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DDHH olvidados | Yosmary Guerra, víctima del caos de 2018 en Mérida por la escasez de alimentos
Yosmary Katherine Guerra Viloria fue herida el 11 de enero de 2018, víctima de los saqueos por comida en Arapuey, estado Mérida. Su madre asegura que no estaba participando en el saqueo

 

@yeannalyfermin

 

Los años 2016, 2017 y 2018 permanecerán grabados en la memoria de todos los venezolanos por la aguda crisis económica caracterizada por una severa escasez de alimentos, medicinas, productos de aseo personal y la hiperinflación más alta del mundo.

La carencia de rubros básicos como arroz, harina de maíz, pasta, café, azúcar y aceite, cambiaron drásticamente la dieta y la contextura de muchos venezolanos que, según estimaciones de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), perdieron, en promedio, 11.4 kilos en 2017 por la escasez de alimentos.

La venta de comida programada por número de cédula y condicionada a dos artículos por persona no solo hizo mella en la salud física y psicológica del venezolano. Algunos ciudadanos perdieron la vida en protestas y saqueos que se producían en los establecimientos de venta de productos regulados. 

Arapuey salió a la calle

A pocos días de iniciar el  2018, en Arapuey, municipio Julio César Salas del estado Mérida, se desencadenaron una serie de protestas y saqueos en la región Panamericana para exigir la venta de alimentos. 

Alba Pacheco, comerciante y la principal distribuidora de alimentos en Arapuey, Buena Vista y Caja Seca; tenía varios locales de expendio de comida atendidos por su grupo familiar. A ella le llegaban las gandolas de comida para ser vendida al pueblo merideño con criterio de racionamiento.

En ese tiempo no había comida, tampoco lugares para escoger dónde comprarla y el 9 de enero de 2018 un grupo de jóvenes se apostaron en la región como medida de protesta para reclamar su derecho a la alimentación y exigir que se vendiera la comida que había llegado. 

“Ese 9 de enero la gente de Alba Pacheco le disparó a un guardia y a un muchacho que estaban frente al negocio. La gente, molesta por la acción, decidieron continuar con la protesta pero esta vez más enardecida, porque nadie se estaba metiendo con ella ni tenían intenciones de saquear”, comentó Ninoska Viloria, habitante de Arapuey.  

El 10 de enero la situación era la misma. La gente en las calles y frente a los locales de “Los Pacheco” exigiendo la venta de comida tenían paralizada la Zona Panamericana. Tan grande fue el alboroto que el mismo alcalde de Arapuey, Silvio Torres, se acercó hasta el local de Alba Pacheco para mediar en la situación y pedirle que vendiera la comida. 

La mujer negó tener comida acaparada y, en vista de que la gente seguía molesta, el alcalde le pidió que abriera la santamaría para demostrar que el local estaba vacío. Cuando Pacheco abrió la puerta, el local estaba repleto de alimentos. Quienes aguardaban afuera entraron y lo saquearon. 

“Le saquearon una parte porque la Guardia Nacional intervino y controló la situación”, precisó Viloria. 

Ese 10 de enero en la noche los manifestantes volvieron a aglomerarse en la Panamericana, protesta en la resultó herido mortalmente el adolescente José Gregorio Fonseca, de 17 años. Testigos comentaron que los disparos venían de los lados del negocio de Alba Pacheco. 

“Cuando la gente se enteró de que Fonseca había muerto, todo el pueblo de Arapuey arremetió y nuevamente se le metieron al negocio, saquearon lo que quedaba y además se metieron a su casa, que quedaba en la parte de arriba del local. Le robaron todo”, comentó Ninoska Viloria. 

Según cifras del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), en enero de 2018 se produjeron 141 saqueos o intentos de saqueos en 19 estados del país. 

El OVCS también informó que de las 12.715 protestas registradas, 1.257 tuvieron que ver con la crisis alimentaria, lo que representó un 10%.

Yosmary Guerra Viloria, víctima del 11 de enero

Según contó Viloria, el 11 de enero anunciaron por la radio que en el local de Geiser Fernández, quien también trabajaba con los Pacheco, iban a vender arroz regulado. La gente, en su desesperación por obtener dos kilos del cereal, comenzaron a hacer la cola, pero el comerciante insistía en que no tenía arroz.

“La gente comenzó a irse. En otro local, el negocio de los Núñez, sí estaban vendiendo arroz, pero no a precio regulado. El descontrol de la gente por la comida era fuerte, y en un momento, la esposa del vendedor agarró y rompió varios paquetes de arroz y los lanzó a la gente diciéndoles ‘muertos de hambre’.  En respuesta a ese acto, también saquearon ese negocio”, narró Viloria.

Ese mismo día, la gente enardecida se fue al negocio de la hermana de Alba Pacheco y también lo saquearon. 

