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Acnur: Venezuela es el segundo país del mundo con mayor éxodo
Después de Siria, Venezuela es el país con mayor migración por «persecución, violencia, discriminación, guerra y crisis económica, política y humanitaria» 

 

La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) reveló este domingo, 26 de julio, que Venezuela es el segundo país con el mayor éxodo de personas en todo el mundo después de Siria. 

La Acnur señaló que con más de 3,7 millones de migrantes, el país está solo por debajo de los 6,6 millones de Siria y por encima de naciones como Afganistán (2,7 millones), Sudán del Sur (2,2 millones) y Myanmar (1 millón).

La Agencia indicó que la «persecución, violencia, discriminación, guerra y la crisis económica, política y humanitaria» son los principales motivos por los que emigran las personas.

La Acnur también puntualizó que “la paz y la estabilidad en uno de esos países marcarían una enorme diferencia».

El secretario General de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, informó el viernes 24 de julio, que la OEA y la Coalición por Venezuela presentaron un documento con diversas propuestas para mejorar la situación de migrantes y refugiados de Venezuela durante la crisis provocada por la pandemia del covid-19.

Destacó que los países de la región aún deben crear políticas de atención idóneas que permitan a la población migrante de Venezuela integrarse de manera estable y segura a la dinámica social y económica.

 

Cecodap: un millón de niños abandonados por padres migrantes
La llegada del coronavirus a Venezuela provocó que los niños abandonados quedaran aislados de sus profesores y vecinos, quienes a veces son sus únicos medios de subsistencia mientras que sus padres se encuentran fuera del país en busca de un mejor sustento económico

 

Madres y padres venezolanos decididos a encontrar trabajo en otras tierras, así como también alimentos y medicinas que escasean por la crisis en el país, están abandonando a cientos de miles de niños al cuidado de sus abuelos, tías, tíos e incluso hermanos que apenas han pasado la pubertad, según reseña el diario estadounidense The New York Time.

Según un diagnóstico realizado por Cecodap, una organización que desde 1984 trabaja en la promoción y defensa de los derechos humanos de la niñez y adolescencia, los padres migrantes han dejado atrás a casi un millón de niños.

Hay niños que han pasado por el cuidado de abuelos, primos y vecinos, hasta que finalmente terminan solos, ya que quienes los cuidaban migran o desaparecen, indica el portal informativo estadounidense.

«Es un fenómeno que va a cambiar el rostro de nuestra sociedad”, afirmó Abel Saraiba, psicólogo de Cecodap que brinda orientación a los niños venezolanos. »Estas separaciones», añadió Saraiba, pueden debilitar potencialmente a la misma generación que se supone que algún día deberá reconstruir a esta Venezuela en crisis.

“Uno crece rápido”

Esto lo dijo una niña de 9 años llamada Silvany, la sobrina de Aura Fernández, de 38 años, madre soltera que dejó atrás en el estado Zulia a 10 niños, para buscar empleo en la nación vecina. La pariente de Silvany también se fue a trabajar a Colombia en octubre de 2019.

Desde entonces, Silvany y sus primos se han quedado al cuidado de sus abuelos, que están delicados de salud. La alumna de cuarto grado ha asumido muchas de las responsabilidades relacionadas con su hermanito, Samuel, de un año. Lo alimenta y lo arrulla por las noches. “Soy su hermana, pero realmente soy la niñera”, contó.

Las fronteras de países latinoamericanos han sido cerradas por la propagación del coronavirus, lo que aísla a estos niños del resto del mundo y hace que sea imposible que sus padres retornen a Venezuela.

Asdrúbal Aguiar Mar 02, 2020 | Actualizado hace 3 semanas
La globalización de los indiferentes

@asdrubalaguiar

Reza el Éxodo que cuando Moisés bajó con las dos tablas del Testimonio cerca del campamento que reúne a las distintas tribus formantes del pueblo de Israel sacadas de Egipto, “arrojó de sus manos las tablas y las hizo añicos al pie del monte”. El señalado código de la alianza, aun así, sobrevive como expresión de universalidad y unidad trascendentes ante la pluralidad de lo humano y la complejidad del entorno natural, pasados 3500 años.

La crónica recordará, además, que “a la caída del Imperio, cuando los bárbaros echando por tierra las sagradas puertas de la Ciudad soberana…, el Derecho romano no tarda en ser la ley de los vencedores, hiere de muerte al feudalismo, y en el Renacimiento, los nombres de Papiniano y de todos los jurisconsultos antiguos son respetados en las escuelas, porque en ellas se explica, con el fervor de otros tiempos, las máximas y los preceptos legales que Roma dejó como legado precioso en su testamento a los pueblos que vinieron al Mediodía a recibir el bautismo de la civilización”

Pues bien, el filósofo polaco recién fallecido Zigmunt Bauman (Modernidad líquida, 2015) sostiene que “lo que se ha roto ya no puede ser pegado”. Según su consejo debemos abandonar “toda esperanza de unidad, tanto futura como pasada, ustedes, los que ingresan al mundo de la modernidad fluida”.

