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Orlando Viera-Blanco Nov 16, 2021 | Actualizado hace 1 mes
Seguiré siendo su papá…
Son las 5:45 a. m. Nos despierta una hermosa ilusión. Llevar a mi hija Valeria al altar. Me invaden sentimientos encontrados

 

@ovierablanco

Papá, no puedes llorar en la iglesia, ríe y ve a Dios, arriba y al centro, para que no te emociones. −Así lo haré, le contesté con voz quebrada, pero con obediencia. Parecía que fue ayer cuando le sujetaba para pasar de gatear a caminar. Hoy ella me enseña cómo llevarla por la ruta nupcial.

Son las 5:45 a. m. Nos despierta una hermosa ilusión. Llevar a mi hija Valeria al altar. Me invaden sentimientos encontrados. La alegría de escoltar a la novia al sacramento de su alianza y la nostalgia de entender que Valeria, de chinita y niña −quien durmió con sus padres hasta casi su adolescencia− ahora compartirá manta y lecho con quien, doy gracias a Dios, ha elegido como su gran amor y compañero de vida.

Un ángel de esplendor y almendras…

Valeria, de mis hijos, es la que trajo a casa una luz muy especial. No es una niña caprichosa. No lo son ninguno de mis hijos. El tema es que (la Chinita) tiene el don de reírle a la vida y que la vida le sonría, porque es como una pequeña abeja estrujando miel. Lo hace con intensidad y felicidad a la vez. Si estás tarde o temprano, dispuesto o fatigado, si la complaces o no, Valeria lo acepta con dulzura. Su esencia es su ternura con una mirada que aviva su alma pura.

Mi hermana le llama “rosa perfumada” por ir de puerta en puerta con su aroma de jazmín −suave, apacible y bailarina− adornando la vida. A todo le pone nombre. A sus muñecas, lápices o libros. Pero no cualquier apodo… Su ocurrencia es infinita. Su imaginación celestial y su prosa musical. Valeria siempre ganó los concursos de poesía y escritura de su colegio. Aquí quería llegar. Vale, no es la hija que se casa. Es mi Principita que deja nuestro planeta, porque la espera otra hermosa madriguera.

Cuando la vi vestida de novia, quedé paralizado. No he visto una novia más hermosa en mi vida. No por tratarse de mi hija. Era un ángel ataviado de brillo y almendras, con una gracia y desplazamiento que inundaba el ambiente. Embriagado de su belleza, me obligó a fingir que podía acercarme a ella sin templar y sin llorar. ¿Todo bien papi?, pregunta con radiante sonrisa. Me quedé contemplando aquel espíritu celeste en silencio, y sin responder, le abracé y le di la bendición…

−Papá, no puedes llorar en la iglesia, ríe y ve a Dios, arriba y al centro, para que no te emociones. −Así lo haré, le contesté con voz quebrada, pero con obediencia. Parecía que fue ayer cuando le sujetaba para pasar de gatear a caminar. Hoy ella me enseña cómo llevarla por la ruta nupcial. En ese andar sentí desaparecer y volar. Vino a mi mente mil imágenes de nuestro planeta, donde aprendió a decir mamá y papá, oírle cantar muy desafinadamente (sin vergüenza alguna), escribir atinadamente o coleccionar mascotas (y atenderlas, disciplinadamente). Con Dios de testigo, sentí que era uno de los momentos más sinceros y elevados de mi vida. En segundos sentí una eternidad de gratitud, amor y felicidad a la vez… 

Un largo caminar…

Íbamos en el coche rumbo a la iglesia. ¡Nos dicen que “demos vueltas”, porque el novio no ha llegado! ¿Cómo puede un novio llegar tarde a la iglesia, pensé? Pero callé. No podía agregar tensión en estos momentos. Al escuchar ‘la novedad’, Valeria ríe una vez más. Lo hace aun estando nerviosa. «Papá no te preocupes… – ¿Y si decidió no venir? (risas) ¡Igual lo busco y lo convenzo! (…) «Pedro −le dice Valeria al conductor, !prepara el acelerador de este carruaje!. Si estamos en situación de runaway (fuga de novio), ¡sé dónde encontrarlo!… Dimos vueltas.