“Yo estaba en ese momento en el negocio de Geiser, pero cuando vi todo ese alboroto, me fui a mi casa, pero no vi a mi hija Yosmary Guerra Viloria. De camino a la casa, la veo que pasa en la moto con un amigo y le grité que no se fuera para allá, pero ella no logró escucharme por la algarabía de la gente”, comentó Ninoska Viloria. 

Esa fue la última vez que vio a su hija. El sonido de fondo de la escena eran muchos disparos en las calles de atrás, “como si fueran  metralletas”, precisó la entrevistada, quien agregó que se trataba de pistoleros a bordo de tres camionetas propiedad de «los Pacheco» que venían disparando a todas las personas. 

“A los pocos minutos recibí la llamada de mi sobrina y me dijo que a Yosmary le habían dado un tiro y que la tenían en el ambulatorio. Tras luchar varios días por su vida, Yosmary falleció el 18 de enero por un paro cardiorrespiratorio que le produjo la herida de bala que se alojó en su tórax”, indicó Ninoska Viloria. 

Diversos medios informaron que entre el 10 y el 11 de enero en Arapuey fueron asesinados Arturo Lino Volcanes Guillén (73), Elizabeth Sierra (26), José Gregorio Fonseca (17) y Manuel Alberto Oria Márquez (23).

Según Ninoska Viloria, ese día, la gente de «los Pacheco» dispararon e hirieron aproximadamente a 50 personas. “Un señor que iba en la ambulancia murió, pero nunca supimos quién era, llevaba un tiro en la garganta. Otra señora que iba saliendo de una farmacia también murió, pero su familia no quiso denunciar por temor”. 

Ninoska describe a su hija como una mujer luchadora, ejemplar, trabajadora, buena hija, alegre y colaboradora. Comentó que al poco tiempo de graduarse como bachiller se fue a servir a la Marina y cuando regresó se puso a trabajar en una tasca de la familia hasta que sucedió lo que sucedió. “De Yosmary me quedó mi nieta. Una niña que ahora ya tiene 13 años”, dijo Viloria.

“Justicia” a medias

Ninoska Viloria detalló que luego de todo lo que pasó, Alba Pacheco se dedicó a buscar sus pertenencias y se metía en las casas, tumbaba las puertas, sacaba lo que era de ella y se llevaba encañonado al que fuera. 

Al año y medio fue detenida y el pasado 9 de marzo de 2022 fue condenada a 25 años de prisión. Sin embargo, aún quedan tres personas involucradas en estos hechos que aún están en libertad. 

“Aún estamos en fase de juicio, pero el que asesinó a mi hija aún sigue en libertad. Está huyendo. Los otros dos alegaron enfermedades y les dieron casa por cárcel”, dijo la madre de la víctima.

Para Ninoska Viloria no ha sido fácil hacer justicia. Todas las semanas tenía que viajar durante tres horas de Arapuey hasta El Vigía, en donde están los tribunales.

Confía en que “arriba hay un Dios que hace justicia” y manifiesta que sigue en la lucha para que el homicidio de su hija menor no quede impune. 

“Gracias a Dios nosotros y los familiares del señor Arturo seguimos en la lucha de arriba para abajo buscando justicia”, expresó. 

 

de alimentos

Convite: Escasez de medicamentos en Venezuela cerró enero en 31,7 %
El boletín añade que los costos de los principios activos para controlar la hipertensión arterial, diabetes, y depresión o trastornos de la personalidad registraron un incremento significativo en enero

 

La escasez de medicamentos al cierre de enero de 2023 alcanzó la cifra de 31,7%, según un boletín difundido este jueves 09 de marzo por la ONG Convite.

La Organización no gubernamental, que hace un seguimiento a la disponibilidad y acceso a estos fármacos en Caracas y en 18 de los 23 estados del país, determinó que hay escasez de medicamentos y sus principios activos para tratar enfermedades como convulsiones, infecciones respiratorias agudas, depresión, diabetes, hipertensión y diarreas.

 

Según Convite, las tres morbilidades con mayor escasez «continúan siendo» las convulsiones, con 39,9 %; infecciones respiratorias agudas, con 38,2 %; y la depresión, con 35,9 %.

La ONG señaló que las ciudades en las que es peor la ausencia de estos fármacos son Caracas, con 67,3 %, San Fernando de Apure con 55,5 %, y San Juan de Los Morros, estado Guárico  con 40,1 %. Mientras que las localidades mejores abastecidas son San Carlos (5,9%) y Puerto La Cruz (20,5%).

«La mayor disponibilidad en los anaqueles no se traduce en accesibilidad debido a los costos que, en la mayoría de los casos, no pueden ser pagados por los afectados», remarca la ONG, dedicada a la protección de adultos mayores.

