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Hospital Central de San Cristóbal

Hieren a detenido que intentó fugarse de comando de la GNB en Táchira
De acuerdo a versiones, el hombre intentó apuñalar a un efectivo militar para escaparse 

 

Un hombre que se encontraba detenido en el puesto fronterizo del comando de la Guardia Nacional Bolivariana de San Antonio del Táchira, fue detenido cuando intentaba fugarse del lugar.

El detenido fue identificado como Jonathan Camargo de 33 años de edad.

Según versiones, el hombre intentó apuñalar a un efectivo militar para escaparse y éste le disparó.

Según el periodista Jonathan Maldonado el  herido fue trasladado, cerca de las 5:30 p.m. de este miércoles 24 de mayo, al hospital Central de San Cristóbal, donde fue intervenido quirúrgicamente. Se conoció que está estable.

 Avanzan trabajos de refracción en Centro de Internamiento de Los Cocos

El gobernador de Nueva Esparta, Morel Rodríguez Ávila, supervisó los trabajos de refracción del Centro de Internamiento de Los Cocos, ubicado en Porlamar, municipio Mariño, el cual está siendo acondicionado para dar un trato más humano a menores de edad privados de libertad en este espacio.

“Daba vergüenza la realidad como vivían esos niños y jóvenes, ahora tendrán un centro digno como debe ser”, puntualizó la máxima autoridad del estado Nueva Esparta.

En el espacio para la reeducación de 11 privados de libertad, se adelanta la rehabilitación del módulo, baños, techo de entrada y pisos, cocina, salón de clases, manto asfáltico (446 metros cuadrados), pintura, reparación de la gaceta de vigilancia, iluminación, sistema de aguas negras, entre otros aspectos.

#MonitorDeVíctimasTáchira | Murió mujer que había sido baleada por su esposo
El victimario les disparó a su esposa y a su hija el 26 de febrero en su residencia en el municipio Torbes, cuando se descubrió que abusaba sexualmente de su hija desde que ella era una adolescente

@yamilejimenezu

Fanny Cecilia Contreras Urbina, de 47 años de edad, murió luego de resultar herida el pasado 26 de febrero, cuando su esposo, Luis Omar Patiño, sacó un arma de fuego y les disparó a ella y a la hija de ambos, Fanny Cecilia Patiño Contreras, de 29 años.

La víctima de femicidio permaneció durante más de una semana recluida en el Hospital Central de San Cristóbal, pero no resistió, ya que el disparo afectó órganos vitales.

El hecho ocurrió en el barrio Santa Lucía, sector El Corozo, municipio Torbes, en medio de una discusión en la que quedó al descubierto que el exfuncionario de la GNB abusaba sexualmente de su propia hija desde que ella tenía 14 años, y que con ella procreó incestuosamente una niña.

La hija delató a su padre ante su progenitora, y hubo una pelea en la que el hombre sacó su arma y disparó contra las dos mujeres.

Al sitio llegaron funcionarios policiales, quienes intentaron persuadir al hombre de que se entregara a las autoridades. Sin embargo, el victimario colocó el arma en su sien y amenazó en dos oportunidades con dispararse; a la tercera se suicidó.

 

Fanny Cecilia Patiño, la hija, se encuentra aún con vida y en recuperación de los balazos que recibió en su cuerpo.

Familiares de Fanny Contreras declararon a Monitor de Víctimas que Patiño era un hombre agresivo, que consumía drogas y en varias oportunidades la había amenazado.

Los allegados a la mujer, consternados por el hecho, aseguraron que Fanny era tranquila, sumisa y que hacía unos meses se había separado de su victimario, quien no dejó de asediarla.

El femicida mantenía vigilada a las mujeres, pues vivía en la casa de al lado con su mamá.

Vecinos del sector repudiaron este hecho, que revela otro drama social: el incesto.

Es importante destacar que en el año 2021 se registraron en la frontera del Táchira un caso de incesto comprobado y siete femicidios. Las autoridades policiales recientemente informaron que las denuncias sobre violencia de género son constantes y que este flagelo está entre los principales delitos en la región.

*También puede leer: #MonitorDeVíctimasTáchira | En presunto enfrentamiento el Cicpc mató a 2 hombres en Santa Ana

Roberto Patiño Sep 05, 2020 | Actualizado hace 4 semanas
El reto de la sociedad civil

@RobertoPatino

Como la inmensa mayoría de los trabajadores de la salud del país, los del Hospital Central en San Cristóbal hacen grandes esfuerzos para servir a la ciudadanía. Lo hacen recibiendo un sueldo precario, sin materiales de trabajo y de protección; enfrentando la misma crisis hiperinflacionaria y colapso de servicios que padecemos todos.