−Pueden venir ya, nos dicen tras una llamada. Llegamos a la iglesia. Seguía conteniendo el listón. De pronto me abruma un silencio ensordecedor. No escuchaba nada de nada. No recuerdo cómo bajé del coche. Era como llegar a un inmenso templo ataviado de unos inmensos portones. El sacristán −solo en la entrada de la iglesia cual legionario romano en la entrada de Pompeya− comienza a abrir aquellas majestuosas contrapuertas pausadamente. Mis manos sudaban. Valeria las sujetaba con fuerza. Mi corazón latía como cazador en acecho…

-Recuerda papi, ve hacia arriba y al centro, a la cruz… Se abren aquellos regios portales, entra una luz impresionante, y de pronto el silencio se hace sinfonía. Comienza la marcha nupcial. Veo al fondo −que lucía a kilómetros− la cruz y el sacerdote en el púlpito. Parecían tan altos que llegaban a la cúpula de la iglesia, como elevándose. Me quedé paralizado. Dudé, pensé que no llegaría hasta allá. “Camina papito”, me dice Valeria. Y me ve detenidamente. Es lo único que puedo recordar… una mirada indescriptible, feliz, plena de ilusión y paz…

Sus ojos me decían “por fin, padre, estamos aquí, mi sueño de tu brazo, haciéndose realidad”. Me doy aliento y una imagen viene a mi mente.  Era papá llevando a mis hermanas al altar, con absoluta firmeza. Me dispuse… suavemente. Éramos ella y yo. Como cuando le enseñé a caminar. Hoy me enseñaba ella a mí. Finalmente llegué. Me encuentro cara a cara con el novio. Olvidé el protocolo. No le saludé de inmediato, ni le extendí su mano. Le veo unos segundos que parecieron horas. Una mirada idéntica a la de Valeria. Una dulzura rociada de lágrimas que me decían: “nunca había visto una mujer tan bella como tu hija. Gracias por confiar en mí. La cuidaré por siempre, en las buenas y en la adversidad. Le di un beso en la frente a Valeria, un abrazo a “Joshe”, y me retiré, feliz y agradecido…

Para mi papi, de Valeria

2:00 a. m. Todo ha ido bien. A solas, releo unas notas que me escribió mi hija… Dice al final: “Nunca olvidaré mi infancia y todo lo que has trabajado por nosotros y por nuestro futuro. Estoy aquí por ti y Gabi (su mamá). Me enamoré de alguien como Joshe por ti, ya que siempre me ha recordado las características de un hombre noble y trabajador como lo eres tú. Por eso le amaré siempre como te amo a ti…”. Lloré inevitablemente de alegría, en silencio. Y (me) respondí a solas con el listón arrugado «¡No pasa nada mi china! Llevaré esas notas en mi corazón para ver tu esencia siempre visible ante mis ojos…». A fin de cuentas, aun seguiré siendo tu papá…el de la Principita, en nuestro planeta…

Lloro de alegría por ti

Lloro de alegría por ti

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Reuben Morales Nov 12, 2021 | Actualizado hace 1 mes
Cómo hacer que tu hijo te haga caso
Y así fue como, desde ese día, mi hijo ve con nosotros cualquier cosa. Incluso hasta cadenas de Nicolás Maduro…

 

@ReubenMoralesYa

Te quiero compartir una técnica que me ha resultado infalible cada vez que mi hijo no quiere hacer algo. El otro día íbamos a ver una película en familia por Netflix y le dio por armar una pataleta porque esa no era la película que él quería ver. Entonces amenazó con irse a su cuarto a ver otra cosa por la computadora. ¡Le dijimos que no! Que debía quedarse a verla. Entonces dijo que se quedaba con nosotros si veía algo en mi celular con los audífonos puestos.

Aunque me provocó darle una nalgada, más bien le dije: “¿Con que no quieres ver la película?… Ok… no la vamos a ver, pero entonces apaguemos las luces porque vamos a contar cuentos de terror”. Ahí sí abrió los ojos, emocionado, y comencé mi narración:

−Esta es la historia de una persona que estaba aburrida en su casa porque no podía ver películas. Entonces fue a prender la televisión para ver una, pero se dio cuenta de que no había control remoto y se tuvo que levantar para prenderla con la mano.

−¡Qué horrible!

−Y cuando comenzó a pasar los canales con el botón que estaba pegado a la televisión, se dio cuenta de que no podía escoger ninguna película.

−¿En serio?

