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Runrunes de Bocaranda: MEDIO - LA VENGADORA

LA VENGADORA:

La vicepresidenta Delcy Eloína Rodríguez Gómez pareciera seguir empeñada en el papel que confesó a José Vicente Rangel en su programa. Son varios los incidentes en los que ha incurrido sin importarle las reglas de juego, la diplomacia o la compostura. Solo recordar aquel intento en 2016 de entrar por las ventanas del Palacio de San Martín en Buenos Aires  a la reunión de Mercosur como lo reseñó ampliamente la prensa argentina. Un segmento de la prensa de ese día:

“La novela de la suspensión de Venezuela del Mercosur no tiene fin, y aquello de no presentarse donde uno no ha sido invitado no parece ser parte del guion, al menos por parte de la diplomacia del gobierno de Nicolás Maduro. La canciller de la República Bolivariana se metió «por la ventana» en una reunión extraordinaria de cancilleres del grupo que se realizaba este miércoles en Buenos Aires, luego de la decisión del bloque de suspender al país caribeño por incumplir compromisos técnicos y políticos adquiridos cuando ingresó”.

Lo que aconteció en el aeropuerto de Barajas donde llegó en un avión con registro turco y cuyo periplo costó $400.000 la vuelve a colocar en el papel de niña malcriada y autoritaria al sentirse guapa y apoyada por Maduro. Su desempeño, cuestionado no solo por los medios sino por los propios funcionarios del gobierno del pusilánime socialista Pedro Sánchez, obsecuente además con su segundo vicepresidente Pablo Iglesias (el mismo que fue financiado por Hugo Chávez para que fundara Podemos y se convirtiera en su “pica en Flandes” en tiempos de los gobiernos de Aznar y de Rajoy) para darle el trato de “dirigente de la oposición” sin siquiera reconocerle la presidencia de la única y legítima Asamblea Nacional venezolana. La torpeza de la vicepresidenta en su afán de torpedear la visita de Guaidó a España la convirtió en una “patata caliente” para el gobierno socialista español. El cuestionamiento de la Unión Europea a la violación de sus sanciones por un estado miembro arranca las discusiones de esta semana entre sus miembros. Delcy Eloína tuvo que salir de Barajas en un vuelo comercial de Qatar Airways con destino a Doha mientras los funcionarios españoles aseguraban que “no pisó en ningún momento territorio español en las 14 horas que estuvo el aeropuerto. Solo el “área internacional de tránsito”. Lo importante del caso es que se demostró que los chavistas y maduristas incursos en crímenes de lesa humanidad y en abultado enriquecimiento ilícito proveniente del erario venezolano se convierten cada vez más en los “parias rojos rojitos” del globo. Por eso se atrincheran en un estado cada vez mas represivo y fallido. Estas líneas en el diario El País afincan la irregularidad violatoria a las sanciones europeas: “Ni dentro ni fuera del aeropuerto. España tenía la obligación de impedir que la vicepresidenta de Venezuela pusiera un pie en territorio europeo, según las sanciones aprobadas en 2017 por la UE para castigar al régimen de Nicolás Maduro.

La presencia de Delcy Rodríguez durante varias horas en el aeropuerto de Madrid, donde incluso se encontró con el ministro español de Transporte, José Luis Ábalos, habría incumplido el mecanismo sancionador de la UE, salvo que España comunicara previamente por escrito su intención de conceder una excepción a la vicepresidenta.

No hay constancia de que se cursara esa petición por lo que el Gobierno puede verse obligado a dar explicaciones ante el órgano del Consejo de la UE encargado de velar por el cumplimiento de las sanciones pactadas por los 28 Estados miembros. Las sanciones contra Venezuela obligan a los Estados de la UE a adoptar “las medidas necesarias para impedir que entren en su territorio o transiten por él” las personas sometidas a una prohibición de viajar a la Unión Europea, según la decisión del Consejo de la Unión Europea aprobada en 2017. Esa decisión inició una batería de sanciones que se han ido ampliando progresivamente y que ya incluye a 25 altos cargos venezolanos. A todas esas personas, entre las que figura Delcy Rodríguez, se les prohíbe la entrada en Europa y se les somete a la congelación de los fondos o recursos económicos de que dispongan en territorio comunitario”.

