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Esequibo

Ayala Corao: Es importante demostrar unidad nacional en el juicio sobre el Esequibo
Héctor Faúndez destaca la necesidad de cambiar de estrategia y de abogados
Los expertos consultados consideran que hay argumentos para demostrar la nulidad del Laudo Arbitral de 1899

Por: @reyestheis

 

La fase previa del juicio para evaluar la validez del Laudo Arbitral de 1899 que fijó los límites entre Venezuela y Guyana sigue su curso en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y para el experto venezolano Carlos Ayala Corao, es necesario dar demostraciones de unidad nacional en ese escenario.

Durante dos semanas, la sede de la Corte en La Haya, Países Bajos, fue escenario de la presentación de los argumentos de Venezuela y la respuesta de Guyana sobre una objeción preliminar de inadmisibilidad de la demanda presentada por la parte venezolana y que encabezó la vicepresidenta de la República, Delcy Rodríguez.

Según Ayala, exfacilitador en el proceso de los Buenos Oficios en representación de Venezuela sobre el tema Esequibo, la presencia de altas autoridades no necesariamente es buena, sino se cumplen dos condiciones: “Que sean expresión de una unidad nacional comprobada, y no aparente” y que se expresen “argumentos sólidos”.

Guyana acreditó como parte de su representación ante la CIJ a Ronald Austin, asesor del Líder de la Oposición en Asuntos Fronterizos, mientras del lado venezolano no hubo representación de los sectores políticos que adversan al gobierno, a pesar que las partes firmaron en septiembre de 2021 un “Acuerdo para la Ratificación y Defensa de la Soberanía de Venezuela sobre la Guayana Esequiba”, en el marco de las negociaciones en México.

Pero frente a la Corte, ese supuesto espíritu unitario no ha tenido una expresión concreta.

Ayala Corao y el abogado Héctor Faúndez, ambos individuos de número de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, coinciden en que Venezuela cuenta con elementos suficientes para comprobar la nulidad del Laudo Arbitral, que despojó al país de los más de 159 mil kilómetros cuadrados del territorio Esequibo.

“Venezuela tiene muy buenos argumentos sobre la nulidad del Laudo”, sostiene Ayala Corao. Entre ellos señaló que la sentencia dictada a finales del siglo XIX carece de motivación.

Aquella decisión estuvo en manos de un tribunal compuesto por dos representantes de Gran Bretaña, dos de Estados Unidos que representaban a Venezuela y uno de Rusia, cuyo voto era decisivo.

Ayala explica que para llegar a la sentencia se llevó a cabo un abordaje con argumentos y uso de mapas, pero por disposición del árbitro ruso, Federico de Martens, este arbitraje no tuvo motivación de los hechos ni de derecho.

“Soltó una hojita y dijo ‘esta es la decisión’”, aunque “objetivamente, la tendencia aceptada por el derecho internacional es que los laudos deben ser motivados”, explicó.

El abogado Héctor Faúndez, coincide en las posibilidades de éxito: “Las raíces de la nulidad es por lo menos un decena, sostenerlo para Venezuela es fácil, pero no con ese equipo de abogados”, sostiene.

Asevera que hay que cambiar de estrategia y cambiar de abogados. «Con esos, no vamos a ganar”, sostiene. 

Los argumentos para inadmisibilidad

Tras varios años deshojando la margarita entre participar o no en el juicio ante la CIJ, la representación venezolana hizo su primer movimiento concreto: presentó una objeción preliminar de inadmisibilidad de la demanda. Venezuela expuso su argumento al sostener que debido a que el Laudo Arbitral fue producto de un fraude propiciado por el Reino Unido (Guyana era una colonia de esa nación), la representación británica debía formar parte del proceso.

El abogado Christian Tams, uno de los representantes de Venezuela, alegó que el Reino Unido es una parte indispensable. “No es un tercero realmente, es el otro Estado. El único otro Estado”, señaló y agregó “que este caso no puede seguir adelante sin la presencia del Reino Unido”.

La posición del abogado fue previamente esgrimida en esa instancia por Delcy Rodríguez y por el embajador ante la ONU, Samuel Moncada.

