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Sundde y supermercados se comprometieron a reponer inventarios

SupermercadoValenciFotoAndrewsAbreu

La Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos y representantes de supermercados lograron acuerdos durante la reunión que sostuvieron este viernes, entre los cuales destaca el ofrecimiento de garantías para reponer inventarios sin temor a nuevas medidas como las tomadas a principios de año, donde ordenaron vender mercancía a precios del 15 de diciembre.

Se desconoce si el Ejecutivo ofrecerá créditos, a través de la banca pública, para atender el flujo de caja afectado por ventas debajo del costo real.

También se evalúa la idea de que la industria no exija el pago prepagado de productos sensibles..

Según fuentes del sector, la normalización del canal de comercialización se tardaría un mes.

José Toro Hardy Ene 18, 2016 | Actualizado hace 8 años
Moringa por José Toro Hardy

AsambleaNacionaloficialista

 

Por primera vez en 17 años Venezuela cuenta con una Asamblea independiente y dispuesta a cumplir con las funciones que le asigna la Constitución. Resulta insólito que quien encabeza el Ejecutivo le pida a esa Asamblea, a las primeras de cambio, que renuncie a esas funciones aceptando un Decreto de Emergencia para adelantar un plan que no hace otra cosa que radicalizar  lo más negativo de las acciones que llevaron a nuestra economía al descalabro.
Olvida quién hace esa petición que el pueblo está sufriendo duramente las consecuencias de los errores gubernamentales y que aceptar el Decreto sería una cachetada al mandato popular.
«El sector capitalista se ha declarado en huelga de inversión”, denunció Maduro en su informe ante la AN y agregó que se han sumado a los mecanismos especuladores y de “guerra económica contra Venezuela”. Por Dios, basta con escuchar al nuevo zar de la economía para entender que si no hay inversionistas es porque el gobierno los está espantando y sin embargo la propuesta gubernamental no es más de lo mismo sino, peor aún, mucho más de lo mismo.
El oficialismo pretende que todos los males que hoy afectan a Venezuela son el resultado de una «guerra económica». Se trata de una premisa cargada de dogmatismo y también de ignorancia. No entienden cómo funciona una economía. Al carecer de este conocimiento, son incapaces de comprender las verdaderas causas de la crisis y menos aún  su responsabilidad dentro de la misma. Armados con un catecismo de dogmas marxistas que creen infalibles, no pueden aceptar que su propio modelo es en buena medida culpable de lo que ocurre. Con una paranoia que raya en la ridiculez, buscan por todas partes a quien achacarle la culpa.
El pueblo habló alto y claro el 6D. La gente está harta de la escasez, de las colas y de la inflación.
La inflación -según el zar de la economía-  no existe o no es más que un fenómeno «inducido» por la oligarquía, por las clases explotadoras, por la derecha golpista y por los acaparadores. ¡Pura palabrería hueca!
Ciertamente la inflación es inducida. Pero lo es por el Banco Central de Venezuela cuando imprime  billetes sin respaldo con el único objetivo de financiar el enorme  déficit fiscal de una administración incompetente, desorganizada y dogmática.
Los excedentes monetarios generados por ese tipo de políticas van a parar a manos del público traduciéndose en un estímulo a la demanda de bienes. Pero como esos bienes no existen en el mercado (porque a lo largo de 17 años el gobierno ha destruido el aparato productivo con medidas muy similares a las que hoy pretende profundizar en su Decreto de Emergencia)  el resultado es que inevitablemente los precios suben.
Cuando hay escasez surgen el acaparamiento y la especulación, que según el oficialismo son los instrumentos de una «guerra económica»  para  desestabilizar al gobierno. Ciertamente son fenómenos perversos, pero se trata de prácticas provocadas por la incapacidad gubernamental.
Si el gobierno tuviese la inteligencia de estimular la producción, la escasez tendería a disminuir y las colas irían disminuyendo. Es un problema de confianza. Si en lugar de atacar a quienes producen, el gobierno los estimulase, los bienes que hoy escasean comenzarían a aparecer en los mercados. Cuando se producen suficientes cantidades de un bien, nadie en su sano juicio intentaría acapararlo por la sencilla razón de que después no podría venderlo a mayor precio para realizar un beneficio. Por eso a nadie se le ocurre acaparar el aire, simplemente porque abunda.
Si la producción fuese suficiente, lejos de subir, los precios tenderían a bajar y las colas desaparecerían. Para poder competir los productores aprenderían a ser más eficientes y producir a menor costo, porque así lograrían una mayor participación en el mercado y un mayor beneficio ofreciendo esos mismos productos a menor  precio. Si por el contrario intentasen vender a mayor precio, nadie les compraría. La especulación desaparecería vencida por la competencia.
Uno de la precios que más suben en el mercado es el del dólar. Una vez que los bolívares que circulan no encuentran bienes que comprar, se desvían a la compra de otro bien que sí conserva su valor: el dólar. Cuando un banco central no es capaz de cumplir con la más importante de sus funciones que es la de preservar el valor de la moneda, inevitablemente los miembros de la sociedad desean preservar sus ahorros en otra moneda.
En Venezuela no hay una guerra económica como no sea la que el gobierno le ha declarado a  la ciencia económica. Desconociendo los más elementales fundamentos de su funcionamiento, el oficialismo ha creado una maraña de intimidaciones, expropiaciones, controles, regulaciones y limitaciones de todo orden que están asfixiando nuestra economía.
Ciertamente el país necesita con urgencia de medidas capaces de reactivar la economía. Pero estas nada tienen que ver con el decreto de emergencia económica anunciado. Cuando un organismo está gravemente enfermo no puede curarse suministrándole mayores dosis de la misma bacteria que lo enfermó. Eso es lo que pretende el decreto.