 

NO IDEOLOGIA, SI CLEPTOCRACIA:

Moisés Naim y Francisco Toro escribieron hoy un articulo para la revista Foreign Affairs titulado “El problema de Venezuela no es el socialismo. El lío tiene poco que ver con ideología”. Detallan como el caso venezolano es invocado en las campañas electorales desde Brasil a México y desde Italia hasta los Estados Unidos como una moraleja de los peligros del socialismo. Ese señalamiento esconde mas de lo que revela. “La adherencia doctrinaria de maduro al socialismo no es el motor de la implosión de Venezuela. Lo real es el colapso del estado venezolano y la toma de sus recursos por una confederación de criminales implacables tanto de adentro como de fuera del país”. Coincide con la apreciación observada en la reciente Cumbre Anti-Terrorismo en Bogotá: “un estado fallido y en vías de desintegración territorial a manos de grupos criminales y terroristas que incluyen las FARC y el ELN en al menos 10 estados”. Terribles ambas opiniones…

La aeronave está entre las que la OFAC sancionó hace semanas y que son propiedad de Pdvsa

Estados Unidos continuó endureciendo sus sanciones a Venezuela tras el encuentro del ministro de Transporte español José Luis Ábalos con la vicepresidenta Delcy Rodríguez. Solo 24 horas después de que se vieran, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, en inglés) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció que había decidido incluir en su lista negra los aviones que utiliza el Ejecutivo venezolano para moverse por el mundo y que incluye el que usó Rodríguez días después de verse con Ábalos.

La medida afectó a 15 aviones propiedad de Petróleos de Venezuela SA, entre los que se encuentra el Dassault Falcon 2000EX con matrícula YV3360 en el que viajó la vicepresidenta. Aunque no es con el que aterrizó en Madrid, Rodríguez lo empleó este jueves para volver a Caracas tras su visita oficial de cuatro días a Turquía.

Estambul era su destino final cuando hizo escala en la Terminal Ejecutiva del aeropuerto de Barajas en la madrugada del domingo al lunes. Allí llegó en un Falcon 900LX matrícula TC-AKE operado por la compañía privada Sky Valet y, tras la parada técnica de 14 horas en la que mantuvo el encuentro con el secretario general del PSOE, volvió a subirse al mismo aparato para despegar rumbo a Estambul.

Más información en El Confidencial.

Víctor Suárez Ene 26, 2020 | Actualizado hace 3 semanas
Guaidó en la Puerta del Sol

