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Podcast 3 en 1 |  El drama del Saime, ataques a Guaidó y Latinoamérica gira a la izquierda

 

En esta nueva entrega del Podcast 3 en 1 de la Alianza Rebelde Investiga nos encontramos tres interesantes reportajes.

En El Pitazo destaca 12 horas de cola: el drama de los extranjeros en el Saime.

Los extranjeros que viven en Caracas solo tienen la opción de acudir a la oficina de identificación ubicada en Coche. Varios testimonios confirman el vía crucis que deben padecer para emitir una cédula, pasaporte o permiso de residencia.

En Tal Cual encontramos Ataques durante giras de Guaido en Zulia y Cojedes se unen al guión de violencia política. 

El dirigente de la oposición ha sido víctima de emboscadas por parte de grupos afectos al oficialismo en las giras que ha hecho por los estados Zulia y Cojedes. Denuncia que se trata de un chantaje del chavismo para intimidarlo.

Finalmente en Runrunes resalta Cambios de timón en Latinoamérica acercan la región a la izquierda.

La posible elección de Gustavo Petro como presidente de Colombia inclina la balanza en la región nuevamente a la izquierda donde están Nicolás Maduro por Venezuela, Daniel Ortega por Nicaragua, Miguel Diaz Canel por Cuba, Gabriel Boric por Chile y Alberto Fernández por Argentina. 

 

 

Runrunes de Bocaranda: ALTO – VENEZUELA REGRESA A LA MESA DEL DIÁLOGO
Jorge Rodríguez confirmó al Reino de Noruega la decisión del régimen de regresar a la mesa del diálogo al Reino de Noruega

 

VENEZUELA REGRESA A LA MESA DEL DIÁLOGO

El mismo presidente de la Asamblea Nacional de Maduro, Jorge Rodríguez, se lo confirmó al Reino de Noruega. Mientras el secretario de Estado estadounidense Anthony Blinken enfatiza su desempeño diplomático en la relación con Rusia, donde el tema Venezuela sigue con prioridad en su carpeta de trabajo, el gobierno venezolano estira la cuerda hasta ver qué más puede obtener de dichos encuentros, que ya se suspendieron una vez mientras pataleaban falsamente por un “diplomático” Alex Saab.

Por ahora la OFAC, la Oficina de Control de Activos de Extranjeros u Office of Foreign Assets Control (OFAC), que es la agencia federal norteamericana encargada de los delitos económicos y del bloqueo de cuentas y negocios en los Estados Unidos, continua, gota a gota, dando “waivers” o exenciones a diferentes empresas para hacer negocios con Venezuela.

LA ZURDA LATINOAMÉRICA

El internacionalista Edgar Otálvora en su más reciente informe pone el ojo en la nueva alianza de la izquierda latinoamericana tras el triunfo en Chile de Gabriel Boric. Señala que el canciller mexicano Marcelo Ebrard, quien estuvo el 4ENE22 en Buenos Aires, hizo antes una parada en Santiago de Chile con el propósito de mantener un encuentro personal con Boric, quien era la ficha dentro de Chile del izquierdista Grupo de Puebla, del cual el gobierno mexicano es auspiciador y parte.

Ebrard llegó a Santiago para reunirse con el próximo gobierno y no con las actuales autoridades. La reunión tuvo lugar el 06ENE22 en las instalaciones que la Universidad de Chile proporcionó a Boric. El chileno se hizo acompañar por Izkia Siches, la médico y antigua militante de la juventud comunista que actuó como su jefe de campaña electoral.

Otálvora detalla cómo, amén de comer rosca de reyes, Ebrard y Boric confirmaron que el nuevo gobierno de Chile formará parte de la alianza izquierdista continental en la que trabajan López Obrador y el argentino Alberto Fernández. Tras la reunión, la cancillería mexicana emitió un curioso comunicado titulado “México y Chile acuerdan alianza estratégica” como si Boric ya estuviera en funciones presidenciales. Según el comunicado, “las partes resaltaron la visión progresista compartida”.

