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Carolina Jaimes Branger Dic 14, 2020 | Actualizado hace 4 semanas
La ley a la medida

@cjaimesb

No es nada nuevo… los regímenes dictatoriales, totalitarios y fascistas desde que existen, han fabricado leyes “a su medida”. Y cuando esas leyes ya no les sirven, no tienen empacho en cambiarlas para que, una vez más, se ajusten a su nueva talla. Lo hizo Hitler con las leyes raciales de Nuremberg, que criminalizaron el mero hecho de ser judíos, homosexuales, gitanos o discapacitados. Prácticamente los convirtieron en cucarachas… y las cucarachas se pisan porque son realmente desagradables. Nadie siente remordimiento por matar a una cucaracha. Y es que esas leyes comienzan por la deshumanización del contrincante: hay unos que son menos iguales que otros, como en la granja de Orwell.

Otras leyes ad hoc han servido a regímenes como el de Pol Pot en Camboya, donde ser o parecer intelectual era delito. Así, muchos camboyanos fueron asesinados por el solo hecho de usar lentes, “porque los lentes dan pinta de intelectual, aunque la persona no lo sea”.

Trujillo, en la República Dominicana, estableció uno de los regímenes más sangrientos de América Latina a punta de leyes a su imagen y semejanza.

La piedra angular de estos regímenes es el culto a una personalidad: la del líder. Lo que dice, piensa y ordena el líder, es incuestionable. Así era Chávez (¿recuerdan cuando exigió “un millardito de dólares”, como si el Tesoro Nacional fuera su caja chica? ¡Y se lo dieron!). Así es Maduro, el hijo predilecto, el heredero. Chávez tuvo la suerte de morirse cuando todavía había el repele de la bonanza petrolera de sus primeros años. A Maduro le ha tocado reprimir más que Chávez, porque si no reprime, corre el riesgo de que lo tumben. Pero actúa como el líder caprichoso que era su mentor.

Empecé hablando de las leyes a la medida, porque el cambio de centro de votación de Maduro fue una violación flagrante de la ley electoral. El mismo vicepresidente del CNE declaró a los medios que “se había enterado del cambio de centro cuando lo vio por televisión”.

¿No es insólito que el segundo a bordo del CNE no supiera lo que habían hecho? ¿Cuál de los rectores dio la orden del cambio, conociendo la ilegalidad de esa decisión? ¿O fue alguien distinto a los rectores? En ambos casos, es gravísimo. En el primero, porque es la máxima autoridad electoral violando la ley. Y en el segundo, porque eso significa que hay personas distintas a los rectores que tuvieron la potestad de hacerlo. ¿Quiénes fueron?…

¿Qué hicieron con el cuaderno electoral del Liceo Miguel Antonio Caro, ubicado en Catia, donde hasta las últimas elecciones votó Maduro? ¿Lo trasladaron a Fuerte Tiuna para que Maduro firmara y estampara su huella?… Y los votantes que aparecían en ese libro ¿tuvieron que esperar a que el cuaderno fuera y regresara, justo en tiempos de pandemia? Menos mal que los centros estaban vacíos…

Maduro, si tenía miedo de que “el presidente Duque lo mandara a matar”, como alegó para el cambio de centro, pues no ha debido haber votado. Ha debido quedarse escondido, si eso es lo que lo hacía sentirse confortable. Pero no ordenar que el mismo día de la votación le cambiaran el centro, porque la ley debería ser igual para todos, empezando por él, que dice ser el presidente de la república.

Por otra parte, no hay pruebas de este nuevo “intento” de magnicidio, no hay detenidos, no hay imputados. Si Maduro quería votar, han debido llevarlo –como siempre lo llevan, escoltado hasta los tequeteques- y rodear la zona de Catia hasta que votara. Pero no, él ordenó, alguien cumplió… y uno se quedó con la pregunta –y la grandísima duda- de que, si son capaces de cambiar a alguien de centro electoral el mismo día de la votación, también son capaces de manipular los resultados de la misma. Y después quieren que votemos con este nuevo sistema y este nuevo CNE. Si el de Tibisay era malo, este, sin que me quede duda, es todavía peor.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

TMZ asegura que Kim Jong Un está muerto.
TMZ, portal de noticias especializado en espectáculos en la ciudad de Los Angeles informó en su cuenta de Twitter sobre el presunto fallecimiento del líder de la revolución norcoreana. 
Dicho portal fue el primero en confirmar las muertes del conocido rey del pop, Michael Jackson o el astro del deporte, Kobe Bryant, quien perdió la vida junto a su hija mayor en un accidente aéreo, en enero de este año. 

