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Lo que todos debemos saber sobre el trabajo en equipo por Luis E. Romero

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Todos sabemos que el trabajo en equipo es la clave del éxito. Sólo a través del mismo podemos combinar los puntos de vista necesarios para aprovechar sinergias ocultas, superar obstáculos difíciles y lograr objetivos desafiantes.

Sin embargo, el trabajo en equipo es un gran reto en sí mismo. Trabajar en equipo exige que las personas involucradas manejen su ego, desarrollen humildad, se comuniquen efectivamente, resuelvan conflictos y, por encima de todo, se comprometan los unos con los otros y con un objetivo en común.  El que ha trabajado en equipo sabe que la única forma de hacerlo exitosamente es revisándose internamente y transformándose en una mejor persona. Por ello, el trabajo en equipo no sólo permite incrementar el rendimiento, sino que también promueve el desarrollo de mejores ciudadanos y sociedades.

Para que un grupo de personas se transforme en un equipo de alto desempeño, sus miembros deben pasar por cinco etapas de transformación, las cuales fueron descritas magistralmente por Jon Katzenbach y Douglas Smith en la llamada curva de desempeño de equipo, presentada en su libro La sabiduría de los equipos. Las cinco etapas son las siguientes:

1)  Grupo de trabajo

Un grupo de trabajo no es otra cosa que un conjunto de individuos que desempeñan labores de manera independiente, requiriendo así bajos niveles de integración y alineación. Los grupos de trabajo funcionan bien en contextos de baja complejidad y con objetivos sencillos. Sin embargo, a medida que aumentan la complejidad del entorno y la dificultad de los objetivos, los grupos de trabajo comienzan a hacerse obsoletos. En particular, cuando el aprovechamiento de sinergias se convierte en un prerrequisito para la supervivencia inmediata y la sustentabilidad a largo plazo, los grupos de trabajo deben evolucionar en equipos o, de lo contrario, están condenados a desaparecer.

2)  Pseudo-equipo

Cuando un grupo de trabajo decide ascender a la condición de equipo, su nivel de desempeño tiende a disminuir en lo inmediato. Esto parece ser contra-intuitivo, pero es totalmente lógico e inevitable. Dado que la dinámica de grupo no se los exigía, los miembros todavía no se conocen bien entre sí y no están alineados en lo estratégico y operativo. Al inicio, esto genera ineludibles desencuentros que revelan las diferencias naturales de personalidad, estilos de trabajo y objetivos personales. Como resultado, el clima y el desempeño se ven afectados negativamente. Ante esta dificultad, todos los involucrados, especialmente los líderes, deben mostrar paciencia y determinación, permitiendo que esta etapa ocurra en su totalidad sin dejar que la misma defina el futuro del equipo. Aquí es donde el liderazgo efectivo comienza a jugar un rol crucial.

3)  Equipo potencial

Una vez alcanzado cierto nivel de familiaridad y camaradería, los involucrados comienzan a darle forma preliminar a sus objetivos, métodos de trabajo, protocolos comunicacionales, etc. Igualmente, a medida que comienzan a establecer acuerdos, van desarrollando una cultura única y propia. Durante esta etapa, el equipo generalmente observa un incremento en su desempeño que iguala el que tenían cuando eran sólo un grupo. Sin embargo, ahora cuentan con dos fortalezas de incalculable potencial que antes no tenían: confianza y expectativa de algo mejor. La incipiente integración y la voluntad de aprender unos de otros les permitirá conquistar niveles de desempeño que eran literalmente imposibles cuando eran sólo un grupo de trabajo.

4)  Equipo verdadero

Una vez establecidos los objetivos, métodos de trabajo y protocolos comunicacionales, el equipo finalmente desarrolla una cultura propia y comienza a funcionar como una unidad. Sus miembros visualizan un futuro compartido, se motivan mutuamente, aprenden unos de otros, resuelven disputas con base en principios comunes y desempeñan su trabajo de formas que fortalecen el sistema. Es así como comienzan a descubrir y aprovecha sinergias que antes eran invisibles. Esta es la marca de un equipo verdadero.