Del lado de Guyana ripostaron. Carl Greendige, excanciller guyanés y hombre familiarizado desde hace décadas con la reclamación venezolana sobre el Esequibo, destacó lo que consideró «inconsistencias» entre el discurso oficial venezolano contra el colonialismo y la pretensión de hacer al Reino Unido parte del proceso.

Apuntó además que el Acuerdo de Ginebra, firmado en 1966, no permitió ningún avance, por lo que respaldó la decisión del secretario general de la ONU de llevar el caso ante la CIJ.

Ayala Corao sostiene que Venezuela ha debido trabajar muy duro en la década pasada, como no lo hizo, para evitar que el caso llegara a la Corte Internacional de Justicia.

“Como lo dijo la Academia en un comunicado, han debido llevarse a cabo las acciones diplomáticas, políticas y jurídicas correspondientes, porque este juicio, irónicamente un siglo después del Laudo, toma al país en un momento de debilidad, no solo interna, sino internacional”, consideró.

¿La CIJ rechazará la excepción preliminar¿

Por su parte, Faúndez es crítico sobre el recurso de inadmisibilidad que intentó Venezuela. “Supongamos que la tesis venezolana triunfara en este momento y que le diga a Inglaterra ‘vaya y siéntese ahí¡. ¿En qué forma beneficia eso a Inglaterra? Y ¿qué gana Venezuela en litigar con el formidable equipo de abogados de Guyana y además contra otro formidable equipo como el de Inglaterra, que fueron quienes inventaron la rueda en materia de derecho internacional?”

Considera que en uno o dos meses,  la CIJ va rechazar la excepción preliminar que planteó Venezuela.

«¿Esto es fatal para Venezuela? No, porque lo que interesa no es eso. El problema es que no se debía plantear nunca. El tema es que nos deja muy mal ante la Corte, demuestra que no tenemos confianza en los argumentos y que tenemos un grupo jurídico pésimo para defender los argumentos de Venezuela”, asevera.

Opinó que si la representación de Venezuela lo que pretendía era ganar tiempo para preparar la defensa sobre el fondo de asunto, que es la validez o nulidad del Laudo Arbitral, debió preparar un documento bien hilvanado, pues la demanda se presentó hace más de 4 años y medio.

A su juicio, si se presentan los hechos y se determina el derecho aplicable, y además, el país presenta argumentos en función de esos hechos y ese derecho «de manera coherente y bien hilvanada», sería «extremadamente difícil» que la Corte diga que ese Laudo es válido. 

Asimismo, recalca que Venezuela debe prepararse en caso que la CIJ decida la nulidad del Laudo, porque se entraría en otra fase.

“Sería terrible que venga un equipo de abogados que ponga como punto central la nulidad del Laudo, que logremos que la Corte diga que el Laudo es nulo, pero como no nos hemos preparado en el otro tema, que es la cuestión de los títulos territoriales, la Corte diga, ‘el Laudo es nulo, pero el territorio es de Guyana’”.

La validez del Laudo: el fondo del asunto

Por su parte, Ayala Corao sostiene que “después de la sentencia de 2020 sobre la afirmación de la competencia de la Corte», Venezuela debió haber estado preparando no solo su contestación, «sino la posibilidad de contrademandar»,  para no tener que depender «exclusivamente», de la demanda del equipo de Guyana.

El paso siguiente en la disputa judicial es que la Corte decida sobre la medida de inadmisibilidad presentada por Venezuela.

Ayala considera que en esta instancia, la CIJ va a tener que entrar en un elemento de fondo relacionado con la sucesión de los derechos de estado, es decir, si Guyana heredó de Gran Bretaña tales derechos.

Una vez resuelta la excepción preliminar, hay que entrar en el fondo del asunto, la evaluación de la validez del Laudo, un proceso que es largo y que podría durar más de un año. Guyana solicitó que Venezuela presente su contra memoria en un plazo no mayor de 9 meses.

Alejandro Armas Sep 10, 2021 | Actualizado hace 1 mes
La confianza tendrán que ganársela
Dos acuerdos preliminares fueron el fruto de los cuatro días de reuniones a puerta cerrada. Como yo lo veo, no es muy suculento

 

@AAAD25

Terminó la primera ronda del nuevo intento de negociación entre el chavismo y la oposición. Entre los pocos ciudadanos que siguen altamente interesados en la política venezolana, que aún quedan, hubo algunos que reaccionaron con optimismo. Cauto, pero optimismo al fin. Lamento no poder compartirlo.

