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«El Gobierno español dice que no hubo ninguna irregularidad. Si el Gobierno español lo dice, nos lo creemos», apuntaron las fuentes cercanas a la Unión Europea

 

Fuentes cercanas a la Unión Europea (UE) informaron este jueves que ese organismo descarta que existan motivos para investigar sobre lo ocurrido en España con Delcy Rodríguez, vicepresidenta afín a Nicolás Maduro; su recibimiento por el ministro de Transporte, José Luis Ábalos, y sobre cómo Madrid aplica las sanciones impuestas a nivel europeo.

«No creemos que haya que hacer ese análisis conjunto de cómo los Estados miembros aplican las sanciones. Francamente, lo que ha ocurrido en Madrid no creemos que sea suficiente para hacerlo», señalaron.

Recordaron que los Estados que integran la UE mantienen de forma unánime las sanciones contra autoridades venezolanas por su papel en la represión interna del país desde 2017, entre ellas Rodríguez, y son las propias naciones las que deben velar por su cumplimiento – en el caso de España, el Ministerio de Exteriores – al no tratarse esa política de sanciones de «ley europea».

En ese sentido, la Comisión Europea – «guardiana» de los Tratados – no tiene un papel en el seguimiento de la política de sanciones diplomáticas y que las medidas restrictivas las debe aplicar los Estados miembros.

«Las sanciones no las establece la CE. Forman parte del trabajo del Consejo. No es ley europea. Por ello, la CE no tiene nada que hacer. No puede iniciar un procedimiento de infracción», explicaron las fuentes.

En todo caso, cabría la posibilidad de «analizar si la aplicación es homogénea» a nivel de Europa, una suerte de «análisis de conjunto para ver si la aplicación es uniforme», pero siempre «viendo lo que hacen todos» y no escrutando «un caso concreto».

«El Gobierno español dice que no hubo ninguna irregularidad. Si el Gobierno español lo dice, nos lo creemos», apuntaron las fuentes, en referencia a las declaraciones de miembros del Gobierno ante medios de comunicación o en el Congreso de los Diputados asegurando que Rodríguez «no entró en territorio español».

Por lo que respecta al proceso de negociación entre el régimen de Maduro y la oposición liderada por el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, para tratar de encontrar una salida negociada a la crisis política en Venezuela, las fuentes comunitarias confirmaron que se mantiene el «bloqueo».

La UE continúa los contactos con todas las partes, también a través de su representante especial para esta crisis, Enrique Iglesias, y sigue preparando la conferencia de donantes ya anunciada pero para la que aún no hay confirmada fecha ni lugar de celebración.

El Parlamento Europeo (PE) aprobó este lunes incluir en su orden del día un debate sobre la presencia en España de la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, en la madrugada del 19 al 20 de enero, cuando mantuvo un encuentro con el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, en el aeropuerto madrileño de Barajas.

A propuesta del eurodiputado de Ciudadanos Jordi Cañas, la Eurocámara aprobó por 189 votos a favor, 159 en contra y 10 abstenciones la inclusión de este asunto en la agenda del pleno de este martes, por lo que los eurodiputados debatirán este asunto en torno a las 16.00 horas (15.00 GMT) de mañana.

En su intervención para defender el cambio en la agenda, Cañas reclamó la celebración del debate para abordar «el incumplimiento por parte del Gobierno español» de las sanciones europeas contra miembros del Ejecutivo de Nicolás Maduro.

Cañas afirmó que Rodríguez «permaneció catorce horas ilegalmente en suelo español» y afeó que el Gobierno haya dado «más de seis versiones diferentes» sobre su presencia en España.

«Solicitamos que este Parlamento debata esta situación para que la Comisión y el Consejo informen de las explicaciones recibidas por parte de Gobierno español y asuman si las consideran suficientes o no; la credibilidad internacional de la UE y el respeto a sus decisiones está en juego», dijo.

El jefe de la delegación del PSOE en el Parlamento Europeo, Javier Moreno, afeó a Cañas que utilice la Eurocámara «como trinchera para atacar sin motivos al Gobierno español» y consideró que su petición «se corresponde a intereses partidistas».

El expresidente de Gobierno de España y frecuente mediador en procesos de diálogo favorables al chavismo, José Luis Rodríguez Zapatero, prevé una reactivación del diálogo en Venezuela que solucione la crisis política que afronta el país.

