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Gobierno despliega contingentes militares para vigilar tomas de agua del Ávila

ANTE AVALANCHA DE USUARIOS que acuden a las fuentes naturales del parque nacional Ávila para abastecerse de agua, el gobierno nacional prácticamente ha militarizado varias de las principales tomas a las faldas del cerro capitalino.

A lo largo de la Cota Mil, y más específicamente a la altura del distribuidor Altamira, un contingente de la Guardia Nacional ha sido apostado para “organizar” las colas que hacen sedientos caraqueños que, tras varios días sin el preciado líquido, acuden a estas fuentes para abastecerse de un poco de agua.

A los graves problemas de suministro de agua que padece desde hace varios años Caracas, se suma la total caída de los sistemas Tuy que suplen del líquido a la capital, ello como consecuencia del apagón que desde el pasado jueves 7 de marzo mantiene a millones de venezolanos sin servicio eléctrico.

Igual situación de aprecia en el llenadero de Sebucán, donde se abastecen camiones cisterna que llevan agua a diferentes comunidades de Caracas.

En un intento de dar la sensación de controlar la situación, el ministro de Ecosocialismo, Heryck Rangel, informó que mantienen activados puntos de aprovechamiento de agua en parques nacionales y recreacionales para apoyar los planes de suministro de agua a las comunidades ante la contingencia eléctrica.

“Hemos identificado siete caídas de agua en Caracas para su aprovechamiento”, indicó el ministro en entrevista en Venezolana de Televisión.

Por su parte, la alcaldesa del municipio Libertador, Erika Farías, señaló este lunes que una vez se normalice la crisis que padece el sistema el eléctrico nacional, el servicio de suministro de agua potable tardará al menos 24 horas para proveer a los ciudadanos de la capital.

No hay detenidos por los siete asesinatos en la Gran Sabana

SIETE MUERTOS Y DECENAS DE HERIDOS se han contabilizado hasta el 6 de marzo, como consecuencia de las arremetidas militares del régimen entre el 22 y 23 de febrero en Kumarakapay y Santa Elena de Uairén, en el municipio Gran Sabana del estado Bolívar. De los más de 60 detenidos, ninguno ha sido por los asesinatos cometidos a manos de funcionarios del Ejército y la Guardia Nacional.

El Ministerio Público designó a cuatro fiscales para investigar estos crímenes: fiscal 91 indígena, 54 con competencia plena, segundo de derechos humanos y sexto de delitos comunes. Sin embargo, hasta ahora no hay ni un funcionario militar apresado.

Este miércoles la Asamblea Nacional debatió sobre los hechos ocurridos al sur de Bolívar, donde se han contabilizado cuatro pemones asesinados (tres de ellos de la comunidad Kumarakapay) y otros tres criollos, luego que militares les dispararan.

“El día 22 de febrero, los pemones fueron atacados, mataron a una mujer (Zoraida Rodríguez), hubo 14 heridos, los diputados nos dirigimos al hospital, los heridos fueron llevados a Boa Vista, en Brasil, porque en el hospital no tenían cómo atenderlos”, recordó la diputada Gladys Guaipo.

Fueron al menos 20 lesionados los trasladados hasta Boa Vista y Pacaraima. Entre el 27 de febrero y el 3 de marzo murieron tres de ellos: Kliver Pérez (27 de febrero), Rolando García (2 de marzo) y Jorge González (3 de marzo). Los dos primeros eran pemones de Kumarakapay, víctimas del ataque del Ejército la madrugada del 22 de febrero.

Rolando García, además, era esposo de Zoraida Rodríguez, la primera víctima de ese día. Jorge González era oriundo de Upata, municipio Piar, y resultó herido en los hechos del 23 de febrero en Santa Elena de Uairén, poblado al que había viajado para comprar un repuesto del carro.