Noche de sábado emocionante. No se sabe aún cuántas personas asistieron a Puerta del Sol en Madrid para recibir a Juan Guaidó. Esta concentración pudo haber superado todos los récords que en los libritos responden a una pregunta anodina: ¿Cuál ha sido la reunión política más concurrida de una colonia extranjera en este sitio tan centurial? Nelson Bocaranda, editor del portal Runrun.es, me lo ha preguntado. Los helicópteros de la Guardia Civil tienen plenaa certeza de lo que ha pasado allí, los policías terrestres supieron cuánta diáspora cruzó sus diez bocacalles, el gobierno del PSOE ha debido acusar, a esta hora, que lo inusitado de ese convite le ha colocado en posición defensiva.
Juan Guaidó, que venía rejoneando en afamados burladeros de Londres, Bruselas, Davos y París, entró al trapo en Madrid, y triunfó en su toma de alternativa más rutilante. Venezuela allí no se acochipaló, y ganó. Los exiliados fueron exigidos, y respondieron. Maduro y sus podemitas callaron, sus exégetas huyeron. Venezuela expuso su pecho en el centro de Hispanoamérica, y el aplauso fue clamoroso.
No es tontería.
Un masaje diplomático caracterizó el discurso de Juan en Madrid. ¿Voy a recriminarle a Pedro Sánchez que no me haya recibido en Moncloa? ¿Voy a romper esa aldaba que me da entrada y expande nuestro grito en Europa? ¿No voy a ser capaz de comprender por qué Podemos presiona, y por qué Sánchez recula? ¿No sé yo que Borrell, el canciller de Europa, es más importante que cualquier otra Arancha en Exteriores? Guaidó no se refirió en ningún momento a dificultades circunstanciales. Ni allí, ni en los espacios que precedieron la concentración.
Dice el diario El País en su editorial: “No cabe pasar por alto que la incongruencia de promover el reconocimiento de Guaidó como presidente de Venezuela para luego devaluarlo a la condición de jefe de la oposición, según ha hecho el vicepresidente Pablo Iglesias, repercutirá negativamente en el papel de España en la Unión Europea”.
En sus treinta minutos de exposición, Guaidó evitó vientos adversos. En todo momento fue positivo, en cada inflexión (bien modulada, decían a mi alrededor) insistió en conceptos bastante liminales: unidad nacional, certidumbre política, socorro internacional. “Nuestra generación sabe que la democracia no es algo que se regala, sino que es una lucha de todos los días”, dijo.
Una hora y pico debieron esperar los concurrentes. Guaidó estaba constreñido por una pauta sobrevenida. (A las seis es la cita, no te olvides de ir, tengo tantas cositas que te quiero decir…). La medalla, la llave de oro de la ciudad, los parabienes de partidos políticos españoles, los reacomodos de última hora que querían ganar indulgencias, un encuentro con la prensa, la firma de un libro de honor, el tránsito de Cibeles a Sol, los parones obligados ante las cámaras de televisión, los selfies de rigor, hicieron que todos consintiéramos, bajo la frígida garúa, en que si somos los últimos por saludar, con mucho gusto le esperaríamos.
La bella actriz Ana María Simon comenzaba a animar a la multitud, pero la presencia alargada y azul de Juan la interrumpió. Estaba allí, en ese punto colindante con La Mariblanca, la réplica idealizada de las diosas Venus y Fortuna que Madrid aun no sabe por qué la entronizó allí en 1625.
Para las tres oleadas de exiliados que viven hoy en Madrid, Guaidó es un personaje que puede y no puede, que sabe y no sabe, que sueña y despierta, que encandila pero no enceguece. Pero el raudal de jóvenes, de treintones, cuarentones y de tercera edad que vi en el Metro, me sorprendió. Salían, se expresaban, cantaban. Los jubilados y pensionados, que Maduro ha dejado al garete desde 2016, también estaban allí, añadiendo ese calor profundo de la vejez.
Guaidó, desde el lunes, cuando llegó a Europa, vía Londres, había surcado un rebullón muy extenuante. Y se plantó en la tribuna madrileña como si estuviera llegando a la Plaza O´Leary en El Silencio, el Día D, el de la victoria. «Cuando vuelva a Venezuela, llevaré buenas noticias», había dicho la semana pasada cuando se apareció de improviso en Bogotá en la Cumbre Hemisférica Anti Terrorista, escapado de tantas alcabalas siniestras.
