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Todo listo para la cumbre con Kim: Trump llega a Singapur

A las 20.21 hora local (12.21 GMT) de este domingo (10.06.2018) aterrizó en la base militar Paya Lebar, en Singapur, el Air Force One con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a bordo. El mandatario, que llegó a la pequeña ciudad-estado tras un vuelo de 20 horas desde Canadá, donde participó en la cumbre del G7, fue recibido por el ministro de Exteriores singapurense, Vivian Balakrishnan, y se reunirá este lunes 11 de junio con el primer ministro, Lee Hsien Loong.

La reunión será la previa al encuentro entre Trump y el líder supremo de Corea del Norte, Kim Jong-un, que tendrá lugar el martes 12 de junio, que ha acaparado el interés internacional y del que se espera se logren avances en la desnuclearización de la península coreana a cambio de un relajamiento de las sanciones económicas y diplomáticas que pesan contra el régimen de Pyongyang.

Trump dijo a la prensa que se encuentra «muy bien” a la espera del encuentro. Tras un breve saludo, se subió a una limusina, que lo trasladó a su hotel junto a una comitiva compuesta por unos 30 vehículos. Ni el mandatario ni sus más allegados realizaron declaraciones en el Air Force One, y salvo su breve «muy bien”, Trump no habló con la prensa tras descender del avión y saludar a quienes lo esperaban.

Singapur  en la historia

La histórica cumbre, la primera bilateral entre mandatarios de ambos países, era un suceso impensado hasta hace algunas semanas, cuando Kim y Trump intercambiaban toda clase de insultos a través de las redes sociales y la prensa. Es también el viaje más largo realizado por Kim Jong-un desde que está en el poder, y puede marcar un suceso histórico si consigue terminar con las tensiones y pone fin al plan nuclear norcoreano.

Consciente de todo ello, Kim Jong-un dijo este domingo, poco antes de reunirse con el primer ministro de Singapur, que «el mundo entero está pendiente de esta cumbre histórica entre la República Popular Democrática de Corea (nombre oficial de Corea del Norte) y los Estados Unidos de América», y que está seguro de que si la cumbre es exitosa, «el nombre de Singapur entrará en la historia”.

 

El presidente surcoreano, Moon Jae-in, y el máximo líder norcoreano, Kim Jong-un, se reunieron por segunda vez en un mes, informó la oficina presidencial en Seúl.

Ambos se habían visto en persona por primera vez el 27 de abril, al igual que en la localidad fronteriza de Panmunjom. El resultado de la nueva cumbre no se dará a conocer hasta el domingo.
Pocas horas antes, el presidente estadounidense, Donald Trump, había anunciado en Twitter que al contrario de lo que había asegurado 24 horas antes, aún confía en que sea posible reunirse con Kim en Singapur el 12 de junio.
«Tenemos conversaciones muy productivas con Corea del Norte para restablecer la cumbre», escribió Trump en la noche del viernes en Twitter. «Si se llega a producir, seguramente será en la misma fecha, el 12 de junio, en Singapur». En caso de ser necesario, la reunión podría prolongarse más, agregó.
El jueves, Trump había cancelado el encuentro en una carta dirigida a Kim Jong-un en la que se quejaba de la actitud agresiva de Corea del Norte y su dura retórica. Pyongyang había sido el primero en amenazar con una suspensión de la cumbre, pero tras la carta del presidente ambas partes volvieron a dialogar.
El encuentro entre Kim y Moon no había sido anunciado con anterioridad. De hecho, Corea del Norte había suspendido los contactos con el Sur en protesta por una serie de maniobras militares de Seúl con Washington.
En la cumbre del 27 de abril, Kim aseguró que estaba dispuesto a desmontar por completo su programa de armas nucleares y sellar la paz con Corea del Sur, con la que hasta ahora sólo ha firmado un armisticio tras el final de la guerra hace 65 años.
Kim no había hecho concesiones concretas para acabar con su arsenal nuclear, pero el encuentro fue considerado una pieza clave de cara a la reunión con Trump.
En abril, Kim fue el primer líder de su país en cruzar la frontera hacia el sur desde el final de la Guerra de Corea (1950-53), y fue recibido en la Línea de Demarcación por Moon.

