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#MonitorDeVíctimasSucre | Por segundo día consecutivo familiares de joven ejecutado por el Cicpc en Carúpano exigen justicia
Familiares de Daniel Alejandro Lezama Ramírez se han movilizado hasta la Fiscalía del Ministerio Público en Cumaná dos días seguidos. Rechazan que los funcionarios pretendieran simular un hecho punible para justificarse

@mayberm / Foto: Cortesía @fddhhanz

 

Por segundo día consecutivo, familiares del joven Daniel Alejandro Lezama Ramírez, ejecutado por funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) en Carúpano (municipio Bermúdez), el pasado 7 de abril, se movilizaron a la Fiscalía del Ministerio Público (MP), en Cumaná, para exigir justicia.

Acompañada por su representante legal y otros familiares, Anairys Ramírez, madre del joven, que tenía 20 años, aseguró que su hijo no estaba armado y que le quitaron la vida cruelmente.

“Como madre venezolana, exijo justicia para mi hijo: un joven decente y trabajador, con un futuro por delante, a quien le quitaron la vida de la manera más cruel que pueda existir”, lamentó.

Los allegados solicitaron a la Fiscalía del Ministerio Público que se aboque a las investigaciones para que el delito no quede impune. Rechazaron que se pretenda simular un hecho punible, que —advirtieron— no ocurrió.

“Le echaron a perder la vida a un joven y quieren ensuciar su moralidad y buen comportamiento para justificar la mala actuación de los funcionarios del Cicpc, que mataron a este muchacho”, señalaron los familiares.

Subrayaron que el MP debe establecer las investigaciones para esclarecer el hecho y aplicar la pena correspondiente. Aseguraron que no hubo un enfrentamiento, como los efectivos alegaron inicialmente.

“Si los funcionarios consideraron que mi hijo tenía una actitud sospechosa, debían darle la voz de alto, pedirle su identificación, ponerlo contra la pared y revisarlo, como es el procedimiento que ellos, con sus años de servicio como inspectores y jefes agregados, debían conocer; pero no le dieron opción de nada”, indicó Ramírez.

El procedimiento en Fiscalía

Luego del encuentro con la representante de la Fiscalía Octava de Derechos Fundamentales, la madre de la víctima resaltó la receptividad de la funcionaria y la disposición a continuar con las investigaciones de rigor.

“En la reunión, la fiscal confirmó que los 6 funcionarios están detenidos para iniciar la fase de investigación, de 45 días, y después la Fiscalía presentará la acusación para fijar la audiencia de presentación”, detalló.

El informe de la Inspectoría de la Región Estratégica de Investigación Penal (Redip) dio cuenta de la detención de seis funcionarios involucrados en el caso. Sin embargo, el fiscal general de la República, Tarek William Saab, en su cuenta en la red social Twitter, el 10 de abril confirmó la identificación de solo cinco de ellos.

Saab precisó que el pasado 9 de abril, la Fiscalía imputó a los funcionarios del Cicpc identificados como: William Belisario, Cristender González, Julio Isava, Yoel Colmenares y Maikel Malaver por los delitos de homicidio calificado con alevosía y motivos fútiles, así como uso indebido de arma orgánica y simulación de hecho punible.

“A solicitud fiscal fue acordada por el tribunal de la causa medida privativa de libertad. Estos funcionarios ejecutaron en un restaurante de dicha entidad al hoy occiso Daniel Lezama”, informó el Fiscal.

Por su parte, el director nacional del Cicpc, Douglas Rico, el 11 de abril afirmó que giró instrucciones al jefe del estado Sucre para que procediera con los mecanismos legales para hacer un “excelente trabajo de criminalística y que no hubiera impunidad”.

En su cuenta en la red social Instagram, Rico precisó que fue un funcionario el que disparó y que estaba acompañado por los otros cinco.

La Fundación de los Derechos Humanos del Estado Anzoátegui, con extensión en Sucre, Monagas y Nueva Esparta, advirtió que el caso evidencia el atropello judicial a los ciudadanos y la vulneración del derecho a la vida por parte de los organismos del Estado, y que los detalles del hecho son del conocimiento de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Caracas.

Los sueños de Daniel

La víctima era comerciante y hasta hace un mes trabajó en una fundación adscrita a la Alcaldía del Municipio Andrés Eloy Blanco.

El pasado jueves 7 estaba en Carúpano. Iba a comer con una prima en un restaurante cuando ocurrió el crimen.

“Él esperó que desocuparan una mesa con más ventilación y subió cuando se dio cuenta de que una pareja desocupó el lugar; pero no estaba armado. Siempre cargaba su portachequera entre el pantalón, eso sí”, contó la madre, quien fue sorprendida por la noticia del infortunado hecho mientras se encontraba en Caracas.

Lezama Ramírez dejó huérfano a un niño de 5 años, con quien no vivía. La víctima residía en Casanay (municipio Andrés Eloy Blanco) con su mamá y su abuela. Era el tercero de cuatro hermanos.

“Estudió hasta quinto año y no era deportista, pero siempre le gustaron los carros y andar con su papá. Como todo joven, tenía sueños y quería irse del país, quería viajar”, rememoró la madre.

