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Guacara

Guacara, por Juan E. Fernández “Juanette”

Ilustración de Alexander Almarza, @almarzaale

 

@SoyJuanette

A veces la televisión te ayuda a evocar lugares y sentimientos que viviste hace muchos años, pero no recordabas. Justo fue lo que me pasó este el fin de semana cuando, además de ver el especial Friends The reunion, me topé con la película de Roberto Baggio: El Divino, en Netflix. Pero ¿Qué tienen en común Friends y Baggio? Pues en mi caso es muy fácil: ambas me recordaron a Guacara. Pero antes de contarles por qué, permítanme explicarles de Guacara.

Guacara, según Wikipedia, es una ciudad venezolana, capital del municipio Guacara, del estado Carabobo en la región central de Venezuela. Pero para mí Guacara significa los recuerdos más bonitos de mi niñez y de mi adolescencia.

No tengo registro exacto de la primera vez que fui a Guacara, pero seguramente fue con mi mamá cuando visitábamos a mi tío Rafael, quien vivía con su familia en la urbanización La Pradera. Lo que nunca podré olvidar fue que en la casa de mi tío dejé olvidado mi tetero (biberón). Lo dejé literal, yás nunca lo tomé, por lo que podría decir que Guácara me ayudó a dejar una de mis primeras adicciones.

Ya un poco más grande, mi tío, quien trabajaba en Caracas, nos llevaba a pasar el fin de semana con mis primos Rafaelito y Yomines quienes se convirtieron (y aún lo son) en grandes compañeros a lo largo de mi vida. Por ejemplo, Rafa me enseñó a atajar con un guante de béisbol, y con Yomi aprendí mis primeros pasos de salsa.

Ya como adolescente, cuando pude viajar solo, me iba todos los viernes hasta la terminal de La Bandera en Caracas, me tomaba uno de los autobuses de la compañía “Servicio Especial del Centro” y hacía el viaje de tres horas hasta el Big Low Center, donde Rafa o Yomi me esperaban para irnos hasta Guacara. Ya en esa época mi primita Caro (la hija menor de mi tío) estaba más grande, por lo que nos acompañaba en el trayecto.

Y cuando pude comprarme mi primer automóvil, uno de los primeros viajes fue, junto con mi hermano, a Guacara. Es más, ahora que me acuerdo, la primera vez que el público coreó mi nombre fue allá. Resulta que en una Navidad no teníamos mucho que hacer, así que nos unimos al grupo de amigos de mi prima Yomi, quienes habían dispuesto en la calle un artilugio innovador para la época y que era capaz del volver artista a cualquiera: el karaoke.

Esa noche Rafaelito y yo llegamos muy callados, pero después de varios tragos de tequila terminamos cantando a todo pulmón De música ligera. Y, según cuenta mi tía Nena, la esposa de mi tío Rafa, fue un éxito, porque todos gritaban al unísono mi nombre “¡Juan! ¡Juan! ¡Juan!”. 

En fin, como diría el escritor Ernest Hemingway, ¡Guacara era una fiesta! Y ustedes se preguntarán ¿Qué tienen que ver Friends y Roberto Baggio con Guacara?

Bueno corría el año 1994 y justo el fin de semana de la final del Mundial, Los hijos del señor Benito, quienes eran vecinos de mis tíos en Guacara, habían planeado una gran fiesta para cuando Italia le ganara a Brasil. Obviamente yo apoyaba a Italia, porque como hincha argentino a la canarinha no le iré nunca, así que estaba en Guacara cuando Baggio erró el penal y Taffarel brinco victorioso para festejar el primer tetracampeonato de la historia del mundial del futbol.

Con respecto a Friends, era junto con el Príncipe del Rap, el programa que más disfruté con mis primos. Por eso, cuando se anunció que el 6 de mayo de 2004 se emitiría el último capítulo de Friends, me olvidé del trabajo, de la novia y de todo, para vivir ese momento culminante en Guacara, el lugar que alberga los más lindos recuerdos de mi infancia y adolescencia. La ciudad donde fui feliz.

Les deseo a todos que, si aún no la tienen, algún día encuentren su Guacara.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Yanet Fermín, diputada de la Asamblea Nacional por el estado Nueva Esparta, informó la tarde de este jueves que fueron liberados del destacamento 441 de la Guardia Nacional Bolivariana en Carabobo.