 

 

El mundo no tiene los ojos puestos en Venezuela. Lo siento si esta afirmación molesta a algunos, pero es la realidad. Desde luego, hay una preocupación como nunca antes por nuestro lamentable estado, sobre todo entre los gobiernos de la comunidad internacional democrática. Pero de ahí a una fijación constante de la opinión pública global en la suerte de los venezolanos hay mucho trecho. Mucha más atención reciben los dimes y diretes entre Kim Jong-un y Donald Trump. Ahora la histórica cumbre entre los gobernantes de estas dos naciones históricamente enemistadas quedó en pico de zamuro. Concluya como concluya este relato, hay al menos tres hombres que tienen razones para celebrar el acercamiento entre ambos países. Me refiero a los tres estadounidenses de ascendencia coreana que la dictadura de Kim mantenía detenidos. Ahora están de vuelta en Norteamérica, lejos de aquella pesadilla, como resultado de las negociaciones entre Washington y Pyongyang.

Al leer la noticia sobre estas liberaciones, me resultó inevitable recordar un episodio de nuestra propia historia nacional que, dado el carácter extraordinario de los hechos contenidos en ella, me sorprende la profundidad del abismo de olvido en que ha caído (aunque tal vez, dado el desinterés por el pasado que tanto se achaca a los venezolanos, la cosa no sea tan insólita). Allá en las antípodas del Lejano Oriente, otro Kim tuvo en cautiverio a un conciudadano.

Esta es la historia del poeta Alí Lameda. Nació sobre el suelo ardiente de Carora y, como buena parte de las elites intelectuales y artísticas en la segunda mitad del siglo XX, fue seducido por el marxismo-leninismo. Particularmente en los años 60, los movimientos de extrema izquierda eran percibidos por las mentes inquietas como la esperanza de la humanidad. No solo en Venezuela, ni en Latinoamérica. En todo o casi todo el mundo fue así. En medio de esta atmósfera ñángara, un Lameda militante y comprometido con el internacionalismo proletario tomó una decisión que tal vez resultó extravagante hasta para sus compañeros de causa.  A saber, viajar a Pyongyang y ponerse al servicio de Kim Il-sung, fundador del Estado norcoreano y abuelo del actual líder supremo cuya fotografía todos hemos visto por estos días en la prensa. Su función fue traducir al castellano los discursos de Kim, acaso para revertir los efectos de cualquier interpretación de los mismos que periodistas burgueses pudieran hacer con toda mala intención en Latinoamérica.

La periodista Milagros Socorro publicó hace unos años en El Estímulo una narración magistral de la experiencia de Lameda en Corea, fundamentada, además de la investigación propia de la autora, en una entrevista que el comunicador Carlos Díaz Sosa, cuñado de Lameda, hizo a este luego de que saliera del averno.

A pesar de sus labores a la orden del déspota, un día de septiembre de 1967 la policía le aplicó lo que hoy en Venezuela es siniestramente llamado “Operación Tun Tun”. De su apartamento se lo llevaron preso y acto seguido lo acusaron de ser “un enemigo del pueblo democrático de Corea” (a los regímenes totalitarios les encanta valerse del título de la obra de Ibsen para hacer señalamientos aberrantes). El desconcierto de Lameda debió ser como el de Josef K en El proceso de Kafka. Al parecer incluso llegó a creer que su nueva situación se debía a algún comentario irónico hecho sobre su temible empleador ante compañeros de trabajo con complejo de anfibio. La intolerancia a todo cuestionamiento, incluso el más inocente, es un rasgo característico de las tiranías.

El remedo de juicio al bardo venezolano fue solo el inicio de una tragedia de siete años de presidio en las condiciones más horrendas que se pueda imaginar. Lo encerraron en un campamento de prisioneros donde el hambre, la comida no apta para el consumo humano, la falta de equipamiento sanitario y las torturas eran la norma. También la soledad, la incomunicación completa con sus familiares, la prohibición de tener material de lectura o papel para escribir (hablamos de un poeta, téngase en cuenta) y la ausencia de abrigo para protegerse de un frío asiático que erizó los pelos en una piel que más bien debía estar hecha para el sol fuerte de las zonas xerófitas larenses (a menos que haya sido abstemio, ¡cómo debió desear un baso de cocuy cálido en esos momentos!).

