estatización archivos - Runrun

estatización

74,4% de las empresas del Estado tienen denuncias públicas por corrupción o malas prácticas

LA SEVERA CRISIS QUE PADECE VENEZUELA está íntimamente ligada al mal manejo y a la corrupción en las Empresas Propiedad del Estado (EPE), un conglomerado que creció vertiginosamente durante las presidencias de Hugo Chávez y Nicolás Maduro y en el que predominan rasgos propios del modelo cleptocrático, de acuerdo con la más reciente investigación de Transparencia Venezuela.

Desde 2016 la organización ha estado desentrañando la estructura empresarial del Estado como un aporte contra la opacidad y a favor de la gestión pública transparente. En la primera fase del estudio del 2017 se contabilizaron 526 empresas estatales. En esta segunda fase del 2018 llegó a 576 el número de empresas en las que el Estado es propietario absoluto o posee la mayoría accionaria.

El resumen ejecutivo de la segunda fase de la investigación destacó que de las 576 empresas del Estado que han sido identificadas, al menos 441 fueron creadas o adquiridas durante las gestiones de los presidentes Chávez y Maduro, por vía de expropiaciones, confiscaciones, nacionalizaciones y re-estatizaciones.

El estudio corroboró que las EPE han consumido ingentes cantidades de recursos por medio de asignaciones presupuestarias y créditos adicionales.  Mientras que hasta 2003 estas empresas se quedaban con 1,1% del presupuesto ordinario de la Nación, para 2015 demandaron más de 8,6%. Convertido al tipo de cambio oficial preferencial, durante estos años las empresas recibieron más de US$ 500.000 millones. Eso sin contar recursos asignados vía fondos parafiscales.

Pese a las grandes sumas de dinero, al cuarto trimestre de 2018, de las 576 empresas estatales solo 467 están operativas, al menos por lo que se pudo comprobar.

Del universo de las EPE identificadas se puso especial atención sobre 160 pertenecientes a cuatro sectores que están directamente vinculados con la calidad de vida de los venezolanos: agroalimentario (42 empresas), minería y metalurgia (43), servicios públicos (40) e hidrocarburos (35).

Se investigó qué hacen las empresas, cuáles son sus objetivos, sus reglas internas o gobierno corporativo, resultados financieros y económicos, calidad del desempeño, así como los responsables de su gestión. También se indagó en las relaciones formales e informales entre estas empresas, el Estado y el gobierno (para medir su nivel de autonomía e independencia), y los casos de corrupción que han sido denunciados públicamente.

El estudio arrojó que la mayoría de esas EPE tiene resultados operativos negativos. No cubren las necesidades de los ciudadanos y no contribuyen con el pago de impuestos o regalías a la tesorería nacional. Por el contrario, de las 160 empresas analizadas en los cuatro sectores, 74,4% tiene denuncias públicas por corrupción o malas prácticas (mala gestión, caída de la producción, conflictos laborales).

De los sectores claves se estudiaron a profundidad 21 casos entre los que destacan la empresa socialista Pedro Camejo, Agropatria, Agrofanb, Corpoelec, Cantv, Hidroven, Pdvsa, Pequiven, Sidor, Ferrominera y Minerven. También se tomaron en cuenta grandes proyectos inconclusos como el Sistema Tuy IV y la represa Tocoma.

 

Una década de decadencia

 

La investigación también concluyó que el año clave en el declive de las empresas estatales fue 2008. La ola de expropiaciones iniciada poco antes por Hugo Chávez y la implantación del llamado Primer Plan Socialista, provocó que la mayoría de las empresas productoras de bienes y prestadoras de servicios comenzaran a colapsar. En 2018, una década después, ese deterioro compromete seriamente la vida de los venezolanos.

En 2008 se dieron las primeras evidencias de la crisis agroalimentaria como resultado del desacertado manejo de la economía, el uso discrecional de los recursos, la inseguridad jurídica y por la presencia cada vez mayor de empresas estatales en la agricultura y la agroindustria, reseñó el informe.

Ese mismo año la producción de acero líquido comenzó a mermar, justo después de la expropiación de Sidor y a propósito de la mala gestión en manos inexpertas. Como consecuencia, el país está desabastecido de cabillas y otros productos. La situación afecta a la industria petrolera, metalmecánica, de envases y de electrodomésticos.

