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El Megafono

Codhez reportó 224 muertes por uso excesivo de la fuerza en Zulia durante 2021
Hubo una reducción de 58,23 % de muertes a manos de organismos de seguridad respecto a 2020

224 muertes violentas registró durante el año 2021 la Comisión para los Derechos Humanos del estado Zulia (Codhez), las cuales involucran a funcionarios de seguridad del Estado y el gobierno regional.

Durante el segundo semestre del año pasado ocurrieron 66 casos, mientras que en el primer semestre del año, entre enero y julio, se registraron 158 muertes.

Aunque hubo una reducción de 58,23 % de muertes a manos de organismos de seguridad del Estado, para la Codhez, “aún se mantienen cifras preocupantes de este tipo de accionar de las fuerzas de seguridad del Estado venezolano que dan cuenta de la inobservancia de las obligaciones de protección del derecho a la vida, como derecho central y nuclear para el ejercicio de los demás derechos humanos”.

Codhez también observa que hubo una reducción de 61,77 % de muertes por violencia policial entre los dos últimos años. En 2020 se verificaron, en total, 586 muertes por violencia policial, mientras que el año pasado se registraron 224.

De las 66 personas abatidas en el transcurso de julio a diciembre de 2021, Codhez señala que 54 de ellas no pudieron ser identificadas en cuanto a sus edades se refiere (81,82%). 

Al respecto, solo se lograron identificar las edades de 12 personas fallecidas, la mayoría jóvenes adultos: 1 menor de 18 años (1,52 %); 6 entre 18 y 24 años (9,09 %); 2 entre 25 y 29 años (3,03 %); 2 entre 30 y 34 años (3,03 %); 1 entre 35 y 39 años (0,63 %).

Codhez destaca que la mayoría de las personas abatidas en el país son hombres jóvenes, calificados como delincuentes por parte de las autoridades.

Maracaibo, San Francisco, Cabimas y Baralt fueron los municipios donde se reportó el mayor número de muertes por violencia policial.

 

Repetición de elecciones en Barinas: un proceso que no puede evaluarse solo por su resultado
La Misión de la Unión Europea no fue invitada a estos nuevos comicios

«A confesión de parte, relevo de pruebas». Las decisiones del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que condujeron a la repetición de las elecciones a gobernador del estado Barinas el pasado 9 de enero, así como la manera cómo el Consejo Nacional Electoral (CNE) organizó el proceso y las medidas que tomó u omitió tomar para favorecer al chavismo, han confirmado las deficiencias que padece el sistema electoral venezolano y que fueron expuestas por la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea que presenció las «megaelecciones» del pasado 21 de noviembre.

Las maniobras parecen haberle salido mal al chavismo, pues el candidato de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Sergio Garrido, no solo se impuso al del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el excanciller Jorge Arreaza, sino que de paso vio como la diferencia con la alianza opositora pasó de unas decenas de votos a más de 44 mil en menos de dos meses, según los datos oficiales del Consejo Nacional Electoral (CNE). Pese a este histórico resultado no se pueden ignorar las irregularidades y abusos cometidos por las autoridades judiciales y electorales.

La repetición de los comicios en el simbólico bastión oficialista, cuna del fallecido Hugo Chávez y de su familia, tuvo un origen ilegítimo y se produjo luego de que la Sala Electoral del TSJ desoyera la voluntad popular y declarara la nulidad de la elección del opositor Freddy Superlano, a través de sus sentencias 78 y 79 emitidas en cuestión de horas el 29 de noviembre. 

La decisión contra Superlano se fundamentó en una supuesta resolución de la Contraloría General de la República del 17 agosto de 2021 mediante la cual se lo inhabilitaba para el ejercicio de cualquier cargo público. De esta medida ni el afectado ni el CNE estaban en conocimiento, pues este último le permitió postularse y participar en el proceso de noviembre. Recordemos que un acto que no esté notificado no surte efectos, por lo que mal podría aplicarse una decisión cuya existencia se desconoce.

Pese a ello, al máximo juzgador no le tembló el pulso para dejar sin efecto todas las actuaciones del árbitro, a partir de la fase de presentación de las postulaciones, subrayando que «la condición de inelegibilidad de Superlano»violaba los principios de igualdad, equidad y transparencia en la participación de los candidatos en la oferta electoral, así como el derecho al sufragio de los electores, quedando el opositor impedido de participar en la repetición de las elecciones ordenada por la Sala.

