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No es malo tener crecimiento económico
¿Por qué catalogar de ‘colaboracionistas’, ‘enchufados’ o de ‘agentes del régimen’ a quienes piensen que estamos en crecimiento económico?

 

@luisoliveros13

Venezuela es un sitio muy extraño para hablar de economía. Obviamente, cuando tienes 7 años seguidos con una contracción económica (que ha costado cerca del 75 % de tu PIB) y 49 meses en hiperinflación, hablar o imaginarse una mejora en la economía es complicado. Pero eso podría estar pasando en Venezuela en este cierre del 2021 y también muy posiblemente en el año 2022.

Según Focus Economics en su informe de noviembre de este año, el consenso del mercado apunta a que en 2022 la economía venezolana crecería un 3,8 % y en 2023 un 4,8 %, con una inflación de 591 % y 161 %, respectivamente. En cuanto a 2021, llama la atención cómo, en los últimos cuatro meses, las empresas que encuestan han ido mejorando sus proyecciones sobre Venezuela. De un -4 % de resultado en el PIB hace cuatro meses a -0,3 % en el de noviembre (con varias empresas esperando que el PIB tenga un resultado positivo en este mismo 2021).

¿Por qué hay un sector que se molesta si hay crecimiento económico? ¿por qué catalogar de “colaboracionistas”, “enchufados” o simplemente “de agentes del régimen” a quienes piensen que estamos en crecimiento económico?

Por cierto, tengamos en cuenta que una cosa es crecer y otra cosa muy distinta es afirmar “que ya Venezuela se arregló”. Nadie afirma lo segundo, al menos nadie serio. Igualmente, un crecimiento de 3 %, 4 % o 5 % si bien es una buena noticia, cuando lo comparas con un desplome del 75 %, prácticamente no es nada. Pero mejor es crecer a seguir teniendo disminuciones en la actividad económica.

Para tener idea del desastre, si Venezuela inicia una senda de crecimiento de 6,5 % este año, alcanzaría el nivel (de PIB) del año 2013 (último año de crecimiento económico) en el año 2044 (dentro de 23 años). Eso pasa cuando se evaporan ¾ de tu economía.

Ese crecimiento económico tiene varios problemas, no es simétrico (hay sectores que tendrán un mejor resultado que otros, al igual que regiones en el país); se enfrenta a una infraestructura colapsada (solo recordemos la frágil situación de nuestros servicios públicos). También a problemas en el suministro de combustible, sanciones económicas, problemas en la intermediación financiera, niveles de ingreso muy bajo (recordemos que estamos peleando con Haití y Nicaragua el último lugar en cuanto al PIB per cápita más bajo de la región) y un largo etcétera. La crisis económica y social del país sigue, nadie dice que ha finalizado.

Ojalá, Venezuela pueda crecer y lo haga a tasas elevadas y sostenibles. Sabemos que el actual crecimiento puede tener los pies de barro, pero no podemos molestarnos porque ocurra. Es extraño querer lo mejor para el país, para su gente, y estar ligando a que los problemas continúen y se agraven. No es de personas que realmente les preocupe Venezuela.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Un dólar menos volátil: el nuevo problema de la banca venezolana
La calma del mercado cambiario impacta los ingresos por los créditos indexados. El Gobierno contempla abrir la compuerta del financiamiento en dólares. La agenda prevé la aprobación de aumentos de patrimonio que incentiven las fusiones entre bancos

Víctor Salmerón

Desde agosto la administración de Nicolás Maduro ha tenido éxito en contener el ascenso del dólar y el mercado cambiario transita por una sorpresiva calma que ayuda a desacelerar la inflación. Pero en la banca venezolana no hay nada que celebrar.

Desde 2019, los créditos están vinculados al dólar y los ingresos que obtienen los bancos cuando prestan, por el capital y los intereses, aumentan en la medida en que la cotización del dólar sube en el mercado oficial.

Por lo tanto, un dólar más estable implica menos ingresos para unos bancos enanos tras el colapso de la economía y en las últimas 16 semanas el dólar solo aumentó 11%, un salto mínimo comparado con 150% en el mismo lapso del año pasado.

Los balances de la banca reflejan el impacto. Datos de la firma Global Scope indican que, al comparar con julio, el ingreso proveniente de los créditos fue 9% menos en agosto, 36% menos en septiembre y 29% menos en octubre. La tendencia apunta a que el declive continuará en lo que resta de año.

