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#MonitordeVíctimasCaracas I Asesinan a dos amigos en Petare durante asueto de Carnaval

90 homicidios se registraron en Petare, durante el año 2023, de acuerdo con la data de Monitor de Víctimas

Winder Alexander Ojeda, de 22 años, fue asesinado el pasado 10 de febrero de 2024, y Ricardo Espinoza, también de 22 años, fue acribillado dos días después en el velorio de la primera víctima. Acusan como responsables de los homicidios a integrantes de la banda de Wilexis Acevedo. Van tres homicidios relacionados con este grupo criminal en lo que va de año

 

@franzambranor

 

Dos amigos fueron asesinados a tiros durante el asueto de Carnaval, en la zona 6 del barrio José Félix Ribas de Petare, en en el estado Miranda.

La primera víctima fue Winder Alexander Ojeda, de 22 años, quien fue asesinado el pasado sábado 10 de febrero de 2024. 

Ojeda vivía en La Dolorita, pero estaba visitando a su madre en el sector Cañaveral. Según fuentes extraoficiales, él intentó tomarle fotos a Wilexis Acevedo, líder de la banda criminal que opera en el sector, y horas después lo mataron de múltiples disparos en la cabeza.

Su cuerpo ingresó sin signos vitales al hospital Ana Francisca Pérez de León, en Petare. 

Dos días después, el 12 de febrero, pistoleros ingresaron al velorio de Ojeda en Petare y asesinaron a Ricardo Espinoza, también de 22 años.

Familiares de Espinoza confirmaron la versión en la morgue de Bello Monte, pero no quisieron ofrecer detalles por temor a represalias. Es el tercer homicidio relacionado con la banda de Wilexis, en lo que va de año.

El 5 de febrero de 2024, el cadáver de Jeanwinder Alexander Marín Blanco, de 20 años, fue encontrado con múltiples disparos en la vía pública. La víctima era, supuestamente, hijo de crianza de Wilexis Acevedo, quien lo habría asesinado, de acuerdo con versiones no confirmadas.

Acevedo figura en la lista de los delincuentes más buscados por el Ministerio de Interior, Justicia y Paz, y se le acusa de homicidio, robo de vehículos y agavillamiento. Actualmente, hay una recompensa por su captura de 150 mil dólares.  

En 2023, Monitor de Víctimas registró 304 homicidios en el Área Metropolitana de Caracas, 90 de estas muertes corresponden a Petare, de las cuales 80 fueron por arma de fuego.

dos amigos

Seis funcionarios de la Dgcim implicados en asesinato de niña de La Dolorita

Seis funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) estarían implicados en el asesinato de la niña Yadimar Sierra, de 11 años, ocurrido la noche del pasado domingo 13 de noviembre de 2022, tras recibir un disparo en la cabeza, presuntamente, que le hizo un funcionario de ese organismo, quien estaba ebrio. El hecho ocurrió en el sector Las Casitas del barrio La Lira, en La Dolorita, municipio Sucre del estado Miranda.

Este martes 15 de noviembre, familiares, amigos y vecinos del sector protestaron exigiendo justicia por el crimen y desmintieron la versión dada por allegados del presunto homicida, quienes alegaron que el hecho habría sido un accidente.

Un vecino conflictivo

Oswaldo Sierra, tío de la víctima, señaló que todo ocurrió el pasado domingo, en horas de la tarde, cuando Alexander Hurtado, funcionario de la Dgcim y presunto asesino, se encontraba ingiriendo bebidas alcohólicas junto a su esposa y otros familiares, cuando se puso belicoso. 

Comenzó a amedrentar con su arma de fuego a quienes pasaban: quería obligarlos a levantarse la camisa y mostrar que no estaban armados.

“Hurtado había discutido con sus familiares y con unos muchachos que no quisieron mostrarle nada. En medio de la discusión, pidió apoyo a otros funcionarios, a quienes les dijo: ´Yo los he ayudado; ahora, ayúdenme a mí”, relató Sierra. 