5)  Equipo extraordinario

Cuando un equipo desarrolla una cultura basada en la humildad, el trabajo y el aprendizaje, sus miembros logran transformar tanto los logros como los fracasos en insumos para el mejoramiento continuo. Adicionalmente, comienzan a desarrollar destrezas únicas y especializadas que se suman al inventario de ventajas competitivas del equipo. De igual manera, desarrollan la capacidad de reinventarse periódicamente y de redefinir su operación según las exigencias del momento, adaptándose así rápidamente a las nuevas tendencias y, en ocasiones, generando dichas tendencias ellos mismos. Todo esto les permite obtener resultados extraordinarios con mayor frecuencia, constituyéndose así en un equipo de alto desempeño.

 

La evolución de la etapa 1 a la 5 es ardua y sólo algunos pocos logran completarla. De cierta forma, estas cinco etapas también describen el desarrollo de la conciencia humana, las economías sustentables y las sociedades democráticas. El trabajo en equipo es uno de esos temas donde se cruzan la teoría organizacional, la gerencia de negocios, las ciencias políticas y la psicología humana, revelando así una gran cantidad de conocimiento y sabiduría que aplica para todos los ámbitos de la vida.

 

 

 

@LuisRomeroINTL

Artículo publicado originalmente en inglés en Forbes aquí. Artículo también disponible en el sitio web de Luis E. Romero aquí.

5 lecciones Samurái para tener éxito en los negocios por Luis E. Romero

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En el Siglo XVII, Japón vio surgir a un samurái tan extraordinario que mitos comenzaron a crearse sobre él mientras todavía vivía. Después de morir, se convirtió en una leyenda de habilidades sobrenaturales con la espada. Su nombre fue Miyamoto Musashi y es conocido, entre otras cosas, por haber permanecido invicto después de más de 60 duelos. Curiosamente, no sólo fue Musashi un maestro de la espada, también fue poeta, artista y filósofo. Sus habilidades fueron tan variadas que cerca del final de su vida, a petición de sus discípulos y seguidores, escribió un libro describiendo lo que, según él, eran las cualidades ideales de un samurái. La premisa de la obra es que un maestro samurái debe explorar todas las profesiones y tener una comprensión adecuada de todos los oficios a fin de ser el mejor guerrero posible. Se trata de El Libro de los Cinco Anillos, un manuscrito de artes marciales con lecciones para todos los ámbitos de la vida, incluyendo los negocios.

Con el fin de entender las aplicaciones empresariales de El Libro de los Cinco Anillos, debemos entender primero su origen en la cultura japonesa y las artes marciales. El libro se divide en cinco capítulos basados en los cinco elementos del budismo japonés: tierra, agua, fuego, viento y el vacío. En mi condición de artista marcial, intentaré resumir las principales enseñanzas marciales de cada capítulo de la siguiente manera:

  • Tierra: Un samurái debe tener conocimiento riguroso de la esgrima, practicar con disciplina, pararse con firmeza y mantener buen equilibrio.
  • Agua: Un samurái debe ser capaz de mover su cuerpo y manejar su espada de manera fluida y abrumadora, imponiendo así su propio ritmo en el combate al tiempo que interrumpe el de su oponente.
  • Fuego: Un samurái debe ser vigoroso, capaz de moverse rápidamente en cualquier dirección, cortar con su espada limpiamente en cualquier ángulo y cambiar de trayectoria en un parpadeo, obligando así a su oponente a retirarse y a cometer errores. La fiereza en cada desplazamiento y ataque es clave para crear oportunidades y aprovecharlas debidamente.
  • Viento: Un samurái debe estar alerta de su entorno con el fin de utilizar la topografía, el clima, las luces y las sombras a su favor, a la vez que aprende de su oponente con el fin de utilizar sus habilidades contra él.
  • Vacío: Una vez que un samurái ha dominado las técnicas de combate resultantes de los primeros cuatro elementos, debe entonces desprenderse de todo lo que sabe y abandonar cualquier preferencia de una técnica sobre otra. El maestro samurái debe ser uno con su espada, contemplar todas las técnicas a la misma vez y elegir la mejor según cada momento del combate hasta lograr la victoria.