La menor volatilidad del dólar también impacta los indicadores de solvencia. Los bancos necesitan un colchón de recursos propios para respaldar las operaciones y en la medida en que sus dólares se mantienen estáticos no aumenta su valor en bolívares y se deteriora el índice de patrimonio

Sin liquidez

El gabinete económico tiene como meta estratégica estabilizar al dólar. Fuentes del Banco Central explican que la orden impartida es lograr que el precio sea lo más estable posible porque el dólar es la referencia que utilizan empresas y comercios para calcular costos.

Para alcanzar la meta, el Banco Central debilitó la demanda de divisas recortando los bolívares disponibles para comprar dólares. Para lograrlo, aparte de aumentar la oferta de dólares, asfixió el crédito obligando a los bancos a inmovilizar como reservas 85% del dinero que gestionan.

La obligación de inmovilizar una porción tan alta del dinero (encaje en la jerga bancaria) deja a los bancos con poca liquidez y continuamente incumplen la exigencia. Cuando esto ocurre, el Banco Central castiga la infracción y cobra una tasa de interés anual de 126% por el monto que debió inmovilizarse.

“Los pocos créditos en el portafolio reportan muy poco porque están indexados y el dólar no se mueve. Aparte, me cobran una penalización irracional cuando no cumplo con el encaje que me deja sin liquidez” dice el presidente de un banco mediano.

La falta de liquidez en un sector de la banca encendió las alarmas y el 25 de octubre el Banco Central disminuyó la presión permitiendo que los bancos descuenten del encaje los intereses que han pagado al ser sancionados, pero dejó en claro que el alivio es temporal.

Gracias al cobro de comisiones por servicios, como operaciones en puntos de venta o transferencias, los bancos obtienen ganancias y en el tercer trimestre reportan beneficios equivalentes a 20,7 millones de dólares.

El Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Católica Andrés Bello indica en su último informe que se transformó el rol de la banca: “de intermediarios financieros se han convertido en instituciones que esencialmente cumplen una función transaccional”.

Depósitos dolarizados

Al principio, en medio de la hiperinflación que estalló a finales de 2017, los venezolanos utilizaron el dólar para fijar precios. Luego, para pagar en comercios y posteriormente la banca comenzó a recibir depósitos en dólares.

Al cierre de septiembre los depósitos en dólares colocados en cuentas de libre convertibilidad suman 500 millones, que representan la mitad de todas las captaciones de la banca.
Pocos jugadores controlan la mayoría de los depósitos de billetes verdinegros: BNC, Mercantil, Bancamiga, Banco de Venezuela, Banplus y Bancaribe acumulan 87% de las captaciones en divisas.

En enero de este año, los bancos dieron un paso extra en la dolarización y comenzaron a prestar en dólares. Pero las autoridades frenaron el proceso prohibiendo los créditos en moneda extranjera sin previa autorización de la Superintendencia de Bancos y el Banco Central de Venezuela.

“La realidad es que a nadie le aprueban los créditos en dólares y solo algunas empresas que califican para recibir préstamos a través de las sucursales que los bancos venezolanos tienen en el exterior están recibiendo financiamiento”, dice un tesorero.

Sacudón en el sistema

Fuentes del Ministerio de Finanzas aseguran que el próximo año el Gobierno contempla abrir la compuerta del crédito en dólares y permitir mayor movilidad de los depósitos a fin de impulsar la recuperación de la economía y llegar a las elecciones presidenciales de 2024 en mejor posición.

Actualmente, las cuentas en dólares permiten realizar trasferencias entre clientes de un mismo banco, pero no es posible hacerlo entre bancos distintos. El Banco Central tiene muy adelantada una plataforma multimoneda que permitiría la interconexión del sistema financiero para transacciones en moneda extranjera.

Banqueros consultados afirman que, cuando el Gobierno se decida a dar el paso, en menos de dos semanas podría comenzar a operar la interconexión para transferencias en dólares y si es el caso, en euros.

Un paso previo antes de permitir los créditos en dólares será introducir cambios en las normas a fin de, por ejemplo, crear un fondo de garantía que asegure los depósitos de los clientes hasta cierto monto. Además, hay que precisar las exigencias de patrimonio.

En el gobierno se discute la necesidad de reducir el número de entidades financieras, que resulta excesivo para el nuevo tamaño de la economía e incentivar un proceso de fusiones que de origen a menos bancos y mayor solidez.

Sobre la mesa está la opción de exigir aportes al patrimonio que posiblemente obligarán a algunos bancos a fusionarse para poder adaptarse.