El enviado de López Obrador y el presidente electo chileno “acordaron una alianza para impulsar, junto con otros gobiernos progresistas de América Latina y el Caribe, una voz común en la arena internacional para hacer frente a los desafíos”. La internacional progresista pondrá pie en el Palacio de La Moneda el 11MAR22.

Informe Otálvora | Castrochavismo planea ofensiva continental

El expresidente boliviano Evo Morales y el presidente argentino el 09NOV20 en el Paso Internacional La Quiaca. Foto Casa Rosada.   

@ecotalvora

Sin esperarse al desenlace de la elección presidencial y sin que Donald Trump y el aparato del gobierno federal inicie los trámites formales para la transición, Joe Biden designó el 10NOV20 a equipos de trabajo para cada una de las secretarias de Estado. El equipo encargado del Departamento de Estado lo encabeza la diplomática Linda Thomas-Greenfield.

Los nombres de quienes podrían acompañar a Biden, de concretarse su gobierno, ya comienzan a circular en los mentideros de Washington y en medios de prensa. Incluso ya se han hecho públicos reacciones de malestar entre el ala radical de izquierda del Partido Demócrata a raíz de nombres que circulan para ocupar posiciones cercanas a la Presidencia.

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En relación a la conducción de la política exterior se da como un hecho que el Penn Biden Center de la Universidad de Pennsylvania sería una fuente de candidatos para ocupar posiciones en el gobierno Biden. Se menciona a Daniel P. Erikson como probable responsable de la política hacia Latinoamérica desde la Casa Blanca quien estaría comandado por Antony Tony Blinken, cuyo nombre se asoma como potencial secretario de Estado o consejero de Seguridad Nacional. El estadounidense nacido en Colombia Juan González igualmente aparece entre los nombres de quienes serían operadores hacia Latinoamérica en un gobierno encabezado por Biden.

Blinken, Erikson y González comparten historia laboral junto con el exvicepresidente Biden durante el gobierno Obama.

Erikson integró el equipo del gobierno de EE. UU. para el restablecimiento de las relaciones con Cuba y se involucró en tareas con Colombia y Centroamérica. En una entrevista divulgada por el portal argentino Infobae el 21AGO19, Erikson afirmaba respecto a Venezuela que «la presión económica aunque es muy importante no será suficiente para provocar un cambio en Venezuela», aunque mostrándose contrario a una intervención militar.

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Las elecciones del 18OCT20 en Bolivia significaron la retoma del gobierno por la izquierda boliviana a manos de Luis Arce en representación de Evo Morales. Los actos de toma de posesión fueron marcados para el domingo 08NOV20 y se realizaron en ausencia de Morales. El ahora expresidente viajaba ese día en avión de la Fuerza Aérea de Argentina desde Buenos Aires a la frontera norte, presto para realizar al día siguiente, acompañado del presidente argentino Alberto Fernández, una operación de propaganda con su entrada a Bolivia.

En el hemiciclo del Palacio Legislativo en La Paz transcurrió al final de la mañana del 08NOV20 la ceremonia de juramentación del nuevo vicepresidente boliviano David Choquehuanca, quien adquirió el carácter de presidente de la Asamblea Legislativa Plurinacional y, en consecuencia, juramentó a Luis Arce como presidente de Bolivia. Arce y Choquehuanca fueron ministros del gobierno de Morales y Choquehuanca en los años recientes se residenció en La Habana, desde donde ejercía como secretario de la organización intergubernamental castrochavista ALBA. Con la juramentación de Arce se concretó el retorno del castrochavismo al control de los más altos cargos del país.

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Tradicionalmente Bolivia ha sido visto como un país de baja relevancia geopolítica; pero, en el actual ajedrez político internacional, se convierte en una pieza en disputa por sus yacimientos mineros y por su condición de satélite político de la alianza castrochavista formada por Fidel Castro y Hugo Chávez.