El premier inglés Boris Johnson parecía sorprendido cuando notó las tres cuerditas a colores que llevaba en la muñeca, la Merkel mantuvo la respiración cuando le habló bastante saltarino, Josep Borrell le tomó del brazo como a los viejos conocidos, Macron se mostró distante y a poco le abrazó en el Palacio del Eliseo, el de Austria conversó como si estuvieran en un bautizo, la hija de Trump, Ivanka, le hizo guiños seductores. No se había visto a Antonio Tajani, expresidente del Parlamento Europeo, tan contento como cuando Julio Borges se lo presentó en Bruselas. Pedro Sánchez había dicho que prefería presenciar la entrega de los premios Goya y huyó por el callejón malagueño, aunque después, obligado, declaró tartajeante: “Siempre hemos apoyado a la oposición (venezolana). Queremos que se celebren elecciones rápidas”. Maduro, herido, en llanto, a 8 mil de distancia le imprecaba, mientras besaba a Maradona y recibía el Premio Lenin, ofrecido por el minúsculo Partido Comunista ruso, muy distinto al Premio Lenin de la Paz que le otorgó la URSS a Miguel Otero Silva en 1979.
Con aura recién nimbada llegó Guaidó a Sol. «Agradezco a todos». Es una generalidad de libro. Pero Guaidó no habló del incidente protagonizado por Delcy Rodríguez en un avión sin bandera en el aeropuerto de Barajas, caso que tendrá más secuelas el Yo Acuso de Emil Zolá. No se refirió a la conchupancia del trío maléfico Iglesias-Zapatero-Maduro. Ni siquiera rozó la sangre marchita que tiene el coral, prefirió solazarse ante el oso y el madroño de Sol.
Afirmativo, asertivo. Le preguntan, con mala leche, en rueda de medios, y par de verónicas le apuntalan en el ruedo. Guaidó, ni la oposición venezolana, va a romper con España. España es España. Sánchez no ha roto con la Venezuela democrática. Se ha reunido con la ministra de Exteriores Arancha González (que no le abrió las puertas del Palacio de Santa Cruz sino las de Casa de América), ambos se comprenden, ambos aseguran una ruta factible en la Unión Europea (“pleno respaldo del gobierno español a su figura”, le dijo), ambos saben que ni Borrell, en su alto cargo, ni el PSOE, van a dejar a Venezuela en la estacada. Ni que Podemos se lo exija. Podemos y el Psoe se juegan un deslinde soberano. Felipe González ha sacado sus cimitarras, la comisión de Internacionales del Psoe está en guardia, los llamados barones comarcales se muestran prestos a pasar facturas. Eso no se ha había visto nunca. ¿Será que la situación de Venezuela determinará que un gobierno europeo caiga, a raíz de una disputa vecinal?
Guaidó en España tuvo que vérselas con todos. Es probable que el apoyo del ultraderechista Vox no le suene bien a muchos en Venezuela, lo mismo si la oposición a Sánchez (a favor de Venezuela) pudiera ser capitalizada por el Partido Popular y Ciudadanos. Guaidó no habla de eso. Tiene ponchera ancha, donde caben todas las adhesiones.
El gobierno recién asumido de Sánchez tiene un bojote de cuestiones internas por resolver ante una legislatura que se presume altamente frágil. Pero que a medianoche de domingo la policía de fronteras llame al ministro de Transportes, que a su vez es el segundo en el orden al bate desde el punto de vista de la organización socialdemócrata gobernante, para que aplaque a una usurpadora con prohibición de entrada en el llamado Espacio Schengen, en clímax maníaco en la pista del aeropuerto de Barajas, es una situación que no está inscrita en ningún manual. La decisión de no recibir a Guaidó en Moncloa ya había sido un traspié que llevaba poco más de una semana en boca europea: “¡Qué bolas tiene Pedro”. El show de Delcy Rodríguez en el aeropuerto (querer bajar del avión que la llevaba a Turquía, solo para comprarse algún abalorio en el Duty Free), ha puesto en aprietos al gobierno español. Tendrá que explicarlo todo, tendrá que ofrecer satisfacciones o inmolarse ante los partidos que la semana que viene le acribillará en el Congreso de los Diputados. José Luis Ábalos, el personero que se negó a aplicar las sanciones que pesan sobre la susodicha (al igual que a otros 24 malhechores), que evitó que la policía fronteriza la detuviera, que actuó (según una de sus cinco versiones) para “evitar lo peor”, tendrá que sortear la petición de dimisión que están exigiendo al menos 151 diputados de los 350 que componen el parlamento español.
Guaidó obvió todo eso en su discurso en Sol. Ya tenía en sus alforjas la reiteración del apoyo de dos continentes. El lunes 27 se verá con Justin Trudeau, primer ministro de Canadá. Podría ser recibido el martes en la Casa Blanca, antes de volver a su país por donde mismo salió.
Evacuada la plaza, con los callejones repletos, grupos musicales venezolanos cantando a todo pulmón, carteles y pancartas dejados en los hombrillos, banderas y bufandas tricolores replegándose a casa, un grupo numeroso se refugia en el centenario Café Varela, en calle Preciados, en Callao. En la puerta, un español genuino le dice a su gente en retirada: “¿miraron?, todos son venezolanos, estuve a punto de gritar Maduro coñetumadre”.