Un tema clave es que, hasta ahora, las normas para el cumplimiento de los índices de patrimonio han sido bastante laxas. Por ejemplo, los bonos del gobierno y Pdvsa que están en default no se toman en cuenta para el cálculo del indicador de solvencia.

Los riesgos

Si bien los créditos en dólares pueden ayudar a sacar a la economía de la recesión con capital de trabajo y estímulo al consumo de los hogares, es un paso que mueve a la banca hacia una zona de nuevos riesgos.

Luis Zambrano Sequín, director del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Católica Andrés Bello, explica que una opción, cada vez más probable en Venezuela, es que los bancos se endeuden en el exterior y reciban depósitos en moneda extranjera para otorgar créditos en dólares en el país.

En este caso, el riesgo está en que una devaluación o deterioro en las condiciones de la economía impactaría la capacidad de las empresas y las personas para pagar sus créditos, sobre todo si se endeudan en dólares y tienen el grueso de sus ingresos en bolívares.

“El deudor puede tener un problema de descalce de monedas: deudas en dólares, pero ingresos en bolívares. Al final este riesgo lo asume la banca”, dice Luis Zambrano Sequín.

Un detalle importante es que, a medida que una economía se dolariza, el crédito en dólares tiende a superar el monto de los depósitos en dólares por el financiamiento bancario.

Por ejemplo, una empresa cobra 100 dólares y los deposita en el banco A y el banco A utiliza estos dólares para aprobar un crédito de 90 dólares a una ferretería. La ferretería recibe los 90 dólares y los deposita en el banco B, que a su vez, utiliza 70 dólares de los 90 para prestárselos a otro cliente. Y así sucesivamente.

“En la medida en que el grado de dolarización se profundiza como parece ser la evolución esperada de Venezuela en el mediano plazo, el crédito en moneda extranjera tenderá a exceder al volumen de depósitos, consecuencia del multiplicador bancario que caracteriza a la intermediación financiera”, dice Zambrano Sequín.
“Si por alguna razón, por ejemplo una crisis de confianza, los clientes deciden retirar sus depósitos en divisas, los bancos deben generar la liquidez requerida para atender estas demandas”, añade.

Agrega que es fundamental tener en cuenta que “los bancos tienen un incentivo para aumentar los beneficios y expanden el crédito más allá de lo que sería razonable en el contexto de un manejo adecuado de los riesgos macroeconómicos”.

“Dependes de la estructura regulatoria, una supervisión muy fina y la gestión interna de los bancos que no suelen medir bien los riesgos macroeconómicos. Por eso, economías dolarizadas mal gerenciadas pueden terminar fácilmente en un crisis bancaria”, explica.

 

Fondos de pensiones, cajas de ahorros y mercado de valores
¿Por qué en Venezuela los fondos de pensiones no invierten para garantizar pensiones que permitan vivir dignamente? ¿Qué lo impide? Conversa con Urbi Garay

 

@victoralvarezr

Noruega es un país petrolero con 5 millones de habitantes donde la tasa de natalidad es de apenas 1,95. Demográficamente esto quiere decir que el número de hijos apenas sustituye a los padres. Su población se estanca y tiende a envejecer. Como el pago de las pensiones no podía ser cubierto con las contribuciones a la seguridad social, la necesidad de garantizar una vejez digna pasó a ser una prioridad de la sociedad noruega. En 1990 se creó el Fondo Noruego del Petróleo con el objetivo de hacer inversiones cuyos rendimientos aumentaran el nivel de reservas del sistema de pensiones. En 1995 se hizo la primera transferencia por un monto equivalente a $ 285 millones que fueron invertidos en el exterior en bonos, valores, acciones, etc. Gracias a los sucesivos depósitos y rendimientos de las inversiones, actualmente los activos del Fondo superan los 900.000 millones de dólares, equivalente a $ 200.000 por habitante. Pero esos fondos no se reparten, sino que se invierten. Solamente un porcentaje de los rendimientos puede ser utilizado como complemento del presupuesto nacional, el cual se financia fundamentalmente con los impuestos que pagan los contribuyentes.

En Venezuela, cuando una persona se jubilaba y recibía su liquidación, podía montar un negocio o comprarse una vivienda. Hoy apenas puede comprar un mercado.

Vemos con dolor la situación de los jubilados que reciben pensiones de hambre. En otros países los fondos de pensiones tienen una importante participación accionaria en empresas rentables, inversiones inmobiliarias y bonos para hacer rendir sus fondos y asegurar una jubilación digna.

