Según el estudio elaborado por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB la producción petrolera muestra un retroceso acumulado de 74%
@franzambranor
Una caída de la economía de 22% con respecto a 2018 y una inflación de 9.416% para finales de este año es la proyección que se desprende del Informe de Coyuntura Venezuela correspondiente a julio 2019 hecho por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello.
El documento elaborado por los profesores Luis Zambrano Sequín y Santiago Sosa expone que “la economía venezolana ha continuado en franco y continuo deterioro, un proceso que se inició en 2014”.
La investigación adjudica la aceleración en la tasa de decrecimiento de la economía a la “importante reducción de hidrocarburos y sus derivados, el descalabro de los servicios fundamentales (agua, electricidad, salud y educación) y de la infraestructura básica de apoyo a la producción, además de los efectos de las sanciones internacionales al régimen”.
El informe descarta que la reducción de la producción petrolera haya sido producto de las sanciones al gobierno de Maduro. “La producción petrolera, que comenzó su fuerte contracción en 2013, muestra un receso acumulado de 74%, pasando de 2 millones 894 mil barriles diarios en 2012 a 741 mil barriles diarios en el segundo trimestre de 2019”.
El documento expone que las exportaciones petroleras podrían generar 21 mil millones de dólares, distantes de los $ 98 mil millones de 2012.
“Como ya es conocido, la mayor parte de estas exportaciones se utilizan para cancelar el servicio de la deuda externa con China, por tanto la incidencia sobre los ingresos externos efectivos y el impacto sobre las finanzas del gobierno es reducida”, reza el texto.
Inflación seguirá batiendo record
Pese a que se estima que la tasa de inflación sea menor que la de 2018 (1.698.848%), el Informe prevé que esta seguirá siendo las más elevada de América Latina y el mundo.
El documento revela que los precios podrían incrementarse en 9.146% para finales de 2019.
“La reducción de la expansión en los agregados monetarios, la tendencia del tipo de cambio a apreciarse y la continua contracción de la demanda agregada real ha desacelerado el ritmo de la hiperinflación en los últimos cuatro meses, periodo en el cual la tasa de inflación mensual se estima en 31,2%, por debajo de la inflación mensual promedio registrada entre enero y febrero que fue de 155,5%”.
El texto adjudica el alza de los precios a la monetización del déficit financiero en el sector público, el deslizamiento del tipo de cambio nominal y la contracción de la oferta interna y externa de productos.
Sueldo de sal y agua
En lo que respecta al salario mínimo, el texto devela que este se ha reducido un 97% desde 2013 hasta la fecha. El sueldo real en junio de este año representó el 50% de lo que fue en enero de 2018. “Si bien desde 2013 se han decretado 29 aumentos de salario mínimo, estos incrementos han estado muy por debajo de la elevación de los precios en general y de los bienes de primera necesidad en particular”, se lee en el estudio.
El documento también se refiere a que la emigración masiva ha ayudado a reducir la magnitud absoluta de desempleo. Sin embargo, el impacto sobre los salarios sigue siendo bajo en vista que todavía existe un excedente de oferta laboral frente a una demanda de trabajo en el sector formal de la economía que no ha parado de descender.
El análisis estima igualmente que el déficit fiscal alcance un 11,5% del PIB y que el saldo de la deuda externa del sector público represente el 634% de las exportaciones, un incremento del 60% con respecto al valor del indicador en 2018.
