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José Vicente Carrasquero

Venezolano se escribe con “V” de víctima, por José Vicente Carrasquero

Colas

 

Me encuentro escribiendo mi artículo semanal. En la pantalla de la computadora me aparece el aviso de Twitter que notifica el artículo de este domingo de Leonardo Padrón. Le doy al link y sufro la historia descrita por este insigne escritor que sabe como nadie retratar la tragedia que viven muchos venezolanos. Es la desventura de Marcelo Cravato y el artículo, si no la ha leído, lo encontrará en el siguiente enlace: http://www.el-nacional.com/opinion/Pais-carcel_0_947905446.html

Me vino a la memoria una conversación que sostenía el viernes en la noche con un distinguido profesor de ciencia política de la Universidad Carlos III. En mi opinión, el académico español que mejor domina el tema venezolano. Más allá de nombres y eventos, este apreciado amigo tiene una profunda comprensión del momento político que vive nuestro país.

Le decía al colega que él debía ver a los venezolanos como víctimas de un gobierno que decidió desde que llegó al poder dividirnos entre buenos y malos. Los que lo seguían y quienes le adversaban. Para los primeros, mientras se pudo, algunos privilegios para los segundos persecución y ausencia absoluta de a quien recurrir ante las permanentes injusticias de un régimen que parece estar administrado por un ejército de ocupación más que por compatriotas.

Desde que el chavismo llegó al poder, los venezolanos en general han estado sometido a unos niveles de violencia nunca vistos. Una que se manifiesta de maneras diversas. Baste decir que desde 1999 hasta hoy en Venezuela han ocurrido más de doscientos mil asesinatos. Según estudios muy serios del Observatorio Venezolano de la Violencia, más del noventa porciento de esos crímenes han quedado impunes.

A estas doscientas mil víctimas de la violencia criminal permitida y muchas veces fomentada por el gobierno chavista, se suman las personas que han quedado lisiadas o perjudicadas física y/o psicológicamente por unos depredadores que solo ven en sus semejantes presas de las cuales vivir y saciar su sed de asesinar. Es muy sospechoso que el gobierno se haya mostrado crecientemente incapaz e indolente ante el auge de los asesinatos.

Como con un fuero especial, los delincuentes han incrementado el número de secuestros. Yo mismo fui víctima de uno en el que amenazaron con matarme muchísimas veces. La denuncia ante la policía al final quedó solo como un asunto de trámite para que el seguro me pagara el vehículo. Nadie investigó, nadie hizo averiguaciones posteriores.

Aun recuerdo la conversación con mis captores. Desde el principio me llamaban profesor. Me preguntaron que por qué criticaba tanto al presidente. Me contaron que ellos trabajaban pero que el dinero no les alcanzaba para cubrir las necesidades de su familia. Que el presidente había dicho que si la gente tenía necesidad podía robar. Por la forma como se comunicaban entre ellos y como estaban vestidos, pienso que eran policías. Muchos años después no he superado del todo el trauma, el único aliciente es el haber sobrevivido.

La cantidad de víctimas de los gobiernos del chavismo se cuentan por millones. Los de los últimos años han incluso llamado la atención de los organismos internacionales. Muertes por enfermedades erradicadas hace décadas como la malaria o la difteria. Muertes por cáncer de niños que no pudieron ser tratados por la ausencia de medicinas y equipos necesarios. Muertes diarias de personas que no consiguen el medicamento que le controla la tensión o los niveles de azúcar en la sangre. Muertes por ataques de epilepsia por ausencia de drogas adecuadas que además resultan muy baratas. Lo más grave, personas que mueren de hambre en un territorio que flota sobre las reservas probadas de petróleo más grandes del universo.