También en 2008 el servicio eléctrico comenzó a presentar un déficit de energía eléctrica y hubo un incremento acelerado de interrupciones. Todo esto ocurrió un año después de la creación de la estatal Corpoelec, quien tiene el monopolio de todo el sector.

El informe agrega que la caída de la producción petrolera, de la que es directamente responsable Pdvsa, impacta a los subsectores gasíferos y petroquímicos y por tanto, la gestión de otras empresas estatales como Pdvsa Gas, S.A. y Pequiven.

La investigación de Transparencia Venezuela también enfatizó que la falta de mantenimiento de las instalaciones, la destrucción de los equipos gerenciales, la preponderancia de la ideología y la lealtad al modelo político, la opacidad, el aumento del gasto corriente, así como la ausencia de inversión y de un sistema de control independiente, son prácticas comunes en las EPE que han causado la destrucción de la competitividad y la caída de la producción de las empresas.

 

Siguiendo el modelo cleptocrático

Transparencia Venezuela alerta que en el país se ha venido conformando un sistema con rasgos cleptocráticos y las Empresas Propiedad del Estado no escapan a él. Se trata de un modelo de gobierno enfocado en el enriquecimiento de los propios directivos que ejercen el monopolio de las decisiones, los recursos y el poder, sin rendir cuentas y en el que prevalece un alto nivel de impunidad.

El estudio recoge que el modelo cleptocrático se ha potenciado en las EPE a través del uso de leyes habilitantes y de decretos de Emergencia firmados por los presidentes Chávez y Maduro. Los instrumentos han permitido hacer grandes compras sin cumplir con procesos licitatorios, lo que ha incentivado hechos de corrupción de los que se han beneficiado funcionarios públicos, intermediarios y empresas proveedoras privadas.

Destaca que el decreto de emergencia eléctrica, aprobado por el presidente Chávez en 2010, le permitió a Corpoelec, Pdvsa y al Ministerio de Energía Eléctrica adquirir equipamiento sin licitaciones. La investigación determinó que entre 1999 y 2014 se destinaron US$ 37.691 millones para 40 proyectos de compra de equipos y construcción de instalaciones, se descubrió un sobreprecio de US$ 23.033 millones.

En las EPE se detectó la falta de control y fiscalización, pues los dos últimos gobiernos convirtieron en una práctica común la designación de una misma persona como regulador y operador. Es decir, el árbitro es el mismo jugador. En el sector petrolero, por ejemplo, Rafael Ramírez y Eulogio Del Pino fungieron al mismo tiempo como ministros de Energía y Petróleo y presidentes de Pdvsa, en la actualidad es el general Manuel Quevedo quien cumple las dos funciones.

Otro rasgo de cleptocracia presente en las EPE es la opacidad y la discrecionalidad. La gran mayoría de las EPE no publica su presupuesto, estructura accionaria, estructura organizativa, sueldos y salarios de los empleados públicos, competencias del ente, planes estratégicos, planes operativos, normas que le rigen, contrataciones públicas, balance general y estados financieros.

Los ministerios a los cuales se encuentran adscritas las EPE dejaron de publicar desde el 2015 su informe anual de rendición de cuentas y la gestión de los recursos asignados a los entes ministeriales también se ha caracterizado por el incremento de la opacidad y discrecionalidad en la información pública que se hace llegar a la ciudadanía.

De las 576 EPE inventariadas solo se pudo comprobar el funcionamiento de 512 y en 342 de ellas no se logró identificar el presidente, los directores ni la Junta Directiva.

El estudio insiste en que las políticas de opacidad de las EPE y los ministerios a los cuales están adscritos son contrarias al derecho de toda persona de “acceder a documentos de cualquier naturaleza que contengan información cuyo conocimiento sea de interés para comunidades o grupos de personas”, conforme establece el artículo 28 de la Constitución, entre otros.

 

De los cuarteles a las empresas

 

En la estructura del Estado empresario también se evidenció la presencia de un sector voraz de las Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Las EPE de mayor importancia han estado dirigidas por un sector minoritario de la FANB politizado y caracterizado por su voracidad en la apropiación de los recursos públicos.

El estudio reveló que de las 576 empresas estatales 76 tienen a un militar como máxima autoridad. Las EPE en las que este sector ha estado más involucrado son las relacionadas con agroalimentación, hidrocarburos, servicio eléctrico, agua potable y saneamiento, minería y metalurgia, justo las que han manejado más recursos.

