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Día de la Resistencia Indígena

Alejandro Armas Oct 13, 2017 | Actualizado hace 2 semanas
Antieuropeísmo selectivo

12Oct

 

Otro 12 de octubre, otra disparatada celebración de eso que han llamado “Día de la Resistencia Indígena”. Para mí, es imposible divorciar el nombre y la imagen de un puñado de fanáticos derribando la estatua de Colón que desde hacía décadas marcaba las puertas del centro de Caracas. Fue un adelanto de lo que se nos venía a los venezolanos: la barbarie desatada con patente de corso para hacer lo que se le viniera en gana, siempre y cuando fuera en nombre de la revolución. Supongo que a los autores de esa gracia nunca se les pasó por la cabeza algo así como recolectar firmas que certificaran el apoyo de los caraqueños a su idea de que la escultura constituía una afrenta a la venezolanidad, y con ellas exigir a las autoridades municipales el retiro de la obra. Pero no, eso hubiera sido una gafedad burguesa. Como buenos revolucionarios, asumieron de antemano que la mayoría aplaudiría sus acciones y recurrir al vandalismo violento (o, en caso contrario, despreciar por razones ideológicas la voluntad mayoritaria y proceder igual, cosa muy chavista).

Fue un acto de revanchismo absurdo, el mismo sentimiento que reviste toda la noción oficialista de lo que debe ser la conmemoración del descubrimiento de América.  Por supuesto que negar los padecimientos de la población indígena a manos de los europeos (la ocupación de tierras, la destrucción de culturas, la imposición del cristianismo, el sistema de encomiendas, la marginación en una sociedad de castas) sería una soberana idiotez. Pero también lo es establecer un maniqueísmo por el cual, en el devenir histórico americano, todo lo indígena es positivo, y lo llegado desde el Viejo Mundo, negativo.

Los elementos europeos, específicamente españoles en nuestro caso, son un componente tan esencial de nuestra cultura como el amerindio y el africano. Desde la ultraderecha patriotera y xenofóbica (que, créanlo o no, tiene una versión latina), me pueden llamar “comeflor” y “progre”, pero estoy convencido que la diversidad es un componente que ayuda a las sociedades a florecer. Los latinoamericanos, que tantos fracasos hemos tenido en la búsqueda de la estabilidad política democrática y del desarrollo económico, por otro lado gozamos de una riqueza cultural que se ha nutrido de la herencia mestiza como en ningún otro rincón del planeta. Pretender amputar toda la parte europea de esta identidad, como hace el Gobierno en pequeña escala con su celebración del 12 de octubre, es ridículo, por decir lo menos.

Además, la idea chavista de “resistencia indígena” se fundamenta en mitos a los que la extrema izquierda latinoamericana ha echado mano de forma constante para construir una historia continental afín a sus intereses. El principal es la fantasía según la cual, antes del arribo de los conquistadores, los pueblos indígenas no conocían la dominación ni la explotación extranjeras. Todos, desde Alaska hasta la Tierra del Fuego, vivían en paz y armonía entre ellos. Una mentira del tamaño de una catedral. Los dos grandes imperios precolombinos, el azteca y el inca, se expandieron desde sus ciudades estado originales a costa de sus vecinos, a los que sometieron gracias a su superioridad militar. En el caso andino, desde lo que hoy es el sur del Perú, llegaron a abarcar un territorio desde Colombia hasta Argentina. Los aztecas hicieron lo mismo, aunque dentro de fronteras más pequeñas. La opresión que ejercieron sobre sus súbditos no nahuas era tal, que para los españoles fue más fácil conquistar Tenochtitlán gracias a la ayuda de los tlaxcatelcas, quienes vieron una oportunidad para librarse del yugo.

La Venezuela prehispánica no conoció civilizaciones tan desarrolladas, pero eso no significó que no hubiera luchas entre los grupos étnicos. Los caribes han pasado a la historia por su agresividad contra cualquiera ajeno a su cultura. Su grito de guerra, que ha sido adoptado por la Armada venezolana, prácticamente negaba la humanidad de todo el que no fuera caribe. A los guaiqueríes, nativos de Margarita, los habían diezmado para el momento en que llegó Colón.

Todo esto ha sido olímpicamente omitido por los intelectuales de ultraizquierda en sus comentarios sobre la conquista de América. Yo me pregunto por qué las imposiciones de los aztecas no les merecieron ni una crítica, pero la violencia de Cortés, sí. También por qué Diego de Losada es considerado un asesino, pero los caribes que masacraban a otros pueblos no pueden ser tocados ni con el pétalo de una rosa. Esos intelectuales han escrito textos que hasta el sol de hoy sirven como sustento teórico al chavismo. Es el caso de Las venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano, y Guaicaipuro Cuauhtémoc cobra la deuda a Europa, el artículo en el que Luis Britto García simula que un híbrido entre representantes de los dos grupos étnicos cuyos maltratos a otros acaban de ser descritos, reclama a los europeos, ¡por el maltrato que recibieron!