Así pasó un septenio. Lo soltaron en septiembre de 1974. Esa bendita libertad, como cantara Ismael Rivera, fue el producto de un largo proceso de negociaciones internacionales entre los gobiernos de Rafael Caldera y Carlos Andrés Pérez, por un lado, y la dictadura norcoreana, por el otro. Por suerte para Lameda, se consiguió un mediador que estaba en el mismo lado de la bipolaridad que Kim: Nicolae Ceausescu, mandatario de la Rumania comunista conocido entonces por sus relaciones más bien amistosas con las democracias occidentales.

Fuera de su celda, Lameda requirió de una estadía en Berlín (honestamente no sé cuál de los dos) para recuperarse físicamente antes de volver a la patria. Fue durante esta pasantía europea que el vate contó sus penurias a Díaz Sosa … Y también la supuesta causa de su cautiverio. Según su relato, en algún momento se enteró de que todo fue producto de un pleito entre camaradas rojos en el Caribe. En el año 67, cuando lo destuvieron, el grueso de las guerrillas comunistas venezolanas decidió dejar las armas y volver a la vida política. Los contactos con el Gobierno estaban en marcha para iniciar la pacificación, una vez comprobado el fracaso rotundo que resultó intentar repetir la experiencia de Sierra Maestra en el cerro El Barchiller, o la de los montes de Escambray en los alrededores de El Tocuyo. Ah, pero tan mala experiencia no convenció a La Habana. Fidel Castro emprendió entonces una campaña furibunda contra los dirigentes del Partido Comunista de Venezuela, a los que acusó de traidores por dejar el fusil. Lameda señaló al gobierno de la isla de ordenar su detención como represalia, y Corea del Norte, donde la decisión del PCV tampoco agradó, se prestó para cooperar.

El poeta trabajó en el servicio exterior luego de regresar a Venezuela y poco aludió a su presidio coreano hasta su muerte en 1995. Haya sido verdadera o no su versión sobre las razones por las que fue internado, la cuestión destacada es que una dictadura de extrema izquierda sumió en un verdadero infierno a un convencido de la misma ideología que dejó atrás a su tierra y a su familia por colaborar con lo que creía correcto. Los despotismos suelen pagar mal hasta a sus más fieles servidores. Nunca he visto que en algún foro oficialista venezolano se discuta el caso de Lameda. Tal vez ello no sería congruente con la idea que la elite gobernante actual tiene de Corea del Norte, Estado miembro del Movimiento de Países No Alineados. A esta asociación la propaganda roja rojita se ha referido como un espacio en el que conviven “los pueblos que luchan por las causas justas de la humanidad”.

Poner a alguien tras las rejas por razones políticas es, al contrario, uno de los actos más inhumanos que puede haber. Se hizo antes y se hace hoy. Es imposible saber qué harán Trump y Kim de ahora en adelante. Por ahora, queda sonreír por los estadounidenses que vuelven a casa, tal como en su momento hubo sonrisas por la vuelta de Alí Lameda.

 

@AAAD25

 

El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció la cancelación de la cumbre prevista con el líder norcoreano Kim Jong-un el 12 de junio en Singapur debido a la «abierta hostilidad» por parte de Pyongyang.

«La cumbre de Singapur, para el bien de ambas partes, pero en detrimento del mundo, no tendrá lugar», afirmó Trump en una carta dirigida al líder norcoreano.

En su misiva, el mandatario advirtió a Kim del poderío militar estadounidense frente al norcoreano.

«Usted habla de su capacidad nuclear, pero la nuestra es tan grande y poderosa que rezo a Dios que nunca tenga que ser usada», recalcó.

«El mundo y Corea del Norte en particular, ha perdido una gran oportunidad para una paz duradera», remarcó Trump. Además, destacó que la cancelación del encuentro representa un triste momento para la humanidad.

La suspensión de la histórica cumbre se produce después de días de creciente tensión y nerviosismo entre ambas partes.