 

El boletín añade que los costos de los principios activos frecuentemente buscados en el mercado farmacéutico para controlar la hipertensión arterial, diabetes, y depresión o trastornos de la personalidad, registraron un incremento significativo en enero que, en algunos casos, superó el 50 %.

Venezuela vivió años de escasez generalizada que comenzaron a cubrirse en 2019, luego de faltas de medicamentos y alimentos y superiores al 80 %, lo que dio paso a un mercado paralelo de productos con altos precios, impagables para la mayoría de la población.

 

Envejecer en Venezuela es una sentencia de muerte
Informes de la ONG Convite y los resultados de la Encovi reflejan que envejecer en Venezuela es una situación dramática para todos los adultos mayores
El Estado ofrece muy poca protección a los ancianos, que cada vez más sobreviven con más penurias y gracias a las remesas de descendientes y otros familiares

 

@yeannalyfermin

 

Maritza Fernández es una adulta mayor, tiene 68 años y vive en Petare, municipio Sucre del estado Miranda. Durante su juventud trabajó para grandes empresas dedicadas a la confección de ropa. Comenta que con su trabajo le fue bien hasta que llegó “el peor año para todos los venezolanos”: el 2017. 

Fernández narra que la crisis económica obligó a su único hijo a tomar la decisión de emigrar a Chile para trabajar y ayudarla con los gastos de las dos enfermedades que padece: hipertensión y diabetes. Desde entonces, ha tenido que estar sola porque no tiene familiares cerca. Ella insiste en que de no ser por su hijo que la ayuda mensualmente, su situación sería totalmente distinta y muy complicada. 

Matilde Berrios es otra adulta mayor, tiene 76 años, vive con sus dos hijas y sus tres nietos en Filas de Mariches, municipio Sucre, estado Miranda. La abuela, como todos le dicen, padece de asma y no puede costear su tratamiento. Sus hijas no trabajan y su esposo falleció hace ocho años, por lo que solo cuenta mensualmente para sostenerse con la pensión, la caja del Clap y los bonos del gobierno.

Por otra parte, Antonio Rosas, de 71 años, usa un bastón para caminar porque en su pierna derecha tiene una várice que se le inflama y le produce dolor. Antonio pasa el día buscando qué hacer para mantenerse. A pesar de que es jubilado del Ministerio de Educación, afirma que el dinero no le alcanza para comprar las medicinas que debe tomar a diario. 

Las historias de Maritza, Matilde y Antonio, son una pequeña muestra de la realidad que viven los adultos mayores en Venezuela, país que según la ONG Help Age International, en 2015 se ubicó en el segundo lugar con las peores condiciones para envejecer en América Latina. 

Un estudio de la organización Convite realizado en el mes de agosto, que evaluó las condiciones de vida y de salud de las personas mayores en Venezuela, arrojó que a 94% de los consultados sus ingresos no cubren todas sus necesidades médicas, alimenticias y de traslado. 

Varios informes de la ONG Convite y los resultados más recientes de la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi), reflejan que envejecer en Venezuela es una situación dramática para todos los adultos mayores y en muchos casos una sentencia de muerte.

La buhonería como esperanza

Según el estudio de Encovi del año 2021, la pobreza total por ingresos alcanzó 94,5%, mientras que la pobreza extrema se ubicó en 76,7%, un aumento del 10% en comparación con la medición anterior. 

Para el mes de abril de 2021, Convite señaló que para ese momento, 72% de los adultos mayores encuestados no trabajaba y que aquellos que aún lo hacen, por lo general se dedican a oficios de la economía informal, especialmente servicios técnicos a domicilio y la buhonería. 

De acuerdo con estimaciones del Banco Mundial, la pobreza extrema se define por ingreso diario de 1.90 dólares. En Venezuela el valor de la pensión es equivalente al salario mínimo mensual, lo cual es mucho menor a ese indicador, pues con la nueva reconversión, ahora se ubica en 1.5 dólares aproximadamente. 

Sin proteínas no hay paraíso 

Sobre el acceso a la alimentación, Convite señaló en su informe que 56 % de los adultos mayores encuestados comen tres veces al día, 31.6% dos veces al día y 2.7% una sola comida. Solo un 8.8% de los que comen sus tres comidas pueden incluir las meriendas. 

49% de los encuestados también indicaron que consumen proteína animal de dos a tres veces por semana y no diariamente como desearían; 20% solo come carne una vez cada 15 días.

La Encuesta de Condiciones de Vida reportó que el porcentaje de hogares sin inseguridad alimentaria (situación en la que las personas carecen de acceso seguro a una cantidad de alimentos suficientes para su desarrollo y para poder llevar una vida activa y sana) se redujo de 6,6% a 5,8%. Otro dato alarmante es que la inseguridad alimentaria leve en 2021 se ubicó en 34,5%.