Otros rasgos cleptocráticos detectados en las EPE son: nepotismo y amiguismo; influencia extranjera; monopolio de las decisiones, los recursos y el poder; permisividad anárquica y presencia de mafias nacionales e internacionales; así como impunidad.

 

Aquí en informe completo de Transparencia Venezuela 

 

EPE II – Resumen Ejecutivo (1) by Yeannaly Fermin on Scribd

A 40 años de la estatización del petróleo: conclusiones

petroleovzlano

 

A algo más de cien años del inicio de la  actividad petrolera y a 40 años de la estatización de esta actividad se pueden sacar algunas conclusiones basadas en la información de los dos artículos anteriores: 1- En los primeros años hubo una gran corrupción con el otorgamiento de las concesiones y las compañías extranjeras cometieron abusos y operaron sin mayores controles. 2- Gradualmente, el Estado venezolano fue regulando las actividades  y aumentado los impuestos. 3- Ante el inminente cese de las concesiones,  en los últimos años previos a la estatización las empresas disminuyeron sus inversiones y descuidaron el mantenimiento.  4- En 1975 se produjo la estatización, que no la nacionalización de la industria de los hidrocarburos.  5-  Paulatinamente, Pdvsa se fue consolidando, ubicándose entre las tres grandes petroleras del mundo. 6- La situación del  mercado petrolero indujo, en la década de los 80, a iniciar la adquisición de refinerías en el exterior y en los noventa a realizar una  apertura al sector privado para poder aumentar la producción. 7- La política de todos los gobiernos fue de restringir la producción. Fuimos los únicos que aplicamos esta estrategia, por lo cual pasamos de ser los segundos productores mundiales a ocupar el doceavo puesto.  8- Al llegar los rojos al poder tomaron la empresa por asalto poniéndola al servicio del partido de gobierno. 9- Pdvsa no podrá ser la del pasado, ni la del presente. 10-El petróleo no se va a acabar, pero la era del petróleo sí.

Hoy, de acuerdo a los informes de  Pdvsa, la situación de la empresa  es muy grave. Está produciendo menos barriles que en el pasado, tiene muchos problemas operacionales en las refinerías,  un elevado endeudamiento y una nómina  exageradamente abultada. Un reciente trabajo del  ingeniero Sergio Sáez, acucioso auditor social, concluye que este año Pdvsa tendrá un déficit de caja de 43.645 millones de dólares.

Ante esta  situación,  los venezolanos debemos iniciar una discusión sobre el futuro de nuestra industria petrolera y de Pdvsa.  Compete principalmente al sector político informarse y, después de un amplio debate en que se escuchen incluso las opiniones de disidentes del sector oficial, elaborar un documento con recomendaciones específicas.  Gente del Petróleo y distinguidos profesionales, entre ellos Diego Gonzáles y Gustavo Coronel, han propuesto opciones  que pueden ser punto de partida para discutir el tema y en Coener hay un  grupo muy valioso de profesionales.  

El régimen actual quiso ordeñar a la vaca  Pdvsa  sin suministrarle alimento y, lógicamente, la pobre vaca se secó. La renta petrolera ya no puede  satisfacer las crecientes exigencias  presupuestarias de educación, salud, infraestructura y seguridad.  La empresa está colapsada y el Estado no tiene recursos para poder aumentar la producción de crudo, ni para  mejorar las refinerías. Paradójicamente, los rojos que constantemente predican un nacionalismo trasnochado son los responsables de que necesariamente  tenga que producirse  una mayor apertura al sector privado. Como Pdvsa está protegida por la Constitución, tendrá que seguir operando pero irremediablemente tendrá que reducirse  a su mínima expresión.

Mientras no se modifique  la Constitución, las empresas privadas solo  podrán seguir  operando  asociadas a Pdvsa. Actualmente tienen un 40% de las acciones, pero como Pdvsa no está en capacidad de aportar el monto que le corresponde, ese porcentaje tendrá que ser cambiado.  Eventualmente nuestra Carta Magna deberá ser modificada. Este planteamiento  sacará   ronchas entre los rojos, pero les guste o no,  ellos fueron los causantes del hundimiento de la que fue una gran empresa.  Por otra parte, ya es tiempo de despojarnos del mito de que es imprescindible que el Estado sea dueño de la actividad petrolera, del hierro,  del aluminio, de la telefonía y de la energía eléctrica. Aceptemos que esas empresas están quebradas y que el Estado no puede seguir sosteniéndolas.  Lo vital es  que ejerza un control sobre las empresas privadas mediante reglas claras en una relación ganar-ganar.