A los pocos minutos, llegaron los agentes en una camioneta modelo D-Max blanca, sin placas, y en un Renault Twingo rojo, también sin matrículas”.

“Como si estuvieran en el salvaje oeste”

La abuela paterna de la niña, María Eugenia Segovia, agregó que llegaron disparando a lo loco. “Como si fuera el salvaje oeste. Yadimar estaba en la sala de la casa y se levantó a cerrar la ventana. Se dio la vuelta y dispararon dos veces. Un tiro reventó la ventana y le dio en la cabeza. Su hermanita la vio caer y gritó que le habían disparado. La sacamos sangrando y cuando los funcionarios vieron lo que habían hecho, se fueron; no nos ayudaron, huyeron. Nos dejaron con la niña malherida en los brazos”, contó la abuela.

Ayuda para que su mamá regrese a enterrarla

Reina Arteaga, tía materna de Yadimar, exigió justicia por el asesinato. Explicó que el papá de la niña murió hace 9 años y su mamá está en Perú, desde hace un mes. 

“Se fue para ayudar a la familia. Ella estuvo dos años en Ecuador y regresó a finales de diciembre del año pasado, pero la cosa está tan difícil, que era necesario un dinero extra y nuevamente emigró. Ahora, no tiene cómo regresar; por eso necesitamos apoyo del Gobierno, para que regrese y al menos pueda decirle adiós a su bebé”.

Mataron a la niña que cantaba el himno

Amiguitos de Yadimar la recordaron como “la niña que cantaba el himno”. “Ella cantaba fuerte, decía que teníamos que cantar muy duro, porque era nuestro himno y teníamos que sentir orgullo”, comentaron.

Otros la recordaron porque le gustaba jugar metras con ellos. Su tía agregó que era muy dada con la gente: “Todos la querían, era muy alegre; era una niña hermosa”.

                                                   Protesta de la comunidad en rechazo del asesinato de la niña Yadimar Sierra 

 

33 niños asesinados en la línea de fuego 

Por lo menos, 287 niños y adolescentes han sido asesinados en Caracas entre mayo de 2017 y septiembre de 2022, según datos recopilados por Monitor de Víctimas; de estos, 246 eran de sexo masculino y 41 de sexo femenino.

33 de los niños asesinados durante ese período murieron como consecuencia de haber quedado atrapados en el medio de la línea de fuego o impactados por las denominadas balas perdidas durante tiroteos.

Al regionalizar las muertes de niños y adolescentes, se observa que 30 fueron asesinados en Petare, 23 en la parroquia Sucre, 4 en La Dolorita y 1 en la parroquia Leoncio Martínez.

 

 @Carlos_DHoy

Adolescente de 16 años fue asesinado en La Dolorita

Eran casi las 2:00 de la madrugada de este domingo 23 de octubre de 2022, cuando familiares de Joiver José Alcántara Jiménez (16) se enteraron de que lo habían herido de bala.

Luego de recibir dos proyectiles que lo impactaron en la cabeza quedó tirado en el suelo del sector El Terminal de la parroquia La Dolorita, del municipio Sucre, estado Miranda.

Desde la morgue de Bello Monte, los deudos relataron que existen dos versiones del hecho.

Una de estas es que el joven, al parecer, había discutido con un hombre en el sitio, por una muchacha, y al darle la espalda, este sacó un arma y le disparó.

La segunda versión guarda relación con una mujer con la que, presuntamente, el adolescente estaba bailando.

«Dicen que la pareja de ella los vio juntos y se molestó. Que estaba borracho y se acercó hasta donde mi hermano y le metió los dos tiros», mencionó Jhoymer, mientras acompañaba a su mamá en la gestión de los trámites para retirar el cuerpo de la víctima en la medicatura forense.

