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Gerardo Antonio Díaz Barroso

La carrera delictiva de los venezolanos capturados con droga en La Romana
Piloto que llevó la droga a Dominicana estaba en el radar de las policías internacionales. Carlos Luis Justiniano Núñez estuvo en el origen de un escándalo que desembocó en un golpe de estado en Guinea Bissau. Su futuro se decide en un juzgado de La Romana
El copiloto para esta oportunidad fue Jorge Luis Henríquez Villalba fue investigado por un incidente con una aeronave con presunta droga en Falcón, en 2008
Gregory José Frías Urbina y Gerardo Antonio Díaz Barroso están vinculados a organizaciones delictivas del estado Zulia
Los 5 hombres fueron incluidos en la lista de alerta roja de Interpol el jueves

 

@javiermayorca

EL GRUPO DETENIDO EL JUEVES 24 DE MARZO en La Romana tras el hallazgo de 359 kilos de cocaína en una avioneta procedente de Venezuela es una mezcla de individuos con larga trayectoria en el mundo de las drogas y otros que apenas comenzaban a dar sus primeros pasos en esa actividad.

De los apresados por agentes de la Dirección Nacional contra Drogas de República Dominicana destaca el capitán de la aeronave siglas YV2708, Carlos Luis Justiniano Núñez. Con 55 años de edad, este hombre estaba en el radar de las policías antidrogas de Gran Bretaña y Estados Unidos desde 2008. En julio de ese año, el venezolano fue el copiloto de un jet Gulfstream II que voló desde el aeropuerto José Antonio Anzoátegui de Barcelona hasta el terminal aéreo de Bissau, en África Occidental, con una carga que, según estimados de la agencia británica contra el crimen organizado (SOCA, por sus siglas en inglés), fue de 2 toneladas y media de cocaína.

En aquella oportunidad, sin embargo, la droga nunca apareció. No hubo rueda de prensa para mostrar decomiso alguno. Por el contrario, de acuerdo con documentos policiales, el alijo supuestamente fue descargado por militares guineanos cuando el jet estaba en el interior de un hangar. El aparato con siglas estadounidenses N-351SE tenía en la cola la insignia de la Cruz Roja Internacional. La cocaína, además, iba supuestamente camuflada en cajas de medicinas entregadas como “ayuda humanitaria”. En respaldo, los tripulantes entregaron documentos supuestamente emitidos por el gobierno venezolano.

Un rastreo con perros antidrogas a un vehículo utilizado para el traslado de las cajas confirmó la presencia de sustancias ilegales. Pero el ejército del país africano impidió a la policía  escudriñar en la cabina del avión.

El capitán de esa aeronave era Antonio Carmelo Vásquez Guerra, el mismo que dos años antes condujo un DC9 repleto con 5,5 toneladas de cocaína a Ciudad del Carmen, México. Al igual que su mayor empleador para entonces, Walid Makled, este aviador solía mostrar un carnet que lo acreditaba como comisario de Inteligencia de la Guardia Nacional.

Esta era parte de la “constelación” de Justiniano. Una fuente que ha investigado el caso indicó que este grupo ha continuado sus actividades hasta la actualidad.“El clan sigue trabajando como si nada. No está tocado”, afirmó.

En marzo de 2009, el jefe de las fuerzas militares guineanas, general Batista Tagme Na Wai murió producto de un atentado con bombas. De inmediato, fuerzas leales a él irrumpieron en el palacio de gobierno y mataron al presidente Joao Bernardo Vieira. El control del paso de drogas sería uno de los orígenes de la inestabilidad.

Un informe del Centro Africano de Estudios Estratégicos emitido en junio de 2013 indicaba que la organización para la que trabajaban Justiniano y Vásquez había extendido sus tentáculos a varios países del continente, como Sierra Leona, Ghana, Togo, Benín y Mali. En Gambia, por ejemplo, fueron detenidos y condenados a 50 años de prisión los venezolanos Juan Carlos Sánchez, Juan Carlos Díaz, Esteban Zabala y Eric Bottini. Este último formaba parte de la misma estructura que operaba en Bissau. De hecho, la policía lo identificó como el encargado de pagar el alquiler de un galpón donde fue ocultada la droga llevada por Justiniano y Vásquez. Escapó a la persecución gracias a una advertencia de sus cómplices en el aparato militar de ese mismo país.

Compañeros de vuelo

LaRonama

Según el registro aéreo, el bimotor que llevó los 359 kilos de droga a Dominicana estaba basado en el aeropuerto Caracas de Charallave desde 2010, cuando fue importado desde Estados Unidos. Pero en realidad pasaba la mayor parte del tiempo entre Maturín y Margarita, donde reside el piloto.

El copiloto para esta oportunidad fue Jorge Luis Henríquez Villalba, de 44 años de edad. Su nombre surgió por primera vez en julio de 2008 a propósito de una averiguación de la Fiscalía Nacional con Competencia Aeronáutica relacionada con el siniestro de una Beechcraft 58 en la finca Guaremal de Boca de Aroa, Falcón.