El 08NOV20 entre los contados ministros de exteriores que viajaron a la Paz se encontraba el canciller de Irán, Mohammad Javad Zarif. La poco frecuente presencia del canciller iraní por Latinoamérica incluyó visitas a Caracas y La Habana, donde sostuvo reuniones con Nicolás Maduro y  Miguel Díaz-Canel, dejando saber la relevancia política que Irán le concede a la retoma castrochavista en Bolivia. En tanto, el canciller de Maduro, Jorge Arreaza, permaneció tres días en La Paz y fue recibido en ceremonia especial por Arce el 11NOV20.

Una de las actividades cumplidas por Arreaza en La Paz fue la reactivación de una oficina de la petrolera Pdvsa la cual, según analistas consultados, podría servir como parte del esquema internacional utilizado por el régimen chavista para evadir las sanciones petroleras impuestas por EE. UU.

Arreaza se trasladó a La Paz con un numeroso grupo de funcionarios, quienes se encargaron de allanar la sede diplomática venezolana que permanecía bajo control de representantes de Juan Guaidó. Los muchachos de Arreaza igualmente organizaron un intento de escrache dentro del palacio presidencial contra el presidente colombiano Iván Duque.

El miércoles 11NOV20 el gobierno boliviano reinició relaciones diplomáticas con los gobiernos de Irán y de Maduro, mediante la recepción por Arce de las credenciales de los nuevos embajadores con las formalidades protocolares. Ese mismo día el canciller de Arce, Rogelio Mayta, recibió al encargado de negocios de Cuba en La Paz, Arcenis La O, para acordar el descongelamiento de las relaciones y el pronto cruce de embajadores.

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Los resultados electorales en México del 01JUL18 con la victoria de Manuel López Obrador; del 27OCT19 en Argentina con la victoria del kirchnerismo con Alberto Fernández y Cristina Kirchner; del 25OCT20 en el plebiscito en Chile para redactar una nueva Constitución y del 18OCT20 en Bolivia con el retorno del MAS a la presidencia; la participación del partido Podemos en el gobierno de España, además de la continuidad del régimen chavista en Venezuela, sirven de contexto para una ofensiva del castrochavismo.

La alianza izquierdista continental  trabaja para conquistar las presidencias de Perú y Ecuador, donde habrá elecciones el 07FEB21 y el 11ABR21, además de mantener un clima de tensión social en Colombia con vistas a los comicios del 29MAY22.

Los candidatos presidenciales castrochavistas de Perú y Ecuador, Verónika Mendoza y Andrés Arauz, formaron parte de los líderes de izquierda que se concentraron en La Paz el 08NOV20. Arauz, el candidato presidencial de Rafael Correa, acompañado de sindicalistas de su país, incluso viajó al interior de Bolivia para sumarse a Evo Morales con quien compartió tribuna en una masiva concentración realizada el 11NOV20 en Chimoré, Cochabamba. Morales está convocando con carácter de urgencia a un “encuentro internacional de pueblos indígenas y organizaciones sociales” que se realizaría el 17-19DIC20 en Cochabamba. Morales, ahora fuera del palacio de gobierno, pareciera que estará encargado de liderar las acciones políticas hacia Ecuador y Perú.

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La agenda inmediata de los gobiernos castrochavistas busca la reactivación de Unasur, con el alto apoyo del gobierno de Argentina, donde probablemente sea abierta una oficina de la casi extinta organización suramericana. Ya en Buenos Aires se encuentra la estatua de Néstor Kirchner que había sido colocada en la sede de Unasur en las afueras de Quito y que fue retirada cuando Ecuador optó por abandonar el organismo y solicitar la devolución del edificio.

Las declaraciones de Morales sugieren que Bolivia junto con Argentina y México, seguramente con apoyo de algunos gobiernos caribeños, se disponen a entorpecer y desprestigiar la gestión de Luis Almagro en la Secretaría General de la OEA, incluso para procurar su renuncia.