Dos acuerdos preliminares fueron el fruto de los cuatro días de reuniones a puerta cerrada. Como yo lo veo, no es muy suculento. Y bueno, no es que me haya entusiasmado con la cosecha en primer lugar. Comencé escéptico y así me mantengo. No me voy a detener ni por un momento en el primero de los pactos, que consiste en un espaldarazo al Acuerdo de Ginebra en la disputa por el Esequibo, por considerarlo para nada prioritario en medio de esta crisis política, económica y social.

Me interesa mucho más el segundo acuerdo. Tal como temía, consiste en un conjunto de medidas que responden más a las inquietudes de la elite chavista.

Antes de que Jorge Rodríguez, Gerardo Blyde y sus respectivos acompañantes se vieran las caras, Nicolás Maduro se dio a la tarea de exigir en público la devolución de activos de la República en el extranjero sobre los que el régimen perdió el control tras el reconocimiento dado a Juan Guaidó por las democracias del mundo en 2019. Parece que no eran solo fanfarronadas de Miraflores.

En efecto, en México se acordó atender la necesidad de “devolver a Venezuela” esos bienes, así como facilitar el acceso a dinero custodiado por el Fondo Monetario Internacional (sí, ese ente que según el chavismo es más perverso que Mefistófeles). Con esos recursos se pretende atender la epidemia de covid-19 en Venezuela, comprar vacunas, dotar hospitales y proveer a programas de alimentación.

Suena a primera mención como un objetivo muy noble. El gran problema, en mi opinión, está en la expresión “devolver a Venezuela”. ¿Qué se entiende por “Venezuela”? Convencionalmente, en la política internacional, el nombre de un país, mediante una sinécdoque totum pro pars, se refiere al gobierno de dicho país. No entremos en consideraciones sobre lo que eso significa en el caso venezolano desde hace dos años y medio. Lo importante es que el poder en nuestro territorio lo ejerce el chavismo y solo el chavismo.

Pudiera uno suponer, empero, que en teoría una consecuencia del pacto es que tanto el chavismo como la oposición velarán por el cumplimiento de los acuerdos en algún tipo de administración conjunta de los recursos. Muy bien, pero, ¿cómo va la oposición a asegurarse de que los mismos sí serán usados, una vez que ingresen a Venezuela, para el propósito establecido, y no para fines impuros? ¿Con qué poder? Sigo viendo en la desigualdad de poder el quid de la cuestión. El triste quid de la cuestión.

Incluso si milagrosamente el proceso avanzara de manera limpia, hay que entender que con esa plata apenas se podría atender la emergencia humanitaria. Un alivio importante pero coyuntural. La recuperación amplia, por no decir plena, de la economía venezolana requiere de ayuda internacional y de inversiones de capital que solo podrán darse con instituciones confiables. O sea, tiene que resolverse primero la crisis política.

Ahora bien, de acuerdo con los jefes de delegaciones y el mediador noruego, en las próximas rondas serán tratados asuntos referentes al Estado Constitucional de Derecho y al sistema de justicia. Avances en ese sentido sí que serían un progreso sustancial en la dirección correcta. Pero, de nuevo, ¿cómo hará la dirigencia opositora para presionar en esa dirección? La única carta a su favor es la del poder punitivo contra el chavismo que le han prestado las democracias del mundo. Poder que el chavismo exige sea desmantelado para que las negociaciones lleguen a buen término.

La delegación opositora pide el acompañamiento de la ciudadanía durante el diálogo. Ese acompañamiento requiere confianza. Imposible pedir a los ciudadanos que confíen en un régimen cuya falta de transparencia es harto conocida y en una oposición débil. La confianza se la tendrán que ganar.

La huida de Hernán Cortés de Tenochtitlán en 1520, en medio de una rebelión azteca contra el ocupante español, fue un evento que pasó a la historia con el nombre de “Noche Triste”. Medio milenio después, si los negociadores se retiran definitivamente de Ciudad de México sin un acuerdo, será una noche triste para Venezuela. Más triste lo sería aun con un acuerdo defectuoso.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Fundaredes alerta que las FARC y el ELN quieren tomar el Esequibo
Tarazona alertó que estos grupos extendieron su presencia en Venezuela

La ONG Fundaredes advirtió que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) tienen aspiraciones de tomar el territorio Esequibo.