Al explorar sus aplicaciones marciales básicas, podemos ver que las enseñanzas de este libro son de valor universal. Más específicamente, este manual samurái ofrece lecciones de gran alcance para cualquier persona involucrada en cualquier actividad económica. Exploremos esta declaración más a fondo.

Enseñanzas de Musashi para los negocios

Si eres responsable de liderar a otros profesionales y de lograr resultados financieros específicos, ya debes haber vislumbrado el valor de las lecciones de Musashi para tu negocio. Tú ya sabes que el mundo empresarial es un campo de batalla y, por lo tanto, que sobrevivir en él exige desarrollar ciertas habilidades de guerrero. Lo que Musashi nos enseña indirectamente con su libro es que para competir con éxito  de manera sustentable debemos convertirnos en un samurái de los negocios.

El uso que Musashi hizo de los cinco elementos para describir las cualidades ideales de un samurái también sirve para describir las cualidades ideales que debemos desarrollar para tener éxito en los negocios. En este sentido, surgen las siguientes cinco lecciones:

  • Tierra: Debemos tener una sólida comprensión de nuestra industria, una visión clara de futuro, una estrategia bien definida y una personalidad bien formada para hacer frente a la incertidumbre, la contradicción y el estrés.
  • Agua: Debemos tener la capacidad de pensar con fluidez y flexibilidad con el fin de ver los problemas desde distintos puntos de vista, reformular la estrategia actual cuando sea necesario y reinterpretar nuestro propio conocimiento de la industria para evaluar nuevas oportunidades y amenazas.
  • Fuego: Debemos ser capaces de procesar nueva información rápidamente y actuar de manera decidida a fin de aprovechar valiosas oportunidades antes que nuestros competidores y de superar desafíos repentinos pero cruciales.
  • Viento: Debemos aprender permanentemente de nuestros competidores e introducir innovaciones con frecuencia para mantenernos a la vanguardia. Las tendencias, oportunidades y amenazas del mercado son identificables solamente por los que están alertas.
  • Vacío: Por último y lo más importante, debemos ser capaces de aplicar las cualidades antes mencionadas dependiendo de las circunstancias. Llenar un vacío de mercado es la fuerza motriz de toda empresa. Y, al igual que un samurái probablemente perdería un duelo si forzare la técnica equivocada en una situación de combate, un empresario también fracasaría en los negocios si tratare de llenar un vacío de mercado con la idea, producto o servicio equivocado.

No debería sorprendernos que las enseñanzas de Musashi sean aplicables a los negocios. Cualquiera que haya participado en ejercicios de planificación estratégica, planificación fiscal, diseño de productos, comercialización, gestión del talento o cualquier otra tarea empresarial debería ver el paralelismo de inmediato. En la economía actual, ser exitoso requiere que tengamos conocimiento y experiencia en todas las áreas que afectan nuestra operación. Igualmente, exige tener una personalidad sólida, una mentalidad ganadora y la humildad necesaria para aprender y actualizarnos a diario.

Según lo establecido anteriormente, los negocios son un campo de batalla y participar en ellos requiere que seamos guerreros. En este sentido, si queremos salir victoriosos la mayor cantidad de veces posibles, estas lecciones de origen samurái nos darán una valiosa ventaja. Y, en nuestro esfuerzo por ser exitosos, asegurémonos de hacerlo con honor, lo mayor virtud samurái.

¿Qué opinas?

¿Cuál de los elementos de Musashi representa tu principal fortaleza y cuál representa tu principal debilidad? ¿Si los negocios son un campo de batalla, cuál es tu mejor arma? ¿Si construir y operar un negocio requiere que seas un guerrero, estás listo para la batalla? ¿Hay espacio para la negligencia, la mediocridad y la queja en un campo de batalla real? ¿Hay espacio para tales cosas en los negocios? ¿Qué tiene que ver el honor con los negocios?

