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¿Qué sentirán quienes votaron por Chávez? (y por Maduro)

Foto base Ariana Cubillos / Associated Press en el NYT. Al fondo, Silvia y David Sandoval, hermanos muertos por hambre. Comp. Runrunes

@cjaimesb

El jueves pasado circuló por las redes una noticia dada por la periodista Lysaura Fuentes, más que dantesca y jamás conocida durante la república civil: en un edificio en Puente Hierro, Caracas, dos hermanos, Silvia y David Sandoval Armas, fueron encontrados muertos, en estado de descomposición. Tenían 72 y 73 años respectivamente. No, no murieron por asfixia, ni por mano asesina, ni envenenados, ni por una fuga de gas. La causa de su fallecimiento: desnutrición proteica y calórica. En otras palabras, murieron de hambre.

Además del dolor que me produjo el saberlo, sentí una rabia infinita. Recordé un enorme mural en la avenida Libertador, cerca de Maripérez, que decía algo así como “en revolución los venezolanos cuentan con proteínas para alimentarse”. Esa fulana “revolución” está matando de hambre a un sinnúmero de venezolanos. Nuestro sueldo mínimo está en $2,50 al mes. ¿Quién puede sobrevivir con eso?…

Conversando con mi marido sobre el tema, él me preguntó: “¿Qué sentirán hoy quienes votaron por Chávez?”. Yo añadí otra pregunta, más dolorosa todavía: “¿Y qué sentirán quienes votaron por Maduro?”.

Muchos integrantes de la clase empresarial venezolana no solo votaron Chávez sino que lo apoyaron, creyendo que con unos cuantos güisquis lo iban a poder dominar, como habían hecho tantas veces en el pasado. De ellos se burló Chávez muchas veces en sus interminables cadenas: “Esos carajos creían que me iban a naricear con unos güisquis… ¡yo no tomo güisqui!”. Y se reía a carcajadas.

Con la clase media, sucedió otro tanto. Convencidos de que “aquí lo que hacía falta era un militar”, votaron a ciegas por alguien cuya irrupción en la vida nacional estuvo manchada de sangre desde el día uno.

No pensaron en algún momento que no se debía darle una patente de corso a un asesino. Esa idea del “hombre fuerte” aún persiste. Me ha pasado –a estas alturas de la tragedia venezolana- que hay quienes me dicen “se necesita un militar que tenga las botas bien puestas”. Yo quedo atónita cada vez que me dicen algo así. Para mí, la lección más meridianamente clara de estos veintidós años es “más nunca un militar en el poder”. Los militares deben volver a sus cuarteles y hacer lo que en esencia debería ser su función: proteger la soberanía del país, cuidar las fronteras y hacer cumplir la Constitución.

La clase pobre se enamoró de un vendedor de ilusiones. De una especie de vengador que los convenció de que lo que ellos no tenían, era porque “otro” se los había quitado. Que desvalorizó el trabajo, ofreciendo todo regalado. Ningún país aguanta eso, pero Chávez se aprovechó de la ignorancia y la explotó al máximo.

Cuando Chávez supo que su enfermedad era irreversible, pidió a sus seguidores que votaran por Nicolás Maduro. Y ellos lo hicieron. Maduro nos ha traído al borde del precipicio y, sin embargo, sigue con un discurso como si aquí no pasara nada. El 15 de octubre decretó el comienzo de la Navidad. Una receta que ha funcionado desde tiempos inmemoriales: pan y circo, con mucho más circo que pan.

Es inútil pensar en “qué hubiera pasado si…”, porque no hay vuelta atrás. Pero Henrique Salas Römer no sabe las veces que he pensado en él, con este desastre. Imposible no elucubrar dónde estaría Venezuela hoy si él hubiera ganado las elecciones. Todavía hay quienes arguyen que Salas era “demasiado blanco, demasiado antipático y demasiado soberbio” para llevar las riendas de este país. Chávez era zambo, simpático y su soberbia mayor a la de cualquier otro.