Son víctimas de este gobierno miles de pensionados y jubilados que desde hace más de un año no reciben el dinero para su manutención en el exterior. Un infame ministro se atrevió a decir que no había ninguna deuda con este sector y que las trasferencias se habían realizado. Son víctimas los estudiantes a los cuales se les autorizaron los recursos para cursos en el extranjero y han tenido que organizarse para tratar de sobrevivir. En contraste, cientos de boliburgueses exhiben groseramente sus riquezas en el exterior. Alguno impúdicamente se deja ver en su camioneta Mercedes Benz del año en la Gran Vía de Madrid.

Son víctimas de esta cúpula podrida quienes esperan en largas colas en búsqueda de alimentos, quienes deben presentar una partida de nacimiento para comprar pañales o leche materna. Son víctimas los recién nacidos colocados en cajas cartón en un hospital al tiempo que un desalmado gobernador chavista dice que eso se soluciona decorando la cajita.

Son víctimas de la dictadura que nos somete por la fuerza, ese ejército de presos políticos que pagan cárcel sin condena, sin juicio, sin que les asista derecho alguno. El pecado de algunas de estas personas fue haber ayudado a otro, o haberle ofrecido un poco de comida a personas que protestaban. Uno de ellos se suicidó en una mazmorra del régimen ante la impotencia por el irrespeto sus derechos humanos.

Como si fuese poco, el aparato de medios del gobierno es usado para tratar de someter al escarnio público a venezolanos que se oponen a la dictadura. Los fanfarrones y payasos que dirigen estos programas no tienen moral alguna para erigirse en críticos de nadie. Sin embargo lo hacen, a pesar de estar señalados algunos de alcohólicos, drogadictos y otros de traficantes de drogas.

El venezolano es víctima de una terquedad que se empeña en mantener un modelo económico empobrecedor y hambreador del pueblo. Todo parece estar llegando a su final. En estos momentos hace falta mucha sindéresis. Ojalá sepamos tenerla.

 

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VIDEO Expertos aseguran que Venezuela puede superar a los Tigres Asiáticos

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Los «Tigres Asiáticos», una generación de nuevos países industriales que durante los últimos 50 años han tenido un fantástico crecimiento y desarrollo, es el tema sobre el cual conversan en video el consultor político, José Vicente Carrasquero, junto con Orlando Viera-Blanco, abogado venezolano que se encontraba en Singapur al momento del video.

Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Taiwán son los países del grupo que invirtieron en el nivel educativo de su población y buscaron establecer una economía de libre mercado. En el video exploran estos modelos de desarrollo que han convertido a los asiáticos en ejemplos del buen crecimiento nacional y en casos de estudio obligatorio para políticas públicas.

«Singapur, una pequeña isla que no tiene nada, que ni siquiera el agua de la que dispone puede hacerse potable … Una isla con cinco millones y medio de habitantes, que produce servicios en su mayor parte y que no tiene ningún tipo de sector industrial o de manufactura, se ha convertido en la tercera nación en economía asiática y en la nación líder en transparencia y eficiencia.

Venezuela tiene un potencial muy grande para superar a estos países, de acuerdo a Viera-Blanco quien resalta que Singapur comparte características climáticas con el país caribeño. Además, la extensión territorial y los recursos naturales servirían de pivote para dar rienda suelta a una educación de calidad y a la reconocida capacidad de resolver de los venezolanos.

“Lo bueno es lo malo que se está poniendo”, por José Vicente Carrasquero A.

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El título de este artículo va entre comillas porque cita a Teodoro Petkoff, uno de los políticos más importantes de la historia contemporánea y que jugó un papel fundamental en la implantación de la Agenda Venezuela en el gobierno de Caldera.

Traigo esta frase a colación porque la situación que vive nuestro atribulado pueblo es, en varios grados de magnitud, mucho más grave y profunda que la que se vivía a finales del siglo pasado. Con un barril de petróleo por debajo de los diez dólares, el presidente Caldera tuvo que hacer de tripas corazón y reinstalar el conjunto de medidas económicas que ya había puesto en marcha Pérez en 1989. Hay que recordar que Caldera desmonta las medidas adelantadas por CAP y el país se vuelve a hundir en los problemas económicos típicos de las economías controladas.

