros.

Para ayudar a aumentar la conciencia de su nueva campaña, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU se dirigió a Daniel Errico y la casa de animación Kavaleer Productions. El resultado fue The Lesson, una película animada que cuenta la historia de un niño cuya amistad con una chica se vuelve problemática cuando su madre la ve besar a otra chica.

 

Con información de Fundación Reflejos

Violencia transfóbica provocó otra víctima en Maracaibo

UNA MUJER TRANS FUE ASESINADA en Maracaibo, después de haber sido vista subiendo a un vehículo. Ángel Chourio (nombre en documentación), quien ejercía la prostitución en la Avenida 5 de Julio de la capital zuliana, falleció por múltiples heridas causadas por arma blanca en varios lugares de su cuerpo.

El cuerpo fue encontrado en las cercanías de la Avenida Circunvalación 1 de Maracaibo el pasado 11 de febrero.

Los trabajadores de una panadería ubicada en dicha avenida avistaron el cuerpo de Chourio, aún con signos vitales. Sin embargo, al ser trasladado al Hospital General del Sur, falleció.

Conocidos de la occisa aseguraron haberla visto subir a un vehículo para prestar servicio, sin que luego se supiera de su paradero. Las autoridades suponen que quien requirió de sus servicios se negó luego a pagarle, y tras una discusión la atacó a puñaladas.

La Fundación Reflejos de Venezuela alerta sobre este nuevo caso de violencia transfóbica, que se ensaña con la población LGBT en las calles del país.

Gobierno emplea bandera LGBT en actos proselitistas

EL SÍMBOLO UNIVERSAL DE LA COMUNIDAD LGBT volvió a ser utilizado durante un acto de proselitismo político del gobierno. El presidente Nicolás Maduro, bailó, agitó las manos y declaró el inicio anticipado del Carnaval 2017 durante el Congreso de la Patria Capítulo Juventud.

Se volvió a recurrir a la bandera arcoíris para amenizar el evento que tuvo lugar en la Sala Plenaria de Parque Central y fue televisado el pasado 16 de febrero por Venezolana de Televisión.

La enseña multicolor de la población LGBT ondeó nuevamente sin un motivo específico ante las cámaras del canal del Estado.

La Fundación Reflejos de Venezuela recuerda a la colectividad que hay muchas y gravísimas carencias en el país, cuya solución es más prioritaria que declarar un estado de alegría ficticia por el Carnaval, haciendo uso de uno de los símbolos más conocidos de la diversidad sexual.

A través de un comunicado la comunidad LGBT venezolana, una de las más rezagadas de América Latina en derechos humanos, es una de las que menos razones tiene para celebrar el Carnaval con el primer mandatario. Pero sí los tiene de sobra para exigir seriedad, transparencia y respeto por sus derechos constitucionales, que a diario les son vulnerados a ella y a diversas comunidades en el país.

Organizaciones LGBT claman por nulidad de artículo 44

LA ASOCIACIÓN CIVIL VENEZUELA IGUALITARIA desplegó un intenso operativo por la geografía nacional para apoyar la Demanda de Nulidad del Artículo 44 del Código Civil por inconstitucional. Dicho artículo es considerado la piedra de tranca para aprobar el matrimonio igualitario en Venezuela, expresa la Fundación Reflejos en su página web.

Una era de cambios acelerados tiene lugar en el mundo. Como un efecto dominó, países en todo mundo se van sumando al clamor de la comunidad LGBT para que en sus legislaciones se consagre finalmente el derecho de lesbianas y gays de casarse, formar familia y tener los mismos beneficios socioeconómicos que ya disfrutan las parejas heterosexuales.

El gobierno de Michelle Bachelet en Chile se comprometió recientemente a impulsar el debate sobre la legalización del matrimonio igualitario. Austria podría aprobar igualmente el matrimonio entre personas del mismo sexo, según propuesta impulsada por el primer ministro, Christian Kern.

Los diputados de la Asamblea Constituyente de Ciudad de México también han dado el paso. Modificaron la letra de su Código Civil y la hicieron pionera en la aceptación del matrimonio igualitario. En Perú un tribunal acaba de ordenar que un matrimonio gay sea inscrito en el registro civil de ese país.

Estados Unidos, contrariamente, se ha convertido en foco de preocupación, tras la asunción a la presidencia de Donald Trump. Sus políticas amenazan con propinar un serio revés a las conquistas sociales LGBT de la administración Obama. Lo seguro es que allá la ciudadanía está ganada para exigir enérgicamente que se respeten los derechos de sus minorías.