CIDH urge a Venezuela a garantizar justicia a las víctimas de las protestas de 2017
 La falta de independencia judicial en el país también ha sido documentada por la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos

 

Este miércoles, 5 de abril, La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), instó a Venezuela a adoptar medidas urgentes y adecuadas para reconstruir la independencia del Poder Judicial y asegurar el acceso a la justicia por los hechos sucedidos durante las protestas antigubernamentales de 2017. 

La Comisión Interamericana señaló a través de un comunicado, que al cumplirse cinco años de los acontecimientos donde miles de personas fueron reprimidas por el Estado, 133 fueron asesinadas; 4 mil resultaron heridos; 5 mil detenidos arbitrariamente y 600 civiles presentados ante la jurisdicción penal, se nota la ausencia de avances sustanciales en las investigaciones por la «falta de independencia judicial», obstaculizando además los proceso de reparación y memoria. 

Sobre este particular, la Misión Internacional Independiente para la Determinación de los Hechos de Naciones Unidas documentó presiones contra jueces penales sobre cómo decidir casos relacionados con las protestas e injerencias contra las y los fiscales que se rehusaban a cerrar los expedientes de las protestas o que querían procesar a los rangos superiores en la cadena de mando. 

Por tal motivo, la CIDH urge al Estado a «adoptar medidas urgentes y adecuadas para reconstruir la independencia del Poder Judicial y del Ministerio Público», con miras a garantizar el acceso práctico y efectivo a la justicia de las víctimas, así como la construcción de la verdad y la memoria histórica.

El 28 y 29 de marzo de 2017, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) adoptó las decisiones 155 y 156, que suspendieron las facultades de la Asamblea Nacional y otorgaron amplísimos poderes discrecionales al Poder Ejecutivo, calificadas por la CIDH como una usurpación de funciones y la anulación de facto de la representación popular.

Maduro acuerda con Bachelet aumentar asistencia técnica para “garantizar justicia”
Se conoció que entre los temas tratados estuvieron «los avances en la lucha contra la covid-19 y la voluntad de aumentar la asistencia técnica en pro de garantizar la justicia y la paz del pueblo»

 

 

Este lunes, 14 de marzo, Nicolás Maduro, a través de una videoconferencia, se reunió con la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, en el que revisaron la posibilidad de aumentar la asistencia técnica para «garantizar» la justicia y la paz en Venezuela. 

«En videoconferencia con la alta comisionada de la ONU para los DD.HH., Michelle Bachelet, revisamos temas de trabajo conjunto», informó el mandatario en su cuenta de Twitter.

Se conoció que entre los temas tratados en la reunión virtual estuvieron «los avances en la lucha contra la covid-19 y la voluntad de aumentar la asistencia técnica en pro de garantizar la justicia y la paz del pueblo».

El pasado 3 de marzo, Maduro y Bachelet también se reunieron. Según explicó el entonces canciller venezolano, Jorge Arreaza, se trató de una «cordial reunión» en la que también participaron el embajador de Venezuela ante la ONU, Héctor Constant, y el jefe de la división de la oficina de Bachelet para las Américas, José María Aranaz.

Durante su visita de tres días a Venezuela en junio de 2019, Bachelet instaló en el país una comisión de su oficina para vigilar la situación de los derechos humanos y brindar asistencia técnica, con motivo de las denuncias de violaciones en esta materia.

*Con información de EFE

El valor trascendente de la justicia
La justicia de los modernos no es normativa sino inmensamente liberal, no conduce a una sociedad perfectamente justa, pero sin duda, no totalmente injusta

 

@ovierablanco

Amartya Sen, premio nobel de economía, ha escrito una obra extraordinaria: La idea de la justicia. De ella rescatamos las bases fundamentales del valor superior de la justicia y de la humanidad en tiempos de modernidad y posilustración. Vale entender que tanto las dictaduras como las revoluciones perdieron vigencia. Modelos de poder moralmente alguna vez justificados por venir colmados de la “ética” de lo que T. S. Eliot dice: “no viajéis bien, pero seguid adelante”. La humanidad tomó otra dirección. El juicio consecuencialista del guerrero de la India, Arjuna. Viajar, pero hacedlo bien, sin destruir a nadie…

La guerra justa

La tesis “moralista”, viajar, no importéis cómo, basada en la contención del cuerpo social derramado institucionalmente (Juan Donoso Cortés 1847, discurso en defensa de la dictadura, ver infra), va de la mano con el ideal deontológico citado por Sen. Krishna, consejero de guerra de Arjuna, le dice a este guerrero invencible de la epopeya india: “hay que combatir sin importar las consecuencias”. Lo que importa es la dignidad de los pueblos, su resistencia. Es la “legalidad de la guerra”, de la “guerra justa”, de una sociedad que, según Donoso, debe inmunizarse del hecho corrosivo e invasivo del anarquismo de fachada republicana. Es la lógica de la razón, la “sociedad al servicio de la ley” y no la ley al servicio de la sociedad que legaliza el dictador “en todas sus barbaries, en todas las ocasiones y en todas las circunstancias”.

