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Haití

Gobierno de Maduro envía un segundo lote de ayuda de 30 toneladas a Haití
El nuevo ministro del Interior, Remigio Ceballos, informó que se enviaron medicinas, alimentos, kits de aseo personal, pañales y «una cantidad diversa de material de apoyo» para los haitianos 

Foto: @cuadrantdpaz

El gobierno de Nicolás Maduro envió este 23 de agosto un segundo lote con 30 toneladas de ayuda a Haití, tras el terremoto que sacudió la semana pasada esa nación y en el que murieron, al menos, 2.200 personas.

«Vamos a apoyar con 30 toneladas de insumos que van dirigidos al pueblo que está sufriendo por este terremoto implacable», dijo el ministro del Interior, Remigio Ceballos, a VTV.

El envío salió del aeropuerto Simón Bolívar de Maiquetía en un avión de la aerolínea Conviasa, sancionada en 2020 por las autoridades de EE.UU. tras señalar que era usada para «trasladar a funcionarios corruptos del régimen en todo el mundo para impulsar el apoyo a sus esfuerzos antidemocráticos».

A bordo, transportó medicinas, alimentos, kits de aseo personal, pañales y «una cantidad diversa de material de apoyo» para los haitianos, detalló Ceballos.

«Venezuela, en un gesto de solidaridad, presta su apoyo a los pueblos de América Latina y el Caribe», destacó Ceballos.

El pasado 16 de agosto, el gobierno envió a Haití 30 toneladas de alimentos e insumos para atender a las personas afectadas por el terremoto.

En ese primer cargamento enviaron agua potable, medicinas y alimentos, entre otros elementos.

Información de EFE

A 227 se eleva cifra de muertos por terremoto en Haití
Gobierno de Venezuela ofreció apoyo logístico e insumos

Al menos 227 muertos fue el saldo de un terremoto de magnitud 7,2, que sacudió este sábado 14 de agosto a Haití.

El sismo se registró a las 8:30 a.m (hora local) y afectó principalmente a la zona suroeste del país, a unos 12 kilómetros de la localidad de Saint-Louis du Sud, y con un hipocentro a 10 kilómetros de profundidad, de acuerdo al primer balance ofrecido por el director de protección civil, Jerry Chandler.

Según medios locales, cientos de personas siguen atrapadas entre los escombros de edificios y casas.

El primer ministro, Ariel Henry, decretó estado de emergencia al menos por un mes.

El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por su sigla en inglés) informó que de momento no se tiene constancia de una alerta por tsunami.

El hecho se registra a un mes del asesinato de su presidente Jovenel Moïse.

En República Dominicana se informó que se sintió el movimiento telúrico, aunque no se han reportado aún daños físicos ni humanos.

El canciller del gobierno de Nicolás Maduro, Jorge Arreaza,  expresó su solidaridad con el pueblo haitiano y sostuvo que están prestos a facilitar tanto apoyo logístico como insumos.

 

 

 

Runrunes de Bocaranda: BAJO – ¿Y ALEX?

Foto: captura de pantalla del video (Youtube) Alex Saab – La Serie.

 ¿Y ALEX?

Muy bien, gracias. Lo dice su abogado escogido para defenderlo ante los Estados Unidos. Es este quien está intercambiando información del preso con las autoridades del Norte dentro de lo que se llama en términos generales de la legislación criminal de EE. UU. como acuerdos de cooperación. Allí se prevé que todo “objetivo” o acusado en una investigación en curso, que celebre pactos con las autoridades podrá optar, solamente, a beneficios procesales.

Existen tres modalidades de tal quid pro quo. Mediante los acuerdos de cooperación, (Cooperation Agreements, cfr. Federal Rule of Evidence 410) el cooperador se compromete a declararse culpable de una o varias felonías, a aportarle a las agencias de investigación evidencias contra los jefes de las bandas de mafias y, a cambio, recibir rebaja sustancial de su condena, más ciertos beneficios procesales.

