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Eliécer Otayza

Iris Varela sugiere que Rodríguez Torres está detrás de asesinatos de Otaiza y Serra

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La «constituyente» Iris Varela culpó este domingo al ex ministro de Interior y Justicia, Miguel Rodríguez Torres, de estar detrás de las muertes de Eliécer Otaiza y Robert Serra.

“Yo creo hoy que ese Miguel Rodríguez Torres está detrás del asesinato de Otaiza y de Robert, lo creo. Y de repente tiene que ver con lo que le pasó al comandante Chávez”, dijo la exministra durante una asamblea consultiva en el parque Ezequiel Zamora (Caracas).

Indicó que esas denuncias deberán investigarse en el marco de la Comisión de la Verdad, que desde el sábado 26 de agosto recibe las denuncias de familiares de víctimas mortales en las protestas que sucedieron entre abril y julio de 2017, además de los heridos.

Más información en Tal Cual Digital.

Torturados en el Sebin, por Carlos Nieto Palma

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El pasado jueves 22 de junio, Una Ventana a la Libertad (UVL), organización que dirijo desde su fundación en 1997, dio a conocer el primer trabajo de investigación que se ha realizado en el país, con valor académico, sobre la situación de los derechos humanos de los privados de libertad en las sedes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), el Helicoide y Plaza Venezuela.

Un gran esfuerzo de UVL donde quedan al descubierto las graves violaciones de los derechos humanos de las personas que allí se encuentran. A ese informe me quiero referir hoy y compartir con ustedes algunos detalles de esta investigación.

Para la realización de este trabajo que da a conocer las condiciones de reclusión en las celdas del Sebin, el equipo de investigación de Una Ventana a la Libertad acudió básicamente a fuentes vivas, algunas de las cuales estuvieron detenidas en los calabozos de esa institución. También fueron recopilados documentos impresos, fotográficos y audiovisuales. El trabajo de campo correspondiente fue desarrollado durante los meses de mayo y junio de 2017.

Para el momento en que se realizó el informe, el Sebin Helicoide tenía una población de 340 reclusos, 23 de los cuales son mujeres, siendo su capacidad real para 80 personas teniendo niveles de hacinamiento de 300%.

El documento indica que en el Sebin Helicoide el espacio total disponible para los detenidos es de aproximadamente 321 metros cuadrados. Esto indica que el promedio de espacio por detenido es inferior a un metro cuadrado por recluso

En el Sebin Helicoide 80% de la población recluida lo está por razones políticas y existe 20% de presos por delitos comunes, entre los que se encuentran Walid Makled y sus hermanos, los asesinos de Robert Serra y Eliécer Otayza.

En las celdas del Sebin Helicoide los detenidos corren permanentemente el riesgo de ser objeto de tratos vejatorios o crueles, y en ocasiones torturas.

La policía política de la dictadura de Maduro no tiene nada que envidiarle a la temida Seguridad Nacional de la también dictadura de Marcos Pérez Jiménez, entre los años 1953 y 1958; al comparar las prácticas perversas de ambas policías en el trato a los detenidos, vemos grandes similitudes entre ambas.

En líneas generales, los métodos de tortura detectados en la sede de Sebin Helicoide serían los siguientes: 1) Crucifixión: la persona es guindada de un objeto fijo mediante esposas, generalmente a un tubo o una reja, hasta que aporta la información requerida o confiesa algún delito. Para evitar las marcas, las muñecas son recubiertas con papel periódico o cinta adhesiva. 2) Ahogamiento con bolsa impregnada con alguna sustancia química como amoníaco o insecticida. 3) Ahogamiento con balde de agua o con un paño húmedo. 4) Golpes en las piernas con bates o palos de madera. Generalmente son infligidos en la parte anterior de los miembros. 5) Golpes a una persona envuelta en una colchoneta. 6) Choques eléctricos en los genitales o en otras partes del cuerpo. A veces, los métodos de tortura son combinados. Por ejemplo, se propinan golpes a una persona en “crucifixión”, o luego de ser ahogada.

Igualmente, el informe refleja que en el centro de reclusión de Plaza Venezuela hay siete celdas, existiendo para el momento del estudio solo tres reclusos, este recinto es utilizado para generar condiciones de “aislamiento celular” en las que las personas pierden la noción de temporalidad. Las celdas de seis metros cuadrados, además, están dispuestas de una forma tal que a los presos les resulta muy difícil comunicarse unos con otros, tiene dos características fundamentales: está bajo tierra y tiene una temperatura permanente que ronda los diez grados centígrados, por esto se le da el nombre de “la Tumba”.