Con estos argumentos de victimización sempiterna y necesidad de venganza, la izquierda latinoamericana ha buscado fomentar de lucha de clases y llevarla a una escala superior de odio racial. Muchos miembros conservadores de las elites locales, con su racismo idiota, les facilitan el trabajo. También, los cerebros detrás del concepto chavista de “resistencia indígena” lo usan para promover la idea leninista de que el atraso económico y social de quienes poblamos esta región se debe a la usurpación de nuestros recursos por parte de extranjeros con capacidad superior de aplicar la fuerza bruta. Así, los movimientos políticos “redentores” del indigenismo pueden identificar cualquier problema que tengan con los gobiernos de otras naciones como motivados por actitudes imperialistas y coloniales. Ayer mismo vimos a Nicolás Maduro declarar que España, país que encabeza las críticas a la conducta antidemocrática del chavismo al otro lado del Atlántico, no tiene derecho a celebrar el 12 de octubre (que allá es conmemorado como su Fiesta Nacional), como si la fecha no hubiera marcado un antes y un después en la propia evolución del reino.

A ese Maduro rabiosamente antieuorpeo habría que recordarle que su gobierno, así como el de Chávez, han pagado cuantiosas sumas de dinero a españoles vinculados con el partido Podemos para que los asesoren en temas políticos y económicos. Nuestro país ha sido usado por estos trasnochados como laboratorio para experimentos neoestalinistas que en buena parte son responsables de la tragedia que hoy vivimos. El hambre y la escasez de medicamentos han de ser para estos señores sacrificios necesarios en la demostración que se el capitalismo debe ser suprimido en beneficio de la humanidad. Eso sí: en bolívares no cobran por sus favores. Dudo que estén interesados en yuanes, rupias o rublos. Si los Cortés, los Pizarro y los Losada quitaron a los indígenas sus riquezas a cambio de espejitos inútiles pero inocuos, en la Venezuela chavista se paga a extranjeros para que diseñen políticas generadoras de pobreza extrema.

Por las calles de Caracas se multiplican los indigentes. Varios de ellos tienen un fenotipo visiblemente amerindio. Gente muy pobre que vino a la capital creyendo poder mejorar su calidad de vida. Si por casualidad llega a ver uno de estos pidiendo comida en Plaza Venezuela, cerca del lugar donde un Guaicaipuro con esteroides suplantó a Colón, recuerde que, mientras, en Madrid hay unos cuantos euros que salieron de aquí para pagar a quienes piensan que esta situación actual nuestra es “digna”.

@AAAD25

En Venezuela el que no tira flecha toca tambor o come paella, por Armando Martini Pietri

Derribo-de-Estatua-de-Colón

Día de la Raza es el nombre que recibe en la mayoría de los países hispanoamericanos las fiestas del 12 de octubre en conmemoración del avistamiento de tierra por el marinero Rodrigo de Triana en 1492, luego de navegar más de dos meses al mando de Cristóbal Colón a lo que posteriormente se denominaría América.

Fue creado a partir del siglo XX, inicialmente de forma espontánea y no oficial, para conmemorar, la nueva identidad cultural, producto del encuentro y fusión entre los pueblos indígenas de América y los colonizadores españoles, además de la valorización del patrimonio cultural hispanoamericano. Aunque el Día de la Raza es el más popular en la actualidad, el nombre oficial suele variar de un país a otro. En España es el Día de Fiesta Nacional o Día de la Hispanidad, además de la festividad religiosa de la Virgen del Pilar. En Estados Unidos es Columbus Day o Día de Colón, Chile, Perú y Argentina el Día del Encuentro de Dos Mundos.

La festividad originalmente conmemoraba el «descubrimiento» de América por parte de Cristoforo Colombo -en italiano-, decretada durante el gobierno de Juan Vicente Gómez como festividad mediante la Ley de Fiestas Nacionales de 1921. Pero este hecho no era del agrado de algunos políticos y pensadores de la izquierda venezolana, que consideraban que la celebración exaltaba el colonialismo en detrimento de la cultura y valores de los nativos originarios amerindios. El Presidente Chávez por solicitud de las organizaciones indígenas y con el apoyo del entonces Ministro de Educación Aristóbulo Istúriz, decreta el Día de la Resistencia Indígena el 12 de octubre del 2002, conmemorando la sangre derramada de los pobladores nativos de este territorio, que fueron víctimas de la violencia de los colonizadores españoles hace más de 518 años.

