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Juan E. Fernández Ene 24, 2021 | Actualizado hace 1 mes
Fecha de vencimiento

Ilustración de Alexander Almarza, @almarzaale

@SoyJuanette

Esta mañana me levanté, salí a correr, me pegué una ducha al volver, y ahora estoy frente al espejo a punto de afeitarme. Tengo una llamada de trabajo y no puedo tomarla como si fuese un indigente o el hermano mayor del Capitán Cavernícola. Oh, ¿Pero que ven mis ojos? Esos pequeños cabellos blancuzcos que hace unos meses comenzaron a salirme en la barba continuaron su avanzada por mis patillas y ahora están llegando a mi cabello. ¿Recuerdan la frase de Jurassic Park “La vida se abre paso”? bueno, oficialmente ¡la vejez se abre camino!

Ya sé que dirán “Pero por favor Juanette no exageres, si las canas son sabiduría, además a muchas mujeres les parecen interesantes”. A los que opinan eso les pido que me digan dónde están esas chicas y que si pueden me presenten al menos a una, porque hasta ahora solo encontré las que te descubren una cana y dicen “Ummm, mejor no”.

Ese “Ummm, mejor no” es similar al que dice todo el mundo cuando va al supermercado y toma un cartón de leche o un yogur, mira la fecha de vencimiento y al ver que el producto se vence en 6 meses amagan como para llevarlo, pero después piensan “Ummm, mejor no, me puede hacer mal”.

A mí la verdad nunca me dio miedo envejecer, siempre lo vi como “el mejor momento de una persona”; pero ahora que ya pasé los 30, bueno a quién engaño… ya con 41 me siento en la mitad del puente. Si miro atrás puedo observar las glorias pasadas, que sin dudas fueron muchas porque comencé muy joven, pero ahora miro al futuro y solo veo a la vuelta de la esquina dos cosas: la hipertensión y la diabetes. Y en lugar de un auto último modelo, aspiro a tener una andadera decente o tal vez una silla de esas eléctricas.

Creo que oficialmente llegué a la crisis de los 40. Sí, ya sé que un año tarde, pero es que soy así, me tomo mi tiempo. Me di cuenta de que ya estoy en esa etapa de la vida porque estuve saliendo con un par de chicas muy jóvenes, obviamente no a la vez porque no hay ni cuerpo ni presupuesto que aguante. Y la verdad no es lo mío. Ojo, son chicas muy lindas, y superinteligentes, porque no hay nada que me seduzca más en una mujer que la inteligencia, pero la verdad creo que no teníamos mucho en común. Eso del skate y la música electrónica ya no son lo mío. De hecho, si me levanto de golpe de la cama, la mayoría de las veces me mareo.

Además, descubrí que me emocionan otras cosas. Antes, por ejemplo, ir tomados de la mano y recorrer Buenos Aires juntos, o robarle un beso a una chica y ser correspondido era maravilloso. Pero ahora si entro a un supermercado y veo que hay 2×1 en desodorante o en vitaminas lloro de la emoción. Creo que eso es un aviso de la naturaleza de que ya vamos de salida.

Otra cosa que me hizo notar que ya estoy en la crisis de los 40 es que mis gustos cambiaron, porque en mi juventud la belleza física en la mujer era fundamental; de hecho, todas mis novias inexplicablemente eran hermosas, y digo inexplicablemente porque nunca nadie entendió cómo estuve con ellas (ni yo mismo). Pero ahora disfruto en una mujer su compañía, la buena onda, y la complicidad de hablar hasta tarde por teléfono (no de línea, al menos todavía), o pasar horas conversando en algún café porteño.

El tema es que ahora, con las canas, seguramente esas mujeres que hasta la semana pasada me veían como una posibilidad de no quedarse solas, y que pensaron “bueno, este peor ya no va a estar así que démosle”, ahora dirán “Ummmm mejor no”. Obviamente no voy a pintarme las canas porque si la naturaleza lo mandó, bueno toca asumirlo con dignidad, tal como han hecho mis abuelos, mis tíos y mi padre.

Por fortuna vivo en una sociedad donde la tecnología avanzó mucho, así que me parece que voy a cerrar Tinder y comenzaré a comparar entre Alexa y Siri… lo bueno es que si me canso de la relación o se vuelve monótona solo tengo que formatearlas.

¡Qué vivan las canas!