−¡Tenía que esperar todo el día a que al canal de televisión le diera la gana de pasar la película!… ¡Y si era martes!… ¡debía esperar hasta el domingo!

−¡Noooooo!

−¡Y no la podía pausar para verla otro día en el punto en donde la había dejado!

−¿Quééééééééé?

−Aunque bueno, no todo era tan malo. Si quería ver una película cuando él quisiera, tenía que salir de la casa y caminar o manejar como quince minutos hasta una tienda donde alquilaran películas.

−Ah, ¿y entonces ya la podía ver?

−¡No!… ¡Porque primero debía afiliarse a la tienda!

−¿Cómo así?

−Le pedían una foto carné. Entonces tenía que salir de la tienda de alquilar películas para ir a la tienda donde sacaban fotos.

−Y listo, ¿no?

−Noooooo… ahora debía esperar una hora a que las fotos estuvieran reveladas y entonces ahí sí. Ya podía ir a la tienda de alquilar películas.

−Aaaahh…

−Pero no todo terminaba ahí, porque cuando iba a buscar la que quería ver, ¡no estaba porque alguien se la había llevado primero!

−¡Nooooooooo!

−¡Entonces debía anotarse en una lista de espera!

−¡No sigas, no sigas, ya me está dando demasiado miedo!

−Y le tocaba llevarse otra película que no le gustara tanto.

−¡No lo puedo creer!

−Claro, pero primero debía leer la sinopsis que aparecía en la caja para no botar la plata.

−¿Leer para ver una película? ¿Qué es eso?

−Entonces finalmente escogía una y cuando llegaba a la casa a ponerla… ¡la película estaba en el final porque no estaba rebobinada!

−¿¿¿Rebobi qué??? ¡¡¡¡Aaaaahhhhh!!!!

−Y si la rebobinabas en un aparato llamado VHS… ¡después se veía mal!

−¡Dios, no, no puede ser! ¿Hasta cuándo?

−Entonces, si no podía ver la película que había alquilado… ¡debía esperar hasta el domingo a que pasaran películas en la televisión!…

−¡Ay no, papá! ¡No puede ser! ¡Esto es terrorífico!

−Y cuando llegaba el domingo, se encontraba con esto: ¡iban a pasar Alien, el octavo pasajero por sexta vez en el año!

−¡Noooooooooooo!

−Entonces no les quedaba sino verla y cuando venía una parte muy buena de la película, ¡pum!… ¡Se iban a comerciales!

−¿Comerciales?

−Sí, son como los anuncios que coloca YouTube al principio de los videos, pero en vez de durar 5 segundos, podían durar hasta 60 segundos.

−¡Ya, papá! ¡Te pasaste!

−Y cuando regresaban de comerciales, la película no retomaba donde había quedado porqueee… ¡Le habían cortado como 5 minutos para que toda la programación del canal no se rodara!

−¡Papá, ya! ¿Cómo se termina esta historia? ¿Qué le pasó a la persona?

−Esa persona creció y ahora está aquí, ¡porque esa persona era yo!

−¿Quééééééé? ¡Qué horrible! Bueno, papá, pero me imagino que tu mamá te hacía cotufas para ver las películas.

−No, las veíamos comiendo galletas de soda con mantequilla y una taza de avena.

−¡Noooooooooo!

Y así fue como, desde ese día, mi hijo ve con nosotros cualquier cosa. Incluso hasta cadenas de Nicolás Maduro.

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Abogado de Albán niega que se haya suicidado en la cárcel: Estaba completamente sano, con un plan

ALFREDO AGUILAR SE NIEGA A CREER QUE SU AMIGO, colega y compadre se haya suicidado como asegura el gobierno de Venezuela. Se refiere al concejal venezolano Fernando Albán, quien murió el lunes en extrañas circunstancias mientras estaba bajo custodia policial, luego de haber sido arrestado tres días antes, acusado de participar en el presunto atentado contra Nicolás Maduro en agosto.

Aguilar, quien además de ser su abogado defensor, habló en representación de la familia del concejal, declaró a Univision Noticias que tiene razones para creer que su amigo no se suicidó. Él fue la última persona cercana que lo vio con vida el domingo al mediodía.

«Era el Fernando de siempre. Con fe, esperanzador, valiente. Con mucha fuerza», cuenta.

