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Kapé Kapé denuncia colapso de servicios públicos en poblaciones indígenas
La ONG explicó que una de las fallas más comunes es por averías en transformadores eléctricos que dejan a toda la población sin servicio por 15 días y hasta un mes

 

La ONG Kapé Kapé denunció el 31 de mayo el colapso en los servicios públicos, con fallas en el suministro de agua potable y electricidad, en comunidades indígenas del estado Amazonas que, de acuerdo a sus datos, pueden prolongarse por días.

«Los constantes y prolongados cortes son los principales malestares (…) cansados de tanto esperar, deciden trancar las carreteras nacionales o regionales que pasan por sus territorios para que las autoridades los atiendan», señaló la organización en nota de prensa.

Añadió que una de las fallas más comunes es por averías en transformadores eléctricos que dejan a toda la población sin servicio por 15 días y hasta un mes.

La organización sostuvo que, tras una consulta realizada a trabajadores de Corpoelec, se conoció que en Amazonas no cuentan con «suficientes transformadores para atender oportunamente todas las fallas que se presentan».

«La estatal tampoco cuenta con un equipo de trabajo, ni suministro de gasolina para los camiones de las cuadrillas», apuntó.

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Falla el servicio eléctrico y el suministro de agua potable

Kapé Kapé dijo que otra falla común en las comunidades indígenas es la rotura de guayas y la caída de fusibles tipo tabacos del tendido eléctrico, al tiempo que dijo que Corpoelec suele atender este tipo de casos con más celeridad.

A los cortes de luz, prosiguió la ONG, se le suman las fallas en el suministro de agua potable, principalmente en comunidades donde tienen tanques elevados activos y la bomba de agua que lo llena necesita de electricidad para su funcionamiento.

Por otra parte, Kapé Kapé dijo que las poblaciones indígenas tienen problemas con el transporte público, por sus costos, ya que en algunos casos son obligados a pagar la tarifa en pesos colombianos.

Información de EFE

Kapé-Kapé: Nuevo informe de la ONU confirma que en el Arco Minero reina la violencia e ignominia
En el informe sobre violación de derechos humanos en comunidades indígenas de 2021, Kapé Kapé señaló que la violencia minera está presente en los estados Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro

 

La Asociación Civil Kapé-Kapé afirmó que en el nuevo informe de la Misión de Determinación de Hechos de la ONU se confirma que en el Arco Minero del Orinoco, en el estado Bolívar, reina la violencia e ignominia. 

La organización reiteró que  los actores estatales y no estatales han cometido violaciones «contra la población local, en el marco de la lucha por el control de las zonas mineras. Entre ellos figuran privaciones arbitrarias de la vida, desapariciones, extorsiones, castigos corporales y violencia sexual y de género».

Kapé-Kapé hace énfasis en la proliferación de la onda expansiva de destrucción minera, que a su paso ha atropellado a comunidades indígenas completas.

Un claro ejemplo de esto son los enfrentamientos que se produjeron en 2019 tras el intento de la oposición de trasladar ayuda humanitaria a Gran Sabana desde Brasil.

De acuerdo con el informe de la ONU, «las poblaciones locales, incluidos los pueblos indígenas, están atrapadas en una violenta batalla entre actores estatales y grupos armados criminales por el control del oro». 

En el informe sobre violación de derechos humanos en comunidades indígenas de 2021, Kapé Kapé señaló que la violencia minera está presente en los estados Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro.

De acuerdo con el estudio, los Yekuana, Sanemá, Pemón, Wottuja, Piapoco, Jivi, Kariña y Warao son las más perjudicadas por la invasión de la minería ilegal en sus territorios.

En 2022,  se ha recrudecido la lucha por los territorios de los pueblos indígenas. En lo que va de año, al menos 8 indígenas han muerto en conflictos relacionados con la presencia de grupos armados en territorios indígenas.

*Puede leer también: ESPECIAL | Viaje a la fosa de la devastación del Arco Minero del Orinoco

Kapé Kapé: Asesinaron a tres indígenas en Bolívar
La asociación detalló que el asesinato se produjo la mañana del martes 19 de julio. Lo cometieron «grupos disidentes» que operan en los mismos territorios en que habitan los miembros de la comunidad jivi, en una zona fronteriza con Brasil.

El director de la asociación civil indígena Kapé Kapé, Armando Obdola, aseguró a EFE que a tres indígenas de la etnia jivi los asesinaron con disparos en la cabeza en el municipio Sucre del estado Bolívar.