Exalta Donoso en su tribuna parlamentaria (1847): “Cuando la legalidad basta para salvar a la sociedad, la legalidad; pero cuando no basta, la dictadura. Señores, esta palabra tremenda, que tremenda es, aunque no tanto como la palabra revolución, que es la más tremenda de todas…”. Donoso -discípulo de Joseph Maistre, elevado exponente de la divinidad por encima de todo- que piensa en el hombre como un mal irracional, dotador de guerras y demonización de la historia, pone en conflicto “el instinto a su razón y su razón a su instinto”, cuando concluye que las revoluciones “que vienen del cielo y que vienen por culpa y para castigo de todos” deben ser contenidas por “la vida social, la vida humana, luminosa e indestructible que es la dictadura”. La vacuna entonces, según el erudito de Salamanca, no es la ley sino el orden gendarme y conservador, que es la ley del sable apadrinada del monarca, que es la ley de Dios.      

Esa moral de la guerra y la paz de Tolstoi (también influenciado según Isaías Berlín por Maistre), de la dictadura, la fuerza como pústula de la revolución, que ha sido superada por el pensamiento liberal y moderno, esto es, la democracia como cosa de todos (J. Stuart Mills).

La humanidad ha entendido que ni la ética de la guerra justifica la paz, ni la ética de la justicia redime el exterminio revolucionario o fascista de las clases sociales o la raza.

El tema es prevenir, comprehender y medir las consecuencias de la violencia, incluso de la ley al servicio de la persecución (apartheid, Slavery Fugitive Act/Siglo XIX, Ley contra el odio], para reforzar el camino de la institucionalidad.

Más vale prevenir…

Comparto la tesis de Sen apoyado en Arjuna, que emplaza el consecuencialismo. “No es lo mismo morir de hambre por otras circunstancias que morir de hambre por alguien que busca un resultado (…) No es lo mismo capturar a un hombre, que detenerlo arbitrariamente y torturarle”.

El pensamiento de Amartya Sen nos conduce a una inevitable reflexión: la guerra, las dictaduras, las revoluciones son un medio para lograr un fin impropio. Aun conquistando paz o libertad, lo es en apariencia, siendo el costo de “culminación” del antiguo régimen, muerte, barbarie, devastación y terror. Peor el remedio que la enfermedad, contrariando a Donoso. La argumentación india resume la expresión peninsular “más vale prevenir que curar”.

Sobre la Revolución francesa sentencia Juan Donoso Cortés: “Las revoluciones son enfermedades de los pueblos ricos; las revoluciones son enfermedades de los pueblos libres. El mundo antiguo era un mando en que los esclavos componían la mayor parte del género humano; citadme cuál revolución fue hecha por esos esclavos”. Y volvía con la dictadura como respuesta, como gobierno legítimo de acción y reacción, de flujo y reflujo de fuerzas invasoras. ¿Lo falaz?: las revoluciones, sean de ricos o pobres, traen caos, arbitrariedad y violación de DD. HH. La justicia revolucionaria, de los comités de salud, las comunas.

Adam Smith, Condorcet y Wollstonecraft lanzan al mundo una visión diferente a la defensa de la dictadura de Donoso. Es “la prevención de la injusticia manifiesta en lugar de buscar lo perfectamente justo. Por ejemplo, cuando la gente se movilizó por abolir la esclavitud en los siglos XVIII y XIX no lo hizo por la ilusión de un mundo perfectamente justo, sino porque una sociedad con esclavitud resultaba totalmente injusta. Lo realmente justo entre Estado y ciudadanos es lo que Sen llamó el institucionalismo trascendental. Es la justicia la que determina, fortalece y consagra las instituciones. Para Smith, Condorcet y Wollstonecraft esa fue la trascendencia de la abolición de la esclavitud. La justicia como institución trascendente que evita e impide sangre, dolor y lágrimas.

El poder de los hombres

Salir de la dictadura de las masas, o de los sables, demanda un salto a la democracia de las cosas, que es la justicia. La democracia, a diferencia de la guerra, la dictadura o las revoluciones, es un fin en sí misma. Por eso la justicia de los modernos no es normativa sino inmensamente, maravillosamente, liberal, que conduce a una sociedad no perfectamente justa, pero sin duda, no totalmente injusta…

*Embajador de Venezuela en Canadá

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Audiencia preliminar de activistas de Fundaredes es diferida por cuarta vez
Los activistas fueron detenidos el viernes 3 de julio cuando acudió a la sede del Ministerio Público del estado Falcón a denunciar hostigamiento por parte de efectivos del Servicio de Inteligencia de la Policía (SIEP) de esa entidad

Alfredo Romero, director de la ONG Foro Penal, denunció que fue diferida por cuarta vez la audiencia preliminar de Javier Tarazona, Rafael Tarazona y Omar de Dios García, los tres activistas de derechos humanos y representantes de la organización FundaRedes.

“Diferida nuevamente la audiencia preliminar del caso FundaRedes: Javier y Rafael Tarazona, y Omar de Dios García”, publicó  el abogado a través de su cuenta en Twitter. 

Romero también informó que que no ha sido permitida la designación de abogados de confianza y «tampoco comunicación alguna con abogados”, a pesar de que los tres activistas llevan tres meses en detención preventiva.

El pasado 8 de septiembre, Romero denunció que tribunal canceló la audiencia sin mayores explicaciones y de la misma manera, se negaron a emitir una fecha para la nueva presentación.

Durante su reclusión,  Javier Tarazona ha sufrido algunas patologías y señalaron que requiere de una medida humanitaria para atenderse médicamente. Su estado de salud ha deteriorado, principalmente por ser paciente diabético e hipertenso.