ARTICULO 44 .- El matrimonio no puede contraerse sino entre un solo hombre y una sola mujer. La Ley no reconoce otro matrimonio contraído en Venezuela sino el que se reglamenta por el presente Título, siendo el único que producirá efectos legales, tanto respecto de las personas como respecto de los bienes.

TSJ reconoce primer caso de niño con doble filiación materna en Venezuela

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El Tribunal Supremo de Justicia reconoció finalmente el primer caso en Venezuela de un niño de doble filiación materna. Nacido por reproducción asistida, al bebé de Migdely Miranda Rincón y Ginyveth Soto Quintana (ambas venezolanas por nacimiento) se le reconoció el derecho de llevar los apellidos de sus dos madres.

El nombre del bebé (de sexo masculino) no se dio a conocer por disposición de las leyes venezolanas. La sentencia fue publicada en Gaceta el pasado 15 de diciembre.

En el contexto venezolano, el fallo de la Sala Constitucional del TSJ no tiene precedentes. No sólo reconoce el derecho del niño nacido de una pareja de lesbianas a llevar los apellidos de ambas. También da finalmente estatus legal al primer caso de filiación biológica y materna que corresponden respectivamente a dos mujeres.

También reconoce el derecho de las familias homoparentales venezolanas a engendrar hijos y criarlos, al igual que las familias tradicionales.

La Sala Constitucional se basó para la sentencia en el Artículo 75 de la Constitución. El mismo reza textualmente que “el Estado garantizará protección a la madre, al padre o a quienes ejerzan la jefatura de la familia”. Al parecer, las palabras claves que despejaron la interrogante jurídica fueron el plural quienes y jefatura de la familia.

El texto de la sentencia lo dice sin medias tintas. “Nadie puede invocar creencias o disciplinas religiosas para eludir el cumplimiento de la ley conforme al Artículo 59, que menoscabe o prohíba el derecho a la identidad de un niño o niña basado en prejuicios personalísimos de quienes ocupan cargos institucionales, dado que proviene de la voluntad procreacional de una pareja conformada por dos personas del mismo sexo”.

Una historia de amor como cualquiera 

La historia de Migdely y Ginyveth comienza al contraer matrimonio en Argentina el 28 de junio de 2013. Dado que en Venezuela aún no está reconocido el matrimonio igualitario, ambas decidieron unir sus destinos fuera del país.

Posteriormente decidieron traer al mundo un niño mediante el procedimiento de ovodonación. Éste consistió en que un óvulo de Ginyveth fue fecundado en un banco de semen. Luego implantado en el útero de Migdely, quien sobrellevó el proceso de gestación de la criatura. El procedimiento se realizó mediante fertilización in vitro en la Unidad de Medicina Reproductiva (VIDAFER), en Caracas.

Nuevamente en Argentina, Migdely dio a luz a un niño el 28 de agosto de 2014. Genéticamente hablando, el niño es hijo de Ginyveth, pero nació del vientre de Migdely. Estando aún en el país sureño, ambas tramitaron el DNI del bebé y su pasaporte.

El calvario comenzó al regreso a Venezuela, cuando ambas madres intentaron tramitar la partida de nacimiento del niño. En Venezuela hasta la fecha sólo se ha reconocido la filiación a un solo padre o madre del niño. De manera que la Oficina Nacional de Registro Civil les negó la petición.

Desde un comienzo, la intención de las dos fue que se reconociera la doble maternidad de su hijo. Así lo registraba la partida de nacimiento original de Argentina.

Tampoco obtuvieron resultado al solicitar el reconocimiento de la nacionalidad venezolana del niño, siendo ellas ciudadanas venezolanas por nacimiento. El 13 de abril de 2015, el Registro Civil imponía como condición el desconocimiento de la relación de parentesco de una de las madres para otorgarle al hijo la nacionalidad venezolana.

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Migdely Miranda Rincón y Ginyveth Soto Quintana

 

En el limbo 

Hasta diciembre, el niño había permanecido siete meses en Venezuela como extranjero. El país sencillamente le negaba la posibilidad de tener nacionalidad venezolana. En otras palabras, al hijo de Ginyveth y Migdely se le estaba vulnerando el derecho, no sólo a tener una identidad y a pertenecer a una familia, sino a ser ciudadano venezolano.