 

También recordó que hacía poco tiempo que lo había visto con vida, porque estaba en el lugar minutos antes del suceso. Suele frecuentar el sitio donde los lugareños se reúnen con sus carros y escuchan música, como una fiesta callejera.

El hermano de la víctima comentó que se retiró del compartir, porque debía salir en la mañana.

Sin embargo, Joiver no se había quedado solo. Un primo, a quien le quitó las llaves de la moto y su celular, también estaba en el lugar.

«Me alejé para conversar con mi barbero y luego escuchamos las detonaciones», detalló. El joven relata que al preguntar sobre lo que estaba pasando a la multitud que corría, le respondieron: «Mataron a Joiver».

La víctima de 16 años fue llevada hasta la clínica popular de La Dolorita. De acuerdo con la versión de sus familiares, el joven no recibió atención médica.

«Prácticamente lo dejaron morir. Porque llegó vivo», aseguraron.

Según los médicos de guardia, no tenían los insumos necesarios para ayudarlo. Por esta razón, allegados lo trasladaron en una moto hasta el hospital Ana Francisca Pérez de León, pero llegó muerto.

De manera extraoficial se conoció que funcionarios del Cuerpo de Investigaciones, Penales y Criminalísticas (Cicpc) adelantan las pesquisas del suceso. También se conoció que están verificando imágenes de unas cámaras del lugar, para dar con el responsable del crimen.

 

Joiver José Alcántara Jiménez, de 16 años de edad, era el segundo de dos hermanos y estudiaba 4to año de bachillerato en el liceo Francisco Isnardi.

Un centenar de víctimas en Municipio Sucre

Cifras recopiladas por Monitor de Víctimas arrojan que en la parroquia La Dolorita, de enero a septiembre de 2022, se han registrado tres homicidios.

Por otra parte, en ese mismo período en el municipio Sucre, se reportaron 105 víctimas que incluyen a Alcántara Rodríguez.

@jheilyn_cermeno

Denuncian a PNB de asesinar a un joven herido en otra balacera

Inés Acuña cuenta que al único hijo que le quedaba vivo lo hirieron de bala el pasado 23 de septiembre de 2022, mientras ella celebraba su cumpleaños. Madre e hijo se habían trasladado desde su residencia en Caucagua, en el municipio Acevedo de Miranda, hasta la casa de la abuela en el barrio Caballo Mocho, de Filas de Mariche, en Caracas, para hacer la reunión familiar que quedaría marcada por una balacera. Cinco días después, sin embargo, ocurriría algo peor.

Eran las 7:00 pm cuando Valentín Alberto Cárdenas Acuña, de 23 años, le acababa de llevar la torta a su madre y había salido nuevamente a comprar los refrescos de la fiesta. Pero esa noche, un enfrentamiento entre bandas y la policía truncó el convite cuando el joven quedó en medio del fuego cruzado. Una bala le impactó una pierna y le rozó los testículos y otra entró por su cadera y se alojó cerca del colón.

Cárdenas Acuña fue llevado al Hospital Dr. Domingo Luciani, en El Llanito, y al día siguiente lo dieron de alta, pero tenía una bala dentro de su cuerpo. Detectives del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) entregaron documentos a la familia que comprobaban que el muchacho quedó en medio de la línea de fuego, que no había participado en el enfrentamiento, y recomendaron que lo llevaran al departamento de Medicina Legal en la sede del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf), en Bello Monte, para que lo examinaran y para que denunciaran el hecho. 

Este último paso lo cumplieron la mañana del martes 27 de septiembre y confirmaron que necesitaba una cirugía. Cuando volvieron a casa, Cárdenas Acuña comenzó a vomitar. La bala que había quedado cerca del colon se la debían sacar pronto. No podía caminar.

PNB fueron por él

Desde que lo hirieron, el joven se había quedado en la casa de su padre, en la calle Juan XXIII de La Dolorita, y allí estaba el miércoles 28, cuando se preparaba para hacerse una ecografía en una pequeña clínica de La Florida. Eran las 7:00 am, cuando los golpes hicieron retumbar la puerta de la vivienda. Miembros de la División Contra La Delincuencia Organizada de la Policía Nacional Bolivariana (DCDO-CPNB) tenían rodeada la casa.

