Fuerza Aérea

La periodista Sebastiana Barráez destacó que la Aviación Militar ha sido afectada por la “injerencia” de oficiales y civiles extranjeros de países como Rusia, Irán y Cuba

La falta de inversión en tecnología, mantenimiento y preparación de pilotos forman parte de los problemas que sufre el cuerpo de la Aviación Militar

En el primer centenario de la Fuerza Aérea Venezolana, el componente de la FANB ha generado el rechazo y las críticas por polémicos actos públicos

@Andrea_GP21

La Aviación Militar Bolivariana, considerada como el componente más técnico de la FANB, parece estar volando con mucha turbulencia y celebra su primer centenario de existencia como Fuerza Aérea plagado de polémicos actos públicos.

Según la periodista Sebastiana Barráez, especialista en la fuente militar, la Aviación es un componente “mucho más pequeño que el Ejército y la Guardia Nacional, pero el nivel de preparación profesional del integrante de la Aviación es muy exigente”.

Desde que se realizó el acto de instalación de la Escuela de Aviación Militar el 10 de diciembre de 1920, se consideró ese día como el inicio de la aviación militar en Venezuela. En 1946 se crearon las Fuerzas Aéreas Venezolanas, con el mismo rango y condición a la que tenía el Ejército. Pero mucho ha pasado desde entonces.

Aterrizaje sin luces

Un espectáculo de fuegos artificiales que duró 10 minutos fue la razón para que las redes sociales estallaran de críticas contra la Fuerza Aérea Venezolana, el pasado viernes, 27 de noviembre para celebrar el centenario de este componente de la FANB, ya que Hugo Chávez impuso esa fecha como aniversario del componente para conmemorar el intento del golpe de Estado de 1992.

El evento, que pudo ser escuchado y visto en buena parte de Caracas, ocurrió en la base aérea de La Carlota. Había sido anunciado previamente por Vladimir Padrino López, ministro de Defensa, a propósito de una celebración que hizo la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) por los 100 años de la Aviación.

? ¡Atentos! Más luces de alegría iluminarán nuestro cielo caraqueño. En breves minutos tendremos un regalo para #Caracas por parte de la #FANB, en el marco del #Centenario de la @AmbFanb

— Vladimir Padrino L. (@vladimirpadrino) November 27, 2020

La crítica apuntó principalmente, según los usuarios de Twitter, a que el país está sumido en una crisis humanitaria compleja y los fuegos artificiales son sumamente costosos, además que el espectáculo se prolongó durante varios minutos.

#27Nov | Mientras que en La Carlota gastan miles de dólares en fuegos artificiales, nuestra gente en el zulia está sin luz; los tachirenses están sin gasolina, los yaracuyanos están sin agua, y en sí, toda venezuela está sumergida en una profunda crisis. ¡BASTA DE BURLAS! pic.twitter.com/8AKjRmeJtd

— José Parra (@Josparra2) November 28, 2020

A través de la cuenta de Instagram de Control Ciudadano, observatorio de seguridad, defensa y la FANB, se publicó un comunicado donde se manifestó la crítica de los usuarios en redes sociales por este acontecimiento. “Estamos pasando hambre y trabajo, pero como hay billetes para fuegos artificiales”, comentó un usuario que fue citado en el comunicado.

 

 

 

 

 

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Este evento ocurrió en una semana en la que el bolívar se devaluó más de 20 % frente al dólar estadounidense, desplomando cada vez más la economía nacional.

Componente en crisis

Barráez señaló que la Fuerza Aérea, al igual que los demás componentes de la FANB, está en una situación de crisis, “fundamentalmente desde el recurso humano”.

“La institución castrense en general ha venido siendo afectada por varias medidas, pero una de las más importantes que sufrió la FANB, es cuando Hugo Chávez decretó que los sub-oficiales pasaran a ser oficiales técnicos”, lo que, según señala Barráez, generó enfrentamientos y aristas internas entre oficiales “y causó uno de los daños más graves desde el punto de vista humano a la Aviación.