El Esequibo es un territorio de casi 160.000 kilómetros cuadrados, rico en recursos naturales y minerales, que está en disputa entre Venezuela y Guyana.

En específico, Fundaredes habló de las FARC y no de sus disidentes, pese a que el 24 de noviembre de 2016 se firmó un acuerdo de paz con el Gobierno colombiano.

«La aspiración que tienen hoy las FARC y el ELN de tomar el territorio del Esequibo la alertamos a la comunidad internacional y a la región», dijo el director de la ONG, Javier Tarazona.

Asimismo, agregó: «Esto significa no solamente el aumento de mayor conflicto, el aumento de mayor número de víctimas como consecuencia, sino también como una justificación de que un territorio que está justamente en reclamación en nuestra República terminaría siendo tomado en este momento por los grupos terroristas ELN y Farc».

 

Por otra parte, Tarazona alertó que estos grupos extendieron su presencia en Venezuela. Agregó que el conflicto armado que empezó en marzo entre un grupo armado colombiano y la Fuerza Armada en el estado fronterizo con Colombia de Apure se ha extendido a los también limítrofes Amazonas y Zulia.

«Los que saben los lugares de resguardo de los cabecillas de las FARC y ELN, son quienes hoy ostentan el poder en Venezuela, sin duda alguna hubo un acomodo por la recompensa de 10 millones DA y 3mil millones de pesos ofrecidos por él», escribió en Twitter.

Con información de EFE

Guyana promete presentar alegaciones sobre disputa del Esequibo para 2022
Greenidge señaló que el período que otorgó la CIJ es más largo de lo necesario, porque asegura que Guyana estará lista para el día marcado

El gobierno de Guyana anunció este lunes, 15 de marzo, que presentará todas las alegaciones solicitadas por la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para continuar la disputa con Venezuela por el Esequibo.

Carl Greenidge, representante de Guyana ante la CIJ, dijo que su país tendrá toda la documentación sobre el Esequibo preparada para el 8 de marzo del año 2022.

De acuerdo con la CIJ, Guyana tiene hasta el 8 de marzo de 2022 para presentar sus alegaciones, mientras que Venezuela, dispone de un año más, hasta el 8 de marzo de 2023.

Al respecto, Greenidge explicó que la orden de la CIJ responde al intento de mediar entre las solicitudes que ambos países hicieron durante una reunión virtual, que se celebró el pasado 26 de febrero.

«La CIJ ha respondido a la solicitud de los dos países con diferentes períodos de tiempo. Dijimos que nuestro caso estaría listo en nueve meses, mientras que Venezuela señaló que el suyo estaría listo entre un año y un año y medio», expresó.

 

Además, agregó: «Los venezolanos no pueden quejarse de que es poco tiempo, porque propusieron 12 meses».

De acuerdo con Greenidge, el período que otorgó la CIJ es más largo de lo necesario, porque asegura que Guyana estará lista para el día marcado.

“Es poco probable que Venezuela participe, pero se les ha dado el tiempo. Veamos qué harán con él (…) Si les das dos años, no habrá diferencia porque todavía van a intentar prolongarlo, ese es su propósito», precisó Carl Greenidge en la declaración.

Con información de EFE

El Consejo Superior de la Democracia Cristiana se pronuncia sobre el Esequibo

Foto de la izq. Fidel Castro, por Andrés Stapff, de Reuters. A la der. El río Esequibo, en la Guayana Esequiba. Foto en la web Ríos del Planeta

“Venezuela es lo primero. ¡Y un deber de patria la defensa de nuestro Esequibo ante la Corte Internacional de Justicia!

El Consejo Superior de la Democracia Cristiana se dirige a la nación venezolana, a la Conferencia Episcopal y demás confesiones religiosas, a las universidades, a las academias nacionales, a los colegios profesionales, al sector empresarial y a los medios de comunicación social, a la resistencia democrática.