¿Se atreverán nuestros dirigentes a predicar que es inevitable la privatización de esas actividades o seguirán ofreciendo más de lo mismo?  Nos permitimos insistir en que el punto no es si preferimos el esquema estatista, la realidad es que ya no es sustentable. En los próximos 40 años el petróleo probablemente habrá sido desplazado por otras fuentes de energía. ¡O cambiamos o nos seguiremos hundiendo!

Como en botica: El régimen ha cometido muchos atropellos, encarcelando a ciudadanos inocentes. Uno de los casos más arbitrarios es la detención de Fray Roa, presidente de la Federación de Licoreros y el de Manuel Morales, gerente del Supermercado Día a Día. Los venezolanos somos bien recibidos en Colombia. Ese laborioso pueblo entiende que nosotros no apoyamos los atropellos ordenados por Maduro. Inmoral e hipócrita   es el régimen, no la Unión Europea ¡ No más prisioneros políticos, ni exiliados!´

 

eddiearamirez@hotmail.com

Los estertores de un modelo por José Toro Hardy

chavez4

Al observar lo que está ocurriendo actualmente en Venezuela uno cae en la tentación de revisar las páginas de la historia para analizar lo que ocurrió en otros países que enfrentaron situaciones similares. Surge el caso de lo que ocurrió en la URSS. Veamos:

Después de la Guerra de Yom Kippur y el Embargo Petrolero Árabe en 1974,  la Unión Soviética atravesó -al igual que Venezuela- por una etapa de gran afluencia económica debido al impresionante aumento que experimentaron los precios del petróleo. El líder de la nación comunista era Leonid Brezhnev, que lucía como un Zar más de Rusia. Poco le interesaban al Premier  soviético los temas económicos; en cambio, tenía una verdadera obsesión por extender el comunismo y por mantener el poderío del imperio que encabezaba. Sus propios ciudadanos no eran su prioridad.

La  URSS no era una nación industrializada. Su economía se basaba en la venta de materias  primas y en su creciente ingreso petrolero. La atención de Brezhnev se centraba en tres estrategias: el gasto militar, el control de los países de la órbita soviética y la expansión del comunismo en otras área como fue el caso de Cuba, Angola y la intervención soviética en Afganistán.  A toda costa quería sobrepasar militarmente a los EEUU. Le  proporcionaba  petróleo subsidiado a los países del Pacto de Varsovia para mantenerlos atados al comunismo y sumisos a Moscú.  El petróleo que estos países recibían lo pagaban mediante trueque. El mecanismo parecía funcionar, al menos hasta que en 1982 se derrumbaron los precios del petróleo soviético que cayó de 40 a 9 dólares el barril.

Brezhnev tuvo la prudencia de morir ese mismo año antes de que estallara el caos que había contribuido a provocar con su dogmatismo marxista, su expansionismo y su imprevisión económica. Le suceden por un corto período Andropov y Chernenko.

Finalmente le toca el turno a Gorbachov.  Cuando llega al poder en 1985 recibe la herencia de Brezhnev:  Una economía soviética en ruinas. Los niveles de escasez obligaban a los ciudadanos a largas colas para conseguir cualquier cosa. Desesperadamente busca financiamientos que no logra obtener. Tratando de salvar a su país, recurre a dos políticas:  «Glassnot»  en favor de la libertad de prensa y la “Perestroika” para reformar la deprimida la economía. Ya era muy tarde.

Se ve obligado a eliminar los subsidios petroleros a la órbita soviética y a Cuba. Sin ese petróleo ya no podía mantener atados a estos países. Como resultado de ello, a partir de 1989 se desmorona la Cortina de Hierro  que había erigido Stalin y cae el Muro de Berlín que había sido obra de Kruschev. Finalmente, en 1991 se desintegra la propia Unión Soviética en 16 países. Todo aquel andamiaje  se viene estrepitosamente abajo sin disparar un tiro. A pesar de contar con un poderoso ejército absolutamente apegado al comunismo el sistema fenece y la URSS pierde la Guerra Fría. Cuando una sociedad está lista para un cambio, nada la detiene. «Es el fin de la historia”, dictamina Fukuyama.