De este modo, la Sala Electoral desechó arbitrariamente los resultados electorales irrespetando la voluntad del elector, y peor aún sin garantizar el derecho a la defensa del candidato. Indudablemente a partir de este fraude constitucional el TSJ despojó a los barineses la titularidad de la soberanía popular que expresaron por medio del voto en las pasadas elecciones del 21 de noviembre.

Además de violar el derecho constitucional a la participación y al sufragio a todos los ciudadanos con derecho a voto en el estado Barinas, el TSJ también desconoció los principios de legalidad y separación de poderes consagrados en la carta magna. El órgano judicial usurpó las funciones que le corresponden ejercer al árbitro electoral, concretamente al resolver que la repetición del proceso para elegir al gobernador en la entidad llanera debía realizarse el 9 de enero.

La función de convocar y fijar la fecha de elección para los cargos de elección popular, conforme al artículo 42 de la Ley Orgánica de Procesos Electorales (LOPRE), es exclusiva y excluyente del CNE.

Como advirtiera José Ignacio Hernández, el poder del juez solo alcanzaba a anular las elecciones, pero no a convocar nuevos comicios; «esto demuestra que, más allá de las muy débiles formas jurídicas, prevalece el control político sobre el Poder Electoral a través del Tribunal Supremo de Justicia».

La decisión de la Sala no solo dejó al descubierto su grave intromisión en las competencias del CNE, sino también la pasividad del órgano comicial al avalar la usurpación de su atribución por el máximo juzgador y acatar la repetición de las elecciones en Barinas sin hacer nada al respecto.

La Misión de la Unión Europea ya criticó la actuación del TSJ y lo responsabilizó de debilitar al sistema electoral venezolano. Así, en el informe publicado a dos días de celebradas las elecciones, se lee lo siguiente:

«Entre las deficiencias se encuentran decisiones judiciales ampliamente criticadas que han afectado a la igualdad de condiciones al sustituir a los comités ejecutivos de algunos partidos y entregar sus tarjetas electorales a facciones internas que las utilizaron para presentarse a las elecciones. Además, se mantiene la inhabilitación política arbitraria de candidatos de la oposición, el extendido uso de recursos del Estado en la campaña y un acceso desigual a los medios de comunicación».

Sobre esto último, llama la atención que la Misión no haya sido invitada a la repetición de las elecciones de Barinas, pues si las mismas formaban parte de las que se realizaron en noviembre debía corresponder una extensión de la invitación, pero ello no ocurrió, lo que pone en evidencia una vez más la ausencia total de transparencia de unas elecciones signadas por todo tipo de arbitrariedades. Si las elecciones regionales fueron limpias según el oficialismo, qué mejor prueba de ello que permitir a la Unión Europea realizar su observación, pero como no fue así, se demuestra que era más lo que se quería ocultar ante la comunidad internacional.

Mudanzas exprés y ventajismo a millón

No solo el TSJ incurrió en irregularidades, el CNE también volvió a tomar medidas que ponen en duda su imparcialidad. El árbitro reubicó al candidato oficialista Arreaza y al abanderado Claudio Fermín, quienes en las elecciones del 21 de noviembre habían ejercido su derecho al voto en los centros de votación ubicados en Caracas y  Miranda, respectivamente.  

Estas medidas fueron adoptadas a pesar de que el artículo 32 de la LOPRE prohíbe modificar el patrón luego de publicado. Conforme con la disposición reglamentaria, una vez aprobado el Registro Electoral Definitivo este no puede ser modificado por el CNE. Es así como con la actual normativa electoral, y tratándose de la repetición de las elecciones de gobernador en Barinas ordenadas por el TSJ, el Registro Electoral para esa elección debía ser el mismo que utilizó el CNE en las «megaelecciones» celebradas el 21 de noviembre.

Durante la campaña tampoco hubo equidad y una vez más se mantuvieron las cadenas de radio y televisión para fines proselitistas; el oficialismo usó fondos, recursos y medios públicos para favorecer a Arreaza, sin que el árbitro tomara cartas en el asunto. En este punto, dado que ello podría ser considerado delito, también se apreció el silencio del Ministerio Público a pesar de las constantes denuncias de uso de bienes públicos con fines electorales. Por su parte, el órgano comicial una vez más hizo caso omiso a las irregularidades cometidas por el Gobierno a través del uso del Carnet de la Patria con el fin de obligar a los electores a votar por el candidato oficialista, aparte de que también ignoró la maniobra gubernamental de favorecer a su candidato a través del voto asistido.