Existen, además, los “Acuerdos de No Persecución” (Non Prosecution Agreements, NPA) que, por lo general, consisten en una promesa de la autoridad -división de la DEA o el FBI más la Oficina del Fiscal Federal- de que no procesará al cooperador por los hechos vinculados con la cooperación (Manual del Fiscal de EE. UU. § 9-27.630.).

La tercera y última categoría es la “Deferred Prosecution Agreements” o Acuerdos de Persecución Diferida. Similares a los NPA, pero a diferencia de que el gobierno presenta cargos contra el cooperador a tramitarse conforme a la Ley de Juicio Rápido de 1974 (18 U.S.C.§§ 3161-3174) bajo el entendimiento que la sentencia quedará suspendida. Después de un cierto tiempo, el gobierno desestimará los cargos de manera definitiva, si el cooperador ha cumplido con lo pactado. Basta recordar al extesorero nacional y militar Alejandro Andrade, quien llegó a acuerdos con el gobierno estadounidense y está en una prisión VIP, donde hasta bodegón y tiendas tienen.

 ¿CHAVISMO NO VA PA´L BAILE?

El exgobernador del estado Miranda, Elías Jaua, explicó que, a pesar de haber obtenido suficientes respaldos por parte de las UBCH en el proceso de postulación para las primarias del PSUV, la dirección nacional del partido no le permitió participar en la contienda “por razones de estricta coyuntura política”.

En un video difundido a través de sus redes sociales, Jaua agradeció a los militantes del PSUV en Miranda que “irrumpieron de manera victoriosa” y postularon su nombre para disputarle la candidatura al actual mandatario regional, Héctor Rodríguez. “Les agradezco su lealtad, les agradezco su valentía, les agradezco su cariño, les agradezco su valoración”, dijo. Además de Jaua, otro de los dirigentes chavistas excluidos de las primarias del PSUV fue el exgobernador del Zulia, Francisco Arias Cárdenas, quien denunció irregularidades en el proceso de postulación, pero aceptó que se le prohibiera avanzar a la siguiente fase, donde aspiraba a disputarle la candidatura a Omar Prieto, cuya actuación como gobernador ha sido sino la peor, al menos una de las más pésimas en todo el país y así lo han denunciado varios rojos dirigentes zulianos.

Lo que se demuestra, como lo comenté en un tuit hace unas semanas, es que “el chavismo”, como tal, va en camino de la extinción mientras “el madurismo” crece y engorda con el pasar de los días. Esa guerra interna, silenciosa hasta ahora, comenzó ya sus discrepancias públicas con el enfrentamiento entre el gobernador de Carabobo Rafael Lacava y el precandidato chavista a reemplazarlo, José Gregorio Vielma Mora. Este acusa a Lacava de querer enterrar el legado de Chávez al cambiar las identificaciones de los “ojitos” de Chávez por un murciélago. “¿Cómo vas a hacer tú si el pueblo revolucionario de Carabobo (…) está arrecho y molesto porque están cambiando los ojos de Chávez por un murciélago?”, reclamó Vielma Mora durante un acto de campaña con sus seguidores.

Durante los últimos cuatro años Lacava ha identificado su gestión con la imagen de un murciélago, al que denomina “Drácula”, que ha sido pintado en las paredes, túneles autobuses y patrullas policiales. Su evaluación entre los carabobeños se ha mantenido alta todo el tiempo. Hay dientes crujiendo…

 LAS DÉCADAS DE LLANTO DE HAITÍ

Transcribo unos párrafos de The Washington Post para entender algo más del sufrimiento de ese pequeño país que comparte la mitad de la isla de La Española con República Dominicana. La mitad paupérrima, sufrida, con hambre, sin salud, con pobreza casi extrema en algunos sectores mientras la RD va mejorando cada año.

Cito: “La influencia estadounidense perduró durante el resto del siglo, atravesando tres décadas de dictadura bajo la dinastía asesina, cleptocrática pero anticomunista de Duvalier. Haití ha proporcionado una antología de cuentos de advertencia sobre cómo la ayuda exterior y la asistencia para el desarrollo del siglo XX pueden salir mal, incluido un lío de proyectos fallidos que siguieron al catastrófico terremoto de 2010 en el país, que mató a cientos de miles de personas… «.