En una entrevista otorgada al diario digital El Español dos días antes de viajar a Venezuela, Rodríguez Zapatero se vanagloreó de «conocer la realidad» de Venezuela y advirtió que la prensa internacional no cuenta las dos versiones de la historia, argumento utilizado para reafirmar que espera una solución a los problemas del país mediante un diálogo entre oficialismo y oposición.

«Lo que afirmo es que en Venezuela veremos nuevamente un proceso de diálogo, ojalá de acuerdos, y todas las tesis radicales que se han ido imponiendo en un lado o en otro quedarán afortunadamente olvidadas. Este es mi pronóstico», enfatizó el político español.

Rodríguez Zapatero se jacta de haber visitaro Venezuela 38 veces y de mediar distintos procesos de diálogo fallidos. La última vez que se sentó tanto con el oficialismo como con la oposición mayoritaria, todo acabó en posible un acuerdo que se firmaría en República Dominicana, que tuvo un cierre abrupto en el que el representante del chavismo, Jorge Rodríguez, aseguraba que ya había compromiso entre ambas partes; mientras que el representante de la oposición, Julio Borges, aseguraba que el chavismo nunca aceptó los términos propuestos.

Este polémico episodio, según el mediador español, ocurrió porque la «oposición radical» cambió de opinión al último minuto, e insinuó que se trataba de una influencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

«Fuimos a firmar y el último día no se hizo, de manera inesperada para el Gobierno dominicano, para parte de la oposición y para mí. Por qué: ¿porque Trump estaba ahí? ¿Por cálculo? ¿Porque se pensaba que se podía tumbar a Maduro?», se preguntó.

Sobre las elecciones presidenciales de 2018, cuestionadas por la comunidad internacional y las cuales sustentan los argumentos de la Asamblea Nacional para que su presidente, Juan Guaidó, asumiera también como mandatario encargado, Rodríguez Zapatero sostiene que el proceso electoral fue válido ya que los venezolanos votaron libremente.

«Desde luego, lo que la gente vota lo hace libremente y no se puede modificar. Eso es claro. Otra cosa son las condiciones previas: si el Gobierno hace uso y abuso del poder y medios públicos, que por supuesto. Pero eso es distinto», dijo.

También culpó a la administración de Donald Trump, y a la aplicación de sanciones por parte de la comunidad internacional contra los funcionarios venezolanos, por la crisis socioeconómica que vive el pueblo venezolano.

«La paciencia la perdió Trump porque pensó que podía dar una lección de derechos humanos que yo no me creo», respondió cuando le preguntaron cuánto duraría la paciencia de los venezolanos.

Finalmente, el expresidente reiteró que en España solo se ha mostrado una parte de la realidad venezolana. Explicó que existe una confrontación entre dos bloques que parecen «irreconciliables», que provocan una ruptura de «las costuras de la convivencia democrática».

 

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Arancha González Laya niega que su llegada al frente del ministerio español de Exteriores implique cambios bruscos en las políticas. Y, sin embargo, tanto sus gestos como sus mensajes dan pistas de un sólido deseo de renovación. Reacia al boato y al formalismo, la ministra dirige desde el mes pasado la diplomacia española, un cuerpo muy apegado a las tradiciones. Ella resuelve la aparente contradicción invocando lo que llama “diplomacia del siglo XXI” y esgrimiendo como aval su amplia experiencia negociadora en organizaciones como la Comisión Europea, la Organización Mundial del Comercio y Naciones Unidas. Didáctica y asertiva, la ministra recibe a El País el pasado viernes, minutos después de haber conversado por teléfono con el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo.

Pregunta. En su ministerio se aprecian señales de cambio. La primera se refiere a la llamada diplomacia económica. ¿En qué consiste esa estrategia? ¿No corre el riesgo de quedar confundida con una ministra de Comercio?

Respuesta. La diplomacia económica supone ajustar el papel de la diplomacia al siglo XXI. Apalancar la economía en todas sus expresiones: cultural, empresarial, investigadora, científica. Yo llego aquí y encuentro que el ministerio tiene una red increíble de casas, fundaciones, patronatos… Cada una se puede articular mucho mejor para ponerla al servicio de la política exterior. Es una manera más moderna de interpretar el rol de la diplomacia.

PHa eliminado como tal la Secretaría de Estado de Iberoamérica. ¿No es necesaria ya una persona específica para dialogar con esa región tan cercana?