También, destaca que la FANB tiene áreas desde las cuales su actuación puede evidenciarse. En el caso de la Aviación, señala que lo relacionado a las aeronaves, aviones, helicópteros y la preparación de sus pilotos “es la columna vertebral de esta institución”.

La falta de inversión en tecnología, mantenimiento y preparación de pilotos en la Fuerza Aérea “ha afectado a este componente de manera muy particular, además, un hecho adicional es la injerencia que han tenido en los últimos años tanto oficiales como civiles de otros países, específicamente Cuba, Rusia e Irán en todo lo relacionado, por ejemplo, a la adquisición de equipo y abastecimiento para la institución castrense”.

Condecoración sin argumento

Otro acontecimiento que generó controversia fue una condecoración otorgada por este componente a Paul Gillman, músico venezolano seguidor del oficialismo y marcado por un gran rechazo, el pasado 28 de noviembre.

Gillman fue objeto de múltiples críticas en redes sociales luego de filtrarse imágenes en las vestía un uniforme que muchos catalogaron como alusivo a los “Nazis”.

Desde la perspectiva de Barráez, “se convierte en un acto de agresión contra la institución armada, y sin duda alguna, contra la Fuerza Aérea venezolana”.

#PDCReporta #28Nov | ¡Vestido como un Nazi! Así llegó el rockero venezolano Paul Gillman a recibir una condecoración por parte de la Aviación. pic.twitter.com/9mLBxf7PLU

— PuntoDeCorte (@Punto_deCorte) November 28, 2020

A juicio de la Barraez, esta “agresión” no ocurre únicamente no hay una “razón de ser para condecorar a esta persona, sino que además, él se presenta con un disfraz ofensivo a recibir esta condecoración, sin ningún tipo de respeto por los protocolos que deben existir a la hora de presentarse ante las autoridades de la Fuerza Aérea”.

Considera que este acto pudo haber sido “intencional”, como también lo fue, según señala, que se hagan públicas las fotografías de un teniente coronel como Alexander Granko Arteaga, presentándose a la Academia de la Guardia Nacional “con una colita y vestido de civil informal, también a recibir un homenaje, en este caso es mucho más grave, porque Granko Arteaga es un oficial de la Fuerza Armada”.

En tal sentido, considera que aunque Gillman sea un civil, “debe respetar los parámetros establecidos y darle la seriedad, formalidad y majestuosidad que debe tener un evento relacionado con la FANB”.

Silencio ante actos bochornosos

Al ser consultada por este medio sobre si los altos mandos de la Aviación aprobarían eventos como la condecoración a Gillman o un show de pirotecnia en medio de la crisis, Barráez consideró que solo el hecho de mantener silencio se puede tener la certeza de que no solo fue aprobado. “Es que lo asumieron con una acción de complacencia, de satisfacción”.

Asimismo, señala que uno de los grandes problemas de la Fuerza Armada es que a los altos mandos militares “han llegado oficiales que no cumplen con los requisitos mínimos para haber ascendidos a rangos tan altos”, destacando que muchos de ellos han tenido carreras “mediocres” y que en algunos casos solo han llegado a tener esos lugares “por su condición de lealtad a la revolución bolivariana”.

“Esos eventos en particular también hay que colocarlos sobre una situación que es muy particular: el día de la Fuerza Aérea Venezolana es el 10 de diciembre, históricamente se determinó ese día como de la Aviación. Lo que sucede es que cambiar la fecha para tratar de darle un piso de legitimidad a lo que fue el 27 de noviembre también fue un acto que Hugo Chávez hizo contra la Fuerza Aérea, porque convirtió el día de la Fuerza Aérea al que recuerda como un intento de golpe, es decir, cuando las armas de la república que la Constitución le da a los militares fueron usadas para tratar de derrocar un presidente legal y legítimo en el poder”.