La próxima vez que podamos votar en elecciones libres, espero que la decisión sobre por quién se va a hacer esté basada en juicios concretos, no en emociones y mucho menos, con ánimos de retaliación.

Usted que votó por Chávez… ¿qué siente ahora?… Si hubiera podido hablar con los hermanos Sandoval Armas un minuto antes de que murieran, mirándolos a los ojos… ¿qué les hubiera dicho?

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Venezolanos desafían el mar en tripas de cauchos para poder comer
Albañiles, devenidos en pescadores por la necesidad, han hecho paletas de remo con bandejas de plástico y usan aletas en los pies para impulsarse hacia el Caribe

 

Algunos venezolanos desesperados por alimentar a sus familias en medio de la pandemia de coronavirus desafían el mar abierto en frágiles cámaras neumáticas (tripas de cauchos), armados apenas con un anzuelo y un sedal.

Un pequeño pero creciente número de personas en La Guaira, a sólo unos minutos de Caracas, ha recurrido al mar en busca de medios para sobrevivir.

Es un riesgo que se ven obligados a tomar mientras el confinamiento nacional paraliza una economía que ya se encontraba en una situación miserable.

“Nosotros somos constructores, nosotros somos albañiles, pero ahorita no hay trabajo de construcción. No hay ¿Cuánto cuesta un saco de cemento? Vale 10 dólares ¿Quién compra un saco de cemento ahorita en 10 dólares? Y si compran el saco de cemento no van a tener para pagarte la mano de obra. Entonces, ¿Cómo hacemos? Más fácil para nosotros es salir a pescar”, dijo Juan Carlos Almeida, de 35 años, quien pesca acompañado de Eric Méndez.

Otros que reman en pequeños grupos hasta 8 kilómetros de la costa perdieron sus trabajos en ramas como la construcción y los restaurantes que atendían a los bañistas. Todas las playas están cerradas, pero ellos tienen niños hambrientos en casa en los barrios en las laderas.

El nuevo coronavirus golpeó a Venezuela a mediados de marzo y el gobierno ordenó el cierre de la mayoría de las empresas. El virus se ha propagado de manera constante en los cinco meses desde entonces. Las autoridades dicen que el COVID-19 ha matado a menos de 300 personas y ha enfermado a aproximadamente 31.000.

La nación permanece en gran parte paralizada y los vuelos comerciales han dejado de pasar por el principal aeropuerto del país en La Guaira. La gente tiene pocas esperanzas de que la vida vuelva a la normalidad pronto.

Los recién llegados a la pesca menor prefieren la seguridad del muelle de La Guaira, por temor al mar abierto, pero Almeida y Méndez, de 40 años, se consideran experimentados después de pasar un par de meses metiéndose al agua en sus tripas de cauchos. Han hecho paletas de remo con bandejas de plástico y usan aletas en los pies para impulsarse hacia el Caribe. Rápidamente se pierden de vista de los que están en tierra.

Llevan anzuelos extra en el ala de sus sombreros, lejos de la goma y listos para pescar. Dejan caer líneas de pesca de un carrete cebado con sardinas.

Uno de los mayores temores de los ahora pescadores es que alguno de sus anzuelos pueda perforar accidentalmente su cámara de aire mientras pescan muy lejos de la orilla. Llevan tiras de goma para improvisar parches de emergencia en caso de un pinchazo accidental.

Cuando atrapan un pez, lo jalan lentamente para ver si hay un tiburón siguiéndolo. Evitan acercarlos demasiado, pues podrían tratar de morderles las piernas. Independientemente de los riesgos, los pescadores en tripas de caucho dicen que estar en el mar durante varias horas los relaja. Les permite alejarse por un momento de las luchas de la vida en tierra: la pandemia, la crisis económica, los niños hambrientos y la falta de trabajo.

Dicen que prefieren adentrarse en el mar porque ahí es donde nadan los peces grandes, pero allí hay corrientes que amenazan con arrastrarlos mar adentro.