R. Iberoamérica no tenía una secretaría de Estado exclusiva. La compartía con cooperación, algo que cuando llegué aquí me dijeron que no gustaba. Quise reposicionar Iberoamérica donde tiene que estar: con las relaciones exteriores de España, pero con una especificidad que no tienen otras regiones. ¿Significa que recortamos nuestro interés por Iberoamérica? Francamente no. En mi primera semana de trabajo he llamado a todos los ministros de Exteriores de Iberoamérica. No lo he hecho con otras regiones.

P. En el caso concreto de Venezuela, ustedes dicen que no hay cambio de políticas, pero el presidente del Gobierno ha pasado de reconocer a Juan Guaidó a no recibirlo y a hablar de “reconocimiento de la oposición venezolana”. ¿Eso cómo se explica?

RGuaidó es el presidente encargado de Venezuela y eso lo dice España por activa y por pasiva. Es verdad que cuando viene lo recibo yo, como lo recibe Josep Borrell en Bruselas. Lo que me importa es que hagamos avanzar una situación que se ha enquistado en Venezuela. La manera de hacerlo nos parece construir un consenso internacional lo más amplio posible que apoye a las partes de Venezuela en torno a la celebración de elecciones democráticas. Igual nos equivocamos, pero me gustaría que se nos diera un poco de crédito. Nuestro objetivo no ha cambiado en este año, pero la situación sobre el terreno sí. También hay que tener en cuenta que la situación de España respecto a Venezuela es diferente a la de otros países. Tenemos una gran población venezolana en España y española en Venezuela. Somos los únicos con un líder opositor, Leopoldo López, en nuestra misión diplomática. Lo que no aprecio es el uso partidista que se ha hecho de la visita de Guaidó, que no ayuda a resolver el conflicto en Venezuela.

*Lea más en El País

Laureano Márquez P. Ene 28, 2020 | Actualizado hace 1 mes
Ábalos avala

La vida tiene siempre contradicciones curiosas y hasta humorísticas, en ese formato que suele denominarse humor accidental, que son las situaciones hilarantes que produce la gente que se supone seria en pleno ejercicio de su seriedad. José Luis Ábalos es ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana del reino de España. Siendo este su relevante cargo, no supo que la vicepresidenta de un país sancionado por la Unión Europea –transportada en una aeronave perseguida por el gobierno de los Estados Unidos– se movilizaba hacia España. Si lo anterior les parece poco, encima acudió a una cita que no estaba en su agenda urbana y al filo de la media noche, que la nocturnidad siempre causa una mala impresión.

El rosario de explicaciones que ha dado el funcionario también han sido muy hilarantes:

Primera versión: “no hubo reunión alguna”.

Segunda versión: él solo fue a recoger a su colega venezolano (raro escribirlo a tan altas horas si se iba a ver con él en una reunión pautada para el día siguiente).

Tercera versión: el ministro del interior de España le aviso a Ábalos que en el Falcón había aterrizado también la número dos del pretendido número uno y además le dijo que le avisara que si se bajaba del avión sería detenida. Curioso eso de que los funcionarios avisen a los que son buscados por delitos de cómo evitar que se les detenga.

Cuarta versión: el ministro venezolano le pidió que de pasadita saludara a la susodicha “la saludé, nada más, al margen de recordarle que lamentablemente no podía pisar el territorio español” (subrayado nuestro, al tiempo que lamentamos el “lamentablemente” dicho a la número dos de aquel a quien se lamentan).

Quinta versión: no fue un “encuentro”, sino una conversación de 20 a 25 minutos.

Se entiende que el avión es territorio venezolano, pero se informa que la funcionaria cambió de avión sin pisar suelo español, suponemos que gracias a sus grandes habilidades en salto con garrocha desarrolladas durante 20 años de salto revolucionario de un cargo a otro.

Pero como dicen las tele ventas, todavía hay más: la número dos salió rumbo a Turquía a las 14:42 del día lunes, dicho en cristiano, las 2 y 42. Siendo que había llegado a las 0,12 del mismo día, permaneció en el avión un total 14 horas 30 minutos, puesto que el ministro señaló que en ningún momento pasó a territorio español.

Bueno la polémica promete, porque todavía falta la versión de la susodicha y de su jefe, que considerando que saben que tienen en sus manos el prestigio del nuevo gobierno español, la usarán a discreción como una carta bajo la manga para conseguir algún dividendo adicional o quién sabe qué especial favor.

En todo caso, por lo que llevamos dicho, lo que sí queda claro es que Ábalos avala.