TMZ, conocido portal de noticias de espectáculos, informó el día de hoy en horas de la mañana en su cuenta en Twitter @TMZ, con mas de cinco millones de seguidores, sobre la posible muerte del dictador norcoreano Kim Jong Un, producto de una mala praxis médica cuando era sometido a un procedimiento cardiovascular. 

Dicha anuncio es hecho por el mencionado portal citando fuentes chinas y japonesas. Medios chinos aseguran que Kim Jong Un ha muerto, mientras los medios japoneses aseguran que, luego del procedimiento quirúrgico, el malogrado líder habría quedado en estado vegetal. 

Desde hace ya semanas viene tomando fuerza el rumor de la desaparición física del dictador norcoreano. el 20 de Abril, la cadena americana de noticias CNN informaba que el dictador se encontraba un «estado de extrema gravedad» luego de someterse a una intervención médica.  

La ultima vez que Kim Jong Un fue visto por su pueblo y sus seguidores fue el día 11 de abril, cuando presidió un acto del régimen que lidera. Desde entonces no sé nada sabe sobre su paradero y el hermetismo con el que se manejan los asuntos del dictador en los medios de Corea del Norte, han sumado más especulación a la desaparición del líder. Hasta esta hora nadie en Pyongyang ha salido a desmentir la publicación del portal americano. 

Qué dicen los medios internacionales

Qin Feng, subdirectora del canal HKSTV, ubicado en Hong Kong, asegura que «Kim Jong Un está muerto». Se lo asegura a sus más de 15 millones de seguidores en la red social Weibo, la versión china de Twitter, que a diferencia de la red social americana, maneja únicamente información controlada por el gobierno Chino. 

El Daily North Korea, sitio web con sede en Seúl, Corea del Sur, informó hace 5 días que el dictador se encontraba en recuperación de un procedimiento cardiovascular realizado el 12 de Abril. Corea del Norte salió de inmediato a desmentir dicho reporte. 

El 24 de Abril, la agencia de noticias internacionales Reuters hacia el anuncio que, desde China, se habían enviado expertos médicos para evaluar la salud del mandatario. Cabe recordar que China es un gran aliado del gobierno de Corea del Norte.  

La fuente de la noticia 

El portal norteamericano TMZ es conocido por sus «tubazos» en lo que se refiere a noticias del entretenimiento. el 25 de Junio del 2009 anunciaban en su sitio web la muerte del cantante Michael Jackson. Fueron los primeros en dar información sobre el accidente en helicóptero a principio del 2020, en donde la estrella del basquet Kobe Bryant perdía la vida junto a su hija mayor. También han sido los responsables de los anuncios de las muertes de artistas de la talla de Whitney Houston, Tom Petty y Prince, entre otros.

 

Un dictador en New York, por José Domingo Blanco

@mingo_1 

TENER QUE OCUPAR UNAS LÍNEAS, analizando algo en lo que los venezolanos no deberíamos malgastar nuestro tiempo, ideas y esfuerzos es, a primera vista, muy contradictorio. Pero, resulta que el discurso de Nicolás en la Asamblea General de las Naciones Unidas -que me calé completico para poder opinar con propiedad y saber dónde estamos parados- generó una serie de reacciones impúberes, con atisbos de necedades, que me obligan a fijar una postura. Quizá, una posición muy antipática para quienes, después de ver que Maduro llegó a Nueva York, y habló desde donde el día anterior lo hizo su “archienemigo” Donald Trump, colman sus redes sociales con comentarios y ofensas que, en este momento, con la gravedad de lo que nos ocurre, resultan insulsas.

Por qué enfocarnos en la gordura de Nicolás cuando el problema sustancial es otro. Es cierto que Maduro tiene sobrepeso, es público y notorio. Además, se jacta de lucir sus kilos de más, no sólo cenando como un marajá en Turquía. Pasea su gordura en USA o Venezuela, con la desfachatez propia de un dictador a quien poco le importa que en su país el hambre esté diezmando a la población. Lo que no concibo es que los ¿líderes opositores? que deberían estar enfocados en salir de esta situación país, se queden enfrascados en unas discusiones estériles y banales, que no resuelven el verdadero problema que tenemos en Venezuela. Están obviando algunos detalles, a mi juicio, relevantes; que me permito compartir con ustedes, a manera de reflexión a viva voz.

