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¡Éramos felices y no lo sabíamos! por Carlos Dorado

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En el mundo moderno, la felicidad está rodeada de mitos, y la compresión de la misma, así como también el dónde encontrarla están distorsionadas. Generalmente es el pensamiento y no el acontecimiento real, lo que hace o crea la infelicidad, haciendo que  los sufrimientos se perpetúen como una forma de dolor autogenerado. Sin embargo, la felicidad siempre se encuentra en el aspecto positivo de cada evento y concepto, por muy pequeño porcentaje que ésta tenga en ese evento.

Todo esto viene a colación a raíz de una persona que perdió a su hijo, cuando en una intervención quirúrgica le insertaron una jeringa para introducirle dióxido de carbono. Lamentablemente, la aguja entró unos milímetros demasiado lejos y perforó la arteria femoral, uno de los mayores vasos sanguíneos que trasporta sangre desde el corazón. En unas pocas horas el muchacho estaba muerto.

Sin lugar a dudas, que perder un hijo de dieciocho años debe ser una de las experiencias más duras que una persona pueda padecer, sobre todo cuando estaba en la plenitud de su vida, y todo surgió en forma tan inesperada, y debido a un error humano involuntario.

Lo primero que una persona se cuestiona es: ¿Por qué a mi hijo? ¿Por qué a mí? ¿Cómo se puede justificar sin perder la fe? ¿Qué sentido tiene la vida de ahora en adelante? ¿La vida es injusta? Olvidándose incluso de los otros hijos que tiene y para los cuales la vida continúa, y seguramente van a requerir más que nunca del apoyo y la guía de unos padres, ante la ausencia de su hermano.

Éramos felices y no lo sabíamos”, comentó. Mientras transitaba por las etapas lógicas de este tipo de tragedias. No paraba de llorar, el dolor de perder a su hijo era como un cuchillo permanentemente clavado en el corazón. Por momentos creía enloquecer. No tenía sentido seguir viviendo otro día más. Terminando por destruirle su fe en la vida.  

Hasta que un buen día comenzó a desplazar la atención de lo que su hijo había dejado de ser, por lo que fue. De lo que hubieran vivido, por lo que han vivido. De la tristeza de haberlo perdido, por la felicidad de haberlo tenido. Apeló a los buenos recuerdos con su hijo, y al convencimiento de que ya no había nada que hacer para volver a estar con él, y debía buscar su felicidad y la de su familia sin el hijo. Desesperadamente buscó cosas a qué aferrarse para mantener una actitud positiva, y encontrar el equilibrio contrarrestando todo lo negativo.

Es precisamente “ese equilibrio”; el deseable punto intermedio entre el extremo del exceso y el de la carencia, donde las fuerzas opuestas terminan siendo complementarias. Lo que en las antiguas enseñanzas chinas recibían el nombre de “la vía del tao” y el dúo “Yin y Yang”, que esencialmente es lo mismo que los budistas llaman “sendero”, y los griegos llamaban “el medio dorado”, e inclusive en el Islam recibe el nombre de “camino recto”.

Estas enseñanzas recomiendan que cada quien debe dejar que la mayoría de los acontecimientos de nuestras vidas encuentren su propio equilibrio, ya que la sombra no pudiese existir sin la luz o viceversa; y donde inclusive los rasgos más deseados tendrán que encontrar su equilibrio, como por ejemplo: el valor, que aunque sea una virtud, llevada al exceso podría ser una gran temeridad, o en su ausencia una gran cobardía.

El sufrimiento era una opción; pero no la única y decidió volver a vivir, no quizás con la alegría de antaño, pero tampoco con la tristeza del pasado reciente.

cdoradof@hotmail.com

Organizaciones civiles piden a la Asamblea Nacional despartidizar lista de postulados al CNE

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En una carta abierta, el Centro de Estudios Políticos de la UCAB, Control Ciudadano, la Comisión para los Derechos Humanos del Estado Zulia,  el Observatorio Venezolano para los Derechos Humanos de las Mujeres y Queremos Elegir; cuestionan el perfil de algunos de los postulados para ocupar las vacantes que dejarán las rectoras Socorro Hernández y Tania D´Amelio, y sus suplentes, en el Consejo Nacional Electoral (CNE), cuyos períodos vencen el 3 de diciembre de 2016.

Estas organizaciones civiles plantearon al Comité de Postulaciones de la Asamblea Nacional que evalúa los candidatos a integrar el CNE, «que evite las mismas malas prácticas que tanto daño han hecho a la credibilidad e imparcialidad de la institución electoral en el pasado reciente, y que no incluya en la lista de elegibles a personas cuya vinculación a organizaciones con fines políticos es pública y notoria”.