 

 

@LuisRomeroINTL

¡Quinta carta a un futuro empresario! por Carlos Dorado

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¿Cómo saber cuáles son las  diez variables que integran ese talento natural para ser un empresario de éxito?

Tercera variable: ¡La Pasión!

Antes de cumplir los veinte años, uno debe intentar ser un buen estudiante, adquirir conocimientos, y comenzar a acumular experiencias. Es ese  conocimiento el que no hace que la vida sea más larga, pero si más ancha. Es esa experiencia la que no sólo nos enseña el mapa, sino a conocer el camino.

Antes de los treinta años, uno debería buscar una pequeña empresa donde trabajar, en la que se sienta la pasión y la energía por lo que se hace, y donde  se aprenda de todo y de todos; y se tenga que  hacer también algo de todo. Es en esta etapa, donde no es  importante en qué empresas trabajes, sino con quién trabajes. Que tengas un jefe que te enseña cosas diferentes,  de una manera diferente, y te rocíe con esa pasión que se siente cuando se está construyendo un sueño.

Pero si tienes que cometer errores, antes de los treinta es la edad perfecta, ya que no importa que te equivoques o te caigas; te volverás a levantar, con apenas sacudir el polvo de la caída. Cuando eres adulto, quizás te levantes pero con una pierna rota, o una cadera dislocada. ¡Eres joven, sueña, goza, disfruta el show! Sueña con traspasar  los límites, actuando como si las barreras que te separan de tus sueños no existieran, y  donde todo es posible.  ¡Soñar es pensar a lo grande, es apuntar a las estrellas, porque en el peor de los casos alcanzarás la luna!

De los treinta a los cuarenta, quizás es una buena edad, si realmente quieres ser un empresario, en la que debiera hacerse algo para uno mismo; sobre todo, si quieres que eso que sueñas se haga realidad. ¿Quieres ser tu propio jefe? Es ésta la etapa de la vida donde puedes buscar un camino diferente, si quieres realmente llegar  a un destino diferente; ya que no puedes conseguir más que nadie, haciendo lo mismo que todos. La gente dice: ¿Qué pasa si me estrello?; pero yo siempre dijo: ¿Qué paso si no arranco? ¡Para conseguir el éxito, la primera condición es quererlo, la segunda es tener sed de él!

De los cuarenta a los cincuenta, es la edad en la que uno debería estar haciendo esas cosas por las cuales se llega a ser bueno, y que realmente apasionan. Ya que con las pasiones uno no se aburre jamás; sin ellas, se idiotiza. Por eso la gente feliz sigue sus pasiones. ¡Sumérgete, empápate de lo que te apasione! Ya que a pesar de que la pasión a menudo convierte en loco al más sensato de los hombres, también es muy cierto que hace sensato a los más locos; y nada grande se ha hecho en el mundo sin una gran pasión.  El mundo necesita personas que se apasionen en algo y trabajen en ello, y quizás el mundo esté necesitando de ti. Mi madre me solía decir: “Carlos, si no hay pasión, no hay nada”

De los cincuenta a los sesenta trata de rodearte de gente joven, porque seguramente ya lo harán mejor que tú y diferente a ti: ¡Son el futuro! Así que invierte en ellos, confía en ellos y síguelos. Ellos te dirán dónde está el nuevo planeta, que tú ya no logras ver; pero quizás le puedas ir diciendo con tu experiencia y sabiduría de la vida, como irlo transitando, hasta llegar a él.

¿Y cuando tenga más de 60 años? Utiliza el tiempo para ti, ya que  quizás es muy tarde, para cambiar. Pero  no te sientas triste por tu edad, ya que tienes la satisfacción de todos los años que has vivido; y si te consideras viejo tendrás razón, ¡Pero si te consideras joven también!

cdoradof@hotmail.com

¡Cuarta carta a un futuro empresario! por Carlos Dorado

Actitud

 

¿Cómo saber cuáles son las  diez variables que integran ese talento natural para ser un empresario de éxito?