La situación económica en 1996 era muy grave y eso obligó a soltar las amarras de la economía para que los actores del sistema asumieran riesgos y comenzaran a actuar sin la intervención de ese estado sobre protector que tanto daño le ha hecho a los fallidos intentos de desarrollo nacional.

Aunque con muchas dificultades, la economía comenzó a levantar vuelo. El país fue capaz de manejarse con precios muy bajos del petróleo. El levantamiento del control de cambios, la rectificación del precio de los combustibles y la liberación de precios no tuvieron las trágicas consecuencias que medidas similares tuvieron en 1989. Desde mi punto de vista, fue mérito del entonces ministro de CORDIPLAN, Teodoro Petkoff, el vender estas medidas como el remedio costoso y doloroso que nos daría estabilidad económica como efectivamente hizo.

La tentación controladora de la economía no se hizo esperar. Con una mentalidad de planificación centralizada el ingeniero Giordani le vende a Chávez la idea de volver a pegarle mano a la economía y dirigirla desde el estado. Se vuelve a repetir el trágico ciclo de la política venezolana según el cual los gobernantes de turno piensan que lo pueden hacer mejor que los demás y nos vuelven a sumir en lo que estamos viviendo hoy en día.

Y es que no hay manera de que un manejo irracional de los recursos provenientes del petróleo intoxique las mentes de los gobernantes y los haga pensar que esas riquezas que perciben son para siempre. Y se vuelven a endeudar. Desoyen a todos los que avisan que viene una caída de los precios del petróleo. Ensoberbecidos de sí mismos se atreven a decir que es un asunto coyuntural que superaremos. Hacen inútiles viajes a tratar de convencer a los otros países que reduzcan su bombeo de petróleo.

Ridícula petición. La mayoría de los países petroleros, ya sean de la OPEP o no, se han preparado para producir la mayor cantidad de petróleo posible. Veían venir una guerra de precios y se prepararon para ella. Nuestros obnubilados políticos se limitaban a decir que teníamos las reservas probadas más grandes del planeta. Negociaron la faja con fines políticos. Le dieron concesiones a países que no tienen capacidad de explotar petróleo. Se hizo una rebatiña de nuestras riquezas con fines crematísticos desde el punto de vista del poder. Pero, el peor de los peros, no aumentamos nuestra capacidad de producir más hidrocarburos. Al contrario, la disminuimos. La industria está en ruinas. Todos los meses hay algún accidente que denuncia pobre mantenimiento y operaciones inadecuadas.

Lo único soberano que nos queda de todo esto es que nuestros políticos, que además no saben nada de relaciones internacionales, salgan a rogar a los otros países, que sí se prepararon para bombear petróleo, que reduzcan su producción. No nos puede producir otra cosa que indignación que teniendo tanto petróleo no podamos participar con ventaja en la guerra de precios. Todo por culpa de la improvisación de unos incapaces a los que les llegó el poder por cuestiones de azar y que no supieron manejar las inmensas riquezas que le entraron al país.

Si se aprovecharon, por supuesto, una cuerda de delincuentes que se enriquecieron a nuestras costillas de una forma inmoral. Perseguidos por la justicia internacional, muchos tendrán que rendir cuenta por fortunas que crecieron más rápido que la del magnate petrolero norteamericano Nelson Rockefeller. Aviones, yates, lujosas quintas y hasta palacios forman parte de los bienes que advenedizos, protegidos por el régimen, lograron acumular empobreciendo más y más a los venezolanos.

Todo indica que el chavismo desplumó la gallina de los huevos de oro. PDVSA anda buscando medio para completar un real. Ni en los peores momentos de los precios del petróleo el holding había estado en tan precarias condiciones.