Cuando regresan a la costa reman contra las corrientes. Es agotador. Luego caminan varios kilómetros hasta su casa, descalzos y cargando su pesca en una mochila amarilla, azul y roja, de las que el gobierno les da a los niños en la escuela. Llevan su cámara sobre un hombro.

La pesca de un buen día puede alimentar a sus familias durante una semana e incluso pueden compartirla con vecinos. El resto lo venden por una pequeña ganancia.

“Nosotros también tenemos derecho a la comida. Si nosotros no tenemos un trabajo, tenemos que ir… ¿a qué? A lo que Dios le dio a uno: el mar. Tenemos que lanzarnos a pescadores”, dice Méndez, un esposo y padre con dos hijos.

Carolina Jaimes Branger May 04, 2020 | Actualizado hace 3 semanas
Entregas ordenadas, por Carolina Jaimes Branger
Saqueo en el estado Zulia, abril 2016. Foto referencial, original en taringa.net

@cjaimesb

 

El título de este artículo es la nueva forma que tiene el régimen de llamar a los saqueos. Este en particular sucedió en Perijá, pero ya ha habido saqueos en varias otras partes del país. En Margarita saquearon un hotel, de donde se llevaron hasta los colchones. Eso no es hambre. Eso es vandalismo.

 

Pero la mayoría de los venezolanos tiene hambre y comer es básico para la supervivencia. Todos (o casi todos) entendemos que el saqueo es un delito; más cuando pensamos que el saqueado puede ser uno mismo, porque en esos casos sí se nos hace fácil ponernos en el lugar del otro. Pero si la vida está en riesgo, nadie piensa en ello. Cuando los instintos básicos están amenazados, nos sale el animal de adentro.

Lo insólito ¿o ya nada es insólito en Venezuela?, es que el régimen aplauda y apruebe un saqueo. Copio la noticia de la página web de Radio Fe y Alegría:

“… los pobladores de Macoa fueron señalados de haber participado en el saqueo de unos 1300 bultos de comida de un camión que quedó varado en la vía el pasado sábado. Sin embargo, sobre este hecho, el secretario de gobierno del Zulia, Lisandro Cabello, aseguró que no fue un saqueo. De acuerdo con la versión del funcionario, se habría tratado de una “entrega ordenada” de la mercancía, ante la avería del transporte de carga.

Dijo, “era imposible sacar la mercancía y con las autoridades del pueblo, se les otorgó, se les donó esa alimentación a ellos ordenadamente. El pueblo no saqueó a nadie”. Es decir, que a un camión que transporta comida, si llega a dañarse, su carga es decomisada por las autoridades locales porque sí. El cargamento “ordenadamente repartido” tenía un valor calculado en unos 25.000 mil dólares, refirieron los responsables del traslado.

Si hubiera sido una gandola del régimen, los responsables del saqueo hoy estarían presos. Y castigados. Pero como era un traslado privado, optaron por robarse la carga y aliviar el hambre de quienes acostumbraron a que, para comer, solo tenían que esperar en sus casas que el gobierno les resolviera, y encima, llevar a la quiebra a otra empresa privada.

Ya está visto que sin el concurso del sector privado el país jamás va a arrancar. Pero Nicolás Maduro sigue en su obstinada carrera hacia el precipicio.

El coronavirus y la falta de gasolina, sobre todo, lo salvaron por unos meses de esa caída estrepitosa. Pero aun entregando las reservas en oro le va a ser difícil permanecer en el poder, porque un país que no produce está destinado a convertirse en un ex país como Somalia o Eritrea. Y dudo que los venezolanos nos calemos eso.

Con razón hay tantos organismos internacionales preocupados de lo que nos viene en estos meses. Amárrense los cinturones. El avión viene en caída libre.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Aumenta el hambre en Latinoamérica por crisis de Venezuela y desaceleración económica

LA ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS (ONU) publicó un informe sobre el estado mundial de la seguridad alimentaria y la nutrición en Venezuela. El texto señala principalmente que el número de personas subalimentadas creció en América Latina y en especial en Suramérica en los últimos años.