“Se te cayó la cédula”

“Se te cayó la cédula”

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Estudio afirma que el ibuprofeno pudiera retardar el envejecimiento celular

ibuprofeno

 

Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Texas, Estados Unidos, concluyó que este medicamento, tan utilizado en los hogares para aliviar muchos dolores, puede alargar la vida de las levaduras, gusanos e incluso moscas; esa fue la conclusión de un trabajo publicado en la revista Plos Genetics en diciembre de 2014.

Michael Polymenis y su equipo de investigación probaron que dosis regulares de ibuprofeno extendieron la vida útil de múltiples especies hasta un 15% más: “primero usamos la levadura del pan, que es un modelo de envejecimiento establecido, y vimos que la levadura tratada con ibuprofeno vivió más tiempo. Entonces probamos el mismo proceso con los gusanos y las moscas y vimos la misma prolongación de la vida útil. Además, estos organismos no sólo vivieron más tiempo, sino que también parecían sanos”, explicó Polymenis.

“No estamos seguros de por qué funciona, pero vale la pena explorar más a fondo. Este estudio fue una prueba de principio para mostrar que los medicamentos comunes, relativamente seguros en humanos, pueden ampliar la vida útil de muy diversos organismos. Por lo tanto, debería ser posible encontrar otros como el ibuprofeno con mejor capacidad para prolongar la vida, con el objetivo de añadir años de vida saludable a las personas”, aclaró el científico.

FACETAS, en conversación con un médico internista, pudo ratificar la premisa anterior: “Si es cierto que el ibuprofeno, por encima de otros aines (antiinflamatorios no esteroideos), tiene un efecto estabilizador de la membrana que pudiera retardar el envejecimiento celular. El efecto nocivo que produce a largo plazo y de forma sostenida puede producir daño hepático, por lo que es preferible usarlo solo como antiinflamatorio, sobre todo, muscular y de partes blandas”, manifestó Angel Renato Acosta, médico internista y cardiólogo.

 

Estos factores pueden aumentar el riesgo de sufrir osteoporosis

osteoporosis

*Con información de Mayo Clinic
A pesar de que la osteoporosis sea más común a medida que uno envejece, no es parte del proceso natural de envejecimiento. Existen varios factores, tales como los antecedentes familiares, que aumentan el riesgo de osteoporosis.

 
El cuerpo normalmente forma nuevo hueso y descompone el viejo. Cuando uno es joven, el cuerpo forma nuevo hueso más rápido de lo que descompone el hueso viejo, razón por la que aumenta la masa ósea. La mayoría de personas alcanza el pico de su masa ósea entre los 25 y los 35 años de edad, y mientras más alto es el pico de la masa ósea, con más hueso cuenta el cuerpo para sustentar la salud ósea durante el resto de la vida.

 
El riesgo de osteoporosis aumenta con la edad porque a medida que se envejece, se pierde hueso más rápido de lo que el cuerpo puede formarlo. La osteoporosis se presenta cuando la formación de nuevo hueso ya no puede mantener el mismo ritmo de la descomposición del hueso viejo y por lo tanto, los huesos se vuelven débiles, frágiles y quebradizos.
Además del envejecimiento, las investigaciones demuestran que los antecedentes familiares contribuyen al riesgo de osteoporosis. Cuando los padres o hermanos tienen la enfermedad, el riesgo aumenta, especialmente si uno de los padres sufrió fractura de cadera.

 
Las mujeres corren más riesgo, sobre todo quienes ya atravesaron por la menopausia. Eso se debe a que las mujeres tienden a perder densidad ósea más rápidamente en los años posteriores a la menopausia. No obstante, eso no significa que los hombres no puedan padecer osteoporosis, pues alrededor de 20 por ciento de las personas diagnosticadas con la enfermedad son del sexo masculino. Los hombres y las mujeres con estructuras corporales pequeñas tienden a correr más riesgo porque tienen menos masa ósea de la que extraer a medida que envejecen.

 

La diabetes aumenta el riesgo

Desde hace tiempo se sabe que la diabetes tipo 1 contribuye al riesgo de osteoporosis, debido a que ésta suele empezar en la infancia y puede repercutir negativamente sobre la fortaleza ósea a medida que la persona crece. Sin embargo, hace poco se descubrió que las personas con diabetes tipo 2 también corren más riesgo, pero no se sabe por qué. Ese interrogante es actualmente el tema de considerable cantidad de investigaciones.