Pasadas una centuria y veintiún años desde 1899, cuando Rusia e Inglaterra despojan a Venezuela de la Guayana Esequiba mediante un laudo arbitral, político y transaccional, ajeno al Derecho internacional; mientras aquellas se hacían otras concesiones imperiales en el Asia Central, nos encontramos los venezolanos ante la circunstancia de debatir en un tribunal de Derecho, en la Corte Internacional de Justicia, los títulos históricos que dan legitimidad y legalidad a nuestra soberanía territorial sobre el Esequibo.

La mala fe de Guyana hizo imposible que, durante algo más de medio siglo, pudiese alcanzarse la solución práctica, amigable, recíprocamente satisfactoria y completa al diferendo planteado según los términos a los que se obliga aquella y la Gran Bretaña conforme al Acuerdo de Ginebra de 1966; logro diplomático alcanzado y sostenido por todos los gobiernos de la democracia hasta 1999.

Guyana violentó su deber de negociar y, como consecuencia, tal y como lo dice el acuerdo, Venezuela, bajo protesta guyanesa, puso en manos del Secretario General de las Naciones Unidas decidir sobre el medio de solución pertinente, en 1982. Este, quien aceptara el encargo desde antes, a raíz de la firma del Acuerdo de Ginebra, proveyó la figura de los buenos oficiantes, designando personalidades del Caribe angloparlante que fueron aceptadas por las partes.

Pero transcurridos 34 años sin resultados, ante la negativa reiterada de Guyana de encontrar una solución amistosa y recíprocamente satisfactoria, en 2016 el secretario de la ONU, Ban Ki-moon, advirtió a las partes que si en el curso de un año no lograban avenirse, entregaría la cuestión para su solución a la Corte Internacional de Justicia. Y así lo ha hecho.

La Corte Internacional de Justicia ha fundado su competencia en el Acuerdo de Ginebra, con lo que, bajo la perspectiva de su mayoría judicial, procederá a conocer sobre la nulidad o no del laudo arbitral de 1899 que nos despojase de la Guayana Esequiba. Venezuela y todos sus gobiernos y cancillerías, desde esa última fecha, invariablemente han sostenido la nulidad de dicho laudo, con argumentos tan convincentes que la misma Gran Bretaña no pudo negarse a la firma del Acuerdo de Ginebra de 1966.

Ningún Estado, por derechos que tenga, puede alegarlos ante sí mismo o afirmar que bastan para defenderlos usar la fuerza o consagrarlos en su propia Constitución. De ser así, la misma Gran Bretaña y Guyana podrán afirmar, como lo han hecho, que en sus mapas y textos legales consta que la Guayana Esequiba les pertenece. En las controversias de tal naturaleza, al término y cuando el entendimiento entre los Estados ha fallado, le corresponde hablar y decidir al Derecho internacional y a su aplicación por la Justicia internacional.

El gobierno de Cuba, desde dicha fecha hasta el presente, ha acompañado a Guyana en su postura violatoria del Acuerdo de Ginebra. Y contribuido con su política exterior a que en el Caribe angloparlante se hubiese visto a Venezuela como nación agresora y no como la víctima que fue de la expoliación imperial británica.

No es de extrañar, así, que la misma Cuba esté influyendo en el régimen de Nicolás Maduro y en quienes lo sostienen dentro de la Fuerza Armada, para que no acuda a presentar sus sólidos argumentos de hecho y de Derecho ante la Corte Internacional de Justicia. Prefieren dejarle el espacio libre a la República Cooperativa de Guyana, con vistas a que ahora obtenga una decisión que, a diferencia del laudo arbitral de 1899, adquirirá carácter definitivo e inapelable. Así lo confirman sus estatutos, respaldados por todos los Estados parte de la Organización de las Naciones Unidas, entre estos la misma Venezuela.

A la nación venezolana y a sus diversas instancias sociales y políticas les corresponde elevar su voz para la protección de la casa que a todos nos pertenece. Para que de manera responsable, firme y serena, sin estridencias populistas o retoricas, menos electorales y que se quedan en casa, sus autoridades acudan ante la Corte Internacional de Justicia como país civilizado; y para que consignen los memoriales y argumentos irrebatibles que tenemos a manos para nuestra efectiva defensa. No hacerlo es una omisión de lesa patria, que no perdonarán las generaciones futuras. 

Marzo 13, 2021. 