Guardando las distancias, muchas de las cosas que pasaron en la URSS están ocurriendo hoy en día en Venezuela.  Al presidente Chávez le tocaron años de afluencia petrolera tal como a Brezhnev. Como este último, no se preocupó por construir una economía sustentable sino que se centró en algunos objetivos: Crear una inmensa base política, extender su Socialismo del Siglo XXI,  estimular el gasto militar y construir una zona de influencia a base de subsidios petroleros. Diseñó Alba y UNASUR con el recóndito deseo de emular una suerte de Pacto de Varsovia que orbitara en torno a Caracas.

Pero todo era un castillo de naipes que se basaba en una etapa de precios petroleros excepcionalmente altos que Chávez creyó iban a durar para siempre. Finalmente, al igual que Brezhnev, tuvo la prudencia de partir antes de que estallara en caos. El primero gobernó durante 18 años, el segundo durante 14 años.

Veamos lo que ocurre ahora en Venezuela. Nos encontramos con una economía severamente dañada por tres lustros de dogmatismo socialista que se tradujeron en expropiaciones, controles de precio, destrucción y estatización del aparato productivo, control de cambio, inflexibilidad laboral, limitaciones a la libertad de expresión, caída de las inversiones y pérdida del equilibrio entre los poderes públicos. Se profundizó la extrema dependencia con respecto al petróleo, que aporta cerca del 96% de la totalidad de los ingresos en dólares que percibe el país.

Pero, súbitamente, se desmoronaron los precios del petróleo y estalla una escasez brutal de los productos más elementales. La economía se paraliza progresivamente. La producción nacional de bienes no alcanza y tampoco los dólares para poder importarlos. Las colas y la escasez abruman a los ciudadanos mientras las empresas del Estado, empezando por PDVSA, están sumidas en una ineficiencia pasmosa. La inflación es la más alta del mundo, el déficit fiscal inmanejable  y ya nadie tiene confianza en el signo monetario. También aquí la sociedad está lista para un cambio.

Yo me pregunto: si la segunda nación más poderosa del mundo cayó de rodillas ante fenómenos similares y el sistema en el cual se sustentaba se vino a pique, ¿qué no podrá pasar en una pequeña nación como la nuestra que pretende resucitar un modelo ya fallecido?

Ciertamente yo no me atrevo a responder. Le pido a cada quien que saque sus propios conclusiones. La historia tiene una terca tendencia a repetirse, pero no siempre lo hace en iguales términos. Ojalá que lo que nos depare el futuro no sea a un Putin.

@josetorohardy

Petróleo: a 40 años de la estatización del petróleo (I)

Petróleo

 

A fines de este mes se cumplen 40 años de la estatización  de la industria petrolera y de la creación de Pdvsa, ocasión para una discusión  sobre el período anterior,  las cuatro últimas décadas  y sobre el futuro. El término estatización lo utilizaba Alberto Quirós para recalcar que

no podemos ser accionistas y también que existían tres empresas venezolana, Mito Juan, Talon y Las Mecedes, que fueron absorbidas por el Estado. En este y en próximo artículo abordaremos el tema.

Es de rigor mencionar el titánico esfuerzo realizado por un grupo de tachirenses que en 1882 registraron  la Petrolia del Táchira. La presencia de empresas extranjeras se inicia con la explotación de asfalto en 1901 y ya en 1914  su actuación tuvo  impacto mundial con la perforación del pozo petrolero  Zumaque I. Juan Vicente Gómez y Castro otorgaron concesiones a particulares, quienes al día siguiente las vendieron a las petroleras con grandes beneficios de los cuales participaban los gobernantes. Estas empresas contrataban obreros con muy bajos salarios y pésimas condiciones socio-económicas, mientras el personal extranjero disfrutaba de grandes beneficios. Además,  las compañías llevaban una doble contabilidad para burlar al fisco,  obtenían exoneraciones injustificables de impuestos por las  importaciones que solicitaban y causaban daños al ambiente. Para reclamar sus derechos, los obreros desencadenaron una huelga en 1925 que duró nueve días y otra en 1936 por 43 días. Es de destacar la posición de Gumersindo Torres en defensa de los intereses de Venezuela.

Con la Ley-Convenio de Hidrocarburos de 1943, en el gobierno de Medina, los venezolanos empezamos a tener un poco más de conciencia sobre esta actividad y la necesidad de regular las operaciones, mejorar las condiciones de los trabajadores y exigir el pago de tributos. Esa Ley estableció como fecha tope de las concesiones 1983,  en que las instalaciones debían revertir a la Nación. Medina otorgó nuevas concesiones. Las empresas mejoraron los salarios, construyeron viviendas,  facilidades recreacionales y comisariatos para la venta de alimentos a menor precio para sus trabajadores. Esto ocasionó diferencias  entre  los pobladores de las ciudades y pueblos petroleros: los privilegiados de adentro de los campos  y el resto  abandonado por los gobiernos locales.  El resentimiento era inevitable.