 
La alimentación también influye. La carencia prolongada de calcio desempeña una función importante en el desarrollo de la osteoporosis. La baja ingesta de calcio contribuye a menor densidad ósea, pérdida ósea prematura y mayor riesgo de fracturas. La deficiencia de vitamina D también puede contribuir con el tiempo a menor densidad ósea.
Otro factor de riesgo importante para la osteoporosis es sufrir una fractura ósea en la infancia o en la juventud. Si bien muchos niños se fracturan los huesos, generalmente los dedos, los brazos o la clavícula como parte de un traumatismo sufrido durante un accidente automovilístico o la práctica de un deporte, ese no es el tipo de fractura ósea que coloca a la persona en mayor riesgo de osteoporosis.

 
En cambio, cuando un hueso se fractura después de un traumatismo menor sin que eso sea lo esperado en un niño, por ejemplo a consecuencia de una caída, esa podría ser la señal de predisposición a la osteoporosis más adelante en la vida. Esto es particularmente cierto cuando la fractura ocurre en la muñeca, la cadera, la columna o el hombro.
Si le preocupa el riesgo de osteoporosis, consulte con el médico. En quienes nunca han sufrido fracturas y tampoco tienen otros factores de riesgo, se recomienda que las mujeres se realicen el examen de la densidad ósea hacia los 60 años, y los hombres a partir de los 70 años. Si alguien es más joven pero tiene factores de riesgo, entonces el examen debe realizarse antes. En algunas personas, dependiendo del nivel de riesgo, eso puede ser hacia los 50 años.

 

 

Descubren nuevo tipo de fármaco que reduce el envejecimiento en ratones

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Un nuevo tipo de fármaco, identificado y validado por los investigadores de Mayo Clinic junto a sus colabores del Instituto de Investigación Scripps y de otros lugares, claramente reduce los problemas de salud en los ratones al limitar el efecto de las células senescentes, que son las que contribuyen a la fragilidad de la vejez y a las enfermedades propias de la edad. Los investigadores dicen que este es el primer paso hacia el desarrollo de tratamientos similares para los pacientes viejos. Los resultados se publicaron hoy en la revista Aging Cell.

“Si se lo puede traducir a los humanos, cosa que tiene sentido puesto que muchos de estos análisis utilizaron células humanas, este tipo de terapia tiene la capacidad de mantener a raya los efectos del envejecimiento y extender considerablemente el tiempo de vida sana de una persona”, comenta el Dr. James Kirkland, director del Centro Kogod de Mayo Clinic para el Envejecimiento y autor experto del estudio.

Los fármacos, llamados senolíticos, eliminan selectivamente a las células senescentes, sin dañar a las células ni a los tejidos vecinos, reduciendo tanto los problemas cardíacos como los vasculares, la debilidad muscular, la osteoporosis y las dificultades neurológicas. Las células senescentes aparecen con la edad y en los sitios propios de las enfermedades vinculadas con la vejez; además, producen factores que pueden dañar a las células y a los tejidos circundantes y distantes, lo que amplifica su efecto. En muchos ejemplos, los fármacos provocaron la reducción significativa y visible de varias afecciones, apenas después de una dosis, y continuaron siendo terapéuticos hasta por siete meses. Los investigadores dicen que este efecto duradero coincide con un cambio en la composición celular o tisular.

Los dos fármacos más exitosos entre los 46 probados para despejar a las células senescentes fueron el dasatanib y el quercetin, y pese a que individualmente su eficacia fue sólo parcial, en combinación lograron visiblemente revertir mucho más los signos de envejecimiento en los ratones.

“A pesar de que aún es muy pronto para predecir la relevancia clínica, este trabajo muestra una nueva y fascinante manera de lidiar con las múltiples morbilidades que afectan a los ancianos, por lo menos en un modelo de ratón con vejez acelerada”, señala el Dr. Felipe Sierra, director de la División de Biología del Envejecimiento del Instituto Nacional del Envejecimiento. “Será interesante ver el desarrollo de más senolíticos y sus pruebas en ratones normales y demás animales modelo”.

Más estudios están ya planificados y aún no se ha puesto plazo para el posible empleo de estos fármacos en humanos, por lo que el Dr. Kirkland advierte que cualquier referencia a una aplicación clínica es solamente especulación. Ambos fármacos se utilizan en humanos para otros fines, pero de todas maneras, éstos deberán atravesar por ensayos clínicos para este nuevo y único tipo de terapia contra el envejecimiento.