La Misión de la Unión Europea también fustigó al CNE, en especial por su incapacidad a la hora de sancionar el ventajismo oficialista e impedir que fondos públicos terminarán siendo empleados en las campañas del PSUV y sus aliados.

Estas irregularidades, y sobre todo la inacción del CNE, hacen que en Acceso a la Justicia no podamos compartir la visión optimista que desde el organismo tienen del proceso. El vicepresidente del órgano, Enrique Márquez, aseveró que la elección «sobrevenida» en Barinas dejó ver una imagen del árbitro electoral política y técnicamente «solvente», mientras que el rector Roberto Picón calificó de «exitosa» la celebración de estos comicios.

Decimos esto porque una elección derivada de una usurpación del CNE, en la que se dio por válido un acto que nadie conocía (la supuesta inhabilitación), con modificaciones al padrón electoral prohibidas en la ley, y con una campaña en la que se cometió todo tipo de abusos y excesos a favor del candidato oficialista, no puede ser calificada de exitosa sólo porque ganó quien tenía todo en contra, precisamente porque en una elección ningún candidato no debería tener nada en contra gracias a la labor que se espera del CNE.

No se puede juzgar una elección solo por sus resultados, sino por las garantías que hagan respetar la voluntad popular.

26 suicidios se reportaron en Aragua entre enero y noviembre de 2021
85% de las víctimas de suicidio pertenecían al sexo masculino y 15% al femenino

Según el monitoreo realizado por el Observatorio Venezolano de Violencia en Aragua (OVV Aragua), durante el periodo enero-noviembre del 2021 se reportaron en prensa 26 suicidios. Esta cifra supera por 4 víctimas (18,18%) el total de 22 muertes autoinfligidas registradas durante el año 2020.

De acuerdo a los reportes, el municipio con el mayor número de casos fue Girardot (8), Santiago Mariño (5), Ezequiel Zamora (4), Ribas (3), Lamas (2), Francisco Linares Alcántara (1), Libertador (1), Mario Briceño Iragorry (1) y no informa (1).

La revisión refleja, igualmente, que el 85% de las víctimas de suicidio pertenecían al sexo masculino y 15% al femenino. En relación a la edad de las víctimas: 1 era una niña de 9 años, 4 eran adolescentes con edades comprendidas entre 14 y 17 años, y 10 eran adultos de entre 24 y 75 años, mientras que en 11 casos no se reportó las edades.

En 14 de las 26 víctimas se desconoce el móvil que las llevó a tomar la determinación de quitarse la vida, mientras que, en el resto, las causas se distribuyen entre problemas de salud, crisis económica, violencia intrafamiliar, problemas pasionales, entre otros. En relación al sitio de ocurrencia, el 80,76% de los casos sucedió en la casa de las víctimas, 11,54% en la calle, 3,85% en espacio público y 3,85% en celda de reclusión.

En cuanto a los métodos para cometer el delito, el más usado resultó ser el ahorcamiento con 57,69%, en tanto que 7,69% utilizó armas blancas, 7,69% armas de fuego, 7,69% saltos al vacío, 3,85% combustible y 3,85% sobredosis de drogas; en 11,54% de los casos no se informó el mecanismo utilizado.

Para el OVV Aragua, la situación de los suicidios se ve con preocupación, dado el incremento paulatino que han tenido en la región desde el año 2015. “Esto es reflejo del impacto de la crisis humanitaria compleja sobre la población, así como de la deuda histórica que tiene el Estado venezolano con el diseño de políticas públicas eficaces orientadas a la promoción de la salud mental como componente de la calidad de vida”. Señaló el equipo.

Igualmente, el OVV Aragua considera importante tomar en cuenta la creación de una infraestructura de atención sanitaria en salud mental accesible a toda la población. Ésta permitiría fortalecer las capacidades individuales y colectivas para superar situaciones de conflictos en los individuos, en la familia y en la sociedad, garantizando, además, la atención integral y el tratamiento -regular y oportuno- de los pacientes con problemas psiquiátricos y psicológicos, los cuales terminan siendo los más vulnerables en esta situación de pérdida de estabilidad e incertidumbre.