Destaca la desintegración social en boga como “resultado de la nueva técnica del poder, que emplea como principales instrumentos el descompromiso y el arte de la huida”. Y “para que el poder fluya el mundo debe estar libre de trabas, barreras, fronteras fortificadas y controles”, agrega.

Cree, no obstante, que “la vida no ha llegado todavía al extremo de volverse insensata” y  hace suyo aquello en lo que insisten Deleuze y Guattari, citados por él: “Ya no creemos en el mito de la existencia de fragmentos que, como pedazos de una antigua estatua, esperan que la última pieza faltante sea descubierta para así ser pegados creando una unidad exactamente igual a la unidad original. No creemos que alguna vez haya existido una totalidad primordial como tampoco que una totalidad final nos espere en el futuro”, dice.

De modo que, a la luz del anunciado paso desde el mundo de los sólidos hacia la liquidez moderna que hace de los principios ordenadores de la vida humana algo movible, informe, relativo, cabe entendamos el predicado de Bauman más que como un juicio hacia lo que vemos ocurre y continuará en el porvenir, algo valorativo del pasado y constante: ¡No existen los absolutos o universales!

Ninguna relación acusa ello con el desconocer lo real y particular, que bien describe Rafael Tomás Caldera: “Entre el nacer y el morir discurre la vida sin estación permanente. Estamos siempre a punto de partir y a punto de llegar. Por ello la imagen del viaje, aun en la existencia más sedentaria, representa bien la condición humana” fenoménica.  

Hace 23 años, ante actores de la cultura preocupados más por sus expectativas crematísticas que por la sustancia de sus haceres comenté que a la familia, la plaza, la ciudad, el Estado, como núcleos subsidiarios para el estímulo del conocimiento y la acción en común se les acusa de corrompidos por disfuncionales. La “nueva” realidad les considera ineficaces y expoliadores de la libertad, malversadores, pues mal sacian la soledad o los egoísmos personales, las necesidades inexhaustas o inagotables de un consumidor digital urgido de experiencias más que de vivencias (vid. mi libro El nuevo orden mundial y las tendencias direccionales del presente, 1997).

El papa Francisco ha anunciado “un futuro creativo y en movimiento”. Opina que “no estamos más en la cristiandad”. Pienso que cabe un alto prudente y reflexivo ante tan grave constatación, no sea que arrimemos las brasas al horno que derrite los sólidos pero secará las aguas de las que se nutre la globalización de las indiferencias, dejándonos en el vacío.

¡Destruyo porque me da la gana!, gritan los Jokers que invaden nuestras ciudades e imponen sus enojos particulares y difusos, extraños a narrativas compartidas, salvo las del enojo. Se trata de algo que desborda lo confesional. Hace relación con el socavamiento de las bases de la cultura occidental en curso, mejor todavía, con la reivindicación de Así habló Zaratustra, la muerte de Dios, el final de los límites y ataduras del comportamiento humano.

La indiferencia o la pérdida de los referentes integradores por lo pronto muestra a una Humanidad “emancipada de Dios, revolucionada contra Dios, atacando a Dios”, escribe visionario Fernán Caballero en La maldición paterna (1907).

En 1948 la Humanidad, superando diferencias geográficas y culturales, alcanza avenirse en un decálogo común, la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, fundada sobre el reconocimiento de la dignidad inalienable de la persona humana.

No huelgan, en fin, la observación y una pregunta: la disolución de las texturas sociales, en España como ocurrió en Venezuela, procuradas por las narrativas que la izquierda global vierte sobre el ecosistema digital atiza la ingobernabilidad y busca realizar el sueño comunista de destrucción de las superestructuras. ¿Será posible desconocer lo que es absoluto desde la más lejana antigüedad, a saber, que hay universales en todo aquello que por naturaleza puede ser predicado de todos y como prototipo inmutable frente a los fenómenos múltiples y diversos de la vida humana?

correoaustral@gmail.com

Rostros del éxodo venezolano sobresalen entre fotos del año de The New York Times
Los editores de fotos de The New York Times analizaron 365 días de imágenes para escoger las mejores del año. Entre ellas, el emblemático periódico estadounidense destacó tres que revelan hechos de primer orden en Venezuela, como el éxodo venezolano

Los rostros de la migración forzada de venezolanos fueron atrapados por la cámara de Federico Rios Escobar para The New York Times, en una imágen que destaca este emblemático periódico estadounidense entre sus fotografías del año 2019.