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Pese a que el gobierno boliviano saliente extendió invitaciones a todos los jefes de Estado con los cuales mantiene relaciones, solo cuatro comparecieron a los actos. En uno de los balcones de la sala fueron acomodados el rey Felipe VII de España junto a los presidentes de Colombia y Paraguay, Iván Duque y Mario Abdo Benítez. En el balcón contiguo estaba el presidente argentino Alberto Fernández y el vicepresidente segundo de España Pablo Iglesias, los dos miembros del denominado Grupo de Puebla, aliados extranjeros de Evo Morales y quienes convenientemente fueron acomodados uno junto al otro, sirviendo de símbolo a la confluencia en Bolivia de figuras del castrochavismo internacional, autodenominados ahora como progresistas.

La inusual presencia de Iglesias como parte de la delegación española sirvió para su lanzamiento como figura relevante de la izquierda que opera a ambos lados del Atlántico.

El hecho de que la delegación española estuviera encabezada por el rey Felipe VII acompañado de la ministra de exteriores Arancha González Laya, hacía redundante la inclusión de Iglesias entre los viajeros. La composición de la delegación no está en manos de la Casa Real sino del gobierno, por lo cual la decisión de situar a Iglesias el 08NOV20 en La Paz fue decidida por el presidente del gobierno Pedro Sánchez, en lo que luce como una nueva concesión al socio político que ahora procura proyección política en tierras latinoamericanas.

Previamente, a raíz de la llegada del perseguido opositor venezolano Leopoldo López a España, Sánchez optó por recibirlo el 27OCT20 en la sede del partido PSOE y no en el presidencial Palacio de la Moncloa para así no perturbar a Iglesias, de lo que él mismo se jactara en entrevista con el medio izquierdista bonaerense Página 12.

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En la última década Pablo Iglesias ha viajado a Latinoamérica en plan de asesor, contratista de los gobiernos castrochavistas, líder de un partido opositor español pero ahora podía hacerlo como un mandatario extranjero para celebrar con sus socios políticos.

Previo a su viaje a La Paz, Iglesias acordó con algunos de sus compañeros del Grupo de Puebla y de la “Internacional Progresista” la emisión de una proclama contra “el golpismo de la ultraderecha” que circularía a propósito de su visita a La Paz.

Iglesias quiere mostrarse como un líder internacional y pidió que su declaración “en defensa de la democracia” fuera firmada por Dilma Rousseff, Alberto Fernández, José Rodríguez Zapatero, Rafael Correa, Evo Morales, el griego Alexis Tsipras, el candidato colombiano Gustavo Petro, el chileno Daniel Jadue y el francés Jean Luc Melenchon. Al parecer Iglesias estaría promoviendo la conformación de una nueva alianza partidista de izquierda que sumaría a los “progresistas” de ambos lados del Atlántico, una suerte de Foro de São Paulo bicontinental.

Como parte de su agenda partidista en La Paz, Iglesias se reunió con los candidatos castrochavistas, la peruana Verónika Mendoza y el ecuatoriano Andrés Arauz. Iglesias igualmente cenó con el argentino Alberto Fernández, con quien discutió planes conjuntos de acción internacional.

Artículo publicado originalmente en Diario Las Américas

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Alejandro Armas Oct 19, 2018 | Actualizado hace 3 semanas
O senhor Bolsonaro

 