Y si PDVSA no tiene dinero, Venezuela no tiene dinero. Y es cuando decimos: “Lo bueno es lo malo que se está poniendo”.

El gobierno de Maduro es, por definición, incapaz de manejar la catástrofe que estamos viviendo. Primero porque no la entiende. Mal puede alguien resolver un problema cuya complejidad no llega a comprender. Segundo, por la elemental razón de que no se puede esperar que quienes nos metieron en semejante problemas tengan nociones de cómo sacarnos. Solo hace falta oír a Luis Salas para saber que lo que hagan nos llevará al barranco.

Parece cercano el fin de este gobierno. El pueblo no parece dispuesto a soportar más medidas sin sentido que lo que hacen es aumentar los graves problemas. Le ofende los oídos que a un gran cacao del régimen le roben 300mil dólares de su casa de habitación. Alguien que todos en Naiguatá saben que era un profesor universitario que no tenía las riquezas que hoy exhibe.

La situación de las finanzas públicas no se podrá seguir manejando de la misma errónea manera. El gobierno está obligado a rectificar pero no quiere hacerlo. Se sienten los movimientos telúricos de un pueblo cansado de tanta  burla y chantaje. O Maduro se va por su cuenta, o el pueblo lo sacará de Miraflores.

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La crisis humanitaria venezolana por José Vicente Carrasquero

 

crisis humanitariaEl momento que atraviesa Venezuela desde el punto de vista económico, político y social debería servir de ejemplo para aquellos que quisieran explicar en qué consiste el neo-liberalismo salvaje. Lo más dramático del ejemplo, y que debe ser tomado como aprendizaje, es que esta absurda situación nace de la aplicación de una serie de acciones de corte populista de orientación socialista y que se dice humanista.

Venezuela vive, sin duda alguna, una crisis humanitaria de dimensiones impensables dada la cantidad de recursos que entraron por renta petrolera en los últimos quince años. Esa crisis se manifiesta como un monstruo de muchas cabezas que impone una situación de sálvese quien pueda sobre una sociedad amainada por el hampa desbordada, la escasez, la pérdida del poder adquisitivo, la ausencia de servicios públicos de calidad, la guerra despiadada contra la empresa local y los ridículos controles que no cumplen su cometido.

La crisis humanitaria en Venezuela es producto de una guerra de la clase política gobernante contra el resto de los habitantes de esta empobrecida nación. Esa guerra tiene también varios campos de acción. Ya hablamos de la guerra contra la empresa privada que ha ido mermando nuestra capacidad de producir internamente y por supuesto, ha hecho imposible el cacareado objetivo de llegar a la soberanía alimentaria por solo mencionar una de las tantas que el gobierno nombra habitualmente.

La guerra política es una de las más cruentas que conozca la república y nos ubica en principios de siglo XX, cuando los disidentes eran perseguidos sin piedad, torturados y enviados a La Rotunda. Esa tristemente célebre cárcel donde iban a parar con sus huesos los que osaban oponerse a la dictadura de los conquistadores andinos. Hoy las cárceles venezolanas y las rotundas modernas están repletas de personas que se atrevieron a desafiar al régimen dictatorial del siglo XXI. Hay mujeres y hombres mayores acusados de crímenes absurdos por haber asistido a manifestantes con un vaso de agua o un pedazo de pan.

La guerra contra el desarrollo se da desde la molienda de dinero en la que se ha convertido la generación de energía eléctrica en Venezuela. Es muy probable amigo lector, que en el momento que usted está leyendo este artículo de opinión, cientos de miles de venezolanos estén a oscuras o sin contar con el vital servicio de electricidad. Los incapaces gobernantes, no solo no invirtieron en más electricidad para una población creciente. Además se birlaron miles de millones de dólares en mecanismos obsoletos para responder a la crisis sin ir a la base del problema. Los que pueden acuden a la neo-liberal práctica de comprarse su propia planta generadora de energía, uno de los pocos negocios que ha prosperado en Venezuela.