La Junta de gobierno de  1945-1947, presidida  por Rómulo Betancourt, eliminó el otorgamiento de las concesiones y estableció claramente el llamado 50-50, es decir que las compañías debían pagar en impuestos un monto igual a sus ganancias.  El dictador Pérez  Jiménez otorgó nuevas concesiones y enfrentó  una huelga petrolera en 1950  que duró diez días.  Edgar Sanabria, presidente de la Junta de Gobierno  en 1958, aumentó el impuesto a las compañías hasta un 65 %. No se otorgaron nuevas concesiones.  

Como las mismas  vencían en 1983, era inevitable que las compañías  dejaran de invertir en exploración y en mantenimiento. Por ello en 1971 el gobierno de Caldera aprobó la Ley sobre Bienes Afectos de Reversión, para garantizar que las instalaciones regresaran al país en buenas condiciones. El 29  de agosto de 1975 Carlos Andrés Pérez firmó la Ley Orgánica que reserva al Estado la industria y el comercio de los hidrocarburos  y al día siguiente se constituyó Pdvsa como holding. El 1 de enero  de 1976 todas las operaciones pasaron a la nación. Por cierto que muchos de quienes hoy detentan el poder objetaron que esa ley contemplara la creación de empresas mixtas, así como el monto cancelado a las compañías y  los contratos de tecnología y de comercialización. Paradójicamente,  la Pdvsa roja ha constituido 44 empresas mixtas.  La compensación pagada por la expropiación fue de mil cincuenta y cuatro millones de dólares, de los cuales solo ciento diecisiete millones se pagaron en efectivo y el resto en bonos a cinco años. Los contratos de asistencia técnica sumaron  6.000  millones de dólares, entre 1976 y 1981.

Sin duda esas empresas cometieron atropellos, pero debemos reconocer la indiferencia  de los venezolanos que no exigían controles al gobierno. Por otra parte, en Venezuela no teníamos  la tecnología, los recursos humanos, ni el mercado para manejar el petróleo. Si no se hubiesen dado esas concesiones las compañías lo hubiesen buscado en otros lares. Percibimos que el balance fue positivo. Venezuela llegó a ser el primer exportador de petróleo y el segundo productor mundial. Formaron recursos humanos  y  para 1975 sólo laboraban en las petroleras  200 extranjeros. Alberto Quirós era presidente de la Shell y Guillermo Rodríguez Eraso vicepresidente de la Creole.  Hay que recordar que también esas empresas llevaron a cabo programas de responsabilidad social a través de las Fundaciones Shell y Creole. Quizá el de mayor impacto fue el Servicio Shell para el Agricultor.  

En 1960 Venezuela creó la Corporación Venezolana de Petróleo para conocer mejor el negocio. Ese mismo año se creó  la OPEP con una importante influencia venezolana. En ese entonces, los países fundadores: Arabia Saudita, Irán, Irak, Kuwait y Venezuela producían 7.891.000 barriles por día y nuestro país aportaba el 36 %. Hoy esos mismos cinco países producen 22.710.000 b/d y nuestro país solo aporta el 11,7%., lo cual evidencia que fuimos los perdedores. En próximo artículo resumiremos los últimos 40 años. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

¿A cuantos lograrán engañar con los “falsos positivos” de la “guerra económica? por Damián Prat

GuerraEconómica2

 

La pregunta no es acerca de algún “pedacito” de veracidad –que no existe-  en los indignos atropellos contra Farmatodo, la distribuidora Herrera o los “Día a esDía”, operaciones típicas de “falso positivo”  inventadas para tratar de ocultar la grave responsabilidad del gobierno en la escasez causada por años de ruina de la producción nacional, efecto inevitable a su vez de la destrucción de las industrias estatales, las estatizadas, confiscadas, el ahogo a las privadas aún existentes y por la enorme corrupción de “los controles”. En fin, por “el modelo del estatismo salvaje” aplicado en nombre de una supuesta “revolución” que, como siempre ocurre en esos casos, terminó por ser una “involución” reaccionaria y de atraso.