Impacta en el informe el testimonio del activista opositor Carlos Melo de una de las celdas del Helicoide conocida como “Guantánamo” donde narra: “Este es un calabozo con unas 40 personas, donde estaban los acusados por los homicidios de (Robert) Serra y (Eliécer) Otayza (…) Hay acusados por el asesinato de una señora que luego descuartizaron. Allí la rutina es recoger y poner el colchón, ir al baño en la mañana y en la tarde, porque los Gamma no tienen urinario ni lavamanos. Su único aire es el del pasillo. Es oprobioso y malsano. Yo estuve ahí 21 días. También estaban unos proveedores de granos para el chavismo, Ramón Quijada y Oscar Pérez, de quienes creo que son presos políticos. También estuvieron trabajadores del Bicentenario Plaza Venezuela, junto a presos comunes, casi todos muchachos menores de 25 años. Todos dormíamos en el piso. A las 6:00 am un detective preguntaba a gritos quiénes van para el baño (…) Entonces recogíamos un pote de plástico donde hubo jugo, que llaman el bichetero, al que le abres un hueco para orinar allí cuando no hay otro remedio. Ese se convierte en una especie de hermano tuyo. Los más de 40 bicheteros quedan en una esquina del calabozo, y los que duermen cerca de eso la pasan muy mal. Pero la cosa no queda ahí: si no te queda otro remedio que ir al baño, hay un cuartico de 1 x 1,20 metros donde construyes un barquito con periódico, haces tus necesidades pesadas en él, lo metes en una bolsa pequeña, la trancas y luego la metes en otra bolsa que está en la puerta del calabozo, adentro, toda la noche. En las mañanas, alguien del grupo tenía que sacar las bolsas con los barcos y limpiar”.

Les recomiendo leer este informe que lo pueden encontrar completo en la página web de la organización www.unaventanaalalibertad.org y descubrir el horror que viven los reclusos en el Sebin.

 

@cnietopalma

El Nacional

Crímenes sin Castigo |Niños feroces por Javier Ignacio Mayorca

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Los homicidios de dos sargentos del Ejército a manos de un grupo de menores de edad en el bulevar de Sabana Grande, la madrugada del sábado 25 de marzo, no pueden ser vistos como hechos aislados a casuales. Por el contrario, fueron la consecuencia de procesos en los que niños y adolescentes de ambos sexos han ido involucrándose cada vez con mayor intensidad en el círculo de la violencia.

Uno de los aspectos más llamativos de este caso es que hasta el momento no se ha podido comprobar la existencia de ninguna relación previa entre los militares y los jóvenes que los mataron a cuchilladas y punzadas. En los anales policiales queda catalogado como el producto de una “oportunidad”, es decir, la convergencia de víctimas y victimarios en un mismo lugar sin que hubiese una autoridad que impidiese el resultado trágico, precipitado por la oposición al robo. En esto, el crimen contra los sargentos se parece mucho al homicidio del teniente coronel Eliécer Otayza, en el sector La Palomera de El Hatillo durante el mes de abril de 2014. En ambos casos, las muertes fueron producto de acciones colectivas y muy cruentas.

La muerte de Otayza debió encender las alarmas de la sociedad, pero fue desvirtuada por el propio oficialismo, con el argumento de que había sido el resultado de un sicariato ejecutado por supuestos paramilitares. De este modo, se perdió una oportunidad para lograr las debidas rectificaciones. Ahora, ocurre otra vez.

Entre el caso de Otayza y el de los sargentos la violencia infantil y juvenil ha ido desarrollándose en el país.

 

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Las estadísticas del ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, conocidas extraoficialmente, indican que en 2015 fueron identificados 38 menores de edad como supuestos perpetradores de homicidios. En 2016 esta cifra se elevó a 72. Un incremento de 89%. En el grupo de los niños, es decir, seres que no tienen más de doce años de edad, fueron identificados seis supuestos homicidas.

En la mayoría de los expedientes se comprobó una relación previa entre los homicidas y las personas fallecidas. Generalmente formaban parte de su entorno familiar. En agosto de 2016, por ejemplo, un niño de siete años de edad mató con un disparo a Gladys López, de nueve años. Esto sucedió en Barinas. Aunque parezca insólito, este caso fue catalogado por la policía judicial como un “ajuste de cuentas”. Esto refuerza las profundas sospechas que hay sobre la seriedad con la que los investigadores determinan los móviles de cada crimen.

Los varones suelen ser los que primero se incorporan al delito. Pero cada vez hay más personas del sexo opuesto. En 2015 fueron identificadas dos, mientras que en 2016 la cifra se triplicó. Para ellas, la edad de inicio en la violencia homicida parece ser los quince años. No por casualidad es la misma que tiene una de las detenidas por el caso de los sargentos.

La participación de los menores de edad en la violencia es aún más evidente cuando se analizan las cifras sobre lesiones personales.

 

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“Lo que me dicen jueces y fiscales es que los menores cada día están involucrados en delitos más atroces”, alertó la profesora de derecho y docente en el área de protección penal del niño y del adolescente Magaly Vásquez.

Según la experta, las personas con menos de dieciocho años de edad son perfectamente concientes de que Venezuela les da un tratamiento especial cuando cometen un delito, sobre todo si poseen edades inferiores a los catorce años.