«En 2010, el expresidente Bill Clinton se sintió obligado a disculparse públicamente con los haitianos por haber obligado al país en la década de 1990 a eliminar los aranceles sobre las importaciones agrícolas estadounidenses, una medida que devastó a los agricultores que cultivan arroz en Haití. ‘Puede que haya sido bueno para algunos de mis agricultores en Arkansas, pero no ha funcionado’, dijo. ‘Tengo que vivir todos los días con las consecuencias de la pérdida de capacidad de producir una cosecha de arroz en Haití para alimentar a esa gente, por lo que hice…’.

Ahora, sin embargo, el hambre es solo una de las preocupaciones del público. “El asesinato del asediado presidente de Haití en su casa por un grupo de hombres armados siguió a meses de escalada de la inestabilidad política y violencia de pandillas», informaron mis colegas. «Las organizaciones de salud y humanitarias dicen que el derramamiento de sangre ha paralizado los esfuerzos para combatir un brote significativo de coronavirus en un país con una infraestructura de salud débil y sin acceso a las vacunas contra el coronavirus».

Informe forense revela que Jovenel Moise recibió 12 impactos de bala
El juez Carl Henry Destin dijo que el cadáver de Moise tenía doce orificios todos realizados con armas de gran calibre 

 

El presidente de Haití, Jovenel Moise, recibió 12 impactos de bala durante el ataque que acabó con su vida el miércoles, según afirmó el juez de paz encargado del informe forense.

El juez Carl Henry Destin dijo al diario «Le Nouvelliste» que el cadáver de Moise tenía doce orificios realizados con armas de gran calibre y también de 9 milímetros.

«Lo encontramos acostado boca arriba, pantalón azul, camisa blanca manchada de sangre, boca abierta, ojo izquierdo perforado. Vimos un agujero de bala en la frente, uno en cada pezón, tres en la cadera, uno en el abdomen», relató el juez de paz.

El responsable de levantar el cuerpo dijo que aparte de Moise, la única persona que resultó herida de gravedad fue su mujer Martine, quien está hospitalizada en Miami, Estados Unidos.

El juez de paz también aseguró que el escritorio y la habitación de Moise fueron “saqueados” por los asaltantes, que irrumpieron en la residencia del mandatario fuertemente armados en la madrugada del miércoles.

Horas después, la Policía haitiana anunció que cuatro supuestos asesinos fueron asesinados durante un tiroteo y otros dos fueron detenidos, en un operativo llevado a cabo cerca de la residencia de Moise.

Según la versión de las autoridades, los miembros del comando que atacó al jefe de Estado son extranjeros de habla inglesa y española, pero no han confirmado sus nacionalidades ni sus identidades.

*Con información de EFE

5 claves para entender la situación en Haití

La madrugada de este miércoles, 7 de julio, fue asesinado a tiros el presidente de Haití, Jovenel Moïse, en su residencia en Puerto Príncipe. El magnicidio ocurre en un momento de gran tensión por la situación política, económica y social que atraviesa Haití donde reinan la inflación, la violencia y la escasez de alimentos y combustible. Aquí 5 claves para entender lo que sucede en la nación más empobrecida del continente americano:

¿Qué pasa en Haití?

La oposición no reconocía la legitimidad de Moïse desde el 7 de febrero de 2021, fecha en la que consideran que terminó su mandato, debido a una interpretación de un artículo de la Constitución, que permitiría entender que su Gobierno comenzó en 2015, coincidiendo con la fecha de unas elecciones que acabaron siendo anuladas y no con su investidura, que tuvo lugar en 2017.

Los partidos opositores, en especial los de izquierdas, trataban a Moïse como un “dictador” por el polémico modo que ha gobernado por decreto desde la clausura del Parlamento, algo por lo que también ha sido criticado por la comunidad internacional.

Sin embargo, Moïse siempre ha asegurado que su intención era dejar el poder el 7 de febrero de 2022, al cumplirse cinco años de su investidura, y cederlo a quien fuera elegido en las votaciones.