Madres de comedores de Alimenta Solidaridad Táchira se proponen a apoyar al personal médico del hospital y desarrollan la iniciativa Alimenta a un Héroe. De lunes a lunes llevan almuerzos al personal de salud. Significará un alivio en su economía y, para el hospital, un apoyo a la cocina, igualmente afectada por el colapso.

Comienzan con treinta médicos y terminan apoyando a las casi 60 personas que componen el personal de emergencia del Hospital Central. La iniciativa crece y, luego de un par de meses, coordinan también para reproducirla en el Ambulatorio Puente Real; este y el Hospital Central son los dos centros de salud más importantes de Táchira.

La iniciativa de las madres de Alimenta la Solidaridad no solo ilustra las dinámicas que se generan a partir de la acción y valores convivenciales.

También señala los nuevos retos de la sociedad civil y las formas no tradicionales que está produciendo para abordarlos desde el encuentro, el reconocimiento y la solidaridad. 

Así lo afirma uno de nuestros líderes, Jorge Luis Gonzáles: “Nunca antes habíamos visto tanto sufrimiento, tanta hambre, tanta enfermedad, tanta desesperación, tanto dolor… Todo junto. Tanto que nos desborda en nuestras capacidades y nos satura a todos. Pero nos levantamos nuevamente y dijimos que mientras otros destruyen, nosotros construimos; mientras otros enferman nosotros brindamos salud; mientras otros generan miedo, nosotros brindamos esperanza y mientras se masifica la tristeza nosotros debemos masificar la alegría. Mientras se pretende instaurar la cultura de la muerte, debemos contrastar con la cultura de la vida.”

Esto se da en un contexto de colapso y deriva dictatorial, en el que los ciudadanos son hostigados por el Estado o huérfanos de instituciones públicas que no pueden o no quieren hacer su trabajo. Ante un modelo que instrumentaliza la emergencia para mantener a un grupo en el poder, las personas deben encontrar formas de organización y movilización social y política que les permitan enfrentar la aguda crisis diaria.

La sociedad civil enfrenta también el bloqueo, por parte del régimen, de mecanismos de expresión y cambio legítimos, no violentos, como el voto y la movilización pacífica. Por ello, toman ahora un nuevo valor la organización y vinculación a redes de apoyo y solidaridad. Así como a ONG y grupos de acción social que respondan a problemáticas compartidas y formas convivenciales de encuentro.

Alimentar a un héroe señala el reto de la sociedad civil de convertirse en un sujeto proactivo y generador de acciones sociales y políticas que transformen su realidad. Una tan adversa y difícil como la que ahora enfrentamos en Venezuela.

* Fundador de movimiento Caracas Mi Convive / Miembro de Primero Justicia

robertopatino.com

 

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Mal de chagas deja cinco fallecidos y 40 casos sospechosos en Táchira

La comunidad de Puerto Nuevo, al sur del estado Táchira, experimentó un brote epidemiológico de chagas agudo, dejando cinco personas fallecidas y un estimado de 40 casos sospechosos, confirmó la gobernadora de la entidad, Laidy Gómez.

Para la noche del domingo, 23 de los 40 pacientes que presentan un cuadro clínico de la enfermedad en el municipio Libetador del estado fronterizo fueron trasladados al Hospital Central de San Cristóbal para realizarles el diagnóstico epidemiológico necesario. El presidente de Corposalud en Táchira, Luís Ramírez, afirmó que los pacientes se encuentran en condición estable.

Además indicó que la información oficial es de cinco fallecidos: María Guillen (79) Jakson Moncada (42) Javier Morillo(31) Pedro Hernández (51) y un bebé de 11 meses.

Por medio de sus redes sociales la mandataria explicó que  los epidemiólogos de Corposalud Táchira y el Ministerio de Salud investigan causas de la situación presentada. Por su parte, el presidente de Corposalud indicó que se presume la transmisión del virus por vía oral, es decir, por consumo de alimentos contaminados, ya que el examen físico de los pacientes no arrojó presencia de lesiones del «Chipo», ni los afectados reportaron picaduras del insecto.