Segunda: ¡Actitud!

La actitud de una persona puede ser positiva o negativa, y es precisamente ésta la que determina el éxito o el fracaso, no sólo en el mundo empresarial, sino también en la vida personal. Muchos de los proyectos fracasan, aun antes de ser concebidos, precisamente por la actitud con que se enfrentan.

A veces, nos resulta difícil cambiar las circunstancias que nos rodean, y en la mayoría de los casos no depende de nosotros, pero lo que sí depende de nosotros es la actitud con que buscamos nuestros sueños, la actitud con que enfrentamos la vida y el futuro.

Zig Ziglar, un americano que estudió a miles de personas, concluyó que el 85% de los éxitos eran producto de una actitud positiva hacia lo que se emprende, y únicamente el 15% se debía a destrezas técnicas. Por consiguiente, la distancia entre uno y los sueños se llama: ¡Actitud!

Esa actitud, es la que nos permite transformar los fracasos en experiencias, y a levantarnos después de haber caído. Es la que nos permite dar un paso más que los demás, sin escatimar esfuerzos y tiempo. La que no nos permite desmayos, ni vacilaciones. La que nos hace caminar firmes y seguros hacia nuestro objetivo, sin admitir otra alternativa que seguir de pie y hacia adelante.

Mi madre solía decirme: “Carlos, querer es hacer”. No es suficiente con querer; hay que hacer. No es suficiente con hacer; hay que querer. Es ese querer, lo que te lleva a hacer sin descanso. En la vida, lo más importante no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace.

El deseo interno comienza con una elección, pero lo más importante es  la actitud con que enfrentamos esa elección. Es bueno y positivo esperar mucho de la vida, pero nunca debemos olvidar que también la vida espera mucho de nosotros.

Uno de los dichos más bellos que recuerdo de mi padre, y que lo tengo presente todos los días en mi mente y en mi corazón, es: “Cada mañana en África una gacela se despierta y sabe que tiene que correr más rápido que el león, porque si no morirá y será el alimento del león. Cada mañana un león se despierta en África y sabe que tiene que correr más rápido que una gacela, porque si no se morirá de hambre. Carlos, no importa si eres una gacela o eres un león, cada mañana cuando sale el sol, es mejor que corras”

Por eso cada día, con la actitud correcta, con voluntad, tenacidad y trabajo; y manteniendo un reto constante con uno mismo, es sólo una cuestión de tiempo, la llegada del verdadero éxito. Sin embargo, hay muchos que ni siquiera logran regir su vida, y pretenden regir su destino. ¡Una  auténtica utopía!

En la única taberna que había en mi pueblo, tenían una báscula para pesar, con dos platos a ambos lados. En uno de los platos ponían las pesas de diferentes pesos, y en el otro ponían la verdura, fruta, carne o lo que estuviesen pesando. Recuerdo que ponían más pesas cuando la báscula estaba muy inclinada hacia el plato de la mercancía; o ponían más mercancía, cuando la báscula estaba inclinada hacia el plato de la pesas.

Si alguien quiere triunfar en el mundo empresarial, debe ponerle más trabajo, más horas, más dedicación, más empeño al plato de la mercancía; en vez de ponerle más peso a su vida.

¡Por todo esto, inclinar la balanza hacia el plato del triunfo es una cuestión de actitud! Sólo depende de cuánto estás dispuesto a ponerle a cada plato.

cdoradof@hotmail.com

¡Segunda carta a un futuro empresario! por Carlos Dorado

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¿Quizás Usted tenga ese raro talento que lo convertiría en un empresario exitoso, y no lo sabe? ¿Quizás tenga esas cualidades, que le permiten identificar oportunidades y traducirlas en dinero, y no lo sabe? ¿Cómo saberlo?

No se amargue por el hecho de no saberlo, millones de personas en el mundo tienen esas características que identifican a la mayoría de los empresarios exitosos; y no lo saben, y se mueren sin nunca haber sido empresarios.