La denuncia de un golpe de Estado

La crisis política se desencadenó en 2018 por denuncias de corrupción de Moïse, en torno a los fondos del programa de ayudas venezolano Petrocaribe, y se ha agravado en los últimos años por problemas económicos y un clima político cada vez más tenso.

Las protestas, en muchas ocasiones violentas, han paralizado las actividades en Puerto Príncipe durante varias semanas a lo largo de estos tres años de inestabilidad, y motivaron el aplazamiento de las elecciones legislativas de 2019.

La crisis se agravó el pasado 7 de febrero, día en el que Moïse denunció que la oposición, junto a un grupo de jueces de la Corte de Casación (suprema) y altos mandos de la Policía, tramaban un atentado para asesinarle en ese día.

Las autoridades hicieron varias detenciones, pero los implicados en el supuesto intento de golpe de Estado fueron puestos en libertad por orden judicial.

Enemigos a montón

Según reseña la agencia EFE, Moïse había ganado enemigos entre las familias adineradas que controlan negocios claves en el país, como la energía, la telefonía o la banca, a los que ha responsabilizó de la corrupción sistémica y de la inestabilidad crónica que vive el país.

Recientemente, Moïse también se ganó enemigos entre las poderosas bandas armadas que controlan numerosas barriadas pobres de Puerto Príncipe.

La violencia de las bandas se recrudeció desde comienzos de junio, en especial por la acción de G9 an Fanmi e Alye, una federación de pandillas que hasta hace poco se consideraba en la órbita del Gobierno y que en las últimas semanas declaró la guerra a Moïse.

Los conflictos entre las bandas han causado decenas de muertos y heridos y al menos 17.000 desplazados desde el comienzo de junio por los enfrentamientos en barrios como Martissant y Delmas.

Una sucesión no del todo clara

En el caso de la muerte del presidente, la Constitución de 1987 deHaití establece que el Consejo de Ministros, encabezado por el primer ministro, ejerce el poder ejecutivo hasta la elección de un nuevo gobernante.

En el caso de que la muerte se produzca a partir del cuarto año de los cinco del mandato, la Asamblea Nacional se debe reunir para elegir a un presidente que cumpla el mandato del fallecido, pero desde enero de 2020 el Legislativo está clausurado debido al aplazamiento de las legislativas previstas para 2019.

La situación en la jefatura de Gobierno tampoco es del todo clara, puesto que en estos momentos hay dos primeros ministros nombrados.

Claude Joseph ejerce el cargo de forma interina desde el pasado abril, pero este lunes Moïse nombró para ese puesto a Ariel Henry, quien todavía no había asumido de forma oficial.

De momento, la única comunicación oficial sobre los acontecimientos ha partido de Claude Joseph, quien ha asegurado que la Policía y las Fuerzas Armadas tienen el control de la situación.

Elecciones en dos meses

Haití había convocado elecciones presidenciales y legislativas para el próximo 26 de septiembre, comicios en los que Moïse no podía ser candidato.

En esa fecha también estaba prevista la celebración de un referéndum para aprobar una nueva Constitución, un proyecto impulsado por Moïse con miras a reforzar la figura del jefe de Estado, aunque aseguraba que él no se beneficiaría de la nueva carta magna.

La nueva Constitución contaba con fuertes resistencias por parte de la oposición y todo el proceso era visto con recelos por parte de la comunidad internacional, por falta de transparencia y por no ser lo suficientemente inclusivo.

*Con información de EFE, BBC Mundo e Infobae

CONNECTAS Feb 08, 2021 | Actualizado hace 3 años
Haití: el gobierno de las pandillas
Desde comienzos del 2020, las bandas armadas siembran el terror en el país caribeño. Alentadas por la impunidad y sus relaciones privilegiadas con las autoridades, las pandillas triplicaron los secuestros el año pasado, a pesar de la pandemia, en barrios populares de la capital.