“Se sienten inmunes frente al sistema (…) De no adoptarse medidas para reforzar la protección familiar, los casos como el de Sabana Grande irán incrementándose”, sostuvo.

Estos niños y adolescentes actúan generalmente en grupos. Antes, tenían el liderazgo de un mayor de edad, probablemente alguien que creció con ellos. Pero ahora, según Vásquez, se trata de conglomerados de los que surge un líder en forma natural, ya sea porque es el más astuto o el más violento.

Y saben que cuando infrinjan las normas el Estado pronto los perdonará.

 

Breves

 

*Efectivos de la Dirección de Contrainteligencia Militar adelantan una nueva investigación por los supuesta traición a la patria, instigación a la rebelión y otros delitos contra la seguridad y el orden de la Nación y de la Fuerza Armada Nacional. Hasta ahora han sido detenidos el capitán del Ejército Angelo Heredia, quien comandaba una compañía de ese componente castrense en Coloncito, estado Táchira; el coronel retirado de la misma fuerza Ricardo Somascal Longo, quien reside en Turmero, estado Aragua, y el civil Eduardo Vetencourt, ligado al partido socialcristiano Copei. El expediente se inicia con un informe de inteligencia cuyas fuentes se desconocen (presuntos “patriotas cooperantes”) pero que presuntamente señala la formación de un movimiento conspirativo contra el presidente Nicolás Maduro. Se cita como evidencia una supuesta reunión preparatoria en una vivienda de Los Palos Grandes, llevada a cabo en febrero. Esto hace suponer que ocurrirán nuevas capturas en las próximas horas, presumiblemente de dirigentes de la tolda verde, que como se sabe atraviesa desde hace varios meses un proceso de fractura por la relación de varios de sus militantes con el oficialismo. Los detenidos fueron presentados ante el Tribunal Primero de Control Militar en Caracas, a cargo de la mayor Claudia Pérez, y actualmente permanecen en el Centro para Procesados Militares de Los Teques.

*En la Guardia Nacional hay preocupación por el comportamiento de un coronel de apellidos Lugo Armas, quien fue transferido del destacamento de la Guardia del Pueblo Norte para que velara por la seguridad en el centro de Caracas, donde tienen su asiento los poderes públicos. A él se le atribuye haber permitido, o por lo menos no haber impedido, el paso de integrantes de colectivos armados al interior del Parlamento, para que interrumpieran una sesión del 26 de octubre de 2016 en la que se iba a discutir la ruptura del orden constitucional. Posteriormente, Lugo ha sido grabado en comportamientos alejados de la investidura de un oficial de esa graduación, especialmente cuando se trata de mujeres y periodistas. Esas conductas, desde luego, han permeado en los oficiales y tropas bajo su mando. Desde la propia Guardia Nacional envían la información contenida en su hoja de vida. Allí destacan tres arrestos simples, el más prolongado duró cinco días y fue impuesto por el general de división Gerardo Briceño García (excomdandante general de la GN), debido a la supuesta violación de disposiciones reglamentarias. Las otras sanciones fueron por el incumplimiento de prescripciones reglamentarias y por falsear la verdad en asuntos de servicio. En 2005, además, lo vincularon con una averiguación penal por secuestro. Cabe destacar que esta pesquisa fue cerrada. En los casos de otros oficiales, estas hubiesen sido razones suficientes para impedir que ascendiera en la jerarquía militar. Lugo, sin embargo, es depositario de la confianza de sus superiores.

*Luego de que la fiscal general Luisa Ortega afirmará que en Venezuela se había roto el hilo constitucional, el Partido Socialista Unido de Venezuela y la Fuerza Armada activaron sus unidades de inteligencia y seguimiento de la información. Debido a la censura y la autocensura, los medios más revisados y analizados no son actualmente la prensa ni la televisión, sino las redes sociales. Hay un monitoreo detallado a lo que dicen o dejan de decir el gobernador de Miranda Henrique Capriles, el presidente del Parlamento Julio Borges y medios electrónicos como La Patilla y Runrunes. Todas las informaciones son copiadas y luego valoradas en términos de positivas, negativas y neutras. La Policía Nacional Bolivariana también tiene un grupo asignado para esta misma tarea. Aunque se enfoca primordialmente en asuntos institucionales y de seguridad ciudadana, también revisan la actualidad política desde una perspectiva netamente oficialista.

*La práctica de los linchamientos se ha extendido a todo el país. El Gobierno y la Fiscalía lo saben, pero poco pueden hacer al respecto. Durante 2016 fueron reportadas 90 muertes mediante la acción de grupos o colectividades, contra supuestos delincuentes. El estado donde más reportes hubo fue Monagas, con 21. Allí el ritmo de homicidios bajo esta modalidad se ha incrementado. En los primeros dos meses y medio de 2017 se han verificado 11 muertes por linchamiento. En Zulia van 17. Otro indicador más del desmoronamiento de la institucionalidad y su reemplazo por formas privadas del ejercicio de la violencia.

 

@javiermayorca