Publicada el 4 de febrero, la fotografía de Rios Escobar descubre el rostro cansado de migrantes venezolanos apiñados en un camión mientras cruzaban las montañas colombianas.

La de Rios Escobar destacó entre 5,6 millones de imágenes que los editores de fotos de The New York Times revisaron este año para encontrar “las fotografías perfectas”, que representan las noticias para sus lectores, describe el diario en la presentación del Año en imágenes 2019.

A lado de la imágen del éxodo venezolano, está la de Anailin Nava, una niña de dos años que sufre de desnutrición severa. Es el retrato de la crisis económica y humanitaria en Venezuela que captó la lente de Meridith Kohut para The New York Times en la isla de Toas, en el estado Zulia.

La fotografía acompañó a un artículo sobre la crisis en Venezuela que apareció el 6 de mayo pasado. Después de su publicación, Kohut recordó que una enfermera acudió en auxilio de la niña hambrienta y una organización sin fines de lucro comenzó un programa para alimentar a todos los niños en riesgo de desnutrición en esa isla.

«La parte más gratificante de hacer este trabajo es cuando los lectores del New York Times sienten compasión por las personas cuyas historias informamos, y se acercan para ayudarlos», dijo Kohut al diario estadounidense.

En esta colección de imágenes figura una tercera fotografía de Venezuela: la de las escaramuzas que siguieron al intento fallido de ingreso de ayuda humanitaria a través del puente internacional Simón Bolívar, que une a Venezuela con Colombia. La instantánea es también de Meridith Kohut, del 23 de febrero.

Colombia cree que cerrar frontera con Venezuela no resuelve crisis migratoria

EL GOBIERNO DE COLOMBIA CONSIDERA que si cierra su frontera con Venezuela no ayudará a solucionar la crisis migratoria de ese país porque los ciudadanos seguirán cruzando la línea limítrofe por los pasos ilegales.

Así lo aseguró este jueves el director de Migración Colombia, Christian Krüger Sarmiento, quien dijo a periodistas en la ciudad de Pereira (centro) que la política del Gobierno con los ciudadanos venezolanos es de «flexibilización».

«Este fenómeno no se soluciona cerrando una frontera con un decreto, simplemente lo que va a generar es que esta migración va a seguir llegando a nuestro país pero no por los puntos autorizados en los más de 2.200 kilómetros de frontera, van a pasar por las trochas, por los sitios no autorizados», detalló.

Eso, según explicó, supone un problema porque las autoridades no pueden saber dónde están esas personas y se generaría un incremento en la inseguridad.

«No vamos a saber dónde están esas personas, el tema de inseguridad se va a incrementar porque no los tenemos regularizados, identificados», recalcó Krüger Sarmiento.

Colombia y Venezuela, que comparten una frontera terrestre de 2.219 kilómetros, no tienen relaciones diplomáticas desde el 23 de febrero cuando Nicolás Maduro anunció la ruptura tras el intento de ingreso a su país de una caravana de ayuda humanitaria liderada por el jefe del Parlamento venezolano, Juan Guaidó, reconocido como mandatario interino por más de 50 naciones.

Según cifras de Migración Colombia, divulgadas el pasado 1 de agosto, en el país se han radicado más de 1,4 millones de venezolanos.

De esa cifra, 732.390 son regulares, es decir que tienen visa o cédula de extranjería, y otro documento que les permite estar en el país legalmente.

Caso contrario ocurre con 665.665 venezolanos que están como «irregulares» porque han superado el tiempo de permanencia o han ingresado al país sin autorización.

Por otra parte, el director de Migración Colombia aseguró este jueves que más del 70 % de los venezolanos que en los últimos meses han renovado el Permiso Especial de Permanencia (PEP) están trabajando y cerca del 54 % se ha afiliado a la seguridad social.

«Como país hemos tenido que afrontar la segunda crisis migratoria más grande del mundo, después de la de Siria. Una crisis que es el resultado de las políticas de expulsión implementadas por una dictadura que hace años robó el poder en Venezuela», aseguró.

Es por ello que la entidad prorrogó hasta el próximo 31 de octubre el plazo para renovar el PEP.

«Las cifras respaldan la decisión del Gobierno Nacional de regularizar a los ciudadanos venezolanos a través del PEP. El ejercicio ha sido positivo y por eso decidimos ampliar el plazo para su renovación, ya que son más de 68.000 los venezolanos que deben renovar este documento y a la fecha, tan solo cerca del 50 por ciento lo ha hecho», indicó.

Guaidó: El éxodo de venezolanos puede llegar fácilmente a los 8.000.000 en 2020

EL PRESIDENTE INTERINO, JUAN GUAIDÓ, aseguró en una entrevista que difundirá CNN en Español el domingo 18 de agosto que el número de venezolanos en el exterior puede llegar «fácilmente» a 8.000.000 de personas en 2020 si no se «toman correctivos».