El estudio subraya que, aunque todos los estratos redujeron su gasto en alimentos, el más afectado ha sido el más humilde, pues este ha desmejorado su consumo de alimentos en 13.3%.

Los altos precios de los alimentos afectan de manera importante a los adultos mayores, pues la mayoría de ellos ya no pueden trabajar y dependen directamente de familiares. 

Según la última actualización que presentó el Centro de Documentación y análisis para los Trabajadores (Cendas), la canasta alimentaria para un grupo familiar de cinco personas en el mes de agosto tuvo un costo de $232,80. Un incremento de 17.8% con respecto al mes anterior. 

Según las estimaciones que se hacen a través de la  «Cesta Petare»,  (que realiza semanalmente la Asamblea Nacional electa en 2015 para medir la inflación en el aumento de los precios de ocho alimentos: huevos, harina de maíz, queso blanco, carne, aceite, azúcar, arroz y café) precisa que para la semana del 10 al 16 de octubre, se necesitaron 28.88 dólares para adquirir los productos antes mencionados. 

El lujo de estar sano

El alto precio de las medicinas es otro problema frecuente entre los adultos mayores, pues estos se debaten entre comprar el tratamiento médico o comprar la comida. En el estudio de Convite, 78% de los adultos mayores encuestados usa algún tipo de medicamento, pero solo el 5% dice que puede adquirirlos con facilidad. 48% los compra con dificultad y 17% adquiere solo algunos de los medicamentos recetados. 

Sobre el precio de las medicinas, Antonio Rosas asegura que el tratamiento para la enfermedad de su pierna, más la hipertensión que padece, tiene un valor aproximado de 15 dólares mensuales, dinero que rara vez tiene. 

 Los olvidados del Estado

Los adultos mayores son quienes más dependen del Estado, principalmente porque ya no pueden trabajar. El informe de Convite señala que 48.05% de los encuestados reciben la caja del Clap. Un 59% de los encuestados indicó que los productos le duran menos de 15 días, mientras que 28% afirmó que le alcanza para 15 días y otro 13% un mes. 

La Encovi afirma que 86% de los encuestados señalaron que el promedio de recepción de la caja o bolsa es de cada seis semanas. Estas cajas o bolsas cuenta menos de un dólar al mes pero, con suerte, traen poco más de nueve productos de alimentación. 

Desde hace varios años, las pensiones de vejez dejaron de ser una ayuda para todos los adultos mayores. El servicio que ofrecía el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales en materia de salud ya no es ni la sombra de lo que era hace 20 años. Según las mediciones de Convite, 31% de los consultados tienen acceso a los CDI, 30% a los hospitales, solo 13% a los Barrio Adentro y otro 26% a ambulatorios. 

Sobre la entrega de los bonos del gobierno, la Encovi señaló que 2 de cada 3 mayores de 18 años dicen haber recibido al menos un bono temporal durante el último año, siendo 5 dólares, el valor promedio de los bonos por hogar.

La migración venezolana ha afectado directamente a los adultos mayores, pues estos han quedado solos luego de que sus familiares tomarán la decisión de salir del país en busca de mejores condiciones de vida.

Según las cifras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), 5 millones 667 mil 835 personas han huido de la grave crisis económica que afecta a Venezuela.

Convite señala que 79% de los encuestados no vive solo, mientras que 10% afirmó que se encuentra en soledad. 17% señalaron que viven solos porque sus familiares se fueron del país.

A merced de la violencia

El pasado 14 de octubre, la ONG Convite presentó su más reciente informe “victimización: vejez en riesgo”, el cual registra las muertes violentas de las personas mayores en Venezuela desde enero hasta junio de 2021. 

El informe contabilizó 102 decesos de personas de la tercera edad en circunstancias violentas, de ellos, 24 fueron asesinados para robarles sus pertenencias, 12 murieron en medio de una riña, 7 fueron asesinados por ajuste de cuentas, 1 fue por sicariato y otro por venganza. 

De las muertes violentas registradas, 3 fueron perpetradas por los propios hijos, 4 por los nietos, 3 por hermanos, sobrinos u otros familiares, 9 por vecinos o amigos y 1 por la pareja.

Convite señaló que el 26.5% del total de las muertes violentas se concentraron en el Área Metropolitana de Caracas (17), y en los estados Aragua (15) y Lara (10). Los victimarios mayormente son familiares directos, vecinos o amigos que conocen el estado de vulnerabilidad en el que viven las víctimas.

Convite: AMC y Puerto La Cruz son las localidades más afectadas por escasez de anticonceptivos
Para el mes de junio de 2021, la escasez de anticonceptivos alcanzó el 65 % en los estados de estudio permanente 

 

El monitoreo que realiza la organización Convite y sus ONG aliadas, indicó que, para el mes de junio de 2021, la escasez de métodos anticonceptivos superó el 65 % en los estados de estudio permanente. 