Aunque él no es abogado penalista, Albán lo designó como uno de sus defensores en el caso. “Me escogió por la confianza», dijo Aguilar quien es padrino de los dos hijos que el concejal dejó huérfanos.

«El Fernando que yo vi el domingo estaba claro en su defensa, claro en su actividad política, en lo que quería que su familia continuara haciendo mientras él estaba preso», reiteró.

A través de su amigo, Albán le envió mensajes a su familia más cercana con respecto a su encarcelamiento. “Dile a mis padres tal cosa, dile a mis hermanos que no se involucren en el tema político, dile a mi esposa que sigamos con los planes de nuestros hijos”, recuerda el abogado, quien insiste en que Albán no mostró ninguna actitud suicida. Lejos de eso, sólo hablaba esperanzado del futuro, cuenta su amigo.

«Hablamos de su defensa. Él mismo estaba preparando su defensa. Me dijo: ‘Vamos por acá, vamos a alegar esto, no tengo nada que ver con esa situación, hay que aclarar esto’. Él estaba trabajando mentalmente en eso y en su actividad política», recordó.

Incluso, asegura el abogado, llegó a decirle qué diputados quería que intervinieran políticamente, «porque eran los que mejor lo representaban».

También le dijo que estaba consciente de que contaba con el apoyo del partido Primero Justicia. “Me dijo que estaba seguro que su encarcelamiento iba a servir para que Venezuela saliera adelante y hubiera un cambio”, indicó Aguilar.

Incriminar al dirigente del partido

Aguilar contó que el domingo Albán no le habló de torturas físicas, pero sí le dijo que estaba siendo torturado psicológicamente. «Me manifestó que le estaban haciendo mucha presión psicológica para que denunciara o declarara contra el dirigente de su partido, Julio Borges. Eso fue lo que me dijo».

Los más allegados a Albán dicen que él jamás hubiera traicionado a su gente.

El propio Julio Borges denunció que Albán murió asesinado mientras lo torturaban para que incriminara a otros dirigentes del partido en el caso del presunto atentado contra Maduro.

No es la primera vez que salen a la luz señalamientos de este tipo. El 10 de agosto, luego de permanecer varios días desaparecido, el gobierno de Venezuela difundió un video para dar a conocer el estado de salud del diputado preso Juan Requesens. El video era también una supuesta “confesión” sobre lo ocurrido en el atentado contra Maduro, en donde implicó al parlamentario Borges de ser el presunto autor intelectual del, según el gobierno, «magnicidio en grado de frustración».

Albán estaba casado y con dos hijos, Fernando, de 22 años, y María Fernanda, de 20. Cuando lo detuvieron en el aeropuerto internacional de Maiquetía el viernes 5 de octubre, estaba regresando de pasar un mes con su esposa e hijos, quienes viven en Nueva York. «Estaba feliz, recién había celebrado su cumpleaños en un parque con sus hijos y se tomaron una foto muy bonita todos juntos», contó su amigo.

Alfredo Aguilar dice que puede asegurar con total convicción que Albán no era un hombre de suicidarse y, sobre todo, «jamás dejaría sola a su familia».

También resalta el poco tiempo que tenía preso, por lo que le parece aún más inverosímil la versión del gobierno. “Si hubiera estado 50 días en un calabozo sin ver la luz, cualquiera se desespera, cualquiera puede perder la cordura, pero él estaba completamente sano, sensato, entero, con fuerzas, con valentía, con un plan”, reiteró.

Los hijos del concejal, desde Nueva York, manifestaron su agradecimiento por los mensajes de apoyo que han recibido, pero dijeron que quieren pasar el dolor en la intimidad y que luego hablarán. «Lo haremos para honrar la memoria de mi padre, no como algo político, es para honrar su legado», aclaró María Fernada Albán.

Piden justicia

Aguilar declaró que los Albán ahora lo que piden es justicia, aunque se mostró escéptico de que la obtengan. «Lo correcto es que se haga una investigación imparcial, que se averigüe cómo un supuesto maginicida capaz de planificar un atentado contra el presidente lo dejen ir a un baño solo. Esa hipótesis no suena muy coherente», indicó.

Precisó que el gobierno de Venezuela no ha contactado a la familia para notificarles que hayan ordenado una investigación sobre el caso. “En lo absoluto, simplemente se hizo la entrega formal del cuerpo con el certificado de defunción y una explicación general”.