“A los indígenas no les perdonan que tengan una pancarta que diga presidente Juan Guaidó en la entrada de la comunidad. No les perdonan su resistencia al saqueo del oro en sus tierras (…) ellos heredaron la difteria, paludismo, sarampión, sida, enfermedades que no eran registradas en la Gran Sabana y el pueblo pemón. Quienes usurpan el poder quieren usurpar las tierras de los pemones para saquear sus tierras. El alcalde Emilio González es perseguido, tiene orden de captura, está a punto de ser destituido, están buscando la forma, así como persiguen a los capitanes indígenas que se han rebelado contra la narcodictadura”, denunció el diputado Américo De Grazia.

La diputada Olivia Lozano, quien junto a otros 14 parlamentarios estuvo en Santa Elena de Uairén, recordó que “esta no es la primera vez que sucede una masacre, ha habido muchas en el estado Bolívar. En Santa Elena de Uairén, el ministerio de propaganda del régimen se ha declarado defensor de los indígenas, pero es solo una pantomima”.

“Quieren destruir la voluntad del pueblo, los quieren aniquilar. Hoy (6 de marzo) la frontera sigue cerrada, sigue la persecución, Justo Noguera quiere tomar a la fuerza ese pueblo, pero jamás tendrán control de la tierra ancestral. Es una masacre continuada la que se está dando en Santa Elena de Uairén y el sur de nuestro país, más de 10 días que no reciben alimentos en la zona”, intervino el diputado Ángel Medina.

Mientras la frontera con Brasil sigue cerrada, al igual que la vía a la altura del Fuerte Escamoto en Santa Elena de Uairén, la población se ha mantenido en zozobra por la militarización del pueblo. Niños que estudian en Pacaraima tampoco han podido asistir a clases. En territorio brasileño quedan venezolanos varados, a la espera de poder ingresar a Venezuela.

Represión en febrero dejó 7 asesinados, 107 detenidos y 58 heridos de bala

LA ONG FORO PENAL VENEZOLANO publicó un informe especial del mes de febrero de este a sobre la represión en Venezuela, donde denuncia cómo el Estado utiliza mecanismos de represión para criminalizar a quienes discrepan sus políticas.

Este informe aborda la represión de los días 22 y 23 de febrero de 2019, como consecuencia del intento de ingreso de ayuda humanitaria a Venezuela.

El saldo total fue de 107 personas detenidas en todo el país y el reporte de un número importante de desaparecidos. Siete personas fueron asesinadas, cuatro en el estado Bolívar, pertenecientes a la etnia pemón; mientras que 58 es la cifra reportada de personas heridas de balas en todo el país.

La mayor represión política ocurrió en las poblaciones San Antonio y Ureña, en el estado Táchira, frontera con Colombia; así como en el municipio Gran Sabana del estado Bolívar, frontera con Brasil. Esto se produjo como consecuencia del bloqueo al ingreso de los camiones con ayuda humanitaria, desencadenando una serie de acciones sistemáticas de represión, a manos de los cuerpos de seguridad del Estado por grupos civiles armados, mejor conocidos como colectivos.

De los 58 heridos de bala, 15 fueron reportados en San Antonio del Táchira y 43 en el estado Bolívar, de los cuales 17 pertenecen a la etnia indígena pemón.

Asimismo, se reportó un número importante de personas heridas por perdigones, bombas lacrimógenas, metras, contusiones y heridos por armas blancas en varios estados del país.

Los cuerpos de seguridad actuantes fueron la Guardia Nacional (GN), el Ejército, Policía Nacional Bolivariana (PNB) y el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin).

Para la fecha de cierre de este informe, el Foro Penal reportaba que continuaban las arremetidas y persecuciones por parte de los cuerpos de seguridad en los estados fronterizos. De acuerdo con las investigaciones, en la Gran Sabana existe una situación de emergencia porque muchos miembros del pueblo pemón se han visto obligados a huir de sus casas, y en vista del cierre de frontera con Brasil han tenido que caminar por días con niños y ancianos a través de trochas o caminos informales para reguardar sus vidas en Brasil.

El 28 de febrero de 2019 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos solicitó al Estado venezolano que adopte medidas de protección en favor de los indígenas pemones, esto como respuesta a una solicitud del Foro Penal.