¿Por qué en Venezuela no es así? ¿Por qué los fondos de pensiones no realizan inversiones para hacer rendir las contribuciones a la seguridad social y garantizar pensiones que permitan vivir dignamente? ¿Qué lo impide?

¿Cómo evitar que se repitan los errores del pasado? ¿Es posible invertir un porcentaje de la renta petrolera para proteger a la economía y la sociedad venezolana de los altibajos de los precios de los crudos? ¿En qué se puede invertir? ¿Qué mecanismos e instituciones habría que crear? 

Sin renta petrolera y ante una banca privada que no tiene capacidad para financiar la reactivación económica, en los fondos de pensiones, cajas de ahorro y mercado de valores subyace un enorme potencial de financiamiento para encarar los retos de la Venezuela posrentista. ¿Qué hacer para lograrlo?

Para hablar sobre las alternativas de financiamiento e inversión en la Venezuela posrentista, en esta nueva entrega de Diez conversaciones estelares con diez de los mejores economistas de Venezuela hemos invitado a Urbi Garay (@urbigaray), economista egresado de la Universidad Católica Andrés Bello, con maestría en Economía Internacional en la Universidad de Yale y doctorado en Finanzas en la Universidad de Massachussets, profesor titular de finanzas del IESA e Individuo de Número de la Academia Nacional de Ciencias Económicas. Vea la entrevista completa aquí:

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Sanciones causan subvaluación de activos empresariales venezolanos
Inversionistas rusos, chinos, iraníes y turcos están reconfigurando las cadenas de suministro de Venezuela. Las sanciones están generando consecuencias geopolíticas que los sancionadores no calcularon

 

@victoralvarezr

Debido a la prolongada contracción de la economía, la hiperinflación, el default de la deuda externa, el riesgo país y las sanciones económicas, los activos empresariales venezolanos son castigados con una mayor tasa de descuento, en comparación con activos semejantes ubicados en otros países. Pero las sanciones que se extienden a terceros que tengan negocios con el gobierno venezolano inhiben a inversionistas convencionales que no se quieren exponer a que congelen sus activos en territorio estadounidense por hacer negocios en Venezuela.

Aun así, hay inversionistas que tienen una alta tolerancia al riesgo, desafían las sanciones y se arriesgan a comprar activos empresariales que están subvaluados por la crisis política y económica, los cuales serán altamente rentabilizados una vez superada la crisis. Esto fondos de alto riesgo buscan oportunidades en los llamados Mercados Frontera –una subcategoría más riesgosa dentro de los mercados emergentes–, y suelen tener en su portafolio una porción de inversiones de alto riesgo. Entre estos se destacan los fondos buitre que están siempre atentos al remate de activos públicos. La venta de empresas privadas y la privatización de empresas públicas están en la mira de estos fondos especializados en convertir en oportunidades de negocio las crisis que azota a un país.

Con el argumento de evitar que los inversionistas privados que hagan negocios con el gobierno venezolano sean sancionados por el gobierno estadounidense, se aprobó la Ley Antibloqueo que permite la cesión a privados de la gestión de activos públicos en la más absoluta confidencialidad. La ley antibloqueo otorga poderes extraordinarios al gobierno para “estimular la inversión nacional y extranjera”, incluyendo la participación o compra de activos que se encuentren bajo administración del Estado.

En el artículo 34 “se crea un régimen transitorio en materia de confidencialidad y reserva de información para proteger las decisiones tomadas por el Poder Público”; en el Artículo 35 “se prohíbe el acceso a documentación que haya sido calificada como confidencial o reservada”, y en el Artículo 36 “se declaran secretos y reservados los procedimientos, actos y registros efectuados con ocasión de la implementación de las medidas establecidas en esta ley que supongan la desaplicación de normas de rango legal”.

Al “desaplicar” el marco legal y regulatorio vigente se abre paso a la discrecionalidad del gobierno que queda facultado para dejar sin efecto cualquier norma que impida estas operaciones.

De allí que la venta de empresas privadas, la privatización de empresas públicas y la ocupación de los espacios vacíos que dejan clientes y proveedores internacionales que ya no quieren hacer negocios con Venezuela están en la mira de estos fondos de alto riesgo, muchos de los cuales son originarios de países también sancionados que han desarrollado eficaces estrategias para burlar las sanciones y convertirlas en oportunidades para concretar riesgosos negocios de alto rendimiento.