El país es azotado por una guerra sin cuartel que un ejército de hampones desata las 24 horas del día, los 365 días del año contra una población inerme que no puede contar con los organismos del estado para que la defienda. Por el contrario, estos delincuentes tienen trato preferencial y pueden ejercer su profesión libre de impuestos, y con un muy bajo riesgo laboral. El neo-liberalismo ha hecho que haya crecido la privatización de la seguridad. Se hace común ver cantidad de vehículos custodiados en las calles venezolanas. Lo peor, es que los gobernantes, seguros de su impotencia frente al hampa se asignan a si mismo sendos grupos de escoltas. ¿Y de dónde salen estos escoltas? De las policías. Hay funcionarios que salen de las calles para pasar a la protección privada de funcionarios públicos y sus familias. En algunos casos absurdos se ve que incluso directores de canales de televisión del estado gozan de estos privilegios.

La escasez de alimentos junto al aumento desmesurado del precio de los mismos está causando estragos en la población. El neo-liberalismo salvaje con el que el gobierno ha tratado el caso ha llevado a la aparición de los bachaqueros. Una especie que surge precisamente por la dificultad de conseguir alimentos. Vea que donde no hay problemas de escasez, no hay traficantes de alimentos. De hecho, se sabe que Venezuela es el único país del continente Americano que sufre de esta anomalía.

El gobierno, en su suprema incompetencia, piensa que todo se resuelve poniendo las máquinas de imprimir billetes a trabajar sobretiempo. Eso ha convertido a nuestra moneda en una pieza de cambio que la gente no quiere tener. No tiene sentido ahorrar en bolívares. Porque todo es más caro de la mañana para la tarde. El venezolano en general se ha empobrecido de una manera escandalosa.

Cuando se dice: “la vida de millones de venezolanos en riesgo permanente por la acción incontrolada del hampa”, estamos frente a una crisis humanitaria.

Cuando: “millones de venezolanos no consiguen los medicamentos que requieren para tratar sus afecciones”, estamos frente a una crisis humanitaria.

Cuando: “millones de familias venezolanas no reúnen ingresos para pagar la canasta alimentaria”, estamos frente a una crisis humanitaria.

Cuando: “miles de familia sin servicio eléctrico sufren las inclemencias climáticas”, estamos frente a una crisis humanitaria.

Cuando: “miles de madres y padres entierran anualmente a sus hijos”, estamos frente a una crisis humanitaria.

Cuando: “miles de familias abandonan el país buscando mejor calidad de vida”, estamos frente a una crisis humanitaria.

La crisis humanitaria no se decreta. Existe. Y Venezuela la vive. El gobierno hace poco o nada por combatirla. Maduro está más pendiente del chismorreo primitivo y de culpar a los demás que de gobernar. Venezuela puede estar peor y solo los venezolanos podemos evitarlo.

José Vicente Carrasquero A.

@botellazo

IPYS: Diosdado Cabello criminaliza a medios y trabajadores en su programa Los mazazos

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La organización IPYS Venezuela monitoreó del 3 octubre al 3 de diciembre de 2014 las transmisiones del espacio ‘Con el mazo dando’, conducido por Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional en el que el dirigente acusó a 165 personas y organizaciones por supuestos delitos y acciones que calificó de irregulares.

 

Jesús Alberto Yajure | @albertoyajure

Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional y primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), criminaliza a los medios y sus trabajadores en su espacio de opinión «Los mazazos» que transmite el canal del Estado, Venezolana de Televisión (VTV), indica un reporte del Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela (IPYS Venezuela). La organización no gubernamental monitoreó dos meses de programación del espacio de opinión, transmitidos entre noviembre y diciembre de 2014.

IPYS documentó que durante 9 programas, difundidos en un período de dos meses, Diosdado Cabello acusó a 165 personas y medios, entre los que se cuentan diarios de circulación nacional, directores, editores, periodistas, fotógrafos, activistas, organizaciones no gubernamentales, dirigentes políticos de oposición, representantes de la Iglesia católica, estudiantes y universidades venezolanas.