Ramírez hizo un llamado a la calma asegurando que la enfermedad de chagas no es contagiosa porque se transmite por picadura de “Chipo” (Rhodnius prolixus), o por consumir alimentos contaminados por el vector. Explicó que el vector es endémico de la zona y resaltó que en el estudio de los vectores correspondiente al mes de noviembre no había presencia del parásito transmisor de la enfermedad (Trypanosoma cruzi) en el lugar.

“Los equipos técnicos de Corposalud están ubicados en el sitio ya están en el proceso de identificación del vector para saber si está o no contaminado del parásito para posteriormente pasar a la fase de control y eliminación del mismo”, detalló el médico.

 

“Si me hubieran dicho que necesitaba una ampolla e incubadora mi hija estuviera viva”

SirleyRuiz

 

@ElPitazoTV

Sirley Ruiz tiene 34 años de edad. Durante gran parte de su vida quiso tener un hijo, pero no había podido concebirlo. Para ella quedar embarazada fue una orden divina y que su hija naciera el mayor de los milagros. Por ello, aquel 4 de febrero de 2016, lo describe como el día más feliz de su vida.

Tenía 7 meses y tres días de gestación cuando tuvieron que practicarle una cesárea en el Hospital Central de San Cristóbal. Desde el momento de su concepción, sabía que su presión arterial era alta. Vivía en la costa colombiana, donde por las altas temperaturas los médicos no pudieron controlarle la tensión. Eso la incentivó a mudarse a El Milagro, municipio Fernández Feo del estado Táchira, donde habita su mamá.

El clima tachirense la ayudó a mejorar. Comenzó a controlar el embarazo con una gineco-obstetra de una clínica privada en San Cristóbal, quien cada ocho días le realizaba un doppler fetal, y siempre le dejó claro que la bebé nacería antes de tiempo, para evitar que con el avance del embarazo los niveles de tensión aumentaran y ella sufriera las consecuencias.

Consumía estrictamente los alimentos recomendados por la galeno. No dejó de tomarse sus antihipertensivos, ni de ir a control prenatal. Como sabía que el nacimiento sería prematuro, adquirió el kit de cesárea con tiempo. Nunca supo que fue un síntoma de aborto, un sangrado o una situación radical de emergencia.

Antes de la cesárea estuvo hospitalizada en el Central por recomendación de la especialista.

Ingresó el 11 de enero al piso 8, donde estuvo “bajo los mejores cuidados” de médicos y enfermeras; pero nadie le dijo que para un niño prematuro ameritaba de un surfactante pulmonar, ni tampoco que no había disponibilidad de incubadoras.

Conoció a su “pequeña guerrera” -como la llama-, el 6 de febrero, día de su cumpleaños. Al recordarlo, Sirley no logra contener el llanto. De sus ojos verdes y grandes, brotan las lágrimas sin parar. Mientras relata su historia, la mano izquierda la coloca sobre el pecho, el dolor no lo aguanta; pero no se trata de un malestar físico, sino emocional.

“Encontré a mi hija llena de vida. Movía los piecitos, las manos, sus ojos, la boca. Esos ojos hermosos que tenía mi niña, fue el regalo más lindo que pude haber recibido. Tenía oxígeno y al lado estaba otra bebé. Mi hija no tenía incubadora, nunca la metieron en incubadora, porque según no había ahí. No me dijeron el peligro que corría mi hija por no estar dentro de una”, dijo, sin poder controlar el llanto.

Fue hasta ese momento, dos días después del nacimiento que el médico de guardia le dijo que su hija había evolucionado, pero que necesitaba una ampolla pulmonar, la cual debía haber recibido desde el primer momento. A partir de ese instante empezó su calvario. La pidió en Colombia, donde cuesta 2 millones de pesos. Su hermana que trabaja en una clínica en la localidad de Santa Marta, tampoco la encontró, el pedido le llegaba en tres días. En ninguna parte del Táchira ni del resto del país familiares y amigos pudieron acceder a ella. Ante el desespero, la abuela de la niña fue a Cúcuta, pero tampoco pudo hacer nada.

“Si yo sé que mi hija necesita esa ampolla en el momento de su nacimiento, me hubiera ido a parir a Colombia. A mi hija la hubieran atendido y esa ampolla se la colocan, porque a todo niño neonato cuando nace, se la ponen. Es la obligación colocarle su ampolla y meterlos en una incubadora como debe de ser. Cosa que no hicieron con mi hija”.

Aunque estuvo hospitalizada casi un mes en el piso ocho, nunca supo lo que ocurría en el siete donde está la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatal –Ucin-, porque según dice, allí todo lo ocultan.