Presos del Rodeo III son víctimas de violentas requisas que ponen en riesgo sus vidas
Familiares de los presos aseguran que no tienen a dónde acudir porque sus reclamos no son atendidos

“Se metieron en las celdas, les quemaron todo, los dejaron sin sus pertenencias”, es el relato de las madres de los presos del Internado Judicial Rodeo III, ubicado en Guatire, estado Miranda.

Los familiares aseguran que temen por la vida de sus hijos y todos los que están tras las rejas en ese lugar, pues durante la segunda semana de enero se registraron violentas requisas por parte de funcionarios del Ministerio del Servicio Penitenciarios.

Castigos desmedidos, aislamiento y acoso son algunas de las denuncias recabadas por el equipo del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) en conversación con familiares de presos de este recinto penitenciario.

Los seres queridos de los presos aseguran que no tienen a dónde acudir porque sus reclamos no son atendidos con la importancia que amerita por ninguna autoridad carcelaria como la ministra o el director del internado En ese sentido, temen que se generen motines dentro del recinto, lo que podría acarrear un riesgo mayor para la vida y seguridad de los privados de libertad.

Asimismo, los familiares relataron a OVP que luego de estos hechos violentos, la entrega de paquetería se ha visto condicionada al pago de $20, dinero que es cobrado a los familiares y supuestamente recaudado por los custodios.

“A los presos se les esta haciendo dificil rendir la comida cruda, por esto están solicitando que en la paquetería incluyan comida seca, debido a que en el penal no permiten el ingreso de este tipo de alimentos y para poder hacerlo están exigiendo el pago en dólares al momento de la entrega, si no se les paga, no dejan pasar comida”, manifestó la madre de un recluso.

Así como ocurre en El Rodeo III, se repite la misma historia en El Rodeo II, la entrega de paquetería es cada 15 días, por eso familiares deben recaudar la mayor cantidad de productos para asegurar la alimentación adecuada de los presos, debido a que en el penal es escasa o nula la alimentación que deben proveer el recinto. Es por ello que muchos presos corren el riesgo de que se acentúe la desnutrición que ya existe dentro de la mayoría de la población carcelaria.

Por otra parte, en El Rodeo II y III  no existe una adecuada asistencia médica. Los enfermos no son atendidos, muchos entran y salen de ciclos infecciosos pulmonares, entre otras enfermedades, esto ha debilitado el sistema inmune de muchos reclusos que deben ser atendidos y esperan desde hace mucho que sean atendidos.

Además las visitas son limitadas por las restricciones impuestas debido al COVID, por lo cual la única comunicación que hay con los presos para conocer su estado de salud y confirmar que la paquetería es recibida, es a través de celulares que esconden entre sus pertenencias.

No obstante, con estas requisas, todos los celulares fueron decomisados y además les quemaron los enseres. Esto no permite tener certeza de lo que sucede dentro del penal, obligando a los familiares a vivir entre angustias e incertidumbre.

Sumado a ello son los familiares quienes deben reemplazar esos objetos de uso diario como uniformes, zapatos, colchonetas, además de productos de higiene personal. Debido a ello algunos familiares han tenido que vender pertenencias y hacer esfuerzos desmedidos para poder resguardar la vida de quienes viven tras las rejas.

Cifras de Covid-19 en cárceles siguen siendo un misterio 
El gobierno no incluye a la población penitenciaria dentro de sus reportes diarios 
Tuberculosis y desnutrición son las principales causas de muerte en las prisiones 

“No hay información oficial de coronavirus en las cárceles porque simplemente no se hacen las pruebas para detectar la enfermedad”, dijo Carolina Girón, directora de la organización no gubernamental, Observatorio Venezolano de Prisiones.

Ni el gobierno a través de sus reportes diarios, ni la vocería del Ministerio de Servicios Penitenciarios han emitido cifras sobre enfermos y muertes de reclusos por Covid-19 en Venezuela.

“Todas son presunciones de los familiares, mientras no haya pruebas de detección de Covid-19 accesible para todos nunca tendremos las cifras reales de contagios, aquí solo se hacen pruebas a las personas que van a viajar”, expuso Girón.

Mirelys Contreras, ministra de Servicios Penitenciarios, anunció en septiembre de 2021 el inicio de un plan de vacunación en los recintos carcelarios sin precisar los plazos y el número de vacunas disponibles. 

“Este proceso va a permitir inmunizar a toda la población privada de libertad”, sentenció la ministra. “Tenemos toda la plena fe y seguridad que vamos a vacunar a toda la población”.  