«Una estimación bastante amplia pero que podría llegar a 8.000.000 fácilmente el próximo año si no tomamos correctivos, con lo que implica el impacto en la región, con lo que implica a lo interno de Venezuela, no solamente para la lucha democrática sino para recuperar y rescatar a nuestro país», manifestó.

Guaidó fue entrevistado por el periodista Andrés Oppenheimer, con quien habló de la crisis en Venezuela.

Cuando el periodista le preguntó por la postura de John Bolton, asesor de seguridad nacional del presidente Donald Trump, en contra de las reuniones en Oslo, Guaidó declaró que desconfía de Maduro porque «en anteriores ocasiones, como en el caso de República Dominicana, se ha burlado de los venezolanos».

No obstante, señaló que la negociación y el diálogo son «espacios para articular una gran estrategia de presión a una dictadura».

«Por eso es tan importante la presión diplomática y la presión internacional, la movilización de calle y diferentes aspectos, como el espacio de mediación del Reino de Noruega», sostuvo.

Por otro lado, se refirió a la presencia cubana en Venezuela y dijo que serían entre 2.000 y 3.000 los funcionarios que se dedican a «funciones de inteligencia y contrainteligencia, seguimiento, persecución e incluso tortura».

En la FANB, sumó, son «los que ejercen la presión, la persecución, las labores de inteligencia y contrainteligencia incluso en tierra».

«Hoy los más perseguidos son los militares, por cierto, y los más perseguidos son los miembros del régimen, porque no confían entre ellos», agregó.

Con información de EFE

Jefe de Acnur evaluará éxodo venezolano en Chile y Brasil

EL ALTO COMISIONADO DE LA ONU para los refugiados, Filippo Grandi, visitará esta semana Chile y Brasil para conocer «de primera mano» la respuesta humanitaria de ambos países a los refugiados venezolanos.

Uno de los objetivos principales de la visita de Grandi a Suramérica es buscar «más apoyo de la comunidad internacional para los países y comunidades que albergan a los venezolanos», según un comunicado difundido por la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

Durante la visita a Santiago de Chile, del 13 al 14 de agosto, Grandi se reunirá con autoridades nacionales y miembros de la sociedad civil para «evaluar las necesidades de los refugiados y migrantes venezolanos y buscar soluciones para aquellos que más lo necesitan».

Respecto a Brasil, la visita del alto comisionado tendrá lugar del 15 al 18 de agosto y en su agenda figuran reuniones con autoridades de Brasilia, la capital, así como escalas en a Boa Vista y Pacaraima, ciudades al norte del país y cercanas a la frontera con Venezuela.

Además, en Brasil visitará centros de acogida de migrantes venezolanos y conocerá proyectos que están llevando a cabo que promueven la integración local y ofrecen asistencia legal.

Este viaje supone la primera visita de un alto comisionado de la ONU a Chile, y la tercera de Grandi a países latinoamericanos.

 

*Con información de EFE

Cerca de 5.000 personas huyen de Venezuela diariamente

CERCA DE 5.000 PERSONAS HUYEN de Venezuela diariamente, escapando de la emergencia humanitaria compleja que ha nacido bajo la administración de Nicolás Maduro, así lo dio a conocer la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

De acuerdo a los últimos datos de este organismo internacional, para junio de 2019 al menos cuatro millones de personas han migrado, en su mayoría a países Suramericanos.

Para la Acnur este sería el éxodo más grande en la historia reciente de América Latina, en el que los venezolanos han sido los protagonistas, saliendo de su país, muchos en condiciones de riesgo, escapando para no ser víctimas de violencia y el elevado índice de inseguridad.

Aseguraron que otros de los motivos por los que los venezolanos huyen es debido a la escasez de alimentos, medicinas, falta de acceso a los servicios públicos, la incapacidad de las familias de brindar condiciones de vida básicas para las personas, lo que ha originado una gran tensión política.

Ante las protestas públicas por falta de servicios básicos, ante la hiperinflación o en exigencia al acceso de insumos médicos y una vida digna, Maduro y su gabinete han respondido reprimiendo a la sociedad civil y encarcelando a muchos de los que protestan.

Desde la Acnur reiteraron que todas estas personas tienen algo en común, “la mayoría necesita de protección internacional, sus vidas, seguridad o libertad están en riesgo en Venezuela”.

Señalaron que los países de la región han dado la bienvenida a los venezolanos, pero explicaron que solo durante el 2018 se registraron 350 mil solicitudes de asilo.

Para Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, la región enfrenta un reto sin precedente con esta ola de migrantes venezolanos, y aunque han prestado su apoyo a países como Colombia, Perú, Ecuador y Chile, este número de personas va en aumento.

Se estima que para finales de 2019 el número de migrantes venezolanos sobrepase los cinco millones de ciudadanos.