Familiares de parturientas en la Maternidad Julia Benítez: Las tienen peor que los presos 

En el centro de salud de Guacara, reinaugurado durante la campaña electoral por el vicepresidente Tareck El Aissami, una madre murió 18 horas después de tener a su hijo. Tras entrar en labor y hasta su fallecimiento, ningún familiar la pudo ver. Estas son las historias de un lugar que se considera modelo del parto humanizado

Heberlizeth González

@Heberlizeth

Desde el jueves 24 de mayo de 2018, Yesenia Medina iba todos los días al Hospital Materno Infantil Julia Benítez de Guacara, en Carabobo, pidiendo que le asistieran su parto. Finalmente, este lunes 28 la ingresaron. Tenía 40 semanas y siete días de embarazo. Estaba más cerca de tener en brazos a su tercer hijo, pero una supuesta negligencia médica acabó con su deseo: murió 18 horas después que le practicaran la cesárea.

Carlos Luis Medina, hermano de Yesenia, se consuela abrazado a una columna frente a la entrada a la maternidad. A cada momento se lleva las manos a la cabeza como en señal de frustración. Después que le dieron ingreso a la mujer de 37 años, no la pudo ver. La familia no sabía nada de ella hasta que al mediodía del martes 29 le tocó a una enfermera dar la cara: Yesenia falleció.

Afuera se formó una revuelta tras conocerse el deceso. Al lugar llegaron comisiones de la Policía Municipal para tratar de controlar a los familiares que se mostraban molestos ante la falta de información y trato hacia las parturientas.

Hace un mes, en plena campaña electoral, el vicepresidente Ejecutivo Tareck El Aissami, junto al ministro de Comunas, Aristóbulo Istúriz, el gobernador Rafael Lacava y el alcalde Johan Castañeda reinauguraron el Hospital Materno Infantil.

«Si en algo se ha preocupado la Revolución es darle atención integral a las madres y la familia venezolana», dijo El Aissami durante su alocución en ese momento. Ese sería uno de los hospitales más modernos del país, con tecnología avanzada y parto humanizado.

Esas fueron las razones por las que Yesenia acudió a la Julia Benítez. Contaba con que el nacimiento de su bebé fuese bajo los estándares de «parto humanizado». Sin embargo, Carlos Luis pasó horas sin saber de su hermana. Incluso, hasta después que declararan el fallecimiento. «¿Cómo sé yo si realmente es mi hermana la que está muerta?», se preguntaba.

La incertidumbre agobiaba el martes a Jorge Luis Hernández. El sábado su esposa Génesis González entró en trabajo de parto. Su hijo Aarón, aparentemente, nació bien pero no lo ha visto. Ni siquiera sabe cuánto pesó y midió. Lo único que sabe es que están vivos porque la mujer envía cartas para mantener informada a la familia.

«Niño, quédate tranquilo. Si Dios quiere nos vamos ahora. Estoy esperando los resultados de los exámenes de Aarón. Ya me quiero ir. Dile a mi mamá que la amo mucho y que estoy bien», decía la última carta que envío Génesis la tarde del martes. Hay horario para mandar los papelitos con información. Los entrega una miliciana. Otras parturientas se las ingenian y los meten entre la ropa sucia para que tengan razón de ellas y los bebés. A Yesenia no le dio tiempo de escribir.

«Ni siquiera en un penal pasa esto. Los presos tienen visitas y ellas no. Génesis no ha cometido ningún delito, solo dio a luz», se quejaba Jorge Luis. La historia de cada familia no era distinta. No había nadie que hablara a favor del hospital.

Para tomar las muestras de sangre, los papás deben llevar los tubos de ensayo. Si lo pasan en la mañana, en la tarde sale cualquier persona a entregar la muestra para que sea analizada en un laboratorio privado. El pasado martes le tocó a una oficial de la Policía Municipal.

Las quejas en la Julia Benítez no son nuevas. Hace casi dos meses una médico hizo pública una denuncia sobre la muerte de su propio bebé recién nacido, que estaba en esa maternidad, y que lo llevó confiada en que recibiría buena atención pero solo le trajo problemas en su lugar de trabajo con la directora.

«El parto se le va a pasar»

Mildred López tiene 23 años y no le quedan ni ganas de hablar. Tiene dos días caminando el hospital porque es la solución que le dan los médicos para esperar que tenga los dolores de parto.

«Le dicen que camine todo el hospital. Desde el lunes está en eso. Qué van a esperar que se pase el parto», se preguntaba el pasado martes Raiza Blanco, suegra de Mildred, mientras esperaban bajo la sombra de un árbol que las atendieran en la Maternidad.

A Raiza no se le hace justo que a los familiares los traten como presos del penal de Tocuyito, que no sepan nada de los bebés. La crítica no faltó: «aquí no le hicieron caso al vicepresidente cuando vino. Dijeron que sería la mejor maternidad y más dotada y piden todo».