A través de su cuenta en Twitter, Convite informó que Puerto la Cruz y el Área Metropolitana de Caracas son las localidades más afectadas, con una escasez superior al 75 %.

Puerto Ordaz (76.3 %), Maturín (75.7%), San Felipe (69.4%), Mérida (65.3%), San Carlos (63.9%), San Fernando (59.7%), Valencia (59.6%), Valera (58.9%) y Maracaibo (57.5%) también registran escasez de métodos anticonceptivos y de protección, según el monitoreo de Convite. 

El pasado 21 de julio, la organización Defiende Venezuela, realizó el encuentro «Entre estigmas y falsas creencias en Venezuela se vive sin derechos sexuales y reproductivos» para abordar el tema de los derechos sexuales y reproductivos en Venezuela.

La actividad mismo contó con la participación de Magdymar León, psicóloga y coordinadora de AVESA ONG, Yelena Carpio, abogada con máster en protección de derechos humanos y Blanca Martorell, psicóloga y experta en atención de violencia sexual.

Durante su ponencia, León afirmó que los derechos sexuales y reproductivos son un componente fundamental de los derechos humanos y que su garantía es un requisito fundamental para el goce de una vida plena y libre.

Por su parte, la abogada Yelena Carpio explicó que, a pesar de no existir un instrumento jurídico que legisle exclusivamente sobre los derechos sexuales y reproductivos, en el sistema jurídico venezolano existen leyes de otros cuerpos normativos que los protegen, ejemplo, los artículos 43, 20, 46, 76, 78, 83, 103 y 60 de la Constitución.

Blanca Martorell habló sobre las consecuencias de no contar con derechos sexuales y reproductivos y afirmó que ‘‘no ha habido un sistema de salud público venezolano que de garantía de la distribución gratuita de los métodos anticonceptivos y de protección sexual’’.

Según los datos registrados por la Alianza Salud Para Todas, 40,4% de las encuestadas no puede acceder a métodos anticonceptivos disponibles en el sector privado por su situación económica y el 34% de ellas puede acceder solo en ocasiones.

Se agrava la escasez de diésel y militares sacan provecho
De acuerdo con la Cámara de Transporte del Centro la escasez de diésel ha paralizado a 9 de cada 10 transportes de carga del país, lo que detiene la distribución de alimentos, medicinas, insumos médicos y otros productos

En casi todo 2020 no hubo un día en el que no hubiese una extensa cola de vehículos a lo largo de la autopista Valle-Coche, una de las vías de transporte más importantes de Caracas, para repostar gasolina en la estación de servicio de Fuerte Tiuna. En 2021 esta cola ya no existe, pero ahora apareció, en el sentido contrario, una fila de camiones, gandolas, autobuses y camioneticas, que pasan horas esperando y avanzando pasito a pasito para llegar a la bomba de Tazón.

A esta cola llegó José (nombre ficticio), transportista, a las 8:00 pm del viernes 5 de marzo. Estaba a la altura de Fuerte Tiuna. Cuando llegó seis horas después, a las 2:00 am del 6 de marzo, el militar que custodiaba la estación le dijo que solo estaban dando 200 litros, cuando la gandola que él conduce tiene un tanque de aproximadamente 850 litros. Sin embargo, el funcionario le dijo que si quería más debía pagar hasta 20 dólares, a pesar de que el litro de diésel cuesta 0,10 céntimos de bolívar, por lo que, en teoría, tenía que pagar solo 85 bolívares para poner el tanque full.

«En Tazón estaban echando solo 200 litros y por debajo de cuerda con 10 y hasta 20 dólares piden, según el uniformado que esté para equipar full los tanques. Ese día yo equipé 600 litros pagando 15 verdes. Eso es un negocio redondo en todos lados donde se consiga diésel. En la bomba de Cúpira un guardia me dijo ‘solo 100 litros’, le dije ‘póngalo full que andamos es trabajando’ y me dijo ‘me das 20 que es lo que vale ponerlo full’. Esa vez solo le eché esos 100 litros para no pagarle. En Valencia, donde vivo, sí es más fuerte. He durado un día y medio para poder equipar».

Mientras las colas por la gasolina se han reducido luego de un 2020 en el que escaseó severamente, las que son para abastecerse de diésel se están alargando cada vez más. La falta de este combustible, que se había empezado a reportar a finales de 2020, se ha recrudecido y todo parecer indicar que se cumplirán las proyecciones de los analistas de que los inventarios que tenía Pdvsa para aguantar la situación durarán hasta finales del primer cuatrimestre de 2021.