Por: Jameson Francisque para Ayibopost y CONNECTAS / Foto: Dieu Nalio Chery

Ericka Vilsaint corría en medio de la noche. Estaba débil porque no había comido en más de cinco días. Sus secuestradores la acababan de liberar y no sabía dónde estaba. Solo sabía que tenía que correr, hasta el agotamiento total si era necesario. A unos cien metros de distancia, el auto de los secuestradores la seguía. No volvió la cabeza, pero las luces que brillaban tenuemente en la carretera eran suficientes para saber que estaban allí.

Fue secuestrada el 5 de septiembre de 2020 en Marlik, una localidad en lo alto de Pétion-Ville, una comuna de Puerto Príncipe, la capital haitiana. Un automóvil de lujo, con vidrios polarizados, pasó a su lado y se detuvo frente a ella. Se bajaron dos hombres. El primero le apuntó con su arma y el segundo la tomó del brazo para empujarla dentro del vehículo.

Los bandidos contactaron a sus padres. “Nos pidieron 200.000 dólares por su liberación. Su padre negoció, diciendo que no podíamos recaudar esa cantidad. ¡Ni siquiera trabajamos!”, dijo la madre de la adolescente, quien se dedica a vender comida en obras de construcción. El padre es albañil, pero son pocas las oportunidades para trabajar.

Después de muchos intentos de negociación, la cantidad se redujo a una suma más asequible —la familia no quiso dar más detalles sobre el monto acordado—. Los secuestradores les explicaron a los padres de Ericka cómo entregar el dinero y recoger a la niña.

“Ella estaba en un estado terrible. Sucia, como una niña abandonada. La habían golpeado con tanta fuerza que le dislocaron el brazo. La acompañamos a la comisaría de la zona y luego al hospital. Después de esta experiencia, pensé que se estaba volviendo loca. Hablaba sola, rompía cosas en la casa. Desde entonces ya no va a la escuela, tiene miedo de salir”, relató la madre de Erika en entrevista con Ayibost.

Ericka Vilsaint fue secuestrada el 5 de septiembre del 2020. Sus padres estaban desempleados. Ella tenía 17 años. Crédito: Tomada de Facebook

Cualquier persona es una víctima potencial de secuestro en Haití. Los pandilleros escogen sus víctimas al azar, sin ningún patrón específico. Esa es la percepción que se ha ido consolidando entre los haitianos, y especialmente entre los habitantes de Puerto Príncipe, desde que este delito comenzó a aumentar en febrero del año pasado. Vendedores informales, estudiantes, comerciantes y hasta policías han sido víctimas.

La magnitud real de este flagelo es difícil de calcular en números en un país donde el acceso a la información es casi nula y las organizaciones no gubernamentales –que pululan en Haití– manejan diferentes cifras. Además, son muchas las familias que prefieren negociar directamente con los bandidos; confían más en las redes sociales que en la policía, para encontrar a sus seres queridos o recaudar el dinero del rescate.

No obstante, los reportes presentados por la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH) ante el Consejo de Seguridad durante el año pasado sí muestran un marcado aumento del secuestro. Según el informe de septiembre, los casos se incrementaron un 200 por ciento entre enero y mayo con respecto al periodo anterior. En total, 92 casos fueron reportados a la Policía en ese periodo, 50 de ellos en febrero.

Por su parte, la organización de derechos humanos haitiana Défenseurs Plus afirma que se registraron más de 1.000 secuestros en todo el 2020; una cifra desproporcionada para un país del tamaño de Haití, comparable con estimados de secuestros en México (1.387 según la ONG Alto al Secuestro) en el mismo periodo, a pesar de tener solo una décima parte de su población.

La BINUH se basa en casos reportados ante la Policía Nacional de Haití (PNH). A lo largo de esta investigación periodística, publicada por Ayibopost y CONNECTAS, con el apoyo del International Center for Journalists (ICFJ), se hicieron varios intentos de obtener información directa de la PNH, pero no se obtuvo respuesta.