Considera que el hecho de cambiarle la fecha al día de la Aviación, en sustitución al 10 de diciembre, “es también una ratificación de las acciones que se cometen desde las instancias del Poder Ejecutivo contra la Fuerza Armada, específicamente contra la Aviación Nacional”, concluyó.

En aquel intento de golpe participaron civiles y militares. Los nombres más destacados fueron Hernán Grüber Odremán, Luis Enrique Cabrera Aguirre, Luis Reyes Reyes, Francisco Visconti Osorio; y los partidos políticos Bandera Roja y Tercer Camino.

Desde el año 1992 la Aviación se ha visto envuelta en varias polémicas, como su participación en la intentona de golpe contra Carlos Andrés Pérez; el asesinato del estudiante David Vallenilla (22 años), perpetrado por un sargento primero en la Base Aérea de La Carlota; así como por la declaración del general Francisco Esteban Yánez Rodríguez, quien en 2019 hizo un llamado a los miembros del sector castrense a desconocer a Nicolás Maduro y a mostrarle su lealtad al presidente encargado Juan Guaidó, causando el rechazo de oficiales de la FANB y el oficialismo.

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Cuatro militares, entre ellos un general de brigada de la aviación, y dos policías de Aragua fueron asesinados la madrugada de este sábado 4 de mayo en la vía de Guacamaya, sector Tucupido, municipio Zamora del estado Aragua.

Según el boletín policial, los uniformados habrían acudido a verificar una situación irregular en la finca militar “Arenales“, ubicada en Magdaleno. Cuando iban hacia La Guacamaya, habrían sido emboscados por un  grupo armado.

En el enfrentamiento resultaron fallecidos el GB (AMB) Jackson Alexis Silva Zapata, director de la Escuela de Formación de Tropas Profesionales (Efotrop), de la Aviación Bolivariana de Venezuela, y tres funcionarios militares más  que  aún están por identificar.

Asimismo, murieron los funcionarios de la policía de Aragua, Bruno Benavides y Jesús Arraiz Jesús.

Los heridos fueron identificados como Mayor (AVB) Jaire Buitriago, Sup (PBA) Manuel Balsa, Oficial (PBA) Oswaldo  Señorelys, y otro ciudadano que está por identificar. Algunos de los heridos fueron recluidos en hospital de La Ovallera, mientras que otros fueron trasladados al hospital militar de Maracay. 

Aunque todavía el suceso está en plena investigación, se informó que los efectivos militares y policiales fueron atacados por  delincuentes de la zona con armas largas. Pidieron más apoyo y llega al sitio otra comisión que también fue emboscada. No se descarta que el hecho esté vinculado con la  delincuencia organizada y bandas armadas que existen en esa zona. Sin embargo, en el boletín policial señalan que  “hubo un atentado terrorista a los efectivos militares”.

Comisiones de las Faes, Cicpc, GN, y Sebin, ya se encuentran en el lugar de los hechos para iniciar las investigaciones y dar con el grupo armado que emboscó a los militares y policías. 

#4May El Gral Silva Zapata,dtor de EFOTROP acudió con una comisión de al menos 25 efectivos para dar apoyo a militares que resguardaban Hacienda Arenales en Magdaleno. De regreso a #BAEL a las 2 am fueron emboscados en Guacamaya por grupo armado. Extraoficialmente hay 3 heridos . pic.twitter.com/K1zFoSESiS

— Gregoria Díaz (@churuguara) May 4, 2019

Asesinado GB (Av) Jackson Silva Zapata, herido el Brig/May (EFOTROP) Rodrigo Buitriago. Por confirmar la condición del resto de la comisión que resguardaba Hacienda Arenales

Lugar: Carretera Magdaleno Palo Negro, edo. Aragua.

Se presume perpetrado por delincuencia organizada

— Rocío San Miguel (@rociosanmiguel) May 4, 2019

Desde el año 2000 al presente se han registrado 72 accidentes aéreos militares y más de 160 muertes relacionadas a dichos casos en Venezuela; según la asociación civil Control Ciudadano que contabilizó los incidentes de los últimos 18 años en cada uno de los componentes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).