Igualmente se verificó la irrupción violenta en hogares y establecimientos, sin orden de allanamiento ni de detención en los municipios por donde se esperaba ingresara la ayuda humanitaria. También se reportó la irrupción violenta y el asalto por parte de civiles armados en el Hotel Anaconda en Santa Elena de Uairén, donde se encontraba parte del personal del Foro Penal, quienes debieron abandonar el lugar y huir para salvaguardar su integridad física.

Detenciones arbitrarias
De acuerdo con el informe del Foro Penal, los estados con más arrestos arbitrarios fueron Bolívar donde se dieron 57% de los arrestos, Táchira con 18,69%; Zulia con 14% y Anzoátegui con 7,47% de los arrestos.

De los presos en la Gran Sabana, 16 personas pertenecen a la etnia pemón, hay cuatro menores de edad entre 14 y 16 años y una mujer indígena. Todos los detenidos fueron llevados al Fuerte Escamoto y hasta la fecha, 30 de ellos quedaron privados formalmente de libertad.

La ONG Foro Penal denuncia que la represión se ha incrementado en términos generales a nivel nacional, sobre todo en los estados fronterizos. Igualmente señala que la persecución se mantiene contra esta comunidad indígena y señalan que el 27 de febrero fueron detenidos otros tres indígenas pemones, durante la toma del aeropuerto de Santa Elena de Uairén, a cargo de la GN.

Entre las irregularidades también se denuncia que a los detenidos se les impidió elegir a sus defensores y abogados y se les forzó a aceptar la defensa pública.

EL RÉGIMEN DE NICOLÁS MADURO había ordenado el bloqueo de los puentes fronterizos con Colombia para evitar el ingreso de la ayuda humanitaria a Venezuela.

Hasta la fecha, la GNB había acatado las órdenes del régimen y se habían mantenido vigilantes en la zona fronteriza para evitar que ingresara algún ente desde Colombia.

Sorprendió cuando dos tanquetas de la Guardia Nacional Bolivariana, arremetieron contra las barreras que había colocado el régimen en el Puente Internacional Simón Bolívar, abriendo paso por dicha vía.

Cabe destacar que luego de esto, los funcionarios a cargo, que serían tres militares, se entregaron a las autoridades colombianas.

 

Yanet Fermín, diputada de la Asamblea Nacional por el estado Nueva Esparta, informó la tarde de este jueves que fueron liberados del destacamento 441 de la Guardia Nacional Bolivariana en Carabobo.

GNB detuvo autobús de parlamentarios en Tazón para revisarlo

EFECTIVOS DE LA Guardia Nacional Bolivariana (GNB) detuvieron a autobuses, en que se trasladaban los diputados a la Asamblea Nacional, hacia la frontera en Cúcuta para revisarlos.

Los parlamentarios y Juan Guaidó, presidente interino de Venezuela, salieron en la mañana de este jueves hacia Cúcuta para el ingreso de la ayuda humanitaria al país.

 

Tasa de hacinamiento en centros de detención preventiva aumentó a 314%

CON EL PROPÓSITO DE CONTRIBUIR EN LA DEFENSA y protección de los derechos humanos de las personas privadas de libertad, Una Ventana a la Libertad (UVL), presentó el informe Anual 2018 sobre la situación de los derechos humanos de los y las personas privadas de libertad en los Centros de Detención Preventiva en Venezuela, en medio de la situación de emergencia humanitaria compleja que vive el país.

El documento da cuenta de la labor de monitoreo del cumplimiento o violación de varios derechos humanos seleccionados como fundamentales, para personas privadas de libertad en 174 CDP – 88% de tipo civil y 12% de tipo militar-, ubicados en la Gran Caracas y los estados Anzoátegui, Aragua, Bolívar, Carabobo, Falcón, Guárico, Lara, Mérida, Miranda, Monagas, Nueva Esparta, Táchira, Vargas y Zulia. El informe deja constancia de las múltiples y agravadas situaciones que se constituyen en violación de derechos humanos no sólo de las 16.719 personas detenidas, sino de sus familiares y allegados, por extensión.

Combinando información de tipo cuantitativa y cualitativa, el balance del 2018 presentado por UVL abarca cuatro dimensiones: Infraestructura y demografía; Institucional; DD.HH. a la vida, libertad e integridad personal de las personas detenidas en los CDP; DD.HH. a la salud, alimentación e higiene de las personas detenidas en los CDP.