“Mi hijo ya es una persona con identidad”, explica Migdely. “Si le quitan un apellido tendría implicaciones legales, porque en Argentina sería una persona y en Venezuela otra”.

Pero el asunto no concluía allí. Otro revés fue la negativa de la Oficina Principal del Registro Civil del Municipio Libertador a insertar el acta del matrimonio celebrado en Argentina por las dos mujeres.

Bajo el alegato del Artículo 77 de la Constitución y el 44 del Código Civil, no sólo se les negaba a Migdely y Ginyveth el derecho a la maternidad como acto de procreación conjunta. Tampoco se les reconocía la unión legal, en abierta violación al Artículo 32 de la Constitución, el Artículo 103 del Código Civil y el Artículo 2 de la Convención sobre los Derechos del Niño.

Las parejas casadas afuera como Migdely y Ginyveth, y sus hijos, enfrentan un limbo legal al regresar a Venezuela. Según la sentencia, el caso de las dos mujeres era una clara violación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre (Cap. Primero, Art. VI), la Convención Americana de DerechosHumanos (Art. 17) y la Convención de los Derechos del Niño.

El asunto experimentó un nuevo y trágico giro al caer Ginyveth asesinada a manos del hampa en Venezuela. La fatalidad ocurría en diciembre de 2014, y parecía ensañarse con Migdely, la “gestante subrogada”.

Acudieron a la justicia 

En marzo de 2016, José Manuel Simons, apoderado de Migdely Miranda Rincón, introducía un recurso de amparo constitucional en contra el Tribunal Décimo de Primera Instancia de Mediación, Sustanciación y Ejecución de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas y Nacional de Adopción Internacional.

La Sala Constitucional del TSJ pasó a ser la instancia competente para conocer el caso. Según la parte actora, los derechosdel niño conculcados fueron el derecho a la vida (Artículo 43 de la Constitución), el derecho al libre desenvolvimiento de la personalidad (Artículo 44), el derecho a la integridad física, psíquica y moral (Artículo 46), el derecho a la identidad (Artículo 56), el derecho a la maternidad (Artículo 76) y el derecho a conformar una familia (Artículo 75).

Interesantemente, el Artículo 22 de la Constitución dice que “la enunciación de los derechos y garantías contenidos en esta Constitución y en los instrumentos internacionales sobre derechos humanos no debe entenderse como negación de otros que, siendo inherentes a la persona, no figuren expresamente en ellos”. Y agrega que la falta de ley reglamentaria de estos derechos no menoscaba el ejercicio de los mismos.

Una cosa llama la atención. El examen de la sentencia de la Sala Constitucional pone de relieve que la ponencia del magistrado Juan José Mendoza Jover se apoya en buena medida en documentos extranjeros. Por ejemplo, textos de juristas españoles.

La jurisprudencia venezolana aún tiene lagunas respecto al tema de quienes desean y están en capacidad de formar familia.

Derechos LGBT

La noticia del fallo del TSJ a favor de Migdely y Ginyveth tiene enormes implicaciones para la comunidad LGBT. En el país ya existen entre 4 y 6 mil parejas del mismo sexo identificados como “jefes de familia”. Así lo revelaba en 2011 el subcoordinador del Censo Nacional de Vivienda y Población en Venezuela, Elías Eljury.

Así pues, el Estado venezolano no sólo protege la maternidad y la paternidad de manera integral, según lo dispone el Artículo 78 de la Constitución. Además, está reconociendo que la voluntad de procrear de los seres humanos, ayudada con las técnicas de reproducción asistida, están dando origen a un nuevo tipo de filiación: la de las familias homoparentales. Y que los derechos y responsabilidades de formar familia son los mismos de las parejas heterosexuales.

De manera que Venezuela ha dado el paso. Ha dictaminado que sí existe una relación heredo-biológica de un niño nacido fuera del país con dos madres venezolanas.

Desde el punto de vista de la Fundación Reflejos de Venezuela, la sentencia inaugura una esperanza. Al fin se acepta que las parejas homosexuales tienen la misma capacidad y el mismo derecho de formar familia. Y que la homoparentalidad puede disfrutar de la misma protección y los mismos derechos en la sociedad venezolana.

¿Qué falta por interpretar en la jurisprudencia venezolana para reconocer finalmente a las parejas homosexuales el derecho a casarse? Para la FRV, el paso lógico a continuación es ejercer presión para que el Estado sancione una ley sobre el matrimonio igualitario.