Por el Consejo Superior Demócrata Cristiano:

Pedro Pablo Aguilar, Oswaldo Álvarez Paz, Henrique Salas Romer, Humberto Calderón Berti, Andrés Caldera Pietri, José Curiel Rodríguez, Abdón Vivas Terán, Julio César Moreno León, José Rodríguez Iturbe, Maritza Izaguirre, Román Duque Corredor, Haroldo Romero, Gloria Capriles, Nelson Maldonado, Ivonne Attas, Emilio López, Jesús “Chucho” Ganem, Guillermo Yepes Boscán, Enrique Naime.

Secretario Ejecutivo: Lorenzo Tovar Colmenares. / Consultores: Gustavo Tarre Briceño y Asdrúbal Aguiar. / Por COPEI: Roberto Enríquez, presidente y  Robert García, secretario general. / Por PROYECTO VENEZUELA: Henrique Salas Feo, coordinador general. / Por CONVERGENCIA: Biagio Pilieri, coordinador general.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Guyana investiga supuesta violación de su espacio aéreo por parte de Venezuela
En 1966, ambas naciones firmaron el Acuerdo de Ginebra, una herramienta con la que se comprometieron a buscar una solución amistosa para la disputa

 

Este jueves, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Guyana denunció que en el país se registró el sobrevuelo de dos jets de combate Sukhoi SU-30, pertenecientes a la Fuerza Armada Nacional (FAN) de Venezuela, en el poblado de Eteringbang, ubicado en un punto fronterizo al suroeste del país.

Las aeronaves volaron a una altitud de 1.500 pies (unos 460 metros) y dieron vueltas en el espacio aéreo del poblado antes de dirigirse hacia el este, acción que el gobierno de Guyana catalogó de agresión.

«El gobierno de Guyana condena este reciente acto de agresión por parte de las fuerzas armadas de Venezuela, lo que fue una violación de la soberanía de Guyana sobre el espacio aéreo encima de su territorio», resalta el comunicado del ministerio.

Las autoridades de Guyana adhieren este incidente en una lista de actos «hostiles» efectuados por Venezuela recientemente en el contexto de la disputa que mantienen ambos países por la soberanía sobre el territorio Esequibo.

Entre las hostilidades, resaltan el decreto firmado por Nicolás Maduro que establece la creación del Territorio Marítimo para el Desarrollo de la Fachada Atlántica, que cubre un espacio que Guyana considera suyo.

Reacción de Venezuela

El ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, rechazó las denuncias hechas por Guyana respecto a la presunta incursión de dos aviones Sukhoi en territorio guyanés y afirmó que tales señalamientos son «imprecisos» y «falsos», ya que a su juicio lo que se quiere es manipular el tema respecto a la disputa por el terrtorio Esequibo.

«Resulta desconcertante que, en el afán de impulsar esta reiterada campaña difamatoria y de victimización ante el concierto internacional, se emita una acusación sin fundamento, basada en videos publicados en redes sociales, sin ofrecer la ubicación precisa y georeferenciada de la zona en cuestión», reza el comunicado de la Cancillería venezolana.

En 1966, ambas naciones firmaron el Acuerdo de Ginebra, una herramienta con la que se comprometieron a buscar una solución amistosa para la disputa.

El conflicto territorial estuvo bajo la mediación de la Organización de Naciones Unidas (ONU) hasta finales de enero de 2018, cuando el organismo dio por terminada su actuación en el diferendo.

Esa decisión provocó que Guyana acudiera a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), puesto que la ONU recomendó entonces que el caso se llevara a esa instancia. Esta se declaró competente para resolver la disputa.

En ese sentido, el régimen ha defendido de forma reiterada que no reconoce la competencia de la Corte. Una posición que reiteró hace dos días, cuando insistió en que solo acepta una solución pactada en el marco del Acuerdo de Ginebra como fórmula para dirimir la disputa.

*Con información de EFE y TC

Runrunes de Bocaranda: MEDIO – ¿Y EL ESEQUIBO SE PERDERÁ?

 ¿Y EL ESEQUIBO SE PERDERÁ?