Maduro habló en la ONU. En la Asamblea General de las Naciones Unidas cuya sede está en Nueva York. Viajó a Estados Unidos a escasas horas de que en Venezuela conociéramos las nuevas sanciones que ese país le imponía a algunas de las fichas clave de su régimen. Sanciones que también recayeron sobre su Cilita; a quien poco le importó la medida que, muchos creían, le impediría el viajecito, junto con su maridito, a la Gran Manzana. Pero, volvamos al punto: mientras oía a Nicolás, sólo veía a una persona que no tiene el más mínimo respeto por sí mismo. Su conciencia no pude estar limpia porque carece de los componentes esenciales de la integridad. Ser íntegro implica hacer lo que uno hace, porque sabe que es lo correcto. Y pese a que él, Nicolás, no es íntegro; no titubea a la hora de interpretar su rol en el juego de la política internacional.

Me duele corroborar una vez más -porque me duele profundamente todo lo que le ocurre a mi país- que esa falta de integridad es un mal que afecta a la mayoría de los políticos en Venezuela, sin importar a cuál ideología obedezcan. Ser íntegros significa regirse por principios morales que no dependen de la conveniencia ni de las circunstancias. La falta de integridad nos ha hundido en este caos, del cual la dictadura obtiene ganancias. Nada dignifica más que el respeto a uno mismo. Pero, cuando un narcoestado descubre a qué precio negocian algunos políticos su moral, el soborno entra en juego y la complicidad surge de manera inmediata, sin importar los daños irreparables que se le causan a una nación.

Por supuesto, luego de la alocución de Nicolás sobraron las reacciones. Entre ellas la de la Fiscal, ahora transformada en enemiga del mismo régimen que, por años, avaló. Convertida en adalid de las causas perdidas. Mi buena memoria me impide olvidar sus abyectas mentiras. Intentaré complacer a quienes me piden que le conceda el beneficio de la contrición… Sin embargo, ¿alguien puede explicarme qué pretende Luisa Ortega declarando que espera que el gobierno de Estados Unidos detenga a Maduro? Ella debería saber que la Convención de Viena protege a los mandatarios. ¡La Convención de Viena protege a Maduro! Porque es lo que llaman un “Agente Diplomático” y la sede de las Naciones Unidas es, y será, territorio “neutral”. Por otra parte, ningún país en el mundo ventila a los cuatros vientos que va intervenir a otro. No lo anuncia con antelación porque el factor sorpresa es indispensable para el éxito de la misión. Esa imagen que muchos esperaban el miércoles mientras Maduro hablaba en la ONU, esa donde un comando SWAT irrumpía y arrestaba al dictador, no ocurrió. Ni ocurrirá. La sede de la Organización de las Naciones Unidas es un espacio donde, incluso los tiranos más sanguinarios como Muamar Gadafi, han tenido oportunidad de hablar. Por cierto, permítanme recordarles que no fue en la Asamblea General de las Naciones Unidas donde Gadafi encontró su merecido final.

Yo sé que cuesta digerir y entender cómo es posible que un dictador viaje a Estados Unidos y ofrezca, tan campante, su trillado discurso en la ONU. Sigo enumerando tiranos que, en su momento, también pasaron por allí: Fidel, Chávez y otros más de la misma calaña hablaron desde donde también lo hizo Nicolás. Eso, para la situación que estamos viviendo, es irrelevante. La denuncia de seis países ante la Corte Penal Internacional contra Maduro es lo sustantivo. No nos desviemos. Allí es donde debemos poner el foco y nuestra atención. No caigamos en las provocaciones de Nicolás. No seamos parte de ese juego perverso que él, junto con sus cómplices, diseñó para aturdir nuestras psiquis y mantenernos ocupados discutiendo estupideces, mientras ellos avanzan, a pasos agigantados, en la consolidación de su Socialismo del Siglo XXI.

Estos líderes mundiales consideran a Nicolás Maduro un dictador

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Ayer, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dio su mirada respecto de la crisis que vive Venezuela y confirmó que las fuerzas de seguridad bolivariana violaron los derechos humanos de manera extendida y en forma deliberada para reprimir las protestas que desde abril de este año reclaman la salida del presidente Nicolás Maduro.

Donald Trump, presidente de EE.UU: 

Luis Almagro, secretario general de la OEA:

«Este régimen ha dejado de aparentar ser una democracia, como solía hacer. Se ha consolidado como una dictadura».

 

Juan Manuel Santos, presidente de Colombia:

«Este régimen se apartó más del sistema democrático y cada vez está actuando más como una dictadura».

 

Mauricio Macri, presidente de Argentina:

«Hace rato que no hay democracia en Venezuela . No hay libertad de expresión, no hay libertades garantizadas».

 

Emmanuel Macron, presidente de Francia:

«Nuestros conciudadanos no entienden cómo algunos han podido ser tan complacientes con el régimen que se está instaurando en Venezuela. Una dictadura que intenta mantenerse en pie al precio de un sufrimiento humano sin precedentes y de una radicalización ideológica preocupante».