 

El aumento del secuestro evidencia el deterioro general de la seguridad en el país, que va de la mano de la creciente crisis de gobernabilidad de Jovenel Moïse. Desde enero del 2020, Jovenel Moïse gobierna solo, por decreto, pues el periodo de los parlamentarios expiró y el jefe de Estado no convocó elecciones para reemplazarlos. De esta manera, ha tomado varias decisiones controversiales; por ejemplo, la creación de una agencia nacional de inteligencia, cuyos miembros están por encima de toda la ley y solo informan al presidente, o las acciones para restarle poder al Tribunal Superior de Cuentas, que lo había acusado de actos de corrupción.

Además, varias organizaciones de derechos humanos habían denunciado años atrás la relación del gobierno de Moïse con las pandillas. Y en 2020 los indicios de esto fueron especialmente evidentes.

En abril, en medio de una rueda de prensa sobre la covid-19, el primer ministro, Joseph Jouthe, aseguró que estaba en constante comunicación con los pandilleros, que conocían su número de teléfono, al que lo habían llamado al menos una vez. Izo, un líder de una pandilla, se había quejado ante el ministro por los controles de carretera colocados por la policía fuera del barrio controlado por su banda. En vivo, el jefe de gobierno le prometió al bandido que lo llamaría durante la noche.

Sobre este hecho, el ministro Jouthe le dijo a Ayibopost que le había contestado a los pandilleros como lo habría hecho con cualquier otro ciudadano: “Las pandillas se ven a sí mismas como agentes de desarrollo porque son la ley en estos barrios. Me llamaron para pedir ayuda y aproveché para invitarlos a deponer las armas y retomar la vida normal. Lamentablemente, no aceptaron y ahora la PNH está pasando directamente al desmantelamiento. No veo por qué se enfadan por eso, me llamaron y respondo como a todos”.

Dos meses después, se creó una alianza entre nueve de las principales pandillas de la capital. La federación conocida como G9 an fanmi e an alye (familia y aliados, en creole), es dirigida por Jimmy Cherizier, alias Barbecue, un expolicía que fue retirado de esa institución en diciembre del 2018, bajo graves acusaciones de violaciones de derechos humanos.

Según la Fundación Je Klere, una organización de derechos humanos muy crítica del gobierno, el G9 se creó para asegurar la victoria del partido del Presidente de la República, el PHTK, en las próximas elecciones. Lo mismo asegura la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDHR), una de las ONGs más conocidas del país. Los territorios controlados por esta alianza son importantes en términos de electorado. Cientos de colegios electorales se encuentran allí durante las elecciones, según el informe del grupo de derechos humanos.

“Fue Jimmy Cherizier quien puso a disposición del Estado, en Delmas 6, una sala para instalar una sede de la Oficina Nacional de Identificación”, le dijo a Ayibopost Pierre Espérance, director ejecutivo de la RNDDH. “En esta zona, las cartillas electorales se fabrican bajo sus órdenes”.

 

A pesar de que Jimmy Cherizier ha negado varias veces —en declaraciones conocidas a través de redes sociales— su connivencia con el gobierno, la mayoría de las acciones del expolicía han beneficiado indirectamente a la administración de Moïse.

Según reportes de la ONU y ONGs locales, Cherizier participó en la masacre de La Saline, —barrio popular de Puerto Principe y uno de los epicentros de las protestas contra Moïse— cuando todavía era policía, en noviembre del 2018. Al menos 26 personas fueron asesinadas y 12 fueron desaparecidas. Cherizier negó su participación, pero fue expulsado de la Policía un mes después. A partir de ese primer ataque las acciones violentas se incrementaron en La Saline, hoy en día una zona controlada por el G9.

Siguiendo un patrón muy similar al de La Saline, un año después Cherizier, alias Barbecue, atacó el barrio de Bel Air, otro bastión de la oposición. Según un informe de la BINUH, el objetivo inicial era eliminar las barricadas que habían instalado en esta zona. Cherizier y sus hombres quemaron 30 viviendas y 11 vehículos.

“Lejos de ser un hecho aislado, el ataque a Bel Air muestra la evolución reciente del contexto actual en Haití, principalmente caracterizado por la inseguridad general en los barrios populares y marginales, la impunidad de los miembros de pandillas que cometen violaciones de derechos humanos, la presunta colusión entre ellos y ciertos actores políticos y económicos”, señala el informe de la BINUH de febrero del 2020.