El activista fue retenido el viernes 3 de julio junto a Omar de Dios y Rafael Tarazona cuando acudió a la sede del Ministerio Público del estado Falcón a denunciar hostigamiento por parte de efectivos del Servicio de Inteligencia de la Policía (SIEP) de esa entidad. En vez de ser recibido como víctima, fue apresado. 

Fueron imputados por los delitos de promoción al odio, traición a la patria y terrorismo.

De acuerdo a lo informado por representantes de Foro Penal, el juez Tercero de Control dictaminó que Tarazona, así como Omar de Dios y Rafael Tarazona, seguirán privados de libertad y tendrán como lugar de reclusión la cárcel Hombre Nuevo, más conocida como La Planta en Caracas. 

Sin embargo, luego de la audiencia, los activistas fueron llevados a la sede del Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional) en El Helicoide.

El pasado 5 de julio, Michelle Bachelet, comisionada de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, se refirió a la detención de los tres activistas de la ONG Fundaredes, calificándola de «preocupante».

«Aprovecho esta intervención para solicitar el acceso urgente de abogados defensores de su elección«, señaló Bachelet sobre los detenidos de Fundaredes durante una declaración hecha ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Asimismo, la Unión Europea en Venezuela exigió que se respeten los derechos humanos de Javier Tarazona y los dos activistas de la ONG.

FundaRedes ha denunciado la violación recurrente de los DDHH de la población civil en la frontera occidental en el país, a manos de grupos armados irregulares y el Estado venezolano. Desde marzo denuncian los enfrentamientos entre la Fuerza Armada y disidencias de las FARC en el estado Apure, así como las ejecuciones extrajudiciales y desplazamiento forzado de la población en esa zona.

Con información de TalCual 

CLAVES | La lucha del Estado venezolano contra la violencia de género se queda en los gestos
En sentencias analizadas en la investigación de Acceso a la Justica, se percibió que la intervención del juez fue «contraria a los intereses de la mujer, o donde se perciben prejuicios, roles o estereotipos en contra de las mujeres como sujeto protegido»
El informe señala que el Tribunal Supremo de Justicia ha ignorado los avances que en la región se han producido en el área, en particular, en materia de reparación de las víctimas
En el documento se admite que en Venezuela tampoco es muy usual que las víctimas demanden reparaciones al Estado, ya que conseguir una condena es difícil

 

@ValeriaPedicini

La justicia venezolana está en deuda con las mujeres. De todas las veces en las que el Estado venezolano ha fallado, la lucha contra la violencia hacia la mujer no podía ser una excepción.

A pesar de las luchas y conquistas en el reconocimiento de los derechos de las mujeres a lo largo de los años, los logros casi siempre lucen a medias.

Ha habido avances, pero no son suficientes. Más que acciones concretas transformadoras, la acción del Estado se queda en los gestos. Así lo resaltó el más reciente informe “Mitos y realidades de la violencia contra la mujer en Venezuela: Historia de otro fracaso del Poder Judicial” de Acceso a la Justicia. 

En la investigación, fueron analizadas sentencias de las salas de Casación Penal y Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) entre 2015 y 2020, a partir de la última reforma de ley que regula la materia de violencia contra la mujer.

La intención fue determinar si realmente se estaba resguardando la vida e integridad física y mental de las mujeres víctimas de violencia de género. 

Según el Observatorio Digital de Femicidios del Centro de Justicia y Paz (Cepaz), desde el 1 hasta el 30 de julio de 2021, hubo 26 femicidios consumados y siete frustrados en Venezuela.

En promedio, hubo una acción femicida cada 24 horas.

Aquí los principales hallazgos de la investigación de Acceso a la Justicia:

1 – Aunque la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 reconoce «la igualdad de derechos de hombres y mujeres» y que «todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos», no fue suficiente para el reconocimiento inmediato de los derechos de las mujeres. Fue tras la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW) que se tuvo un instrumento internacional de especialización normativa sobre los derechos de la mujer. 

2 – En Venezuela se comenzaron los cambios legales en el Código Penal para poner foco en la persona, la defensa de la integridad física de la mujer y de su libertad sexual, dejando atrás el honor, la reputación de la familia a la que pertenecía o a la de su cónyuge. Pero esto no se tradujo en el establecimiento de políticas públicas o siquiera de una agenda legislativa que ahondara en el análisis de otras disposiciones similares. 

3 – En la reforma del Código Civil de 1982, la modificación se centró en la perspectiva del derecho civil eliminando las normas discriminatorias contra la mujer en el matrimonio y en otras categorías jurídicas. Esto significó la emancipación de la mujer en lo que tiene que ver con la administración de sus bienes y los derechos que se derivan de la comunidad conyugal, el reconocimiento igualitario en sus relaciones de pareja y respecto a la patria potestad sobre los hijos.

4 – La aprobación de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, conocida también como la Convención de Belém do Pará, que entró en vigencia el 28 de marzo de 1996 y que fue ratificada por Venezuela, fue un hito en el desarrollo de la normativa contra la violencia como un fenómeno transversal en la vida de la mujer y presente tanto en el ámbito público como privado, en sus relaciones familiares, en la comunidad en la que se desenvuelve, en cuanto al rol del Estado que debe garantizar sus derechos, etc.