 

Pedro Pablo Kuczynski, presidente de Perú: 

“¡Que se vaya! Porque es un dictador y ha hecho un golpe de Estado, con una elección fraguada para eliminar a su Congreso”, dijo Kuczynski en el marco del Reuters Latin American Investment Summit, en un salón del Palacio de Gobierno de Lima.

Al día siguiente del golpe constituyente, por Asdrúbal Aguiar

Agenda

 

El proceso de montaje, por el Poder Electoral, de una espuria constituyente pedida e inconstitucionalmente convocada por el narco-dictador Nicolás Maduro, de buenas a primera recuerda la similar tropelía que ejecuta el Consejo Nacional Electoral de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez el 15 de diciembre de 1957, antes de caer ésta el 23 de enero de 1958.

La Constitución de 1953 disponía que al vencer el quinquenio debían convocarse elecciones generales para presidente de la república, diputados y senadores al congreso, legisladores regionales y concejales municipales. No obstante, tanto como Maduro, el dictador las suspende y ordena realizar un plebiscito a su medida.

La situación del General dictador se ve comprometida – a pesar de sus obras faraónicas y de los ingresos fiscales ingentes que recibe – y su prestigio mengua. ¡Y es que el país de entonces es una república de letrinas cruzada, sólo su capital como una suerte de boutique, por obras de ingeniería y arquitectura impresionantes!

La migración del campo a las ciudades y la miseria de vida en que vive la clase trabajadora muestran el rostro ominoso de los pocos que se enriquecen en el poder, mientras la mayoría sufre víctima de una crisis humanitaria sin razones. Ello provoca la reacción adolorida de la Iglesia Católica con la célebre la carta pastoral del arzobispo de Caracas, Monseñor Rafael Arias Blanco. Entre tanto las cárceles pululan de presos políticos y las torturas son hábito en los sótanos de la Seguridad Nacional.

El dictador, así las cosas, amenaza a los funcionarios que no voten por él. Les ordena devolver a sus jefes la tarjeta roja opositora en prueba de haber depositado la de color azul que lo apoya. Sus rectores electorales trucan los resultados. Le otorgan la victoria al llamado “gordito del Táchira”. Ese fue el principio de su inmediato final. Lo demás es historia.

Hoy, Tibisay Lucena, esbirro electoral – en comandita con el estafador comicial que ha sido siempre Jorge Rodríguez, negociador de las célebres máquinas Smarmatic – monta un tinglado y organiza, en breves días, unas elecciones de conveniencia entre los suyos. Busca se cambie el orden de la república para que la revolución no abandone jamás el poder. Eso creen. Eliminan las garantías de pulcritud que han de revestir a los votos y abren centros de voto masivo a los que pueden acudir sus pocos votantes, arrastrados como bueyes.

Ayer, no más, en otras elecciones como las del 15 de diciembre de 2015 – salvadas por la disciplina vigilante opositora – obligan a los venezolanos a viajar hasta mesas distantes de sus residencias para frustrar los votos en contra del régimen. Les llenan de alcabalas electrónicas para ello. Ayer, no más, suspenden el referéndum revocatorio presidencial y las elecciones de gobernadores y alcaldes, arguyendo todo tipo de dificultades y obstáculos reglamentarios, inexistentes ahora y en la hora.

Tengo presente en mi memoria la patraña que se monta por este equipo truhan – el de la Lucena y Rodríguez – a fin de revertir los resultados del referéndum revocatorio de 2004, cuando el ex presidente Jimmy Carter acude en auxilio de Hugo Chávez como lo hace esta vez el impresentable Rodríguez Zapatero con Maduro.

En vísperas del golpe de Estado constituyente en curso, por si fuese poco, Zapatero lo declara legítimo. Le pide a Maduro tomar decisiones luego de ello. Y afirma el desacato en que se encuentra la actual Asamblea Nacional, electa libremente por el pueblo, mediante voto universal, directo y secreto. Esas tenemos.

No abundo, pero anoto lo que afirma, asimismo, en estos infaustos instantes en los que la vergüenza no encuentra recodo, otro ex presidente tan caro a ciertos actores de nuestra oposición, Ernesto Samper. Después de hacerle tanto daño al país junto Zapatero – responsables al igual que Maduro del asesinato de más de 100 jóvenes venezolanos – confiesa su devoción por la vida y obra del genocida cubano fallecido, Fidel Castro. Y pide de las generaciones políticas latinoamericanas actuales emular su ejemplo; que para mí no es otro que el mal ejemplo de un asesino que fusila en el paredón y mata de hambre a sus compatriotas antes de coludirse con el negocio del narcotráfico, e imponérselo más tarde al gobierno chavo-madurista.