Una tía de Cárdenas Acuña se acercó a la salida y, al abrir, la empujaron y le lastimaron un brazo. Funcionarios de la Policía Nacional irrumpieron en la casa para revisar sin orden de allanamiento. Se abrían paso con violencia y amenazas. Cuando vieron al joven sentado sobre su cama, sin poder moverse por las heridas de bala, comenzaron a hacer preguntas: qué le había pasado, por qué no podía moverse, por qué no estaba internado.

La madre de Cárdenas Acuña empezó a contar la historia y a mostrar los documentos que exculpaban a su hijo de estar vinculado con la balacera. Pero de nada sirvió. Los uniformados resolvieron llevar detenidos a los padres del muchacho y a su tía. Los recluyeron en la sede de la PNB hasta las 2:00 pm y luego los trasladaron hasta Filas de Mariche para liberarlos. El muchacho se quedó solo en casa.

El camino de regreso lo hicieron a pie. Cuando llegaron, todo estaba desordenado. Se habían llevado todos los objetos de valor, dinero en efectivo y hasta comida. Cárdenas Acuña tampoco estaba, pero las sábanas de su cama tenían sangre, la pared estaba salpicada y todo estaba roto. En otras partes de la casa había balas incrustadas. A esa hora, el joven estaba en el Hospital Domingo Luciani, en El Llanito, muerto. Hasta allá lo llevaron los policías junto a otros dos vecinos que también murieron.

La reconstrucción que los vecinos hicieron del hecho es confusa: algunos dicen que lo sacaron vivo de su casa, y otros aseguran que ya estaba muerto. Otros más cuentan que los policías se habían ido de la vivienda y luego volvieron con la hermana de uno de los presuntos delincuentes que murió en la balacera en la que hirieron a Cárdenas Acuña, la semana anterior. 

La madre del joven temblaba de impotencia mientras hacía el recuento de lo sucedido. Acababa de lograr que no lo enterraran arbitrariamente con el resto de los hombres que la PNB mató ese día, durante un operativo que se extendió por barrios de Petare, La Dolorita y Filas de Mariche. Pero no pudo convencer a las autoridades para que le dejaran velar el cuerpo y despedirlo. Los policías aseguraron que murió mientras se les enfrentaba, aunque las heridas ni siquiera lo dejaban caminar. También dijeron que era integrante de las bandas de alias «Wilexis” y “Cheo”.

Cárdenas Acuña era buhonero. Vendía caramelos en Caucagua y así mantenía a su hija de 3 años. Era el menor de tres hermanos, aunque el único vivo. Hace 16 años, mataron a uno de ellos para robarlo y hace 6 asesinaron a otro en medio de una discusión. 

El joven es una de las 13 víctimas que, de acuerdo con cifras de Monitor de Víctimas, dejó el operativo que la PNB emprendió durante días en varios barrios de tres parroquias del municipio Sucre. Hasta agosto de 2022, 17 personas habían muerto por ejecución extrajudicial en esas zonas.

@loremelendez

#MonitorDeVíctimasCaracas | Familiares de víctimas en operativos en Petare denuncian que fueron ejecutados por los cuerpos policiales

En la operación policial mixta realizada en la parroquia Petare, entre el martes 27 y el miércoles 28 de septiembre, y que culminó con la muerte de 11 personas, podrían haberse cometido serias violaciones a los derechos humanos, según testimonios de familiares de 6 de las víctimas, quienes denunciaron la presunta ejecución extrajudicial de sus allegados.

Entre los fallecidos, destaca la historia de José Luis Vásquez, de 28 años, un pescador natural de Punta Cazonera, un poblado cercano a Manzanillo, en la isla de Margarita. 