En el informe sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2019, se detalla que el aumento del hambre es mayor en América del Sur, donde la cantidad de personas subalimentadas creció a un 5,5% el año pasado, frente a un 4,6% en el 2013.

“Durante los primeros 15 años de este siglo, América Latina y el Caribe redujeron la subalimentación a la mitad. Pero desde 2014, el hambre ha ido aumentando”, dijo el representante regional de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés), Julio Berdegué, a la agencia Reuters.

Marco Sánchez, director adjunto de la FAO precisó que en vista de la desaceleración y la dependencia del comercio de esos productos, “los ingresos tributarios se han aminorado fuertemente”.

En total en el mundo 821,6 millones de personas pasaban todavía hambre en 2018, cifra que ha aumentado por tercer año consecutivo en parte por la débil recuperación de la última gran crisis económica, según la ONU.

De los 77 países que experimentaron un aumento de la desnutrición entre 2011 y 2017, 65 sufrieron una desaceleración o una contracción de sus economías de manera simultánea y, entre estos, 52 dependían altamente del comercio de productos básicos y el vaivén de sus precios.

De los más de 820 millones de personas con hambre, 513,9 millones se localizan en Asia (el 11,3 % de la población), 256 millones en África (19,9 %) y 42,5 millones (6,5 %) en América Latina y el Caribe.

La situación más alarmante está en África, donde la subalimentación ha crecido en casi todas sus regiones, mientras que en países de Oriente Medio como Siria o el Yemen no para de incrementarse desde 2010 por la inestabilidad.

 

*Con información de EFE y Reuters

El guión perfecto del hambre, por Antonio José Monagas

TODO PROCESO, POR ESPURIO QUE SEA O NO, se apega siempre a un esquema. Éste, aun cuando haya sido forjado desde la improvisación o la inmediatez, busca considerar un curso expedito en la realización de  sus objetivos con el propósito de garantizar la continuidad de sus momentos, fases o estrategias a seguir. Vivencias de este tipo, han caracterizado el quehacer de la economía. Pero nunca tan bien logradas, como en el recorrido de la política.

Particularmente, porque el ejercicio de la política requiere, casi siempre, adosarse a prácticas presurosas que den con la respuesta perseguida. Así se desarrollan los hechos políticos, indistintamente de si las realidades invocadas o prometidas son contravenidas por la incontinencia de variables nuevas o acumuladas que configuran los procesos como tales.

Desde que Carlos Marx, consideró la posibilidad de forjar un sistema político que respondiera a lo que circundó alrededor de lo que llamó “socialismo”, la economía sobre la cual se movilizaba el mundo liberal comenzó a sentir los zarpazos de realidades que intentaban constreñir libertades y derechos en nombre de causas políticas que contrariaban su discurso.

Nunca, el ideario marxista logró amoldarse a las situaciones políticas donde buscaba introducirse. Tampoco, terminó de fraguar las realidades que cuestionaba. Siempre caía en el problema de cerrar una brecha casi imposible de comprender. Todo esto sucedía, a pesar de las condiciones de agobio que padecía la economía de mediados del siglo XIX. La distancia entre la palabra escrita o pronunciada y las realidades zanjadas por las diferencias en juego, siempre tendía a imponerse por encima de cualquier esfuerzo por contraerlas.

Así, con esta caracterización de las realidades políticas, económicas y sociales que pretendía aplicar una doctrina política-ideológica cargada con crasas deformidades funcionales, como en efecto vino engrosándose, la historia del desarrollo de los pueblos supeditados al comercio que marcaba la movilidad socioeconómica y sociopolítica del naciente siglo XX, comenzó a marcar el ritmo de los tiempos. Particularmente, como resultado de la primera revolución industrial que se suscitó a mediados del siglo XIX lo que animó actitudes empresariales que dieron al traste con el sistema esclavista que para entonces venía empleándose como modelo de trabajo.