Al día siguiente del golpe constituyente, que habrá de consumarse este domingo 30 de julio, la Venezuela decente y amante de la libertad sabe de su ruta; la que le fijó su consulta popular del último 16 de julio y 7.600.000 votos: Ha de desconocer, desde su primer día, a la constituyente golpista; seguir en su esfuerzo por exigir de la Fuerza Armada se lave el rostro y acate el orden constitucional; y reclamar de la Asamblea Nacional acelere su esfuerzo para organizar un gobierno de unidad nacional y transición hacia la democracia.

A la cárcel ya han ido los primeros jueces supremos designados por la Asamblea, otros les seguirán, sin lugar a duda; lo que no arredra, por lo visto, el sentimiento de resistencia nacional. El pueblo llano y los jóvenes, a la cabeza, saben mejor que la lucha por la libertad tiene su costo en dictadura. Lo están pagando, dándonos un ejemplo que ha de avergonzar a no pocos acomodaticios.

En suma, luego del nuevo golpe por consumarse nada cambiará en el corto plazo. Ya la Sala Constitucional – constituyente de 7 miembros avalada por Zapatero – ha profanado la Constitución y hecho mutar su texto, para desconocer la soberanía popular representada en la Asamblea y anular el Ministerio Público. Los presos políticos, ahora más de 400, allí siguen. Los miles de heridos se lamen sus heridas como símbolos de dignidad. El hambre no cesa ni la falta de medicinas. Queda, eso sí, algo muy claro: Desnudos y al aire como se encuentran los Zapateros y Lucenas el país sabe que sólo cambiaran las cosas cuando caída la dictadura haya elecciones libres, sin presos y con un poder electoral sano, reconstituido, ajeno al miasma revolucionario.

correoaustral@gmail.com

Jesús Yajure Jul 29, 2017 | Actualizado hace 5 años
La caída del dictador

@albertoyajure

HACE FRÍO, ES 21 DE DICIEMBRE DE 1989, y Nicolae Ceaușescu pronuncia su último discurso. El dictador no lo sabe aún —ni siquiera lo intuye— pero cuatro días después será juzgado y ejecutado por los militares que todavía hoy le apoyan. Sus asesores han hecho enormes esfuerzos para llenar la plaza central de Bucarest. Miles de trabajadores han llegado en autobuses, como un rebaño coaccionado por el partido, desde las centrales industriales y fábricas.

Nicolae viste un abrigo negro. Le acompañan en el balcón su esposa Elena, sus guardaespaldas, y un grupo pequeño de dirigentes que conforma la cúpula del partido. En la plaza se observan pancartas, banderas rojas y grandes fotografías del “padre y la madre” del pueblo rumano. Tres días antes, los militares y la Securitate —la temida policía secreta— han disparado contra cientos de hombres, mujeres y niños en Timisoara, a 533 kilómetros de la capital. El discurso que pronuncia hoy el dictador busca apaciguar la revuelta.

“Queridos camaradas y amigos, ciudadanos de Bucarest, capital de la Rumania socialista. Permítanme enviar mis sinceros saludos revolucionarios a todos los que participan en esta gran demostración”, dice. La alocución es transmitida en vivo a todo el país. En muchos hogares no se han enterado aún del levantamiento de ciudadanos en las calles de Timisoara que fue sofocado tras la masacre.

 

No son tiempos buenos para Nicolae. Los rumanos padecen de hambre. Hambre de libertad y de sosiego. Los más afortunados han sobrevivido 42 años bajo una feroz y brutal dictadura. La intervención del Estado en cada aspecto de la vida de los ciudadanos —cuántos niños puede tener una familia, qué se lee en las escuelas, qué libros se publican, quién sale o entra en el país, qué se ve en la televisión, qué se imprime en los periódicos— ha sido fundamental en el colapso.

El endeudamiento había alcanzado niveles históricos, comprometiendo el futuro de varias generaciones de rumanos, pero Nicolae dio con una fórmula para pagar, de una vez por todas, la deuda externa. Ya ha enmendado la Constitución y ordenado que casi la totalidad de las cosechas y producción del país sea exportada hacia países acreedores. Paga afuera y mata a su gente adentro. El resultado es una hambruna descomunal y el empobrecimiento acelerado de la población.

En las calles, los comercios se han convertido en espacios oscuros, vacíos, con maniquíes paupérrimos que visten ropa gris y zapatos maltrechos confeccionados en serie. En las puertas se exhiben carteles con los rostros de los enemigos del Estado. Las largas colas para comprar alimentos se extienden a lo largo varias cuadras. El racionamiento se ha impuesto como método para el acceso a bienes básicos. En las plantas, los obreros comen pedazos de tocino que han envuelto en papel periódico, tienen que rasparlos un poco para quitarles la tinta. Prosperan el mercado negro y los funcionarios con privilegios.