“Respetuosamente solicitamos al Comité de Postulaciones y a la Asamblea Nacional no incurrir en los mismos vicios que se prometió erradicar, y que colocaron al Consejo Nacional Electoral entre los peores evaluados en los índices mundiales de Integridad Electoral, para lo cual es necesario que aquellos candidatos que no cumplan con esta condición de independencia e imparcialidad no sean incluidos en dicha lista”, señalan en el comunicado.

Recuerdan que el artículo 296 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece que: “El Consejo Nacional Electoral estará integrado por cinco personas no vinculadas a organizaciones con fines políticos”.

Consideran que tanto el Comité de Postulaciones Electorales como la plenaria de la Asamblea Nacional están obligados a respetar la Constitución, así como la Ley Orgánica del Poder Electoral (artículo 9, numeral 4).

En el comunicado, las organizaciones civiles subrayan que “el rescate de la institucionalidad electoral por parte de los miembros de la Asamblea Nacional electos el 6 de diciembre de 2016, constituye un paso imprescindible en la dirección adecuada para el restablecimiento del Estado de derecho y despartidización del Poder Electoral”.

¿Cómo puede ayudar el yoga a combatir el trastorno bipolar?

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«La vida con el trastorno bipolar puede ser dura. A veces me hundo en la depresión, incapaz de salir de la cama, lloro de forma descontrolada. Y cuando estoy feliz apenas me detengo a comer o dormir hasta que rozo los límites del agotamiento y la desesperación».

Son las palabras de Charlotte Walker, activista de salud mental, escritora y autora del blog sobre trastorno bipolar Purple Persuasion.

«Siempre es una lucha encontrar el término medio. Tomo medicamentos y eso me ayuda. Pero también trato de gestionar mi condición de otras maneras», explica la escritora, quien asegura que la práctica del «mindfulness» (atención plena) le resulta particularmente efectiva.

Y por eso Charlotte se alegró cuando una lectora llamada Rosie la contactó para ofrecerle una sesión intensiva de 25 días de yoga, para así poder compartir después su experiencia.

 

Cuerpo sano, mente sana

La bloguera asegura que en la década de 1990 era «una gran fanática del yoga».

«Practicaba las asanas (posturas de yoga) a diario, en base a textos hindúes, y me ayudaron a calmar mi mente hiperactiva«, declara.

Su psiquiatra le animó a probarlo de nuevo, una idea que también apoyó Tom, el marido de Charlotte. «Tal vez pueda ayudarte a ganar control sobre tus emociones», le dijo.

Así que Charlotte reservó tres clases la primera semana, mientras se preguntaba sobre si podría volver a practicar los asanas después de tanto tiempo y con unos kilos más.

«En el yoga no existen los prejuicios. Si alguien está ahí para juzgar, entonces no están practicando yoga», le dijo Rosie.

El estudio al que iba a ir Charlotte se especializaba en «Power Yoga«, una práctica en la que hay un movimiento dinámico de una postura a otra.

«Cuando llegué al estudio las luces estaban tenues, el aire estaba perfumado y sonaba música relajante. Escogí una colchoneta al fondo de la clase para tener algo de privacidad», relata Charlotte.

«La música aceleró y comenzamos. Nuestra profesora, Lea, nos seguía pidiendo que fuéramos bajando hacia el suelo, primero las rodillas, luego el pecho, después la barbilla».

«Logré hacerlo con las rodillas, pero me caí hacia adelante varias veces».

 

Atención plena

 

Charlotte asegura que sus músculos temblaban fatigados y que se sintió aliviada al tumbarse y relajarse.

«Con los ojos cerrados, me sorprendí cuando Lea se colocó detrás de mi, masajeando mi frente con aceite perfumando. Soy bastante agnóstica, pero mientras presionaba su pulgar entre mis cejas me sentí como la hija de Dios. Suena cursi, pero es cierto», le contó Charlotte a la BBC.

La bloguera dice que su segunda clase tuvo lugar en una sala más amplia y más iluminada, «sin lugar para esconderse».

Charlotte se volvió a caer varias veces, al mismo tiempo que recordaba nombres de posturas de yoga que creía olvidados. Cobra. Arco. Gato. Y el Perro Boca Abajo. Este último muchas veces.

Charlotte probó entonces un estilo de clase diferente: «Yin Yoga», una modalidad en la cual cada postura debe mantenerse durante varios minutos «aceptando y trabajando sensaciones intensas», explica.