Para evadir las sanciones, el gobierno recurre a triangulaciones y transacciones secretas con aliados a los cuales concede grandes descuentos para que se arriesguen a colocar en los mercados internacionales la producción de Pdvsa. También les acepta elevados sobreprecios para que sean intermediarios en la compra de los alimentos, medicinas, insumos y equipos que el país necesita.

La retirada de proveedores estadounidenses y europeos deja espacios vacíos ocupados por nuevos inversionistas y proveedores rusos, chinos, iraníes y turcos que están reconfigurando las cadenas de suministro y el mapa de integración de Venezuela en las cadenas de valor internacional. Por esta razón, las sanciones económicas están generando consecuencias geopolíticas que los sancionadores no calcularon.

Escuche el análisis completo en el nuevo pódcast de #PedagogíaEconómica: https://t1p.de/z6qr

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Víctor Álvarez R. Oct 15, 2021 | Actualizado hace 1 mes
¿Qué es el bolívar digital?
Pareciera que el bolívar digital es más una prevención del BCV ante la certeza de que el nuevo cono monetario pronto quedará inservible

 

@victoralvarezr

Desde que se acuñó el bolívar como moneda nacional en 1879, Venezuela ha tenido los siguientes conos monetarios:

√ Bolívar: marzo 1879–diciembre 2007.

√ Bolívar Fuerte: enero 2008–agosto 2018.

√ Bolívar Soberano: septiembre 2018–septiembre 2021.

√ Bolívar Digital: 1º de octubre de 2021.

El bolívar acuñado en 1879 circuló durante 129 años, pero en apenas trece años han circulado tres signos monetarios diferentes en igual cantidad de reconversiones monetarias. La primera fue en 2008 cuando se le quitaron 3 ceros al bolívar, la segunda en 2018 con 5 ceros menos y la tercera en 2021 con 6 ceros menos. En total se han quitado 14 ceros.

Sin estas reconversiones, lo que costaba un bolívar costaría ahora el equivalente a 1 más 14 ceros. O sea, 100.000.000.000.000 de bolívares. Una cantidad difícil de leer que significa 100 billones de bolívares.

El récord mundial de las reconversiones lo tienen Alemania (1923) y Zimbabue (2009) con doce ceros en una sola reconversión. Con 25 ceros en total, Zimbabue tiene el registro de más ceros eliminados en las varias reconversiones que aplicó a lo largo de la hiperinflación que sufrió entre 2005-2010.

Cuando los precios son muy altos se requieren bultos de billetes para pagar cualquier compra. Las cifras son tan grandes que no caben en las calculadoras, colapsan los sistemas de cómputo de las empresas e instituciones y esto obliga a llevar a cabo una reconversión monetaria. Al eliminar ceros a la moneda las cifras se simplifican, se alivian las transacciones comerciales, el cálculo de presupuestos y las operaciones financieras.

La reconversión monetaria no es una medida para contener la inflación sino una consecuencia de la misma, pero mal implementada puede desembocar en precios más altos cuando. Esto es lo que ha originado el nuevo cono monetario que solo tiene billetes de 5, 10, 20, 50 y 100 bolívares. Al no contemplar billetes de 2 ni haber monedas para dar el cambio, inmediatamente la mayoría de los precios inferiores a 5 millones de bolívares fueron reexpresados a 5 bolívares, un aumento de más del 100 %. Así, un ticket en un estacionamiento al descubierto que antes costaba 2.000.000 de bolívares soberanos, ahora cuesta 5 bolívares. Nótese que la cifra es más baja pero el precio es más caro.

Por otra parte, debido a la tendencia a redondear las cifras hacia la cantidad más alta, la reconversión monetaria agrava la redistribución regresiva del ingreso desde los trabajadores y familias que viven de un ingreso fijo hacia los sectores que manejan e imponen los precios.

Con la eliminación de 6 ceros, un producto que costaba 9.600.000 Bs queda en 9,6 Bs. La regla dice que si el decimal es mayor que 5, se redondea el precio hacia la cifra mayor: 10 Bs. Así, el consumidor termina pagando 400.000 bolívares más de los anteriores. En el comercio formal e informal, el problema redistributivo se agrava ante la falta de monedas y sencillo para dar el cambio. Quienes controlan los precios tienden a redondear los precios hacia la cantidad mayor, nunca hacia la menor.

La redistribución regresiva del ingreso que causa una reconversión monetaria mal implementada agrava el problema de la pobreza de ingresos en Venezuela que, según la última Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI) supera el 94 % de la población venezolana.