Los pueblos indígenas por su parte, tienen en el Gobierno un reconocimiento expreso de su rebeldía, que se traduce en el otorgamiento de derechos cercenados por siglos, en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999, que contempla y reconoce a los aborígenes. Aunque nuestras tribus originales siguen abandonadas y en la miseria.

En aquellos tiempos coloniales más de 1 millón de venezolanos eran herederos directos de raíces precolombinas y a pesar de tener culturas e idiomas diferentes, las 28 etnias que siguen habitando en el territorio nacional han logrado consagrar sus derechos y por ende hoy tienen una participación en la llamada sociedad civil, no sólo como etnias originales, sino como parte de mezcla racial venezolana.

Violencia innegable, casi genocidio, que a lo largo del tiempo fue diluyéndose en la mixtura con los negros traídos de África y los españoles venidos de la península. Más de un venezolano es clara muestra de esa mescolanza, que, en el caso del género femenino, nos ha obsequiado con bellezas dignas de reconocimiento mundial y universal.

Lo malo de todo ese empeño en corrección histórica es que derrumba estatuas, pero no ejecuta derechos. A la imagen de Cristóbal Colón la tumbaron y encima le cortaron la cabeza, pero los estómagos indígenas siguen tan vacíos o más que siempre, señal extrema en las selvas amazónicas y las ardientes planicies goajiras de la incompetencia del socialismo castro-chavista, ahora cubano madurista.

Pero esos autóctonos no son simples excepciones, sino ejemplos de la tragedia de todo un país que proclama revoluciones, pero no es capaz de mejorar la vida diaria de sus ciudadanos de cualquier raza pura o mezclada. Los nativos en el sur venezolano al menos tienen la opción de cazar sus carnes y sembrar cosechas, los venezolanos del resto del país, salvo muy contadas excepciones, -bolichicos, asaltantes y bandidos del tesoro público, cómplices y testaferros-, hace años dejaron de contemplarlas en sus dietas cada día más miserables y unos pocos, carnetizados por un Gobierno que prioriza el control por encima del bienestar, pagan primero el privilegio manipulador y denigrantes de sus bolsas CLAP para recibirlas después, ligando que las humillantes no traigan algunos de sus productos podridos.

El riesgo de todo este desastre de politiqueros que primero piensan en sus “espacios” y después olvidan todo lo demás, es que la resistencia indígena que fue destruida con cañones, arcabuces, espadas, caballos y perros, hoy en día puede y se está convirtiendo, gracias a la perseverante incapacidad y desidia gubernamental, y tantos errores que nos rodean, en una nueva resistencia ciudadana por encima de fusiles, gases y garrotes.

Hoy advertimos alrededor una “paz” que es más bien una terrible forma de resistir, no apoyar a nadie y ser indiferente. Si pensáramos en las posibilidades de cambio, podríamos imaginar y soñar mejorías. Pero la torpeza política venezolana, como el perro viejo, late echado.

@ArmandoMartini

El 12 de octubre no habrá actividad bancaria en el país

BancodeVenezuela

 

El jueves 12 de octubre no habrá actividad bancaria en todo el país, de acuerdo al calendario bancario establecido por la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario (Sudeban), por conmemorarse el “Día de la Resistencia Indígena”.

De acuerdo con la información emanada de la Sudeban, durante ese día las personas podrán acceder a algunos de los servicios y transacciones que ofrece la banca, como consultas, retiros, depósitos y pagos, a través de cajeros automáticos, vía telefónica o por Internet.

Se advierte asimismo, que algunas instituciones bancarias pudieran mantener en los feriados taquillas externas operativas, principalmente las agencias ubicadas en los centros comerciales.

Recomiendan a los usuarios consultar la página web de su banco, para obtener mayor detalle acerca de oficinas y taquillas disponibles durante el 12 de octubre, de manera que tomen las previsiones correspondientes.

Día de la Resistencia Indígena: las nuevas tribus del chavismo

LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA DE HUGO CHÁVEZ dio origen, creó y formó algunas variantes o “nuevas tribus” de ciudadanos e individuos que se mueven como manadas y algunas están asociadas a oficios o prácticas ilícitas.

“El hombre nuevo” que nació bajo el socialismo del siglo XXI, los aborígenes de la V República, son los bachaqueros, los pranes, los vendepuestos, los vendedólares, los paramilitares (colectivos), los escoltas, las mafias y los venezolanos desesperados. Aquí presentamos su descripción «antropológica» en ocasión del proclamado Día de la resistencia indígena (que sustituyó desde 2002 al Día de la raza por decreto de Hugo Chávez).