Ya está se reconociendo que las familias homoparentales tienen la misma carta de identidad de las tradicionales. ¿Qué queda por elucidar para que las parejas homo casadas tengan iguales beneficios en seguridad social?

 

 

Elaborado por Fundación Reflejos

 

Leyes y políticas públicas venezolanas discriminan a comunidad LGBT

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La discriminación simplifica al extremo la visión que tenemos de las personas. “Abstenerse gordos”, “cero plumas”, “los viejos p’al geriátrico”, “locas, quédense en la jaula”… Expresiones vejatorias como éstas, entresacadas del maremágnum cibernauta, aparecen con pasmosa reiteración en perfiles de miembros de redes sociales gay.

Sí, la práctica de la discriminación es multiforme y puede asumir ribetes realmente crueles entre miembros de la comunidad LGBT. En Venezuela abunda el maltrato verbal entre hombres de orientación homosexual. Cuando se trata de nombrar a aquellos que no nos gustan, somos fantásticamente creativos en la multiplicidad de nuestros rechazos.

El ánimo no es polemizar sobre el valor de portales como Dudesnude, Manhunt, Grindr o Gaydar para conseguir pareja estable (al menos, en el caso de los hombres). El punto es que se practica la discriminación intracomunitaria como una especie de canon conductual. No importa si se busca es un proyecto de vida en común o un “revolcón” de fin de semana.

Buena parte de la comunidad gay en Venezuela no sólo sigue recluida en las paredes de un closet. También está presa de sus propios miedos inventados frente al que no se ajusta al ideal estético al uso.

Decidir quedarse en un closet, por supuesto, exige por principio un tipo de compañero que mantenga el mismo estatus. El prototipo deseado, por lo general, debe responder a la pinta del heterosexual (¿sabrán los heterosexuales cuán estereotipada puede ser la visión de ojos homosexuales?).

La fantasía de juntarse con un “machito”, libre de las odiadas “plumas”, se ha incrustado en el imaginario gay. Buscar afuera el “absoluto masculino” se convierte en la obsesión de mucha gente incapaz de reconocer su propia masculinidad interna.

La discriminación empieza en casa 

Digámoslo de plano: una gran mayoría de nosotros en la comunidad LGBT no cuadramos con el prototipo deseado de “macho alfa”, glorificado por medios y redes sociales: músculos perfectamente modelados, abdomen marcadísimo, tatuajes estratégicamente visibles, facciones regulares, en la veintena, jeans sugestivamente colgados de la cadera. Si no cuadramos con el ideal, nos inventamos una alternativa que nos agrupe como ovejas en el redil.

La sociedad moderna es particularmente pródiga inventando fórmulas de segregación tribal. La segmentación de los grupos en función de características comunes es cada vez más acentuada y aterradora. Tristemente, la comunidad LGBT, estando bajo la bandera del arcoíris, tampoco escapa a este fenómeno.

El examen de una selección de redes sociales para hombres nos depara un universo cada vez más fragmentado e inquietante. Hay portales de encuentro para ultrapapeados, para “osos velludos”, para hombres maduros, para negros, para cristianos practicantes, para barebackers, para “machos enclosetados”, para quienes gozan vistiéndose con lencería femenina, para gordos, para amantes del cuero, para adeptos al sado-maso, para “casados y curiosos”, etc. De todo como en botica, dirían nuestros abuelos, para responder a las expectativas y las zonas cómodas del colectivo gay.

Como un menú de televisión por cable, hacemos zapping y vamos saltando de un grupo a otro, etiquetándonos, discriminándonos según lo indique la fantasía del momento. Vamos atomizándonos cada vez más, encarcelándonos en compartimientos estancos, en estereotipos que cargan con su propio set de prejuicios. Vamos perdiendo la capacidad de percibir al otro como un todo que es único en sí mismo.

Al menos, el territorio lésbico de las redes sociales pareciera ser más inclusivo a primera vista. El universo femenino, con su enorme complejidad, pareciera ser menos explícito, menos absurdo en la categorización de las preferencias.

No es lo que haces 

Al no percibir al otro como un todo único en sí mismo, lo encasillamos en un grupo con características particulares. Así que al discriminar a otros, lo hacemos no como individuos que son, sino como pertenecientes a otro conjunto que no es el nuestro, con especificidades (reales o inventadas).