Jimmy Cherizier, alias Barbecue, posa junto a sus antiguos compañeros de la Policía. Crédito: tomada de redes sociales.

Un aumento desmedido

En medio de esta oleada de violencia,  los casos de secuestros se volvieron a disparar a mediados del año pasado, una vez se consolidó la alianza entre las bandas armadas y retomaron sus negocios, según reportó la BINUH.

Para Djmes Olivier, quien estudia el fenómeno de las pandillas en Haití, el aumento de los casos de secuestro se debe a la facilidad con la que se recauda el dinero. “Hasta hace poco, la gente solía ser asaltada cuando regresaba del banco. Pero estos actos han bajado mucho. Los bandidos están pensando en otras estrategias, y con el secuestro se gana dinero más rápido. Hay grupos especializados en secuestros, pero hay son cada vez más pequeños grupos armados que lo hacen también, porque es lucrativo”.

Según un médico que fue secuestrado y contó su caso para esta investigación, los pandilleros tienen la instrucción de no volver a casa con las manos vacías. “Uno de los bandidos que custodiaba la casa me dijo que yo no era la persona a la que iban a secuestrar. Pero no lo habían encontrado. Cuando estaba en el camino, me llevaron en su lugar”, contó el médico que fue raptado a pocos metros del Palacio Nacional.

En principio, los rescates exigidos son exorbitantes: de 100.000 a un millón de dólares estadounidenses. Cantidades que las víctimas no tienen. Después de la negociación, la cantidad disminuye. Para pagar, las familias apelan a la generosidad lanzando campañas de gofundme, con la esperanza de encontrar a sus seres queridos sanos y salvos.

La sociedad haitiana ha protestado en repetidas ocasiones en contra de su precaria situación de seguridad y el aumento de los secuestros y asesinatos. Crédito: Dieu Nalio Chery

 

Gracias a este rentable ‘negocio’, las bandas armadas han experimentado un desarrollo sin precedentes. Según cifras proporcionadas por la Comisión Nacional de Desarme, Desmantelamiento y Reintegración (CNDDR), existen más de 76 pandillas en el país. Actualmente, 500.000 armas ilegales están circulando en el país.

 

El 16 de noviembre de 2020 se nombró un nuevo de la Policía Nacional de Haití. El nuevo director, Léon Charles, estuvo al frente de la PNH en 2004, cuando el secuestro estaba desatado, como hoy. Charles ya ha lanzado varias operaciones contra ciertos líderes de pandillas, especialmente en Gran Ravine. Sin embargo, la estrategia no parece dar resultado. El pasado 20 de enero unos escolares fueron secuestrados en la localidad de Carrefour, a unos 10 km de Puerto Príncipe y a pocos metros de las zonas de Grand Ravine y Martissant, controladas por el G9.

A pesar de la creciente represión policial, los haitianos siguen saliendo a las calles a protestar contra el secuestro y la inseguridad. También se manifiesta la oposición, que exige la salida de Moïse este 7 de febrero, cuando según ellos se cumplen 5 años de mandato. Por su parte, el presidente asegura que todavía le queda un año más y que ahora sí convocará a elecciones, pospuestas desde el 2019. En cuanto al auge de los secuestros, el mandatario anunció la creación de un grupo de trabajo liderado por el ministro Jouthe, y aseguró que trabajan para encontrar “la verdadera fuente del problema”.

Si le interesa saber más de la oleada de violencia y secuestros en Haití, ingrese acá.

* Este reportaje fue realizado por Jameson Francisque para Ayibopost  y CONNECTAS con el apoyo del International Center for Journalists (ICFJ) en el marco de la Iniciativa para el Periodismo de Investigación de las Américas.

Gobierno de Haití asegura haber frustrado un golpe de Estado
Al menos 20 personas, entre ellos un juez de la Corte de Casación y un inspector de la policía fueron detenidos
El presidente de Haití, Jovenel Moïse, denunció un intento de golpe de Estado y magnicidio que fue frustrado por la policía de seguridad del Palacio Nacional, aseguró.
Al menos 20 personas, entre ellos un juez de la Corte de Casación y un inspector de la Policía fueron detenidos y serán presentados en breve por el titular del Consejo Superior de la Policía Nacional y primer ministro, Joseph Jouthe, junto al director de las fuerzas del orden, León Charles.