Lamentablemente, hasta hace muy poco, había muchos estudios y test para determinar en qué carrera universitaria podría tener más posibilidades una persona de ser exitosa; pero no se contaba con ninguno que analizase las cualidades de una persona, para garantizarle el  éxito empresarial.

Sin embargo; no se emocione mucho, quizás Usted, no esté entre esas personas, ya que según un estudio realizado por Gallup, se descubrió, que un alto talento para ser empresario es menos común que un alto índice de inteligencia o IQ; pues según este estudio, únicamente cinco de cada mil personas tienen la actitud y las características para visualizar una idea empresarial y hacerla exitosa, en comparación con veinte personas por cada mil que tienen un alto IQ.

¡Me imagino cuántos talentos empresariales se habrán perdido! Si hubiésemos identificado a esas personas, y las hubiésemos incentivado y apoyado para que materializasen iniciativas empresariales, estaríamos inyectándole gasolina al vehículo de la creación de riqueza, acelerando considerablemente el nivel de  bienestar de la sociedad en general.

Estudios realizados por el departamento de Psicología de la Universidad de Giessen,  en Alemania, revelaron que ser eficiente tiene una alta correlación con la creación de una idea empresarial exitosa. Otros estudios, demostraron que también existe una alta correlación entre el deseo de lograr lo que uno se propone, y el éxito empresarial; ya que establecen niveles de exigencia sumamente altos, y siempre están en constante búsqueda de alternativas, con el objeto de lograr lo que se propusieron.

Otra importante conclusión de estos estudios, fue la gran correlación que existe entre las personas que les gusta tomar riesgos y están dispuestas a asumir las consecuencias de los mismos, y personas de éxito en el mundo empresarial.

Posteriormente, Gallup identificó 2.500 personas que tenían muy desarrolladas estas tres características: eficientes, altos deseos de éxito y una gran disposición a tomar riesgos, y las comparó con personas donde estas características estaban dentro de la media poblacional, concluyendo lo siguiente: Las primeras tenían tres veces más probabilidades de construir un negocio exitoso y perdurable en el tiempo en comparación con las segundas, cuatros veces más posibilidades de generar empleos y  de ganar más dinero de lo esperado, y cinco veces más probabilidades de exceder sus expectativas empresariales iniciales.

Concluyendo con este este estudio, lo siguiente: hay más posibilidades de ser un empresario exitoso cuando la persona tiene un talento natural para ser empresario, que si tiene una formación con entrenamiento empresarial.

Por lo cual, la clave sería: ¿Cómo saber cuáles son las variables que integran ese talento natural para ser un empresario de éxito? Yo personalmente, y por experiencia propia he identificado diez; algo así como mis diez mandamientos, que son los que debería de tener una persona que aspira a ser su propio jefe, y realizar con éxito sus ideas y sus sueños empresariales.

 

Cdoradof@hotmail.com

 

Facebook probó con éxito su impactante dron para dar internet alrededor del mundo
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El anuncio fue realizado por Mark Zuckerberg, fundador de Facebook y uno de los principales impulsores de internet.org, una iniciativa que busca conectar al mundo.
«Estoy contento de anunciar que la aeronave completó su primer vuelo de pruebas sobre el Reino Unido», dijo Zuckerberg durante la conferencia para desarrolladores F8 que tiene lugar en San Francisco.
Según las especificaciones de Zuckerberg, el diseño final de la aeronave tendrá una envergadura mayor que la de un Boeing 737 (entre 28 y 35 metros, dependiendo el modelo) y pesará menos que un automóvil.
«Es impulsado por paneles solares ubicados en sus alas y puede mantenerse en el aire, a más de 60.000 pies, por meses», agregó el líder de la red social más importante del mundo.
Aeronaves de ese tipo ayudarán a conectar el mundo entero, sobre todo las zonas en donde no existe manera de acercar conectividad y en donde vive el 10% de la población mundial.
Facebook no es la única que trabaja en ese sentido. Google tiene en marcha el Project Loon mediante el cual busca dotar de acceso a la red gracias a globos especiales. Asimismo, compró un fabricante de drones solares, similares a los que presentó hoy Facebook, y anunció aportes millonarios que podrían ayudar a ofrecer acceso a través de satélites.
¿El mejor regalo de navidad? por Carlos Dorado

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Este artículo, es la continuación del “décimo mandamiento de las enseñanzas de mis padres”, tomado del libro que recientemente publiqué: “Cartas a un hijo”

10.-… ¡Hijo, aunque tú no lo creas!