 

Vea el reporte completo aquí «Los mazazos» contra los medios y la disidencia

 

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El patrón de señalamientos revela un proceso de constante vigilancia y seguimiento hacia diversos actores: dirigentes de partidos políticos, miembros de organizaciones no gubernamentales, periodistas, dueños de medios de comunicación, líderes estudiantiles, miembros de la iglesia católica, autoridades universitarias, analistas políticos y económicos, ciudadanos detenidos y bajo procesos judiciales.

A pesar de que los acusados representan a diversos sectores sociopolíticos de Venezuela, tienen un elemento en común: ejercen funciones que desde el gobierno son consideradas subversivas, susceptibles de objeciones.

Las personas y organizaciones que aparecen reseñadas en el programa, frecuentemente, son tildadas como «la derecha», «los fascistas», «los desestabilizadores», «los amargados». Así los califica Diosdado Cabello para abonar la tesis de una supuesta conspiración en contra del gobierno. En los 9 programas analizados, IPYS Venezuela encontró 25 referencias de Diosdado Cabello, vinculadas a este argumento. Habló de «conspiración», «conspiradores», y acciones para «conspirar».

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Las acusaciones buscaban criminalizar el trabajo de medios y periodistas, mediante el uso de informantes anónimos referidos por Cabello como «patriotas cooperantes». Bajo la lógica de Los Mazazos, la mayoría los señalamientos son arbitrarios, no están fundamentados en ninguna investigación previa que debería realizarse desde las instituciones del Estado venezolano.

Más allá de reprender o avalar conductas de las personas y organizaciones que han sido señaladas, IPYS Venezuela considera que las leyes nacionales establecen que son los organismos del poder moral y judicial los que están en competencia para llevar adelante cualquier procedimiento de averiguación si los casos los ameritaran. Éste es un rol que le corresponde a las instituciones de justicia y no de un programa de televisión que acusa y sentencia a ciudadanos, con la utilización de la plataforma del principal canal del Estado y desde la vocería del presidente del parlamento nacional y dirigente del partido político oficial.

El abuso del poder del Estado en materia de comunicaciones se hace evidente. Con «el mazo dando» revela una mezcla en la que los roles del Estado se distorsionan y aúpan la impunidad. Esa fusión se llega a naturalizar: el canal estatal actúa como el partido político oficial. Pero a su vez, se vuelven una sola las funciones del gobierno, el parlamento, los encargados de la justica y los órganos de inteligencia policial. Ante las acusaciones como las que se hacen recurrentes en el programa, los ausentes son el debido proceso y la independencia de los poderes públicos del país, garantías fundamentales de la democracia y que están establecidas en la Constitución Nacional.

2015: de la pobreza a la miseria

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No hace falta darse el viajecito hasta Delfos, Grecia para que una pitonisa en su oráculo nos cuente que el año 2015 será uno de los peores en cuanto a calidad de vida de los últimos cien años. Solo basta con observar la indolencia e ineptitud con la que se manejó el mayor flujo de recursos provenientes del petróleo en toda la historia de Venezuela. Para dar una idea, los burócratas en el poder lloran porque el barril ronda los setenta dólares. Ese precio es el doble del precio más alto que manejó el gobierno de Herrera Campins entre 1979 y 1983.

En diciembre de 2013, sin necesidad de leer el tabaco o la borra del café, escribí 2014 annus horribilis. Hablaba someramente de lo malo que sería este año si el gobierno tomaba medidas racionales. No lo hizo. Y por lo tanto, el año fue mucho peor.

El año 2014 vio la escasez prolongarse a lo largo de todo el período. De hecho, en muchos rubros fundamentales como la medicina y algunos productos de primera necesidad, la situación no ha hecho otra cosa que empeorar. Es preciso acotar, que al momento de redactar este artículo, el promedio anual del petróleo venezolano está alrededor de los 92 dólares.