En las cadenas de establecimientos regidos por el Estado se han congelado en grandes bloques de hielo las cabezas, patas y piezas de aves que se expenden al público. Las miradas se pierden en las bolsas que chorrean sangre por toda la calle. Muchos se preguntan: ¿Cuánto más alcanzará el bloque?

El adoctrinamiento ha permeado todas las áreas de la vida, especialmente en el lenguaje. En las escuelas, a los niños se les enseña que Nicolae y Elena son los padres de la gran familia rumana, que es la patria. Se paran rectos como velas y ladran como autómatas el nuevo himno nacional, que ahora tiene nueve estrofas. El dictador ha suprimido la navidad porque la considera una celebración occidental. Pero la nomenklatura sí conserva en sus hogares pinos vistosamente adornados, y en sus cocinas abundan artículos y alimentos traídos de contrabando desde occidente.

La Securitate es el segundo cuerpo de inteligencia más grande de Europa del este. Cuenta con miles de agentes, colaboradores e informantes en las calles y fábricas. Se ha extendido en el país el miedo colectivo. Los securist entran a los domicilios, instalan micrófonos, intervienen las comunicaciones, arrestan a poetas, escritores, críticos y disidentes. Interrogan constantemente, confiscan manuscritos y papeles, persiguen, agobian. No sorprende que al volver a casa del trabajo, una silla del comedor aparezca en la habitación o en el baño. La han dejado allí a propósito, para que se sepa que la Securitate le vigila.

El poder se ha ejercido con terror, con detenciones arbitrarias, torturas y asesinatos. Los disidentes han sido encarcelados o colgados por la policía política en sus viviendas. A otros tantos los han lanzado por una ventana o empujado a las vías del tren. En los informes se coloca “suicidio” con la anuencia de forenses en la nómina de los servicios secretos. No se permiten las autopsias.

Con sus leyes, el dictador ha colmado los cementerios. A los que intentan escapar huyendo por la frontera yugoslava se les persigue con perros de caza, los cuerpos destrozados son luego hallados por campesinos. A los que intentan desesperadamente cruzar a nado el Danubio se les dispara o se les tritura con las hélices de los botes para que sirvan de comida a los peces.

Al hospital de Timosoara han llegado más de 100 cadáveres con disparos. Los servicios secretos orquestan un apagón y aprovechan la oscuridad para sacar, ocultos en un camión frigorífico que trasladaba cerdos, cuarenta cuerpos que van a dar a fosas sin nombre en el cementerio de los pobres. El dictador lo sabe, pero hoy no hablará de eso.

En un instante, como un chasquido, cunde el pánico. Nicolae habla, pero la multitud habla más alto. Las primeras filas han sido reservadas para los más leales. Atrás, en el público, se gesta una rebelión. El dictador observa atónito, no puede entender lo que está ante sus ojos. Levanta el brazo para intentar calmar a la masa. Las cámaras dejan de transmitir durante unos segundos.

“Cálmense, cálmense”, repite al menos diez veces. Golpea el micrófono, exige que le escuchen, pero grandes grupos comienzan a abandonar la plaza, mientras otros braman “Ti-mo-so-ara”, la ciudad donde el gobierno abrió fuego contra los manifestantes. Elena interrumpe también, demanda orden. Las cámaras apuntan al cielo gris. “Camaradas, siéntense y cálmense”, grita Nicolae. “Qué es lo que pasa con ustedes”, increpa Elena. El dictador se queda sin habla en medio de una frase. Mueve su mano, estupefacto.

“Habla ahora”, le ordena Elena. Y Nicolae continúa: “Quiero destacar de nuevo que debemos demostrar fuerza y unidad por el bien de la independencia de Rumania, por la integridad y la soberanía”. Anuncia un aumento en 10% para las pensiones, las ayudas sociales también tendrán un alza, pasarán de 500 lei a 800 lei. Afirma que las medidas demuestran el fortalecimiento y crecimiento de la economía rumana.

Ahora viene a explicar la matanza en Timisoara: “Es claro que hay una acción conjunta de círculos que quieren destruir la integridad y soberanía de Rumania para detener la construcción del socialismo, para de nuevo poner a nuestra nación bajo la dominación extranjera”. Habla del pasado, de las gestas heroicas de hace más de dos décadas. Pide a los hambrientos que actúen con unidad y firmeza.