LA DÉCADA PASADA Y LA PRIMERA MITAD DE LA ACTUAL FUERON INDISCUTIBLEMENTE una edad de oro para la izquierda latinoamericana, moderada o radical. Un río Amazonas de victorias electorales tiñó la región de rojo, con algunas excepciones. No solo eso. El boom de los precios de los commodities, esos bienes primarios que tradicionalmente han constituido el grueso de las exportaciones de los países latinoamericanos, brindó un caudal gigantesco de dinero. No hay que ser muy brillante para entender el resultado. Gobiernos con tendencia a intervenir en la economía y a distribuir la riqueza con miras a la igualación de pronto se consiguieron con una mina de oro. Ello les permitió desplegar políticas sociales de enorme alcance que, a menudo con bastante populismo mediante, redujeron o al menos disimularon la pobreza característica de las sociedades latinoamericanas. Pero a partir de 2015, por razones que escapan el foco de este artículo, el péndulo se desplazó hacia el otro lado. La fantasía del Foro de Sao Paulo fue desplazada por varios triunfos de la derecha, conservadora y/o liberal. En principio, eso no tiene absolutamente nada de malo. Es parte de la sana alternabilidad a la que los latinoamericanos debemos acostumbrarnos si queremos democracias duraderas.

No obstante, el que casi seguramente será el próximo eslabón en la cadena de victorias diestras sí es preocupante. Muy preocupante. A menos que el lector haya estado desconectado del acontercer internacional reciente, ya debe haber adivinado que me refiero o senhor Jair Bolsonaro en Brasil. Vaya calamidad de elección la que los vecinos del sur se han impuesto con sus propios votos. Por un lado, Fernando Haddad, un personaje gris que solo es candidato porque Lula da Silva está preso y que representa una izquierda demagógica y hundida hasta la sien en escándalos de corrupción. Por el otro lado está o senhor Bolsonaro, a quién dedicaré mi atención.

Aunque parezca un ser desconcertante, en realidad o senhor Bolsonaro refleja casi a la perfección los tiempos en los que la política se ha venido desarrollando en los últimos años. Quizá hasta es una encarnación del Zeitgeist contemporáneo. Para empezar, al igual, que Donald Trump y Marine Le Pen, es un acérrimo detractor del statu quo en su país. Y de forma muy similar a otros líderes “rebeldes”, no tiene ningún miramiento hacia la llamada corrección política. Eso le permite mantener siempre un discurso sin ataduras que expresa sus “coloridas” posiciones.

Pero a diferencia de muchos de los demás dirigentes contrarios al establishment, o senhor Bolsonaro no es un advendizo de la política. De hecho acumula más de 25 años de trayectoria parlamentaria. Pero para llegar ahí tuvo que cambiar el uniforme de camuflaje por un flux. O senhor Bolsonaro viene del Ejército. Tal vez en ese entorno que ensalza la mano dura y la conducta guerrera típicamente asociada con la masculinidad, el ex capitán cultivó la visión del mundo que hasta hoy mantiene.

O senhor Bolsonaro no es muy amigo de la homosexualidad y ha hablado en términos aprobatorios sobre la violencia contra quienes la expresan. También está convencido de que los homosexuales tienen una campaña para incorporar niños entre sus filas y, peor aun, suelen ser pedófilos. Según su punto de vista, el hecho de que “ahora haya más gays que antes” se debe a que madres que deberían estar en casa inculcando valores a sus hijos más bien están trabajando quién sabe dónde. Porque resulta que o senhor Bolsonaro tampoco tiene una idea precisamente elevada sobre las mujeres y su rol en la sociedad. Dado que ellas pueden quedar embarazadas, él piensa que son menos productivas y su salario debe ser menor al de los hombres.

La religión es muy importante para o senhor Bolsonaro. Tanto que hizo de ella un lema de campaña: Brasil por encima de todos. Dios por encima de todo. La frase francamamente me recuerda concepciones absolutistas del poder soberano, como las de Bodin y Hobbes. El Estado, encarnado en un jefe, tiene poderes ilimitados y solo Dios está sobre él. Además, se supone que un slogan político sintetice las intenciones del candidato. Por lo tanto, invocar a una deidad en tal sentido es cuanto menos indicativo de que su religión tendrá alguna influencia en sus decisiones políticas. Esto, por supuesto, sería un riesgo para el Estado laico y la libertad de cultos. Si creen que exagero, los insto a revisar una entrevista reciente de la publicación Estadao a un asesor de o senhor Bolsonaro en materia educativa. El caballero en cuestión se inclina por la enseñanza el “creacionismo” en las escuelas junto con la teoría de la evolución.