5 – Fue apenas en 2007 cuando Venezuela aprobó una normativa con una visión más integral de la violencia contra la mujer con la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, ya que la Ley sobre la Violencia contra la Mujer y la Familia de 1998 no abordaba el problema en toda su dimensión. 

6 – Sin embargo, la ley de 2007 no fue suficiente, porque su visión y alcance era limitada. No permitía el análisis de las causas, no veía la violencia contra la mujer como materia de derechos humanos y no identificaba al propio Estado como otro victimario en la agresión. 

7 – En Venezuela, la evolución normativa relativa a la violencia contra la mujer ha sido no solo lenta, sino presa de percepciones y estereotipos que han impedido ver la transversalidad del problema en la sociedad. La normativa nacional sigue esos patrones y, aunque en general responde a los estándares internacionales, tiene carencias importantes al no identificar la violencia institucional generada por el Estado y establecer obligaciones al mismo, sin ningún medio de control real en un país donde no hay Estado de derecho.

8- La falta de un papel protagónico, vinculante y permanente de la sociedad civil, y en particular, de las organizaciones que por décadas han luchado por los derechos de las mujeres, es una de las más evidentes carencias de la ley, a pesar de que la misma reconoce su importancia y sus aportes.

9 – El Estado venezolano no ha cumplido con los compromisos internacionales respecto a la lucha contra la violencia de género. Una de sus mayores fallas ha sido haber silenciado las fuentes oficiales de información.

No se tienen datos actualizados sobre la violencia contra la mujer, pese a que la ley en su artículo 31 ordena la realización de “los censos, estadísticas y cualquier otro estudio, permanente o no, que permita recoger datos desagregados de la violencia contra las mujeres en el territorio nacional”. 

10 – La definición de femicidio en la legislación venezolana, incluido como delito en la reforma de la ley en 2014, es muy limitada y simplificada. Por esto, no se ajusta a los estándares internacionales en la materia, pues no hay señalamiento alguno sobre la responsabilidad del Estado al incumplir con su deber de protección. Además no hay datos suficientes de una fuente oficial para establecer la evolución de este delito. 

11 – La violencia sexual está tipificada en distintas normas penales: Código Penal; Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes; y la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Esto puede traer consecuencias de confusión al momento de la aplicación de diferentes instrumentos. En el caso de la violencia sexual no se encontró información oficial, solo data genérica de violencia de género de los años 2015 y 2016. Después de eso, igual que con el renglón de femicidio, ninguna fuente de información oficial informa al respecto.

 

12 – La inexistencia de estadísticas en materia de violencia contra la mujer complica la elaboración de políticas públicas, ya que sin información no es posible hacer un diagnóstico verídico de la situación y una planificación de política pública.

13 – Para el Tribunal Supremo de Justicia, las víctimas tienen un carácter anodino e indiferenciado, donde la violencia es apenas un tipo penal como cualquier otro, sin carácter especial, y sobre todo sin que amerite urgencia alguna de acción, resolución o medidas para atenderla. 

14 – En el análisis de las sentencias de la Sala de Casación Penal y de la Sala Constitucional se encontraron diez en las que se percibe la intervención del juez como contraria a los intereses de la mujer, o donde se perciben prejuicios, roles o estereotipos en contra de la mujer como sujeto protegido.

15 – En las sentencias analizadas de la Sala de Casación Penal se pone de manifiesto un exceso de formalismo y manejo de la violencia sobre la mujer como si de otro delito común se tratase. En dos de las sentencias no se tomó en cuenta el principio de interseccionalidad de la víctima.

En otros seis fallos de esa misma sala,  el máximo juzgado cometió «graves violaciones» a los derechos de la mujer que desnaturalizaron el proceso e hicieron que el mismo no sirva a los fines que la ley prevé (revictimización, retardo judicial, omisión de elementos fundamentales del proceso, etc.). 

16 – En las sentencias de la Sala Constitucional se llama la atención a los funcionarios policiales sobre comentarios sexistas, pero no cuando se trata de jueces, lo que demuestra la doble vara de medir al respecto.

17 – En la investigación se encontraron casos de más de diez años sin sentencia definitiva y algunos en que la reposición implicó el inicio del juicio luego de años, pone de manifiesto que solucionar el retardo procesal no es una prioridad.

18 – Más de una década después de la entrada en vigor de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que creó los tribunales especializados en la materia, estos no existen en todas las circunscripciones o estados del país. Ello obligó a que la Sala Constitucional les diera esa competencia a otros tribunales que no poseen la especialidad que deberían tener. Esto pone de manifiesto que este ámbito no ha sido, por más que en la narrativa oficial se diga lo contrario, una prioridad para las autoridades judiciales.

19 – Comparar las prácticas en materia de juzgamiento de derechos vinculados a la violencia contra la mujer aplicadas en otros países de Latinoamérica permite ver el rezago que tiene Venezuela. Por ejemplo, los elementos en los que se mencionan la reparación de daño, un tema prácticamente inédito en el país: las decisiones judiciales se centran exclusivamente en la sanción sin incorporar elemento alguno de reparación.

Lo relativo a la reparación del daño no es una propuesta o una innovación, sino un estándar internacional establecido, de modo que su inclusión no es discrecional por parte del Estado.