La mayor cantidad de accidentes ocurrieron en el estado Aragua, con 10 incidentes, seguido del estado Amazonas y el estado Zulia. Los incidentes han ocurrido en su mayoría en la Base aérea El Libertador, en Palo Negro, estado Aragua.

El componente que registra mayor cantidad de accidentes es la fuerza aérea venezolana, con 48. Seguido de la Guardia Nacional, con 10, y la Armada y el ejército, ambos con 7 accidentes.

El último incidente registrado ocurrió el pasado 31 de mayo de 2018 donde perdió la vida la Teniente de Fragata Orianna Sinclair Rincones después de la precipitación de un Helicóptero de la Armada Bolivariana. El ministro Vladimir Padrino López  ordenó la investigación del caso a través de un comunicado “a fin de iniciar las averiguaciones correspondientes con el objeto de determinar las posibles causas”.

Según Rocío San Miguel, presidenta de Control Ciudadano, muchos de estos accidentes han sido ocasionados por graves problemas de mantenimiento, falla en la doctrina de entrenamiento por parte de algunos componentes de la FANB e incluso por indisciplina de vuelo. Según la data proporcionada por la institución, al menos 14 de los 72 accidentes ocurrieron por fallas mecánicas.

Control Ciudadano ha venido denunciando los riesgos de permitir que continuarán volando sistemas con graves deficiencias logística. En 2011 solicitaron ante la Asamblea Nacional (AN) que adelantara una investigación para determinar las causas de los accidentes de aeronaves militares venezolanas en los últimos años.

Un aspecto relevante para destacar es el número de accidentes que han ocurrido con helicópteros de la FANB, 24 siniestros en total en estos 18 años, con el saldo lamentable de 92 muertes.

El año 2007 se registró el mayor número de accidentes, 10 en total. Sin embargo, a la fecha, la incidencia de accidentes de aeronaves militares, ha disminuido considerablemente. Tanto que en 2017 no se registró ningún accidente. Control Ciudadano ha observado una curva importante de descenso a partir del 2013, que coincide con la baja operatividad de la FANB.

CON FECHA 14/12/17, mediante orden 4971, el Comandante General de la Aviación Militar Bolivariana (la Fuerza Aérea Venezolana) designó a 7 oficiales de ese cuerpo militar, para crear la línea Aérea de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Quienes desde los cargos burocráticos ya controlan la aviación nacional a través del INAC y los aeropuertos ahora tendrán otro “juguete” para distraerse (¿y distraer recursos necesarios en salud y alimentación?) como han sido las decena$ de compañía$ montada$ para tener contento$ los uniformado$. La línea será presidida por el G/D José Luis Parra Sosa a quien acompañan en su directiva otro general de división, 4 coroneles, un teniente coronel y un mayor. ¿Volará como la petrolera CAMIMPEG?

Si en la cola en la autopista Francisco Fajardo, sentido este, en la entrada a Altamira, alguna vez no han estado demasiado pendientes de los motorizados, quizás habrán notado una imagen curiosa en la fachada de la Comandancia General de la Aviación. Ella muestra a Hugo Chávez, Nicolás Maduro, unas impresionantes aeronaves de combate y una fecha con los colores patrios: 27 de noviembre, la fecha del viernes de esta semana.

El 27 de noviembre es otro día de gloria en el calendario litúrgico del culto revolucionario. No confundir con el Caracazo, que estalló también un 27, pero de febrero. Se trata de otra cuestión que comparte con aquellos momentos de saqueos y represión un carácter tristemente sangriento. Lo que el chavismo celebrará el viernes son los 23 años del segundo intento de golpe de Estado contra Carlos Andrés Pérez.

Seguramente cuando se habla del golpe contra el gocho lo primero que viene a la mente es el difunto comandante con su flamante boina roja y su “por ahora”. Es normal. El 4 de febrero fue, guste o no, la irrupción en la escena pública de uno de los pocos individuos de los que realmente se puede decir que cambiaron los rumbos de Venezuela.