El nuevo bolívar digital causa incertidumbre y desconfianza. Para empezar, no garantiza la cantidad de monedas y billetes que se necesitan para pagos en efectivo y compras al menor. Al ritmo actual de la inflación, el nuevo cono monetario en cuestión de meses se quedará corto. Emitir dinero digital resulta más barato y rápido en comparación con el alto costo y tiempo que implica imprimir millones de piezas de billetes cuya capacidad de compra rápidamente se disuelve ante la voraz inflación que azota a Venezuela.

Pareciera, entonces, que el bolívar digital es más una prevención del BCV ante la certeza de que el nuevo cono monetario pronto quedará inservible.

Escuche el análisis completo en el nuevo pódcast de #PedagogíaEconómica: https://t.co/LzUXPgCllp

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Luis Oliveros Oct 12, 2021 | Actualizado hace 1 mes
¿El regreso de Giordani?
Hoy los hacedores de política económica ejecutan medidas que nos hacen recordar a Giordani, tal vez el peor ministro de economía de nuestro país en su historia

 

@luisoliveros13

Casualmente, en esta semana de la entrega de los Nobel, en Venezuela los hacedores de política económica estén llevando a cabo medidas, que nos hacen recordar a tal vez el peor ministro de economía que ha tenido nuestro país en su historia. El legado de Jorge Giordani es tal, que todavía muchos lo seguimos recordando como el arquitecto del despilfarro del boom petrolero de inicios de este siglo.

Giordani fue el ministro de Planificación de Hugo Chávez por muchos años. Salió del gobierno en junio 2014 por diferencias con Nicolás Maduro. Podríamos decir que ha sido uno de los mejores cambios de ministro que ha hecho Maduro desde que está en el poder.

Giordani tenía ideas muy “estrafalarias”, destruir el mercado de capitales y perseguir a los dueños de las casas de bolsa era una, el pretexto fue culparlos de la devaluación del bolívar y de la fuga de capitales. Otro era siempre culpar a los empresarios privados de todo lo malo que ocurría en el país.

Increíblemente, una de esas “brillantes” ideas fue, por mucho tiempo, vender dólares muy baratos a los privados en Venezuela como una forma de mantener fuerte la moneda, que al final esa medida ni le sumaba fortaleza a la moneda ni era buena para la salud de la economía.

Para Giordani y su equipo, podríamos decir que la sobrevaluación de la moneda era algo positivo. Calmaba la inflación y al mismo tiempo (aprovechando la bonanza), mediante importaciones “baratas”, mantenían un nivel (artificial) de consumo muy grande (popularidad). Claro, para Giordani, la palabra insostenible no existía, mucho menos la probabilidad de una caída en el ingreso petrolero. Y los efectos negativos que una medida como esta tenía en el sector productivo del país, no eran dignos de revisarse.

Hoy estamos viendo cómo el Banco Central de Venezuela respalda una sobrevaluación de la moneda que supera el 50 %, que ve con buenos ojos venderles a los privados divisas a Bs. 4,20/$ (cuando podría obtener mucho más por ellas) y que como guinda de la torta, mantiene un encaje legal que genera muchos problemas para acceder al crédito en Venezuela.

Mantener una moneda artificialmente alta ¿para romper las expectativas inflacionarias? Todos sabemos que el ajuste en la tasa de cambio ocurrirá más temprano que tarde y que será muy fuerte (más aun en el último trimestre del año, cuando históricamente la liquidez monetaria tiene un incremento importante, además de que este año tenemos las elecciones del 21 de noviembre).

También se sabe que los problemas fiscales no se han solucionado (reconociendo el esfuerzo que ha hecho el gobierno en los últimos meses), por lo que la inflación en el país sigue siendo un problema.

Era mucho mejor para el país aprovechar la reconversión monetaria y dejar deslizar la tasa de cambio (además de subir el precio de la gasolina).

Repetir errores del pasado difícilmente generará buenas noticias. Trabajar por la solidez de la moneda implica muchas cosas, pero construir credibilidad y confianza no se hace fijando encajes legales muy altos ni regalando activos escasos. Se pueden entender los esfuerzos por romper las expectativas inflacionarias, pero las sobrevaluaciones de la moneda (sobre todo en un país con nuestra fragilidad externa) no terminan bien. En Venezuela hay suficiente experiencia al respecto.  