La pregunta, entonces,  es si esa operación artificial, inventada por los laboratorios del gobierno tras analizar las repetidas encuestas, logrará engañar a algunos de tantos cientos de miles de antiguos chavistas descontentos, arr… y hartos. Y en todo caso, a cuantos podrán hacerles creer que el desastre de escasez e inflación es culpa de todo el mundo menos de ellos mismos que son los que gobiernan, controlan todo y manejan todo a su antojo.  Que si “el imperio”, que si “la oposición”  que si “la conspiración y la emboscada”.

Repasemos.  A la distribuidora Herrera le montaron una “olla” por “acaparamiento” pero el montaje se cayó en minutos por la valiente denuncia de los trabajadores en por lo menos 5 ciudades que demostraron con videos, facturas y testimonios que todo era mentira.  Incluso, en Puerto La Cruz, pusieron a “gagear” al vice Arreaza y al gobernador Istúriz que no hallaban que decirles.  En un país donde hubiera Fiscalía el escándalo habría causado hasta destituciones de ministros.  El “falso positivo”  con Farmatodo fue hasta ridículo y sería motivo de chistes de no ser por los enormes daños que causa. En una de las 172 tiendas había tres cajas sin cajeros un domingo. Y eso fue la excusa para el indigno show.   “Sancionados porque hay colas afuera”, dice el gobierno caradura cuyas tiendas Mercal, Pdval y Bicentenario tienen las peores colas y las mas humillantes del país desde hace al menos dos años.  El pueblo tiene años aguantando sol, lluvia por horas y horas sin que el gobierno jamás haya buscado un plan para aliviar tanto maltrato.  ¡Y ahora quieren engañar al pueblo con el cuento de que en Farmatodo hay colas “por una conspiración”!.  ¿Para que pusieron presos a algunos directivos?  ¿Para chantajear a los trabajadores a fin de que no hablen ni denuncien?.

No olvidemos.  ¿La escasez es por “un plan de guerra” contra el “pobrecito” gobierno militar dueño de casi todo?.  ¿Por qué hay escasez de cemento si todo está estatizado?  ¿Y de azúcar si el 80% de los centrales azucareros los maneja el gobierno?  ¿De harina de maíz si más de la mitad de las plantas (salvo Polar) son del gobierno y/o fueron asaltadas por el gobierno hace varios años?.  ¿Por qué la escasez de cabillas si el 96% está en manos del gobierno?.  ¿Quién es el amo y señor de mas del 90% de los dólares y manejan el Cadivi corrupto desde hace mas de 10 años, incluyendo los “negocios”  con “empresas de maletín” (Giordani dixit)?.  ¿Quién le tranca a las empresas legítimas el acceso a los dólares para comprar insumos a menos que “pasen por la alcabala”?.

El cuento de la “guerra económica”  es demasiado gafo aunque lo repitan en cien “cadenas” y en el control “hegemónico” de casi todos los medios de comunicación. Y aunque usen todos las policías y entes del estado para amedrentar y perseguir. Lo mas grave es la represión, los atropellos y que el gobierno, en su afán de tratar de engañar al pueblo chavista molesto ahonda en los daños profundos causados a la economía.   ¿Nos acordamos del daño tremendo a la distribución de alimentos y otros productos que se causaron en Guayana a partir de 2009 con la confiscación, estatización y posterior ruina de Friosa?.  En medio de esta debacle económica, ¿cuáles inversionistas van a venir para ayudar a recuperar la producción tras el ejemplo del brutal atropello a Farmatodo?

El plan de los “falsos positivos” (la expresión la tomamos prestada de Chúo Torrealba en su magnífico análisis dominical) parece un desesperado intento para tratar de recuperar el favor de la inmensa cantidad de  ex-chavistas que sienten la necesidad de un cambio.  No parece que vayan a lograr mucho.  Es demasiado chimbo.   Quizás también para justificar mas crispación y violencia a fin de reducir mas la poca democracia que aún queda.   Al grupito de jerarcas rojos parece no importarles destrozar mas la capacidad económica y de producción del país, con tal de intentar recuperar terreno político.   ¿Cuán peor será la escasez y serán las colas si destruyen las pocas empresas comerciales que quedan y las de producción como Polar?  ¿Nada les importa con tal de no ceder ni un ápice del poder totalitario?.

 

Damián Prat

depece54@gmail.com

@damianprat 

www.publicoyconfidencial.com