El 26 de enero de 2021, el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, advirtió sobre las «históricas ambiciones del imperialismo británico» de proyectar la usurpación de territorio venezolano hasta Punta Barima, localidad ubicada en las costas del estado Delta Amacuro. A través de su cuenta en Twitter, Padrino López escribió: «El imperialismo británico proyectó siempre su dominio a Punta Barima, ya que le era de gran valor militar y expedito acceso a las entrañas de la patria a través del Orinoco para apropiarse de nuestras riquezas. No perdamos la perspectiva geoestratégica y la amenaza que representa».

Padrino López advierte sobre históricas ambiciones británicas de proyectar su dominio hasta la venezolana Punta Barima
Padrino López advierte en Twitter sobre históricas ambiciones británicas de proyectar su dominio hasta la venezolana Punta Barima.

Algo similar expresó en las reuniones del Consejo de Defensa y Seguridad de la Nación, donde reiteró, precisamente, que la fuerza militar venezolana está desplegada hasta la mencionada Punta Barima. Aunque tarde, después de un aciago reposo de unos años, ese Consejo que según lo reseñado en el artículo 38 de la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación “tiene la competencia para definir todo lo relativo a la seguridad integral, incluyendo la asesoría de los sistemas de inteligencia, protección civil y demás organismos de seguridad ciudadana del Estado venezolano”, comenzó a realizar reuniones con académicos y diplomáticos de carrera, venezolanos, con amplia experiencia en el tema.

Recordemos que el Consejo se instala para discutir “los temas de Defensa y Seguridad de Venezuela frente a amenazas internas o externas que atentan contra la estabilidad y paz del país…».

 ¿ELUCUBRACIONES ROJAS?

En medio del apresuramiento ante las perspectivas de perder el Esequibo (bien por abandono, errores diplomáticos o el acuerdo de Fidel Castro con Hugo Chávez), algunos dirigentes rojitos han tenido la osadía de plantear un enfrentamiento militar, invadiendo el territorio en reclamación.

Los improvisados estrategas se cayeron de la mata cuando se les explicó que el territorio en reclamación, nuestro Esequibo, está ocupado por Guyana y las empresas petroleras transnacionales, tras Hugo Chávez haberles dado permiso para explorar el terreno y buscar petróleo para así “ayudar al vecino pobre” como lo planteó Cuba en su momento.

Durante el gobierno de Hugo Chávez el diferendo se archivó, en parte debido a las buenas relaciones entre el fallecido presidente venezolano y Georgetown. Como una forma de aumentar su influencia entre los países de la Comunidad del Caribe (Caricom), con los que firmó benevolentes tratados de intercambio comercial bajo la figura de Petrocaribe, Chávez cambió la política hacia Guyana.

Incluso, en una visita en 2004 a Georgetown, el mandatario dijo: «El Gobierno venezolano no va a oponerse a ningún proyecto en la región que vaya en beneficio de sus habitantes (…) proyectos de agua, vías de comunicación, energía, proyectos agrícolas».

Durante la última década Guyana ha podido explotar la zona en consorcios con trasnacionales no solo estadounidenses, francesas, holandesas y brasileras, sino también chinas. La lista: PetroChina Co, Sinochem International, China Offshore Oil, ExxonMobil Corp, BP Plc, Total SA, Royal Dutch Shell, Lukoil, Equinor, Petrobras; así como las firmas comerciales Mercuria Energy, Vitol, Glencore and Freepoint Commodities. Lo que bien Fidel le “sugirió” en La Habana. Hoy hasta Cuba y los No Alineados respaldan a Guyana en su reclamación.

Otro fruto de Hugo Chávez en sus sueños realizados a costa de todos los venezolanos para “pasar a la historia”. Lo logró, pero a costa de destruir el país y convertirlo en pobre y controlado por bandas criminales…  

Runrunes de Bocaranda: ALTO – RUNRUNES DEL ESEQUIBO

En la gráfica, Hugo Chávez, Bharrat Jagdeo y Fidel Castro en una reunión de Países del Caribe, en La Habana. El régimen del caudillo de Sabaneta compró el discurso castrista que favorecía a Guyana.

 RUNRUNES DEL ESEQUIBO

Tras 22 años de haber abandonado la reclamación del territorio Esequibo, parece ahora que el gobierno de Maduro apenas comienza a hacer lo que por expresa voluntad del entonces presidente y comandante supremo de los militares, Hugo Chávez Frías, estuvo durmiendo el sueño eterno desde 1999 hasta hoy.