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

La fragilidad del Estado profundiza la contracción económica del país
En un artículo publicado en la revista Democratización del Instituto de Estudios Sociales y Políticos FORMA, el director de Econométrica advierte que “Venezuela tiene hoy un Estado que es frágil y con tendencia a deteriorarse aún más”

Aunque se muestra todopoderoso, el Estado chavista es incapaz de cumplir con las tareas fundamentales que le asigna la Constitución venezolana como el control territorial, la seguridad y la protección de los ciudadanos, la gestión de los recursos públicos, la administración de los servicios básicos y el apoyo a los sectores más vulnerables.

“Dadas estas características, es posible afirmar que Venezuela tiene hoy un Estado que es frágil y con tendencia a deteriorarse aún más”, advierte el director de Econométrica, Henkel García, en un ensayo publicado en la revista Democratización, editada por el Instituto de Estudios Sociales y Políticos Forma (https://redformaweb.com/).

García señala: “El caso venezolano es un buen ejemplo de cómo esa debilidad del Estado afecta la actividad económica. Su incapacidad de crear un marco propicio para una economía de mercado, sin institucionalidad inclusiva, con la carencia de servicios públicos básicos, sin seguridad jurídica, con pérdida del control territorial de parte del país, con un precario sentido de la importancia de la propiedad privada, y sin ningún control sobre la labor del Poder Ejecutivo, representan parte de las razones que explican la profunda contracción económica que ha tenido Venezuela”.

El analista e instructor en finanzas observa que “en su intento de consolidarse en el poder, de dominar a la sociedad”, el régimen de Nicolás Maduro “destruyó gran parte de la capacidad productiva tanto del sector privado, como también de las empresas que manejaba el Estado, algunas de las cuales fueron expropiadas”. En particular, destaca “el actual estado de deterioro de la industria petrolera, la cual es la principal fuente de divisas del país”.

Bajo estas condiciones, García sostiene que “el favorecimiento y libertad de acción que el gobierno de turno le da a sus más allegados hace que determinados grupos obtengan un bienestar desligado de la realidad económica del resto del país. Es poca la riqueza generada o remanente, y esta es deseada por estos nodos clientelares”.

El experto indica que “el aislamiento internacional, producto del rechazo de los países ante la acción política interna, ha tenido un impacto significativo” en la capacidad de atraer fuentes de financiamiento a la República.

A su juicio, esta situación obedece a la “profunda desconfianza que tienen los actores nacionales e internacionales sobre la realidad estatal, institucional y social de Venezuela”.

Sociedad fuerte

“A pesar de la propensión despótica del gobierno actual, la exigencia de la sociedad debe estar dirigida a la contención del fenómeno de debilitamiento y fragilización del Estado, el cual, como ya se ha mencionado, puede dificultar, más que facilitar, la transición a la democracia”, enfatiza el ingeniero químico.

García subraya en su artículo que la sociedad civil juega un papel clave en el robustecimiento de la articulación social.

“La Academia, los gremios empresariales, la Iglesia, los sindicatos, los estudiantes. Es una corresponsabilidad entre las personas que se dedican a la política, así como las élites del país. El fortalecimiento de esos actores podría transformarse en el fortalecimiento de la sociedad, si esos actores fortalecidos tienen la voluntad y capacidad de comunicarse y coordinar. Esta es, sin duda, una de las direcciones a la que se debe apuntar”.

La dolarización llegó para quedarse
Estamos en presencia de un proceso de chinización de la economía venezolana, gobernada por los mecanismos del mercado en un sistema político cada vez más autoritario

 

@victoralvarezr

El efecto combinado del colapso de la renta petrolera, el endurecimiento de las sanciones y el impacto económico de la covid-19 ha obligado al Ejecutivo nacional a activar válvulas de escape para aliviar la presión económica y social. Un gobierno sin capacidad financiera para sostener el modelo nacionalista y estatista ha dado rienda suelta a la apertura comercial, desregulación y liberalización económica, dolarización, privatización y apertura a la inversión extranjera.

Son las nuevas tendencias que se asoman en la economía venezolana y que pudieran consolidarse y llegar a ser irreversibles. Estos cambios en la política económica crean otro ambiente para el emprendimiento y la iniciativa privada. Quien no los perciba debido al ruido de la diatriba política, se quedará al margen de las oportunidades de negocio e inversión que empiezan a aparecer en Venezuela.

En este abandono del modelo nacionalista y estatista, una presión clave la han ejercido los inversionistas privados que están dispuestos a correr los riesgos de hacer negocios en un país sancionado, pero en un contexto de apertura comercial y liberalización económica.