Tuberculosis y desnutrición galopante  

Carlos Nieto Palma, director de la ONG Una Ventana a la Libertad, sostuvo que la tuberculosis y la desnutrición son actualmente las enfermedades que azotan las cárceles en Venezuela.

“Del coronavirus no tenemos mayor información, salvo por un repunte fuerte que hubo en el estado Nueva Esparta en septiembre del año pasado, pero de lo que sí tenemos certeza es que el Estado no ha hecho nada para evitar las muertes por tuberculosis y desnutrición”, declaró.

En 2020 se registraron 184 muertes por enfermedades en las cárceles de Venezuela, mientras que solo en el primer trimestre de 2021 se registraron 69.

Nieto Palma denunció también la situación en las prisiones y centros de detención preventiva donde no hay siquiera agua potable y un hacinamiento que ronda el 167%, lo que impide cumplir la norma de distanciamiento social. 

Sostuvo que el Estado no provee a los reos de tapabocas, guantes ni gel antibacterial, por lo que son los familiares quienes deben asumir esas responsabilidades. 

Una Ventana a la Libertad denunció en 2021 que en algunos recintos penitenciarios se distribuyó Carvativir, un medicamento que no cuenta con la aprobación de la Academia Nacional de Medicina ni de la Organización Mundial de la Salud.  

Ante la inacción del gobierno, Palma indicó que han surgido iniciativas como la del Proyecto Trece, constituido por un grupo de médicos y especialistas en infectología que brindan atención a la comunidad penitenciaria. 

“Hemos hecho hasta ahora unas 20 jornadas y atendido a 1.700 presos en todo el territorio nacional, la idea es tender la mano a la gente”, expresó.

La reforma de la Ley Orgánica del TSJ, ¿un caramelo envenenado?
Reducir el número de magistrados de los actuales treinta y dos hasta veinte es uno de los objetivos

La intempestiva reforma a la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia (LOTSJ) que el chavismo puso en marcha en los últimos días de 2021 está llena de luces y de sombras. Al menos ese es el sabor de boca que dejó a Acceso a la Justicia la revisión del texto aprobado en primera discusión el pasado 30 de diciembre por la Asamblea Nacional (AN) electa en los cuestionados comicios de 2020.

Reducir el número de magistrados de los actuales treinta y dos hasta veinte, aumentar de cinco a diez los miembros de la sociedad civil que evaluarán a los aspirantes al máximo juzgado en el Comité de Postulaciones Judiciales y establecer que la elección de los altos jueces debe producirse con una mayoría calificada de las 2/3 partes del Parlamento son las principales modificaciones contenidas en los nueve artículos de la propuesta que, según aseguró el presidente del Legislativo chavista, Jorge Rodríguez, provino del propio organismo rector del Poder Judicial.

A primera vista la decisión podría calificarse de sorpresiva, pues en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) solamente hay dos vacantes absolutas, las producidas por las renuncias de Christian Zerpa y Gladys Gutiérrez. Esto sin contar la situación de la magistrada Jhanett Madriz, quien ejerce como Encargada de Negocios Ad Hoc en Panamá. No obstante, para finales de este año expiran los períodos de los funcionarios designados en 2010 (artículo 264 constitucional).

La reforma pareciera tener un propósito más profundo que el simple hecho de sacar o poner funcionarios. Al menos así lo dejó entrever el propio Rodríguez, quien declaró: «Entienda, sepa y comprenda el pueblo de Venezuela que vamos a fondo con este proceso de reinstitucionalización de las instituciones democráticas de la República».

¿Enderezando el entuerto?

Las palabras del diputado oficialista revelan que la intención de la modificación es silenciar las críticas que el TSJ viene recibiendo desde 2004. ¿Qué pasó ese año? La AN que, por entonces contaba con una pírrica mayoría chavista, aprobó una Ley Orgánica del TSJ que aumentó de veinte a treinta y dos el número de magistrados (artículo 8), reservó la mayoría de las sillas del Comité de Postulaciones Judiciales a parlamentarios (artículo 65) y estableció que si luego de tres votaciones no se lograba elegir a los magistrados por mayoría calificada, la cuarta se haría por mayoría simple (artículo 38).

Este instrumento legal abrió las puertas para que el chavismo terminara de cooptar al máximo juzgado y al resto del Poder Judicial, tal y como lo ha denunciado Acceso a la Justicia y otras organizaciones internacionales como Human Rights Watch.