«Nosotros no suplicaremos a Estados Unidos por diálogo y tampoco nos molestaremos en persuadirles si no se quieren sentar con nosotros. Si Estados Unidos se reúne con nosotros en una habitación o nos encuentra en un enfrentamiento nuclear depende totalmente de su decisión», señaló la vicecanciller de Exteriores de Corea del Norte, Choe Son-hui.

La semana pasada, Pyongyang amenazó con cancelar la cumbre, la primera de la historia entre los dos países, debido lo que consideró como presiones de la Casa Blanca para imponerle un modelo de desnuclearización unilateral y Trump reconoció el pasado martes su posible retraso.

La cita entre Kim y Trump hubiese sido la primera entre los líderes de Estados Unidos y Corea del Norte tras casi 70 años de confrontación iniciada con la Guerra de Corea (1950-1953) y más de un cuarto de siglo de fallidas negociaciones.

Corea del Norte afirma que reunión con EEUU podría ser cancelada

 

El gobierno de Corea del Norte planteó este 15 de mayo la posibilidad de cancelar la cumbre entre el líder de ese país, Kim Jong-un, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, debido a la intención de Washington de que se desmonte completa e inmediatamente el programa nuclear de Pyongyang.

Norcorea también anunció que canceló unas conversaciones de alto nivel que estaban previstas entre sus delegados y los de Seúl este miércoles a causa de los ejercicios aéreos conjuntos entre Estados Unidos y Corea del Sur.

“Si EEUU está tratando de arrinconarnos para forzar nuestro abandono nuclear de manera unilateral, ya no estaremos interesados en el diálogo y tan solo podemos reconsiderar nuestra predisposición de cara a la cumbre”, reza la nota firmada por el vicecanciller Kim Kye-gwan y publicada por la agencia estatal de noticias KCNA.

El comunicado emitido por Corea del Norte acusa a la Casa Blanca de “tratar de imponer el destino de las derruidas Libia e Irak”y a su juicio, las intenciones de EEUU “no suponen un intento de solventar el problema a través del diálogo”.

Además, Pyongyang  argumentó que las maniobras aéreas que están celebrando Corea del Sur y EEUU son un ensayo para invadir su territorio y que también ponen en peligro la cumbre entre Kim y Trump.

Tras los mensajes lanzados por Pyongyang, los cancilleres de Corea del Sur y EEUU, Kang Kyung-wha y Mike Pompeo, abordaron por teléfono la situación y acordaron seguir trabajando para que se celebre la crucial reunión convocada para el 12 de junio en Singapur.

El secretario de Estado, Mike Pompeo insistió en que, pese al mensaje del régimen, Washington sigue adelante con los preparativos para la cumbre, que supondría el primer encuentro entre los líderes de EEUU y Corea del Norte tras casi 70 años de confrontación iniciados con la Guerra de Corea (1950-1953) y de 25 años de negociaciones fallidas.

Por su parte, Kang insistió en que el Gobierno de su país está decidido a implementar la declaración que el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, firmaron el pasado 27 de abril comprometiéndose a lograr la paz y la “total desnuclearización” de la península.

Corea del Norte y Corea del Sur dieron paso trascendental para la paz de todo el mundo

 

Hoy pudimos presenciar, desde la madrugada, la noticia mas importante en muchos años para la paz mundial y la consiguiente desnuclearización de una zona conflictiva desde la Guerra de las dos Coreas desarrollada entre el 25/6/1950 y el 27/7/1953. Tras 65 años de guerra no declarada, una zona desmilitarizada y cientos de conflictos ocasionales, hoy los dos presidentes dieron un gran paso, valiente y delicado, hacia una futura unificación de los dos países con tantas diferencias en sus gobiernos, uno dictadura y otro democracia, uno con libertades y otro con las mas graves atrocidades contra los derechos humanos.

 

Esta es la crónica de The New York Times:

https://www.nytimes.com/2018/04/27/world/asia/north-korea-south-border.html?smid=tw-nytimesworld&smtyp=cur

La cumbre de Corea del Norte y del Sur es corta en detalles, pero larga en el teatro montado. 

HONG KONG. Un apretón de manos a través de la frontera más fuertemente fortificada del mundo. Una larga conversación, uno a uno en un puente, más allá del alcance de los micrófonos. Los enemigos de larga data en una península dividida piden paz después de un año de amenazas.