Lo que duele de la discriminación es que, por lo general, no se da hacia individuos con características personales únicas. Se discrimina a la persona sólo por pertenecer (o no) a un determinado grupo, y ya sólo eso la puede hacer culpable de algo. La discriminación no ocurre necesariamente porque la persona haya hecho algo malo, haya cometido un delito o incumplido una norma.

Ésta, por cierto, ha sido una característica medular de las grandes dictaduras del siglo XX, como el nazismo y el fascismo: despersonalizar a los individuos y criminalizarlos solamente por pertenecer a un determinado grupo social.

Bastaba con ser de una determinada raza, religión o grupo socioeconómico para ser automáticamente execrado. Lo importante no era lo que hacías, sino a qué grupo pertenecías o con cuál te identificabas políticamente. Y a una raza, desgraciadamente, ni siquiera puedes pertenecer por elección.

Digamos que abro un perfil en una red social LGBT. Y especifico (con más o menos énfasis) que no quiero conocer a hombres con sobrepeso o mayores de 50 años. Podría  pensarse que estoy simplemente estableciendo una preferencia personal, pero no. Estoy haciendo una declaración a priori sobre personas que no me han propuesto salir.

Declarar mi intención de no conocer a una persona que ni siquiera me ha hecho una proposición es ya una forma de discriminación.

Preferir sin discriminar 

Otra cosa muy distinta sería que alguien que no me gusta me propusiera tomarnos un café o irnos a un hotel, y yo decidiera en ese momento no aceptar. Y estaría perfecto. Pero no tengo que estigmatizar públicamente a todo un grupo sin conocer aún a nadie. Si fuera así, estaría rechazando de plano a todo un grupo en vez de ponerle barrera a un solo individuo.

Discriminar a todo un grupo de personas con una característica en común que no deseo, es perderme la posibilidad de conocer a alguien con otros atributos fascinantes.

Las declaraciones en negativo son armas de doble filo en los perfiles: “No quiero esto”, “no me gusta aquello”, “no me interesa eso”,  “fulano y zutano, absténganse”, “no estoy disponible para…”, como si nos defendiéramos del ataque de una horda mongol. Ellas terminan revelando una lista de falencias no resueltas en nosotros mismos.

Más inteligente, cortés y saludable sería explicar en positivo de las características que me parecen atrayentes en una persona. “Me gusta la gente X”, “me encantan las personas así…”, “lo(a)s prefiero con tales características…”.

Mi abuela tenía un dicho muy sabio: “Uno no es monedita de oro para caerle bien a todos”. Con esto quería decir que nadie está lo bastante encaramado en el palo como para darse el lujo de tratar con desprecio a los demás.

La Fundación Reflejos de Venezuela tiene un eslogan  en uno de sus spots publicitarios. Ganó el Premio ANDA en 2015 como Mejor Mensaje de Beneficio Social/Medios Digitales. Dice: “Si buscas las diferencias, te puedes perder las coincidencias”.

El spot Coincidencias fue ideado para crear conciencia en la sociedad civil hacia nuestra comunidad LGBT. Y parece que ya es hora también de empezar a aplicarlo en casa.

 

Elaborado por Fundación Reflejos de Venezuela

Venezuela salió raspada en derechos LGBT en la EPU

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El pasado 10 de diciembre se conmemoró el Día de los Derechos Humanos en el mundo. El 9 de diciembre estuvo dedicado a los defensores de los derechos humanos (defender los derechos, valga la acotación, es un derecho humano en sí mismo).

Y  Venezuela volvió a salir raspada en el segundo Examen Periódico Universal (EPU) de la ONU, en noviembre pasado.

Cuando en 2011 a Venezuela le fueron formuladas 148 recomendaciones, ya había suficientes motivos de preocupación sobre lo que estaba pasando puertas adentro. En 2016 fueron 103 las naciones que se dirigieron a la representación venezolana para hacer muy serios planteamientos de muy diversa índole.

El reclamo universal totalizó 274 recomendaciones. Ello representa un aumento del 85 por ciento respecto a las que se le hicieron en el primer EPU. No es exactamente un récord honorable para un país que es miembro pro tempore del Consejo de Derechos Humanos.

Los motivos de alarma sobre el desempeño del gobierno venezolano en derechos humanos han subido como la espuma. Lo demuestra el número heterogéneo de países que se pronunciaron sobre Venezuela. Incluso aliados del régimen, como Rusia e Irán, tuvieron algo que decir sobre asuntos como la aplicación del Plan Nacional de Derechos Humanos y seguir con la Comisión Nacional de Tortura.