Los «Vendepuesto» en la cola

Las largas colas por alimentos y otros productos básicos han generado una dinámica comercial a su alrededor. Los “vendepuestos” son una de las tribus más fuerte en estos entornos. Se caracterizan por pernoctar en las cercanías de los supermercados con el fin de tomar los primeros puestos en las filas y luego venderlos a quienes llegan cuando ya aclaró el día.

La actividad primaria de este grupo social está penada por la Ley Orgánica de Precios Justos; en su artículo 55 señala que el impedir de forma directa o indirecta la distribución y comercialización de bienes pueden ser sancionados con prisión de diez a doce años, además de una penalización económica.

No existe una estadística formal de cuántas personas han sido apresadas por delitos de esta índole. La detención más reciente data del 1 de septiembre de 2015 e involucró a nueve personas en la ciudad de El Tigre, en el estado Anzoátegui. En esa oportunidad el comandante del Centro de Coordinación Policial (CCP) de la zona, José Gámez, explicó que los integrantes de esta “tribu” “llegan en horas de la noche a los establecimientos para ‘marcar el puesto’ y regresan luego de las 4:00 de la mañana donde amedrentan a los consumidores y les dicen que tienen 10, 20 o 30 personas por delante. Solo logran comprar las personas que les pagan por los puestos”.

Los “vendepuestos” pueden unirse a la “tribu” de los “bachaqueros” si no logran vender su puesto en la fila.

Esta “tribu” también opera en las colas para realizar trámites o gestiones en oficinas gubernamentales.

Los Bachaqueros

«María, vamos enseguida a que los chinos. ¡Ligero!

Antes que los bachaqueros arrasen con la comida.

Leche, harina precocida y el azúcar les llegó.

Arroz, pero pollo, no. ¡Esmollejate, mi vida!»

En diciembre de 2013, «Los gaiteros de Mama» dedicaron una canción a la “tribu” que ese año se consolidó. En Zulia y Táchira, dos de los estados fronterizos con Colombia, las colas en los supermercados eran hechas no sólo por consumidores, sino también por quienes adquirían los productos para revenderlos en Colombia. La práctica del contrabando de combustible, conocida como «bachaqueo», había alcanzado a los alimentos que habían desaparecido de los anaqueles.

El gobierno de Nicolás Maduro reconoció el fenómeno ese mismo año y utilizó el término en una alocución. En julio se refirió a una supuesta lista de «líderes» que manejaba a los «grupos de bachaqueros» y afirmó que la actividad había producido un «sobreconsumo de más de 200%». El peso de la ley, prometió, caería sobre ellos. Pero nada pasó. Al mes siguiente, declaró en un tono más amable a ellos: ofreció entonces a los «venezolanos humildes» que se dedicaban al bachaqueo, que  se unieran a la Misión Saber y Trabajo para ayudarlos a buscar empleo.

Lejos de contraerse, el bachaqueo se extendió a toda Venezuela. Lo empujó la escasez de productos subsidiados por el Ejecutivo y también la necesidad de un rebusque que pudiera responder a la inflación. El bachaquero empezó a hacer las largas colas de los automercados para adquirir los productos al detal y luego revenderlos a precios que superan siete veces su valor. El Gobierno, entonces, respondió con más controles: este año, las ventas de los productos regulados comenzaron a hacerse a través del número de cédula del comprador y en algunos expendios de alimentos se instalaron captahuellas para intentar identificar eficazmente a quienes adquirían la mercancía. Nada funcionó.

De acuerdo con la encuestadora Datanálisis, 60% de las personas que están en las colas de los automercados son revendedores. La rentabilidad del oficio ha hecho que cada día más personas se dediquen a este. Estudiantes de bachillerato, domésticas y hasta educadores han abandonado sus oficios para dedicarse al bachaqueo.

«Nosotros lo que hemos demostrado es que el bachaquero invierte, en cinco  horas de cola, 400 bolívares (…) y vende el producto de esa compra en 6 mil bolívares. Si lo hace una vez por semana, obtiene 22 mil bolívares al mes. Pero, si además, bachaqueas en familia tres veces a la semana, entre todos hacen 60 mil bolívares al mes, que es 10 veces el salario mínimo», declaró Luis Vicente León, presidente de la encuestadora, en una entrevista al canal Globovisión en julio de este año. «Si yo tuviera que escoger la actividad del año que marca la pauta en Venezuela: el bachaqueo”, remató.