La reunión cumbre de hoy viernes entre los líderes de Corea del Norte y del Sur fue una clase magistral en el dramático arte diplomático, con cada escena dispuesta para su poder como teatro político y transmisión en vivo. En un peligroso enfrentamiento que se ha resistido a las soluciones, fueron estas imágenes las que ofrecieron esperanza, mucho más que los resultados reales de la reunión: promesas vagas de trabajar hacia el desarme nuclear y un tratado de paz.

El baile entre Kim Jong-un, el líder de Corea del Norte y el presidente Moon Jae-in de Corea del Sur comenzó con un doble paso: cada líder cruzó la frontera hacia el país del otro hombre antes de dirigirse, de la mano, a una reunión en Panmunjom, la aldea de tregua en el centro de la zona desmilitarizada fuertemente fortificada.

A partir de ahí, las conversaciones se desarrollaron de manera sorprendentemente públicas y sorprendentemente profundas. Pocos escenarios presentan un telón de fondo más dramático que la Zona Desmilitarizada, la frontera manchada de sangre que ha dividido a la península de Corea durante 70 años y en la que los líderes de Corea del Norte y del Sur nunca se habían visto antes.

Lo más destacado se produjo en la tarde, cuando el Sr. Kim y el Sr. Moon se sentaron al final de un puente azul y se involucraron en lo que parecía ser una conversación profunda a la vista de las cámaras de los periodistas. Durante unos 30 minutos, los dos líderes hablaron mientras el mundo miraba, escudriñando sus gestos y expresiones faciales para conocer cómo iba todo.

Parecían menos enemigos jurados que miembros de la misma familia, separados por una generación. Hablaban solos, sin ayudantes, una discusión cara a cara que muchos hubieran pensado que sería imposible hace solo unos meses.

En detalles grandes y pequeños, los hombres, cada uno experto en mensajes políticos, aprovecharon al máximo su etapa compartida. A veces ellos flexionaban su poder personal. El Sr. Kim, por ejemplo, fue a almorzar en una limusina Mercedes rodeada por 12 guardaespaldas corriendo. En otros momentos saborearon el simbolismo de su historia compartida: abrazar frente a una pintura del Monte Kumgang, un hito apreciado en ambos lados de la frontera, y admirar una pared de caligrafía en “hangul”, el alfabeto coreano.

LIMUSINA PRESIDENCIAL

Las reuniones de la cumbre son típicamente asuntos reservados y secretos. Sostenidas a puertas cerradas, los detalles se filtran solo en comunicados llenos de jerga destinados a ser oblicuos. La reunión del viernes fue casi lo opuesto, en gran parte celebrada al aire libre bajo un brillante sol primaveral.

La reunión fue un marcado contraste con lo que vino antes: una visita secreta que hizo Kim a Pekín el mes pasado bajo la oscuridad de la noche, y dos reuniones cumbre previas en las que los predecesores del Sr. Moon viajaron a la hermética capital norcoreana, Pyongyang, a ver al padre del Sr. Kim.

La mañana estuvo llena de los clásicos de la diplomacia pública: amplias sonrisas, largos apretones de manos, incluso una broma sobre las pruebas de misiles de Corea del Norte que despertaron al presidente de Corea del Sur a primera hora de la mañana. Pero a veces hubo un giro. Hubo la tradicional pompa y boato de una guardia de honor surcoreana, pero los soldados vestían trajes imperiales del siglo XIX, recordando un tiempo antes de que la península se dividiera por ideología y guerra.

A medida que avanzaba el día, la escala de las reuniones se hizo más íntima. Una gran delegación de funcionarios fue reducida antes del almuerzo a seis personas, tres norcoreanas y tres surcoreanas, incluida la hermana del Sr. Kim, Kim Yo-jong, la única mujer en la delegación.

En un momento alegre, uno de varios, el líder norcoreano notó cómo su hermana se robó el show cuando visitó Corea del Sur para los Juegos Olímpicos de Invierno en febrero, lo que provocó la risa de los delegados y un sonrojo de la Sra. Kim.

Incluso la ropa que llevaban los dos líderes proyectaba un mensaje. Para el Sr. Moon, se combinó un traje oscuro con una corbata azul claro que hacía eco del tono utilizado en la Bandera de Unificación Coreana, que los países usan cuando compiten juntos como equipo único en eventos deportivos internacionales.