Pero nada de esto es lo más alarmante. Aunque la misoginia y la homofobia me parecen deleznables, estoy dispuesto a convivir con personas que se aferren a estos puntos de vista, siempre y cuando no atienten contra los derechos de terceros. Lo que más me espanta es lo que o senhor Bolsonaro piensa sobre la dictadura militar que gobernó Brasil entre 1964 y 1985. A pesar de que esta fue una de las más largas tiranías castrenses sudamericanas en la segunda mitad del siglo XX, es acaso la menos estudiada en la región, fuera del propio Brasil. Por eso, me permito hacer un breve repaso.

Los militares brasileños dieron un golpe de Estado en abril de 1964 que derrocó a Joao Goulart, un Presidente de izquierda (pero no marxista-leninista) con la típica excusa de los uniformados latinos en la Guerra Fría: evitar la dominación comunista. Aun avalándoles el pretexto, el mismo no sirve para justificar que hayan pasado 21 años mandando, en uno de los perídodos más oscuros de la historia del país. La conducta hacia la disidencia fue la usual en estos regímenes: prisión sin juicio, torturas, desapariciones y asesinatos. Como suele ocurrir, el número de víctimas es difícil de estimar y ha habido varios conteos, pero por lo general la cifra oscila entre más o menos 200 y un poco más de 300 muertes atribuidas a esta política represiva. Es una cantidad notablemente menor a la de otras dictaduras militares regionales, como las de Argentina y Chile, pero siguen siendo al menos dos centenares de almas, a las que se agregan muchos más sobrevivientes detenidos y torturados. Por supuesto, este régimen fue un miembro activo del Plan Cóndor, la red de inteligencia entre gobiernos castrenses suramericanos para suprimir a sus respectivos opositores.

Pues bien, o senhor Bolsonaro es abiertamente admirador de cómo se hacían las cosas en aquella época, la cual identifca con el lema nacional de Brasil: orden y progreso. Retratos de los cinco presidentes del período militar adornan su despacho. Considera que los uniformados deberían involucrarse más en la administración del Estado y, a principios de su carrera política, coqueteaba con la idea de un autogolpe (como el de Alberto Fujimori en Perú) si alguna vez era electo Presidente.

Ahora o senhor Bolsonaro está a punto de alcanzar ese puesto, y aunque es imposible saber si aún fantasea con disolver el Congreso, el solo hecho de que haya llegado tan lejos, considerando todo lo expuesto en estas líneas, eriza los cabellos. La razón por la que hoy escribo al respecto es la misma que me ha motivado a redactar artículos en la misma tónica: esa tendencia de algunos venezolanos a creer que, dado que el chavismo es de izquierda, absolutamente todo en la derecha es bueno. Y entre más hacia la extrema derecha, mejor. Tal pensamiento maniqueo los lleva a manifestarse encantados con o senhor Bolsonaro. Algunos quizá ignoran todo o buena parte de lo relatado en esta columna. Otros lo saben pero no les importa o, lo que es peor, lo defienden. Los venezolanos tenemos todas las razones del mundo para repudiar un regreso al poder de los aliados del chavismo en Brasil. Pero eso no significa que debamos respaldar a o senhor Bolsonaro. Es un falso dilema. Ambas opciones son terribles y, en lo personal, no daré un visto bueno a ninguna de las dos.

Aunque no sepamos cómo ni cuándo terminará esta horripilante etapa de nuestra historia, los venezolanos debemos pensar en qué queremos para el país después. Quienes claman por un Pérez Jiménez, un Pinochet o un senhor Bolsonaro, conmigo no cuenten. Demasiado ha sufrido el país ya como para desearle más ignominia. En cuanto a Brasil, de veraz deseo equivocarme sobre lo que le espera. De llegar al poder, ojalá o senhor Bolsonaro nos sorprenda a todos, aunque lo dudo mucho.

 

@AAAD25