Ledezma, González Laya, Casado y Gómez: los primeros encuentros de Guaidó en Madrid
La canciller de ese país fue quien recibió al líder venezolano en representación del gobierno español, luego de que Pedro Sánchez se negara a verlo

 

El presidente de la Asamblea Nacional y encargado de la República, Juan Guaidó, se reunió este sábado 26 de enero, en horas de la tarde, con varios funcionarios del gobierno español, además de haberse reencontrado con político venezolano en el exilio, Antonio Ledezma, en la sede de la Casa América de Madrid.

Una de las conversaciones más importantes de Guaidó fue la sostenida con la Ministra de Relaciones Exteriores de España, Arancha González Laya, quien asistió en representación del jefe de Gobierno, Pedro Sánchez, el único de los líderes europeos que no se vio cara a cara con Guaidó, a diferencia de los presidentes Francia y Reino Unido.

Sobre ese episodio se refirió ante los medios reunidos en Casa América otra de las personalidades que se vio con Guaidó: el presidente del Partido Popular, Pablo Casado.

“Hoy es un día también de tristeza, porque Pedro Sanchez decidió no recibir al presidente de Venezuela como sí lo hicieron otros líderes. Con este reproche tenemos que decir que Pedro Sánchez no está a al altura de un presidente de España“, dijo.

Seguidamente reveló que fue el partido Podemos, cuyos líderes asesoraron varias veces a los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, le exigió a Sánchez que no recibiera a Guaidó.

«Sánchez está recibiendo consejo Podemos y de Zapatero, quien está financiado por el régimen de Maduro. Sánchez tiene que decidir“, acotó, al tiempo que condenó que funcionarios del gobierno español se haya reunido con la vicepresidenta Delcy Rodríguez.

Guaidó también se encontró en Casa América con Héctor Gómez, secretario de Relaciones Exteriores del Partido Socialista Obrero Español. 

La imagen del presidente de la Asamblea Nacional con Ledezma, quien varias veces a adversado a Guaidó vía Twitter, dio la vuelta al mundo pocos minutos después de ser tomada. El ex alcalde metropolitano vive en Madrid luego de haberse fugado de la prisión domiciliaria a la que había sido confinado por el gobierno de Maduro.

Según una nota de prensa de la Presidencia encargada, Ledezma le manifestó al primer mandatario que «se encuentra satisfecho con el trabajo que ha realizado internacionalmente». Ambos se reunieron en privado para conversar sobre los esfuerzos de la política exterior de Guaidó y  la Asamblea Nacional.

Más temprano, el líder opositor fue recibido en el aeropuerto de Barajas por personalidades venezolanas en el exilio, como Lilian Tintori, esposa del líder de Voluntad Popular, Leopoldo López, quien desde el 30 de abril escapó de la prisión domiciliaria para asilarse en la Embajada de España en Caracas. 

De acuerdo con el reporte de la Associated Press, en horas de la mañana varias decenas de personas se congregaron a las puertas de la cancillería española para protestar por la visita de Guaidó, al que llamaron «payaso» y «títere del imperio».

 

Más información en breve…

Guaidó visita Madrid en medio de polémica por reunión de Delcy Rodríguez con ministro español
Fuentes del Ejecutivo español explicaron al diario El País que Pedro Sánchez no se reuniría con el líder venezolano porque los países europeos habían acordado enviar a sus cancilleres a estos encuentros

 

La bandera de Venezuela ondea este sábado, 25 de enero, en el balcón de la Real Casa de Correos, la sede del gobierno de Madrid. La razón es la visita a esa ciudad del presidente de la Asamblea Nacional venezolana, Juan Guaidó, quien en medio de una gira europea que lo ha llevado a Reino Unido, Suiza y Francia, hace una parada en la urbe para ser recibido por varios funcionarios y políticos españoles, a pesar de que el jefe de Gobierno de esa nación, el líder del Partido Socialista Obrero de España (PSOE), Pedro Sánchez, se haya negado a reunirse con él.