El Sr. Kim vistió un austero traje negro de estilo Mao, un mensaje a sus ciudadanos de que, a pesar de estar en territorio enemigo, aún estaba comprometido con los ideales -y vestimenta- de su abuelo Kim Il-sung, fundador de Corea del Norte, quien ordenó el 1950 invasión del sur que comenzó la Guerra de Corea.

El día comenzó con el Sr. Kim caminando sobre la losa de hormigón que marca la frontera entre los dos países, convirtiéndose en el primer líder norcoreano en poner un pie en el sur. (Ese logro pronto quedará eclipsado por su reunión con el Sr. Trump, cuando se convierta en el primer líder norcoreano en reunirse con un presidente estadounidense en funciones).

Dentro de Peace House, el edificio en el que tuvo lugar una reunión de altos funcionarios, incluso la decoración fue elegida por su óptica política.

La mesa y las sillas dentro de la sala de reuniones fueron diseñadas con un patrón que evoca dos puentes que se unen, presagiando el puente sobre el cual los dos hombres celebrarían su conversación uno-a-uno.

En otro momento impregnado de simbolismo, los hombres replantaron un árbol con tierra y agua tomada de ambos lados de la frontera. Originalmente fue plantado en la zona desmilitarizada en 1953, el año en que la guerra de Corea terminó de manera efectiva en un armisticio.

A medida que las cámaras rodaban, los dos líderes dieron a conocer una nueva placa dedicada a la «paz y la prosperidad».

Un ejército de periodistas grabó las palabras. A solo unos metros de distancia, dos ejércitos reales estaban listos, como lo han hecho durante 70 años.

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Venezuela y Corea del Norte: Ali Lameda, el poeta venezolano preso 7 años por orden de Kim Il Sung

 

Los venezolanos debemos recordar que un compatriota, el poeta Alí Lameda, miembro del Partido Comunista Venezolano, estuvo preso por siete años en las mazmorras de ese país bajo el mandato del dictador Kim Il-Sung, abuelo de Kin Jong-un y padre de su antecesor en el poder Kin Jong-Il. 7 años de horrible encarcelamiento, pleno de torturas a su dignidad, incomunicado totalmente y a quien le prohibieron hasta recibir cartas de su familia. Precisamente, por escribir cartas a su gente contando de la pobreza y las carencias de ese país comunista, lo encarcelaron en represalia. Ni siquiera informaban a nadie, ni a los gobiernos de Cuba y de Venezuela sobre el estado de salud del enfermo preso. Solo la presión pública logró ir rompiendo el hielo norcoreano. En una entrevista que le hizo el periodista Carlos Díaz Sosa el poeta Lameda, al ser liberado y viviendo en Rumania, hace mención de las diferencias de los partidos comunistas cubano y venezolano, el trato que desde afuera le daban a su encarcelamiento, acusa a Stalin de calcinar la libertad de pensamiento y habla de la aberración que fue su detención. Para Lameda su enjuiciamiento en NorCorea fue el enjuiciamiento del PCV tras Cuba haber acusado al PCV de traidor, pusilánime y reformista. Estuvo preso del 27/9/1967 hasta el 29/7/1974, siete años exactos.

Este segmento de su diálogo con Díaz Sosa es oportuno en estos momentos que un gobierno “socialista del siglo XXI” sigue, en su perenne propaganda manipulada,  mancillando la memoria de los demócratas de la mal llamada IV República y trata de cambiar la historia solo para hacerle creer a los venezolanos que antes no existían ni República ni País:Sigilosamente, representantes del Gobierno de la República Popular Democrática de Corea solicitaron entrevistas con el Gobierno de Venezuela. Primero durante la presidencia del Dr. Rafael Caldera, e inmediatamente al inaugurar su período de gobierno el Presidente Carlos Andrés Pérez. En ambas oportunidades manifestaron su interés por el establecimiento de las relaciones diplomáticas. Cuantas veces a esos funcionarios se les mencionó el caso de Alí Lameda, incluyendo al Viceministro de Relaciones Exteriores, dijeron que no sabían nada sobre el particular. El Presidente Carlos Andrés Pérez puso como condición expresa, obtener informaciones sobre la situación de Lameda, y su libertad inmediata, para considerar el establecimiento de relaciones. Alí Lameda fue puesto en libertad el 27 de septiembre de 1974, y las relaciones fueron establecidas en el mes de noviembre. Un triunfo importante de la política internacional venezolana, durante el período del Presidente Pérez.