Los “Vendedólares”

Como lo han afirmado una y otra vez los economistas: a más controles, más corrupción.

El 5 de febrero de 2003 se instauró en Venezuela el control de cambio y nació la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi). Una radiografía de la economía nacional comprueba que haber sostenido el control de cambio durante más de 12 años, ocasionó distorsiones y hoy es el epicentro de la crisis económica.

Precisamente desde la instalación del control de cambio surgió una nuevo oficio que resulta bastante rentable: el de los vendedólares o permuteros.

Así comenzaron los “chanchullos” para conseguir dólares a tasa oficial y venderlos en el mercado negro, a un precio hasta cien veces mayor.

Desde todas las instituciones creadas por el Gobierno para regular la entrega de dólares, brotó la corrupción, y la asignación de divisas se utilizó de forma discrecional.

Los permuteros tuvieron su máximo esplendor entre los años 2006 y 2010, cuando operaban cambiando dólares a través de casa de bolsa, y se hacían con inmensas cantidades de dinero por la diferencia de las tasas en el precio de las divisas. Así, cientos de jóvenes, hicieron fortunas de la noche a la mañana, como el resultado de transacciones cambiarias.

La ex ministra de Comercio y ex presidenta del BCV, Edmée Betancourt, dijo en marzo de 2013 que sólo en 2012 se habían fugado a “empresas de maletín” entre 15 mil y 20 mil millones de dólares. Poco después, y siendo ministro de Interior y Justicia, Miguel Rodríguez Torres, aseguró que 40% de las empresas que recibieron dólares de Cadivi podían ser fantasmas. “Es una fuga masiva de dólares, es un desastre para la economía, indudablemente”, declaró.

En paralelo, y también asociado al control cambiario, surgió la “tribu” de los “raspacupos”. Especie que se encuentra en extinción, luego de reducción de los cupos de viajero y la limitación del uso de estos dólares solo con tarjetas de bancos del Estado.

Los Paramilitares (colectivos)

Lo que la Real Academia Española define como algo «relativo a una agrupación de individuos» o aquello «que tiene la virtud de recoger o reunir», en Venezuela se entiende de manera completamente distinta. Un colectivo es, oficialmente, una formación civil pro gobierno que actúa con el apoyo del mismo. Los colectivos organizan jornadas sociales, culturales y deportivas en las comunidades en donde operan. Sus voceros son difusores de las peroratas del socialismo del Siglo XII y hacen abierta campaña electoral cuando la “revolución” lo necesita. Pero esta es sólo la versión “bonita” y casi teórica.  

La realidad es que la mayoría de los colectivos se dedican a controlar a sus propios vecinos por medio de la intimidación y las armas. Su acción se asocia más a las prácticas de los grupos paramilitares. Extorsionan, venden droga, invaden propiedades y en ocasiones se han visto involucrados en homicidios. Todos estos delitos quedan impunes, porque los colectivos cuentan con el apoyo y hasta financiamiento de diversos sectores del Gobierno.

Una investigación del Observatorio de Conflictividad Social sitúa el nacimiento de los colectivos en los años ochenta, cuando surgieron como grupos culturales y universitarios identificados con la izquierda. Pero su fortalecimiento y multiplicación se atribuye al gobierno de Hugo Chávez.

Su momento protagónico se ha asociado también con el golpe de Estado de Pedro Carmona Estanga a Hugo Chávez, momento en el que tuvieron su génesis colectivos como Alexis Vive Carajo, conformado para defender al gobierno de cualquier acción que intentara removerlo. Comenzaron a actuar como grupos de choque. Se mueven en manadas motorizadas, armados y encapuchados.

Con el tiempo, el número de colectivos ha crecido y también se ha organizado mejor. La mayor cantidad se ubica en la región capital del país, sobre todo en la zona oeste, donde -de acuerdo con una investigación del Observatorio- están asentados 79% de estos. A través de instancias de coordinación que reciben apoyo directo de altos funcionarios  se han unido. Organizaciones como el Bloque Popular Revolucionario, el Secretariado Revolucionario de Venezuela y el Colectivo 5 de Marzo han agrupado cientos de estas agrupaciones.

Las motos, las franelas rojas, las gorras de la “revolución” y las armas, largas y cortas, se han convertido en los elementos que los identifican. Con estas amedrentan a la población en los centros de votación -que rondan durante las jornadas electorales para ahuyentar a quienes adversan al chavismo- y en las protestas contra el gobierno, en las cuales no han vacilado al momento de disparar contra algunos manifestantes. El año pasado, por ejemplo, se presentaron en más de 430 movilizaciones de calle de la oposición. Ocho personas resultaron heridas de bala luego de su visita.