“Debemos actuar con fuerza contra cualquiera que intente debilitar la unidad de nuestra nación, porque ellos están del lado de los imperialistas y de varios servicios de inteligencia que buscan dividir a Rumania, para esclavizar de nuevo al pueblo”, machaca aferrado al poder. Sus guardaespaldas lo resguardan dentro del edificio. Pero al dictador se le han visto las cartas, ha mostrado su debilidad.

Al día siguiente, el alzamiento se extiende en las ciudades. El ministro de defensa muere en extrañas circunstancias, con un tiro en el corazón. Nicolae asume el liderazgo de las fuerzas armadas. Los soldados, al sospechar que el ministro fue ejecutado, se suman a la rebelión. La sede del partido, desde donde habló el dictador, es asaltada por civiles. Los rumanos descubrirán que mientras el pueblo moría de hambre, en el palacio presidencial había grifería y juegos de cubiertos de oro.

Nicolae y Elena suben con sus guardaespaldas a la azotea del edificio central del partido. Logran abordar un helicóptero. Escapan en el último minuto de la ira de una muchedumbre que ya se abrió paso por los salones. Son capturados luego y procesados en un juicio sumario. “Es mentira que hice morir de hambre a la gente”, dice Nicolae en su defensa. Tras 90 minutos, ambos son condenados a pena de muerte el día de Navidad de 1989. Elena protesta, se rehúsa a que la aten de brazos, grita y amenaza. “No nos aten, no nos ofendan… No me toques. Pero si yo te he criado como una madre”, dice a un soldado. Ambos piden morir juntos. Nicolae repite una y otra vez: “Vergüenza, vergüenza, vergüenza”.

Uno de los soldados que lo conduce a la muerte le responde: “Nadie puede ayudarle ahora”.

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El dictador Nicolae Ceauşescu y su esposa Elena fueron fusilados por crímenes contra el pueblo rumano el 25 de diciembre de 1989

Los muertos del dictador, por Carlos Nieto Palma

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La dictadura venezolana cada día que pasa se torna más represiva y sanguinaria; su lucha por permanecer en el poder está costando la vida de muchos venezolanos, en su gran mayoría muy jóvenes, cuyo único delito es querer vivir en una Venezuela libre y democrática donde el norte del trabajo sea el respeto de los derechos humanos de los ciudadanos.

Cuando esta pesadilla que hoy vivimos los venezolanos se termine, que estoy convencido de que será muy pronto, el dictador y su camarilla tendrán que responder ante la justicia por todos los asesinatos de jóvenes inocentes que han muerto como consecuencia de sus órdenes de perseguir, atacar y reprimir a todo el que piensa diferente, y que simplemente ejercían un derecho que le otorga la Constitución Nacional como es el derecho a la protesta pacífica.

Maduro no solo responderá por los asesinatos de inocentes que funcionarios del Estado siguiendo sus órdenes han cometido, sino por haber convertido a Venezuela en uno de los países del mundo donde más se violan los derechos humanos, por el enriquecimiento ilícito de él y su gente, además de enfrentar las graves denuncias que por narcotráfico pesan sobre altos personeros del gobierno.

El dictador venezolano y su manera de actuar sin dudas tiene su gran inspiración en Fidel y Raúl Castro además de equipararse con nefastos personajes como Robert Mugabe de Zimbabue y Kim Jong-un de Corea del Norte.

En las últimas protestas contra la dictadura venezolana que se iniciaron los primeros días de abril luego de que el Tribunal Supremo de Justicia emitiera dos sentencias que dejaron sin poderes a la Asamblea Nacional y otorgaba nuevos poderes al mismo Tribunal Supremo y al presidente han sido asesinadas 57 personas (cifras al miércoles 17/05/17) por órdenes del régimen de reprimir a los manifestantes.

Los venezolanos no podemos olvidar a estos hombres y mujeres que son mártires de esta represión desalmada que la dictadura ha iniciado en contra de todo el que piensa diferente: Jairo Johan Ortiz Bustamante, Daniel Alejandro Queliz Araca, Miguel Ángel Colmenares, Bryan Principal, Gruseny Antonio Calderón, Carlos José Moreno, Paola Andreína Ramírez Gómez, Niumar José San Clemente Barrios, Mervins Fernando Guitian Díaz, Ramón Martínez, Kevin Steveen León Garzón, Francisco Javier González Núñez, William Heriberto Marrero Rebolledo, Robert Joel Centeno Briceño, Jonathan Meneses, Elio Manuel Pacheco Pérez, Stivenson Zamora, Jairo Ramírez, Yorgeiber Rafael Barrena Bolívar, Kenyer Aranguren, Albert Alejandro Rodríguez Aponte, Manuel Pérez, José Ramón Gutiérrez, Ángel Lugo Salas, Estefany Tapias, Natalie Martínez, Almelina Carrillo Vírguez, Renzo Rodríguez Roda, Jesús Sulbarán, Luis Alberto Márquez, Johan Medina, Christian Humberto Ochoa Soriano, Juan Pablo Pernalete Llovera, Eyker Daniel Rojas Gil, Carlos Eduardo Aranguren Salcedo, Yonathan Quintero, Ángel Enrique Moreira González, Ana Victoria Colmenares de Hernández, María de los Ángeles Guanipa Barrientos, Armando Cañizales Carrillo, Jesús Asdrúbal Sarmiento, Gerardo Barrera, Luis Eloy Pacheco, Daniel Gamboa, Carlos Mora, Hecder Lugo Pérez, Miguel Joseph Medina Romero, Anderson Enrique Dugarte, Miguel Fernando Castillo Bracho, Luis José Alviárez Chacón, Diego Hernández, Yeison Mora Castillo, Diego Fernando Arellano Figueredo, José Francisco Guerrero y Manuel Castellanos.