@josetorohardy

petoha@gmail.com

 

Capriles alerta inminente crisis humanitaria en Venezuela

HCR7

 

“Nuestro pueblo demanda acciones urgentes para evitar la inminente crisis humanitaria que se nos viene encima, pero hay tanta soberbia en el Gobierno que no le importa llevarse el país por delante con tal de mantenerse en el poder”, escribió Capriles en su columna dominical de prensa.

El Gobierno de Maduro “mantiene la estrategia del avestruz -con la cabeza bajo tierra- ante los severos problemas que golpean a los venezolanos”, quienes en un 87,9% expresan su descontento, aseguró y dijo que ese porcentaje consta en “una reciente encuesta” de la cual no dio detalles.

Capriles insistió en que, debido a “la estrategia del avestruz”, el Gobierno decidió no difundir indicadores sobre el comportamiento de la inflación ni otros valores macroeconómicos y aunque los conoce “no mueve un dedo para atajar la abierta caída que sufre nuestra Venezuela” y “está de espaldas a la angustiante realidad”.

“La inflación se ha desbocado, la carestía y la escasez de alimentos, de medicinas y productos de aseo personal no puede ocultarse”, subrayó Capriles.

“No hay comida, no hay medicamentos, no hay reactivos para los exámenes de laboratorio, los ambulatorios (centros médicos) en las zonas populares están cerrados y los hospitales se declaran en cierre técnico, al igual que las universidades”, prosiguió.

Recordó al respecto que el miércoles pasado comenzó el año lectivo 2015-2016 y que “la mayoría de nuestros niños y jóvenes no se han incorporado porque sus padres no han podido comprar sus uniformes y útiles”.

“El país está paralizado debido a las malas decisiones del Gobierno”, reiteró y recordó que Maduro anunció esta semana que ordenó la adquisición de equipos de guerra en Rusia.

“No hay dinero para activar el programa de alimentación escolar nacional, no hay dinero para dar el vasito de leche a los niños, pero sí lo hay para pagar aviones, tanquetas y fusiles. ¡Este Gobierno, definitivamente, perdió la brújula!”, remarcó el opositor.

También recordó que el 19 de agosto fue cerrada la frontera con Colombia, en una decisión que Maduro justificó en la lucha contra el contrabando y la violencia paramilitar, a lo que luego sumó la necesidad de hacer frente a una “guerra contra la moneda” nacional.

“Y ahora que cerraron las fronteras por Táchira, por Zulia, por Apure y por Amazonas hay que preguntarse: ¿Volvieron los alimentos? ¿Se acabaron las colas? ¿Se recuperó el valor del bolívar?. El cierre de la frontera con Colombia es un pésimo show que le está costando a Venezuela más hambre”, evaluó Capriles.

El opositor remató su texto asegurando a los electores que “la solución para la crisis que estamos viviendo la tenemos en nuestras manos” y los exhortó a “vencer los miedos” y “salir a la calle a convencer a nuestros vecinos” a votar el próximo 6 de diciembre.

Los comicios parlamentarios de ese día despuntarán, sostuvo Capriles, como el “primer paso que necesitamos hacia la construcción de la Venezuela del progreso”.