Los Motorizados

Los altísimos costos de los carros, el repunte de la delincuencia y las fuertes trancas, dieron paso al auge de las motos en Venezuela, que comenzó en la primera década del siglo XXI, y se convirtió en un símbolo del período chavista.

El número de usuarios de motos se ha quintuplicado en los últimos ocho años. Estas “tribus” de motociclistas se han dedicado a romper todas las normas de tránsito y a circular por las calles bajo sus propias reglas.

Circular por las aceras, estacionarse en cualquier hueco o paso peatonal, transitar entre los canales de automóviles, comerse la luz roja del semáforo, parar el tráfico por alguna ocasión especial, asaltar a los conductores de los carros o trancar un canal en los puentes para resguardarse de la lluvia, son algunas de sus especialidades, aunque hay algunas excepciones.

Además las motos se han convertido en el vehículo preferido por los criminales, ya que les permite una rápida huida. El subdirector nacional del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, Douglas Rico, declaró en 2014 que en 80% de los robos, secuestros y homicidios ocurridos en el país, hay una moto involucrada.

Naturalmente, el crecimiento del parque de motorizados ha ocasionado también, un repunte en los accidentes fatales. «Desde 2012 hasta los cuatro primeros meses de este año hemos contabilizado unos 5.350 fallecidos por accidentes en motos», dijo a Efe el presidente de la Asociación Venezolana para la Prevención de Accidentes y Enfermedades (Avepae), Kenett Agar.

Los Escoltas

Pretenden pasar encubiertos, pero son más evidentes que cono de tránsito. Aunque su oficio no es ilícito, les obliga andar con sigilo, adoptan algunas características discordantes que revelan a gritos su condición, como si de una “tribu” se tratara. Se distinguen por los lentes oscuros que usan hasta en la noche, pantalones de pinza y camisa manga larga en plena playa -mientras el jefe en chancleta toma sol-, bolsito negro cruzado y motos de alta cilindrada, muchas veces sin placas. También, por la permanente tensión en el cuello del que siempre está alerta.

Su número ha crecido a la par de la inseguridad en Venezuela, pero sobre todo por la multiplicación de funcionarios y del gasto discrecional del Gobierno en lo que a seguridad personal – la de ellos- respecta.

Pero también esta “tribu” corre el riesgo de la extinción: hasta junio de 2015, 21 escoltas fueron asesinados en el país con la segunda mayor tasas de homicidios del mundo,  según un informe de las Naciones Unidas. De acuerdo a una investigación de Runrun.es, 52 guardespaldas han perdido la vida de manera violenta desde 2010.

Los boliburgueses, bolichicos y demás enchufados

Son traficantes de oportunidades, como otras especies derivadas de las distorsiones económicas que ha propiciado el chavismo. Son la nueva clase social en ascenso formada por nuevos ricos que firman contratos con el Estado, militares y funcionarios “revolucionarios” que le encontraron el gusto a los negocios, los empresarios de siempre que se amoldaron discretamente a las nuevas reglas de juego y “niños bien” que quisieron probar otros caminos más expresos para capitalizarse en la Venezuela del barril de petrólero a 100 dólares y el control de cambio.

Los que traspasan la raya de la legalidad, equivalen a los “ladrones de cuello blanco” de la llamada Cuarta república. No tienen compromisos ideológicos, morales o éticos sino con su bolsillos. Por eso es que la hora de votar y otros deberes ciudadanos, no les importa irse de viaje al exterior donde tienen propiedades y disfrutan de la vida de placeres y seguridad que no tiene la mayoría de los venezolanos.

Muchos han protagonizado escándalos de corrupción en los últimos años como el negocio eléctrico de Derwick Associated, las notas estructuradas, las cuentas secretas en Andorra, el Fondo Chino, el caso del Sucre en Ecuador. Son muestra curiosa de cómo puede el proyecto socialista venezolano genera especies del más puro capitalismo salvaje

Los Venezolanos desesperados

Muy lejos del arquetipo del venezolano alegre, optimista y relajado, a la nueva especie de los desesperados se les identifica por su queja permanente, su angustia y desesperanza. Están físicamente en Venezuela pero con ganas de escapar a alguna parte, a cualquier parte, lejos de la inseguridad, el caos, la impunidad, la falta de oportunidades, el desempleo, la escasez de alimentos, medicinas, pañales, champú, repuestos. Estas agobiadas criaturas, cuyo número se ha disparado especialmente en el último año, se encuentran en la correa de tránsito indefinida mientras buscan otros destinos. No terminan de irse, pero tampoco de quedarse.