En medio de dichas condiciones, se debatían (a cuchillo) las diferencias entre capitalismo y socialismo. De hecho, el socialismo, comenzó a ser objeto de cuestionamiento por parte del aberrado capitalismo que venía llevándose a cabo en medio de sociedades cuyos esquemas de trabajo eran fuertemente explotadores y brutales. No obstante, el socialismo empezó a develar sus debilidades ya contenidas en las obras de Marx: El Capitalismo, y el Manifiesto Comunista. Ello le deparó consistentes rechazos que devinieron en procesos políticos bastantes conflictivos. Aunque también insulsos, dado el carácter furibundo de muchos de sus seguidores militantes.

Por su parte, el capitalismo entendió buena parte de las críticas que concienzudos estudiosos de la teoría económica, le hacían. Aunque muchos cuestionamientos resbalaban en la testaruda corteza que resguardaba sus criterios. Sin embargo, la teoría del desarrollo, introducida a consecuencia de crasas equivocaciones cometidas tras presumidas interpretaciones del capitalismo como modelo económico, acució importantes reflexiones muchas de las cuales fueron descifradas por organismos financieros internacionales. Así derivó lo que luego se denominó, un Estado de Bienestar cuyo funcionamiento fue complementado por la acepción de lo que igualmente se llamó: socialdemocracia. O sea la combinación más ecuánime posible entre un capitalismo desmesurado y un socialismo hegemónico y autoritario. De esa forma, importantes disposiciones alcanzaron relativo “buen puerto”. Sobre todo, en países que extremaron juicios capitalistas y que repercutieron en perjuicio de grandes núcleos de su población.

Por consiguiente, importantes objetivos de desarrollo económico y social trazados por medidas gubernamentales elaboradas al amparo de esos mismos organismos financieros internacionales o de asesoría y consultoría económica, lograron contener la furtiva desesperación de intransigentes modelos de mercado cuyas respuestas en poco o nada satisfacían el clamor de un desarrollo que buscaba el mayor equilibrio. Por consiguiente, buscaba combinarse la significación del concepto de valores, ciudadanía y progreso lo que le otorgó importancia a la condición y concepción de “democracia”.

Para entonces, mientras esto sucedía, el socialismo había fracasado donde pretendió ser introducido. Si bien algunos movimientos políticos lograron establecerse bajo la influencia del socialismo, no necesariamente repercutió en el modelo económico aplicado desde la cúpula del poder político. Aun cuando, casos como China son, de alguna manera, la excepción “forzada” de la regla pues con el tiempo se impuso un modelo mixto que supo combinar con algún éxito condiciones ex profeso del capitalismo con algunas socialistas derivando un comportamiento cuyo dominio no puede ocultarse.

Pero advertir lo que otros países ha dejado ver, a consecuencia de la aplicación (a oscuras) del socialismo, es casi delinear un cuadro de fatalidades o realidades desperdigadas por causa de tantos hechos que no tienen razón de justificarse. Hechos éstos que explican calamidades tales como una inflación desmedida, condiciones de calidad de vida desperdigadas, servicios públicos a nivel del subsuelo, condiciones sociales que desagregan la familia, entre otras de igual pegada.

Por donde esto se analice en vista de armar un cuadro de las crisis que la historia contemporánea política universal, no es difícil inferir el horrible retrato que las realidades pudieron estructurar toda vez que los modelos económicos trazados desde el socialismo, particularmente, (léase caso Venezuela), han pretendido inculcar a fuerza de medidas de coerción y represión. Peor aún, sin medir consecuencia alguna. Es decir, así ejercicios de gobierno de tan atroz calaña, dieron con la mejor forma de prescribir el modelo perfecto de instigar el hambre de naciones enteras. De esa manera pudo prepararse y luego aplicarse, en países zarandeados por las circunstancias, como Venezuela, el guión perfecto del hambre.  

Venezuela bajó 32 puntos en el ranking de protección a la infancia

VENEZUELA OCUPA EL PUESTO 131 en la lista que enumera de mejor a peor la protección que brindan los países hispanos a la infancia, de acuerdo con un informe publicado por la organización Save The Children.