La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, recibirá en nombre de Sánchez a Guaidó, quien es reconocido por ese país y por toda la Unión Europea como presidente encargado de Venezuela desde que asumió la investidura hace un año.

De acuerdo con el diario El País, fuentes del Ejecutivo español explicaron que cuando se tomó la decisión de «limitar el rango de la visita a la ministra de Exteriores todos los demás países europeos tenían la intención de hacer lo mismo». Sin embargo, el acuerdo se rompió luego de que el primer ministro británico, Boris Johnson, y el presidente francés, Enmanuel Macron, sí recibieran al líder venezolano en sus despachos. La actitud de Sánchez fue cuestionada incluso por expresidentes del PSOE como Felipe González.

A pesar de los desaires, la presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ofrecerá una recepción oficial a Guaidó y le impondrá la Medalla Internacional de su despacho.

Por su parte, José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, no solo recibirá al presidente de la AN sino que le entregará las llaves de la ciudad en la sede del Ayuntamiento. Aseguró que la intención es que «toda esa comunidad le dirá al mundo que respeta y apoya la causa que representa Guaidó».

La llegada del líder venezolano coincide con la polémica desatada en el país europeo luego de que el ministro de Transportes español, José Luis Ábalos, admitiera haberse visto cara a cara con la vicepresidente de Venezuela, Delcy Rodríguez, quien desde hace años es una figura clave en la administración de Nicolás Maduro y tiene prohibida la entrada al continente por decisión de la Unión Europea. El encuentro fue criticado hasta por Estados Unidos.

En horas de la tarde, Guaidó tiene programado un acto junto a la comunidad venezolana en la ciudad en Sol.

El medio español ABC aseguró que el Ministro de Transporte José Luis Ábalos sí se reunió con Delcy Rodríguez en secreto

La Comisión Europea señaló este viernes que los países que están suscritos al bloque europeo deben vigilar que se apliquen las sanciones establecidas a los funcionarios del régimen de Nicolás Maduro, luego de que se confirmara la presencia de la vicepresidenta Delcy Rodríguez en el Aeropuerto de Barajas y que fue recibida por el ministro de Transporte español, José Luis Ábalos.

«La implementación de las restricciones de viaje es un asunto que corresponde a los Estados miembros y, por supuesto, esperamos que todos los Estados miembros cumplan con el régimen de sanciones que han acordado», explicó la portavoz comunitaria de Exteriores Virginie Battu, haciendo referencia a la Cancillería española.

Battu detalló que deben ser las autoridades del país las que determinen si se ha violado algún tipo de sanción impuesta por la Unión Europea y son los responsables de aplicarlas, ya que los Estados miembros adoptan por unanimidad las normas en el Consejo de la UE y quedan vinculados a cumplir.

Según EFE, fuentes apuntaron a que «no hay motivos» para que el Ministerio de Asuntos Exteriores no revise este caso y que, si se determina que ha habido una violación del régimen de sanciones con la presencia de Rodríguez en España, deben reportarlo al Consejo de la UE, la institución que representa a todos los Estados miembros.

Battu confirmó que Rodríguez está incluida en la lista de 25 personalidades venezolanas a las que se aplica una congelación de activos y una prohibición de viaje a territorio europeo, aunque no hizo comentarios específicos sobre la presencia de Rodríguez en Barajas ni sobre la supuesta reunión de la venezolana con un miembro del Gobierno español

La delegación del PP en el Parlamento Europeo registró, a través del eurodiputado, una pregunta escrita al alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, para que aclare si el viaje de Delcy Rodríguez incumple el régimen de sanciones y qué medidas tomará «para que hechos como este no vuelvan a repetirse».