Hijo, aunque tú no lo creas, poca gente se atreve a soñar, y menos aún  a luchar por sus sueños, o por la grandeza de los mismos; y la gran mayoría, se quedan aceptando ideas mediocres, cuando tienen un potencial infinito dentro de su mente. Casi todos tenemos capacidad de soñar y la  fortaleza suficiente para soportar los males ajenos, pero muy pocos el carácter,  la voluntad y la  constancia para hacer realidad los sueños, y la capacidad de soportar nuestros propios males.

Hijo, aunque tú no lo creas, la prosperidad sin lugar a dudas es una gran maestra; pero la adversidad lo es mucho más, ya que el poseer de todo nubla la mente; pero la adversidad la fortalece, y te enseña que sólo hay dos caminos: crecer o decrecer. Nuestra vida está diseñada para ser una historia de logros a pesar de la adversidad, porque en ausencia de la adversidad, los logros no existirían.

¿Crees que sería un buen regalo de Navidad? ¡No estás de acuerdo! A pesar de que la adversidad es la única que nos puede llevar a lugares, que sin ella nunca podríamos llegar a dichos lugares. Pero al menos te pido que tengas siempre presente que la adversidad no es una desgracia, que si logras  sufrirla con grandeza de ánimo y superarla, la conviertas en una  gran dicha. Los golpes de la adversidad son muy amargos; pero nunca estériles, pues al igual que un fuerte viento llega a arrancar todo, menos las cosas que no pueden ser arrancadas; es precisamente de la adversidad, desde donde sale a la luz la virtud ¡Es en ella, que nos vemos como realmente somos!

Por todo esto hijo, jamás se te ocurra bajar los brazos frente a la adversidad: ¡Enfréntala!  Y no hagas como la mayoría de la gente que pasa más tiempo hablando de ella, que enfrentándola. Eso sí, no trates de  resolver  los problemas que la crearon, utilizando el mismo tipo de ideas que usaron cuando la crearon.

Hijo, aunque tú no lo creas, en mi vida he aprendido que el éxito se mide no tanto por la posición que uno llega a alcanzar, sino por los obstáculos que se superan al tratar de perseguir el éxito. Hazte con esos obstáculos, hasta que terminen sirviéndote como un trampolín.

Mi madre solía decirme: “Carlos, hace más quien quiere, que quien puede” Los obstáculos insalvables sólo los ven los perdedores. Por eso, donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un problema que resolver, resuélvelo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, esfuérzate tú. Sé tú el que quita las piedras del camino. Se tú quien aparta los obstáculos de tu camino, y trata en lo posible de no andar por caminos ya trazados, pues seguramente te conducirán únicamente hacia donde muchos ya estuvieron.

¡Los obstáculos no son más que un condimento del triunfo, necesarios para el éxito!

Al final del camino serás tú el arquitecto de tu propio destino; y sin darte cuenta irás encontrando la felicidad en el camino que recorras, y mientras la buscas, trata en todo momento de plantar rosales para que coseches rosas, trata de saber siempre hacia dónde quieres ir, ya que aunque tú no lo creas, poca gente es capaz de prever hacia dónde les lleva el camino hasta que llegan a su fin.

Ah, y no te preocupes hijo, pues debajo del arbolito tendrás tu regalo, como todos los años. Los padres siempre tratamos (a veces equivocadamente), que debajo de ese árbol haya la menor cantidad posible de adversidades y de obstáculos.

¡Feliz Navidad hijo! ¡Feliz Navidad Venezuela!

 

cdoradof@hotmail.com