América Latina mostró un aumento en la protección de los pequeños, a diferencia de Venezuela, cuya calificación disminuyó 32 puntos debido al aumento de la tasa de muerte de niños menores de 5 años de edad en un 40% y de la tasa de homicidios de niños en 60%.

Los países que registran una mejor protección a la infancia son Singapur, Suecia y Finlandia. Brasil ocupa el puesto 99 y Colombia el 118.

El informe reafirma que los menores tienen mejores condiciones de vida en la actualidad, en comparación con épocas anteriores.

Con información de Sputnik.

Laureano Márquez P. Mar 15, 2019 | Actualizado hace 1 mes
Madurodomor
Otro punto de vista para explicar la catástrofe, podría ser el del intento de sometimiento de un pueblo por hambre, que se le escapó de las manos a sus promotores. En tal sentido, se habrían aplicado políticas destructivas de la producción y los servicios con toda la intención de acabar al sector privado

 

@laureanomar

Como en el Holodomor ucraniano, la historia discutirá si el intento de aniquilamiento por hambre del pueblo venezolano fue algo realizado intencionalmente, de forma planificada por el régimen, o si fue consecuencia de la aplicación de absurdas políticas económicas absolutamente erráticas, en conjunción con el robo sistemático de fondos públicos más grande de la historia universal.

Aunque para muchos, la verdad estaría en el primera teoría, que no excluye a la segunda, lo cierto es que los procesos de aniquilación de un pueblo por odio racial, suele realizarlos otro pueblo, como en el caso del Holodomor, en el que encontramos a los rusos (soviéticos) tratando de aniquilar a los ucranianos

Otro punto de vista para explicar la catástrofe, podría ser el del intento de sometimiento de un pueblo por hambre, que se le escapó de las manos a sus promotores. En tal sentido, se habrían aplicado políticas destructivas de la producción y los servicios con toda la intención de acabar al sector privado, haciendo depender a la población de un sistema de suministro de bienes y servicios absolutamente controlado por el Estado, emulando lo que hacían muchas veces los emperadores romanos, quienes escondían durante algún tiempo los granos, generando hambre y escasez, para ganarse luego el favor popular con su distribución y dominando por hambre a las masas.

Quizá justamente se fue de las manos porque fue desarrollado por mentes criminales formadas fundamentalmente en el robo, pero además con el añadido de una profunda incompetencia administrativa y gerencial.

Lo que sí exhibió el proceso descrito, es una extraordinaria capacidad para la destrucción y para el cinismo: “No hay nada de importancia que reportar”, por ejemplo, llegó a decir una autoridad, en medio del apagón más catastrófico recordado en el continente, que para el momento de la frase había dejado más de una veintena de muertes.

Existiendo pruebas y denuncias contundentes y reiteradas sobre la corrupción en el sector eléctrico que acabó con uno de los mejores sistemas generación y distribución de energía eléctrica del planeta, se atribuyó el apagón a un periodista, dos tuits, como antes había sido atribuido a una iguana, detrás de todos ellos -naturalmente- el imperialismo yankee siempre

Lo que sí está claro es que al régimen nunca le importó la cantidad de vidas de que tuvo que llevarse por delante para su consolidación, bien ocasionadas por daños colaterales producto del colapso de los requerimientos más elementales para la subsistencia (alimentos, agua, electricidad, salud), bien por aniquilación directa en represión a la protesta, ejecuciones extrajudiciales o mediante el uso de hampa común, siempre aliada del régimen en la aniquilación de ciudadanos, a veces motorizada y siempre armada para aterrorizar, controlar, secuestrar, torturar y asesinar a la población civil.

Como en todo proceso de estas características, millones huyen desesperados tratando de salvar sus vidas intentan su reconstrucción sin temor y en libertad. Recuerdos imborrables de dolorosas despedidas, de familias separadas, de penurias y calamidades allende las fronteras. Quedarán otros recuerdos, más duros, que también se anidaron en el alma con su carga de dolor: seres humanos hurgando la basura para sobrevivir, otros tomando agua del contaminado río Guiare, con un control militar del Estado para que nadie saque más de dos tobos de excremento, cumpliendo así la profecía del Supremo de de ver al pueblo bañándose en sus aguas.

