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Carola Hernández: la diseñadora acusada por el caso de Óscar Pérez

Su familia pensó que la habían secuestrado, pero dos días después pudieron hablar con ella: estaba en la sede de la Dgcim de Boleíta sin saber el porqué de su arresto. Esta es la historia de una de las detenidas que vincularon al piloto rebelde y que, todavía hoy, no entiende por qué está tras las rejas

Lorena Meléndez G.

@loremelendez

Carola Hernández había salido de su oficina en compañía de su socio y de su novio cuando se la llevaron. De una camioneta Chery de color naranja y dos motos VStrom sin ningún tipo de identificación, descendió un grupo de hombres armados y vestidos de negro que la interceptó en plena avenida Francisco de Miranda a la luz del día. Cuando todo pasó, estaba a la altura del Centro Plaza, en la urbanización Los Palos Grandes de Chacao, en Caracas y eran alrededor de las 3:00 pm del miércoles, 24 de enero de 2018. Su familia no volvería a saber de ella hasta dos días después. Quienes estaban allí pensaron que se trataba de un secuestro, pero se equivocaron.

Los encapuchados tomaron a los dos hombres que andaban con Carola y los inmovilizaron y lanzaron contra el suelo. A ella se la llevaron con rumbo a la urbanización El Paraíso donde aparecieron funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) para arrestarla. Días después, en su audiencia de presentación, supo que todo había ocurrido porque la habían relacionado con Óscar Pérez, el piloto rebelde que fue asesinado por las fuerzas de seguridad del Estado junto con seis de sus aliados en un chalet de El Junquito, al oeste de la capital venezolana. Hoy está acusada por ser su supuesta cómplice.

A Carola – diseñadora gráfica y emprendedora que lleva 12 años al frente de una empresa de producción de eventos –  no la presentaron de inmediato ante las autoridades. A los dos días de su aprehensión, apenas le permitieron llamar a sus padres para explicarles lo ocurrido y decirles que estaba en la sede de la Dgcim de la urbanización Boleíta, municipio Sucre del estado Miranda. Cinco días después la llevaron a su primera audiencia, en lugar de hacerlo durante las 48 horas establecidas en el Código Orgánico Procesal Penal (COPP).

Tras seis semanas de aquella detención arbitraria, un tribunal militar ordenó que Carola quedara privada de libertad y la acusó por traición a la patria, rebelión militar y sustracción de artefactos pertenecientes a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb), e hizo lo mismo con otros dos civiles – el taxista Juan Carlos Urdaneta y el mecánico Joaldy Javier Deyon – y con ocho uniformados – el teniente Carlos Arias y siete primeros tenientes: Eduardo Amaya, Jhoander Ceiba, Alberto Maita, Simón Torres, Anderson Pérez, Gustavo Sandoval y Robert Escalona –. De todo el grupo, Carola había sido la última detenida. No conoce a ninguno de los otros arrestados.

Aunque hasta ahora no hay ninguna prueba que vincule a Carola con Óscar Pérez, ella permanece tras las rejas en el Centro Nacional de Procesados Militares de Ramo Verde. Su abogada, Lilia Camejo, indicó que la asociaron al robo de armas que el piloto llevó a cabo en un comando militar.

Para la abogada, en el caso de la diseñadora se han hecho evidentes todas las irregularidades que se han registrado en los procesos a los que han sido sometidos los presuntos cómplices de Óscar Pérez. Los agentes que la apresaron nunca se identificaron, ni tampoco mostraron la orden de detención que ordenaba su arresto, tal como lo dictan las “Reglas para la Actuación Policial” contenidas en el artículo 117 del COPP. A Carola la dejaron incomunicada durante días, nunca informaron sobre su paradero a su familia y violaron los lapsos de presentación ante las autoridades establecidos en el artículo 250 de la misma legislación. Al final, la acusaron sin tener indicios de su relación con el piloto rebelde.