*Vea la nota completa en TalCual 

Escasez de gasoil incrementa los precios de hortalizas
La Cámara de Transporte del Centro advirtió que la crisis del transporte de carga debido a la carestía del combustible pone en riesgo la alimentación y la salud de los venezolanos

 

Las consecuencias por la escasez de gasoil comienzan a palparse en el país. En estados como Táchira transportistas afirmaron que el costo de las hortalizas han ido en aumento por la carestía del combustible, incluso, en más de 15% por cada traslado dentro y fuera de la entidad.

El transportista Darwin Molina, que cubre los estados Táchira y Lara, explicó a La Prensa del Táchira que el aumento que hacen a los alimentos no perecederos se debe a que tienen que comprar combustible a los «bachaqueros» de la zona.

Molina apuntó que 200 litros de gasoil cuestan unos 70 dólares, es decir más de 130 millones de bolívares y que solo para movilizarse ida y vuelta hasta Lara. Agregó que en el centro occidente de la nación los costos pueden ser aún más elevados.

“Los gastos que me genera comprar gasoil, ya sea en dólares o pesos, es un recargo que debo hacerle a los productos que traslado, En mi caso es el 15% que en la mayoría de las ocasiones solo me da para no perder”, declaró el chofer.

Con Molina coincidió Tito Escalante, también transportista. Contó que la escasez de gasoil ha complicado los viajes para llevar alimentos a municipios lejanos de Táchira, por lo que ahora debe cobrar fletes.

El transportista precisó que paga 122.500 pesos colombianos, equivalentes a unos 72 millones de bolívares, por apenas 80 litros de gasoil. Ese dinero solo lo recupera cuando viaja, pues tiene que subir el precio del servicio de entrega, pues el gasoil varía en sus costos.

El gasoil comenzó a escasear desde hace algunas semanas, como consecuencia de las pocas reservas. La Cámara de Transporte del Centro informó que 90% de las unidades se encuentran paralizadas por la carestía del combustible. La cámara advirtió que la crisis del transporte de carga debido a la escasez de diésel pone en riesgo la alimentación y la salud de los venezolanos.

OVSP: 28,2% de la población recibe bombonas de gas doméstico cada 3 meses o más
Del 83% de los consultados que usan gas para cocinar, 74,5% lo hace a través de bombonas individuales, según la información obtenida en doce ciudades del país

Con base en las cifras obtenidas en el más reciente estudio del Observatorio Venezolano de Servicios Públicos, realizado en el mes de enero de este año, 28,2% de los usuarios que utilizan cilindros individuales de gas doméstico recibe la distribución en su comunidad cada tres meses o más.

Del 83% de los consultados que usan gas para cocinar, 74,5% lo hace a través de bombonas individuales, según la información obtenida en doce ciudades del país.

Mostrando los resultados por ciudades, San Fernando (51,3%), Barinas (44,1%) y Valencia (36,7%) son las ciudades con las mayores proporciones donde deben esperar tres meses o más para recibir la distribución de bombonas. San Cristóbal (33,6%), Valencia (31,8%) y Barquisimeto (30,6%) obtuvieron los índices más altos donde “casi nunca” llegan los cilindros individuales.

Por su parte, Maracaibo (44,3%), Barcelona (33,8%) y Punto Fijo (30,6%) ocuparon los mayores porcentajes donde el recurso “no llega a la comunidad”.

A partir de los resultados de otras frecuencias de recepción del recurso a través de cilindros, se observó que los usuarios que deben esperar dos meses por una recarga representaron un 10,3% de las respuestas. Con respecto a frecuencias con tiempos de espera más cortos, solo el 3,5% expresó recibir distribución de bombonas cada 15 días y el 12,5% las recibe una vez al mes.

En comparación con el estudio llevado a cabo durante octubre y noviembre de 2020, los resultados se pueden interpretar como una desmejora en los procesos de distribución del propano debido a que frecuencias más periódicas como “cada quince días”, “una vez al mes”, disminuyen y las respuestas de los usuarios migran a recibir los cilindros a frecuencias como “cada tres meses”, “casi nunca” o dejan de contar con las bombonas.

Las tres principales formas de pago por los cilindros individuales que indicaron los usuarios fueron efectivo en bolívares con un 72,0%, seguido de un 19,7% que utiliza medios como pago móvil, transferencias o punto (bolívares) y un 5,5% que expresó cancelar el recurso en efectivo en dólares o euros, siendo San Cristóbal, con un 54,2%, la ciudad con la mayor proporción relacionada con la última respuesta, seguido por lejos de San Fernando de Apure con apenas un 1,5%.

Por último, según el Observatorio de Medios de Comunicación y Redes Sociales, los ciudadanos han tenido que recurrir a la leña frecuentemente para cocinar sus alimentos. Además, entre las denuncias se pudo conocer que en diversas comunidades no se realiza la distribución de cilindros con mayores capacidades como los de 43kg, esta información se complementa con el último estudio del OVSP donde se observó que el 51,4% de la muestra afirmó poseer bombonas de 10 kg, luego un 26,5% de 18 kg y casi un
10% tiene 43 kg.