Cosas que quedarán en la memoria como imborrable recuerdo de un horror que nunca debe volver a repetirse.

El gran dictador

El gran dictador

Los Runrunes de Bocaranda de hoy 21.02.2019: ALTO: Consejo final

ALTO

CONSEJO FINAL:

 

“La inmensa mayoría de los venezolanos está pidiendo que ya no siga al frente del Poder Ejecutivo” Este es solo uno de los párrafos de la Carta enviada al “Señor Nicolas Maduro Moros” por el Arzobispo del Táchira, Monseñor Mario Moronta. La totalidad de la misiva, mas una dirigida solo a los militares venezolanos, pueden leerla en www.runrun.es. Algunos otros párrafos demoledores para el “usurpador”, “ilegítimo”, “copión de Guaidó” o “hijo de Chávez”  como lo tilda la mayoría del país que solo le daría un 4% de apoyo duro, es decir menos del millón y medio de sus habitantes, según la última encuestaEs bueno recordar, al haber celebrado este 15 de febrero pasado 200 años del Congreso de Angostura, lo dicho por Simón Bolívar en su discurso:“El sistema de gobierno más perfecto es aquél que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política” En estos momentos, nuestro pueblo carece de felicidad, tiene hambre y carece de estabilidad política. Arriésguese, y la historia será mucho más benigna con Usted. Le hablo con la verdad en la mano”. Otros aspectos de su misiva incluyen  un llamado a su gobierno y los militares que lo apoyan a permitir la entrada de la ayuda humanitaria: “Fíjese en algo delicado: a muchos sacerdotes y laicos, instituciones de esta región acuden silenciosamente un sinnúmero de oficiales de las Fuerzas Armadas, de los altos puestos del Gobierno, para que les podamos conseguir, en Cúcuta, medicinas para ellos o sus familiares, alimentos, etc. Ciertamente que no se lo dicen por miedo. Pero eso es verdad”. En otro segmento le señala que “Pedir y recibir la ayuda de ese tipo no es ninguna traición a la patria; sino un deber moral a favor de la dignidad de las personas que no tienen medicamentos, alimentos y otros insumos necesarios. Atrévase a oír al pueblo venezolano. No impida la ayuda que podemos darnos entre nosotros y la que se pueda recibir de otros países e instituciones internacionales. No diga que no es necesario”. Claro y raspao. Enhorabuena apreciado Mario. http://bit.ly/2H0lOc9

 

CUARTELES HAMBREADOS

En una reciente reunión de Nicolás Maduro Moros con el Alto Mando Militar en el Palacio de Miraflores surgieron algunas inquietudes por parte de los uniformados de mas alto nivel. El tema del lenguaje vulgar y duro contra el gobierno y, sobretodo, contra el presidente de los Estados Unidos fue una de las preocupaciones. ¿Acaso pensarían en la posibilidad de que NMM se vaya o lo derroquen y queden los altos mandos muy mancillados y disminuidos ante la acostumbrada diatriba de Maduro contra no solo EE.UU., Trump, Romeo y Abrams sino contra todo lo que huela a gobierno democrático o a congreso republicano, los países del Grupo de Lima, los vecinos latinoamericanos, los miembros de la Unión Europea y tantas otras naciones que han expresado sus críticas al régimen dictatorial, usurpador e ilegítimo que sigue destruyendo a Venezuela. El consenso global en estas calificaciones de las que hablo es cada día mas penetrante. En la reunión palaciega alguien comentó: “como no tenemos “rancho” para alimentarlos es mejor que se queden en sus casas, allí conseguirán un rebusque o en las alcabalas “martillarán” para poder comer. Hay que estar pendientes pues hay mucha “arrechera” en la tropa…