20 – En Venezuela no existe una costumbre por parte de las víctimas de pedir indemnizaciones o reparaciones, porque ya conseguir una condena es bastante difícil. Es tarea pendiente en las capacitaciones de profesionales y organizaciones vinculadas con el tema el incluirlo a los efectos de que sea tenga una presencia permanente en los asuntos a decidir por el tribunal en casos de violencia contra la mujer.

21 – En una conclusión general del informe se identifica que, a pesar de la invasiva propaganda oficial que describe casos individuales como consecuencia de la aplicación de políticas públicas exitosas en la materia, la deuda del Estado venezolano con las mujeres no solo existe, sino que ha tendido a aumentar con el pasar del tiempo en detrimento de su integridad.

Advierten sobre instalación de nuevos ciclos de violencia en comunidades víctimas de este flagelo
El psicólogo Manuel Llorens afirmó que en las comunidades donde se han vivido episodios de violencia crónica las personas comenzaron a mostrarse profundamente afectadas y reportan miedo, hiperactividad, depresión y malestar general
«Cuando el Estado no es capaz de generar los mecanismos defensivos que posibiliten el logro de la justicia y reparen el daño causado en las víctimas y sus familiares, la impunidad genera en las mismas un estado de inseguridad y pérdida de confianza en los organismos», afirmó Claudia Carrillo, psicóloga de Cofavic

 

@yeannalyfermin | Foto: EFE

 

Ejecuciones extrajudiciales, torturas, desapariciones forzosas, asesinatos de seres queridos, desplazamientos por miedo y persecución política son prácticas que dejan huellas en todas las personas que han sido víctimas de la violencia.

Los traumas psicosociales en personas y comunidades que han estado expuestas a largos períodos de violencia, fueron objeto de análisis en el III Congreso de Psicología que se realizó este 29, 30 y 31 de julio vía Zoom, evento que contó con el apoyo de 22 universidades del país y la participación de más de 100 profesionales destacados en el campo de la Psicología en Venezuela y de otros países.

Roger Castro vive en la parroquia El Cementerio, en Caracas, una zona popular que ha estado en zozobra desde hace varios años por la gobernanza criminal de alias «El Koki» y su banda.

Castro comenta que cuando «los de negro» suben para el barrio, se llena de miedo y esconde a sus tres hijos debajo de la cama por el temor de que una bala perdida los alcance.

«Una vez los policías se metieron a mi casa con la excusa de que yo estaba escondiendo algo, me golpearon y se llevaron mi celular. Cuando vienen, a todos en el barrio como que se nos paraliza la vida«, dijo. 

Ciclos violentos que se repiten

Desde el año 2016, el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) ha venido alertando sobre el aumento sostenido de la letalidad policial, situación que según la organización, se ha extendido por varios estados del país, como la única política de seguridad que se ha estado implementando. 

A juicio del psicólogo Manuel Llorens, en las comunidades donde se han vivido episodios de violencia crónica como en Los Valles del Tuy, la Cota 905, y Los Ruíces; donde se vivió una cadena de linchamientos en 2015, las personas comenzaron a mostrarse profundamente afectadas, con miedo, hiperactividad, depresión y malestar general.

«Hemos encontrado personas que bajan la voz para hablar de manera susurrada, lugares donde la cultura del silencio impera, donde la gente dejó de ocupar espacios públicos por miedo, donde hay desconfianza total en los cuerpos de seguridad y donde finalmente se termina naturalizando la violencia», dijo Llorens. 

El psicólogo afirma que en las comunidades que han vivido violencia sostenida y no han tenido apoyo de la justicia, se comienzan a ver soluciones fragmentadas donde se instalan nuevos ciclos violentos y la cultura del más fuerte es la que impera.

«Un ejemplo de esto es lo que sucedió hace algunos años donde una mamá disfrazó a su hijo de Faes, el comando que más ha matado personas», dijo. 

Llorens explicó que vivir en un contexto de violencia hace que las personas pierdan de vista el sufrimiento del otro y se encierren en sí mismos para tratar de protegerse.

«En esa deshumanización se instaura también el crecimiento sostenido de la violencia, porque hemos visto casos donde personas dicen que ‘si los operativos son para matar a los malandros nadie debería molestarse’,  ‘que si lo mataron por ser malandro está bien’, sin conocer si la persona era inocente», explicó Llorens. 

Las huellas de la impunidad 

Giorgina Ramírez no puede ver una comisión de las Fuerzas de Acciones Especiales (Faes) cerca de su barrio porque inmediatamente comienza a temblar y a revivir lo que ella describe como «el peor día de su vida».

La mañana del 25 de julio de 2017, varios hombres vestidos de negro, con pasamontañas y portando armas largas, irrumpieron en su vivienda, la maltrataron física y psicológicamente, la mantuvieron secuestrada durante al menos dos horas donde una vecina para que no presenciara el asesinato de su hijo menor y, además, le desvalijaron la casa.

«Cuando los veo, revivo la película del asesinato de mi hijo, y aunque ya han pasado cuatro años no olvido ningún momento ni la última mirada que mi hijo me dio. Me aterra el hecho de pensar que puedan volver. Vivo con miedo a pesar de que no les debo nada», dijo Ramírez. 

Para Claudia Carrillo, coordinadora del área psicosocial del Comité de Familiares de Víctimas del Caracazo (Cofavic), las violaciones a los derechos humanos en cualquiera de sus formas dejan profundas huellas tanto en las víctimas como en sus familiares. 