También está surgiendo otra subespecie,  la de los chavistas hartos de tanta “revolución”, la misma que ayudaron a incrustar desde 1998. Se les distingue por ser más discretos: agarran sus maletas y huyen sin registrar la foto de rigor sobre el mosaico de Cruz Diez del aeropuerto de Maiquetía. Se cuidan de colocar imágenes en Facebook que muestren su nueva vida en otras tierras.

Son la prueba viva del cambio de Venezuela como país receptor a exportador de migración. La existencia esta tribu dependerá de la decisión definitiva de partir o quedarse. Según la última encuesta de Datanálisis, 31,5% de los venezolanos tiene intención de emigrar (agosto 2015). Los jóvenes entre 18 y 23 años son los más dispuestos a cambiar de país: 4 de cada 10 perciben que en Venezuela se le achicaron las oportunidades.

Los Pranes o principales

El pran es el cacique de la “tribu” penitenciaria. Es el preso que manda en cada cárcel, el líder “negativo” de los centros de reclusión en Venezuela. Él controla el negocio de la droga, las extorsiones y cualquier actividad ilícita o comercial que se genere dentro de las prisiones.

El pran, que rejas adentro se le conoce como “principal”, cobra a los otros reclusos “la causa”, una especie de vacuna por el “privilegio” de permanecer en el recinto carcelario a salvo.

Wilmer Brizuela, mejor conocido por el apodo de “Wilmito”, fue el primer preso identificado como pran en una cárcel venezolana. Desde Vista Hermosa, en el estado Bolívar, controlaba casi todos los penales del país. Decidía quién entraba y quién salía de ese centro de reclusión y quienes lo conocen aseguran que mandaba más que el director del penal. Cumple condena por secuestro y con el tiempo ha perdido poder.

Luego se conocieron otros pranes, como Yorvis Valentín López, alias  “Oriente”, quien lideró el motín que llevó al conflicto carcelario más prolongado en la historia penitencia en Venezuela. Por más de 27 días mantuvo a las autoridades en tensión con la crisis del Rodeo II, en 2011, y forzó a los líderes del chavismo a negociar con él.

Héctor “Niño” Guerrero es hoy el pran más “popular” en el mundo penitenciario. Desde su bunker en la cárcel de Tocorón -donde levantó una estructura de lujo- controla todas las operaciones de una organización delictiva conocida como el Tren de Aragua.

De la Penitenciaría General  de Venezuela (Guárico)  también han surgido pranes que fuera de prisión han dado origen a otras estructuras tribales, como las megabandas de El Picure y El Juvenal, que preservan en modelo jerárquico del “pranato”, con un principal, tres lugartenientes y una decena de luceros.

Los pranes están al frente de un modelo “financiero” que mueve grandes cantidades de dinero proveniente de la actividad criminal. Tienen control territorial y sus acciones trascienden los barrotes. El origen de esta figura es posterior a 2005.

Las Mafias

El contrabando, la extorsión o vacuna, el robo y hurto de vehículos, el secuestro, el sicariato y el tráfico de drogas son delitos que surgieron o se fortalecieron en estos 16 años de revolución chavistas. Tienen detrás grandes estructuras de crimen organizado que los sustentan y que operan como mafias.

Aunque algunas de estas “tribus” o mafias de delincuencia organizada ya existían, lo novedoso es que a ellas se han incorporado masivamente funcionarios gubernamentales, policías y militares. Incluso hay casos en que estos últimos son los “caciques”.

ONG venezolanas piden al Gobierno respetar derechos de las comunidades indígenas

12O

 

Un conjunto de 17 agrupaciones no gubernamentales emitió un comunicado a propósito del «Día de la Resistencia Indígena» en el que exhortan al Gobierno venezolano a implementar las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los pueblos y comunidades indígenas del país.

El lunes 12 de octubre se celebra en Venezuela el “Día de la Resistencia Indígena”, denominado así desde 2002, y según las ONG los avances en materia de respeto y defensa de los derechos de los aborígenes son escasos. Las ONG igualmente pidieron al gobierno la pronta disolución del estado de excepción en territorios ancestrales; y la pronta y progresiva desmilitarización de sus territorios.

A continuación el comunicado completo:

 

La conmemoración de un nuevo 12 de octubre, calificado por el Ejecutivo Nacional como “Día de la resistencia Indígena”, el balance de garantías de los derechos de los pueblos y comunidades originarias en el país presenta escasos avances. A pesar de las diferentes iniciativas impulsadas por la gestión del presidente Hugo Chávez para materializar los derechos presentes en el Capítulo VIII de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y las diferentes normativas legales, los resultados son precarios, fragmentados y alejados de una política pública que, de manera integral, genere condiciones para mejorar la calidad de vida de las y los indígenas venezolanos y reducir de manera sostenible sus índices de pobreza, mejorando sus condiciones de salud y asistencia sanitaria.