No hay que olvidar que la ley de 2004 se aprobó para evitar expresamente nuevos fallos como el que eximió de responsabilidad a los generales y almirantes que participaron en los sucesos de abril de 2002. Una decisión que molestó al entonces presidente Hugo Chávez, quien no dudó en calificarla como «plasta».

Este instrumento abrió las puertas para que diputados chavistas como Luis Velásquez Alvaray, Luis Franceschi, Malaquías Gil, Juan José Mendoza, Calixto Ortega y Christian Zerpa, así como exembajadores como Gladys Gutiérrez y Jhanett Madriz, funcionarios como Eladio Aponte Aponte e incluso parientes de altos cargos del chavismo aterrizaran en el TSJ. Todo ello habría sido muy difícil si el comité evaluador hubiera estado integrado por miembros de la sociedad civil y si la elección se hubiera hecho siempre por mayoría calificada, tal y como manda la Constitución.

«Son magistrados cuya afiliación revolucionaria está más que garantizada (…) No nos vamos a meter un autogol», confirmó en su momento el diputado Pedro Carreño.

Este instrumento, así como la reforma que sufrió en 2010, permitieron que hoy el máximo juzgado del país esté conformado por magistrados que simpatizan con el Gobierno chavista o avalan mediante sus sentencias sus decisiones. Una alineación que permitió que el Parlamento electo en 2015 fuera aniquilado y con él la democracia venezolana.

Como si lo anterior fuera poco, la cooptación del TSJ también permitió que miles de jueces hayan sido designados y destituidos por mecanismos distintos a los concursos de oposición previstos en el artículo 255 de la Constitución de 1999. Una situación que impide que la justicia les garantice a los ciudadanos sus derechos y que los indemnice en caso de algún daño.

Nueva sombra

Aunque la propuesta parece dirigida a desmantelar el sistema implantado en 2004 para elegir y designar a los magistrados, algunas disposiciones siguen estando fuera del marco constitucional y estarían destinadas a seguir asegurando el control político del Gobierno sobre el TSJ.

Así, por ejemplo, en la reforma del artículo 65 de la ley se establece que el Comité de Postulaciones Judiciales estará integrado por quince miembros: cinco diputados y diez miembros de la sociedad civil. El artículo 270 de la carta magna deja en claro que el Comité es un órgano asesor del Poder Judicial y «estará integrado por representantes de los diferentes sectores de la sociedad».

Si no fuera suficiente el hecho de que los legisladores no son mencionados para integrar la instancia que evaluará las credenciales de los aspirantes a magistrados, la reforma incorpora una figura no prevista en el texto fundamental: el comité preliminar.

Esta instancia, copiada del artículo 21 de la Ley Orgánica del Poder Electoral (LOPE), será «la encargada de recibir, preseleccionar y remitir a la plenaria de la AN los postulados para integrar el Comité de Postulaciones Judiciales». La misma estará conformada por los cinco parlamentarios, quienes luego de que se seleccione a los representantes de la sociedad civil pasarán a formar parte del órgano evaluador.

Lo anterior deja en claro que el chavismo no está dispuesto a renunciar a ejercer algún tipo de control en la designación de los magistrados.

Donde dije «digo» ahora digo…

La disminución del número de magistrados a veinte, la cantidad que tenía el TSJ cuando originalmente fue creado en el año 2000, es otro de los cambios llamativos. ¿Por qué la reducción? Para que «pueda darse un mejor manejo de las salas», se justifica en la exposición de motivos de la reforma de la Ley.

El chavismo parece olvidar que en 2004 justificó el aumento de magistrados señalando que esta medida permitiría combatir el retardo procesal que aquejaba al TSJ.

Sin embargo, casi dieciocho años después, la eficacia del máximo juzgado no ha mejorado, pese a contar con treinta y dos miembros; prueba de ello son los casos de ciudadanos comunes que Acceso a la Justicia ha compilado en su publicación Diaria injusticia. Historias de decepción en tribunales de Venezuela, en la que se muestran casos emblemáticos de retraso del TSJ, y sobre todo, su impacto.  

Desapariciones y muertes en averiguación ganaron espacio en Amazonas durante 2021
Hubo una tasa de muertes violentas de 29,7 por cada 100 mil habitantes 

Amazonas cerró el año 2021 con una tasa de muertes violentas de 29,7 por cada 100 mil habitantes (100/h). Al desagregarla por categorías, se observa que la tasa de homicidios arrojó 5,9; muertes por resistencia a la autoridad el 1,8; muertes en averiguación 11,3; desapariciones 10,7. Estos resultados ubican a la entidad por debajo de la tasa nacional estimada en 40,9, ocupando el puesto 13, de acuerdo con los datos registrados por el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV).