Dimensión infraestructura y demografía

Para el momento del trabajo de campo se contabilizaron en los centros monitoreados por UVL 16.719 personas detenidas con una capacidad instalada para unas 5.332 personas, lo cual indicauna tasa de hacinamiento promedio de 314%. Si se compara la tasa de hacinamiento promedio, a nivel nacional, calculada por Una Ventana a la Libertad en el informe correspondiente al I semestre de 2018, respecto a este informe anual 2018, se aprecia un incremento de 271% a 314%, 43 puntos más. Los estados que presentan las mayores tasas de hacinamientos en sus CDP son Falcón con un 853%, Anzoátegui con un 661% y Zulia con el 484%.

La precaria infraestructura que hoy está sirviendo de asiento a los 174 CDP monitoreados durante el año 2018, que albergan un 92% de hombres y un 8% de mujeres, la dibujan los siguientes datos: El 49% no cuenta con servicio de agua potable; el 33% no cuenta con servicio de recolección de basura; el 100% no cuenta con área y servicio médico; el 98% no cuenta con comedor; el 33% no cuenta con baños, duchas, iluminación; el 100% no cuenta con servicio de lavandería; el 95% no cuenta con áreas recreativas/deportivas; el 77% no cuenta con áreas de visita; el 73% no cuenta con áreas para mujeres detenidas; el 99% no cuenta con áreas especiales para la población LGBTIQ; el 100% carece de consideraciones en caso de alguna discapacidad; el 99% no cuenta con áreas especiales para adolescentes.

El equipo de investigación de UVL logró detectar a 425 personas detenidas de nacionalidad extranjera. Sobre el estatus legal de todos los detenidos, el estudio indica que es complejo obtener la data pues las autoridades se manejan con mucha reserva al respecto. Los investigadores pudieron conocer 1132 casos de personas ya sentenciadas, 7% del total de detenidos para el momento del trabajo de campo, que no habían sido trasladas a centros penitenciarios y unos 7730 procesados (46%). Del resto no fue posible confirmar información.

No ha habido inversiones ni ejecución de una política pública avocada ni a mejorar las condiciones de reclusión en estos calabozos, ni a crear centros para procesados judiciales. De hecho, podemos señalar que ocurrieron 70 fugas durante este año, de las cuales se evadieron 470 detenidos, posteriormente, pudieron ser recapturados 105 evadidos, es decir, apenas el 22%.

Dimensión institucional

En la mayoría de los CDP monitoreados, las normas de funcionamiento oficial dependen del cuerpo de seguridad que lo rige: policías municipales, estadales o nacional, Cicpc, GNB, Sebin, Dgcim. No existe ningún reglamento preestablecido o por escrito en ningún comando o sede policial.

“Las principales normas que actualmente están en funcionamiento y hacen cumplir las autoridades, siempre en tensión con los reclusos, son las aplicadas a las visitas de los familiares de los detenidos en lo relativo a quiénes pueden entrar, en cuáles horarios, durante cuánto tiempo, en cuál lugar, qué atuendo les es permitido llevar, así como, pases y requisas para el ingreso de insumos como alimentos, agua, medicinas, vestido, productos de higiene, enseres para dormir, etc…

En esta dimensión quedó claro que los oficiales abandonan su trabajo de calle, de investigación o patrullaje para cuidar detenidos en los abarrotados calabozos de los CDP y lo hacen sin haber recibido mínima formación, entrenamiento o talleres previos para el manejo o cuidado de un reo. El Ministerio para el Servicio Penitenciario desconociendo sus atribuciones en la materia hace visitas esporádicas, no para evaluar o apoyar a los funcionarios policiales, si no para escoger al recluso que se llevará a los penales “con régimen”, indica el documento.