El efecto de la aprehensión siguió fuera de Ramo Verde. La oficina de la empresa de Carola fue allanada ilegalmente días después de su detención. De allí se llevaron computadoras, el pasaporte de uno de los socios de la compañía y hasta una botella de whisky sin explicación alguna.

La defensa de Carola no pudo tener acceso a su expediente porque la Fiscalía Militar, que tampoco debería llevar su caso porque se trata de una civil, pidió una reserva por 15 días. Sin embargo, después de esas dos semanas, los abogados tampoco pudieron ver los documentos que muestran los fundamentos de una acusación que se hizo prácticamente en grupo y no individualizada, como debería ser.

A lo largo de los casi dos meses que lleva encarcelada, Carola ha perdido peso. Dicen sus familiares que la angustia por no saber por qué está encerrada la tiene así. Para distraerse, puso la creatividad que la caracteriza, según quienes la conocen, al servicio del ambiente que la rodea: decidió decorar con telas el ambiente en donde los detenidos reciben a los niños que los visitan. Mientras tanto, espera su próxima audiencia que está pautada para el 3 de abril.

VIDEO | Robos, maltratos y armas sembradas: así fue la detención del dueño del chalet donde murió Óscar Pérez

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La madre del médico Williams Aguado aseguró que, 20 días después del arresto, no ha podido ver a su hijo

@loremelendez

Mientras más de 500 funcionarios de las fuerzas de seguridad del Estado rodeaban el chalet donde el exinspector Óscar Pérez se había escondido con seis de sus compañeros, más de una decena de uniformados, vestidos de negro y enmascarados, destrozaba el apartamento de Graciela de Aguado, la madre Williams Aguado, el propietario de la vivienda donde ocurrió la masacre de El Junquito que aniquiló al piloto rebelde.

Eran alrededor de las 5:00 am del pasado 15 de enero cuando los miembros de la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim) arribaron a la casa de Graciela, ubicada en la UD5 de Caricuao, en el suroeste de Caracas. Al lugar ingresaron a la fuerza. No hubo una orden de allanamiento de por medio, ni tampoco solicitaron que les abrieran la puerta. “Cuando me estaban tumbando la reja, yo les decía: yo les abro, yo les abro. Pero nada. Se llevaron hasta las llaves de mi casa”, denunció la mujer.

Al entrar, los funcionarios empujaron contra la pared a la anciana, desconectaron su teléfono y la encerraron en un cuarto. La amenazaron con detenerla. A su hijo, el médico Williams Aguado, de 57 años de edad, lo maniataron y golpearon repetidas veces antes de llevárselo. Eran los dos únicos habitantes de la casa.

“Decían que era un terrorista”, afirmó la madre, quien escuchó cómo despedazaban su hogar mientras buscaban los fusiles que, según ella, nunca hallaron. Tampoco dieron con el paradero de los dólares que, de acuerdo con los uniformados, “les mandaba el imperio”.

“Encontraron una escopeta vieja y un arpón que era de mi esposo, porque él era militar. Yo tengo 23 años de viuda y, por supuesto, él tenía esa escopeta que era una reliquia. Eso fue todo lo que encontraron, más nada. Sacaron maletas y maletas, decían que era armamento, y eso es totalmente falso porque no consiguieron ni una aguja en mi apartamento”, apuntó Graciela, quien se mantiene con una pensión de sobreviviente del Seguro Social.

La declaración de la mujer contradice lo expuesto por el ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Néstor Reverol, quien un día después de la masacre de El Junquito mostró todo un arsenal presuntamente extraído de la vivienda de Aguado. El armamento, supuestamente, era parte de lo que Óscar Pérez había robado en diciembre pasado de un cuartel de la Guardia Nacional ubicado en Los Teques, estado Miranda, y había sido trasladado en una camioneta pick up que también era de Williams.

“Mientras ocho (Dgcim) estaban en el apartamento, el resto estaba en el estacionamiento llevándose la camioneta. Entonces, la pararon al frente, lo metieron a él (a Williams), metieron las armas y les tomaron fotos”, sentenció la mujer.