Vásquez viajó la semana pasada a Petare por el cumpleaños de su hija, que celebrarían en la casa de sus abuelos, en el barrio José Félix Ribas.

“La fiesta familiar fue el pasado jueves 22 de septiembre. Ese día, le hizo una torta, luego se quedó pasando unos días acá antes de regresar”, dijo su hermana, quien pidió no ser identificada.

“La mañana del 28 de septiembre, José Luis estaba en la casa y salió con un sándwich y un jugo en las manos. Estaba sin camisa y en pantalón corto, porque iba a una bodega al frente de la casa y regresaría. Y justo en ese momento, pasaron los policías y le dispararon. Él pidió que no lo mataran, que no era un malandro y se lo llevaron. Luego nos informaron que había muerto”.

“José Luis no tenía nada que ver con bandas, -agregó- tenía una semana en Petare. No entiendo por qué lo mataron. Lo peor es que no nos van a dejar velarlo, porque lo presentaron como un delincuente y era un pescador que no tenía problemas con nadie”, dijo su hermana.

Los ruletearon y mataron

Por su parte, familiares de Jackson González (24) recordaron que aunque no tenía trabajo fijo, “siempre estaba haciendo algo para rebuscarse. Ayudaba a los vecinos, trabajaba de obrero, lo que saliera”, dijo su tía Francis Toro.

“A Jackson lo mataron el martes. Estaba sentado en la entrada de su casa, en el sector La Matica de Maca, cuando llegaron los policías y se lo llevaron, junto a otros dos muchachos, entre ellos, un menor de edad. Los ruletearon toda la noche”, comentó su pariente. 

Su pareja, Nakarid Pérez, dijo que a las 3:00 de la madrugada escuchó unos gritos. “Lo tenían en una casa cercana. Él me estaba llamando, escuché ruidos, gritos, y disparos… Luego, pedía auxilio. Decía que no lo dejaran morir, porque tenía tres hijos y no escuché más nada. Los metieron en una camioneta amarilla y se los llevaron”.

Junto a Jackson también fue asesinado Andrés Alcides Echezuría Cardozo de 29 años de edad, quien deja un hijo de 6 años.

Su papá, quien pidió no ser identificado por temor a recibir represalias, dijo que su hijo vivía en Maca. “El hecho ocurrió en el sector La Matica de Maca Este. A ellos los agarraron a las 9:00 de la noche y los ruletearon toda la noche, en una camioneta amarilla, Toyota, Autana. A las 3:30 de la madrugada, los policías lo ejecutaron en el callejón La Venecia”.

No tenía nada qué temer

Similar es la historia del comerciante Jesús Manuel Gómez Hernández, de 22 años, quien fue detenido en La Dolorita.

Gómez Hernández deja una niña de un año. Estaba durmiendo junto a su esposa, a las 8:30 de la mañana. “Fue cuando comenzamos a escuchar golpes -relató su pareja-. Jesús Manuel se levantó y se asomó por la ventana, vio que le apuntaban y le gritaron que levantara las manos. Yo abrí la puerta, le pedí a los policías que tuvieran cuidado, porque en la casa había tres niñas y una bebé. No teníamos nada qué temer“.

“Los policías entraron en la casa y me metieron en un cuarto con las niñas. A él lo dejaron en otro cuarto. A mí y a las niñas nos sacaron. Íbamos caminando por un pasillo cuando un policía disparó y comenzó a pedir apoyo. Decía que estaba en un tiroteo y era mentira. Yo estaba allí, cuando dispararon hacia el cielo, pero por radio decían que necesitaban refuerzos. Montaron todo un teatro”.

“Intenté ir a la casa a ver cómo estaba Jesús y no me dejaban pasar. Estaba angustiada. Los mismos policías me decían que no me preocupara, que todo estaba bien, pero ya lo habían matado”.