Por tanto, es muy difícil aceptar la tesis de una conspiración foránea para torpedear los “logros” de la revolución bolivariana. No interesa discutir aquí cuáles y cuántas recomendaciones han podido hacerse a países como Colombia, Estados Unidos o Italia. Para la Fundación Reflejos de Venezuela, regodearse en las materias reprobadas ajenas es simple consuelo de tontos.

Las críticas le han estallado en la cara al gobierno venezolano, pero éste ha preferido correr la arruga y no pronunciarse hasta marzo de 2017.

Comunidad LGBT y derechos humanos

No sólo otras naciones del mundo han tenido algo que decir sobre el caso venezolano. También lo tienen los propios ciudadanos venezolanos. Si se advierte que la comunidad LGBT también incluye a ciudadanos venezolanos con derechos, consultamos con dos de sus protagonistas.

Ellos son Elena Hernáiz, presidenta de la Fundación Reflejos de Venezuela, y André Bellorín, trans masculino y activista por la comunidad LGBT. Ambos expusieron cómo se inserta el tema de los derechos humanos en su propia experiencia vital.

Bellorín, por ejemplo, denuncia el discurso incoherente de un gobierno que ha buscado hacer suya la bandera de la defensa de los derechos de la comunidad LGBT. Pero los resultados han sido poco creíbles. Para empezar, a la gente trans en concreto no se le ha reconocido el derecho humano a la identidad. “El Estado ha sido muy hipócrita con la comunidad”, señala.

«Fíjate que en el momento de las elecciones para la Asamblea Nacional de Venezuela se estaba postulando por el Polo Patriótico a esta señora, Rummie Quintero, para que la apoyara el gobierno. Parece que no obtuvo el apoyo que quería y nunca la nominaron».

«Por el contrario, por la oposición resultó electa Tamara Adrián. Entonces, formando parte de esta comunidad, siempre he estado a la expectativa de qué es lo que va a ofrecer el Estado. Cuáles beneficios voy a obtener si gana tal o cual partido, pero hasta ahora no he obtenido ninguno. Si gana uno o gana otro, mi situación ha sido la misma: siempre estoy desamparado ante la ley».

Todos somos vulnerables

Jorge Valero, embajador venezolano ante la ONU, aseguró en noviembre ante el organismo que el país reconocería la “inmensa mayoría de las recomendaciones”, y que el gobierno asumiría al menos “24 compromisos voluntarios que serán agregados en el addendum” para la próxima sesión en el CDH (marzo de 2017).

Hasta ahora se desconoce cuáles son.

Para Hernáiz (FRV), el problema del no reconocimiento de derechos LGBT no es solamente del Estado venezolano.

“Evidentemente trasciende más allá, pero voy a ser un poco egoísta”, manifiesta. “Nuestros intereses personales es el Estado. Porque somos pueblo del mismo, somos parte de ese Estado y estamos siendo totalmente olvidados”.

«Además la comunidad LGBT en Venezuela está sufriendo las mismas carencias que el resto de la población. Yo puedo pasar 30 años viviendo con una misma persona y yo morir, y quedar desamparada ella. O pasar toda tu vida siendo llamado con un nombre que realmente no corresponde a tu identidad».

«Yo soy ciudadana, el resto es mi intimidad, es mi vida personal. O sea, que no tendría por qué ser diferente, y esa es justamente la lucha que tiene la Fundación, no somos diferentes en principio. Diferentes sí somos, el eslogan es: ‘no soy distinto, no me trates distinto’; pero estamos siendo tratados distinto».

Todos los derechos cuentan

“A mí no me vengan con la pendejada, y perdóname la palabra, de que lo que les está pasando el resto de la ciudadanía es más importante que lo que nos pasa  a nosotros”, agregó Hernáiz. “O sea, no podemos decir que lo nuestro es menos importante”.

«Yo quiero ver cuántas personas con VIH heterosexuales no están ahorita sintiéndose terriblemente desafortunadas porque no tienen condones. La cantidad de niñas que a los 12 años están saliendo embarazadas porque no hay anticonceptivos. Entonces ahí tú te pones a ver, ahí estamos en general todos, sigue existiendo un crecimiento de VIH y no necesariamente dentro de la comunidad LGBT. Entonces, el desamparo es hacia toda la población».

 

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También puede leer la nota de Gitanjali Wolfermann sobre la EPU y Venezuela