Detalló que el asesinato se produjo la mañana del martes 19 de julio. Lo cometieron «grupos disidentes» que operan en los mismos territorios en que habitan los miembros de la comunidad jivi, en una zona fronteriza con Brasil.

«La información que manejamos desde ayer con los indígenas investigadores de la zona, a través de las familias, es que sí fueron asesinados estos hombres jivi, producto de grupos armados que aún no tienen identificación (…) Fueron acribillados», informó el dirigente de Kapé Kapé.

La asociación refirió, en su cuenta en Twitter, que los indígenas asesinados no se dedicaban a la minería.

Según Kapé Kapé, las víctimas se encontraban en el sitio preparando un alimento cuando los mataron.

Otra denuncia de asesinato de indígenas

La ONG Orpia denunció el 1 de julio el asesinato del líder indígena y defensor del ambiente Virgilio Trujillo, que tuvo lugar el pasado 30 de junio en Amazonas. Organizaciones nacionales e internacionales repudiaron este hecho.

Las autoridades ordenaron la investigación del caso, al que el director del Cicpc, Douglas Rico, catalogó como un «atroz crimen».  

Información de EFE

A un mes de la muerte de cuatro indígenas yanomami a manos de militares no hay imputados
Fundaredes denunció el hermetismo en la investigación que lleva adelante la Fiscalía sobre el hecho

La ONG Kapé Kapé advirtió que, tras cumplirse un mes de la muerte cuatro indígenas yanomami a manos de militares, no hay imputados por el caso.

El hecho, ocurrido el 20 de marzo de 2022, se suscitó en Parima B, municipio Alto Orinoco del estado Amazonas.

Cabe recordar que ese día se registró un enfrentamiento entre indígenas yanomami y efectivos de la Aviación Militar, que estaban acantonados en la base de seguridad fronteriza ubicada en la zona de Parima B, luego de que los castrenses negaran a uno de los capitanes, llamado Sabino Silva, el uso y devolución de un router para acceso a internet que es propiedad de los indígenas.

 

Fue a los dos días posteriores que, a través de sus redes sociales, el gobernador de Amazonas, Miguel Torres, confirmó el evento.

A juicio de Torres, fue «una verdadera tragedia ocasionada por algo que pudiese ser visto como algo irrelevante en cualquier otro lugar».

Transcurrido un mes del hecho, ninguno de los militares señalados por los Yanomami de haber disparado contra ellos ha sido presentado en tribunales de la circunscripción judicial del estado Amazonas.

De acuerdo con la ONG, lo anterior quiere decir que formalmente no se ha realizado ninguna imputación penal a alguno de los presuntos homicidas de los 4 indígenas Yanomami.

Fundaredes exige que se aclaren los hechos

La ONG Fundaredes denunció el hermetismo en la investigación que lleva adelante la Fiscalía y otros organismos del país sobre el asesinato de cuatro indígenas yanomamis y donde otros cuatro resultaron heridos.

«Este 20 de abril se cumple un mes exacto de los hechos lamentables ocurridos en Parima B, estado Amazonas, (…) Hasta la fecha, no se ha dado un pronunciamiento oficial por parte de las autoridades competentes para investigar el caso, igualmente el hermetismo con el que se ha manejado eso», indicó el coordinador de la ONG en Amazonas, José Mejías en un vídeo divulgado en Twitter.

Al respecto, agregó que comisiones del Parlamento venezolano y del Consejo Legislativo de Amazonas tampoco se han manifestado sobre el caso para determinar qué fue lo que ocurrió.

 

«Desde Fundaredes exigimos que eso se aclare, nosotros fuimos formalmente al Ministerio Público, a la Fiscalía Superior del estado Amazonas para pedir que estos hechos se aclaren y hasta la fecha no se ha tenido respuesta por parte de los entes respectivos de manera oficial», indicó.

*Con información de EFE

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Violencia militar asedia a comunidades indígenas del estado Bolívar
Un adolescente de 12 años recibió un disparo en el costado derecho

Recientemente, efectivos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) dispararon contra cuatro indígenas Warao (todos menores de edad), durante un operativo para confiscar dos curiaras en Cambalache, Ciudad Guayana. Las víctimas recibieron balazos en tobillos, piernas y manos. Uno de ellos, un adolescente de 12 años, recibió un disparo en el costado derecho.