«Las afectaciones van desde varias áreas, el área física que compromete la salud de las personas afectadas, cambios a nivel cognitivo, dificultades en la atención, memoria, concentración y orientación, cuadros depresivos, ansiosos y conductuales. El temor a hablar de la situación, miedo a nos ser comprendidos, confusión y miedo a no poder enfrentar la situación son algunas de las consecuencias que dejan las violaciones y abusos a los derechos humanos», dijo Carrillo. 

La coordinadora psicosocial de Cofavic aseguró que cuando el Estado no es capaz de generar los mecanismos defensivos que posibiliten el logro de la justicia y reparen el daño causado en las víctima y sus familiares, la impunidad genera en las mismas un estado de inseguridad, de perdida de confianza en los organismos y también manda una negativa señal en materia de convivencia y paz social.

Acompañamiento en los procesos de justicia 

En la actualidad, hay muchas Organizaciones no Gubernamentales (ONG) que se ocupan de defender los derechos de las víctimas de la violencia, tal es el caso de Cofavic y Provea, ambas con una basta trayectoria en la documentación de violaciones a los derechos humanos ocurridas en el Venezuela desde el año 1988. 

Para la psicóloga Claudia Carrillo, el acompañamiento psicojuridico constituye un trabajo integral que le permite a las personas afectadas fortalecer sus recursos personales para enfrentar las frustraciones inherentes a los procesos judiciales y les garantiza condiciones mínimas para que el proceso de litigio tenga ese efecto sanador. 

Carrillo también explicó que un buen acompañamiento a las víctimas debe ir desde antes, durante y después de los procesos jurídicos porque permite ubicar a la persona en el momento en el que está, brindándole orientación para que puedan presentar su testimonio, reconstruir nuevas experiencias y no se queden anclados en el lugar de víctimas. 

Sobre este punto, el psicólogo Manuel Llorens afirmó que a las víctimas de violencia por parte del Estado se le debe facilitar la atención que requiera sin quitarle su protagonismo ni minimizarle su situación. 

«Escuchar las historias sin juzgar, la compañía, el silencio y la humanización tienen un efecto sanador y contribuyen a la recuperación de quienes han sido afectados por la violación a los derechos humanos o han sido víctimas de eventos violentos», dijo Llorens. 

Alicia Neuburger, psicóloga, Universidad de Buenos Aires y ponente en el Congreso de Psicología, destacó que los sistemas de justicia en la mayoría de los países de America Latina lo que hace es agravar la condición de las víctimas de la violencia. 

Por su parte, el abogado Carlos Ayala Corao enfatiza que la búsqueda de la justicia es importante en todas aquellas personas que han sido víctimas de la violencia para que ocurra el proceso de sanación.

«Hay una obligación de los estados de proveer protección a las víctimas, a los familiares de la víctimas y cualquier persona que funcione como defensor de derechos humanos», afirmó Corao.

El jurista destacó que no hay que ver las etapas de frutración que puede sufrir una víctima de la violencia en Venezuela. «Hay que saber que hay justicia más allá de las instancias que conocemos», refiriéndose a los organismos internacionales que velan por los derechos humanos. 

Entrevista | Linda Loaiza López: No existen palabras que puedan definir este dolor”

Linda Loaiza López. Foto: gentileza Lindad Loaiza.

@cjaimesb

Una joven llena de sueños llegó a Caracas a estudiar Veterinaria. Pocos días después de su arribo fue secuestrada por Luis Carrera Almoina, a quien la injusticia venezolana, en persona de la jueza Rosa Cádiz, declaró inocente de los terribles delitos que cometió en contra de Linda. Un largo y tortuoso camino comenzaba para la joven y su familia.

Pero la fuerza interior de Linda Loaiza es increíble. Se sobrepuso y aprendió a vivir con el dolor que significó lo que pasó. Se graduó de abogada para llevar adelante su caso y ayudar a otras víctimas como ella. Demandó al Estado venezolano ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos por la omisión en protegerla y prevenir la violencia en su contra. Y ganó la demanda. Aún espera porque se cumpla la sentencia de noviembre de 2018. Linda tiene una paciencia de santos. Sabe que llegará la hora en que los responsables pagarán por sus crímenes, por comisión u omisión.

Rechaza la revictimización, pues no es necesario sacar de nuevo a la luz los testimonios gráficos de su tragedia, para seguir luchando y hacerse escuchar. En este sentido, a dos manos con Luisa Kislinger y editada por Sergio Dahbar, Linda acaba de publicar el testimonio de lo que han sido estos años desde que fue secuestrada, violada y torturada. Doble crimen: tortura, esclavitud sexual e impunidad es un libro que todos los venezolanos deberíamos leer para conocer de primera mano lo que debe erradicarse, lo que no debe repetirse, lo que jamás ha debido suceder.

Hoy Linda, cual ave fénix, sigue adelante en su cruzada por la justicia que se merece.

Ella se ha convertido en una voz vital para otras mujeres que viven casos semejantes al suyo, incluso para las víctimas de femicidios, sobre los que no hay cifras ni información relevante de que haya existido justicia.

– ¿Qué hay en ti hoy de la Linda que llegó a Caracas a estudiar Veterinaria?