 

@laureanomar

Las aseveraciones de que la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez no pisó suelo español, no se sostienen. El diario español El Confidencial consultó con varios juristas para determinar si en efecto la número dos del gobierno de Nicolás Maduro violó las sanciones que le impuso la Unión Europea. 

El ministro José Luis Ábalos ha declarado en todo momento que Rodríguez estaba «de tránsito». «Le recordé que no podía pisar suelo español», «ni hubo reunión ni pisó territorio español», aseguró en distintas declaraciones. Ante esto, jurista de España afirman que está equivocado, pues, a menudo, los Estados, incluido España, se amparan en la existencia de esa pretendida tierra de nadie —’terra nullius’, en términos jurídicos— para protegerse en la pretendida inmunidad que esta calificación otorga.

«En la actualidad, no existen ‘terra nullius’, es decir, espacios no sometidos a la soberanía de los Estados. El aeropuerto de Barajas no es un espacio internacionalizado sustraído de la soberanía española. Otra cosa es que no se hayan pasado los controles aduaneros o migratorios», precisa el experto, que destaca que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos «han declarado que estas zonas se encuentran bajo la soberanía de los Estados», afirma el catedrático de Derecho Internacional de la Universidad Rey Juan Carlos Francisco Jiménez.

Otro de los juristas consultados recuerda que el propio Tribunal Constitucional se refirió al asunto en 1996 en contestación a un demandante de asilo. En aquella ocasión, el Constitucional indicaba que la zona internacional del aeropuerto es territorio español. «Tanto el espacio aéreo como los aeropuertos están sometidos a la soberanía española, tal y como declaran los artículos 1, 3, 42 y 47 de la Ley sobre Navegación Aérea, de 1960, y los artículos 1, 2, 10 y 13 del Convenio sobre Aviación Civil Internacional, firmado en Chicago en 1944, y ratificado por España en 1969».

«El espacio aéreo situado sobre el territorio español y su mar territorial está sujeto a la soberanía del Estado español«, precisa el constitucionalista consultado por El Confidencial. Lo mismo sucede con el convenio de Chicago, en el que se deja al país en cuestión el cumplimiento de su legalidad «en lo relativo a entrada y salida de pasajeros o mercancías». Las normas de cada uno «deberán ser cumplidas durante la llegada, salida y estancia en dicho país», agrega.

Que Delcy Rodríguez sí pisara suelo español durante esa noche no implica que Bruselas vaya a entrar en el asunto. La Comisión Europea se mantiene de perfil y promete que así seguirá incluso si cambia otra vez la versión de los hechos: la política exterior, la aplicación y supervisión del cumplimiento de las sanciones de la Unión Europea, corresponde a las autoridades competentes de los Estados miembros, en este caso, al Ministerio de Asuntos Exteriores.

Las bases de las sanciones a la cúpula del régimen venezolano señalan que los incluidos en la lista, entre los que se encuentra la vicepresidenta Rodríguez, no pueden entrar en ningún país de la Unión, pero tampoco “transitar por él”. En la última versión que el Gobierno acepta, la líder venezolana se bajó del primer avión, recorrió con ayuda de la policía los cuatro kilómetros que separan la terminal ejecutiva de la T4 y subió a un vuelo comercial con destino a Doha (Qatar). Según fuentes conocedoras del aeropuerto, habría sido un recorrido similar al que realizan aquellos pasajeros que hacen escala en Barajas y no tienen visado para la UE. La particularidad, en este caso, es que ella llegó a la terminal ejecutiva, la de ‘jets’ privados, en la que no está previsto ese movimiento.

No existe un mecanismo europeo para la supervisión del cumplimiento de sanciones, y tampoco un foro a nivel comunitario en el que otros Estados miembros puedan pedir explicaciones. Lo más parecido es un grupo de intercambio de buenas prácticas entre las capitales. Las fuentes europeas insisten: esto es un tema que depende del Ministerio de Exteriores español, y no consideran una posibilidad que un Estado miembro que ha firmado voluntariamente unas sanciones decida, deliberadamente, incumplirlas.

Bruselas considera que no tiene potestad para entrar en el asunto en profundidad y prefiere dar carpetazo al asunto. Otros prefieren apuntar a otro trozo de la frase clave: “Los Estados miembros adoptarán las medidas necesarias para impedir que entren en su territorio o transiten por él”. “Adoptarán las medidas necesarias” es, para algunos en la capital comunitaria, la clave de la frase.