Cuando la Graciela pudo salir del cuarto donde la tenían cautiva, vio que su casa había quedado destrozada. Los funcionarios se habían llevado una cocina para empotrar, un equipo de sonido, prendas, alimentos y productos de higiene personal.“Me robaron desde el desodorante hasta la comida. Se llevaron un equipo de música y todo lo que consiguieron, y lo que dejaron, me lo destrozaron”, señaló.

Graciela desconoce qué relación tenía su hijo con Óscar Pérez. Afirmó que tampoco sabía que él estaba construyendo el chalet, hoy destruido, de El Junquito. Antes de su detención, Williams Aguado se desempeñaba como médico en la sede de la Policía Nacional Bolivariana del Helicoide. También trabajaba a destajo en un par de clínicas privadas como cirujano.

Más de 20 días después de aquellos hechos, Graciela no ha podido ver a su hijo. “Yo no sé dónde está. Me han dicho que está en Ramo Verde (el Centro Nacional de Procesados Militares, Cenapromil), pero yo no lo he visto y hasta tanto yo no lo vea, está desaparecido”, reclamó quien ha ido tres veces a la cárcel, sin éxito, para visitarlo. Zoraida Cisneros, la madre de otro de los detenidos, Antonio José Pérez Cisneros, tampoco ha logrado ver al muchacho.

Ambas ofrecieron sus declaraciones durante una rueda de prensa de la ONG Foro Penal realizada el miércoles 7 de febrero, en la cual se anunció la creación de una organización que unirá a las mujeres que son familiares de los presos políticos, quienes están sujetas a constantes vejaciones, requisas y persecuciones.

Hasta la fecha, Foro Penal ha contabilizado que 233 presos políticos se mantienen tras las rejas. Desde las protestas antigobierno de 2014 se han producido 12.098 detenciones arbitrarias por los mismos motivos. Durante los primeros 35 días del año, se registraron 84 nuevos detenidos. De este número, 59 personas se mantienen arrestadas.

Interactivo | Ellos son los detenidos por el caso de Óscar Pérez
Runrun.es explora las historias de quienes han sido arrestados por sus supuestos vínculos con el piloto rebelde. Mientras que la ONG Foro Penal Venezolano asegura que existen alrededor de 21 detenidos, la comisión de la AN que investiga la causa, señaló que estos ascienden a 31

 

@loremelendez

JUSTO ANTES DE PRONUNCIAR LOS NOMBRES de las víctimas de la Masacre de El Junquito – el ataque por parte de las fuerzas de seguridad del Estado a un chalet privado en donde se escondía el piloto rebelde, Óscar Pérez, con seis de sus aliados – el ministro de Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol, reveló que previo al suceso habían sido apresadas seis personas que supuestamente formaban parte de esa “célula terrorista” que pretendía la caída del gobierno de Nicolás Maduro. Sin embargo, la información quedó incompleta: se habían hecho muchos más arrestos de los que él reconocía.

Antes, durante y después de los hechos del pasado 15 de enero, se ejecutaron una serie de detenciones a civiles y militares que supuestamente estaban vinculados a Pérez y su grupo. A muchos de ellos se les practicaron allanamientos ilegales, se les torturó y se les mantuvo en cautiverio sin informar a sus familiares a dónde habían sido trasladados, tres acciones que violan los derechos humanos y civiles contemplados en la Constitución venezolana.

Lee más: Interactivo | Caso Óscar Pérez: Las historias detrás de los caídos durante la «Operación Gedeón»

A través de búsquedas e informaciones provenientes de Foro Penal, Runrun.es pudo elaborar una lista de 26 detenidos por el caso. El número es mayor al que presentó la ONG el pasado jueves, 25 de enero, pero menor que el revelado por la diputada Delsa Solórzano, miembro de la comisión de la Asamblea Nacional que investiga el suceso denominado “Operación Gedeón”, quien aseguró que la cantidad de apresados superaba los 30.

Para conocer cada una de las detenciones, ponga su dedo o cursor sobre cada uno de los puntos azules que se despliegan en la siguiente infografía:

 

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