El régimen militar-cívico del caudillo de Sabaneta fue pulverizando poco a poco el acuerdo de límites con el vecino oriental.

La historia lo señala como “El Acuerdo para resolver la controversia entre Venezuela y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte sobre la frontera entre Venezuela y la Guayana Británica”, mejor conocido como Acuerdo de Ginebra. Es el tratado vigente firmado en Ginebra, Suiza, el 17 de febrero de 1966, por Venezuela por una parte; y el Reino Unido junto con su colonia de Guyana británica por la otra (estando próxima a recibir la independencia), por el cual se detallan los pasos a seguir para la resolución de la controversia limítrofe-territorial sobre la Guayana Esequiba, surgida de la contención venezolana ante la ONU, en 1962, de considerar nulo e írrito (inexistente) el Laudo Arbitral de París de 1899, que emitió el Tribunal Arbitral de París y que definió la frontera común entre Venezuela y Guayana Británica.

La decisión del tribunal quedó en tela de juicio luego de hacerse público el memorándum de Severo Mallet-Prevost y otros documentos que comprometieron la validez de ese laudo. El Acuerdo de Ginebra fue publicado en la Gaceta Oficial de Venezuela Nº 28.008 del 15 de abril de 1966. Y posteriormente registrado por este mismo país el 5 de mayo de 1966 en la Secretaría General de la Organización de las Naciones Unidas bajo el Nº I-8192.2.

Tres meses después de la firma del acuerdo, el 26 de mayo de 1966, la colonia de Guayana Británica recibe la independencia, llamándose a partir de entonces «República de Guyana» (y desde  1970 la República Cooperativa de Guyana), fecha en la cual el nuevo Estado pasa a formar parte del acuerdo como país soberano e independiente junto con Reino Unido y Venezuela, aunque sustituye totalmente a Reino Unido en las conversaciones con Venezuela respecto al diferendo limítrofe”*.

En junio de 2020 el periodista Víctor Amaya escribió en el diario Tal Cual: “Guyana le viene mostrando los dientes a Venezuela desde hace dos décadas. Con la llegada de Hugo Chávez a Miraflores, el vecino país cambió radicalmente su postura sobre el Esequibo, hasta entonces de respeto a la zona en reclamación y al mecanismo del Buen Oficiante de la ONU por la disputa territorial, vigente desde 1987. Antes, el gobierno venezolano en 1966 firmó el Acuerdo de Ginebra -que ahora Guyana no considera válido- y hasta propuso un desarrollo conjunto del Esequibo que no logró acuerdo. Pero apenas en 1999, con nuevo presidente en Caracas, Guyana ofrece los dos primeros bloques petroleros en la fachada atlántica venezolana: el Pomeroon, concedido a la trasnacional CGX y Stabroek a Exxon. El acuerdo es reclamado el 13 de julio de ese año por el gobierno de Chávez, y las concesiones quedan congeladas hasta nuevo aviso”.

 ERRORES DEL CHAVISMO/MADURISMO

Primero, no haber participado ante la Corte Internacional de Justicia en la defensa de la reclamación. Segundo, no tener un equipo de defensa como siempre lo tuvieron los gobiernos democráticos que impulsaron la reclamación. Tercero, no tener un equipo jurídico para discutir en la Corte Internacional de Justicia.

Haber parado el patrullaje naval en la zona marítima que reclamamos en abierta complicidad con Cuba.

Guyana nos ganó ante el Movimiento de los No Alineados y consiguió su apoyo “ante la pretensión venezolana de reclamar territorio a un país mucho más pobre y pequeño”. Nunca ejercimos presión militar alguna. Las escaramuzas con algunos barcos fueron cuasi ridículas. Al comprar Chávez el discurso cubano de que el Laudo Arbitral y la reclamación había sido un plan montado por los Estados Unidos, el tema se politizó y engañó a las fuerzas armadas controladas por el caudillo que murió en marzo de 2013, hace 8 años.

Hoy, con la zona tomada por empresas petroleras desde China hasta Estados Unidos pasando por Francia y Gran Bretaña, menos podremos ejercer acciones. El interés por esa súbita riqueza guyanesa despierta todos los demonios en contra de Venezuela, complaciente país que entrega una vasta porción de su territorio teniendo todas las de ganarlas en una batalla legal.