Héctor Escandell García, coordinador del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV Amazonas), presentó los resultados del Informe Regional Anual antes los medios de comunicación del estado, donde destacó que Amazonas durante el 2021, subió al puesto 13 del ranking nacional con una tasa de 29,7 por cada 100 mil habitantes, luego que en el año 2020 se ubicara en el puesto 24  con 16,6  como la región menos violenta. “Aun con este resultado, se mantiene alejado del año 2018 cuando la tasa de muertes violentas se ubicó en 71 y en 2019 en 58”. Explicó Escandell García.

El Informe Regional Anual destaca que la tasa de los homicidios  quedó  este 2021 en 5,9, la cual  se encuentra por debajo del resultado obtenido en 2020  que fue de 8,6; cifra inferior a la tasa del país (11,5). Esto pudiera interpretarse como una tendencia a la disminución en la ocurrencia de esta categoría de muertes violentas.

En torno a las desapariciones (10,7), el coordinador del OVV Amazonas señaló que esta categoría estaba incluida en el componente de muerte en averiguación, pero este 2021 debido a su desmesurado incremento, debió incluirse como categoría aparte. A juicio de Escandell, las desapariciones parecen estar ligadas al proceso de erosión del estado de derecho, lo que fomenta las condiciones de impunidad ante el debilitamiento de las estructuras legales, dando paso a diferentes formas de delincuencia, particularmente en zonas mineras, donde los grupos armados imponen sus reglas.

En relación a las muertes por resistencia a la autoridad, este 2021 la tasa se ubicó en 1,8, cifra menor a la tasa del año 2020 que fue de 4,9, evidenciado un comportamiento hacia la baja, similar a las muertes por homicidios. En cuanto a las muertes en averiguación, su ocurrencia la convierte en la categoría más relevante  con una tasa de 11,3;  especialmente al contrastarla con la tasa del año 2020 que fue determinada en 3,1. Para el equipo del OVV Amazonas, es posible inferir que al triplicarse las muertes en averiguación, comparando con el año anterior, se podría presumir alguna intencionalidad oficial de ocultar la dimensión de las muertes violentas por causas determinadas y hacer creer que existe una aparente disminución.

Los municipios Atures y Atabapo fueron las jurisdicciones que reportaron las mayores tasas de muertes violentas. En relación a los homicidios registraron tasas de  5,7 y 30,3 respectivamente, lo que equivale a una tasa, en conjunto, de 36, por cada 100 mil habitantes (m/h), mientras que las muertes por resistencia a la autoridad en Atures ocupa una tasa de 2,4, sin registros de esta categoría en el municipio Atabapo. Es importante destacar que la tasa de 30,3 en Atabapo puede comprenderse por su escasa población que no supera las 10 mil habitantes.

Otros indicadores sobre la violencia

El informe anual igualmente recoge otros indicadores para explicar el comportamiento de la violencia en el estado Amazona y que forman parte del trabajo de recolección de datos, proveniente de los distintos medios de comunicación de la región. Durante el 2021, en  la región ocurrieron 95 delitos, de los cuales 50 fueron muertes violentas.

En torno a las motivaciones para cometer los delitos, la violencia basada en género ocupó el primer lugar con 45,1%, seguida de provecho ilícito 17,6% y otros conflictos personales 11,8%, los cuales en conjunto, agruparon el 74,5% de los delitos, mientras que la riña, ajustes de cuenta, prejuicio y venganza sumaron el restante 25,5%. De acuerdo al informe, esos altos porcentajes pusieron en evidencia muchos problemas interpersonales en el hogar, producto del confinamiento durante los meses de enero y septiembre de 2021.

En cuanto a la distribución espacial de la violencia, el municipio Atures concentró el 90,5 %, de los 95  delitos ocurridos en todo el estado. En cuanto a las parroquias con más casos, Fernando Girón Tovar resultó en primer lugar con 27 casos (50,9%); Luis Alberto Gómez 18 (33,9%;) Platanillal 2 (3,8%); Parhueña 1 (1,9). El  9,5%  de los casos restante ocurrieron en  los municipios Atabapo  (5,7%), Autana (1,9%), Manapiare (1,9%).