– El recorrido de un largo y espinoso camino que me llevó fuera de lo que en esos momentos quería. Ha sido complicado, pero me llené de valentía, coraje y deseos para buscar justicia contra los múltiples delitos que se cometieron en mi contra. Esto también me condujo a buscar actuar en favor de la justicia para otras mujeres.

– Has insistido en que no quieres ser revictimizada y entiendo tus razones. Pero las fotos de cuando te rescataron persisten en la memoria colectiva. ¿Cómo saliste de ese trauma?

– Lo que todavía no se entiende es que la revictimización no viene solo de un sistema de justicia inoperante para las víctimas y muy diligente con los victimarios. Claro que mis destrozadas imágenes no pueden borrarse del imaginario social porque fueron publicadas, pero después de estas dos décadas no hace falta volver a escenificarlas públicamente. Todo lo que viví no fue una tenebrosa pesadilla de la cual me desperté y seguí mi vida. La realidad es que, si me ocurrió, no hace falta publicar esas fotografías.

Existen manuales para periodistas, que pueden difundir informaciones sin revictimizar a las víctimas; por ellos aprovecho el espacio e invito a difundir y promover el mismo: Manual para la producción de contenidos con enfoque de género para periodistas medios de comunicación venezolanos.

Las secuelas del trauma no pueden borrarse por el solo deseo; se aprende a vivir con ellas, el daño que causan es como VIVIR la propia MUERTE, LUCHAR contra ELLA, VENCERLA y HEREDAR sus consecuencias. “Como víctima sobreviviente de violencia sexual y tortura, puedo decir que no existen palabras que puedan definir este dolor”.

Pero voy adelante, cada paso que doy lo hago reivindicador. En este país hay gente maravillosa y profesionales de gran calidad que me han acompañado cuando más les necesité, esos vínculos crecieron y aún cuento con ellos.

Los traumas en este país crecen por doquier. Solamente imaginemos la tragedia del desbordamiento de los femicidios, que se convirtió en una pandemia dentro del “quédate en casa” 

– Te encontraste de frente con la injusticia venezolana. Como abogada… ¿qué esperas de este sistema actual con respecto a la decisión de la CIDH?

– Sigo teniendo desafíos como la exigencia del cumplimiento de la sentencia que la Corte Interamericana de Derechos Humanos le dictó al Estado venezolano. La Corte IDH se pronunció el día 16 de noviembre del 2018 con una sentencia condenatoria al Estado venezolano como responsable por las diversas violaciones de derechos humanos que fueron catalogadas, no solo como vulneraciones de mi integridad personal, dignidad, autonomía y vida privada, sino también como actos de tortura y esclavitud sexual, en los términos establecidos por la Convención Americana sobre los Derechos Humanos y la Convención de Belem Do Pará.  

Esta es la primera vez que el sistema interamericano declara la responsabilidad de un Estado por estos hechos atroces cometidos por un particular, debido a la grosera omisión del Estado venezolano en protegerme y prevenir la violencia en mi contra, pese a que tuvo pleno conocimiento del riesgo en el que me encontraba.  

Es también la primera vez que una corte internacional condena al Estado venezolano por actos de violencia contra la mujer, reconociendo que mi caso ocurrió –además- en un contexto de graves fallas institucionales, muchas de las cuales persisten en la actualidad. 

Sigo exigiendo mis derechos, como mujer venezolana; sigo promoviendo la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición y la responsabilidad del Estado venezolano es garantizar mis derechos y los de mis familiares.

Mientras no exista el acceso efectivo a la justicia interamericana de las víctimas de violaciones de derechos humanos, este sistema deja de ser una garantía para las víctimas.

– ¿Qué te mueve a seguir adelante?

– Alcanzar justicia para mí y para las otras víctimas, con testimonio reciente de la Sra. Zuleima Yamilet Arráiz.

Linda Loaiza: «Sigo exigiendo mis derechos, como mujer venezolana; sigo promoviendo la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición y la responsabilidad del Estado venezolano». Foto gentileza Linda Loaiza

Eres ejemplo para mujeres abusadas de muchas maneras, que ven en ti la fortaleza para salir de ese círculo vicioso que es la violencia conyugal, las violaciones, los abusos. ¿Cuál es tu mensaje para ellas?

– Buscar ayuda, denunciar, buscar justicia a fin de que estos delitos no se repitan. Seguir visibilizando los crímenes que se cometen contra las mujeres, tenemos casos como el de Alexandra Hidalgo, que lleva más 17 años y no ha obtenido una sentencia condenatoria para el acusado. También el de Morella León López. Tenemos los casos de femicidios de Ángela Aguirre, Greicy Bracho, Geraldine Quintero, Yarbelis Santiago, Yusleidy Salcedo; los tres primeros casos de femicidios en Portuguesa y los otros tres en el estado Bolívar, solo por mencionar algunos casos.

Según el portal UTOPIX, diciembre del 2020: el año cierra con 256 femicidios. Un aumento del 53 % con relación al 2019. Las cifras siempre quedan en las sombras. No las conocemos como sociedad, no se nos permite ver si hay algún porcentaje de estos femicidas que hayan sido debidamente condenados y dónde están.

– ¿Cuáles son tus planes para el futuro?

– Seguir trabajando para alcanzar justicia, en favor de todas.

– ¿Qué significa Venezuela para Linda Loaiza?

– Un maravilloso país que debemos amar y buscar que reine la justicia.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es