Pero el 27 de noviembre tiene sus propias razones para ser recordado. Para empezar, el número de caídos. Mientras que, oficialmente, el 4 de febrero murieron 14 personas, la segunda intentona terminó con las vidas de al menos 171.

Los militares alzados estaban vinculados al Movimiento Bolivariano Revolucinario-200 (MBR-200), la logia conspiradora que Chávez fundó una década antes. Pero, mientras que los golpistas del 4 de febrero pertenecían sobre todo al Ejército, el 27 de noviembre cobraron protagonismo oficiales de la Armada y la Fuerza Aérea. Además había algunos civiles.

Por eso hubo plomo en tierra y también dese el aire. A los insurrectos no les importó que las calles de Caracas, como cualquier día, estuvieran atestadas de civiles. Llevaron a cabo el plan de abordar unos aviones que rompieron la barrera del sonido y bombardearon varios puntos estratégicos de la capital, incluyendo los alrededores de Miraflores. Las cámaras captaron cuando las bombas cayeron frente al palacio presidencial y Sergio Novelli, entonces un reportero novato, narró el suceso con voz entrecortada.

Probablemente el hecho de ese día que mejor quedó grabado en la memoria colectiva fue el asalto de Venezolana de Televisión por un comando de militares alzados, que para entrar mató a unos vigilantes del canal. A la cabeza de los atacantes estaba el entonces teniente Jesse Chacón, el mismo que hace poco salió del ministerio de Energía Eléctrica con la “satisfacción de haber cumplido el deber”. Cito esta declaración porque escribo desde una calle que lleva casi un año sin un solo poste funcionando. Sé que es solo una de pocas en igual condición.

De vuelta a 1992, el golpe fracasó a las pocas horas. Varios de sus cabecillas fueron detenidos. Otros tuvieron mayor suerte y pudieron huir a Perú. Alberto Fujimori, con cuyo gobierno CAP cortó relaciones por el autogolpe que el país andino había experimentado ese mismo año, no dudó en dar cobijo a los venezolanos desertores.

Al igual que sus predecesores del 4 de febrero, los militares de noviembre quedaron libres de cualquier responsabilidad por decisión de Rafael Caldera. Los presos fueron liberados y los exiliados volvieron.

En tiempos de revolución, el golpe del 27 de noviembre se convirtió en otro mito de la versión chavista de la historia nacional. Para el llamado proceso bolivariano es la efeméride del “verdadero nacimiento de la Fuerza Aérea”. Aunque varios de sus máximos líderes han mantenido un perfil relativamente bajo, cada año, cuando llega la fecha, el Gobierno los homenajea como héroes en solemnes actos militares, siempre ricos en proclamas a favor de la causa revolucionaria que violan el carácter apolítico de la FANB, consagrado en la Constitución.

Hasta a un personaje menor de los acontecimientos del 92, el “gordito de la camisa rosada” (que apareció, fusil en mano, en el video que los alzados difundieron por VTV), le ha ido bien. Según el portal Aporrea, en 2007 este individuo fue nombrado presidente del Colegio de Abogados de Yaracuy.

Ahora bien, en este contexto, confieso que me sentí perplejo cuando dirigentes del PSUV denunciaron en febrero de este año que descubrieron un plan en el seno de las Fuerzas Armadas para liquidar al presidente Maduro. La macabra conspiración consistiría en usar aviones brasileños, modelo Súper Tucano, para bombardear Miraflores y otros blancos clave en Caracas. Con su característica vocación por las declaraciones pasionales, la cúpula roja anunció la detención de los militares y civiles implicados.

Después de haber pasado casi un año detenidos, se suponía que los acusados pasaran a juicio a esta semana. José Rafael Urbina, abogado de uno de ellos, ha manifestado que el proceso ha presentado irregularidades, como el nombramiento de un juez accidental a pesar de que había uno que por jurisdicción debía conocer la causa.