– ¿Qué opinión te merece la decidida actitud del Presidente Pérez?

– No es para menos, comienza diciendo el poeta Lameda, recostado ahora de su menguada salud.
Que el Presidente Carlos Andrés Pérez se esforzase y pusiese tan especial y humanitario empeño en lograr mi libertad –pagando por ello un precio, si así puede decirse, que excedía en mucho a lo que valen mi persona y mi obra- como lo fuera el establecimiento de las relaciones diplomáticas entre Venezuela y la República Popular Democrática de Corea, constituye algo muy ejemplar y admirable. Y ello si se tiene en cuenta, ante todo, que yo soy un escritor ubicado en orbe político muy distinto del suyo, y que en principio no era lógico esperar que un hombre como él (caudillo de primer plano de un partido y una militancia a la que nunca me unió ningún lazo) lograra rescatar definitivamente a un comunista, de la cárcel de un país comunista. Pero Venezuela tiene una lógica –quizás por tanto infortunio, desgarrón histórico y azarosos vaivenes que nos ha tocado soportar- que le fijan coordenadas humanas muy especiales.

Alí Lameda sabe que, además de estas gestiones a nivel de Jefes de Estado, instituciones y personas de Venezuela, América y el mundo, estuvieron pendientes de este problema. Podría citar el caso del pintor Mateo Manaure, quien financió y diagramó su libro “Los juntos resplandecidos”, originales salidos clandestinamente de Corea, en momentos cuando nadie quería ocuparse públicamente del problema.

Trump confirma reunión del director de la CIA con Kim Jong Un

 

El director de la CIA, Mike Pompeo, realizó un viaje secreto a Corea del Norte en la semana de Pascua para reunirse con Kim Jong-Un, el líder de la nación asiática, según confirmó el el miércoles el presidente Donald Trump en en su cuenta de Twitter.

Trump describió la reunión como “muy tranquila» y aseguró que «se formó una buena relación”.

“Los detalles de la Cumbre se están trabajando ahora. ¡La desnuclearización será algo grandioso no solo para el Mundo, sino también para Corea del Norte!”, agregó.

 

The Washington Post, el primero que reportó la noticia, había dicho que el extraordinario encuentro fue parte de un esfuerzo para preparar las conversaciones directas entre el presidente Donald Trump y Kim sobre el programa de armas nucleares norcoreano, según personas con conocimiento del tema, que hablaron bajo la condición de mantener el anonimato debido a la naturaleza altamente clasificada de las conversaciones.

Según el diario, la misión clandestina ocurrió poco después que Pompeo fue nominado a Secretario de Estado, en reemplazo de Rex Tillerson, a quien el presidente Trump destituyó.

La semana pasada, durante su audiencia de confirmación, Pompeo dijo a la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado que es optimista de que el gobierno estadounidense «puede sentar las condiciones para que el presidente Trump y el líder norcoreano puedan sentar el curso para que el resultado diplomático que Estados Unidos y el mundo tan desesperadamente necesitan».

El martes durante una sesión fotográfica conjunta con el primer ministro japonés Shinzo Abe, en su mansión de Mar-a-Lago, Florida, Trump pareció referirse a la secreta reunión de Pompeo con Kim, cuando afirmó que Estados Unidos ya estaba sosteniendo conversaciones directas con Corea del Norte a «los más altos niveles», y sugirió que el encuentro en la Cumbre podría darse en junio o antes.

El último contacto de más alto nivel entre los dos países antes del de Pompeo ocurrió en el año 2000, cuando la entonces secretaria de Estado Madeleine Albright se reunió con Kim Jong Il, el padre del actual líder norcoreano, para hablar de temas estratégicos.

En 2014, el ex director nacional de inteligencia James Clapper visitó Corea del Norte para negociar la liberación de dos estadounidenses, y se reunió con funcionarios norcoreanos de inteligencia de menor nivel.