Sobre la posibilidad de iniciar una autopsia independiente, el abogado de Albán dijo que el partido Primero Justicia está haciendo diligencias en ese sentido. «Están tratando de hacer otras pruebas que posiblemente en otra instancia puedan dar luces y aproximarse más a la justicia», explicó.

Mientras deciden cómo proceder, Aguilar dijo que los invade un sentimiento de dolor y sobre todo de impotencia. «Impotencia, dolor, sensación de injusticia, de arrebato de un hombre bueno, un hombre de familia», expresó.

Sin embargo agregó que los más cercanos a Albán quieren honrar la profunda fe que tenía el concejal. «No podemos manchar su memoria ni su imagen. Él era un hombre de fe y tenemos que confiar en que esto va a cambiar en algún momento. En que aquí tiene que haber justicia y que algún día se sabrá la verdad».

*Vea la nota en Univisión
Yohana Marra Dic 29, 2017 | Actualizado hace 4 semanas
“Este año me mataron a dos hijos”

Germán Antonio Cacua viajó desde Valencia porque se enteró de que le asesinaron a su hijo, Yerson Antonio Cacua Izaguirre, de 35 años, el pasado sábado 16 de diciembre.

Seis días después sigue con los trámites para poder retirar el cadáver. Además le costó reunir el dinero para cubrir los gatos fúnebres. Tú sabes cómo es todo aquí. Nos ha pasado de todo, dijo acompañado por la pareja de la víctima.

Yerson recibió cinco disparos en el pecho en Quinta Crespo, cerca de la vieja sede de RCTV. Presuntamente, estaba robando acompañado por dos hombres. Se cree que los responsables del triple homicidio son grupos armados de esa zona, sin embargo, ninguna autoridad confirmó la información. Lo mató la misma gente, el hampa, agregó su pareja, quien no se identificó.

Lea también: #MonitorDeVíctimas | Salió a trabajar y encontraron su cadáver dentro de una bolsa

Su padre, German, desconocía los pasos de su hijo. Contó que en algún momento sospechó que estaba con algunas “juntas” y por eso le pidió que regresara a Valencia, estado Carabobo, de donde es toda la familia.

Ahora los muchachos andan con su grupo de juntas uno nunca sabe quiénes son las otras personas. Yo alcancé a visualizar algo y le dije que se saliera de eso,detalló por lo bajo.

El 4 de enero de este año, su hijo, German Cacua, de 31 años, también fue asesinado en Valencia. Era funcionario de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y al parecer tuvo problemas con delincuentes.

Lo mataron justo el día de mi cumpleaños, ese fue el regalo. Este año me mataron a dos hijos. Yo los crié con el sudor de mi trabajo en la carpintería, humildemente.

Yerson era padre de tres hijos, de 12, 10 y 9 años. Vivía en una pensión en Quinta Crespo y trabajaba como albañil, por su cuenta. Sus parientes desconocen la identidad de los otros dos fallecidos.

 

 

¡Bendición mamá, me voy, no llores! Por Armando Martini Pietri

aeropuerto (1)

 

Impensable, que fuera común en hogares venezolanos observar una madre inundada en lágrimas e inconsolable llanto exclamar: “¡Pobrecito, mi muchachito!” ¿Por qué? ¿Qué pasó? Pasa que su hijo se va en busca de mejor futuro y calidad de vida. Son muchas las interrogantes ante lo desconocido, no saber lo que sucederá en tierras extrañas a quienes han sido paridos con esfuerzo y dolor. Pero así es esta vida que no conocíamos, por el contrario, éramos nosotros quienes recibíamos con los brazos abiertos, cordialidad y generosidad, a chilenos, uruguayos, argentinos, ecuatorianos y colombianos, sólo para recordar a quienes encontraron amparo contra crueles dictaduras y desaciertos económicos.

En esta Venezuela desvalijada que nos deja la revolución, lo triste y lamentable es que no todos los que deciden huir y buscar futuro, tienen la suerte de poseer dinero para estar cómodos al menos por un tiempo. Por ello, es posible y no debe causar asombro, encontrarse coterráneos desempeñando labores por debajo de sus capacidades, que nunca imaginaron ejecutar.