Este no ha sido el único episodio de violencia que han vivido las comunidades indígenas en el estado Bolívar, ya en otras oportunidades la prensa regional ha reseñado acciones donde han estado involucrados, no sólo las FANB sino el hampa común. De hecho, comunidades indígenas en el estado denuncian con frecuencia ser víctimas de violencia y extorsión por parte de cuerpos de seguridad del Estado que, aseguran, no les protegen del asedio de grupos armados ni piratas de río. Aseguran que frecuentemente los militares confiscan sus trenes de pesca, curiaras y motores de lancha. Y para recuperar lo confiscado, deben pagar hasta 500 dólares a los funcionarios.

La presencia militar en la zona –aseguran los afectados– no se traduce en mayor seguridad para las comunidades indígenas frente a la incursión de grupos armados, especialmente en territorios mineros.

Un patrón que se repite en zonas mineras

Las agresiones a las comunidades indígenas tienen un patrón que, si se mira en retrospectiva, ha venido creciendo con el tiempo. De acuerdo al equipo del Observatorio Venezolano de Violencia en Bolívar (OVV Bolívar) los episodios no son de reciente data. De hecho, consideran que en el Alto y Bajo Caura, municipio Sucre, la situación es crítica.

“A principios de 2020, tres Yekuanas pertenecientes a la Guardia Indígena del Caura fueron asesinados por grupos armados. Según la información proporcionada por la organización Wataniba, la coordinación Kuyujani Ye’kwana-Sanemá de la cuenca del río Orinoco denunció ante organismos de seguridad estatales la amenaza de entrada a la fuerza de los grupos armados días antes de lo sucedido y solicitaron protección, sin embargo, no obtuvieron respuestas”. Resaltó el equipo.

A principios de 2021 el capitán general del pueblo Jivi, y otras tres personas fueron asesinados en una mina del territorio, y por ello organizaciones no gubernamentales pidieron una investigación imparcial de los crímenes, solicitud  que nunca llegó a concretarse.

En paralelo, ese mismo año, comunidades indígenas Jivi, Yekuana y Sanema reportaron a la ONG Kapé-Kapé que, durante las incursiones militares por operativos de seguridad para desplazar a los grupos armados de la zona, los funcionarios del Estado maltrataron a los habitantes y causaron destrozos en viviendas y conucos.

Para estas comunidades, la presencia militar aumentó la tensión con grupos armados, ya que quedaron en medio de un fuego cruzado. El resultado fue que más de 20 familias indígenas huyeron de la zona a mitad del año pasado.

“En el municipio Sucre, dos capitanes del pueblo Jivi han sido asesinados a manos de grupos delincuenciales, y otros dos líderes indígenas permanecen desaparecidos desde 2018. Las muertes se mantienen impunes, y las desapariciones sin búsqueda”. Resaltó el OVV en Bolívar.

En opinión del equipo, los indígenas enfrentan un asedio bilateral: La violencia de un Estado que incumple su responsabilidad de garantizar protección y el accionar de grupos armados que operan con aquiescencia gubernamental.

Desde el OVV Bolívar, se considera imperante que los organismos competentes den respuesta a la problemática indigenista. “Desde el 2016 no se actualizan portales para la rendición y cuentas sobre avances y logros en la materia. De acuerdo con organizaciones de la sociedad civil, procesos como demarcación de hábitats, garantía de la educación intercultural bilingüe y capacitación para la autogestión son deudas de vieja data para con estas comunidades”. Señala.

Finalmente, reconocieron la importancia de implementar acciones reivindicatorias inmediatas, por lo que exhortaron al Estado el cabal cumplimiento de sus deberes.

CorteIDH condena al Estado venezolano por detención arbitraria de familia indígena
El organismo indicó en la sentencia que Venezuela es responsable por la violación a los derechos a la libertad personal, a la integridad personal y a las garantías judiciales en perjuicio de 7 miembros de una familia

 

La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) condenó al estado de Venezuela por la detención arbitraria de una familia de apellido González perteneciente al pueblo indígena Wayúu, en el año 1998.

La CorteIDH indicó en la sentencia que Venezuela es responsable por la violación a los derechos a la libertad personal, a la integridad personal y a las garantías judiciales, en perjuicio de Belkis González, María Angélica González, Fernando González, Wilmer Antonio Barliza González, Luis Guillermo González y Olimpiades González, así como de las garantías judiciales de Aura González.

Según el caso, el 23 de noviembre de 1998 Belkis, María Angélica y Fernando González fueron detenidos por autoridades policiales, quienes los consideraban sospechosos de participar en un homicidio.

Posteriormente, el 28 de enero de 1999, se produjo la captura de Wilmer Antonio Barliza González, Luis Guillermo González González y Olimpiades González, luego de que se denunciara un tiroteo.