Mi perplejidad proviene del hecho de que, por un lado, el chavismo celebra una lluvia de bombas que dejó cientos de venezolanos muertos, y por el otro, denuncia a unos supuestos conspiradores que pretendían hacer exactamente lo mismo. ¿Por qué unos son ángeles y los otros demonios?

Recuerdo claramente a los oficialistas especular con expresión de estremecimiento sobre el hipotético número de víctimas si los complotados hubieran ejecutado su maniobra, motivados por el ciego deseo de acabar con la “revolución”. ¿Y qué hay de las víctimas que sí perecieron aquel elogiado 27 de noviembre? ¿Ellas no cuentan?

Ojo, este texto no busca de justificar ninguna acción golpista. Creo que los venezolanos estamos hartos de eso. Con suerte hemos aprendido la lección sobre los peligros de las aventuras revolucionarias uniformadas. Con suerte, insisto, este contradictorio Gobierno recibirá un escarmiento para nada militar, sino electoral. Entonces la victoria pacífica y civil del 6 de diciembre desplazará al desastre del 27 de noviembre como fecha digna de celebrar.

@AAAD25

HACE MINUTOS ATERRIZÓ en el aeropuerto Simón Bolívar de Maiquetia la primera de 10 aeronaves Beechcraft adquiridas por la Fuerza Aérea Venezolana tal como anunciáramos el pasado mes de octubre.

En nuestra columna en El Universal y nuestro portal www.runrun.es adelantamos la información en exclusiva sobre la compra de varios paquetes de aviones ejecutivos para uso tanto de la Fuerza Aérea como del llamado Grupo 4 perteneciente a la Presidencia de la República.

Como siempre, tanto en el alto gobierno como en los sectores militares prefieren ignorar todas las informaciones que revelen o desvelen los negocios en las compras militares.

Los aviones de fabricación estadounidense llegarán con registro de ese país y es así que el primero de los comprados -con siglas N5049A- aterrizó pasadas las once de la mañana tras haber despegado del aeropuerto de Opa-locka cuatro horas antes.

El segmento de nuestra columna del pasado 4 de noviembre:

«COLITAS AIRLINES». Hace semanas adelanté una información sobre la compra que haría la Fuerza Aérea, de 10 aviones ejecutivos Beechcraft de fabricación estadounidense con «Avionics» de última generación israelí. El precio promedio de cada aeronave por lista es de $ 7.9 millones aunque como es un lote el precio debería ser mucho menor. Sin embargo, la factura que presentaron los intermediarios  es por $88 millones. El compromiso es enviar a los pilotos a entrenarse en la fábrica en Wichita, Kansas. Como adelanto pagaron uno de los aviones mientras que los demás deben estar pagados en el mes que comienza. Los aviones van para el Grupo 5 de la FAB. Esta semana, tras el incidente de la «socialista Nanny armada» en Sao Paulo, nos enteramos que el llamado Grupo 4, perteneciente a la Presidencia de la República, habría encargado 7 aviones -de fabricación israelí- de la empresa Gulfstream Aerospace de Savannah, Georgia, para uso del más alto poder. Dos serían G-280 ($25 millones) para 10 pasajeros y cinco G-150 ($15 millones) para ocho pasajeros. El contrato firmado en el CCCT va de $180 a $400 millones. Otra empresa, la canadiense Bombardier,  podría recibir una orden por siete Lear Jet 45 y estaría en espera de otra  por cinco. Todos los aviones tendrán matricula YV venezolana. Solo dos Falcon de Pdvsa mantienen sigla «N» estadounidense. Muchas preguntas: ¿Para qué compran tantos aviones ejecutivos? ¿No pagarán nunca a las aerolíneas internacionales y se preparan para ese aislamiento comercial? ¿Seguirán recorriendo el mundo de forma menos notoria?; ¿Será que otros rojitos quieren replicar no solo la «Nanny» sino los vuelos de Jaua y no había suficientes aeronaves?  ¿Alguno será regalado a Cuba?.  Silencio total…