La escasez de efectivo ahonda la desigualdad en Venezuela
El efectivo solo representa 2% de la liquidez monetaria. La insuficiencia de billetes deriva en un anárquico control de la cantidad de dinero a retirar en las agencias bancarias. El gobierno contempla tarjetas prepagadas para el transporte público

 

@vsalmeron

 

La insuficiencia de efectivo creó dos realidades: los venezolanos que pueden vivir sin billetes de la agonizante moneda nacional y quienes los buscan desesperadamente para pagar el transporte público o comprar en el comercio informal.

El incesante incremento de los precios pulverizó la capacidad de compra de los billetes al punto que el de 50 mil bolívares, el de mayor denominación, equivale al tipo de cambio oficial a 0,03 dólares y no alcanza para un pasaje.

La consecuencia es que el Banco Central no es capaz de proveer las piezas necesarias para aliviar la escasez de efectivo que castiga a la población que no tiene cuenta bancaria, está fuera del sistema de pagos digital o utiliza autobuses y busetas.

En los primeros diez meses de 2020 el Banco Central introdujo 232 millones de nuevas piezas de billetes, pero como por medios electrónicos crea dinero en grandes cantidades para financiar al gobierno y los precios escalan a un ritmo de dos dígitos al mes, el efectivo está muy lejos de la cantidad adecuada.

Al cierre de la semana pasada el efectivo representaba 2% de la liquidez monetaria (que aparte de monedas y billetes incluye los depósitos en la banca que se mueven por medios digitales) y en condiciones normales debería representar entre 10% y 13%.

Racionamiento bancario

La banca aplica un anárquico racionamiento de efectivo dependiendo de la cantidad de billetes que disponga. El martes de esta semana el Banco de Venezuela, la principal entidad financiera del Estado, permitía retirar 300 mil bolívares en cada agencia, pero en entidades financieras privadas otorgaban la mitad.

Algunos bancos permiten retirar un poco más a través de los cajeros automáticos, pero las colas son kilométricas porque la mayoría no tiene billetes.

Ana Martínez vive en el barrio Las Minas en Caracas y trabaja limpiando apartamentos. “Para llegar a mi trabajo debo tomar dos busetas y cada una me cobra 150 mil bolívares. Dejo de trabajar un día de la semana y camino cincuenta minutos hasta el centro comercial más cercano, allí hago colas de hora y media en agencias de los dos bancos donde tengo cuenta y así obtengo el efectivo para el pasaje. Regreso caminando”.

“Me pagan el equivalente a diez dólares por día en los apartamentos que limpio. Si pudiera trabajara los cinco días de la semana, pero solo trabajo cuatro porque tengo que perder un día completo para buscar efectivo”, dice Ana Martínez.

El dólar buseta

La hiperinflación, que estalló en noviembre de 2017, debilitó en extremo al bolívar y originó una dolarización de facto donde el dólar gana espacio en la economía y se emplea para fijar precios, tarifas o como medio de pago.

Pero la mayoría de los venezolanos no tiene ingresos en dólares o gana un salario exiguo. Además, si bien hay dólares en circulación, escasean los de denominaciones pequeñas y son contados los días en que trabajadoras como Ana Martínez reciben su pago en divisas.

Como los bolívares en efectivo escasean los choferes de las busetas aplican un descuento severo para recibir dólares y dar cambio en bolívares. “Hoy el dólar está a un millón y medio de bolívares y si pagas un pasaje de 150 mil bolívares con un dólar te lo reciben a un millón”, dice Ana Martínez.

Carlos González vive en los Valles del Tuy, una localidad a 67 kilómetros de Caracas. “Yo trabajo cinco días a la semana en un comercio donde ayudo descargando mercancía, me pagan ocho dólares por día. Para llegar a Caracas tengo que tomar un autobús y una buseta que ida y vuelta cuestan dos millones de bolívares”.

Explica que le pagan con billetes de dólares que vendedores de comida en el barrio donde vive se los cambian por bolívares en efectivo, aunque con un descuento de 20% respecto al tipo de cambio vigente.

“Prefiero eso a perder un día de trabajo para buscar efectivo en los bancos o pagarles a los choferes con los dólares porque ellos aplican un descuento mayor”, dice Carlos González.

La escasez de billetes también deriva en que si se paga con bolívares en efectivo alimentos básicos como arroz, café o harina de maíz son más baratos en el comercio informal.

Maduro digital

Para aliviar el malestar que genera la escasez de efectivo las autoridades del Banco Central solicitaron a las entidades financieras un plan que permita ampliar los medios de pago digitales, en especial en el transporte público.