Todos estos venezolanos, salvajemente asesinados por luchar por un país diferente, los debe llevar el dictador Maduro en su conciencia y muy pronto tendrá que responder ante la justicia él y sus brazos ejecutores por todas las violaciones de los derechos humanos que han cometido, ninguno puede olvidar que las violaciones de los derechos humanos no prescriben nunca y en algún momento les tocará responder por lo que le han hecho a los venezolanos, deberían de verse en el espejo de Fujimori en Perú, un destino similar les espera a los esbirros del régimen.

El mundo entero tiene puestos sus ojos en Venezuela y ve con preocupación la actuación de la dictadura, muy claro ha sido el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, quien ha dicho contundentemente: “El esfuerzo de todos en la comunidad hemisférica es no ser cómplices con un silencio irresponsable de los asesinatos y las violaciones de derechos humanos por parte del régimen, no permanecer ajenos e indiferentes a la muerte de civiles en manos de la represión, sino exigir el cumplimiento de la Constitución, de alcanzar una salida democrática para la crisis del país y que los venezolanos decidan su destino en elecciones generales anticipadas”.

Los venezolanos seguimos en la calle ejerciendo nuestro legítimo derecho de protestar pacíficamente y exigir el retorno a la democracia. Finalizo citando a Nelson Mandela en una de sus célebres frases: “¡Protestar! Esta es nuestra única alternativa… nunca el opresor concede la libertad voluntariamente”.

@cnietopalma

El Nacional 

EFE May 16, 2017 | Actualizado hace 7 años
Vicente Fox: Maduro es un dictador

vicentefox

 

El ex presidente mexicano Vicente Fox tildó este lunes en Managua de «dictador» y «líder mesiánico y populista» presidente Nicolás Maduro, y pidió a «todos» trabajar por Venezuela, que se encuentra sumida en una profunda crisis.

«En este momento todos debemos trabajar por Venezuela. No puede ser que un par de dictadores, un par de líderes mesiánicos, populistas, destruyan en tan poco tiempo a una gran nación, a una gran economía», señaló Fox (2000-2006) en una conferencia ofrecida en Nicaragua, fiel aliado de Venezuela.

«Venezuela está viendo sus peores tiempos de hace décadas y Venezuela está prácticamente en quiebra, porque el dictador no quiere hacer concesiones, porque él (Maduro) sigue pensando que debe quedarse allí porque así se lo indicó su patrón (el fallecido presidente Hugo) Chávez», continuó.

Según el ex presidente mexicano, ni Chávez (1999-2013) ni Maduro, quien lo sucedió en el cargo, tienen respeto por la Constitución, ni por los procesos electorales: «No importa nada más que seguir en el poder», reprochó.

«Ellos piensan igual que otros en Latinoamérica -que no mencionó- que el socialismo del siglo XX tiene que ser sostenido a viento y marea, porque ellos creen que es el mejor camino para el desarrollo de un país», agregó.

Advirtió que la crisis en Venezuela se ha convertido en una situación tan grave, con «matanza diaria, violencia, sangre y cárcel para todos esos jóvenes que son cientos de miles».

«Por eso jamás debemos perder la democracia. Por eso jamás debemos hacer que un cuate o su familia se queden por el tiempo» en el poder, exhortó.

«Tenemos que defender la esencia de la democracia, que también, además de libertad, de instituciones, es alternancia en el poder», agregó.

Fox ofreció una conferencia en Managua sobre las perspectiva de un nuevo enfoque del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA) y sus implicaciones para Centroamérica.

La crisis de Venezuela, que lleva 45 días de protestas casi ininterrumpidas, han dejado un saldo de 39 muertos y cientos de detenidos.