Dolarización pragmática

La dolarización transaccional ha sido forzada por la hiperinflación que disolvió el poder de compra de los bolívares y obligó a sustituirlos por la divisa estadounidense. Para no trancar el mercado interno por falta de medios de pago, el Ejecutivo ha permitido el uso de divisas en las transacciones locales, práctica que antes era perseguida y penalizada. A su vez, la dolarización transaccional presiona la dolarización de los servicios financieros para que este creciente circulante en divisas se pueda canalizar hacia el financiamiento de la producción y el consumo.

Para compensar la escasez causada por la reducción en un 80 % del PIB y contener la inflación, el gobierno abrió el mercado interno a toda clase de importaciones sin arancel.

Ha exonerado una amplia gama de códigos arancelarios del pago de impuestos de importación que, en condiciones de apreciación del tipo de cambio, compiten ventajosamente con la producción nacional y hacen mucho más lucrativo importar que producir. Bodegones, supermercados, tiendas de electrodomésticos y agencias de automóviles proliferan a lo largo y ancho del territorio nacional.

La mala gestión y la corrupción se combinaron para dar al traste con las empresas manufactureras y de servicios en manos del gobierno. Las sanciones económicas han sido un agravante toda vez que se extienden a proveedores internacionales con intereses en territorio estadounidense que no pueden hacer negocios con empresas del gobierno porque serían sancionados. Esto agrava la crisis de los servicios de agua potable, gas doméstico, electricidad, telecomunicaciones. Para evadir las sanciones, se plantea la privatización de empresas públicas.

Ni el gobierno ni Pdvsa tienen recursos financieros para levantar la producción de petróleo y gas. Tampoco puede reactivar las refinerías. Necesita de la inversión privada nacional y extranjera para reactivar estos sectores cuya buena marcha es necesaria para el buen funcionamiento del resto de la economía. Solo una recuperación de la extracción de petróleo en torno a 3 millones de barriles diarios y precios por encima de 80 $/b devolverían al gobierno su capacidad para controlar la economía y ese escenario en el corto y mediano plazo está descartado.

La cruda realidad ha forzado al gobierno a ser pragmático y a abandonar ideologías y dogmas. Aflojar los controles y liberar la economía es crucial para su supervivencia política. Si no respira la economía, el poder político se asfixia. Así lo ha entendido el régimen cuyo pragmatismo apunta a preservar su modelo político de dominación hegemónica.

Preguntas para Asdrúbal Oliveros

¿Cuáles son las ciudades o regiones del país donde la dolarización tiene la mayor cobertura y profundidad? ¿Cómo evoluciona la dolarización financiera? ¿Por qué no avanza a la misma velocidad que la transaccional? ¿Aunque nunca llegue a ser una medida oficial, crees que la dolarización llegó para quedarse?

¿Cuál es el impacto que tiene la apertura comercial sobre la producción nacional y sobre el nivel de precios? ¿Cuáles sectores pierden y cuáles salen ganando? ¿Cuáles cambios identificas en la estructura económica de Venezuela y en la conformación del PIB?

¿Has hecho seguimiento al proceso de privatización? ¿Dónde ha avanzado? ¿Cuáles son las empresas y sectores de los que el gobierno quiere salir y cuáles son los que despiertan más interés para el capital privado?

¿Mientras el ingreso petrolero se mantenga bajo y las sanciones no se levanten, la apertura y liberalización económica se profundizarán? ¿Además del levantamiento de los controles de cambio y de precios, desregulación, dolarización y privatización, cómo visualizas la apertura a la inversión extranjera en los próximos años? ¿Habrá mayor participación del capital privado en las empresas mixtas de la Faja Petrolífera y en el Arco Minero? ¿Dónde veremos más inversión privada?  

¿Estamos en presencia de un proceso de chinización de la economía venezolana? ¿Crees que en los próximos años veremos un gobierno que ratifica su carácter socialista pero en la práctica termina de desmontar la política de controles e introduce cambios en el modelo de propiedad estatal? ¿Este proceso de liberalización y privatización puede desembocar en una economía gobernada por los mecanismos del mercado que coexiste con un sistema político cada vez más autoritario?

Estas preguntas son respondidas por el destacado economista Asdrúbal Oliveros, socio-director de Ecoanalítica, en esta nueva entrega de la serie Diez conversaciones estelares con diez de los mejores economistas de Venezuela. Vea la conversación completa aquí:

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