Finalmente, el equipo del OVV Amazonas, considera que el informe regional anual de violencia persigue tanto sensibilizar a la población en torno al problema de la violencia, como alertar a las autoridades sobre la necesidad de implementar políticas públicas que contribuyan a minimizar las causas que pudieran estar propiciando este grave problema.

Presos del CICPC El Hatillo sobreviven al hambre y presuntos abusos sexuales
Se quejaron en diciembre ante diputados de la Asamblea Nacional, pero estos les dijeron que estaban de vacaciones 

Son múltiples las denuncias por violaciones contra los derechos humanos de los privados de libertad que permanecen en los calabozos de la División Nacional contra Extorsión y Secuestro del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) de El Hatillo. Presunto abuso sexual, torturas y retardo procesal son solo algunos de los casos recabados por el equipo del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).

Durante lo que va del mes de diciembre, los familiares reclamaron a puertas del Ministerio de Servicios Penitenciarios sin recibir respuestas, mientras que los presos decidieron iniciar una huelga de hambre con la participación de algunos familiares también, en un intento desesperado por ser escuchados y auxiliados ante tanta desidia.

A pesar que estos calabozos no dependen del Ministerio del Poder Popular para el Servicio Penitenciario (MPPSP), los familiares decidieron llevar a cabo sus protestas a puertas de este organismo como medida para agotar todos los recursos hasta obtener una respuesta.

Asimismo lograron formular su denuncia ante el director general del CICPC, Douglas Rico, pero hasta hoy no ha sido tomada ninguna acción, tales como la remoción o reemplazo del funcionario responsable del  CICPC El Hatillo ante tantas irregularidades.

Durante el 2021 el OVP recabó denuncias de estos calabozos que fueron hechas públicas en cuatro oportunidades. En los otros casos, se les hizo acompañamiento a los familiares que pidieron que no fueran publicadas por miedo a represalias.

Hasta la fecha ninguna de las denuncias realizadas han sido procesadas por algún organismo, así como tampoco han logrado el cese de la violencia dentro de este recinto policial.

Las presuntas torturas y vulneración de derechos fundamentales trasciende las rejas. En ese sentido, los familiares, quienes se negaron a revelar su identidad por temor a más represalias, aseguran que han sido amedrentados por funcionarios del CICPC, incluso algunos de ellos han sido detenidos como medida de presión.

“Mi hijo de 17 años y yo fuimos sacados hace unos meses de mi casa y procesados como delincuentes, mi otro hijo está preso en este lugar y ha sufrido múltiples hechos de violencia y tortura”, comentó la madre de un recluso.

El pasado 20 de diciembre, el mismo día que iniciaron la huelga de hambre, los familiares fueron convocados para reunirse en la Asamblea Nacional junto a diputados miembros de la comisión de familia, donde fueron recibidas sus denuncias y se les solicitó “mantener la calma por el mes de diciembre”, ya que la comisión asignada para asuntos penitenciarios no estará laborando en estas fechas.

Mientras que se espera por respuesta o acuerdo, los presos sobreviven presuntamente bajo amenazas, son guindados por los brazos a manera de tortura. En tanto, los denunciantes han reiterado en múltiples oportunidades que los reos que se encuentran dentro de estos calabozos son presuntamente violados con palos y otros objetos por sus genitales.

Sumado a esta grave situación está la escasez de alimentos. Al igual que la mayoría de las cárceles en todo el territorio nacional, son los familiares quienes deben entregar comida diariamente pero, según denunciaron, los mismos funcionarios que la reciben se encargan de sacarla de los envases y mezclarla con gusanos y vidrios.

Los presos del CICPC de El Hatillo tampoco reciben agua potable, solo la que pueden llevar los familiares y en muchas ocasiones limitan el líquido a unos cuantos litros nada más.

Cabe destacar que en este centro de detención se encuentran recluidos más de 60 presos, algunos con más de 3 a 5 años esperando por traslados. Esta también es una de las peticiones para que culmine la huelga de hambre: la agilización de los procesos judiciales y traslados a recintos penitenciarios.

En conclusión, los familiares exigen la presencia de un fiscal del Ministerio Público para que constate la situación In Situ y los ayude a dar solución. Hacen énfasis en que los derechos humanos no pueden esperar, temen por la vida y la integridad física del que sobrevive tras las rejas en este lugar, por eso seguirán denunciando y protestando hasta que les den una respuesta.