Los dos pasajeros del vuelo a la isla caribeña fueron Gregory José Frías Urbina y Gerardo Antonio Díaz Barroso, respectivamente de 23 años y 38 años de edad. El primero ha sido señalado como un supuesto integrante de la banda Los Pulgas, liderada por Daniel Leal, conocida por participar en un sangriento conflicto con la banda de los Meleán. Su papá, Gregory Frías Quintero, fue ultimado a tiros en mayo de 2009 en el barrio Alberto Carnevalli de Maracaibo.

Su acompañante fue detenido e imputado en 2005 por porte ilícito de arma de fuego y aprovechamiento de cosas provenientes del delito. Lo detuvieron cuando intentaba robar un vehículo junto a otro cómplice. Durante el juicio los fiscales desecharon la imputación por el segundo delito. Díaz Barroso admitió el primero y quedó en libertad por una medida cautelar.

La fiscal de La Romana Reina Yaniris Rodríguez calificó de “importante y trascendente” la detención de los tripulantes y los pasajeros de este vuelo, así como también la del venezolano Jean Carlos Díaz, de 35 años de edad, encargado de trasladar en un vehículo a tres de los implicados. Añadió que hubo “cooperaciones internacionales” durante las pesquisas.

Pero el defensor de este grupo, Valentín Medrano, descartó que la Agencia para el Control de Drogas estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés) haya participado en las averiguaciones.

“La DEA no se involucró directamente en este caso. Cuando eso sucede, para amedrentar a los jueces lo anuncian con bombos y platillos”, afirmó en entrevista telefónica.

No obstante, fuentes consultadas para este trabajo indicaron que la policía estadounidense contaría con informantes dentro de la organización que llevó la droga a Dominicana. Eso explicaría por qué se esperó hasta último momento para solicitar el permiso para el registro de la Cessna 404.

Según la fiscal, la jueza interina Aristida Mercedes Rodríguez emitió por teléfono una autorización verbal a las 2:43 pm del jueves santo. El compromiso tácito era que el documento correspondiente sería emitido con posterioridad. Pero esto no sucedió.

La ausencia del permiso escrito fue invocada por la misma jueza para otorgar la libertad “pura y simple” a los implicados en este caso. Pero la fiscalía y el Gobierno se han negado a acatar esta decisión. Según el abogado Medrano, actualmente los venezolanos permanecen “secuestrados”. De allí la solicitud de un hábeas corpus en favor de los imputados, quienes permanecen recluidos en un retén anexo al tribunal de La Romana.

Ni tan flagrante

El hallazgo de los 359 kilos de cocaína se produjo cuando todos los tripulantes y pasajeros habían abandonado la cabina del bimotor. El aparato ya estaba estacionado frente a la terminal de La Romana.

Según Medrano, los pasajeros ya habían salido del aeropuerto eran llevados en el auto conducido por Díaz hacia San Pedro de Macoriz. Entonces, recibieron una llamada que los obligó a devolverse, y fueron detenidos.

El defensor sugirió incluso que la droga pudo ser “sembrada” para implicar a los venezolanos.

“Me contactaron los familiares de uno de los detenidos. Cuando fui a donde ellos estaban les dije que debido a la situación tenían que prepararse para quedar presos. Luego ví las violaciones al derecho y dije que eso no podía quedar así”, declaró.

Según el registro aéreo de la FAA estadounidense, la avioneta perteneció hasta 2010 a una empresa inscrita en la ciudad de Doral, Florida, llamada Airway Services LLC. En mayo de ese año fue desincorporada de la base de datos de ese país debido a su exportación a Venezuela. Desde entonces, ha estado a nombre de la compañía venezolana Max Mart Servicio 2009, que hace vuelos chárter o por encargo.

Búsqueda internacional

El jueves Interpol incorporó en su listado de notificaciones rojas (búsqueda y captura internacional) a los cinco venezolanos detenidos en Dominicana. Las fichas correspondientes indican que a todos ellos les imputan los delitos de tráfico de drogas y asociación para delinquir.

El abogado Dionisio Báez declinó emitir comentarios sobre esta decisión. Indicó que existen rumores sobre la participación de la Agencia para el Control de Drogas de EEUU (DEA) en la investigación. Pero aclaró que todos los procedimientos han sido practicados por policías dominicanos.

Báez forma parte de un grupo de tres abogados privados que defienden a los venezolanos. Dijo que las incidencias en los tribunales podrían extender hasta la semana entrante una decisión sobre el hábeas corpus.

Indicó que la avioneta siglas YV2708 permanece estacionada en el aeropuerto de La Romana. Aclaró que hasta el momento ningún funcionario diplomático se ha acercado al centro de detención para «ofrecer una mano amiga» a los venezolanos.

 Justiniano

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Alta presión

*El Procurador General de República Dominicana Francisco Domínguez Brito dijo que la decisión de la jueza de La Romana envía “un pésimo mensaje en la lucha contra el narco”. Domínguez tenía ocho días sin usar su cuenta Twitter. Añadió que “mientras algunos actores del sistema de justicia sean complacientes y extremadamente laxos, el narco seguirá usando al país como puente”.

*El expresidente dominicano Hipólito Mejía señaló a propósito de la libertad conferida a los cinco venezolanos que la justicia de su país está “peor que una pocilga”.

*Según el diario estadounidense El Nuevo Herald, el gobierno venezolano envió a un equipo de la Cancillería para asistir a los cinco detenidos por este caso.