La Agencia Central de Inteligencia no ha comentado la noticia, al igual que la Casa Blanca y el gobierno de Pyongyang.

Según el Post, una semana después que Pompeo viajó a Corea del Norte, funcionarios estadounidenses dijeron que representantes del gobierno de Pyongyang habían confirmado que Kim estaba dispuesto a negociar la potencial desnuclearización, y que las dos naciones habían abierto un nuevo canal de comunicación antes de la reunión cumbre.

Estados Unidos no tiene relaciones diplomáticas con Corea del Norte, pero diplomáticos estadounidenses han visitado la nación asiática y Washington ha usado varios canales discretos para comunicarse con Pyongyang, asegura el diario.

The New York Times reporta que Pompeo está en estrecha comunicación con el director del Servicio de Inteligencia Nacional de Corea del Sur, Suh Hoon, quien según funcionarios estadounidenses medió la invitación de Kim al presidente Trump.

El planeado encuentro con Kim tiene lugar después de que Trump y el líder norcoreano intercambiaron insultos y amenazas el año pasado, donde el mandatario estadounidense prometió «destruir totalmente» a Corea del Norte si amenazaba a Estados Unidos o a sus aliados, y Kim lo llamó «senil».

En sus comentarios del martes, Trump dijo que cinco lugares estaban siendo considerados para el encuentro —ninguno en Estados Unidos— y que pronto se tomaría una decisión. Las ubicaciones estarían en Asia, fuera de la Península Coreana, e incluirían el sureste asiático y Europa.

Kim Jong-un proclamó en China su compromiso con la desnuclearización de Corea

Encuentro entre el líder norcoreano Kim Jong Un y su mujer Ri Sol Ju con el presidente chino Xi Jinping y su mujer Peng Liyuan. FOTO:REUTERS

 

China anunció hoy oficialmente que el líder norcoreano, Kim Jong-un, realizó esta semana una visita a Pekín durante la cual señaló su compromiso para alcanzar la desnuclearización de la península coreana. “Nuestra posición constante es estar comprometidos con la desnuclearización de la península”, afirmó Kim durante sus reuniones con el presidente chino, Xi Jinping, informó la agencia oficial china Xinhua, que ha desvelado el contenido de la visita.

Kim, que podría reunirse en los dos próximos meses con los presidentes de Corea del Sur y de Estados Unidos, confió en que ese diálogo pueda dar frutos después de los pasos dados por su país para reducir la tensión.

“La cuestión de la desnuclearización de la península coreana puede resolverse si Corea del Sur y Estados Unidos responden a nuestros esfuerzos con buena voluntad y crean una atmósfera de paz y estabilidad a la vez que toman medidas progresivas y sincronizadas para la consecución de la paz”, añadió Kim.

El líder norcoreano subrayó que quiere incrementar la cooperación estratégica con China durante todo este proceso.

Xi recalcó el aprecio de Pekín por los pasos dados por Corea del Norte en los últimos meses para avanzar en la distensión y reiteró que China tendrá una actitud constructiva y trabajará con todas las partes, a las que pidió que apoyen la actual mejora de relaciones entre las dos Coreas.

Ambos dirigentes acordaron profundizar las relaciones bilaterales, que se habían enfriado notoriamente en los últimos años.

Pekín ha sido tradicionalmente el mayor aliado diplomático y económico de Pyongyang, pero en los últimos años ha apoyado y puesto en práctica sucesivas resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU con sanciones económicas contra Corea del Norte por sus programas de armas nucleares y de misiles balísticos.

Kim estuvo en territorio chino entre el domingo y el miércoles, según la información oficial (lo que incluiría los desplazamientos en tren), en lo que ha sido su primera visita al extranjero desde que llegó al poder a comienzos de 2011.

El líder norcoreano viajó acompañado de su esposa, Ri Sol Ju.

Ambos dirigentes mantuvieron una reunión Xi-Kim en el Gran Palacio del Pueblo que la información no data, pero que con toda probabilidad ocurrió el lunes, el día en que la plaza de Tiananmen estuvo cerrada.

Además, Xi y su esposa, Peng Liyuan, asistieron junto a la primera pareja norcoreana a una representación artística.