El primero de enero el mandatario Nicolás Maduro afirmó que “nosotros vamos, este año 2021, hacia una economía digital más profunda, más en expansión. Yo he puesto la meta: 100% economía digital, que todo el mundo tenga sus métodos de pago en tarjeta de débito, de crédito”.

Banqueros consultados consideran que ir a un esquema donde desaparezca el efectivo es lo moderno y deseable, pero en Venezuela se intenta de una manera desesperada en medio de una economía sumergida.

La lista de inconvenientes para aumentar la digitalización incluye deficiente servicio de internet, constantes fallas en el sistema eléctrico, población no bancarizada en una magnitud relevante y atraso tecnológico en la banca.

En el interior del país a diario hay cortes en el suministro de energía y en Caracas el deficiente servicio de internet produce fallas en los puntos que procesan las tarjetas de débito y crédito.

En el transporte público es fundamental la rapidez en el pago para evitar largas colas y retrasos en el servicio, por eso se emplean tarjetas con un chip y antena incorporada que permiten pagar con solo acercar la tarjeta a un lector. Es lo que se conoce como pago sin contacto.

“Habría que cambiar las tarjetas y la mayoría de los puntos de venta para ir a un sistema sin contacto, actualmente esa tecnología no la tenemos en Venezuela en una magnitud importante eso cuesta dinero”, dice el presidente de un banco mediano.

Tarjeta prepagada

El gobierno planea ir a un sistema con tarjetas prepagadas que los usuarios del transporte público podrán comprar y recargar mediante pago móvil, tarjeta de débito en los puntos de venta o trasferencia bancaria.

La semana pasada comenzó un plan piloto que incluye a cinco mil transportistas de los Altos Mirandinos que recibieron dispositivos para procesar la tarjeta prepagada. Estos dispositivos no necesitan conexión a internet. Además, comenzó la venta de las tarjetas.

El 12 de enero Nicolás Maduro afirmó que “este año vamos a facilitar el uso de medios de pago, en moneda nacional, para el transporte público a través de sistemas de pago que no necesitan conexión en línea”.

Ejecutivos bancarios explican que el inconveniente es que para comprar y recargar las tarjetas prepagadas se requiere internet y servicio eléctrico eficiente para que funcione el pago móvil, las transferencias y las tarjetas de débito.

El gobierno no ha precisado en cuánto tiempo planea masificar esta iniciativa.

Otra reconversión 

La noche del 17 de agosto de 2018 Nicolás Maduro anunció una nueva era: “Vamos a un proceso virtuoso de crecimiento con justicia, con igualdad, con distribución de la riqueza, el programa de recuperación económica es el más completo, mejor concebido y con la mayor pertinencia con la realidad histórica”.

El programa incluyó el lanzamiento del bolívar soberano, tras restarle cinco ceros a la moneda anterior, el bolívar fuerte. Pero el bolívar soberano, que comenzó a circular a una tasa de 60 bolívares por dólar, hoy se cotiza sorbe el millón de bolívares por dólar y la disparada de los precios ha hecho que los equipos informáticos tengan severos problemas para procesar cifras con una larga fila de ceros a la derecha.

Fuentes del Banco Central explican que el gobierno contempla la posibilidad de una nueva resta de ceros durante el primer semestre de este año o la emisión de billetes de mayor denominación, aunque las sanciones de Estados Unidos complican esta alternativa.

“A nuestro juicio, el anuncio del 100% de digitalización prepara el terreno para la reconversión monetaria que inevitablemente ocurrirá en los próximos meses”, dice el informe El Tesorero de la firma Síntesis Financiera.

Sigue el vértigo

Tras no ahorrar durante el período de los altos precios del petróleo, endeudarse masivamente, no realizar las inversiones necesarias para mantener la producción petrolera y caer en una profunda recesión que merma la recaudación de impuestos, el gobierno se quedó sin recursos para cubrir el gasto y recurrió a la creación de dinero.

En agosto de 2018 Nicolás Maduro admitió que “tuvimos que ir a la emisión de dinero para respaldar las misiones socialistas, la construcción de viviendas, el sistema de bonos, los aumentos bimensuales de salarios. Diría así es la vida, nos tocó jugar así”.

Inmediatamente prometió “una disciplina fiscal prusiana” para controlar la inflación, pero la caída en la recaudación de impuestos se profundizó y las sanciones de Estados Unidos, que consideran ilegítimas las elecciones en las que Maduro se reeligió como presidente, aceleraron el declive de la producción petrolera.

En este entorno el gobierno continuó y todo indica que continuará financiándose con la creación de dinero, por lo que la inflación seguirá a un ritmo acelerado. Según el último informe de Focus Economics, la firma AGPV proyecta que este año la inflación será de 2.230% y Fitch Solutions estima 2.149%.