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Escasez de billetes

Gobierno planea emitir nuevo billete a finales de año

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El gobierno de Venezuela emitirá un nuevo billete de alta denominación, informó este miércoles una fuente oficial, menos de un año después de la entrada en vigencia de un cono monetario que ha ido quedando rezagado ante la descomunal inflación,

“Se está trabajando en un nuevo billete que entrará en circulación a finales de año”, anunció el presidente de la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario (Sudeban), Antonio Morales, sin precisar qué valor tendrá.

El gobierno venezolano lanzó en diciembre pasado una nueva familia de billetes y monedas, que multiplicó 200 veces la mayor denominación, de 100 a 20.000 bolívares.

Desde que comenzó a circular en enero, su valor se ha disuelto por la inflación, la más alta del mundo, proyectada por el FMI en 720% para 2017 y en más de 2.000% para 2018.

Con 20.000 bolívares (unos seis dólares según la tasa oficial más alta y menos de un dólar según la cotización en el mercado negro) solo se puede comprar un kilo de arroz.

Los venezolanos enfrentan además una fuerte escasez de efectivo, con restricciones para retirar dinero en bancos y cajeros automáticos. Morales responsabilizó a “mafias” que trafican con papel moneda en Venezuela y en la zona fronteriza con Colombia.

Sin embargo, Henkel García, director de la consultora Econométrica, sostiene que la falta de efectivo se debe a un desbalance entre el dinero circulante y la liquidez monetaria.

“El Banco Central de Venezuela (BCV) está emitiendo billetes a un ritmo por debajo de la inflación y del crecimiento de la masa monetaria”, comentó el economista a AFP.

Las monedas y billetes representan 7,5% de la liquidez monetaria (39,5 billones de bolívares), cuando según García la relación era normalmente de 10% a 12%.

Ya Venezuela vivió una crisis de circulante a finales de 2016, que provocó violentas protestas con saldo de cuatro muertos y cientos de comercios saqueados.

Las 4 propuestas económicas de José Guerra para resolver la escasez de efectivo

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El diputado a la Asamblea Nacional (AN) José Guerra, planteó un conjunto de propuestas para resolver de manera inmediata el problema de la falta de efectivo en el marco de las dificultades que esto representa para el pueblo de Venezuela.

“Desde el punto de vista de la cantidad real de billetes incorporados a la circulación, se aprecia que no ha sido sostenido el ritmo al cual el Banco Central de Venezuela agrega nuevos billetes al sistema monetario, lo que ha provocado que la proporción de efectivo respecto a la liquidez total de la economía se mantenga en niveles considerablemente bajos».

1.

Aplicar un plan de estabilización económica que combata las causas de la inflación. De otro modo, el cono monetario perderá vigencia continuamente. Sin acciones de fondo para derrotar la inflación el alza de precios seguirá debilitando la moneda y en consecuencia los salarios, pensiones, jubilaciones y otros ingresos. La columna vertebral hoy, de un programa para bajar la inflación, reside en evitar el financiamiento con emisión de dinero del déficit fiscal del sector público y con ello la depreciación del bolívar.

2.

Incrementar perentoriamente la oferta de billetes de todas las denominaciones al sistema bancario nacional por parte del BCV, para de esta manera mitigar la falta de efectivo, que lejos de aliviarse se está agudizando notablemente.

3.

Actualizar de nuevo el cono monetario para que a finales de 2017 se cuente con nuevas especies monetarias siendo la de mayor denominación la de Bs.100.000. Ello permitiría al BCV ahorros importantes en las importaciones de billetes al tiempo que facilitará las transacciones de la economía. No se puede volver a cometer el error de dejar desvalorizar durante mucho tiempo el cono monetario porque luego su sustitución resulta traumática, costosa y tardía. El BCV debe comenzar a trabajar de manera inmediata en el diseño de los billetes y proceder a contratar la fabricación de éstos.

4.

Coordinar con el sistema bancario mejoras en la plataforma tecnológica y de transacciones para que se incentive el uso de los medios de pagos electrónicos para seguir sustituyendo tanto el efectivo como los cheques. Ello implica la realización de cuantiosas inversiones y el lanzamiento campañas educativas para familiarizar al público con los nuevos mecanismos.

La escasez de billetes asoma a Venezuela al fantasma del corralito

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Es posible que la única industria que funciona a toda capacidad en Venezuela sea la imprenta de la Casa de la Moneda en Maracay, capital del Estado de Aragua (centro del país). Mientras las expropiaciones o la falta de insumos e inversiones diezmaron el parque industrial del país, la empresa del Estado, dependiente del Banco Central de Venezuela, no se da abasto. Y todavía así, los venezolanos se están quedando cortos de billetes.

¿Qué está ocurriendo? El estallido de los precios a ritmo de hiperinflación hace necesario disponer de un monto cada vez mayor de dinero en la cartera para comprar bienes y servicio de consumo diario. Pero, a la vez, el portafolio de billetes disponibles –por decisión del Gobierno, adoptada a finales del año pasado- sigue siendo el mismo, a pesar de los embates de la inflación y la devaluación. El billete de mayor denominación, de 100 bolívares, equivale a 14 céntimos de dólar estadounidense al cambio del mercado negro. Un diario de papel, por ejemplo, cuesta 200 bolívares; un kilo de patatas, 300. El comercio electrónico es una alternativa, pero apenas una pequeña parte de la población venezolana está bancarizada. Todavía gran parte de las transacciones diarias se hacen en efectivo.

Los Gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro se aseguraron el control de la máquina de hacer dinero mediante consecutivas modificaciones de la Ley del Banco Central. El ente emisor, convertido en un apéndice del Ejecutivo, sigue inyectando dinero al mercado por motivos políticos: se calcula que entre enero y mayo de este año la liquidez aumentó casi 13%, el doble que en el mismo periodo del año anterior. La impresión de dinero continúa para financiar el gigantesco déficit del Estado —sobre todo, de la petrolera estatal Pdvsa— y los programas asistencialistas.

En junio de 2015, se imprimieron casi 1.900 millones de billetes de 100 bolívares, un poco más del doble de la cantidad producida en junio del año anterior.

En Estados fronterizos con Colombia,  se restringe el retiro diario en las taquillas de los bancos hasta un máximo de 20.000 bolívares

La máquina de imprimir está que echa humo. La situación se puso de relieve esta semana cuando el Banco Central publicó el llamado a concurso para proveer de papel de seguridad para la impresión de billetes de 50 y 100 bolívares. El aviso, que en otras circunstancias habría pasado como una formalidad burocrática más, convoca a las empresas que tengan “la capacidad propia y la disponibilidad” para postularse en una licitación que se dirimirá el próximo octubre.

La escasez de billetes se ha hecho sentir de tal modo que ya se toman medidas restrictivas. En Estados fronterizos con Colombia, como Zulia y Táchira, desde hace un mes se restringe el retiro diario en las taquillas de los bancos comerciales hasta un máximo de 20.000 bolívares. Las autoridades aducen que en esas provincias se registra un trasiego de billetes a la nación vecina, para financiar las operaciones de compra-venta de divisas y el denominado bachaqueoo contrabando al menudeo de productos subsidiados de Venezuela a Colombia.

En el resto del país, sin aviso pero con efecto inmediato, se redujo a la mitad el límite diario de retiros en cajeros automáticos, principal fuente de billetes de 100 bolívares.

Diversos comentaristas de prensa han anotado que estas medidas restrictivas están configurando un corralito de facto, que no ha sido decretado de manera abierta y que, en vez de responder a requerimientos de política macroeconómica, atiende al más prosaico desabastecimiento de billetes.