«Belkis y María Angélica González fueron recluidas varios meses en una celda de aislamiento, la cual presentaba condiciones inadecuadas. Ello constituyó un trato cruel o inhumano», explica la sentencia del Tribunal internacional.

La sentencia de la Corte expresa que las autoridades no contaban con elementos suficientes que justificaran la detención y, por ende, la Corte las calificó como «arbitrarias».

Además, el 29 de septiembre de 1999 el Tribunal Mixto de Juicio de Primera Instancia en lo Penal dictó sentencia absolutoria a favor de Fernando González, María Angélica González, Belkis Míreles González y Wilmer Antonio Baliza González, y ordenó su inmediata liberación.

La Corte Interamericana recordó que la «privación preventiva de la libertad, para no resultar arbitraria ni contravenir el principio de presunción de inocencia, debe estar sustentada no solo en indicios de responsabilidad penal, sino también en finalidades legítimas».

Mientras que en relación con las condiciones de detención, la Corte recordó que «alojar personas procesadas junto a personas condenadas implica inobservar una salvaguarda al derecho a la integridad personal expresamente mandada por la Convención Americana».

El caso también responde a que Olimpiades González fue víctima de un atentado contra su vida el 19 de septiembre de 2001 y el 11 de diciembre de 2006 recibió tres disparos por la espalda que le causaron la muerte.

La CorteIDH estableció, con respecto a la investigación por la muerte de González, «que existió una falta de actuación en un plazo razonable» y que el caso no ha sido resuelto.

El Tribunal internacional ordenó al Estado de Venezuela continuar y concluir, en un plazo razonable, las investigaciones y procesos penales correspondientes, pagar un monto económico por los gastos de tratamientos y padecimientos físicos, psicológicos y psiquiátricos sufridos, así como una indemnización por daños materiales e inmateriales.

13 personas permanecen desaparecidas tras naufragio en Delta Amacuro
Se presume que la embarcación fue sorprendida por el mal tiempo y la onda tropical que atraviesa el Caribe

Hasta este viernes, 13 personas permanecen desaparecidas tras el naufragio reportado hace 10 días en el estado Delta Amacuro.

De acuerdo a una nota de prensa de Kapé Kapé, “la comisión integrada por la Fuerza Armada venezolana, Protección Civil, cuerpo de bomberos, Cicpc y Ministerio Público, trasladó a dos de las víctimas de la embarcación hundida entre los días miércoles 29 y 30 de septiembre en el tramo conocido como Boca de Serpientes en el sector de la barra de Mariusa y Punta Pescador. De acuerdo con las autoridades deltanas, los dos sobrevivientes fueron encontrados por indígenas de la zona”.

De momento se desconocen las causas del accidente, “aunque se presume que la embarcación fue sorprendida por el mal tiempo y la onda tropical que atraviesa el Caribe y el Océano Atlántico”, señala prensa Kapé Kapé.

Según Radio Fe y Alegría, la tripulación venía de vender aves y artesanías ya que la comercialización de pájaros “les deja ingresos superiores a los que pueden aspirar con un trabajo formal en cualquier institución del Estado. Muchas familias lo hacen para poder obtener dinero para comprar comida, combustible y medicamentos”.

Zonas de Amazonas tienen al menos 8 años sin luz
A la falta de electricidad, se suman la escasez de agua potable, líneas telefónicas e internet

Kapé Kapé conoció en un abordaje a algunos habitantes de la comunidad de Curiapo, capital de municipio Antonio Díaz, que esa zona está sin luz desde hace al menos 8 años.

Yoraima González oriunda de esa localidad dijo que la falla tan prolongada de este servicio, es una muestra más del abandono a esta comunidad.

A la falta de electricidad, se le suman el servicio de agua potable, líneas telefónicas e internet, servicios con los que contaban hace años.

Jaime Gómez, residente de la comunidad de Boca de Latal, del municipio Tucupita también reveló que desde hace 20 años no cuentan con la luz eléctrica, siendo “la luz de la luna, lo único que les ilumina por las noches”.

Bonoina, Araguaimujo, Guayo y Nabasanuka, comunidades que cuentan con mayor población warao se suman a la falta de electricidad y a la carencia generalizada de los servicios básicos desde hace aproximadamente diez años.

En medio de su necesidad por tener luz, los jóvenes de Araguaimujo se las ingeniaron para crear sus propios bombillos recargables con baterías de las computadoras Canaima.

Este invento que ha impactado a los viajeros que pasan por ese sector y logran ver una luz sin contar con una planta eléctrica, ni combustible.