De acuerdo con el mandatario, la «vasta conspiración» se remonta desde noviembre pasado con el objetivo de eliminarlo físicamente el sábado.

Moïse ofreció las declaraciones en la pista del aeropuerto internacional Toussaint Louverture, minutos antes de su viaje a la sureña ciudad de Jacmel, donde inaugurará las festividades por el carnaval.

Mientras tanto en la capital, las calles permanecen semivacías, y los pocos manifestantes que se reúnen en puntos estratégicos son dispersados por la policía con gases lacrimógenos.

La oposición convocó para este domingo a una masiva movilización para exigir la salida del poder del mandatario, tras cuatro años frente al país.

Los sectores contestatarios, organizaciones de la sociedad civil, personalidades, líderes religiosos y la federación de abogados estiman que el mandato concluye hoy, aunque el gobernante insiste que aún restan otros 12 meses.

Este domingo se posicionó el Poder Judicial en una resolución que dio por terminada la gestión de Moïse en el Palacio Nacional, y lo instó a aplicar la misma normativa por la cual vencieron los mandatos de senadores y diputados en enero de 2020.

El presidente aún cuenta con el apoyo de la administración estadounidense de Joe Biden, Naciones Unidas y la Organización de la Francofonía para el proceso electoral y el cambio constitucional previsto para este año.

Sin embargo, muchas organizaciones de la región le dieron la espalda y lo alentaron a respetar la Constitución.

FAO: Hambre crece en América Latina a niveles escalofriantes
Haití y Venezuela son los países con los niveles de inseguridad alimentaria más altos de la región, según la Organización

 

Este lunes, 13 de julio, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advirtió que América Latina registró en los últimos cinco años un aumento del hambre que podría afectar a un 9,5 por ciento de su población en 2030, un escenario severamente agravado por el COVID-19. 

«El hambre afectó a cerca de 47,7 millones de personas en América Latina y el Caribe en 2019, o un 7,4 por ciento de habitantes», según un informe de la FAO junto a otras agencias de Naciones Unidas.

En relación a los países más afectados, Berdegué mencionó a Haití, un país con altos niveles de inseguridad alimentaria, Venezuela -donde el hambre ha aumentado en forma significativa en los últimos años- y Guatemala, El Salvador y Honduras, países pertenecientes al Corredor Seco en América Central.

“Estos países son los más expuestos, pero el agravamiento del hambre producto de la pandemia es algo que nos va a impactar a todos los países, no se salva nadie”, apuntó.

Julio Berdegué, representante regional de la FAO para América Latina, calificó las cifras de hambre en la región como “escalofriantes”.

La región -donde la inseguridad alimentaria ha registrado el aumento más rápido del mundo- no solamente llegará al 2030 lejos de cumplir su meta de hambre cero, sino que el número de personas incapaces de consumir las calorías necesarias para una vida saludable ascenderá a 67 millones, cerca de 20 millones más que en 2019.

La CEPAL estima que el coronavirus -con 13 millones de infectados a nivel mundial según conteos de Reuters- provocará una caída histórica de la economía de América Latina y el Caribe en 2020, que llevará a la peor crisis social de la región en décadas, con millones de nuevos pobres y desempleados.

“Uno de cada tres latinoamericanos y caribeños este año van a vivir en condición de pobreza, según proyección de la CEPAL, todos ellos amenazados por el hambre (…) Nos preocupa mucho cómo esto va a agravar el riesgo de que esta crisis sanitaria se convierta en una crisis alimentaria”, señaló Berdegué.

El funcionario explicó que la FAO y la CEPAL recomiendan un plan de estrategia que involucra mantener el comercio mundial y la cadena que conforma el sistema de producción y distribución de alimentos, además de apoyar a quienes viven en situación de pobreza extrema o inseguridad alimentaria.

 

*Con información de Reuters