A Evelyn Rodríguez se le notaba la molestia como a la mayoría. Le tocó comprar hasta la hoja blanca para presentar a su nieto, a quien no conocía aun a pesar de tener más de 24 horas de nacido.

A ella y a su hijo les tocó comprar tubos de ensayo, gasas y botellones de agua potable que pidieron para poder asear a la parturienta.

También hay un horario establecido para pasar la comida. Hay mujeres que les ha tocado comer muchas horas después porque no les pasan alimentos. Génesis fue una de ellas. A su esposo no le aceptaron dos galletas y medio litro de jugo que le había comprado.

Escasez de papel higiénico podría acentuarse tras paralización de PEVECA

PAVECA

 

@ElPitazoTV

 

Trabajadores de la empresa Papeles de Venezuela (PAVECA) ubicada en la zona industrial de Guacara en el estado Carabobo, mantienen paralizada la empresa desde el pasado 26 de octubre para exigir mejoras laborales.

Los manifestantes, quienes se identificaron como miembros del Sindicato Único de obreros y empleados de Paveca, solicitan se realice un referéndum para elegir la instancia sindical que discutirá con el patrono la nueva convención colectiva, pues sostienen que en la empresa funcionan dos grupos sindicales.

Señalaron que la directiva del sindicato Sintrabepec conocido como la “Hojilla” que calificaron como “patronal” ha incumplido con 14 cláusulas del contrato.

Tenemos 700 firmas de todos los trabajadores con las que rechazamos que ese sindicato se siente con el patrono. Solicitamos que se nos reajuste el salario, se nos reajuste el cesta ticket y se lleve a cabo la consulta acerca de los sindicatos”, señaló el trabajador Luis Puyosa.

Los protestantes indicaron que son más de 200 mil rollos de papel que se dejan de producir diariamente con la paralización de la planta. Aseguraron que estarían paralizadas las nueve líneas de papel higiénico, las seis de servilletas y las dos de toallas de limpieza.

El 70% de la producción de papel higiénico en el país, servilletas y toallas salen de esta planta. Sabemos que se va a acentuar la escasez pero a nosotros nos llevaron a esto, si luego tenemos que trabajar horas extras para recuperar la producción, lo haremos”, dijo Puyosa.

Solicitaron la intervención de representantes del  para hallar una solución al conflicto.

Denuncian invasión de terrenos privados por parte de Corpoelec en Guacara

corpoelec

 

Luego del anuncio realizado en días pasados y publicado en algunos medios de comunicación  de circulación regional, donde el director nacional del Centro Nacional de Despacho de Corpoelec, Rafael Castillo, anunciaba mejoras en la planta de emplazamiento de generación Guacara, dueños del terreno denunciaron, a través de una nota de prensa,  la toma ilegal de estos espacios.

Hector Tortolero, representante jurídico de la empresa dueña del terreno Thrifty Rent a Car, C.A, asegura que, luego de la adquisición de los espacios a principios del año 2009 se procedió a realizar la documentación necesaria ante los distintos organismos competentes.

“El 16 de noviembre de 2009 se premisa ante la alcaldía del municipio Guacara el anteproyecto para un urbanismo industrial, asimismo el 14 de mayo del 2010 la misma empresa Corpoelec a través de un oficio aprueba la permisología requerida ante este organismo, la cual fue renovada en fecha 12 de noviembre del mismo año”

Tortolero asegura además que los requerimientos para la factibilidad de servicio ante Hidrocentro y el ministerio de ambiente fueron entregados y aprobados durante el año 2010, “con esto se constata que la hidrológica del centro y el organismo ambiental admiten una propiedad privada sobre estos espacios”.

Para el mes de octubre del 2010, a través de un oficio, la alcaldía de Guacara permite el cercamiento del complejo industrial y en el mismo se estipula que “la oficina regional del instituto nacional de tierras que especifica que los terrenos del lote 613 no tienen vocación agrícola sino industrial y están fuera de la poligonal afectada por el decreto presidencial 5378 de 15 junio del 2007 por lo que puede la Alcaldía destinarlo al uso del plan de desarrollo urbano local”

Para finales del mes de enero del año 2011 la Corporación Eléctrica (Corpoelec), ocupa la totalidad del terreno (unas 10 hectáreas) para la construcción de la planta de emplazamiento de generación eléctrica Guacara.

Asegura que existe una dualidad por parte del Inti al otorgarle el comodato a la estatal eléctrica y darle además la autorización al ayuntamiento para que disponga de estos terrenos.