Fuentes del Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana de España confirmaron este viernes al diario ABC de España que el titular de ese despacho, José Luis Ábalos, sí se reunió con Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela afín a Nicolás Maduro solo con un»contacto formal», reunión que al parecer se llevó a cabo en el Aeropuerto de Barajas debido a que Rodríguez no puede pisar suelo español debido a las sanciones que pesan en su contra.

Partido Popular de España pide al gobierno de Sánchez respaldar a Guaidó
Parlamentarios de la tolda conservadora piden que el Gobierno español lidere desde la Unión Europea (UE) la defensa de la celebración de elecciones presidenciales democráticas, libres y transparentes en Venezuela. Además exigen que se sigan imponiendo sanciones individuales a los altos funcionarios del cuestionado gobierno de Nicolás Maduro

El conservador Partido Popular (PP), principal de la oposición en España, solicitó al nuevo Gobierno de coalición español que respalde a Juan Guaidó y que lidere en la Unión Europea (UE) la defensa de elecciones democráticas en Venezuela.

Los representantes parlamentarios del PP presentaron dos propuestas en el Congreso en la que instan al Ejecutivo del socialista Pedro Sánchez a respaldar a Guaidó y a apoyar las acciones internacionales contra el saqueo minero del área amazónica del Orinoco y en defensa de la población indígena.

En la primera de las propuestas presentadas al Congreso, los conservadores piden que España lidere en la Unión Europea la defensa de la celebración de elecciones presidenciales democráticas, libres y transparentes en Venezuela, así como la exigencia de seguir imponiendo sanciones individuales a los altos funcionarios del Gobierno de Nicolás Maduro y sus familias con el bloqueo de sus cuentas.

La iniciativa parlamentaria destaca además que el Gobierno venezolano decretó en 2016 Zona de Desarrollo Estratégico al Arco Minero del Orinoco, y asegura que «la voracidad y el descontrol de la explotación minera está originando graves estragos ambientales y sociales.»

El saqueo de esa importante reserva natural de Venezuela, rica en oro, diamantes y coltán, muy apreciado por uso en la fabricación de teléfonos móviles, por parte del Gobierno de Maduro, ha sido denunciado en numerosas ocasiones por la oposición venezolana.

La explotación de la zona trae también «violaciones de diversos derechos o el riesgo de mujeres y niñas de ser objeto de trata, así como el aumento de enfermedades entre la población indígena», añade la iniciativa del PP español.

 

Asdrúbal Aguiar Ene 11, 2020 | Actualizado hace 3 semanas

Recién ordeno y cierro, por lo pronto, mi obra periodística y de ensayos acometida a lo largo de los últimos veinte años. Son 8 volúmenes y casi 5.000 las páginas en las que me muerdo la cola para entender y denunciar a la mutante revolución que se cuece entre el Foro de Sao Paulo y sus escribanos de Valencia, España.

Adiestrados estos, intelectualmente, por La Habana, se montan sobre los hombros una tarea cuya realización preocupa hace treinta años, cuando se predica, con liviandad, el fin del comunismo, vale decir, la llegada del posmarxismo que se apalanca sobre los proventos del capitalismo y manipulando las formas de la democracia, para vaciarlas de todo contenido. Eso sí, oculto tras los camisones de ocasión, útiles en el mercado de la opinión pública y para sus redes globales: bolivarianismo, luego socialismo del siglo XXI, al término progresismo; ese mismo que vocean el impresentable de Ernesto Samper Pisano y José Luis Rodríguez Zapatero.

Más directos y sinceros han sido, ayer Fidel Castro, quien, ante la pregunta de una periodista sobre el significado del socialismo del corriente siglo, la ataja en seco: ¡es comunismo!, nada más; hoy, Alberto Garzón, novel ministro de Pablo Iglesias dentro del morganático régimen que se instaura en España, quien afirma que: “el proyecto político de Castro está más vivo que nunca”.