 

*Con información de El Confidencial

Runrunes de Bocaranda: ALTO - CORTANDO COMO TORERO

CORTANDO COMO TORERO:

La imperdible crónica que para Runrun.es nos brindó el respetado colega Víctor Suárez desde la capital española no tiene desperdicio. Su aguda y escudriñadora pluma acierta una vez mas al colocarnos en el centro del encuentro de la comunidad venezolana con el carismático Juan Guaidó, presidente de la legítima Asamblea Nacional y encargado del interinato presidencial ante las violaciones a la Constitución por parte de Nicolás Maduro Moros. Aquí un extracto: “Guaidó, desde el lunes, cuando llegó a Europa, vía Londres, había surcado un rebullón muy extenuante. Y se plantó en la tribuna madrileña como si estuviera llegando a la Plaza O´Leary en El Silencio, el Día D, el de la victoria. «Cuando vuelva a Venezuela, llevaré buenas noticias», había dicho la semana pasada cuando se apareció de improviso en Bogotá en la Cumbre Hemisférica Anti Terrorista, escapado de tantas alcabalas siniestras.

El premier inglés Boris Johnson parecía sorprendido cuando notó las tres cuerditas a colores que llevaba en la muñeca, la Merkel mantuvo la respiración cuando le habló bastante saltarino, Josep Borrell le tomó del brazo como a los viejos conocidos, Macron se mostró distante y a poco le abrazó en el Palacio del Eliseo, el de Austria conversó como si estuvieran en un bautizo, la hija de Trump, Ivanka, le hizo guiños seductores. No se había visto a Antonio Tajani, expresidente del Parlamento Europeo, tan contento como cuando Julio Borges se lo presentó en Bruselas. Pedro Sánchez había dicho que prefería presenciar la entrega de los premios Goya y huyó por el callejón malagueño, aunque después, obligado, declaró tartajeante: “Siempre hemos apoyado a la oposición (venezolana). Queremos que se celebren elecciones rápidas”.

Maduro, herido, en llanto, a 8 mil km de distancia le imprecaba, mientras besaba a Maradona y recibía el Premio Lenin, ofrecido por el minúsculo Partido Comunista ruso, muy distinto al Premio Lenin de la Paz que le otorgó la URSS a Miguel Otero Silva en 1979”.

 

SI HAY FUTURO:

Otra crónica, esta vez del colega Sebastián de la Nuez, nos aproxima al encuentro en paz que quiere la mayoría de nuestros compatriotas:  “Anoche vi a Juan Guaidó y todos en la plaza, donde no cabía literalmente un alfiler, vieron en él una esperanza concreta de futuro. Eso es lo que anima a la gente: una voz, una ilusión de reencuentro en paz. Un horizonte para un país desahuciado, acogotado hasta la asfixia. No hizo ningún anuncio concreto, habla de valores y asegura que las cosas pronto cambiarán y que todos los venezolanos podrán regresar a su país pero no indica cómo será posible esto. Recalca el apoyo internacional. Asegura que los venezolanos no están solos. Dice que cada uno en el exterior tiene algo por hacer, y es comunicarse en positivo. En fin, su discurso es motivador, reivindica la voluntad de mantenerse en pie, insiste en llamar a la calle y habla de algo que lleva por dentro cada venezolano de la diáspora: no se puede ser tolerante con el chavismo.

«Yo les pido que nos paremos firmes por nuestros valores, por la democracia, por lo que podemos ser como sociedad. Ya hemos sufrido demasiado»… También dijo que su generación no llegó a repartir culpas sino a asumir responsabilidades”.

 

¿LA STELLA IRANÍ?:

El 13 de enero se conoció que el gobierno de Alberto Fernández rechazaba la designación de Stella Lugo como embajadora de la gestión de Nicolás Maduro en ese país. Medios argentinos reseñaron que el canciller Felipe Solá exigió a la exgobernadora del estado Falcón y exministra de Turismo regresar a Caracas, pero que el Ministerio de Relaciones Exteriores, dirigido por Jorge Arreaza, estaría insistiendo en la solicitud. La decisión ocurre pese a que el nuevo Ejecutivo argentino reconoce la potestad de Maduro para designar embajador y no la del presidente interino Juan Guaidó. El 15 de diciembre circularon versiones en “Efecto Cocuyo” según las cuales “Lugo viajó al país austral y se presentó como representante diplomática del régimen venezolano. Ello, pese  a tener prohibición de entrada desde el Ejecutivo anterior, al ser señalada por presunta corrupción y vínculos con el narcotráfico”. Pero al pasar de los días nos enteramos qué la verdadera razón va más allá. Lugo que fue ministra de Turismo de Maduro entre el 14/6/2018 y el 12/8/2019 habría hecho todo lo posible para que la aerolínea iraní Mahan Air comenzara los vuelos entre Teherán y Caracas bajo un acuerdo co-share con Conviasa. Así fue como el primero de dichos vuelos arrancó el 8/4/2018. Lugo fue gobernadora del estado Falcón del 2008 al 2017 cuando reemplazó a su marido en el cargo. Esa relación con el gobierno iraní la inhabilita para el gobierno argentino puesto que las pesquisas globales del caso del atentado a la AMIA, (Asociación Mutual Israelita Argentina), el 18 de julio de 1994 dieron pistas ciertas de la participación de enviados iraníes a perpetrarlo. Fue el mayor atentado terrorista ocurrido en ese país con un saldo de 85 personas asesinadas y 300 heridas, y el mayor ataque contra objetivos judíos desde la Segunda Guerra Mundial. La comunidad judeo-argentina con casi 300.000 personas, de las cuales más del 80% vive en Buenos Aires, es la sexta mayor del mundo.

Adicionalmente en la investigación por el asesinato del Fiscal Alberto Nisman, que estaba a su vez investigando el hecho y a punto de nombrar a los culpables cuando lo asesinaron en su apartamento se presume que tendría al menos a un par de ciudadanos iraníes entre los que iba a mencionar.

El representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell aseguró este lunes no saber si España ha violado las sanciones comunitarias contra el régimen de Maduro y recalcó que son las autoridades nacionales quienes deben hacer cumplir estas medidas.

En una rueda de prensa en Berlín junto al ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas, Borrell se refirió así a la polémica en torno al encuentro del ministro español de Transportes, José Luis Ábalos, en el aeropuerto madrileño de Barajas con la vicepresidenta del régimen chavista, Delcy Rodríguez.

“No sé si se ha cometido una violación” de las sanciones, señaló al ser interrogado sobre esta cuestión Borrell, que dijo no tener “información específica” al respecto.

Además, el responsable de política exterior de la UE agregó que son “las autoridades nacionales” las que “tienen que cumplir y velar por el cumplimiento de las sanciones” comunitarias.

Borrell recalcó asimismo que él ya no ejerce de ministro de Exteriores de España.

Ábalos ha defendido que se trató de un mero encuentro de 20 o 25 minutos, por motivos de cortesía, y que no se violaron las sanciones europeas que se le impusieron a Venezuela en 2017, y que incluyen impedir la entrada en la UE de 25 altos cargos del país caribeño, incluida Delcy Rodríguez.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, justificó este domingo a su ministro de Transportes y dijo que con su actuación trató de “evitar una crisis”. El PP, por su parte, ha exigido el cese de Ábalos y ha pedido explicaciones de los hechos al Ejecutivo.

Fuentes del Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana de España confirmaron el pasado 23 de enero al diario ABC de España que el titular de ese despacho, José Luis Ábalos, sí se reunió con Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela afín a Nicolás Maduro solo con un»contacto formal», reunión que al parecer se llevó a cabo en el Aeropuerto de Barajas debido a que Rodríguez no puede pisar suelo español debido a las sanciones que pesan en su contra.

El mismo viernes, Ábalos, aseguró que Rodríguez, «no pisó territorio español» durante la escala en Madrid el pasado domingo en su viaje hacia Turquía, y añadió que «no hubo reunión» entre ambos.

Tras la polémica presentada sobre si se reunió o no con la vicepresidenta de Maduro, que está sancionada por la Unión Europea y no puede pisar territorio que esté dentro de la Comunidad, los partidos políticos españoles Vox, Ciudadanos y el Partido Popular, comenzaron un campaña para exigir la inmediata renuncia de José Luis Ábalos por este encuentro.

Esta crisis ocurre en la misma fecha que el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, reconocido por más de 50 naciones como presidente encargado de Venezuela, se encuentra haciendo una gira por Europa en la que no fue recibido por Sánchez sino por la canciller de la nación ibérica, luego de haber tenido tratamiento de Estado como el Reino Unido, Alemania y Francia.

 

*Con información de TalCual