El poder adquisitivo de los venezolanos ha descendido de una manera brutal. Muchos de quienes disfrutaron un aumento en sus ingresos en años anteriores, se han visto nuevamente empobrecidos de una forma criminal. Y esto ha pasado porque el gobierno se niega a tomar las medidas que debe para enderezar el rumbo de un modelo que fracasó en todos los países en los que se aplicó y éste no fue la excepción.

Con la caída de los precios del petróleo quedaron al descubierto las mentiras del gobierno. Primero, que el presupuesto estaba planificado con el barril a 55. Si ese hubiese sido el caso, no habríamos visto a un errático Ramírez, devenido en ministro de relaciones exteriores decir que necesitamos el precio en 100 dólares. Esta no parece la declaración de un experto en la materia. Luce como un lego expresando sus deseos. El viaje del ministro para ver si puede salvar los precios del crudo es una clara demostración del desconocimiento de la coyuntura petrolera actual.

Segundo, era mentira que podíamos funcionar con el petróleo al precio que sea. Rodolfo Marco Torres, ministro de economía, declaró que estamos preparados para cualquier precio del petróleo. En muchas de sus intervenciones públicas este señor ha demostrado no tener ni la más mínima idea de economía. Ya con el barril a 70, Maduro reconoció que hemos perdido el 30% de nuestros ingresos. ¿Qué tiene que decir Torres al respecto?

La llorona oficialista se orienta hacia la fantasía primitiva. Culpan a los fantasmas de una conflagración mundial contra Venezuela. Primero la comiquita de una guerra económica que estos generales no han podido derrotar. Después y que Estados Unidos está empeñado en bajar los precios del petróleo para afectar a Rusia, Irán y Venezuela. Pamplinas y más pamplinas. Discurso de funcionarios que no están preparados para los cargos que desempeñan.

El año 2015 traerá miseria si el gobierno se empeña en cuidar más la ya maltrecha popularidad de Maduro que la calidad de vida de los venezolanos. Y digo miseria porque pobres ya estamos. La mayoría de los precios en Venezuela están calculados en razón del dólar paralelo. El gobierno calcula nuestros salarios con el desconocido y poco visto dólar a 6,30. Por supuesto que esto hace que la gente no le crea nada a Maduro como ya revelan las encuestas.

Las colas son clara demostración de que los productos no alcanzan para todos. Las medidas contra el contrabando no resolvieron la escasez porque el problema es que no hay suficiente producción y no se importa lo que se necesita. Todo, por el empeño del gobierno en controlar la economía a pesar de su demostrada incapacidad en la materia.

Si este año sufrió escasez prepárese para la ausencia absoluta de productos. Si este año no le alcanzó el dinero para completar el mercado, el año que viene se tendrá que someterse a un proceso de auto racionamiento para que le rindan los churupos. Si tenía pensado comprarse un carrito, vea como le estira la vida al que tiene. No se le ocurra enfermarse. Olvídese de las veleidades burguesas de irse un fin de semana a la playa.

Todo esto, porque el gobierno no ha detectado la tormenta que ya tiene encima. Se empeña en la práctica del socialismo mágico. Cree que dando declaraciones, haciendo fintas de gobernar por televisión, decretando leyes y otras necedades, podrá conjurar la debacle que se le viene encima.

Lamentablemente nos adentramos en esta tormenta sin timonel, sin brújula y sin motores que impidan a esta gran embarcación zozobrar. Nunca Venezuela estuvo en tan malas manos. La ignorancia en el ejecutivo es generalizada. Nadie entiende lo que está pasando. No podemos esperar que sepan cómo sacarnos de este infierno en el que nos metieron.

¡Qué Dios nos agarre confesados!

José Vicente Carrasquero

@boellazo