En la dimensión DDHH a la vida, libertad e integridad personal

En total se registraron 305 muertes, muchas de las cuales pudieron ser evitadas si no existiesen índices tan altos de hacinamiento y unos niveles de violencia, que no han sido controlados. Además del registro de los 105 fallecidos en motines como la primera causa de muerte violenta en los CDP, aparecen otras causas de muerte violenta como las riñas entre reclusos -30 fallecidos-, las muertes producidas por intento de fuga -10 fallecidos-, las muertes por enfrentamiento durante la recaptura – 20 fallecidos-, además de dos muertes por suicidio y cuatro por causas desconocidas.

La tuberculosis es la responsable del 38% de las muertes en los CDP monitoreados por UVL y es consecuencia directa del hacinamiento en el cual se encuentran los reclusos. De las 117 muertes a causa de esta enfermedad, el 71% se produjo en el segundo semestre del año, siendo los estados Zulia y Lara los que registraron la mayor tasa de mortalidad a causa de esta enfermedad

En el 32% de los CDP monitoreados, los familiares de los reclusos, reportaron el uso de medidas disciplinarias que incluyen suspensión de las visitas, suspensión de la entrada de alimentos, golpes, palizas, sometimiento por “pranes” con autorización de los custodios y torturas.

En la dimensión DDHH a la salud, alimentación e higiene

Quedó claro el Estado venezolano vulnera el derecho a la alimentación de los detenidos, al no suministrarles alimentos. De ninguna manera se ofrece de manera oportuna, ni servicios ni atención médica a las personas recluidas en los CDP. Casi siempre se actúa cuando ya la situación es límite.

Las familias de los reclusos están siendo severamente castigadas en los hechos, prácticamente penadas, pues ante el derrumbamiento institucional, deben asumir unas cargas que les exceden, intentando suplir fallas estructurales y que se aprecian en esfuerzos como los de llevar hasta el agua potable, para diversos usos, a sus familiares privados de libertad.

A modo de reflexión

Este informe anual 2018 se enmarca en una historia de fracasos acumulados en la gerencia del sistema penitenciario en Venezuela, agravada por la Emergencia Humanitaria Compleja que vive el país que afecta con mayor voracidad a los grupos más vulnerables, entre los que se encuentran los privados de libertad. Urge invertir en el área y diseñar, ejecutar y supervisar, a nivel nacional, acciones dirigidas a descongestionar los CDP, las cuales respondan a principios de protección a los derechos humanos contemplados en instrumentos jurídicos nacionales e internacionales. Apoyarse en la cooperación y asistencia técnica que sea necesaria al respecto.

Una Ventana a la Libertad invita al debate en este tema proponiendo algunas reflexiones propositivas, dirigidas a las autoridades con competencia en materia carcelaria y a la sociedad en general, como una contribución desde la sociedad civil organizada comprometida con la defensa, vigencia y revitalización de la democracia y el estado de Derecho en Venezuela.

 

Enfrentamientos entre manifestantes y funcionarios en Los Mecedores se extendieron hasta la noche

Aproximadamente 300 efectivos de la Guardia Nacional (GN) y la Policía Nacional Bolivariana (PNB) se encuentran en la entrada de la Cota Mil con equipos antimotín, a propósito de la manifestación registrada en el sector Los Mecedores, en Caracas.

Los funcionarios intentaron contener una segunda protesta de vecinos, quienes trancaron las principales vías de acceso en rechazo a las agresiones sufridas más temprano.

Los habitantes denuncian uso excesivo de la fuerza por parte de la GN y la PNB, quienes han accionado múltiples bombas lacrimógenas y perdigones para frenar a los manifestantes. También reportan que para las 7:45 de la noche, un concejal del municipio Libertador, acompañado de miembros del Estado Mayor de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) rondaron la zona en motos, amenazando con retirar el beneficio de la bolsa de alimento a aquellos que hayan participado en las protestas.

De manera extraoficial, se conoció que cerca de las 8:30 de la noche, una mujer falleció luego de recibir un disparo en la cabeza por sujetos desconocidos cuando salió a botar la basura en el barrio 11 de Agosto de Cotiza.

Posteriormente, se registraron fuertes cacerolazos en las zonas aledañas de La Pastora y Puerta Caracas, que más adelante se extendieron por toda la ciudad, al igual que los focos de protestas y barricadas.