«Al principio sentí un poco de pánico. El malestar físico es muy parecido al emocional. Pero al final tuve una sensación de logro real. Me quedé con ella. Hasta el momento, ha sido la clase más difícil».

Dice que, a pesar de seguir practicando yoga durante dos semanas más, todavía siente que esa clase fue la más dura, «incluso con el mismo profesor y mezclando posturas y niveles de energía».

Una constante, explica, es el compromiso con la atención plena.

«Respirar es fundamental en el yoga y mucha gente lo ve como una meditación en movimiento. Una frase de una de las clases todavía resuena en mi cabeza: sin respiración, el yoga serían tan sólo formas».

 

Lograr el equilibrio

 

Durante las clases, a Charlotte le pidieron que estableciera objetivos para llevar a cabo el ejercicio, de manera que debía preguntarse por qué estaba allí y qué quería lograr con ello.

«Entonces tuve un momento de iluminación repentina. Todo lo que quería lograr físicamente era exactamente lo que quería alcanzar a nivel mental».

«Quiero ser fuerte, estable y lograr un equilibrio; quiero tener el control», relata.

Charlotte se vio a sí misma en esa colchoneta, avanzando poco a poco, mejorando en el ejercicio y sintiéndose más fuerte.

«He asistido a seis clases en los últimos seis días, y 16 en total. Me siento mejor mental y físicamente y veo menos diferencias entre ambos estados».

«Continúo descubriendo músculos que no sabía que tenía y no había tenido abdominales en años. Tom dice que me nota más equilibrada y la gente comenta lo bien que me ven».

Y agrega: «En mi interior, siento una claridad que quiero mantener. Las situaciones de estrés ya no son tan estresantes. Ya no estoy tan abrumada por la ansiedad».

«Sigo teniendo el extraño día eufórico y el ocasional día bajo, pero las clases parecen haberme ayudado a encontrar un equilibrio».

«El yoga forma, de nuevo, parte de mi vida, no tengo ninguna duda, voy a continuar. Me ha ayudado a encontrar mi punto medio», concluye.

Equilibrio en tiempos de revolución por María Elena Arcia Paschen

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Cada día se me hace más cuesta arriba lidiar con mi obstinado intento de ser equilibrada y procurar una visión objetiva de la dramática situación que vivimos los venezolanos y que nos ha alejado de esa faceta que nos caracterizó por mucho tiempo como personas tolerantes y respetuosas de la diversidad.

Ese nuevo relato de víctimas y victimarios que se desarrolló en los últimos 17 años y que tantos frutos produjo para el sostenimiento del actual régimen, lastimosamente ha permeado incluso las esferas de quienes, por su nivel intelectual, deberían mantener posiciones cónsonas con su alta capacidad de análisis y reflexión.

No hay cosa más difícil en estos días que ser equilibrados, ya que retamos las posiciones extremas de ambos grupos y en el ambiente de hipersensibilidad existente cualquier postura contraria puede ser asimilada con el victimario que tanto nos hace sufrir.

Aquellos que un día fueron víctimas demostraron que son todo menos indefensos, por lo que tenemos que tener mucho cuidado en replicar esta narrativa en la Venezuela que queremos construir. No queremos más modelos utilitarios de salvadores ni ungidos que vengan a rescatarnos; ya probamos el daño que hacen y como nos retroceden a estadios primitivos minando nuestras capacidades personales y restando responsabilidad a nuestros actos y decisiones. Vamos a deslastrarnos de esa miope visión de que el otro es el culpable por cuanto yo soy el indefenso y necesito del súper salvador.  

Esa postura nos empobrece no sólo económicamente sino moral, cultural y éticamente ya que nos impide mirar con ecuanimidad lo que ocurre del otro lado, ya que todo lo que venga del lado de nuestros supuestos victimarios necesariamente será indeseable; con esto nos perdemos la oportunidad de entrar en contacto con posiciones que por distintas a las nuestras, no nos atrevemos a explorar y que nos podrían abrir a nuevas realidades.

Hay muchos ejemplos actuales que pudiéramos utilizar para empezar a trabajar sobre el ejercicio del respeto al otro. Cito uno reciente que quizás traerá cola pero no tenemos miedo de “escandalizar”.

Para empezar debo acotar que apoyo y apoyaré el talento venga de donde venga, sin mezquindades ideológicas.