Para las diferentes organizaciones e iniciativas que suscribimos el presente comunicado, el gobierno del presidente Nicolás Maduro tiene en las diferentes recomendaciones realizadas recientemente por Naciones Unidas, como resultado de sus exámenes sobre el nivel de cumplimiento de los pactos suscritos en materia de derechos humanos, una agenda de trabajo inclusiva que cumplir para mejorar la preocupante situación de los derechos de los pueblos indígenas.

Tanto el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Comité DESC), como el Comité de Derechos Civiles y Políticos (Comité DCyP) coincidieron en que ante la profundización de una economía extractivista en el país, el Estado debe garantizar todas las medidas que sean necesarias para que los pueblos indígenas ejerzan su derecho a ser consultados de manera libre, previa e informada antes de la implementación de proyectos que afecten sus territorios, su modo de vida y su cultura, “particularmente en los procesos de concesión de exploración y explotación de recursos mineros e hidrocarburos”, derecho presente en nuestra Carta Magna. La ONU recomendó para ello, específicamente, la necesidad de agilizar y aprobar un reglamento de Consulta Previa Libre e Informada, asegurando la participación activa de las propias comunidades en su elaboración, lo cual queda como una tarea a asumir por la próxima Asamblea Nacional. Como recuerda Naciones Unidas, las decisiones de los pueblos indígenas sobre aspectos que los afecten deben ser respetadas “por todos los agentes tanto gubernamentales como privados en condiciones de completa seguridad”.

Una segunda medida consensuada por ambos Comités es relativa al proceso de demarcación y titulación de territorios, que como han denunciado las propias organizaciones indígenas se encuentra estancado y con menos del 15% de realización, a pesar que la Carta Magna establecía un período de dos años para ser llevado a cabo en su totalidad. Según la ONU se deben adoptar “las medidas necesarias para completar la demarcación y titulación de tierras y territorios ancestrales de los pueblos indígenas, a fin de garantizar el derecho que tienen a poseer, utilizar, desarrollar y controlar las tierras, territorios y recursos en razón de la propiedad tradicional u otro tipo tradicional de ocupación o utilización, así como aquellos que hayan adquirido de otra forma”.

Los hechos de violencia contra poblaciones originarias también fueron objeto de atención en Naciones Unidas. Al respecto señalaron que se debe “Proteger de manera efectiva a los pueblos indígenas contra todo acto de violencia, y velar por que los autores de tales actos sean llevados ante la justicia y debidamente sancionados, y por que las víctimas obtengan una reparación adecuada”. Los diferentes Comités recibieron información sobre abuso de poder por parte de los funcionarios militares destinados a territorios indígenas, así como la presencia de grupos armados irregulares. Asimismo, sobre las diferentes situaciones de violación al derecho de libre reunión y asociación, mediante la progresiva sustitución de las organizaciones tradicionales indígenas por figuras asociativas impuestas por el Estado, carentes de independencia y autonomía.

Exhortamos al Estado Venezolano a la pronta disolución del estado de excepción en territorios ancestrales; y la pronta y progresiva desmilitarización de sus territorios.

Ante las limitaciones oficiales en diseñar una plan integral destinado a los pueblos y comunidades indígenas, implementado sin discriminación por razones políticas, las recomendaciones del Comité DESC y el Comité DCyP constituyen una oportunidad para promover una agenda inclusiva que tenga como protagonistas a las propias comunidades originarias, pero también a todos los sectores aliados comprometidos en la vigencia de los derechos de los pueblos indígenas, el respeto a su hábitat y sus modos tradicionales y ancestrales de vida.

 

Suscriben

Acción Solidaria

Asociación Civil Fuerza, Unión, Justicia, Solidaridad y Paz (FUNPAZ)

Cátedra Libre de Derechos Humanos de la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado (UCLA)

Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal

Civilis Derechos Humanos

Espacio Público

Foro Penal Venezolano

Grupo de Trabajo sobre Asuntos Indígenas (GTAI), Universidad de Los Andes

Justicia y Paz de La Conferencia de Religiosos y Religiosas de Venezuela

Laboratorio de Paz

Observatorio de Derechos Humanos de la ULA

Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea)

Redes Ayuda

Revista SIC del Centro Gumilla

Servicio Jesuita a Refugiados

Una Ventana a La Libertad

Venezuela Diversa A.C.