En la casa de Jesús Manuel dejaron unos guantes y un hueco en la pared, según detalló su esposa. “Todo lo limpiaron. Se llevaron mi teléfono, un dinero que nos habían pagado la noche anterior y querían llevarse mi moto, la que utilizo para trabajar y que compré con todo mi esfuerzo y trabajo”.

Policías protagonistas de la violencia en Petare

De acuerdo con datos recopilados por el equipo de Monitor de Víctimas, desde mayo de 2017 a agosto de 2022, en Petare, por lo  menos, 897 personas fueron asesinadas, de ellas 349 murieron a manos de funcionarios policiales y militares

De las 60 víctimas que ha dejado la violencia en Petare en lo que va del año 2022, 30 de estas personas murieron a manos de funcionarios policiales; en 16 casos hubo presuntas ejecuciones extrajudiciales y 10 fueron documentadas con el móvil de “resistencia a la autoridad». 

Otros 4 homicidios fueron:  2 que quedaron atrapados en la línea de fuego, 1 por violencia de género y otro en el que la causa de la muerte está por determinarse.

@Carlos_DHoy

#MonitorDeVíctimas | Asesinaron a dos hombres que salían de fiestas en Petare y Sarría
A ambos les robaron los zapatos. Uno de ellos se detuvo a orinar cuando fue abordado por los antisociales. El otro se retiraba a su casa

Sandra Guerrero @SandraGuerrero1 / Fotografías Carlos Ramírez

FRANK NELSON SOJO QUEVEDO, COMERCIANTE, DE 23 AÑOS DE EDAD, se divertía con sus amigos en una fiesta que realizaban en una casa  de la calle Juan XXIII, sector la U del barrio La Dolorita de Petare.

Junto a unos amigos se marchó de allí para seguir celebrando en otra reunión.

Salieron juntos, pero Sojo Quevedo se quedó atrás porque tenía ganas de orinar y se detuvo en la vía.

Esa circunstancia fue aprovechada por unos delincuentes que estaban a la caza de víctimas.

Los antisociales lo llevaron hasta un callejón y le dieron dos disparos, uno en el corazón y otro en el abdomen.

Cuando el hombre cayó al pavimento los homicidas aprovecharon para robarle sus zapatos y ponerle otro calzado.

Los amigos que habían salido con él de la fiesta se devolvieron en vista de que él no llegaba al sitio acordado y hallaron el cadáver.

A pesar de que estaba muerto lo trasladaron a la clínica popular de La Dolorita. Vivía en el sector El Tanque de esa parroquia.

Murió desangrado

Para el 31 de agosto pasado, Michell Alexander Pérez, de 20 años de edad, no estaba estudiando ni trabajaba.

En la noche de ese día asistió a una reunión familiar que se celebraba en una casa de Sarría, urbanización Simón Rodríguez de la parroquia El Recreo.

Allí estuvo hasta la madrugada del primero de septiembre cuando se retiró de la fiesta para dirigirse a la vivienda de unos primos.

En el camino fue atacado por varios hombres armados. Aunque los vecinos oyeron los gritos de auxilio del joven, nadie salió a ayudarlo.

Cuando los primos fueron a buscarlo, porque Pérez residía en el sector La Troya de Barlovento, lo hallaron muerto porque el disparo que le dieron en una pierna le afectó la arteria femoral.

Le quitaron la vida para robarle los zapatos.

Había venido a Caracas para asistir a la reunión familiar.

#MonitordeVíctimas | Robaron y mataron a un funcionario de Polichacao en La Dolorita

JUAN DE LA CRUZ CARVAJAL tenía más de 20 años trabajando como funcionario policial, específicamente, en organismos municipales. Primero, fue efectivo de la Policía de Baruta (Polibaruta) y luego de la Policía de Chacao (Polichacao). En este último cuerpo tenía el cargo de supervisor en jefe.