La mayoría no tienen la costumbre de barrer o pasar coleto, jamás cocinaron, mucho menos lavar su ropa o zurcir una media. Cuando iban a algún restaurant, miraban con amable supremacía al mesonero, veían con suspicaz descortesía al que cuidaba el carro, y ni hablar de la cajera del abasto o recepcionista de algún consultorio u oficina. Eran menos que ellos.

Estudiantes en universidades venezolanas se gradúan con buen e incluso magnifico nivel académico. Su calidad profesional es apreciada y reconocida en los países. Alumnos de buenas universidades, recién graduados con pasantías, profesionales que surgen sobresalientes en sus disciplinas, ahora son empleados domésticos, parqueros, cuidan perros y gatos, lavan carros o limpian jardines y piscinas para ganarse la vida, tras haberse preparado para un camino hacia el éxito.

La tradición y situación cambiaron, Venezuela se arrugó, se hizo estropajo, la volvieron caca y ni siquiera es capaz de producir suficiente papel higiénico. Se nos hizo polvo el futuro, y a nuestros hijos les tocó migrar, salir corriendo -huyendo- de un país descuartizado donde se mueren de hambre, falta de medicinas, o los mata la delincuencia.

Existimos esparcidos por Panamá, Canadá, Francia, España, Estados Unidos, México, Australia, Perú, Inglaterra, Italia, Costa Rica, República Dominicana y pare de contar, estamos por todas partes, el mundo que era una inmensidad, se hace pequeño para ciudadanos venezolanos. Está tan mal la Venezuela revolucionaria, que hasta coletear en otro país es mejor que vivir aquí. Eso sí, nunca olvidando y siempre recordando nuestros orígenes. Pero una cosa es recordar y otra estar.

Es frecuente, ya habitual, encontrar ingenieros de mesoneros, arquitectos como cocineros, abogados conduciendo un taxi, químicos cuidando bebes, publicistas lavando baños y vidrios, diseñadores pintando uñas o dibujando caricaturas en plazas, verbenas o circos, médicos haciendo de recepcionistas o dando clases de anatomía básica o puericultura en algún colegio de primaria, psicólogas atendiendo tiendas boutique, periodistas cargando cajas en un almacén o despachando comida rápida, administradores haciendo empanadas y arepas vendiéndolas en mercados. Lo importante, ninguno se queja, no critican, hacen lo que tienen que hacer, lo que nunca pensaron hacer, pero están contentos, nunca arrepentidos, sus familias están mejor, con papeles o sin ellos son parte de Estados dignos de confianza.

Luego de un arduo día y sus complicaciones, un bien merecido rato de esparcimiento y descanso, cocinan sin angustias, toman una cerveza, colocan música -sin molestar al vecino-, comparten con amigos. Crean lazos. Imaginan a su madre y llaman por whatsapp, presentarán novias, novios, pretendientes, quizás se casen y lo harán, entonces enseñarán sus nietos y así sucesivamente, hasta que Venezuela vuelva a ser un país decente, con valores éticos y morales, con buenas costumbres ciudadanas y la inseguridad sea minimizada a cifras tolerables de convivencia.

Esa maravillosa generación que crece, se prepara, pasa trabajo, llora, ríe, se enferma, está “echándole bolas a la vida”, y tendrá una gran descendencia. Tienen la formación profesional, pero a la vez aprenden una lección de vida, de humildad, respeto al dinero, ponerse en el lugar del otro, entender el valor del trabajo, que nuestros derechos terminan cuando empieza el del otro. Están asimilando diferentes culturas, nuevos idiomas, distintas costumbres y haciendo bueno el refrán bíblico y popular de: “ganarse el pan con el sudor de la frente”.

No hay duda que esa generación será más fuerte, astuta, audaz, prudente, menos confiada y bondadosa. Soñarán con una Venezuela renovada, emprendedora, libre, a la cual se sientan deseosos de regresar, y más importante, de quedarse.

¡Madre no llores, dales tu bendición! Sé feliz, tus hijos están mejor, construyendo vida que en la Venezuela donde tú los esperas, no se les permite. Cuando regresen quizás algunas madres ya no estén, pero su angustia y abnegación conforman la base de la resistencia de esos hijos triunfantes, y nietos, que serán la recompensa de un pueblo golpeado pero que no se deja vencer.