Todo comienza, pues, con un pequeño volumen, el noveno, de apenas 128 páginas, editado por el diario El Nacional el año 2000, que escribo a finales de 1999 para dar cuenta de mi Revisión crítica de la Constitución bolivariana. Desde entonces y ahora, la llamo el pecado original. Su prólogo – ¿quién podría imaginarlo?, yo mismo me sorprendo – se lo solicito a un cordial y amigable profesor valenciano, a quien conozco a inicios de dicho año cuando atiendo una cita del director general de la UNESCO, para dictar en España una charla, en Castellón de La Plana.

Él y varios de sus colegas, así, llegan a Caracas para enterarse, con fines académicos, del proceso constituyente nuestro. Es lo que esgrimen y me dicen al saludarme. Mas al cabo son ellos quienes, tras bambalinas, imaginan e impulsan a La Bicha de Hugo Chávez, como primera experiencia acordada entre Lula y Fidel en 1991, dándole paso franco al poscomunismo señalado. Y como se sab más tarde, les contrata Isaías Rodríguez, vicepresidente de la Constituyente, embajador en España, manifiesto protector de la ETA, lo que es un dato secundario para esta crónica.

Topamos, así, con el posmarxismo en tierras americanas, con sus constituyentes a cuestas y sus procesos para el desmontaje de nuestras democracias, amantadas estas por el patrimonio moral del Occidente judeocristiano.

Se cuecen los estatutos políticos del poscomunismo en los hornos de la universidad valenciana y su fundación, que a lo largo de los años se hará beneficiaria de asesorías generosas asignadas desde Caracas, Quito, y La Paz. Me refiero a la Fundación CEPS, al Centro de Estudios Políticos y Sociales cuyo cerebro más destacado y acucioso es el actual catedrático Roberto Viciano Pastor. En lo adelante no oculta más su filiación ni sus tareas, como el haber dirigido los “equipos de seguimiento y asesoramiento a las Asambleas Constituyentes de Venezuela (1999) y las más recientes de Ecuador y Bolivia”.

“La observación del autor es crítica – dice Viciano sobre y acerca de mi desencuentro con “su” Constitución y en el prólogo que me escribe en 2000 – desde una particular visión del derecho, de la función pública y del deber del Estado, y desde una priorización de los valores de la que, desde luego, no es espejo fiel la nueva Constitución”. Se refiere, obviamente, a la suya, a la que asesora desde Valencia y para Venezuela, a partir de una institución cuyo portal la muestra como consultora política, jurídica y económica, de las “fuerzas y gobiernos progresistas de América Latina”.

Lejos de lo anecdótico, lo vertebral es que tras un ejercicio y varias puestas en escena por quienes se empeñan en no quedarse huérfanos ante el agotamiento de la experiencia del socialismo real soviético, pasadas tres décadas de sinuosa penetración, experimentando más allá de los predios de la Madre Patria, los armadores españoles del Foro de Sao Paulo regresan a su nicho, al CEPS en el que amamantan a Pablo Iglesias y los constructores de PODEMOS. Se trata de los destructores que intentarán ser, ahora, de la milenaria cultura de la que se avergüenzan una parte de la Europa y la España posmodernas: No lo digo yo, lo afirma el Papa Ratiznger, en pasada oportunidad, cuando desnuda al progresismo como relativismo cabal y amoral de la existencia.

Llega a Madrid, en suma, la muerte de Dios – lo repito por enésima vez – y el presupuesto para que la corrección política signifique el fin de los sólidos morales y cualquier acotamiento desde lo racional. Es lo que manda, al caso y como lo señalo en mi anterior columna, la Agenda igualitaria de la ONU 2030.

Lo más insólito es que todo se reduce al advenimiento de una procaz religión, nutriente de la desesperanza, asociada con el delito, envilecedora como ninguna, la de “los principios y valores de Fidel Castro, que debemos seguir defendiendo”, según lo indica Garzón. En esa estamos, en el plano de los “rauxas”, dirán los catalanes.