«Fue asesinado de dos disparos en la cabeza en la puerta de su casa en La Dolorita», informó el alcalde de Chacao, Gustavo Duque. Carvajal tenía 51 años. Estaba en camino a su casa en La Dolorita, Petare a las 8:00 p. m. del pasado martes 2 de abril cuando un grupo de delincuentes lo mataron con dos tiros en el cráneo, luego de robarle su arma de reglamento y dos cargadores.

«Lamentamos profundamente el asesinato del querido Carvajal, funcionario respetado y querido por sus compañeros, especialmente por nuestros vecinos, con quien tenía una cercanía muy grande y una gran vocación de servicio. Estamos prestando todo el apoyo a sus familiares», acotó Duque.

Carvajal era oriundo de Maturín en el estado Monagas, dejo huérfanos a cuatro hijos (3 varones y 1 hembra) y estaba haciendo un postgrado en criminalistica según expuso su viuda, Mirla Bonilla de Carvajal. «El comenzó su carrera cuando tenía 17 años como Guardia Nacional y luego fue pasando a varias policías. No es justo que maten a alguien por el simple hecho de quitarle un arma», dijo. Agregó que Carvajal no tenía aparentes enemigos y poseía una relación cordial con sus vecinos.

209 policías murieron a manos de la violencia en Venezuela en el 2018 de acuerdo con la Fundación para el Debido Proceso (Fundepro). Además, en ese mismo año fueron asesinados 54 militares y 3 escoltas. Las policías estadales y municipales fueron las que tuvieron más efectivos caídos con 117 casos, es decir, un 44 % del total. Miranda, Distrito Capital y Aragua fueron los estados en los que se presentó la mayoría de los homicidios. En Aragua fueron 45, en Miranda 43, mientras que en Caracas se registraron 31 asesinatos.

Por otro lado, Fundepro señaló que la mayoría de los funcionarios caídos el año pasado no estaban en franco de servicio, de hecho, solo 76 estaban en sus labores. El resto (71 %) no estaban uniformados, como fue el caso de Carvajal, quien deja a tres hijos: dos de ellos mayores de edad —que tienen 28 y 18 años— y un adolescente de 16 años.

En los últimos seis años de la gestión de Nicolás Maduro, Fundepro registró 1966 funcionarios caídos por la violencia.

#MonitorDeVíctimas | Estrangularon una mujer en La Dolorita y se llevaron a su hijo de dos años
Vecinos observaron cuando el esposo de la víctima salía de la vivienda cuando, de acuerdo a la data de muerte, ya había ocurrido el homicidio

Lysaura Fuentes @lysaurafuentes / Fotografía Carlos Ramírez

Los problemas que tenía Bárbara Mayerling Rodríguez, de 27 años de edad, con su esposo terminaron en tragedia. Este domingo, alrededor de las 6:00 de la tarde, fue encontrado su cadáver en avanzado estado de descomposición en su vivienda del sector Las Casitas I, barrio La Lira de La Dolorita, estado Miranda.

Bárbara llevaba tres años de relación con Robert Manuel Medina, con quien tenía un niño de dos años de edad llamado Axel Manuel Medina.

«Ella era muy reservada y no nos había contado que tenía problemas con el hombre», dijo un familiar quien prefirió no identificarse.

Desde el pasado viernes, los vecinos de Bárbara se extrañaron porque no la habían visto, pero pensaron que se había trasladado hasta Santa Lucía del Tuy, en Miranda, para visitar a su madre que sufre de diabetes.

El sábado a las 6:00 de la mañana, los vecinos vieron a Robert Manuel salir con el niño de ambos en brazos, una situación que los llevó a comunicarse con un sobrino de la víctima, quien ingresó a la casa el domingo y encontró muerta a Bárbara en avanzado estado de descomposición y signos de estrangulamiento.

Funcionarios del Cicpc se encuentran buscando a la pareja de la víctima por ser el principal sospechoso del crimen y por llevarse al niño, pero hasta el momento no ha sido encontrado.

La víctima era docente en la Unidad Educativa Carmen Valverde de la zona y la menor de tres hermanos.