Retornarán saludables, repletos de ánimos, ilusionados, esperanzados, atiborrados de ideas, listos para la reconstrucción, con fortaleza de gladiadores, sabiduría e inteligencia; el sacrificio y esfuerzo enseñan lo que en Venezuela a veces se olvida, el valor del otro, el compromiso con la ciudadanía, para nunca más permitir que fantoches, ladrones y bufones vuelvan a tener oportunidad de engañar, de hacerse con el poder y arruinar el país que es de nuestros hijos, aunque estén en otras tierras, que hoy es nuestro y que no supimos defender.

Han aprendido a valorar lo suyo desde la distancia. ¡No se sabe lo que se tiene hasta que se pierde! Pero habrán ganado mucho, serán mejores, nunca perderán sus vínculos y menos la gratitud con el país que les dio la bienvenida.

Ese coraje que han recibido quienes siguen aquí y los que han tenido el valor de irse, que no es sencillo y merece respeto, una decisión que exige bravura y valentía. Nuestros hijos no nos han abandonado, han salido a prepararse con excelencia para un nuevo país, ser mejores personas, óptimos venezolanos e insuperables ciudadanos del mundo. Nosotros sostenemos la resistencia mientras ellos se rearman mental y espiritualmente; esa Venezuela que se está forjando en el mundo es también presión y ejemplo, con renovados ímpetus volverán. Tardará un poco, aun hay creídos, ególatras, bandidos y sinvergüenzas, pero mientras los que aquí estamos, hagamos lo que tenemos que hacer, resistir, más temprano que tarde llegarán y todos juntos reconstruiremos la patria con nuevas, mejores experiencias y tecnologías.

Irse no es abandonar, es para volver mejor. ¡Que Dios bendiga los hijos de Venezuela!

 

@ArmandoMartini

¡Qué bellas las arrugas!, por Carlos Dorado

envejecer

 

Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde”; solía decirme mi madre ¡Qué gran realidad! Nos acostumbramos a tener y acumular cosas, y con el pasar del tiempo, dejamos de darles  importancia, y las vamos sustituyendo por otras. ¡Somos máquinas de consumo!

Casos podríamos nombrar muchos; pero quizás el más importante, sin lugar a dudas es: ¡La salud! Alguien dijo alguna vez, que el hombre pasa la vida  buscando dinero y sacrificando salud, y termina casi siempre pagando dinero para recuperar la salud.

¿Cómo cambiaría nuestra perspectiva de la vida, si un mal día después de un chequeo médico de rutina, el doctor nos llama y nos dice que lamentablemente nos quedan unos pocos meses de vida?

Me imagino que en esos últimos meses, apreciaríamos las cosas y los momentos, a los cuales antes no les dábamos importancia alguna, y ni  siquiera los notábamos; y seguramente buscaríamos y apreciaríamos hacer cosas y vivir momentos que nunca haríamos, y viviríamos en condiciones normales. ¿Será que tenemos que enfermarnos, para apreciar lo que vale el estar sanos? ¿No es triste que a menudo haya que enfrentarse a la muerte para apreciar plenamente la vida?

Lo anterior, en menor grado se puede llevar a todo lo que tenemos, y lo que vivimos día a día: Desde el primer amor, el cual nos ilusionó y nos hizo perder la cabeza, hasta que el tiempo y la rutina los desvaneció, llegando inclusive a estorbar. El primer trabajo, el primer carro, el primer beso, un atardecer, un baile, una salida a la playa con los amigos.

Cada vez que logramos algo o vivimos algo, comenzamos a perder interés por ese algo, y nos vamos en búsqueda de nuevas cosas y experiencias  ¡Tener lo que buscábamos, termina eliminando el disfrute de lo logrado!

El tenerlo, a veces nos impide el verlo, el no verlo nos impide apreciarlo. Por eso, el saber valorar lo poco o lo mucho que uno pueda tener es un acto de gran sabiduría, que nos evita tener que conocer la miseria para apreciar la felicidad, conocer la oscuridad para apreciar la luz; porque nunca vamos a ser miserables ni ciegos, ya que encontraremos suficientes razones para ver, apreciar y valorar nuestras cosas.

Esa  capacidad para saber valorar y disfrutar lo que se tiene: Un buen estado de salud, la compañía de nuestros afectos y familiares, una buena esposa, unos buenos hijos, el contacto con la naturaleza, una buena conversación, el privilegio de trabajar en aquello que nos gusta ¿No es eso el mejor concepto de felicidad?