Recientemente tuve la oportunidad de presenciar, fuera de nuestras fronteras, un concierto de la Orquesta Sinfónica Juvenil Simón Bolivar dirigida por Gustavo Dudamel, un espectáculo realmente maravilloso y que me llenó de orgullo del talento venezolano y de cómo mis admirados compatriotas dejan en alto la calidad de nuestros músicos. Esa experiencia la compartí con muchos y los comentarios y críticas me llamaron a la reflexión por la extrema hipersensibilidad actual.

No somos capaces de admirar el talento y respetar las posturas ideológicas en la misma persona o grupo. Las artes, la cultura, las letras han necesitado siempre de los apoyos de mecenas, quienes usan el patronazgo algunas veces por placer estético, moral, intelectual o para mejorar su reputación, y esto es absolutamente válido. Eso mismo ha ocurrido con nuestros músicos quienes han conseguido el apoyo de los gobiernos de turno para lograr construir un sistema digno de admiración, lo que creo todos entendemos, compartimos y dudo que hubiéramos actuado en modo distinto de encontrarnos en esa situación. Es muy lamentable entonces cuando somos incapaces de respetar y tolerar las posturas ideológicas en los que admiramos, como si su derecho a expresar su posición política sufriera de una “capitis diminutio” y  aquí entonces empezamos a restar y no a sumar…..

Es indispensable que iniciemos una cruzada para cambiar y deslastrar esa retórica que tanto daño ha hecho no sólo en nuestro país sino en la historia de humanidad y que se ha convertido en una patente de corso para justificar el pasar de víctimas a perseguidores para poner orden a las “injusticias del pasado”.

Quiero y añoro un país de tolerancia, en el cual el respeto mutuo sea la regla y no la excepción, donde tengamos un extremo ciudado en salvaguardar la mayor parte posible de libertad de aquellos con quienes convivimos;  que lo que piense o diga alguno lo respete aún cuando no lo comparta; que nuestro mayor reto sea construir en la diversidad.

En esta tarea tendremos que involucrarnos muchos y con extrema pasión y entereza para sortear las dificultades que nos traerá!

 

@malarcia

El yogurt es la opción más recomendable para tener una buena digestión

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Un yogutr aporta 77, 5 kilocalorías. Es una opción perfecta para almuerzos o meriendas, ya que además de mantenernos saciados es una gran fuente de proteínas de alto valor biológico y calcio biodisponible, por lo que su consumo beneficia enormemente la salud ósea y muscular.

Además, contiene microorganismos vivos, bacterias beneficiosas que ayudan a mantener sana la flora intestinal, por ello tomar yogurt tras un tratamiento con antibióticos potenciará las defensas y favorecerá la recuperación del equilibrio de la mucosa del estómago.

Estos microorganismos también ayudan a hacer la digestión, por lo que es un alimento perfecto para consumir por la noche y después de tomar comidas copiosas. Debido al proceso de fermentación empleado en su elaboración, el yogurt mejora los síntomas de los procesos donde existe una alteración de la flora intestinal como la diarrea o el estreñimiento.

Dic 01, 2014 | Actualizado hace 9 años
Perder el equilibrio es síntoma de laberintitis

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Con frecuencia aparece luego de una infección del sistema auditivo

La laberintitis es una afección que se produce en una parte del oído interno que contribuye con el mantenimiento del equilibrio del ser humano, según señala el especialista Jorge Serrano.

“Cuando se inflama, el laberinto no funciona de forma adecuada, por lo que el cerebro no recibe las señales pertinentes para mantener el equilibrio; la laberintitis puede hacerle sentir al afectado que se está cayendo o girando, aunque no sea así”, agregó.

Se desconocen las causas específicas de la enfermedad, aunque sí están definidos los factores de riesgo.

“Usualmente se presenta luego de una infección en el oído, es decir una otitis, o también después de un resfriado. También tener antecedentes de alergia, fumar constantemente, ingerir bebidas alcohólicas, fatiga y estrés”, agregó el especialista.

Indicó que el síntoma más común es el vértigo, que puede presentarse acompañado de náuseas y vómitos. Así mismo puede aparecer dificultades para enfocar y pérdida moderada de la audición.

El otorrinolaringólogo manifestó que el tratamiento es sencillo, siempre y cuando la enfermedad no se agudice.

“Se usan fármacos antihistamínicos, anticolinérgicos, sedantes y antieméticos para combatir las náuseas”.

La no se puede prevenir, pero si se pueden reducir los síntomas y controlar los riesgos.

“Los pacientes deben evitar los movimientos bruscos de cabeza, luces brillantes e intentar leer cuando tiene los síntomas”, indicó.