Una felicidad que no sólo se basa en esa capacidad de saber valorarlas, sino también en saber en cuánto valorarlas, ya que generalmente solemos cometer el error de sobrevalorar algunas, mientras subvaloramos otras. Las sobrevaloramos al principio, y las subvaluamos al final; sin darnos cuenta de que dejamos que el tiempo nos juegue esa mala pasada de ser nuestro enemigo, cuando debería ser nuestro cómplice ¡Ese maestro que nos va enseñando a apreciarlas día a día, incrementando su valor, por todo lo que nos va dando!

Todo esto vino a mi mente, cuando vi en un spot a una señora mayor con la cara llena de arrugas, que terminaba diciendo: “Respeten mis arrugas, que me llevó toda una vida llegar a tenerlas”

Cuando comprendemos, que hoy o mañana nos vamos a morir y que todo desaparecerá, es que constatamos que la mayor acumulación de cosas no es ni mucho menos, la mayor acumulación de felicidad; pues el saber valorarlas y apreciarlas en su justa medida es la verdadera felicidad.

 

cdoradof@hotmail.com

Miguel Pizarro: “6 de cada 10 padres dejan de enviar a sus hijos a la escuela por falta de comida”

miguelpizarro

 

“Los venezolanos nos vemos afectados todos los días por el hambre, la escasez, las colas y el ‘no hay’ a consecuencia de un modelo fracasado. Actualmente, 8 de cada 10 venezolanos tiene miedo de quedarse sin alimentos en su hogar, de abrir la nevera y no tener qué prepararse para el desayuno o de no tener nada para darle de comer a sus hijos. Esta cifra evidencia que este problema no afecta solo a un grupo pequeño, sino que nos afecta a todos sin distinción de clases, o de tendencias políticas”, expresó el diputado a la Asamblea Nacional, Miguel Pizarro.

En el mes de enero, la firma More Consulting realizó un estudio a nivel nacional, aplicado a padres mayores de 18 años que tienen hijos o representados en edad escolar. Los resultados arrojaron que actualmente 41 % de los padres come únicamente dos veces al día, y otro 7 % está comiendo solo una vez al día.

Pizarro expresó “no merecemos un país donde la crisis nos obliga a tener que elegir quién come hoy o quién come mañana. Hoy en día, 53,9 % de los padres han dejado de comer para darle la comida a sus hijos y aun así únicamente 59 de cada 100 niños están comiendo 3 veces al día.”

Además de esto, la encuesta evidencia como esta situación ha afectado la escolaridad de los niños: actualmente 77,4 % de los padres encuestados afirman que su hijo tuvo que dejar de ir al menos un día a la escuela para ayudarlo a conseguir comida, y 6 de cada 10 padres expresa que su hijo falta a clases porque no hay suficiente comida en su hogar.

“Mientras esta situación sigue empeorando, este gobierno se dedica a ignorar las soluciones. Los venezolanos queremos un país donde conseguir alimentos no signifique horas de cola y donde el dinero nos alcance para vivir. No podemos permitir que el futuro de este país se ponga en riesgo por hambre. Hoy nuestro compromiso es ser más fuertes cada día. Nuestro compromiso es seguir luchando unidos por construir un futuro radicalmente diferente a este presente”, expresó el parlamentario.

Asesinan a hijos de funcionaria de Polizamora en Guatire

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Dos adolescentes de 13 y 16 años de edad, hijos de una efectiva de la Policía municipal de Zamora, fueron ultimados en el barrio Terrazas de El Rodeo ubicado en Guatire, estado Miranda.

Los cuerpos de los jóvenes fueron hallados por vecinos de la zona y presentaban varios impactos de bala.

Las autoridades especulan que los antisociales esperaron a la que uniformada saliera de su casa para perpetrar el crimen.

El periodista de sucesos Deivis Ramírez dio a conocer la información a través de su cuenta en Twitter:

 

 

 

Tras el hecho, se desplegó un fuerte dispositivo de seguridad entre Polizamora, Poliplaza, Policía Nacional Bolivariana, Guardia Nacional Bolivariana y Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), que se mantenía para la hora (9:00 am).

El Eje de Homicidios Guarenas, adscrito al Cicpc, hizo la remoción de los cadáveres que presentaron varios impactos de bala.

Se presume que el doble homicidio de los menores fue por retaliaciones contra la funcionaria, quien tiene más de 10 años de servicio en Polizamora.